Tareas productivas y agrícolas de la Región Caribe

República Dominicana

Pese a la situación de abandono y la falta de políticas públicas a favor de incentivar y apoyar al campesinado dominicano de cara a garantizar seguridad, soberanía alimentaria y nutricional en medio de esta pandemia mundial por parte del gobierno dominicano, los aportes de los pequeños y medianos productores agropecuarios a la economía nacional siguen siendo muy importantes para garantizar el abastecimiento de los mercados en los campos y las ciudades.

En la actualidad los/as agricultores/as están pasando por una prolongada sequía que está afectando varias regiones del país, destruyendo grandes plantaciones de banano, vegetales, arroz y otros cultivos, mientras miles de pequeños y medianos productores pecuarios vieron morir también sus crianzas bovinas, porcinas, avícolas y caprinas por escasez de agua y alimentos. Problemáticas que se suman a esta pandemia disminuyendo también la mano de obra agrícola en los predios.

Las organizaciones campesinas están promoviendo e incentivando la siembra de productos de ciclo corto, de consumo masivo en las comunidades rurales y de exigencia en los mercados nacionales, principalmente en zonas con sistema de regadíos (huertos familiares entre otros). En este marco, el objetivo está en llegar alos mercados locales e intercambiar productos entre provincias de manera asociativa, disminuyendo así el intermediario.

Con la presencia del COVID-19, los intermediaros aprovechan la situación de cierre de los mercados para especular con los precios y comprar  los productos de los agricultores por debajo del coste de producción. Esta situación ha provocado que muchos productores y productoras  no tengan los recursos suficientes para preparar su tierra, adquirir la semillas e iniciar su siembra de primavera.

Las organizaciones campesinas que forman parte de la CLOC y Vía Campesina en la República Dominicana, han estado en un proceso de lucha y resistencia demandando el cese de los desalojos a los campesinos/as que no  han parado a pesar de la pandemia, además exigen al gobierno dominicano asumir un plan de emergencia agropecuaria para dar apoyo específico a pequeños y medianos productores y campesinos afectados por la  sequía de años recientes, situación empeorada tras la crisis provocada  por la pandemia de Coronavirus y  la  cuarentena, esto se realizó a través de un documento entregado al Ministerio de Agricultura, además de las  iniciativas de cadena de mercado campo-ciudad y a través del uso de redes.

Cuba

El proceso productivo en el campo cubano no se ha detenido, desde mediados de marzo y hasta la fecha se visitaron en conjunto a  la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) con el sistema de la agricultura todos los tenientes de tierra de la organización en un proceso político para sensibilizar al campesinado sobre la necesidad de incrementar las producciones y determinar los recursos mínimos indispensables que se necesitaban para lograr el incremento deseado. Se recontrató en todos los casos por renglones la siembra, producción y comercialización de la gran mayoría de los campesinos para los meses que restan del 2020.

Actualmente se trabaja en el incremento de la siembra, fundamentalmente de cultivos de ciclo corto,  policultivos, siembra en patios y parcelas de la comunidad, y se continúa impulsando el Movimiento Agroecológico de Campesino a Campesino y el uso de las prácticas agroecológicas con énfasis en la producción de abonos orgánicos  y la utilización de la tracción animal para preparar las tierras y la comercialización de las producciones.

Se trabaja en el rescate de los módulos pecuarios para el autoconsumo de las Cooperativas de Producción Agropecuarias (CPA) y en las fincas de los campesinos, se incrementa la cría de aves con doble propósito (huevo y carnes), se incrementa la siembra de alimento animal y se realiza levantamiento en todo el país de aquellos residuos de otras industrias que puedan servir para alimento de los animales, se elaboran piensos criollos con materias primas locales. Se estimula el ahorro y el reciclaje de los recursos, se abren centros de acopio de mercancías cercanos a las cooperativas, se incrementa la producción de semillas y se destinan por el Estado recursos de otros sectores para la producción de alimentos.

Se continúa promoviendo el autoabastecimiento local y familiar, la producción de conservas de frutas y vegetales en mini-industria, la producción de harinas de yuca y boniato para la elaboración de pan y dulces con el objetivo de sustituir la harina de trigo.

Contamos con el apoyo y el acompañamiento del Gobierno Cubano y el Partido Comunista de Cuba.   

Haití

De manera general, la crisis climática da muchos problemas en todas las regiones de Haití y afecta la intervención agrícola y pecuaria de las organizaciones que acompañan a las familias campesinas. El campesino, que su economía depende de la agricultura y el ganado se encuentra con muchas dificultades.

En la mayoría de las provincias de Haití apenas empieza a llover. Las y los campesinos están haciendo la preparación de suelos y otros están sembrando semillas como maíz, fríjoles, yuca, etc. Las actividades de pecuaria que están realizando son: cría de cabras, ovejas, cerdos, vacas y aves.

En el contexto de la pandemia están haciendo un trabajo de sensibilización para la prevención y con los pocos recursos financieros que tienen, intentan proveer algunos materiales de protección a la población con propósito de disminuir la propagación, sobre todo en el medio rural.

 

Siguen trabajando en la capacitación de las y los campesinos para que entren en la producción agrícola y pecuaria aprovechando al máximo la época de lluvia. Aconsejarlos de utilizar las semillas precoces sobre todo las hortalizas y maíz de ciclo corto. Las iniciativas en las que continúan trabajando son el aumento de parcelas colectivas dentro de las organizaciones, para promover el consumo local y facilitar respuestas a las exigencias del momento.

Las organizaciones trabajan siempre en la promoción y la sensibilización para el consumo de los productos locales y hoy en día en el contexto actual el trabajo sigue siendo el mismo, aunque el poder de compra de los consumidores  disminuye considerablemente, el precio de los productos  aumenta y la reserva de productos locales casi se agotan. La población compra lo que se encuentra en el mercado para responder a las necesidades familiares.

El COVID-19 trajo más problemas de los existentes, pero eso debe ser una oportunidad para planear mejor las respuestas sostenibles después de la pandemia, una oportunidad para fortalecer las organizaciones. En este panorama, hay que seguir practicando la agroecología para resistir contra la sequía y tener reservas necesarias para no pasar hambre. La solidaridad entre las organizaciones debe ser una respuesta sostenible frente a un estado débil que no tiene ninguna política pública para invertir y responder al fenómeno climático y alimentario.

Puerto Rico

La repuesta del Gobierno a la pandemia de COVID-19 ha sido inconsistente y represiva en el peor de los casos, colocando el mayor sacrificio en la espalda de un pueblo ya golpeado por huracanes, escasez de energía y terremotos. Mientras tanto en su intento desesperado de hacer algo, el gobierno impuso un toque de queda que muestra su falta de conciencia y respeto por los pequeños agricultores locales. La implementación del toque de queda depende de una fuerza policial represiva en Puerto Rico con múltiples investigaciones sobre  abuso de poder y un foco documentado de infección.

Ese toque de queda evita que las y los productores salgan a sus fincas o puntos de ventas, los mercados locales se cerraron cortando una fuente primaria de ingresos y agrupando aún más personas en los supermercados, convirtiéndose así en una fuente de infección.

Cómo una forma de reducir el acoso policial y evitar el tiempo en la cárcel o las multas resultantes de la implementación de las órdenes ejecutivas, la Organización Boricuá de Agricultura Ecológica utilizó certificaciones  modelos y conectó su red de agricultores para que las granjas certificadas oficialmente  (dentro de la estructura estatal) adoptaran a otros agricultores dentro de la red que utilizan métodos de intercambio más tradicionales,  que el estado se niega a reconocer, ignora o malinterpreta, un ejemplo, es la tradición del arado de bueyes.

Las y los agricultores están en el campo o en las calles, cuidando la tierra o vendiendo, intercambiando productos agrícolas todos los días de la semana. Reconociendo el mayor riesgo y la exposición de los pequeños productores Boricuá se propuso proporcionar material de protección para sus miembros (máscaras, guantes, desinfectantes).

De igual forma, se realizó talleres con el objetivo de promover la educación sobre la protección del sector agrícola frente al COVID-19. También generó una infografía educativa para compartir medidas implementadas y las estrategias sugeridas por los expertos en la salud pública, así como las medidas efectivas identificadas por los miembros. El gráfico ha sido utilizado por múltiples organizaciones, incluyendo la Vía Campesina.

Asimismo, se crearon campañas interactivas que involucran a los miembros, como «toque de siembra», un juego de palabras «toque de queda» y «toque de bomba» que establece el patrón rítmico de la música. Toque de siembra, utiliza las plataformas en línea para educar, compartir y resaltar diferentes imágenes de  trabajadores y de sus miembros.       

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