Cada 17 de abril se conmemora el Día Mundial de la Lucha campesina, fecha que nos invita a reflexionar sobre la lucha constante que realizan nuestros pueblos indígenas u originarios en la defensa por la tierra y el reconocimiento de sus derechos. Como se recuerda, un 17 de abril de 1996 policías militares brasileños abrieron fuego contra una marcha del MTS (Movimiento de los Sin Tierra de Brasil), en donde fueron asesinados 69 campesinos quienes reclamaban el derecho a la tierra. A raíz de este hecho, se fijó el 17 de abril como Jornada Mundial de la Lucha Campesina, el cual tiene como objetivo defender a la pequeña agricultura y la soberanía alimentaria, así como promover la justicia social y dignidad de los pueblos originarios.
En nuestro país, nuestros pueblos indígenas, andinos y amazónicos continúan siendo las poblaciones más excluidas y desatendidas de parte de los gobiernos de turno, quienes continúan implementando políticas neoliberales sin considerar las consecuencias negativas hacia nuestros pueblos y a nuestro planeta, como son: la pobreza, la explotación indiscriminada y la contaminación. Asimismo existen políticas estatales que favorecen modelos de producción agrícola de exportación y agronegocio, altamente contaminante, poco responsable y explotador de recursos naturales, e incluso se aprueban normativas y/o proyectos de leyes que pretenden debilitar los derechos de nuestros pequeños agricultores campesinos e indígenas y originarios sobre los territorios y recursos naturales en los que habitan, poniendo en peligro la subsistencia de nuestros pequeña agricultura familiar y comunitaria.
En este contexto de incertidumbre, es urgente que el Estado implemente un nuevo modelo de desarrollo, inclusivo y responsable con nuestra madre tierra, que respete el modo de vida de nuestras familias campesinas, pequeños productores agrarios que con su trabajo sustentas más del 70% del consumo interno de nuestro país. Así también, resulta importante la aprobación de políticas agrarias sostenibles que garanticen el acceso a alimentos sanos y nutritivos, que favorezcan la producción local y la biodiversidad de nuestras semillas y productos, y revaloricen prácticas y saberes ancestrales de nuestras comunidades campesinas y nativas.
Según el Convenio 169 de la OIT, ratificado por el Estado peruano en el año 1994, señala que los Estados deben asumir la responsabilidad de desarrollar con participación de los pueblos interesados, una acción coordinada y sistemática con miras a proteger los derechos de los pueblos y a garantizar el respecto de su integridad, es decir un compromiso que debe promover la identidad y el desarrollo de nuestras comunidades, quienes contribuyen a la preservación de la biodiversidad y los recursos naturales que hacen del Perú uno de los países con mayor patrimonio natural y vivo del mundo.
Por ello desde CNA reafirmamos nuestro compromiso en velar por los intereses de nuestros miles de pequeños y medianos agricultores (as), siendo la voz de nuestros pueblos, pero también implementando propuestas para el desarrollo sostenible de nuestro campesinado y trabajando firmemente en la promoción de nuestra agricultura sostenible, seguridad y soberanía alimentaria, mercados locales, así como la seguridad de tierras y territorios y el fortalecimiento en liderazgo de nuestros hermanos y hermanas para el ejercicio pleno de sus derechos colectivos.
De esta manera, hacemos un llamado a todos nuestros hermanos y hermanas agricultores (as), campesinos indígenas y ciudadanía en general para mantener nuestros principios en la preservación de la tierra y la vida, socializar y articular agendas comunes para hacer incidencias en las políticas públicas, con temas y propuestas impulsados desde el pueblo, buscando que los propios actores sean escuchados y que se respete el Convenio Internacional 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Los pueblos indígenas seguimos presente y decimos: ¡No al modelo extractivista y explotador de recursos naturales que pone en peligro nuestro derecho de vivir libres y restringiendo nuestros derechos colectivos! ¡ Basta de perseguir y criminalizar la lucha de nuestros líderes y lideresas indígenas!