22 de noviembre de 2015
Nosotros, movimientos populares y organizaciones sociales de la región, representantes de indígenas, mujeres, campesinos, sindicales, jóvenes, estudiantes, comunicadores, afrodescendientes, religiosos, intelectuales y artistas, nos hemos reunido en La Habana, entre el 20 y 22 de noviembre de 2015, diez años después de la derrota del ALCA, para celebrar esa victoria de los pueblos del continente, que demuestra nuestra enorme capacidad de articularnos y vencer.
Hace más de diez años nos unimos en una campaña continental en toda la región con gran diversidad de fuerzas y actores, desde Alaska hasta Tierra del fuego, en un compromiso de acción común que resultó en un ascenso de las luchas y movilizaciones. Hoy nos encontramos aquí para celebrar esa victoria histórica, nuestro acumulado de todos estos años y fortalecernos para seguir adelante.
Este es un momento clave para el continente. El imperialismo reconstruye su estrategia de dominación articulada que se expresa en una gran ofensiva del capital, los avances del libre comercio, el poder de las trasnacionales que violan nuestras soberanías, en una lógica que también es militar, cultural y mediática donde el monopolio de los medios de comunicación tiene un papel alienante y de control.
La rearticulación de la derecha amenaza conquistas políticas y sociales, resultado de largos procesos de lucha popular. La defensa de la democracia y los procesos de transformación en la región es fundamental.
Es imprescindible fortalecer la lucha y el protagonismo de los movimientos populares, las organizaciones sociales y nuestras alianzas por las transformaciones sociales, para el ejercicio de los derechos, la ampliación de nuestras conquistas, y la profundización de las democracias.
Frente a la crisis sistémica capitalista, se reconfiguran iniciativas para la mayor concentración de las riquezas. Se aceleran y retoman los procesos de financiarización como mecanismos para ahondar el endeudamiento y la dominación, presionando para las firmas de tratados de libre comercio e inversiones y otras formas de colonización que persiguen la pérdida de soberanía de los pueblos a favor de los intereses del gran capital.
Una de estas formas se expresa en los nuevos marcos de la arquitectura financiera y comercial que incrementa la impunidad del capital como el Acuerdo Transpacífico (TPP), los Tratados Bilaterales de Inversión (TBI), Acuerdo sobre comercio y servicios, (TISA), Asociación trasatlántica de comercio e inversiones, (TTIP), Acuerdo Económico y Comercial Global entre Canadá y Europa (CAECG), Plan para la prosperidad, y Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI). La movilización popular y social sigue siendo nuestra fuerza fundamental para enfrentar esta estrategia. En ese sentido celebramos la reciente victoria sobre el TISA en Uruguay.
El sistema capitalista organiza su lógica en un modelo de producción, reproducción y consumo extractivista, depredador de la naturaleza, que promueve la sobrecarga de trabajo de las mujeres y la explotación de la fuerza de trabajo. También impacta sobre nuestras soberanías, promueve marcos institucionales que avanzan en la mercantilización y despojo de nuestros territorios, la privatización de los bienes comunes, el sostenimiento de agendas que amenazan los procesos democráticos y las conquistas sociales que debemos defender. No aceptamos que los pueblos sean quienes paguen los costos de esta crisis y nos movilizamos contra la pérdida de derechos de los trabajadores. Necesitamos fortalecer la movilización popular frente al accionar de las trasnacionales y el capital.
Reconocemos la integración desde los pueblos como un proyecto fundamental para construir nuestras alternativas y pasar a una ofensiva frente a la crisis que nos impone el modelo dominante. Los pasos que se han dado a partir de los cambios en Mercosur y el surgimiento en estos años de mecanismos de concertación política e integración como UNASUR, ALBA y CELAC ensanchan el camino hacia una verdadera integración. Debemos defender estos procesos y disputar en ellos los sentidos y la participación popular. La concreción del proyecto histórico depende del protagonismo del movimiento popular en estos ámbitos.
Ratificamos nuestra condena a los golpes de estado, la ocupación y la creciente presencia militar en la región. Igualmente condenamos la criminalización de la protesta social legítima. Reclamamos la retirada de las bases militares extranjeras en nuestros territorios y respaldamos la proclama de América Latina y el Caribe como región de paz.
La paz con justicia social en Colombia es la paz en el continente. Respaldamos los diálogos en curso como una contribución central hacia la paz. Reiteramos la exigencia de la retirada de las tropas de la MINUSTAH de Haití como una de las prácticas colonialistas vigentes en varios de nuestros territorios.
A partir de lo anterior, hemos tenido francos debates en los que reconocemos como ejes que generan una base posible para una articulación amplia, diversa y plural:
La lucha contra el libre comercio y las trasnacionales; la profundización de los procesos democráticos y la defensa de las soberanías; la Integración desde los pueblos.
En estos tiempos la comunicación como un proceso de construcción colectiva, es una experiencia y acumulado a fortalecer en nuestras luchas para disputar hegemonía. Es clave también seguir fortaleciendo los procesos de formación y educación popular para ampliar y democratizar los debates que necesitamos tener como pueblos, y conectar las resistencias de los territorios con la diversidad de articulaciones regionales que hoy existen.
La solidaridad como práctica cotidiana es un principio de unidad y continúa siendo nuestro principal eje articulador de las luchas.
Salimos de La Habana fortalecidos del reencuentro, con una agenda común que nos compromete a todas y todos a seguir sumando esfuerzos para consolidar un proceso de ampliación de una base diversa y plural.
Asumimos el compromiso de regresar a nuestros países para profundizar estos debates y seguir sumando esfuerzos y generando espacios de encuentro.
Convocamos a reunirnos en un siguiente Encuentro en La Habana para darle continuidad a la realización de estos Encuentros Hemisféricos, en la búsqueda de seguir articulando la lucha conjunta en nuestra región.
Llamamos a todas y todos a una acción de lucha conjunta contra el libre comercio y las trasnacionales el 4 de noviembre de 2016. Tengamos una jornada de lucha y movilización que nos permita dar un paso más para fortalecer una acción común.
Agradecemos al pueblo cubano, que continua resistiendo el bloqueo norteamericano, y a sus organizaciones que una vez más nos han convocado. De aquí salimos con fuerzas renovadas y convencidos de la justicia de nuestra lucha y de nuestras posibilidades de andar y construir juntos.
La Habana, Cuba, 22 de noviembre 2015