¿Sabías que? En abril del 2015 se creó el primer Congresito de la CLOC-VC, un espacio exclusivo para las niñas y niños que llegaron con sus familias a participar de las jornadas de lucha en el marco del VI Congreso de la CLOC-VC en Buenos Aires, Argentina.
Con este precedente durante el VIII Congreso de la CLOC que se celebrará en diciembre 2025 en México, tendrá lugar el segundo Congresito de las Infancias de la CLOC bajo la consigna: ¡Infancias del campo sembrando semillas por la Soberanía Alimentaria!
La Habana,19 de noviembre de 2025. Año 67 de la Revolución.
La Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), expresa la más firme e incondicional solidaridad con el hermano pueblo y el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela. Ante el reciente y provocador despliegue militar del gobierno de los Estados Unidos en aguas del Mar Caribe, los asociados, cuadros y trabajadores de la ANAP, elevamos nuestra voz de protesta y exigencia. Esta acción belicista constituye una flagrante violación del Derecho Internacional, de la soberanía de las naciones en la región y una amenaza directa a la paz y la estabilidad de toda la Patria grande.
Este despliegue armado es un acto de intimidación y hostilidad contra Venezuela, destinado a desestabilizar a un país soberano y a sabotear su derecho a la autodeterminación. El campesinado cubano rechaza enérgicamente estas prácticas propias de una época colonial que creíamos superada, donde las potencias extranjeras pretendían dictar el destino de una nación.
Recordamos al gobierno de los Estados Unidos y a la comunidad internacional el mandato histórico y unánime de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), proclamado en su II Cumbre en La Habana, en 2014, que declaró a América Latina y el Caribe como Zona de Paz, libre de injerencias, intervenciones militares y amenazas externas.
Por ello, los campesinos cubanos, que han sido testigos de nuestra propia lucha por la soberanía e independencia, exigimos: el desmontaje inmediato, definitivo e incondicional de todo despliegue militar estadounidense en el Caribe y sus alrededores. El cese de todas las acciones de presión, bloqueo económico y agresión contra la hermana República de Venezuela. El respeto al principio de autodeterminación de los pueblos y a la Carta de las Naciones Unidas. El pleno y total cumplimiento de la Proclamación de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.
Los hombres y mujeres del campo de Cuba, reafirmamos nuestro compromiso con la integración latinoamericana, la defensa de la soberanía nacional y el respeto mutuo entre naciones. Nuestra solidaridad con Venezuela es la misma que hemos recibido en los momentos más difíciles. Hoy, como ayer, decimos con firmeza: Venezuela no está sola.
La paz no se negocia, se defiende. La soberanía no se claudica, se ejerce. Por la Paz, la Soberanía y la Dignidad de nuestra América. Viva Venezuela soberana. Viva la solidaridad entre los pueblos. ¡Hasta la victoria siempre!
Nosotrxs, desde la Cumbre de los Pueblos, reunidxs en Belém do Pará, en la Amazonía brasileña, del 12 al 16 de noviembre de 2025, declaramos a los pueblos del mundo lo que hemos acumulado en luchas, debates, estudios, intercambios de experiencias, actividades culturales y testimonios, a lo largo de varios meses de preparación y en estos días aquí reunidxs.
Nuestro proceso reunió a más de 70.000 personas que conforman movimientos locales, nacionales e internacionales de pueblos originarios y tradicionales, campesinxs, indígenas, comunidades quilombolas, pescadorxs, extractivistas, recolectorx de mariscos, trabajadorxs urbanos, sindicalistas, personas sin hogar, crujidores de nuez de babaçu, comunidades terreiro, mujeres, la comunidad LGBTQIAPN+, jóvenes, afrodescendientes, personas mayores, habitantes de la selva, del campo, de las periferias, de los mares, ríos, lagos y manglares. Nos hemos comprometido a construir un mundo justo y democrático, con bienestar para todos. Somos unidad en la diversidad.
El auge de la extrema derecha, el fascismo y las guerras en todo el mundo exacerban la crisis climática y la explotación de la naturaleza y los pueblos. Los países del Norte global, las corporaciones transnacionales y las clases dominantes son los principales responsables de estas crisis. Reconocemos la resistencia y nos solidarizamos con todos los pueblos que son cruelmente atacados y amenazados por las fuerzas del imperio estadounidense, Israel y sus aliados europeos. Durante más de 80 años, el pueblo palestino ha sido víctima de genocidio perpetrado por el Estado sionista de Israel, que ha bombardeado la Franja de Gaza, desplazado por la fuerza a millones de personas y asesinado a decenas de miles de inocentes, en su mayoría niños, mujeres y ancianos. Condenamos enérgicamente el genocidio perpetrado contra Palestina. Ofrecemos nuestro apoyo y solidaridad a quienes resisten con valentía y al movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS).
Al mismo tiempo, en el Mar Caribe, Estados Unidos intensifica su presencia imperial. Lo hace mediante la expansión de operaciones conjuntas, acuerdos y bases militares, en connivencia con la extrema derecha, bajo el pretexto de combatir el narcotráfico y el terrorismo, como en el caso de la recientemente anunciada operación «Lanza del Sur». El imperialismo continúa amenazando la soberanía de los pueblos, criminalizando los movimientos sociales y legitimando intervenciones que históricamente han servido a intereses privados en la región. Nos solidarizamos con la resistencia de Venezuela, Cuba, Haití, Ecuador, Panamá, Colombia, El Salvador, la República Democrática del Congo, Mozambique, Nigeria, Sudán y con los proyectos de emancipación de los pueblos del Sahel, Nepal y el mundo entero.
No hay vida sin naturaleza. No hay vida sin ética ni trabajo de cuidados. Por eso, el feminismo es un pilar fundamental de nuestro proyecto político. Situamos el trabajo de reproducir la vida en el centro; esto es lo que nos diferencia radicalmente de quienes pretenden preservar la lógica y la dinámica de un sistema económico que prioriza el lucro y la acumulación privada de riqueza.
Nuestra visión del mundo se guía por el internacionalismo popular, con intercambios de conocimientos y sabiduría que forjan lazos de solidaridad, lucha y cooperación entre nuestros pueblos. Las soluciones reales se fortalecen con este intercambio de experiencias, desarrolladas en nuestros territorios y por muchas personas. Nos comprometemos a impulsar, convocar y fortalecer estas construcciones. Por ello, acogemos con beneplácito el anuncio de la creación del Movimiento Internacional de Personas Afectadas por Represas, Delitos Socioambientales y la Crisis Climática.
Iniciamos nuestra Cumbre de los Pueblos navegando por los ríos amazónicos, cuyas aguas nutren el cuerpo entero. Como la sangre, sustentan la vida y alimentan un mar de encuentros y esperanzas. Reconocimos también la presencia de los seres encantados y otras entidades fundamentales en la cosmovisión de los pueblos originarios y tradicionales, cuya fuerza espiritual guía caminos, protege territorios e inspira luchas por la vida, por la memoria y por un mundo de bienestar.
Tras más de dos años de trabajo colectivo y la celebración de la Cumbre Popular, afirmamos:
El modo de producción capitalista es la principal causa de la creciente crisis climática. Los principales problemas ambientales de nuestro tiempo son consecuencia de las relaciones de producción, circulación y eliminación de bienes, bajo la lógica y el dominio del capital financiero y las grandes corporaciones capitalistas.
Las comunidades marginadas son las más afectadas por los fenómenos meteorológicos extremos y el racismo ambiental. Por un lado, se enfrentan a la falta de infraestructura y de políticas de adaptación. Por otro lado, se enfrentan a la falta de justicia y de reparaciones, especialmente para las mujeres, los jóvenes, las personas empobrecidas y las personas no blancas.
Las corporaciones transnacionales, en connivencia con los gobiernos del Norte global, se encuentran en el centro del poder del sistema capitalista, racista y patriarcal, siendo los principales causantes y beneficiarios de las múltiples crisis que enfrentamos. Las industrias minera, energética, armamentística, agroindustrial y de las grandes tecnológicas son las principales responsables de la catástrofe climática que estamos viviendo.
Nos oponemos a cualquier falsa solución a la crisis climática que perpetúe prácticas dañinas, cree riesgos impredecibles y desvíe la atención de soluciones transformadoras basadas en la justicia climática y el bienestar de los pueblos en todos los biomas y ecosistemas. Advertimos que el TFFF, al ser un programa financiero, no constituye una respuesta adecuada. Todos los proyectos financieros deben estar sujetos a criterios de transparencia, acceso democrático, participación y beneficio real para las poblaciones afectadas.
El fracaso del modelo actual de multilateralismo es evidente. Los delitos ambientales y los fenómenos meteorológicos extremos que causan muerte y destrucción son cada vez más frecuentes. Esto demuestra el fracaso de numerosas conferencias y reuniones mundiales que prometieron resolver estos problemas, pero que nunca abordaron sus causas estructurales.
La transición energética se está implementando bajo la lógica capitalista . A pesar de la expansión de las fuentes renovables, no se ha producido una reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero. La expansión de las fuentes de producción de energía también ha terminado convirtiéndose en un nuevo espacio para la acumulación de capital.
Finalmente, afirmamos que la privatización, la mercantilización y la financiarización de los bienes comunes y los servicios públicos contradicen directamente los intereses de la ciudadanía. En este contexto, las leyes, las instituciones estatales y la gran mayoría de los gobiernos han sido cooptados, moldeados y subordinados a la búsqueda del máximo beneficio por parte del capital financiero y las corporaciones transnacionales. Las políticas públicas son necesarias para impulsar la recuperación de los Estados y hacer frente a las privatizaciones .
Ante estos desafíos, proponemos:
Confrontar las falsas soluciones de mercado. El aire, los bosques, el agua, la tierra, los minerales y las fuentes de energía no pueden seguir siendo propiedad privada ni ser apropiados, porque son bienes comunes del pueblo.
Exigimos que los pueblos participen y asuman un papel protagónico en la construcción de soluciones climáticas, reconociendo el conocimiento ancestral. La multidiversidad de culturas y cosmovisiones alberga sabiduría y conocimiento ancestrales que los Estados deberían reconocer como referentes para la búsqueda de soluciones a las múltiples crisis que azotan a la humanidad y a la naturaleza.
Exigimos la delimitación y protección de las tierras y territorios indígenas, así como los de otros pueblos y comunidades locales , ya que son quienes garantizan la vida del bosque. Exigimos al gobierno la deforestación cero, el fin de los incendios provocados y políticas estatales para la restauración ecológica y la recuperación de las zonas degradadas afectadas por la crisis climática.
Exigimos la implementación de una reforma agraria popular y la promoción de la agroecología para garantizar la soberanía alimentaria y combatir la concentración de la tierra . La gente produce alimentos saludables para erradicar el hambre en el mundo, mediante la cooperación y el acceso a técnicas y tecnologías controladas por la propia población. Este es un ejemplo de una verdadera solución para combatir la crisis climática.
Exigimos la lucha contra el racismo ambiental y la construcción de ciudades justas y periferias dinámicas mediante la implementación de políticas y soluciones ambientales. Los programas de vivienda, saneamiento, acceso y uso del agua, tratamiento de residuos sólidos, reforestación y regularización de tierras deben integrarse con la naturaleza. Reivindicamos la inversión en políticas de transporte público, colectivo y de calidad, con gratuidad. Estas son alternativas reales para abordar la crisis climática en territorios periféricos de todo el mundo, que deben implementarse con la financiación adecuada para la adaptación al cambio climático.
Abogamos por la consulta directa, la participación ciudadana y la gestión popular de las políticas climáticas en las ciudades , para hacer frente a las corporaciones inmobiliarias que han impulsado la mercantilización de la vida urbana. La ciudad en transición climática y energética debe ser una ciudad sin segregación que abrace la diversidad. Finalmente, la financiación climática debe estar condicionada a protocolos que garanticen la seguridad habitacional y, en última instancia, una compensación justa para las personas y las comunidades, con acceso a tierras y viviendas garantizadas, tanto en zonas rurales como urbanas.
Exigimos el fin de las guerras y la desmilitarización . Todos los recursos financieros actualmente destinados a las guerras y a la industria armamentística deben redirigirse a la transformación del mundo. El gasto militar debe dirigirse a la reparación y recuperación de las regiones afectadas por desastres climáticos. Deben adoptarse todas las medidas necesarias para detener y presionar a Israel, exigiéndole que rinda cuentas por el genocidio cometido contra el pueblo palestino.
Exigimos reparaciones justas e íntegras por las pérdidas y los daños infligidos a los pueblos por proyectos de inversión destructivos, represas, minería, extracción de combustibles fósiles y desastres climáticos. Exigimos también que los responsables de los crímenes económicos y socioambientales que afectan a millones de comunidades y familias en todo el mundo sean procesados y castigados.
El trabajo que implica la reproducción de la vida debe ser visible, valorado y comprendido como lo que es: trabajo. Además, debe compartirse con la sociedad y el Estado. Este trabajo es esencial para la continuidad de la vida humana y no humana en el planeta. Esto también garantiza la autonomía de las mujeres; si bien no se las puede responsabilizar individualmente del cuidado, sus contribuciones deben ser consideradas: nuestro trabajo sostiene la economía. Aspiramos a un mundo con justicia feminista, autonomía y participación de las mujeres.
Exigimos una transición justa, soberana y popular que garantice los derechos de todos los trabajadores, así como el derecho a condiciones de trabajo dignas, la libertad sindical, la negociación colectiva y la protección social. Consideramos la energía un bien común y abogamos por la superación de la pobreza y la dependencia energética. Ni el modelo energético ni la transición en sí pueden vulnerar la soberanía de ningún país del mundo.
Exigimos el fin de la exploración de combustibles fósiles y exhortamos a los gobiernos a desarrollar mecanismos que garanticen la no proliferación de estos combustibles, con el objetivo de lograr una transición energética justa, popular e inclusiva, que respete la soberanía, la protección y la reparación de los territorios, en particular de la Amazonía y otras regiones sensibles esenciales para la vida en el planeta.
Luchamos por la financiación pública y la tributación de las corporaciones y los más ricos. Los costos de la degradación ambiental y las pérdidas impuestas a la población deben ser asumidos por los sectores que más se benefician de este modelo. Esto incluye fondos financieros, bancos y corporaciones de la agroindustria, empresas relacionadas con el agua, acuicultura y pesca industrial, energía y minería. Estos actores también deben asumir los costos de las inversiones necesarias para una transición justa centrada en las necesidades de la población.
Exigimos que la financiación climática internacional no se canalice a través de instituciones que profundizan la desigualdad entre el Norte y el Sur , como el FMI y el Banco Mundial. Debe estructurarse de manera justa, transparente y democrática. No son los pueblos y países del Sur Global quienes deben seguir pagando deudas a las potencias dominantes. Son estos países y sus corporaciones quienes deben empezar a saldar la deuda socioambiental acumulada durante siglos de prácticas imperialistas, colonialistas y racistas, la apropiación de bienes comunes y la violencia infligida a millones de personas que fueron asesinadas y esclavizadas.
Denunciamos la continua criminalización de los movimientos, la persecución, el asesinato y la desaparición de nuestros líderes que luchan en defensa de sus territorios, así como de los presos políticos y los presos palestinos que luchan por la liberación nacional. Exigimos la ampliación de la protección de las personas defensoras de los derechos humanos y del medio ambiente en el marco de la agenda climática global, conforme al Acuerdo de Escazú y demás normativas regionales. Cuando una persona defensora protege el territorio y la naturaleza, protege no solo a un individuo, sino a todo un pueblo y beneficia a toda la comunidad global.
Exigimos el fortalecimiento de los instrumentos internacionales que defienden los derechos de los pueblos , sus derechos consuetudinarios y la integridad de los ecosistemas. Necesitamos un instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre derechos humanos y empresas transnacionales, basado en la realidad concreta de las luchas de las comunidades afectadas por violaciones, que exija derechos para los pueblos y normas para las empresas. Asimismo, afirmamos que la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y de Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales (DNUDPI) debe ser uno de los pilares de la gobernanza climática. La plena aplicación de los derechos campesinos permite que las personas regresen a sus territorios, contribuyendo directamente a su seguridad alimentaria, la conservación de los suelos y la mitigación del cambio climático.
Finalmente, creemos que ha llegado el momento de unificar nuestras fuerzas y enfrentar al enemigo común.
Si la organización es fuerte, la lucha lo será. Por ello, nuestra principal tarea política es la organización de los pueblos de todos los países y continentes. Echen raíces en nuestro internacionalismo en cada territorio y convirtamos cada territorio en un bastión de la lucha internacional. Es hora de avanzar de forma más organizada, independiente y unificada, para aumentar nuestra conciencia, fuerza y combatividad. Este es el camino para resistir y vencer.
🔥 Las diversidades construyen agreocología y Soberanía Alimentaria contra el fascismo y el imperialismo, fortaleciendo la lucha popular.
🙌🏽 En el marco del VIII Congreso Continental de la CLOC – Vía Campesina, nos reuniremos como continente para construir propuestas concretas, acciones colectivas y compromisos políticos que consolidarán nuestra Articulación.
Del 6 al 13 de septiembre de 2025, más de 700 delegadas y delegados de más de 100 países se reunieron en Kandy, Sri Lanka, para el 3er Foro Mundial Nyéléni. Campesin@s, Pueblos Indígenas, pastores, pescador@s, movimientos feministas, jóvenes, trabajador@s y activistas de todos los continentes se unieron para renovar la lucha global por la justicia, la dignidad y la vida — dando origen a la Declaración de Kandy.
Más que un texto, esta declaración es el fruto de un proceso colectivo sin precedentes: construida a lo largo de años de asambleas locales y regionales, y traducida a 18 idiomas durante el Foro, para que todas las voces fueran escuchadas y cada palabra compartida en igualdad.
Se erige como una brújula política común para los movimientos del mundo — guiando las luchas por la soberanía alimentaria, la justicia climática y de género, y los derechos de los pueblos. Denuncia los sistemas del capitalismo, el patriarcado y el colonialismo que alimentan el hambre, la guerra y el colapso ecológico, al tiempo que afirma el poder de los pueblos para construir economías del cuidado, la solidaridad y la autodeterminación.
La Declaración de Kandy llama a los movimientos de todo el mundo a actuar en unidad, defender los bienes comunes y transformar la gobernanza global para que sirva a los pueblos y no al lucro.
Nacida de la sabiduría colectiva y la solidaridad multilingüe, es una hoja de ruta viva para los años venideros — iluminando el camino hacia la paz, la dignidad y la vida para tod@s.
La Vía Campesina expresa su más firme y fraterna solidaridad con el heroico pueblo cubano, que desde hace más de seis décadas resiste con dignidad el criminal e inhumano bloqueo económico, comercial financiero y mediático impuesto por el gobierno de los Estados Unidos. Este acto de guerra económica constituye una violación flagrante del derecho internacional y un atentado directo contra la soberanía, la autodeterminación y la vida del pueblo cubano.
Denunciamos con profunda preocupación la permanente amenaza militar que se cierne sobre el Caribe, con el despliegue de flotas de guerra estadounidenses que buscan intimidar y desestabilizar la región. Tales acciones imperialistas representan una grave amenaza a la paz, la seguridad y la integridad de nuestros pueblos.
Cuba, ejemplo de solidaridad internacional, ha compartido con el mundo sus saberes, su ciencia, su medicina y su compromiso con la justicia social. Hoy, cuando enfrenta nuevas agresiones y una crisis agravada por el bloqueo y las sanciones; reafirmamos nuestro reconocimiento y admiración por su resistencia, su dignidad y su capacidad de construir esperanza en medio de la adversidad. Un ejemplo de ello es la reciente promulgación de la Ley de fomento de la Agreocología que junto a la Ley de Soberanía Alimentaria (2022) consituyen un referente internacional en lograr sistemas de producción alimentos sanos y soberanos desde las manos del propio campesinado.
La Vía Campesina exige el levantamiento inmediato e incondicional del bloqueo estadounidense y el cese de toda amenaza militar en el Caribe. Reclamamos a la comunidad internacional que respete las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que año tras año condena esta política inhumana y unilateral.
Las 184 organizaciones de campesinxs, pastores, pescadores, indígenas y trabajadores rurales en más de 80 países, decimos con fuerza: ¡Cuba no está sola! Su ejemplo nos inspira en la lucha por la soberanía alimentaria, la justicia social y la paz entre los pueblos.
La Vía Campesina condena la presión política y militar, así como el bloqueo económico, contra los países de América Latina y el Caribe. El gobierno de Estados Unidos promueve intentos de golpe de Estado contra gobiernos populares mediante la financiación —política y económica— de gobiernos fascistas en el poder y de grupos de oposición antidemocráticos, conservadores y fundamentalistas.
Creemos firmemente que la solución a la crisis que azota a Haití debe surgir del propio pueblo y de sus movimientos sociales y políticos. Apoyamos su soberanía y admiramos sus luchas campesinas y sociales, que son la fuerza motriz de la resistencia y el cambio de este pueblo heroico.
Expresamos nuestra solidaridad con el pueblo haitiano y exigimos una solución a la crisis provocada por las Naciones Unidas, en particular por la injerencia del imperialismo estadounidense. Debemos preguntar por qué siguen llegando armas de guerra desde Estados Unidos a los grupos paramilitares que persisten en la masacre del pueblo haitiano. Esta situación impide que lxs campesinxs vendan sus productos, principalmente en la capital, Puerto Príncipe, donde se concentran las bandas armadas.
Condenamos las políticas anticampesinas del Estado que fomentan la inseguridad y la violencia contra las mujeres y las niñas, el acaparamiento de tierras, la falta de acceso a servicios sociales básicos y la injerencia internacional respaldada por gobiernos fascistas.
Recientemente, el pueblo haitiano se ha visto afectado por el huracán Melissa , que ha causado la muerte de decenas de personas y ha dejado a cientos de familias sin hogar y sin medios de producción, especialmente en las zonas rurales.
Las noticias sobre un brote de cólera —una crisis sanitaria que devastó el país hace algunos años— agravan esta situación y nos exigen estar atentos a esta grave circunstancia. Requerimos ayuda internacional urgente y una acción adecuada por parte de las instituciones internacionales para abordar estas emergencias y fortalecer la autonomía democrática del pueblo haitiano.
¡Que viva la lucha del pueblo por una solución haitiana para Haití!
En vísperas de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), que se celebrará del 10 al 21 de noviembre de 2025 en Brasil, La Vía Campesina, un movimiento social de más de 200 millones de campesinxs y comunidades rurales, costeras y urbanas, lanza un llamamiento urgente y radical: debe terminar el tiempo de las falsas promesas y las soluciones de mercado.
Denunciamos a las corporaciones del agronegocio y a los gobiernos a su servicio: fabricaron la crisis climática y ahora secuestran los procesos intergubernamentales para mercantilizar la naturaleza, salvar sus negocios y robarle al pueblo la posibilidad de cambiar de rumbo, llevándonos directamente al colapso.
Ante esta realidad, nuestro movimiento reafirma su camino:
¡La UNDROP en la gobernanza climática!
¡Reforma agraria integral y popular ya!
¡Tierra y derechos para quienes enfrían el planeta! ¡La agroecología campesina es la respuesta!
Estas son soluciones reales, basadas en la soberanía alimentaria, la dignidad y la justicia para los pueblos del mundo.
Mientras la COP debate sobre la financiación climática y los mercados de carbono siguen girando —donde el afán de lucro marca el ritmo y la vida se vende al mejor postor— exigimos reparaciones climáticas tanto por la deuda climática como por la colonial, para allanar el camino hacia las transiciones agroecológicas, alzando la voz:
«Proponemos un nuevo paradigma financiero basado en subvenciones públicas incondicionales, no en préstamos. Estos fondos deben ser controlados democráticamente para impulsar transiciones justas y soberanas. […] Igualmente importante es que los países del Sur Global puedan transitar en sus propios términos, con reparaciones financieras, transferencia de tecnología y la autonomía para definir sus propias sendas de desarrollo. […] Promovemos la construcción de una solidaridad global que también apoye transiciones justas y soberanas para los pueblos del Norte Global, cuyo control sobre sus propias economías es crucial para acabar con el imperialismo y la explotación de la clase trabajadora y la Madre Tierra». – Propuestas planteadas en el manifiesto.
La COP30 se celebra en un contexto favorable a la organización popular, en Brasil, tierra de grandes movimientos sociales que no se rinden y que nos reciben con los brazos y el corazón abiertos en la lucha. La convergencia que hemos forjado en laCumbre de los Pueblos de cara a la COP30, junto con movimientos sociales de todo el mundo, nos da la fuerza y el poder para enfrentar a quienes, durante 30 años, han secuestrado la gobernanza climática y nos han robado, año tras año, la oportunidad de cambiar el rumbo de la humanidad.
«Como movimiento, participamos estratégicamente en los espacios de la ONU para organizar la resistencia colectiva y visibilizar las soluciones que surgen de los pueblos. […] Para lograr la transformación, debemos confrontar el sistema con sus propias herramientas, acumulando victorias que nos acerquen al cambio que necesitamos» – Propuestas planteadas en el manifiesto.
Este manifiesto es nuestra hoja de ruta en este momento decisivo, el pulso de la acción colectiva, un grito por una profunda transformación sistémica. Les invitamos a unirse a la lucha, a caminar con nosotros, hombro con hombro. Lean nuestras demandas, escuchen nuestras soluciones y sumérjanse en este manifiesto para reflexionar y avanzar juntos. El manifiesto se organiza en tres partes: las causas estructurales de la crisis, nuestras demandas y nuestras soluciones. Queremos que sirva como herramienta para debatir, discutir y cuestionar las narrativas hegemónicas.
VIII CONGRESO CONTINENTAL DE LA CLOC-VÍA CAMPESINA
México
2 diciembre – 9 diciembre, 2025
La Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo – CLOC-Vía Campesina, se realizará su VIII Congreso Continental, I Asamblea de Diversidades, VI Asamblea de Jóvenes, VII Asamblea de Mujeres en la Ciudad de México y el Estado de Morelos, México del 2 al 9 de diciembre, 2025.
La Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC-Vía Campesina) es una articulación continental de 96 organizaciones campesinas, indígenas, afrodescendientes y mujeres en 21 países de América Latina y el Caribe. Defendemos los derechos de los pueblos, particularmente la producción y vida campesina que garantice la soberanía alimentaria. Tiene un carácter socialista; asume la lucha de clases como medio para lograr una sociedad más justa. Se opone fuertemente a las políticas neoliberales a los agronegocios que destruyen las relaciones sociales y la naturaleza. La CLOC es la expresión de La Vía Campesina Internacional en América Latina y el Caribe.
Congresos de la CLOC
El Congreso de la CLOCes la mayor instancia que tiene como objetivo estudiar y dialogar entre las articulaciones nacionales y regionales de la CLOC-LVC, ratificar y consolidar los acuerdos y las líneas políticas consensuadas como coordinación. Forma parte de un proceso en el cual se realizarán los balances políticos y organizativos de las acciones de la CLOC y procesos regionales, los colectivos de trabajo, campañas y alianzas; así mismo, es el espacio para el estudio conjunto de análisis de coyuntura y los desafíos para las organizaciones y movimientos populares de América Latina, el Caribe y a nivel internacional.
Si desea recibir invitaciones para las conferencias de prensa, organizar alguna entrevista, o realizar cobertura presencial durante el Congreso (acceso limitado), por favor llenar el formulario (https://forms.gle/LMKZe6EHMLiNcmNo6) con sus datos para que el equipo de comunicación de la CLOC pueda comunicarse con usted.
(escribir directamente a clocomunicacion@gmail.com para solicitar link a un archivo editable en Canva)
Hashtag
#VIIICongresoCLOC
Consignas
VIII Congreso: ¡Frente a las crisis globales, construimos soberanía alimentaria! ¡Contra el imperialismo y el fascismo, América sigue en lucha!
VI Asamblea de Jóvenes: ¡Juventud del campo y la ciudad en lucha, sembrando rebeldías! ¡Construyendo soberanía alimentaria y poder popular!
VII Asamblea de Mujeres: ¡Contra el capital, patriarcado y fascismo: Más feminismo, organización y lucha!
I Asamblea de Diversidades: Las diversidades construyen agroecología y Soberanía Alimentaria en todos los territorios. Contra el fascismo y el imperialismo: Avanzamos fortaleciendo la lucha popular
03 de noviembre de 2025. Declaración de solidaridad con el pueblo venezolano
Condenamos de manera rotunda las amenazas reiteradas y sistemáticas de intervención estadunidense contra la patria bolivariana de Venezuela: desde el criminal bloqueo y sanciones impuestas, hasta las acciones terroristas y conspiración interna.
Fieles a los principios de libertad, soberanía y autodeterminación de los pueblos y naciones del mundo, defendemos el legítimo derecho que tiene el pueblo de Venezuela a su libre determinación de elegir su propio destino.
Rechazamos los argumentos empleados por el Imperialismo y su representante Donal Trump de desplazar barcos de guerra submarinos nucleares y misiles en las costas venezolanas y del caribe con el pretexto de combatir los carteles del narcotráfico en la región.
El mundo conoce que Estados Unidos no enfrenta desde su propio territorio este flagelo de la humanidad, donde sobrepasan los 50 millones de consumidores de droga y otras sustancias. Además del tráfico interno que se ha convertido en un negocio lucrativo que beneficia a los intereses de grupos poderosos de esa nación.
La Vía Campesina demanda a las instancias internacionales exigir al gobierno de los Estados Unidos el respeto a las leyes y normas proclamadas por esas instituciones. Condenamos las acciones de presión política militar, y bloqueo económico contra los países de América Latina y el caribe.