La velocidad con la cual todos los ámbitos sociales son atravesados por internet es innegable, la virtualidad abarca cada vez más espacios. Sin embargo, la gran promesa de una internet igualitaria y favorable al desarrollo de conocimientos y capacidades es minada por su extrema mercantilización, impulsada por grandes empresas transnacionales. Esto es una amenaza a las aspiraciones de soberanía y democracia de los pueblos.
En tanto, los actores sociales y los Estados reaccionan con relativa lentitud, sin lograr instalar escenarios que equilibren el desmedido poder de unas pocas empresas sobre el espacio público. Más aún, en América Latina y el Caribe, estas discusiones quedan relegadas por la urgencia y la gravedad de otras necesidades de las grandes mayorías. Todo esto aumenta la disparidad y la dependencia tecnológica de grandes transnacionales.
Por eso, el Voz Campesina 81 se propone analizar estos temas junto a integrantes de Internet Ciudadana, un espacio abierto y participativo que aglutina a organizaciones y movimientos sociales, y que lucha por una internet libre y de los pueblos.
El segundo programa de 2022 de nuestra Voz Campesina tiene la particularidad de haber sido transmitido en vivo el 25 de abril desde Managua, capital nicaragüense, donde desde la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC-La Vía Campesina) realizamos varias actividades en conmemoración de los 30 años de La Vía Campesina, del 22 al 28 de abril.
En este primer programa de 2022 empezamos a conmemorar los 30 años de La Vía Campesina, un motivo que nos acompañará a lo largo del año.
RMR
Recordemos que La Vía Campesina nació en 1992 en Nicaragua , durante la organización del tercer Encuentro Continental de los 500 años de resistencia indígena, afrodescendiente y popular, como una expresión de lucha, resistencia y articulación para construir un movimiento internacional capaz de dar voz y resonancia a las campesinas y campesinos de todo el mundo , teniendo como objetivos en común: un rechazo explícito del modelo neoliberal de desarrollo rural, un rechazo indiscutible a ser excluidas/os del desarrollo de la política agrícola y la determinación de “no desaparecer”.
A partir de este interés y compromiso común nació la Declaración de Managua, suscrita por representantes de ocho organizaciones campesinas de Centroamérica, el Caribe, Europa, Canadá y los Estados Unidos, que se reunieron para participar en el Segundo Congreso de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG) celebrado también en Managua, los días 25 y 26 de abril de 1992.
Estos encuentros derivan en episodios fundamentales en la historia de LVC como la organización de la Campaña Continental de los 500 años de Resistencia Indígena, Afrodescendiente y Popular y la reunión que marcó el inicio de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) y la Declaración de Managua que dio origen a La Vía Campesina.
Para reflexionar sobre estas tres décadas de lucha campesina a nivel global, desde América Latina y el Caribe conversamos con tres referentes de la CLOC-VC:
Por la región Caribe: Lidia Ferrer Paredes , militante de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas (CONAMUCA) de República Dominicana, encargada de formación de CONAMUCA y de CLOC-Vía Campesina.
Por Centroamérica: Yasmín López , Coordinadora General del Consejo para el Desarrollo Integral de la Mujer Campesina (CODIMCA) de Honduras, integrante de la Articulación de Jóvenes y de la Comisión Política CLOC-Vía Campesina
Por Sudamérica: Jaime Amorim integrante de la Dirección Nacional del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil y de la Comisión Política de la CLOC-Vía Campesina.
Para reflexionar sobre las movilizaciones del 8 de Marzo y las acciones llevadas a cabo por la CLOC para conmemorar esta fecha de lucha por los derechos de las mujeres, contamos con los testimonios de Paloma Catrileo de la Red de Mujeres del Wallmapu y de María Canil de CONAVIGUA (Guatemala).
Desde Venezuela nos comparten dos testimonios sobre la experiencia de la Unión Comunera y la Escuela Agropecuaria “Ernesto Che Guevara” que está liderada por jóvenes.
Conducción y producción: Azul Cordo (RMR) y Blanca Domini (CLOC).
Producción de audios 8 de Marzo y Jóvenes:
8M: Yenni Aros (ANAMURI) y Rocizela Pérez (CONAVIGUA)
Jóvenes: María Bonita Cuenta.
Edición: Azul Cordo y Edgardo Mattioli (RMR)
Tema musical: «Jardines», Chancha vía Circuito junto a Lido Pimienta.
Dedicamos este programa al compañero Carlos Vicente . ¡Presente!
Podcast producido por RMR y CLOC-La Vía Campesina. Especial 25 de Noviembre.
Este 25 de Noviembre se conmemoró otro Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y comienzan los 16 días de activismo hasta el 10 de Diciembre, Día de los Derechos Humanos.
En este contexto, La Vía Campesina llama a acciones simbólicas de concienciación, visibilización y solidaridad, a la vez que denuncia las alarmantes violencias que viven las mujeres, la niñez y diversidades en el mundo, que se han agudizado con la pandemia del COVID-19.
Para profundizar en este llamado a la acción contra la violencia de género y conocer las luchas que el campesinado latinoamericano y caribeño está llevando adelante para frenar esas formas de machismo y de actitudes patriarcales, en este Voz Campesina conversamos con: Aixa Tolentino Miranda de la organización Boricuá de Agricultura Ecológica (Puerto Rico) representando la región Caribe; Manuela de Jesús Sarmiento Gutiérrez, del Consejo para el Desarrollo Integral de la Mujer Campesina – CODIMCA (Honduras) por Centroamérica y Rosa Toledo de la Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas – CONAMURI (Paraguay) por Sudamérica.
POR UNA VIDA LIBRE DE VIOLENCIAS
«Los retos que vivimos las mujeres rurales en Puerto Rico son el acceso a la salud, acceso a tierra, a alimentos, a educación -dijo Aixa Toletino Miranda-. Particularmente este año ha surgido en el país, gracias a los movimientos sociales de mujeres en lucha, una oportunidad de encaminar esfuerzos y dirigir hacia dónde queremos ir: se estableció un “estado de emergencia” en el país, en relación a la violencia por razones de género, y hemos estado debatiendo cómo las políticas públicas inciden o no, de manera concreta, en el diario vivir de la comunidad. Este 25 de noviembre estamos exigiendo que estas campañas, procesos y herramientas vayan más dirigidos a las bases».
«Debemos exigir campañas dirigidas a la erradicación de la violencia de género más amplias y con impacto comunitario, dirigidas a sobrevivientes y a sus familias y a la sociedad en general, que incluyan intercambios y propuestas desde las bases. La pandemia nos ha aislado, pero hay un esfuerzo monumental de nuestras organizaciones por crear espacios seguros para seguir encontrándonos«, comentó la referente de Boricuá.
POR UNA VIDA JUNTAS
“Es muy triste escuchar las violaciones a los derechos que sufrimos como mujeres, pero nos fortalece saber que estamos luchando juntas para acabar con esto”, dijo Rosa Toledo, que denunció las constantes amenazas de desalojo, persecuciones y criminalización que sufren en Paraguay las compañeras campesinas indígenas por defender el derecho a la tierra. Para resistir los desalojos “buscamos construir unidad en alianza con otras organizaciones”, añadió la integrante de CONAMURI.
En Voz Campesina recordamos y denunciamos el ataque sufrido por CODIMCA en abril de este año, cuando un grupo armado entró a la sede de la organización en Tegucigalpa buscando a la coordinadora general, Yasmín López. Ella no se encontraba en ese momento en el local y, advertida de la situación, nunca llegó a la sede para salvaguardar su vida. Pero sus compañeras fueron maniatadas y los delincuentes robaron las computadoras. Desde entonces, Yasmín no puede llevar la vida que tenía antes. “Esto es un ejemplo más de lo que sufren las defensoras en este país”, dijo Manuela de Jesús Sarmiento Gutiérrez.
POR UNA VIDA CON AUTONOMÍA ECONÓMICA
En este 25 de Noviembre, las exigencias de CODIMCA son crear leyes que protejan los derechos de las mujeres, en especial que promuevan la creación de “fuentes de empleo para nosotras, ante la extrema pobreza que vivimos”, dice Manuela, con 70% de la población pobre. “Nuestras condiciones de vida son precarias: hay desempleo o empleos mal pagos y no podemos satisfacer las necesidades que tenemos en nuestros hogares”. Para revertir esta situación, la organización lleva años promoviendo una reforma agraria integral, con propuestas como Credimujer, un plan de créditos para facilitar el acceso de las mujeres a la tierra
«En las áreas rurales debemos cambiar la dependencia de los hombres que las mujeres seguimos teniendo. Al no tener acceso a ingresos propios, eso nos afecta grandemente, nos hace daño y nos impide hacer nada más», advirtió Manuela Sarmiento.
Reforzar la lucha por la reforma agraria, con la agroecología como una herramienta clave para construir soberanía alimentaria, “buscando la vuelta al campo, innovando para atraer a la juventud, que somos los más obligados a dejar nuestros pueblos e ir a las ciudades -supuestamente en busca de una vida mejor”, agregó Rosa Toledo.
Análisis e intercambio con referentes campesinos de Sudamérica, Centroamérica y Caribe junto a Amigos de la Tierra Internacional.
El 16 de octubre, declarado como Día Mundial de la Alimentación por la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), es conmemorado por La Vía Campesina como el Día Internacional de Acción por la Soberanía Alimentaria de los Pueblos y contra las Transnacionales.
En este marco, a lo largo de octubre, La Vía Campesina junto a organizaciones aliadas de todo el mundo conmemora 25 años de construcción de la Soberanía Alimentaria y desarrolla un Mes de Acción, con diversas actividades.
Para analizar lo que está pasando en América latina y el Caribe en este Voz Campesina conversamos con: Ramona Acuña de Cultiva Paraguay, agroecóloga de formación, campesina y militante feminista, en representación de CLOC Sudamérica; Guadalupe Esquivel de la Federación de Cooperativas de la Reforma Agraria de la Región Central (FECORACEN) de El Salvador, por la región Centroamérica; Luis Cabrera de la Federación de Campesinos Independientes Mama Tingó (FECAINMAT) por la región Caribe; y Martín Drago, coordinador del Programa de Soberanía Alimentaria de Amigos de la Tierra Internacional.
“Paraguay es uno de los países más desiguales sobre tenencia de la tierra: el 2% de la población ostenta el 82% de las tierras cultivables, y el resto de la población nos quedamos con el resto que queda y lo repartimos entre campesinos, indígenas y otros sectores trabajadores”, afirmó Ramona Acuña. En las últimas semanas, el país sudamericano vive un recrudecimiento en la criminalización a campesinos y campesinas, mediante la modificación del artículo 142 del Código Penal, que aumenta las penas para hechos que configuren la «posesión de tierras mal habidas». Al elevar las penas hasta 10 años por «invasión de inmuebles ajenos» esto se vuelve un crimen y no se permiten penas alternativas, sino solo penas privativas de la libertad. A la vez, el país modificó el Estatuto Agrario, que amparaba y organizaba la titularidad para que el campesinado acceda a la tierra, para facilitar ahora que la tierra quede en manos de latifundistas vinculados al narcotráfico, al contrabando, a los grandes medios de comunicación y en manos extranjeras.
Desde El Salvador, Guadalupe Esquivel remarcó la falta de acceso a la tierra para las mujeres algo generalizado en la región y en el mundo, a pesar de que ellas son protagonistas en la producción de alimentos sanos para los pueblos. En este país centroamericano, solo 13% de las mujeres campesinas poseen tierras, las demás están en manos «de los esposos o son tierras arrendadas», dijo.
Esquivel también denunció la falta de apoyo del gobierno de Nayib Bukele hacia el campesinado, afectado por el aumento de precios de los insumos agrícolas y la falta de inversión en comprar producción nacional como el maíz. Así «no hay un precio que garantice la estabilidad económica de productores y productoras: se produce un quintal de maíz por 25 dólares y lo están comprando a 11 dólares», ejemplificó la referente de FECORACEN, que además criticó la iniciativa gubernamental de reformar la Constitución para «secuestrar tierras que supuestamente están ociosas, donde funcionan cooperativas, que tienen mil manzanas pero no hay incentivo agrícola para que puedan trabajarla toda, entonces van trabajándola por partes. Quieren quitarles esas tierras a nuestros compañeros y compañeras».
Desde República Dominicana, Luis Cabrera también denunció que el aumento del precio de los insumos, triplicado en lo que va de 2021, afecta mucho la producción agropecuaria y se acaba vendiendo riqueza «a precio de vaca muerta». «No hay posibilidad de producir alimentación sana si no tenemos el agua y la tierra. El estado, como administrador de la cosa pública, tiene que garantizarnos eso y, si no lo garantiza, las organizaciones tenemos la responsabilidad de presionar para que eso sea posible», expresó. Por ello, el movimiento campesino dominicano se movilizará esta semana frente al Ministerio de Agricultura.
Martín Drago, quien había adelantado en el Voz Campesina 75 las críticas a la Cumbre sobre Sistemas Alimentarios que organizó Naciones Unidas junto al Foro Económico Mundial en septiembre, remarcó que esa cumbre «tiene mucho vínculo con el fortalecimiento del proceso de despojo de los territorios» y advirtió sobre cómo la captura corporativa de los sistemas alimentarios se está dando en distintos niveles, como parte de un «capitalismo de partes interesadas donde las corporaciones quieren desplazar a los Estados y tomar las decisiones». Para resistir a estas cooptaciones corporativas, Drago llamó a construir soberanía alimentaria y a «expulsar al agronegocio de nuestros territorios».
Análisis del Paro Nacional en Colombia por dirigentes de las organizaciones que integran la CLOC-Via Campesina: Fensuagro, PCN y CNA.
Analizamos las primeras dos semanas de movilizaciones ininterrumpidas en Colombia junto a Nury Martínez, presidenta Fensuagro e integrante de la Comisión Política de la CLOC, a Ernesto Roa, presidente del Coordinador Nacional Agrario (CNA) y José Santos del Proceso de Comunidades Negras en Colombia (PCN).
«Hay muchos conflictos sociales sin resolver»
El Paro Nacional fue convocado por el Comité Nacional del Paro para el 28 de abril con varias reivindicaciones. Si bien lo que más se difundió en medios de comunicación fue el rechazo a la reforma tributaria -la tercera en el gobierno de Iván Duque-, éste no era el único reclamo. Ya en esa jornada figuraban demandas que el movimiento campesino lleva hace años como banderas de lucha: el cumplimiento de los Acuerdos de Paz, especialmente los vinculados a que el Estado dé garantías para el acceso a la tierra, para la sustitución de cultivos considerados de «uso ilícito» y la prohibición de aplicar glifosato a estos cultivos; que se revisen los Tratados de Libre Comercio (TLC) que han profundizado la crisis en el campo; y la necesidad de desmontar el paramilitarismo porque «como política de estado va orientado al control territorial para garantizar el extractivismo en nuestros territorios», dijo Roa.
Este nuevo Paro Nacional tiene cara de joven, de mujer, de afro, de indígena, de campesino y campesina. Muchas personas que participan y sostienen plantones, bloqueos, ollas comunitarias, asambleas populares, no forman parte de procesos organizativos. José Santos que, hasta minutos antes de grabar el programa el jueves 13 de mayo, había participado en una asamblea con jóvenes en la Universidad del Valle (Cali) planteó que todavía «falta la sabiduría de entender que el paro se amplió» y que el Comité de Paro tiene el desafío de ver «cómo recoger la palabra de quiénes no están organizados». «Hay que escuchar; deben tener voz y voto en plantear sus reivindicaciones y sus apuestas de construcción de país», agregó Ernesto Roa.
El presidente del CNA también destacó que, a diferencia de otros momentos de grandes paros nacionales (en 2008, 2013, 2017 y 2019), esta vez «hay un nivel de politización generalizado entre quienes están movilizados, el pueblo ha ganado conciencia de que aquí hay que confrontar una política neoliberal que se está profundizando, que precariza y excluye». Esto «es mucho más que acordar o no un pliego de demandas, se busca un cambio estructural -continuó-. El pueblo entendió la crisis del sistema capitalista y ha venido respondiendo con altura política de cara a esa realidad».
Nury Martínez, quien recibió amenazas el año pasado y en febrero de este año presentó ante la ONU una denuncia sobre las violaciones sistemáticas a los derechos humanos cometidas por el Estado colombiano, remarcó que la agenda de movilizaciones que los movimientos sociales tenían desde noviembre de 2019, que seguiría durante el primer semestre de 2020, fue interrumpida por la pandemia. «La pandemia nos confinó, pero las políticas antipopulares de Duque siguieron y se aumentaron las violaciones a los derechos humanos», dijo.
Entre estos actos sistemáticos de violencia, Martínez detalló el ingreso violento a casas de defensoras y defensores, masacres, desapariciones, asesinatos a las familias de afiliados a Fensuagro, judicialización de dirigentes campesinos: «Se utilizó el confinamiento para eso. Sin embargo, la movilización ha persistido».
Apoyo internacional y redes sociales
Además de agradecer la solidaridad y el acompañamiento por parte de las organizaciones que integran la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC-La Vía Campesina), Nury subrayó la necesidad de que la comunidad internacional siga atenta y denunciando los crímenes y violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno de Duque: «Este gobierno es muy represivo, pero puede ser mucho peor si no está el acompañamiento internacional».
Martínez también valoró el uso de las redes sociales en la cobertura de las movilizaciones, registrando la fuerte represión a la protesta social por parte de escuadrones, del ESMAD, de la policía y los militares en todo el país. «Creo que las redes sociales han jugado un papel fundamental para mostrar cosas que antes sucedían pero que no las podíamos mostrar, eso ha facilitado que se sepa lo que realmente está ocurriendo».
«Colombia está viviendo un despertar generalizado de un descontento histórico», opinó Roa y señaló que esta vez, a diferencia de otra movilizaciones, se habían logrado importantes logros como las renuncias del ministro de Hacienda y de la Canciller colombiana, así como expresiones del Presidente de reformar el paquete de ajuste (con la reforma tributaria, de salud, laboral y estudiantil), pero que el CNA seguirá apostando «a cualquier movilización en ascenso a la confrontación con un modelo histórico de muerte», considerando que «el gobierno se ha especializado en incumplir cualquier cosa que se acuerde».
José Santos afirmó que «todavía hay muchos conflitos sociales por resolver y, como pueblo negro, junto a los indígenas, decimos: el paro sigue porque no hay ningunas condiciones para negociar y porque no queremos a un interlocutor que está deslegitimado internacionalmente». Desde el PCN han relevado que las y los jóvenes prevén seguir al menos un mes más en esta misma situación en Cali: con el puerto de Buenaventura bloqueado y con corredores humanitarios que garantizan la llegada de comida y combustible. Esto no será fácil. Según Santos, lo harán entre amenazas de secuestros y represión del gobierno vallecaucano «a sangre y fuego».
Para Nury Martínez está claro que «no se puede iniciar el diálogo con el gobierno si no desmilitariza».
Especial del 17 de Abril – Día Internacional de las Luchas Campesinas. Compartimos análisis y experiencias latinoamericanas.
Este 17 de abril se cumplen 25 años de la masacre en el municipio Eldorado dos Carajás (Pará, Brasil). Ese día fueron asesinados 19 de 1500 campesinos y campesinas del Movimiento Sin Tierra (MST) que se movilizaban para reivindicar la reforma agraria y exigir la expropiación de tierras para la producción campesina. La masacre estuvo en manos de policías que se habían infiltrado en la marcha; sólo dos de 144 policías fueron condenados, pero permanecen en libertad, y ningún responsable político -como el gobernador que ordenó la represión- fue juzgado. Desde 1997, La Vía Campesina (LVC) toma esta fecha para reivindicar las luchas campesinas en todo el mundo.
A la vez, también en el año 1996, el concepto de Soberanía Alimentaria era acuñado por LVC y comenzaba a ganar terreno en diversos espacios de discusión y negociación de sistemas alimentarios, como la Cumbre Mundial de la Alimentación de ese año. Un cuarto de siglo después reflexionamos en este programa qué avances ha habido en el ejercicio de la soberanía alimentaria, qué falta y qué desafíos se proyectan para los próximos 25 años de lucha.
“La Soberanía Alimentaria es el derecho de las personas a producir de forma autónoma alimentos sanos, nutritivos, climáticos y culturalmente apropiados, utilizando recursos locales y a través de medios agroecológicos, principalmente para atender las necesidades alimentarias locales de sus comunidades. La Soberanía Alimentaria es necesaria incluso para garantizar la seguridad alimentaria y la sostenibilidad en el planeta”, La Vía Campesina, Llamado a la acción ¡Alimentamos los pueblos y construimos Soberanía Alimentaria!
Participan en esta edición:Perla Álvarez de la Comisión Política de la CLOC-Vía Campesina, miembro de la Organización de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas (CONAMURI) de Paraguay; Eddy Samuel Ciprian Ramírez de la Asociación de Jóvenes Emprendedores Sembrando para el Futuro (ASOJESF) de República Dominicana; desde el Estado Español, Sonia Vidal del Comité de Coordinación de la Coordinadora Europea de la Vía Campesina Internacional y desde Uruguay, Martín Drago, coordinador del programa de Soberanía Alimentaria de Amigos de la Tierra Internacional.
También contamos con testimonios desde Brasil, Venezuela, Honduras y Chile: Tairi Felipe del Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA) de Brasil, sobre la lucha contra el agronegocio desde la agricultura familiar; Laura Lorenzo del Plan Pueblo a Pueblo en Venezuela cuenta la experiencia de esta articulación en su lucha por soberanía alimentaria desde la producción agroecológica y su distribución con comercialización justa; Rosalinda Mateo del Consejo para el Desarrollo Integral de la Mujer Campesina (CODIMCA) sobre el acceso a la tierra de las mujeres en Honduras y la criminalización de campesinas en ese país.
En el cierre del Voz Campesina, Alejandra Pérez de Autoorganización de Resistencia y Recuperación Popular (ARRP) cuenta la experiencia de la huerta urbana que llevan adelante en el barrio La Bandera, de Santiago de Chile, asesoradas por integrantes de ANAMURI. Esta experiencia es parte de la campaña solidaria «Ruralicemos la ciudad: Semillas migran del campo a la ciudad» para las huertas agroecológicas urbanas comunitarias de sectores populares en la capital chilena. Para saber más ingresa en este grupo de Facebook.
A todas y todos quienes llevan hoy estas luchas por el acceso a la tierra, la defensa de los territorios, de la biodiversidad y del derecho a la alimentación, les dedicamos este programa de Voz Campesina.
Como estableció la Declaración de Nyéléni en 2007: las campesinas y los campesinos «somos capaces y tenemos la voluntad de alimentar a todos los pueblos del mundo». Esta declaración establece que la Soberanía Alimentaria es: un derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y a decidir sobre su sistema alimentario y supone nuevas relaciones, libres de opresión y de desigualdad; pone a los productores locales en el centro garantizando que el acceso a la tierra, a los territorios, al agua, a la biodiversidad, estén en manos de quienes producen alimentos sanos y es una estrategia para resistir y desmantelar el libre comercio y las corporaciones, y para fomentar los mercados locales, comercialmente justos, con sostenibilidad ambiental.
En la actualidad, una de las advertencias que hizo Sonia Vidal fue la necesidad de estar atentxs a la cooptación de términos como Soberanía Alimentaria por parte de corporaciones u organismos internacionales, que lo vacían o le cambian el sentido. Ante eso recordó que la soberanía alimentaria se ejerce desde los pueblos con agroecología.
Tanto Sonia como Martín Drago desarrollaron críticas hacia la próxima Cumbre de Sistemas Alimentarios que llevará a cabo la Organización de Naciones Unidas (ONU) en septiembre. Siguiendo la denuncia del Mecanismo de la Sociedad Civil y Pueblos Indígenas (MSC) -del que La Vía Campesina y Amigos de la Tierra Internacional son parte-, Drago describió la «captura corporativa» que está haciendo el lobby empresarial de la agroindustria en la organización de la Cumbre, una «injerencia absolutamente indebida, que consolida el avance de las empresas transnacionales sobre el sistema de Naciones Unidas».
«La captura corporativa de la Cumbre de Sistemas Alimentarios de ONU llega en un momento de exacerbación de la crisis sistémica, de la crisis que el capital genera en los pueblos, sumada a la crisis de la COVID-19 -dijo el integrante de Amigos de la Tierra Internacional-. Urge la necesidad de entender que: o cambiamos esto o el planeta se nos va de las manos. Las empresas asumen esa necesidad pero para seguir teniendo, o incrementando, sus beneficios a partir de esa transformación; una transformación que tenga un sello o maquillaje ‘verde’, pero que sigue provocando los mismos impactos sociales y económicos». Si bien la cumbre no es vinculante en el diseño de políticas públicas, las narrativas que allí se manejen influyen en las decisiones gubernamentales sobre qué sistemas alimentarios se necesitan, donde las transnacionales ganarían más poder.
Ante este escenario, las y los entrevistadxs destacaron en Voz Campesina la necesidad de fortalecer las alianzas en el movimiento de soberanía alimentaria y agroecología a nivel mundial. A partir de la experiencia de República Dominicana, en la que Eddy Ciprian Ramírez describió las alianzas del movimiento campesino con trabajadores urbanos y estudiantes, Perla Álvarez reflexionó: «Estos 25 años de lucha por la soberanía alimentaria nos han dado lecciones extraordinarias. Hemos aprendido que necesitamos unirnos. Las alianzas nos dan una fuerza extraordinaria para avanzar en la conquista de derechos desde los sectores campesinos e indígenas«.
La referente de CONAMURI dijo que no pude seguir pasando que «quienes más producen alimento sean los que sufren más hambre» y remarcó la necesidad de tener a la reforma agraria como horizonte, de la mano con el fortalecimiento de la alianza entre el campo y la ciudad:
«Para que podamos tener Soberanía Alimentaria necesitamos Reforma Agraria. Y esa reforma agraria tiene su correlato con una reforma urbana necesaria: poder tener el derecho al suelo en la ciudad y a alimentarse sanamente, sabiendo quién produce y cómo se produce» – Perla Álvarez (CONAMURI)
Conducción y producción: Karla Oporta y Azul Cordo
Voz Campesina 75
Producción y edición de testimonios: Mharyha Morales (ANMCLA, Venezuela), Yenny Arcos (Comunicaciones ANAMURI) y Manuela Sarmiento (CODIMCA, Honduras). 5ta Escuela de Comunicación Continental de la CLOC-VC.
Sobre la campaña de la CLOC-Vía Campesina «Volver al campo» en América Latina y el Caribe: desafíos y tareas por delante
Hace unos 8 meses, cuando la pandemia por COVID-19 comenzaba a azotar las Américas, decíamos desde Voz Campesina que esto era un llamado de atención evidente para atender las causas del surgimiento de pandemias: como el sistema pecuario y agroalimentario industrial y la destrucción de ecosistemas por la expansión de megaproyectos extractivistas que destruyen los ambientes que son hábitats de especies silvestres. También decíamos que el cambio necesario estaba y está en los pueblos, en especial en el campesinado, en los pueblos indígenas y afrodescendientes, pero un desafío es la vuelta al campo de estas personas, habiendo sido cientos de ellas desplazadas por conflictos territoriales, por el avance de proyectos mineros, hidroeléctricos, de monocultivos de árboles y granos, e inclusive por bandas criminales de narcotráfico que ocupan las tierras.
La pandemia de COVID-19 dio una alerta a las organizaciones para que la vuelta al campo sea la primera tarea.
En estos meses podemos decir que la problemática por la pandemia vino agravar más la situación, acentuando elementos que desfavorecen a los grupos vulnerables entre los que cabe mencionar: 1. Confinamiento forzado, 2. Abuso de poder en la mayoría de los sistemas gubernamentales y capitalistas, quienes han aprovechado la pandemia para fortalecer políticas públicas (leyes, decretos) en favor de las grandes corporaciones trasnacionales, agronegocio, 3. Privatización de los recursos naturales como el agua, 4. Apuro por aprobar tratados de libre comercio para tomar el control de la agricultura en medio de la pandemia. 5. Facilitación de agrotóxicos en el Cono Sur y la producción transgénica.
En este programa presentamos los principales resultados del diagnóstico que realizó la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC-LVC), en el marco de la campaña «Volver al campo». Dicha iniciativa surge de la preocupación que tienen las organizaciones miembros de la Cloc-LVC por la situación de salud que se vive a nivel mundial, la repercusión en las labores del campo, aseguramiento de la soberanía alimentaria, calidad y disponibilidad de los alimentos. Siendo un desafío en sí mismo, la vuelta de las y los jóvenes al campo, como hablamos en la edición 71 de Voz Campesina.
En este programa participan:
Ileana Torres, apoyo técnico de la Campaña «Volver al Campo» – Nicaragua.
Oscar Recinos, Presidente de la Federación de Cooperativas de la Reforma Agraria Región Central (FECORACEN) en El Salvador.
Jesús Vázquez de la Organización Boricuá de Agricultura Agroecológica de Puerto Rico.
Perla Álvarez de la Comisión Política de la CLOC-Vía Campesina, miembro de la Coordinadora Nacional de Organizaciones de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas (CONAMURI).de Paraguay.
Fausto Torrez de la Secretaria Operativa de la CLOC – Nicaragua.
Compartimos algunas declaraciones destacadas de los invitados en Voz Campesina:
Jesús Vázquez
«La campaña «Volver al campo» es una oportunidad en estos momentos de crisis, para ver todo lo bueno que trae una propuesta a favor de la agroecología campesina, indígena y familiar, y la lucha por la soberanía alimentaria. En Puerto Rico trabajamos la accesibilidad de la agroecología para el pueblo en general, a través de una red de productores que trabajan con una agricultura sana.
En la primera línea, al frente de quienes cuidan a los pueblos en esta pandemia, están los trabajadores y trabajadoras de la salud y están quienes nos sustentan: nuestros agricultores. Fortalecemos esta narrativa, ante la opresión y arresto del Estado, que ha perseguido y detenido a muchos de estos trabajadores agrícolas en ferias ambulantes -aunque las grandes superficies, como los supermercados, son lugares de mayor contagio-. También nos manifestamos contra un modelo que extrae [recursos] de la Madre Tierra como si no hubiera límites y explota toda forma de vida para el beneficio de unos pocos; traemos la discusión hacia la necesidad de crear políticas públicas, promover la reforma agraria, debatir con candidatos políticos sobre el acceso a tierras».
Oscar Recinos
«Volver al campo» significa una integralidad: es la defensa de los recursos, de los territorios, de los bienes naturales; es el fortalecimiento de las culturas locales. El deterioro que ha generado el abandono y la falta de inversión en el campo profundizó la pobreza. Ante eso, en La Vía Campesina apostamos al conocimiento campesino.
Durante la pandemia la militarización fue tomando fuerza; lo que representa un deterioro a la situación democrática en El Salvador. Los militares están tomando un rol que ya se consideraba del pasado. El gobierno estableció centros de contención, que al final eran como campos de concentración. Estuvo totalmente prohibida la movilidad y la gente que tenía que ir a trabajar era detenida, llevada a estos lugares y retenida por hasta tres meses, casi secuestradas.
¿Cómo resistir y organizarse? hay varias acciones que puede hacer toda la sociedad. Nosotros exigimos inversión en el campo para la soberanía alimentaria, inversión en el mundo rural, en la producción campesina. Vamos a plantear al gobierno una inversión escalonada a cuatro años, en el marco del Decenio de la Agricultura Familiar Campesina (FAO) y amparados en la Declaración de Derechos Campesinos de la ONU.
Perla Álvarez
En Paraguay también registramos más militarización, vuelta del autoritarismo y de prácticas muy perversas en el campo. La restricción de la movilidad complicó el trabajo en fincas. [Las autoridades] aprovecharon la vuelta al campo para criminalizar la relación con la tierra y con el campo. De cualquier manera, la gente ha encontrado formas de resistencia productiva, no paró de producir y ha colaborado especialmente con la situación de las ciudades, con las poblaciones urbanas que han quedado desempleadas -el 70% de la población prácticamente no tiene empleo o tiene empleo informal-. En ese sentido, la relación campo-ciudad se ha visto muy fortalecido. Pero, al uso de agrotóxicos, la represión en el campo y la informalidad en la producción agropecuaria, se suma la crisis climática con una fuerte sequía. Necesitamos de políticas públicas que ayuden a contrarrestar los efectos del cambio climático.
Mucha gente migrante ha tenido que retornar a Paraguay porque se quedó sin trabajo en pandemia. Esa gente está vinculada al campo, así que podría trabajar ahí, pero ya no tienen tierra. En una misma finca hay cuatro o cinco familias y la tierra se vuelve muy pequeña para garantizar la producción necesaria para autoabastecerse y contribuir a la alimentación de las ciudades.
El 10 de diciembre estamos previendo una movilización de la CLOC-VC para presionar la aprobación de la Declaración de los Derechos Campesinos en Paraguay e impulsar una reforma agraria, «principalmente para que las mujeres y la juventud volvamos al campo».
Fausto Torrez compartió el planteamiento que hizo la CLOC ante la FAO (La Organización de las Naciones Unidas de la Alimentación y la Agricultura) en su reciente 36ª conferencia para América Latina y el Caribe, que se realizó en Nicaragua (aunque virtualmente) del 19 al 21 de octubre. En este foro participan ministros agrarios y otros altos funcionarios gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil y representantes del sector privado, la academia, centros de investigación, entre otros, de los Estados miembros de esta parte del mundo, que trabajan temas vinculados a la agricultura y la alimentación.
«Ante las propuestas de agricultura 4.0, que pueden sonar interesantes pero tienen poca presencia del sector campesino y más bien traen beneficios al sector privado y los monocultivos, desde la CLOC -como parte del Mecanismo de la Sociedad Civil ante la FAO- insistimos en que las políticas públicas lleguen al campo, hacer reforma agraria, lograr el acceso a la tierra y bajar el esfuerzo al agronegocio -que es el que destruye el medioambiente, sobre todo a una naturaleza que está bastante golpeada-. La agroecología es fundamental para garantizar lugares saludables, para promover consumo responsable en armonía con la Madre Tierra y para enfriar el planeta».
Por otra parte, Torrez recordó que en estos días Centroamérica acaba de sufrir dos huracanes (ETA e IOTA): «Esto será un desastre para producción de alimentos en 2021 y para la recuperación económicas de estos países», advirtió.
ESCUCHA LAS CUÑAS RADIALES DE LA CAMPAÑA VOLVER AL CAMPO:
En distintos países donde está presente la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC-La Via Campesina) hemos visto cómo, en medio de la crisis socioeconómica provocada durante la pandemia, las organizaciones de campesinos y campesinas garantizan, una vez más, el alimento para los pueblos. Alimentos agroecológicos entregados a través de canastas o comercializados en mercados de cercanía, semillas nativas y criollas que se intercambian para sembrar ahora y cosechar en unos meses.
Para que este modelo crezca y sea parte del cambio de sistema por el que los pueblos luchan es necesaria la participación de las juventudes. En este Voz Campesina hablamos con referentes jóvenes de la CLOC para conocer cómo trabajan hoy para que la vuelta al campo sea una realidad.
Participaron, por la región Sudamérica: Augusto Isaac Acuña, de Paraguay, miembro de la Dirección Nacional (Secretaría de Formación y Educación) de la Organización de Lucha por la Tierra (OLT), representante interino de la Juventud Vía Campesina Paraguay, coordinador de la CLOC-Vía Campesina Paraguay, técnico agroecológico formado por el IALA Guaraní de Paraguay; por la región Centroamérica: Enma Elizabeth Catu Raxjal, Maya Kaqchikel de Guatemala, integrante del Movimiento de Jóvenes Mayas MOJOMAYAS, subcoordinadora de la región Centroamérica de la Juventud de CLOC-Vía Campesina; y por la región Caribe: Liezer Inabel Ramírez, de República Dominicana, integrante de la Federación de Caficultores de la región sur (FEDECARES), de la Asociación de Jóvenes Emprendedores «Sembrando para el futuro» (ASOJESF), responsable de la articulación de jóvenes de la CLOC-Vía Campesina Región Caribe, miembro de la Comisión Política CLOC-Via Campesina Caribe, de la comisión política continental y de la secretaria operativa de la CLOC-Vía Campesina Región Caribe.
En el primer bloque del programa reflexionamos sobre por qué la juventud es importante en los procesos de lucha y en la construcción en la CLOC-Vía Campesina. ¿Qué desafíos se presentan para que la juventud se quede o vuelva al campo?
En el segundo bloque hablamos sobre qué papel tienen las y los jóvenes en la agricultura familiar y reconstruimos las experiencias de vida, trabajo y militancia de los tres entrevistados.
A lo largo de esta edición de Voz Campesina citamos el documento «Volver al campo» de la Secretaría Operativa de la CLOC que lo pueden leer completo en este enlace. Aquí destacamos un fragmento:
«El mundo está paralizado, una pandemia antes nunca vista estremece a los pueblos y desnuda al capitalismo salvaje que privatizó los servicios públicos, un virus de clase que ataca millones de familias ricas y pobres. El problema es de todas y todos y es urgente rescatar la solidaridad. (…) Es tiempo de pasar a nuestras tareas urgentes en medio de la cuarentena y del estado de calamidad existente, nos corresponde ahora promover la agricultura familiar campesina. Volver al campo es una tarea urgente frente a la escasez de alimentos sanos y esto solo es posible con la promoción de la agricultura familiar campesina e indígena; un concepto que engloba todas las actividades agrícolas basadas en la familia, como la forma de organizar la agricultura, ganadería, silvicultura, pesca, acuicultura y pastoreo, administrada y operada por una familia y que depende del trabajo familiar. (…) La recuperación de una agricultura que retoma los conocimientos ancestrales».