«La Alianza declara que seguirá constituyendo una fuerza para la unidad de los pueblos de América Latina y el Caribe que luchan por la Soberanía Alimentaria como elemento fundamental en la construcción de un nuevo modelo de sociedad basada en el Buen Vivir, la Soberanía Popular y la Justicia Social y Ambiental; y posiciona la Agroecología como modo de vida y propuesta política sustentable y solidaria al modelo de desarrollo hegemónico capitalista, patriarcal y neoliberal…»
La II Asamblea de la Alianza por la Soberanía Alimentaria de los Pueblos de América Latina y El Caribe – ALIANZA se realizó en la Ciudad de Guatemala, en los días 7 y 8 de septiembre de 2017, con la presencia de representantes de redes y colectivos regionales de organizaciones y movimientos sociales de Pueblos Indígenas, campesinos, agricultores familiares, pescadores artesanales, mujeres, afrodescendientes, jóvenes y trabajadores rurales y organizaciones ambientalistas. Participaron también como invitados, representantes de la Organización de las Naciones Unidas para Agricultura y Alimentación – FAO Chile, representantes de la Red Centro Americana de Mujeres Rurales Indígenas y Campesinas – RECMURIC, Federación Latinoamericana de Apicultura (FILAPI), Red Centroamericana de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional – Red CASSAN, de Caribbean Farmers Network – CaFaN, de Caribbean Network of Fisherfolk Organisations – CNFO y de Radio Mundo Real (Amigos de la Tierra Internacional).
La Alianza declara que seguirá constituyendo una fuerza para la unidad de los pueblos de América Latina y el Caribe que luchan por la Soberanía Alimentaria como elemento fundamental en la construcción de un nuevo modelo de sociedad basada en el Buen Vivir, la Soberanía Popular y la Justicia Social y Ambiental; y posiciona la Agroecología como modo de vida y propuesta política sustentable y solidaria al modelo de desarrollo hegemónico capitalista, patriarcal y neoliberal que devasta nuestros sistemas alimentarios, medio ambiente, cultura, saberes y conocimientos ancestrales y adquiridos. La lucha por la Soberanía Alimentaria como principio, derecho y deber construido por los pueblos, se ha convertido en una propuesta sólida para el desarrollo y cuenta con apoyo internacional de organismos, organizaciones y movimientos sociales.
La defensa de nuestros Territorios –que incluyen las tierras, los océanos, las aguas y los bosques – es innegociable y fortalece nuestra lucha contra el acaparamiento de tierras, el extractivismo, la explotación y la privatización de bienes comunes, la agricultura industrial a gran escala fomentadas por el sistema capitalista monopolista que mercantiliza la vida y precariza las relaciones laborales, debilitando las condiciones de vida de los asalariados y asalariadas. Seguiremos luchando para mantener nuestros territorios, mares y ríos libres de la contaminación y degradación causadas por la aplicación de productos químicos por el agronegocio, por los impactos de la mega-minería y de las mega-represas producidas por el modelo hegemónico capitalista.
Defendemos la autodeterminación, el Principio del Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI) de los pueblos que pase por una Reforma Agraria Integral que impulse la restitución y reconstrucción territorial, rural, urbana y acuática, y la tenencia de la tierra de los pueblos indígenas, originarios.
Defendemos la Biodiversidad y la protección de las semillas nativas y criollas a partir de las prácticas y conocimientos agrícolas tradicionales de nuestros pueblos con base agroecológica, como respuesta concreta a el CCcambio climático y a los graves problemas globales que sufre nuestra Madre Tierra. La Agroecología mitiga el cambio climático y responde a la producción de alimentos saludables con economía social y solidaria respetando la biodiversidad, la vida de los bosques y florestas, de los suelos y de las aguas. Así nos manifestamos contra todo tipo de tecnología transgénica y geoingeniería que amenazan y destruyen los ecosistemas terrestres y acuáticos y se apropian o contaminan los saberes ancestrales.
Reconocemos los aportes de las mujeres que históricamente han construido conocimientos en la agricultura, pesca, recolección y preparación de los alimentos a la sustentabilidad de la vida y a la economía de las comunidades y del mundo, incluso por su trabajo de cuidado. Denunciamos el incremento del conservadurismo en la sociedad, y, la persecución de las mujeres que luchan con grave aumento de la violencia sexual y los feminicidios.
Rechazamos el sistema capitalista hegemónico, patriarcal, violento, militarizado y discriminatorio, responsable por la generación del hambre y de la pobreza humana, por la degradación ambiental, por la criminalización de nuestras luchas y resistencias, y por todo tipo de violencia cometida contra la humanidad. Y reafirmamos nuestro compromiso con la equidad entre hombres y mujeres, con el respeto a los derechos de la juventud, de los pequeños productores y pescadores, y con la dignidad de la vida humana y la conservación de nuestro planeta.
El Derecho Humano a la Alimentación Adecuada y saludable debe ser reconocido e impulsado por los Estados a partir de diversos instrumentos jurídicos internacionales, así como internalizado y aplicado en sus normativas nacionales para garantir la eficacia del derecho a la Soberanía Alimentaria de los pueblos. Los Estados deben impulsar el respeto a las diversidades de los pueblos y sus formas productivas ancestrales, asimismo garantizar el trabajo y empleo dignos, el salario justo basado en los principios de justicia social y dignidad humana para la sociedad en su conjunto. Por ello exigimos al gobierno de Guatemala y a los gobiernos de América Latina y el Caribe a adoptar prontamente la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y otras personas que trabajan en el medio rural. Y proponemos asimismo establecer un Monitoreo del Derecho a la Alimentación en la próxima Conferencia Regional de FAO en Bahamas (2018).
La comunicación y la formación populares seguirán siendo componentes estratégicos en nuestras luchas por Soberanía Alimentaria por su rol transformador y unificador, creador de sentidos y valores que representan nuestros objetivos políticos y visibilizando los procesos de resistencia y promoviendo la construcción de propuestas con carácter colaborativo, solidario y complementario. La construcción colectiva en diferentes ámbitos y a partir de la diversidad de actores involucrados en la formación y la comunicación populares nos une en la lucha y fortalece nuestras acciones transformadoras contra los grandes medios de comunicación, responsables por la manipulación masas, la degradación social y la violencia característica del modelo de desarrollo hegemónico.
Nos comprometemos con el fortalecimiento de la Alianza a través de la integración de nuevas articulaciones, de la solidaridad social, de la defensa del bien común, del respeto por la autonomía y la autodeterminación de los pueblos para lograr mayor incidencia en los espacios de diálogo de saberes y formulación de políticas diferenciadas que impulsen la Soberanía Alimentaria. Y manifestamos nuestro interés en seguir incidiendo en este sentido con organismos internacionales como la FAO y en instancias globales como el CIP y el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) a través del Mecanismo de la Sociedad Civil (MSC).
Asimismo, reconocemos el accionar de los Frentes Parlamentarios contra el Hambre en América Latina y el Caribe y hacemos llegar estas conclusiones del panorama de la alimentación en nuestra región en la convicción de que esta Alianza es representativas de amplios sectores sociales claves para la superación del hambre y la pobreza rurales en nuestro continente.
Nos hacemos eco de la lucha que llevan las organizaciones campesinas e indígenas de Ecuador contra el ingreso de Transgénicos a sus territorios.
Y expresamos nuestra solidaridad y apoyo a los pueblos de Guatemala, Argentina, Brasil, Colombia, Honduras, Haití, Paraguay y Venezuela, México, Perú que pasan por graves crisis políticas, de inseguridad social y alimentaria, despojos y desplazamiento, desapariciones, violencia seguida de asesinatos en el campo y en la ciudad impulsados por los intereses fácticos ligados a los terratenientes y demás factores de poder capitalista, con el convencimiento de que una paz duradera solamente será posible cuando se escuche la voz de las organizaciones que representan a sus pueblos.
¡Construyendo la Unidad de los pueblos latinoamericanos y caribeños para la Soberanía Popular y Alimentaria!’
¡Somos una herramienta que camina!
¡Soberanía Alimentaria para la paz con justicia social!
¡Defendemos la Soberanía Alimentaria como Principio y como Derecho inalienable de los Pueblos de América Latina y Caribe y de todos los pueblos del mundo!
* Iximulew: Guatemala o “Tierra del Maíz”
Ciudad de Guatemala, 9 de setiembre 2017, 11 Akábál (11 amaneceres) del Calendario Maya.