🔥 Las diversidades construyen agreocología y Soberanía Alimentaria contra el fascismo y el imperialismo, fortaleciendo la lucha popular.
🙌🏽 En el marco del VIII Congreso Continental de la CLOC – Vía Campesina, nos reuniremos como continente para construir propuestas concretas, acciones colectivas y compromisos políticos que consolidarán nuestra Articulación.
Del 6 al 13 de septiembre de 2025, más de 700 delegadas y delegados de más de 100 países se reunieron en Kandy, Sri Lanka, para el 3er Foro Mundial Nyéléni. Campesin@s, Pueblos Indígenas, pastores, pescador@s, movimientos feministas, jóvenes, trabajador@s y activistas de todos los continentes se unieron para renovar la lucha global por la justicia, la dignidad y la vida — dando origen a la Declaración de Kandy.
Más que un texto, esta declaración es el fruto de un proceso colectivo sin precedentes: construida a lo largo de años de asambleas locales y regionales, y traducida a 18 idiomas durante el Foro, para que todas las voces fueran escuchadas y cada palabra compartida en igualdad.
Se erige como una brújula política común para los movimientos del mundo — guiando las luchas por la soberanía alimentaria, la justicia climática y de género, y los derechos de los pueblos. Denuncia los sistemas del capitalismo, el patriarcado y el colonialismo que alimentan el hambre, la guerra y el colapso ecológico, al tiempo que afirma el poder de los pueblos para construir economías del cuidado, la solidaridad y la autodeterminación.
La Declaración de Kandy llama a los movimientos de todo el mundo a actuar en unidad, defender los bienes comunes y transformar la gobernanza global para que sirva a los pueblos y no al lucro.
Nacida de la sabiduría colectiva y la solidaridad multilingüe, es una hoja de ruta viva para los años venideros — iluminando el camino hacia la paz, la dignidad y la vida para tod@s.
La Vía Campesina expresa su más firme y fraterna solidaridad con el heroico pueblo cubano, que desde hace más de seis décadas resiste con dignidad el criminal e inhumano bloqueo económico, comercial financiero y mediático impuesto por el gobierno de los Estados Unidos. Este acto de guerra económica constituye una violación flagrante del derecho internacional y un atentado directo contra la soberanía, la autodeterminación y la vida del pueblo cubano.
Denunciamos con profunda preocupación la permanente amenaza militar que se cierne sobre el Caribe, con el despliegue de flotas de guerra estadounidenses que buscan intimidar y desestabilizar la región. Tales acciones imperialistas representan una grave amenaza a la paz, la seguridad y la integridad de nuestros pueblos.
Cuba, ejemplo de solidaridad internacional, ha compartido con el mundo sus saberes, su ciencia, su medicina y su compromiso con la justicia social. Hoy, cuando enfrenta nuevas agresiones y una crisis agravada por el bloqueo y las sanciones; reafirmamos nuestro reconocimiento y admiración por su resistencia, su dignidad y su capacidad de construir esperanza en medio de la adversidad. Un ejemplo de ello es la reciente promulgación de la Ley de fomento de la Agreocología que junto a la Ley de Soberanía Alimentaria (2022) consituyen un referente internacional en lograr sistemas de producción alimentos sanos y soberanos desde las manos del propio campesinado.
La Vía Campesina exige el levantamiento inmediato e incondicional del bloqueo estadounidense y el cese de toda amenaza militar en el Caribe. Reclamamos a la comunidad internacional que respete las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que año tras año condena esta política inhumana y unilateral.
Las 184 organizaciones de campesinxs, pastores, pescadores, indígenas y trabajadores rurales en más de 80 países, decimos con fuerza: ¡Cuba no está sola! Su ejemplo nos inspira en la lucha por la soberanía alimentaria, la justicia social y la paz entre los pueblos.
La Vía Campesina condena la presión política y militar, así como el bloqueo económico, contra los países de América Latina y el Caribe. El gobierno de Estados Unidos promueve intentos de golpe de Estado contra gobiernos populares mediante la financiación —política y económica— de gobiernos fascistas en el poder y de grupos de oposición antidemocráticos, conservadores y fundamentalistas.
Creemos firmemente que la solución a la crisis que azota a Haití debe surgir del propio pueblo y de sus movimientos sociales y políticos. Apoyamos su soberanía y admiramos sus luchas campesinas y sociales, que son la fuerza motriz de la resistencia y el cambio de este pueblo heroico.
Expresamos nuestra solidaridad con el pueblo haitiano y exigimos una solución a la crisis provocada por las Naciones Unidas, en particular por la injerencia del imperialismo estadounidense. Debemos preguntar por qué siguen llegando armas de guerra desde Estados Unidos a los grupos paramilitares que persisten en la masacre del pueblo haitiano. Esta situación impide que lxs campesinxs vendan sus productos, principalmente en la capital, Puerto Príncipe, donde se concentran las bandas armadas.
Condenamos las políticas anticampesinas del Estado que fomentan la inseguridad y la violencia contra las mujeres y las niñas, el acaparamiento de tierras, la falta de acceso a servicios sociales básicos y la injerencia internacional respaldada por gobiernos fascistas.
Recientemente, el pueblo haitiano se ha visto afectado por el huracán Melissa , que ha causado la muerte de decenas de personas y ha dejado a cientos de familias sin hogar y sin medios de producción, especialmente en las zonas rurales.
Las noticias sobre un brote de cólera —una crisis sanitaria que devastó el país hace algunos años— agravan esta situación y nos exigen estar atentos a esta grave circunstancia. Requerimos ayuda internacional urgente y una acción adecuada por parte de las instituciones internacionales para abordar estas emergencias y fortalecer la autonomía democrática del pueblo haitiano.
¡Que viva la lucha del pueblo por una solución haitiana para Haití!
En vísperas de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), que se celebrará del 10 al 21 de noviembre de 2025 en Brasil, La Vía Campesina, un movimiento social de más de 200 millones de campesinxs y comunidades rurales, costeras y urbanas, lanza un llamamiento urgente y radical: debe terminar el tiempo de las falsas promesas y las soluciones de mercado.
Denunciamos a las corporaciones del agronegocio y a los gobiernos a su servicio: fabricaron la crisis climática y ahora secuestran los procesos intergubernamentales para mercantilizar la naturaleza, salvar sus negocios y robarle al pueblo la posibilidad de cambiar de rumbo, llevándonos directamente al colapso.
Ante esta realidad, nuestro movimiento reafirma su camino:
¡La UNDROP en la gobernanza climática!
¡Reforma agraria integral y popular ya!
¡Tierra y derechos para quienes enfrían el planeta! ¡La agroecología campesina es la respuesta!
Estas son soluciones reales, basadas en la soberanía alimentaria, la dignidad y la justicia para los pueblos del mundo.
Mientras la COP debate sobre la financiación climática y los mercados de carbono siguen girando —donde el afán de lucro marca el ritmo y la vida se vende al mejor postor— exigimos reparaciones climáticas tanto por la deuda climática como por la colonial, para allanar el camino hacia las transiciones agroecológicas, alzando la voz:
«Proponemos un nuevo paradigma financiero basado en subvenciones públicas incondicionales, no en préstamos. Estos fondos deben ser controlados democráticamente para impulsar transiciones justas y soberanas. […] Igualmente importante es que los países del Sur Global puedan transitar en sus propios términos, con reparaciones financieras, transferencia de tecnología y la autonomía para definir sus propias sendas de desarrollo. […] Promovemos la construcción de una solidaridad global que también apoye transiciones justas y soberanas para los pueblos del Norte Global, cuyo control sobre sus propias economías es crucial para acabar con el imperialismo y la explotación de la clase trabajadora y la Madre Tierra». – Propuestas planteadas en el manifiesto.
La COP30 se celebra en un contexto favorable a la organización popular, en Brasil, tierra de grandes movimientos sociales que no se rinden y que nos reciben con los brazos y el corazón abiertos en la lucha. La convergencia que hemos forjado en laCumbre de los Pueblos de cara a la COP30, junto con movimientos sociales de todo el mundo, nos da la fuerza y el poder para enfrentar a quienes, durante 30 años, han secuestrado la gobernanza climática y nos han robado, año tras año, la oportunidad de cambiar el rumbo de la humanidad.
«Como movimiento, participamos estratégicamente en los espacios de la ONU para organizar la resistencia colectiva y visibilizar las soluciones que surgen de los pueblos. […] Para lograr la transformación, debemos confrontar el sistema con sus propias herramientas, acumulando victorias que nos acerquen al cambio que necesitamos» – Propuestas planteadas en el manifiesto.
Este manifiesto es nuestra hoja de ruta en este momento decisivo, el pulso de la acción colectiva, un grito por una profunda transformación sistémica. Les invitamos a unirse a la lucha, a caminar con nosotros, hombro con hombro. Lean nuestras demandas, escuchen nuestras soluciones y sumérjanse en este manifiesto para reflexionar y avanzar juntos. El manifiesto se organiza en tres partes: las causas estructurales de la crisis, nuestras demandas y nuestras soluciones. Queremos que sirva como herramienta para debatir, discutir y cuestionar las narrativas hegemónicas.
VIII CONGRESO CONTINENTAL DE LA CLOC-VÍA CAMPESINA
México
2 diciembre – 9 diciembre, 2025
La Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo – CLOC-Vía Campesina, se realizará su VIII Congreso Continental, I Asamblea de Diversidades, VI Asamblea de Jóvenes, VII Asamblea de Mujeres en la Ciudad de México y el Estado de Morelos, México del 2 al 9 de diciembre, 2025.
La Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC-Vía Campesina) es una articulación continental de 96 organizaciones campesinas, indígenas, afrodescendientes y mujeres en 21 países de América Latina y el Caribe. Defendemos los derechos de los pueblos, particularmente la producción y vida campesina que garantice la soberanía alimentaria. Tiene un carácter socialista; asume la lucha de clases como medio para lograr una sociedad más justa. Se opone fuertemente a las políticas neoliberales a los agronegocios que destruyen las relaciones sociales y la naturaleza. La CLOC es la expresión de La Vía Campesina Internacional en América Latina y el Caribe.
Congresos de la CLOC
El Congreso de la CLOCes la mayor instancia que tiene como objetivo estudiar y dialogar entre las articulaciones nacionales y regionales de la CLOC-LVC, ratificar y consolidar los acuerdos y las líneas políticas consensuadas como coordinación. Forma parte de un proceso en el cual se realizarán los balances políticos y organizativos de las acciones de la CLOC y procesos regionales, los colectivos de trabajo, campañas y alianzas; así mismo, es el espacio para el estudio conjunto de análisis de coyuntura y los desafíos para las organizaciones y movimientos populares de América Latina, el Caribe y a nivel internacional.
Si desea recibir invitaciones para las conferencias de prensa, organizar alguna entrevista, o realizar cobertura presencial durante el Congreso (acceso limitado), por favor llenar el formulario (https://forms.gle/LMKZe6EHMLiNcmNo6) con sus datos para que el equipo de comunicación de la CLOC pueda comunicarse con usted.
(escribir directamente a clocomunicacion@gmail.com para solicitar link a un archivo editable en Canva)
Hashtag
#VIIICongresoCLOC
Consignas
VIII Congreso: ¡Frente a las crisis globales, construimos soberanía alimentaria! ¡Contra el imperialismo y el fascismo, América sigue en lucha!
VI Asamblea de Jóvenes: ¡Juventud del campo y la ciudad en lucha, sembrando rebeldías! ¡Construyendo soberanía alimentaria y poder popular!
VII Asamblea de Mujeres: ¡Contra el capital, patriarcado y fascismo: Más feminismo, organización y lucha!
I Asamblea de Diversidades: Las diversidades construyen agroecología y Soberanía Alimentaria en todos los territorios. Contra el fascismo y el imperialismo: Avanzamos fortaleciendo la lucha popular
03 de noviembre de 2025. Declaración de solidaridad con el pueblo venezolano
Condenamos de manera rotunda las amenazas reiteradas y sistemáticas de intervención estadunidense contra la patria bolivariana de Venezuela: desde el criminal bloqueo y sanciones impuestas, hasta las acciones terroristas y conspiración interna.
Fieles a los principios de libertad, soberanía y autodeterminación de los pueblos y naciones del mundo, defendemos el legítimo derecho que tiene el pueblo de Venezuela a su libre determinación de elegir su propio destino.
Rechazamos los argumentos empleados por el Imperialismo y su representante Donal Trump de desplazar barcos de guerra submarinos nucleares y misiles en las costas venezolanas y del caribe con el pretexto de combatir los carteles del narcotráfico en la región.
El mundo conoce que Estados Unidos no enfrenta desde su propio territorio este flagelo de la humanidad, donde sobrepasan los 50 millones de consumidores de droga y otras sustancias. Además del tráfico interno que se ha convertido en un negocio lucrativo que beneficia a los intereses de grupos poderosos de esa nación.
La Vía Campesina demanda a las instancias internacionales exigir al gobierno de los Estados Unidos el respeto a las leyes y normas proclamadas por esas instituciones. Condenamos las acciones de presión política militar, y bloqueo económico contra los países de América Latina y el caribe.
Llamado a la acción – Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres
Bagnolet, 3 de noviembre – Desde hace 26 años, el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra las Mujeres, recuerda al mundo: ¡Basta de violencia contra las mujeres! Sin embargo, esta jornada llega en un contexto marcado por múltiples crisis, climática, alimentaria, económica, política, migratoria y de cuidados que amenazan los avances en igualdad, hasta el punto de que, según ONU Mujeres, se necesitarán casi 300 años para lograr la igualdad de género.
Para nosotrxs, en La Vía Campesina, la situación sigue siendo más alarmante que nunca: los pocos derechos obtenidos por las mujeres, y en especial, las mujeres campesinas, pastoras, pescadoras, sin tierra, asalariadas agrícolas, temporeras, hoy están retrocediendo, mientras que las tasas de violencia continúan aumentando en el campo.
Según el informe del Secretario General de la ONU sobre la situación de las mujeres y las niñas rurales, el 43% de la población mundial vive en zonas rurales y del 80% de las personas en situación de pobreza extrema viviendo en el ámbito rural, la mitad son mujeres. El informe evidencia que la desigualdad persiste: las mujeres rurales ganan solo 82 centavos por cada dólar que perciben los hombres en la agricultura, y en muchos países solo el 29% de las leyes garantiza efectivamente la igualdad de derechos sobre la tierra.
Asimismo, vemos con mucha preocupación el fortalecimiento de la derecha y ultraderecha en el mundo, junto con conservadurismos que atentan contra derechos históricos y básicos de las mujeres. Esta dinámica acompañada con guerras, conflictos, genocidios, crisis climáticas, discriminación, colonización directa e indirecta de los territorios, militarismo — exponiendo a mujeres campesinas, niñez y personas LGBTQIA+ a graves amenazas para su seguridad y a diversas formas de violencia sistémica y estructural.
Como movimiento campesino observamos con horror que en algunas regiones del mundo, como Gaza, Sudán, Congo, Haití, Ecuador, por ejemplo, las poblaciones sufren a diario masacres, ejecuciones brutales y ataques extremos, donde la violencia alcanza su paroxismo. En 2024, la ONU estimó que 676 millones de mujeres y niñas, es decir, el 17 % de la población mundial, vivían a menos de 50 km de zonas de conflicto, el registro más alto desde la década de 1990. Esta realidad representa una catástrofe humanitaria de dimensión planetaria, y a pesar de la magnitud de estas atrocidades, los derechos internacionales y los mecanismos de protección siguen completamente sobrepasados, incapaces de proteger a lxs sobrevivientes, siendo las mujeres y la niñez quienes pagan el precio más alto y están expuestos a tácticas de guerra brutales, como el uso del hambre y la violencia sexual como armas de guerra.
Las mujeres rurales como las urbanas, ya sea en el mundo árabe, África, América Latina, Asia o Europa, todas sufren violencia, injusticias y crímenes contra la humanidad. Estas realidades son innegables y ya no pueden minimizarse. La violencia afecta todos los aspectos de la vida de una mujer: física, psicológica, sexual, económica, política, patrimonial, cultural, institucional y ambiental.
A esto se suman las alarmantes tasas de feminicidios, prueba de que el derecho fundamental a la vida de las mujeres — guardianas de la vida — permanece en peligro permanente. Según un informe de la ONU publicado en 2024, cada día mueren 140 mujeres o niñas a manos o por acciones de su pareja o un familiar cercano, es decir, una mujer o niña cada diez minutos. Esta realidad refleja las fallas de un sistema global que es simultáneamente capitalista, patriarcal, colonial y racista, que orienta las políticas locales e internacionales y condena a la mitad del planeta a vivir en peligro constante e injusticia estructural, lejos de cualquier igualdad de género. La universalidad de estos hechos no es casual: se refuerza por las jerarquías patriarcales y la escasa representación feminista en los espacios de poder, perpetuando la violencia estructural y la desigualdad de género.
Las mujeres campesinas, indígenas, trabajadoras migrantes, sin tierra, pastoras, pescadoras, nómadas y recolectoras estamos en la primera línea de las luchas y resistencias contra todas las formas de violencia y contra el sistema capitalista mundial que confisca la soberanía de los pueblos y la paz. Guardianas de los sistemas de vida y de la resiliencia de las comunidades, estamos en el centro de los combates por la justicia climática, la tierra y la alimentación saludable. Protectoras de la tierra, preservamos nuestros territorios y las semillas, y alimentamos a nuestras familias, comunidades y al mundo entero. Nuestro trabajo de cuidado desafía los modelos económicos y políticos de muerte: preservan las prácticas agrícolas ancestrales, aseguran la producción y transformación de los alimentos, y garantizan una alimentación sana para todxs, desempeñando un papel crucial en la lucha por la soberanía alimentaria, a la vez que proponemos cambios estructurales basados en derechos, somos sujetas políticas de cambios y transformaciones que sostienen la vida y el planeta.
Realizamos un trabajo productivo — que sostiene las economías locales y los territorios — y un trabajo reproductivo — que mantiene la vida, la solidaridad y la cohesión de las comunidades. Sin embargo, en el corazón mismo de esta misión vital, se nos priva del derecho a la tierra y a los recursos que garantizan nuestra autonomía, dignidad y justicia. Somos las más afectadas por el hambre, las crisis climáticas, la pobreza y la falta de cuidados.
Por ello, nuestro movimiento considera que la verdadera revolución hacia un mundo más justo, en paz y capaz de garantizar la soberanía alimentaria no podrá lograrse sin las mujeres y su justicia. Continuamos nuestra lucha campesina, mujeres y hombres unidxs, para defender la vida y la justicia en el mundo contra este sistema global basado en la lógica de destrucción y el lucro capitalista, que amenaza a la Madre Tierra, los sistemas ecológicos, las comunidades rurales, la soberanía alimentaria, nuestra salud y el futuro de las generaciones venideras.
Nuestra visión del mundo, basada en los principios de soberanía alimentaria, reforma agraria y prácticas agroecológicas, es una respuesta a todas estas crisis contra la pobreza y el hambre. En este día, hacemos un llamado a todas nuestras organizaciones regionales y locales, a nuestras aliadas y aliados, movimientos y colectivos sociales, así como a todas las personas de conciencia, a reunirse y movilizarse para poner fin a la violencia contra mujeres, niñas y diversidades, tanto en el campo como en la ciudad, y frente a las guerras y genocidios. Nuestra lucha por la paz es colectiva y solidaria.
¡Juntxs, podemos cambiar esta realidad y enfrentar un sistema capitalista mundial que nos afecta a todxs!.
¡Únete a la acción global!
Durante todo el mes de noviembre, les invitamos a autoorganizarse y hacernos llegar sus acciones locales. Les invitamos también a tejer alianza con nuestras organizaciones nacionales y regionales y hacer eco de nuestras luchas. ¡Lo haremos construyendo unidad de acción! ¡Debemos campesinizar los feminismos, y unir fuerzas a la lucha por la Soberanía Alimentaria!
El 25 de Noviembre Lanzaremos nuestra nueva Publicación “Justicia Climática, una mirada desde el Feminismo Campesino y Popular está disponible en ES, FR, EN y PT. Siguen nuestra web oficial para que puedas descargarla y usarla en para la formación a nivel regional, nacional y local.
Kit de comunicación aquí: Afiche oficial + materiales para redes sociales- Adapta el afiche a tu lengua local, incluimos una versión en blanco también.
Muro de acciones globales: Sube en este link las acciones locales y regionales que harán durante esta jornada. Además, usa este muro como herramienta de consulta, para entérate de todas las acciones a nivel mundial.
Sigue nuestra comunicación oficial,¡ Únete a nuestro canal de Telegram! t.me/lvcstruggles
Usa estos hashtags #25N25 #BastaDeViolenciaContrasLasMujrexs #MujerxsEnLucha #FeminismoCampesinoYPopular
En un manifiesto contundente publicado a las puertas de la COP30, 55 movimientos y organizaciones de 14 países latinoamericanos y del Caribe, se han unido para rechazar los mercados de carbono y defender sus territorios contra una avalancha de proyectos de compensación de carbono que está causando daños en toda la región.
Los grupos – que representan principalmente pueblos indígenas, afrodescendientes, comunidades campesinas y pescadoras – afirman que los mercados de carbono son una falsa solución al cambio climático que permiten a las corporaciones evitar los recortes obligatorios de emisiones utilizando los territorios del Sur Global para generar créditos de carbono. Señalan más de 80 ejemplos de negocios con tierras para la captura de carbono por plantaciones industriales de árboles, ganadería extensiva y monocultivos de granos, que cubren más de dos millones de hectáreas en América Latina y Caribe y que ya están alimentando el acaparamiento de tierras y la destrucción de los sistemas alimentarios locales.
El manifiesto destaca cómo la promesa de elevados pagos por estos proyectos de carbono está dividiendo a las comunidades que están cada vez más vulnerables por la falta de apoyo gubernamental y el acaparamiento de sus tierras por parte de empresas mineras, madereras y agroindustriales.
“Los mercados de carbono están más sofisticados, y siendo regulados en las Leyes nacionales. Las corporaciones arrojan algunas migajas de sus enormes ganancias a los Estados del Sur Global, cuyos presupuestos son cada vez más limitados, y estos Estados ofrecen tierras —principalmente de pueblos y comunidades locales— para integrarlas en los sistemas mundiales de comercio de emisiones. Los Estados lo presentan como una política pública, pero en realidad se trata de una financiarización de la política social que da acceso a la tierra a las empresas extranjeras”, afirma Larissa Packer, de la organización internacional GRAIN.
“Hay supuestas consultas a las comunidades -incluso en sus lenguas – y salvaguardas socioambientales para que se inscriban en estos proyectos. Pero muchos contratos tienen confidencialidad y las comunidades no pueden informarse sobre las responsabilidades y multas que asumen en caso de incendios o deforestación, los riesgos sobre los derechos colectivos sobre los territorios, ni que sus tierras están siendo usadas para lavar la imagen de los contaminadores o para seguir con la destrucción de territorios y comunidades en otras partes”, comenta Ivonne Yánez de Acción Ecológica.
Los grupos afirman que la presión sobre las comunidades puede empeorar, ya que grandes inversores como el fondo soberano de Arabia Saudita PIF, el banco brasileño BTG, las compañías tecnológicas como Microsoft y Amazon, así como mecanismos cómo el Fondo de Bosques Tropicales para Siempre (TFFF), están invirtiendo enormes sumas de dinero en proyectos de carbono en la región, en asociación con los Estados o directamente.
“Los mercados de carbono son una nueva forma que tienen los multimillonarios y las empresas de extraer más riqueza de nuestros territorios. Ganan dos veces, con permiso para ampliar las actividades relacionadas con los combustibles fósiles y con las ganancias de los mercados de compensación de carbono, agua y biodiversidad, afirma Anderson Amaro, miembro del Movimiento de los pequeños Agricultores de Brasil (MPA) y de la Coordinadora Latino Americana de Organizaciones Campesinas (CLOC-Via Campesina). “Rechazamos esta captura de tierras por el mercado de carbono y trabajaremos juntos para impedir que las empresas utilicen nuestras tierras, aguas y bosques para maquillar de verde su contaminación”.
Las organizaciones afirman que los mercados de carbono forman parte de un colonialismo del carbono más amplio, en el que la guerra es uno de los principales factores contemporáneos que agravan las crisis climática, ecológica y social. Señalan que, mientras los gobiernos del Norte Global gastan cada vez más en sus ejércitos, se niegan a pagar por sus responsabilidades históricas, en el agravamiento de la crisis climática y, en cambio, proponen planes de financiación climática cada vez más basados en la deuda, que solo benefician a las élites financieras.
Los firmantes convocan las organizaciones de todo el mundo a apoyar al Manifiesto en defensa de los territorios, de la naturaleza y de la soberanía alimentaria, en contra de la mercantilización y financiarización de la naturaleza y de la vida.
Foto: Protesta en el territorio Tauá -PA 483, en contra de la instalación del complejo industrial del agronegocio en Barcarena Belém, Brasil, Octubre 2025. Credito: Raoni Figueiredo.
Em um manifesto contundente publicado às vésperas da COP30, 55 movimentos e organizações de 14 países da América Latina e Caribe se uniram para rejeitar os mercados de carbono e defender os seus territórios contra uma avalanche de projetos de compensação de carbono que está gerando danos em toda a região.
Os grupos — que representam principalmente povos indígenas, afrodescendentes, comunidades camponesas e pescadoras — afirmam que os mercados de carbono são uma falsa solução para as mudanças climáticas, que permitem que as empresas evitem cortes obrigatórios de suas emissões usando os territórios do Sul Global para gerar créditos de carbono. Eles apontam mais de 80 exemplos de negócios com terras para captura de carbono por meio de plantações industriais de árvores, pecuária extensiva e monoculturas de grãos, que cobrem mais de dois milhões de hectares na América Latina e no Caribe e já estão alimentando a apropriação de terras (land grabbing) e a destruição dos sistemas alimentares locais.
O manifesto destaca como a promessa de pagamentos elevados por esses projetos de carbono está dividindo comunidades que estão cada vez mais vulneráveis devido à falta de apoio governamental e à apropriação de suas terras por parte de empresas mineradoras, madeireiras e agroindustriais.
“Os mercados de carbono estão mais sofisticados e regulados nas leis nacionais. As corporações jogam algumas migalhas de seus lucros enormes aos Estados do Sul Global, cujos orçamentos estão cada vez mais limitados, e esses Estados oferecem terras — principalmente de povos e comunidades locais — para integrá-las nos sistemas mundiais de comércio de emissões. Os Estados apresentam isso como uma política pública, mas na realidade é uma financeirização da política social que dá acesso à terra a empresas estrangeiras”, afirma Larissa Packer, da organização internacional GRAIN.
“Há supostas consultas às comunidades — inclusive em suas línguas — e salvaguardas socioambientais para que elas se inscrevam nesses projetos. Mas muitos contratos são confidenciais e as comunidades não podem se informar sobre as responsabilidades e multas que assumem em caso de incêndios ou desmatamento, os riscos sobre os direitos coletivos sobre os territórios, nem que suas terras estão sendo usadas para lavar a imagem dos poluidores ou para seguir destruindo territórios e comunidades em outras partes”, comenta Ivonne Yánez, da Acción Ecológica.
Os grupos afirmam que a pressão sobre as comunidades pode piorar, uma vez que grandes investidores como o fundo soberano da Arábia Saudita PIF, o banco brasileiro BTG, empresas tecnológicas como a Microsoft e a Amazon, bem como mecanismos como o Fundo Florestas Tropicais para Sempre (TFFF), estão investindo enormes somas de dinheiro em projetos de carbono na região, em parceria com os Estados ou diretamente.
“Os mercados de carbono são uma nova forma que os multimilionários e as empresas têm de extrair mais riqueza dos nossos territórios. Eles ganham duas vezes, com a permissão para expandir as atividades relacionadas aos combustíveis fósseis e com os lucros dos mercados de compensação de carbono, água e biodiversidade”, afirma Anderson Amaro, membro do Movimento dos Pequenos Agricultores do Brasil (MPA) e da Coordenadora Latino-Americana de Organizações Camponesas (CLOC-Via Campesina). “Rejeitamos essa apropriação de terras pelo mercado de carbono e trabalharemos juntos para impedir que as empresas utilizem nossas terras, águas e florestas para maquiar de verde sua poluição”.
As organizações afirmam que os mercados de carbono fazem parte de um colonialismo de carbono mais amplo, no qual a guerra é um dos principais fatores contemporâneos que agravam as crises climática, ecológica e social. Elas apontam que, enquanto os governos do Norte Global gastam cada vez mais com seus exércitos, se recusam a pagar por suas responsabilidades históricas, agravando a crise climática e, em vez disso, propõem ações de financiamento climático cada vez mais baseadas em dívida, que beneficiam apenas as elites financeiras.
Os signatários convocam as organizações de todo o mundo a apoiar o Manifesto em defesa dos territórios, da natureza e da soberania alimentar, contra a mercantilização e a financeirização da natureza e da vida.
Foto: Protesto no território de Tauá -PA 483, contra a instalação do complexo industrial do agronegócio em Barcarena Belém, Brasil, outubro de 2025. Crédito: Raoni Figueiredo.