La Economía Verde: el lobo se viste con piel de cordero

Viernes 17de Febrero de 2012

landerEn el año 1983, cuando la crisis ecológica del planeta Tierra se hacía cada vez más evidente, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió la creación de una comisión internacional (Comisión Mundial para el Desarrollo del Ambiente) con el fin de realizar un diagnóstico global de la situación ambiental del planeta y sus relaciones con los objetivos del desarrollo. A partir de esto, debía presentar un conjunto de recomendaciones de acción.

 Dicho informe, Nuestro Futuro Común, fue entregado en el año 1987 y ha sido conocido como el Informe Brundtland, el nombre de su coordinadora general. Este informe fue la plataforma básica que acotó las negociaciones de la Cumbre de la Tierra realizada en Río de Janeiro en el año 1992.Se trata de un documento atravesado por severas contradicciones.

Por un lado, este informe documentó muy ampliamente los severos problemas ambientales que confrontaba el planeta. Fue, sin embargo, incapaz de abordar las causas fundamentales de éstos. No se planteó la exploración de opciones fuera del marco dominante de la lógica capitalista del crecimiento económico sin fin.

 El informe sostiene que la mejor forma de responder a los retos planteados por la destrucción ambiental y la pobreza, ampliamente diagnosticados, es mediante más crecimiento. Proponen la necesidad de “revivir el crecimiento” con tasas anuales de entre 5 y 6% para el conjunto de los países del Sur.

Fuente: Transnational Institute

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Qué hay en el reporte: ¿Quién controlará la economía verde?

Viernes 17 de Febrero de 2012

El Grupo ETC, que asiste a las reuniones preparatorias hacia Río+20 en Nueva York, presenta  ¿Quién controlará la economía verde? un informe de 60 páginas que conecta las acontecimientos relativos a las crisis del clima y el petróleo, las nuevas tecnologías y el poder creciente de las corporaciones. El documento advierte que las empresas más grandes del planeta están sacando toda la ventaja posible de lo que por todos lados ya se nombra como “economía verde”, al tiempo que se preparan para su golpe más agresivo en la historia, que es no solamente realizar más adquisiciones y explorar otros mercados sino penetrar en nuevos sectores industriales. 

DuPont, por ejemplo, que ya es la segunda empresa de semillas y la sexta más grande compañía de plaguicidas y químicos en el mundo, es ahora un poderoso referente en  materiales, energía y aditivos alimentarios derivados de vegetales. Así también otros jugadores mayores en los sectores de semillas, plaguicidas, químicos y alimentos             —incluyendo a Monsanto, Syngenta, Dow, BASF y Unilever—  están haciendo inversiones estratégicas en tecnologías riesgosas y consolidando colaboraciones para investigación y desarrollo con la expectativa de convertir la biomasa vegetal en todo tipo de productos con alto valor agregado. Comercializar la biomasa que aún escapa del mercado es el objetivo principal de las empresas que persiguen para sus fines la economía verde.

Desde el inicio del milenio, la visión de una economía de base biológica ha estado cobrando forma, con su promesa de resolver los problemas del pico petrolero y el cambio climático y con la esperanza de abrir la puerta a una era de desarrollo sustentable. Las nuevas tecnologías, principalmente la biología sintética (o ingeniería genética extrema), potenciada con la bioinformática y la genómica, son la maquinaria principal de esta bioeconomía, que se pretende que funcione con insumos agrícolas como combustible.

 

Si bien resultan seductores, los nuevos remedios tecnológicos verdes son peligrosos porque promoverán una convergencia y una concentración del poder corporativo aún mayores e impondrán tecnologías patentadas en comunidades que no están discutiendo el tema ni están preparadas o son consultadas sobre sus impactos. Si la “economía verde” se impone sin un debate amplio entre gobiernos y con la participación de los pueblos, las organizaciones y la sociedad civil, la Cumbre de la Tierra a celebrarse en Río de Janeiro del 20 al 22 de Junio de 2010, arriesga a convertirse en el mayor acaparamiento de recursos —despojo— desde la conquista de América.

 

Kathy Jo Wetter del Grupo ETC lo explica: “no se trata de rechazar la economía verde o las tecnologías, pero ambas son herramientas que deben administrarse bajo sólidas políticas sociales. La Agenda 21 en 1992 llamó a la evaluación de las tecnologías y enfatizó la necesidad de una herramienta para la precaución, que incluya un monitoreo estricto del poder de las corporaciones. Esa propuesta es ahora más urgente que nunca.”  

 

Alberto Gómez, de La Vía Campesina, agrega: “El control de las corporaciones sobre nuestro sistema alimentario amenaza a todos los campesinos del mundo. Somos responsables del 70% de la producción de los alimentos que sostienen a la humanidad, pero nuestra capacidad para producirlos de maneras agroecológicas está amenazada por el tipo de control que las corporaciones ejercen cada vez más, de lo cual informa este documento.  

 ¿Quién controlará la economía verde? será presentado en la reunión inter-sesional de Río+20 en Nueva York, el 15 y 16 de diciembre de 2011, a las 7 PM en un evento lateral sobre agricultura (Agriculture at Rio+20), en el Salón de Conferencias 6, (Conference Room 6), North Lawn Building, en la sede de Naciones Unidas. Alberto Gómez también participará en el evento.

 Descargue: Qué hay en el reporte ¿Quién controlará la economía verde?  

Para mayor información o entrevistas:

En México: Silvia Ribeiro: (52) 55 55 63 2664 o silvia@etcgroup.org

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¿Quién controlará la economía verde?

Viernes 17 de Febrero de 2012

Los más poderosos actores industriales de la economía verde

verde¿Quién controlará la economía verde? da información sobre los jugadores corporativos más poderosos en control de 25 sectores de la “economía real”. Es el único reporte totalmente gratuito que incorpora las listas de las 10 compañías (según su participación en el mercado) más importantes de los 18 sectores industriales relevantes para la economía verde. Estas listas incluyen los diez más grandes jugadores en los negocios de agua, energía, semillas, pesca y acuacultura, procesamiento y comercio de alimentos, químicos, fertilizantes, plaguicidas, minería, farmacéutica, biotecnología, el comercio de granos y más. El informe también identifica a los jugadores líderes en un puñado de sectores industriales emergentes como la biología sintética, el manejo de datos, la producción derivada de algas y microalgas y la genética animal (pág. 1-2).

 La red de control corporativo

El Grupo ETC lleva 30 años monitoreando fusiones y adquisiciones empresariales y la tendencia se mantiene: cada vez más monopolios en cada sector y en cada lugar. Por ejemplo, las 10 compañías multinacionales de semillas más poderosas del planeta controlan hoy el 73% del mercado comercial de semillas. En 1995 tenían apenas el 37% (pág. 25). Las 10 empresas de plaguicidas más importantes controlan ahora un 90% del mercado global de plaguicidas con valor de 44 mil millones de dólares (pág. 29). En la farmacéutica veterinaria, 10 empresas controlan en 76% de las ventas (pág. 40). 10 compañías de alimento para animales controlan el 52% del mercado global de comida para animales (pág. 39), 10 firmas químicas dan cuenta del 40% del mercado global de químicos (pág 13), 10 compañías forestales tienen el 40% del mercado de papel y derivados (pág 37), 10 empresas mineras manejan una tercera parte del mercado de extractivos (pág 34) y las 10 compañías de energéticos más grandes del mundo controlan una cuarta parte de todo el mercado de energía (pág. 15).

¿Energías alternativas? ¡Para nada!

Al escuchar “economía verde” pensamos en imágenes lacónicas de paneles solares y turbinas de viento, pero de hecho las multinacionales no están enfocando allí sus actividades. Si bien las energías renovables no nucleares o derivadas de hidrocarburos representan solo el 1.8 % del consumo global, casi toda esa energía proviene de la cosecha y quema de biomasa para convertirla en combustibles y en compuestos químicos.  Este reporte muestra cómo los reagrupamientos más significativos de empresas en la “economía verde” ocurren en torno al aprovechamiento de la biomasa vegetal. (pág. 10-15)

Nuevos oligopolios verdes

Este reporte descubre las nuevas convergencias corporativas entre los diversos sectores industriales, y cómo los jugadores más poderosos se posicionan para dominar la economía verde. Un caso es el de la compañía DuPont, la segunda empresa semillera más grande del mundo, la 6a más importante compañía química y la 6a de plaguicidas, que ahora emerge como jugador mayor en la biotecnología, biocombustibles y bioplásticos, esí como en biología sintética, producción de algas, diversos ingredientes y enzimas, al mismo tiempo que se asocia con la tercera empresa petrolera más grande del planeta, BP (pág. ii-iii)

El gasto en alimentos rebasa el gasto en energéticos

Es común escuchar que el tamaño del mercado global de energía es inmenso, con valor de 7 mil billones de dólares y que en comparación, cualquier otro sector industrial es pequeño. Sin embargo, según nuestra investigación el mercado mundial de alimentos al menudeo es más grande que el de la energía, incluso cuando se toman en cuenta los subsidios de los gobiernos a los productores de energía y agricultura. (pág. 43).

Ascenso meteórico de la biología sintética

A principios de la década de los noventa, la comercialización inicial de las tecnologías de ingeniería genética promovió una reorganización masiva de los sectores de semillas, agroquímicos y farmacéutica y la emergencia de gigantes en las “ciencias de la vida”, tales como Monsanto y Novartis. Hoy las nuevas tecnologías como la biología sintética están detonando otra ola de fusiones frenéticas, adquisiciones y empresas de capital compartido en torno a la economía de la biomasa, promoviendo nuevas alianzas entre jugadores tales como Dow, DuOont, BP, Shell, Exxon, Chevron  y Total con los megagigantes de los granos, la silvicultura y las semillas como Monsanto, Cargill, Bunge, Weyerhaeuser y ADM. En el centro de esas nuevas alianzas sorprende encontrar a las nuevas empresas de biología sintética como Life Tecnologies Inc., Amyris, Solazime y Evolva —todas están escalando rápidamente hacia papeles estratégicos en la producción global de alimentos, energía, fármacos y químicos. (Pág. 16-20). 

La economía azul, también bajo control

La biomasa que se encuentra en los océanos y ecosistemas acuáticos representa el 71% de la superficie del planeta. Es por ello que corporaciones de energía y químicas como DuPont, Statoil, DSM, Exxon, Mitsubishi, Monsanto, Chevron y el gigante de los astilleros Stolt Nielsen están enfocándose hacia la frontera salvaje y mojada para producor nuevos azúcales y combustibles que sirban a la economía de base biológica, para lo cual proponen la explotación en gran escala de las algas, microalgas, leces y toda la biodiversidad acuática que hay en los lagos, riberas y estuarios costeros. (Pág.

El reporte ¿Quién controlará la economía verde?

Puede descargarse sin costo, en castellano,aquí

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La revolución verde dólar: Cómo engordan los agronegocios a partir de los bienes públicos

Viernes 17 de Febrero de 2012

El Grupo ETC, organización internacional de la sociedad civil, publicó un nuevo reporte de 30 páginas que documenta la creciente influencia de las multinacionales de los agronegocios en el sistema multilateral de la alimentación, así como la falta de transparencia en el financiamiento para la investigación agrícola. Revolución verde dólar: cómo engordan los agronegocios a partir de los bienes públicos, presenta tres estudios de caso, uno sobre la FAO y otros dos que hablan de los Centros del CGIAR (Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional), lo cual señala una peligrosa tendencia que empeorará dramáticamente el problema del hambre. El reporte detalla, entre otras cosas, la intromisión de Nestlé, Heineken, Monsanto, la Fundación Bill & Melinda Gates y la Fundación Syngenta.

“Es inaceptable que Naciones Unidas esté dando acceso privilegiado a las empresas agrícolas para alterar sus políticas sobre agricultura”, dijo Pat Mooney, director ejecutivo del Grupo ETC, quien ha seguido el tema de la alimentación por 40 años. “Es ridículo que las organizaciones clave, responsables de la investigación agrícola, no brinden información creíble sobre el alcance de la participación de las corporaciones en su trabajo, y que el patrocinador más grande del CGIAR  —quien da 89 millones de dólares— aparezca en sus listas con el nombre “Misceláneo”. Los gobiernos y los secretariados de Naciones Unidas han olvidado que su tarea principal es servir al público, no a las corporaciones.”

El reporte muestra que las empresas multinacionales buscan su rentabilidad futura en las “economías emergentes”, y cuenta cómo enfilan sus baterías hacia instituciones internacionales que han trabajado silenciosamente en el Sur global por medio siglo. Sin embargo, este nuevo interés de las corporaciones en las agencias de Naciones Unidas está causando una enorme confusión de mandatos, pues las compañías demandan que la política internacional de la alimentación se re escriba para reflejar mejor sus intereses y privilegiar que accedan al germoplasma del dominio público. Las instituciones públicas se hacen de la vista gorda cuando los oligopolios de la agricultura perjudican a la economía campesina.

“Las instituciones públicas relacionadas con la alimentación y la agricultura tienen el mandato de apoyar a quienes padecen hambre. Los gobiernos necesitan enfrentar los conflictos de interés, ya sean grandes o pequeños, comenzando con investigar los vínculos entre el sector público y privado, a nivel internacional, en la alimentación y la agricultura. Hemos comenzado una conversación sobre este tema con funcionarios de Naciones Unidas. Esperamos que la investigación realmente ocurra,” concluye Pat Mooney.

Para mayor informaciónPat Mooney, ETC Group (Ottawa), etc[[at]]etcgroup.org; +1 613 241 2267; celular: +1 613 240 0045

Silvia Ribeiro, Grupo ETC (Ciudad de México), silvia[[at]]etcgroup.org; +52 55 5563 2664; celular: +52 1 55 2653 3330

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El nuevo fetiche

Viernes 17 de Febrero de 2012

La modernidad, período que se extendió durante los últimos cinco siglos, está en crisis. Hoy vivimos, no una época de cambios sino un cambio de época.

En este milenio que comienza emerge algo impropiamente llamado posmodernidad, que parece muy diferente de todo cuanto nos ha precedido, conformando un nuevo paradigma. En la Edad Media la cultura giraba en torno a la figura divina, en torno a la idea de Dios.

En la modernidad se centra en el ser humano, en la razón y en sus dos hijas preferidas: la ciencia y la tecnología. Uno de los símbolos que mejor expresa este paso es la pintura de Miguel Ángel “La creación de Adán”, que está en el techo de la Capilla Sixtina: Dios Padre, con una larga barba, recubierto de vestimentas, representa el teocentrismo de la época ante el hombre desnudo, fuertemente atraído hacia la Tierra.

El hombre extiende el dedo para no perder el contacto con lo trascendente, con lo divino. La desnudez de Adán traduce la llegada del antropocentrismo y de la revolución que la modernidad representa en nuestra cultura. El episodio característico de la modernidad sucedió en 1682, cuando el señor Halley, basado exclusivamente en cálculos matemáticos -pues no disponía de instrumentos ópticos-, previó que un cometa volvería a aparecer en el cielo de Londres dentro de 76 años. Muchos le tomaron por loco. ¿Cómo, encerrado en su gabinete, basado en cálculos hechos sobre un papel, iba a poder predecir el movimiento de los astros en el cielo? ¿Quién sino Dios domina la bóveda celeste?

 El señor Halley murió en 1742, antes de que se cumplieran los 76 años previstos. En 1758 el cometa, que hoy lleva su nombre, volvió a iluminar los cielos de Londres. ¡Era la gloria de la razón! “Si es así -dijeron-, si la razón es capaz de prever los movimientos de los astros, como demostraron Copérnico y Galileo, y después Newton, uno de los pilares de nuestra cultura, entonces ella podrá resolver todos los dramas humanos. Pondrá fin al sufrimiento, al dolor, al hambre, a la peste. ¡Creará un mundo de luces, progreso y felicidad!”. Cinco siglos después, el saldo no es de los más positivos.

Muy al contrario. Los datos son de la FAO: somos 7 mil millones de personas en el planeta, de las que la mitad vive por debajo del nivel de pobreza, y 852 millones sobreviven con hambre crónica. Hay quien afirma que el problema del hambre es causado por el exceso de bocas. Y por eso propone el control de la natalidad. Yo me opongo al control, aunque estoy de acuerdo con la planificación familiar. El primero es impositivo, el segundo respeta la libertad de la pareja. Y no acepto el argumento de que hay excesivas bocas; ni que faltan alimentos. Según la FAO, el mundo produce lo suficiente para alimentar 11 mil millones de bocas. Lo que hay es falta de justicia, de compartimiento y excesiva concentración de la riqueza.

Por atravesar un período de mucha inseguridad, las personas buscan respuestas fuera de lo razonable. Obsérvese, por ejemplo, el fenómeno del esoterismo: nunca Dios estuvo tan en boga como ahora. Suscita pasiones y fundamentalismos, a favor y en contra. La crisis de la modernidad culmina en el momento en que el sistema capitalista alcanza su suprema hegemonía con el fin del socialismo, y adquiere un nuevo carácter, llamado neoliberal. ¿Cuáles son las claves de lectura de dicho cambio del liberalismo al neoliberalismo? Bajo el liberalismo se hablaba mucho de desarrollo.

En la década de 1960 surgió la teoría del desarrollo, que incluía también la noción de subdesarrollo; y se creó la Alianza para el Progreso, destinada a “desarrollar” América Latina. La palabra “desarrollo” tiene cierto componente ético porque al menos se imagina que todos deben resultar beneficiados. Hoy el término es “modernización”, que no tiene contenido humano sino una fuerte connotación tecnológica. Modernizar es equiparse tecnológicamente, competir, lograr que mi empresa, mi ciudad, mi país, se aproximen al paradigma primermundista, aunque ello signifique sacrificio para millones de personas. El Mercado es el nuevo fetiche religioso de la sociedad en que vivimos. Antes por la mañana nuestros abuelos consultaban la Biblia. Nuestros padres el servicio de meteorología. Hoy se consultan los índices del Mercado.

 Ante una catástrofe o un acontecimiento inesperado dicen los comentaristas económicos: “Veamos cómo reacciona el Mercado”. Y yo imagino un señor, el señor Mercado, encerrado en su castillo y gritando por el celular: ”No me gustó el discurso del ministro. Estoy enojado”. Y a esa misma hora los telediarios destacan: “El mercado no reaccionó bien ante el discurso ministerial”. El mercado ahora es internacional, globalizado, se mueve según sus propias reglas, y no de acuerdo con las necesidades humanas.

De hecho predomina la globocolonización, la imposición al planeta del modelo anglosajón de sociedad. Centrado en el consumismo, en la especulación, en la transformación del mundo en un casino global. Ante la crisis financiera que afecta al capitalismo, y en especial a los derechos sociales conquistados en los últimos dos siglos, es hora de preguntarse cuál será el paradigma de la posmodernidad. ¿Mercado o “globalización de la solidaridad”, en expresión del papa Juan Pablo II?

 (Traducción de J.L.Burguet). – Frei Betto es escritor, autor de “Calendario del poder”, entre otros libros.

http://www.freibetto.org/ 

twitter:@freibetto.

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Río+20 y la Cumbre de los Pueblos

Jueves 16 de Febrero de 2012

rioPor: Boaventura de Sousa

El modo en que los grandes medios de comunicación trataron dos acontecimientos de las últimas semanas –el Foro Económico Mundial de Davos y el Foro Social Temático de Porto Alegre– es revelador de los intereses que hoy controlan a la opinión pública mundial. El primero mereció atención, pese a que nada nuevo se discutió allí: sólo análisis gastados sobre la crisis europea y la misma insistencia en rumiar sobre los síntomas de la crisis, ocultando sus verdaderas causas. El segundo fue completamente omitido, pese a que se discutieron los problemas que condicionan en forma decisiva nuestro futuro: el cambio climático; el acceso al agua; la calidad y la cantidad de los alimentos disponibles ante las plagas del hambre y la desnutrición; la justicia ambiental; los bienes comunes de la humanidad y la validez de los conocimientos populares, no eurocéntricos, en la búsqueda de justicia ambiental. La selectividad de los medios muestra con claridad los riesgos que corremos cuando la opinión pública se reduce a la opinión que se publica.

El Foro de Porto Alegre se propuso discutir Río+20, es decir, la Conferencia de la ONU sobre desarrollo sustentable que se realizará en junio en Río de Janeiro, veinte años después de la primera Conferencia de la ONU sobre el tema, también realizada en Río, una conferencia pionera en alertar sobre los problemas ambientales que enfrentamos y sobre las nuevas dimensiones de injusticia social que acarrean. Los debates tuvieron dos vertientes principales. Por un lado, el análisis crítico de los últimos veinte años y de los documentos preparatorios de la conferencia. Por otro lado, la discusión de las propuestas que se presentarán en la Cumbre de los Pueblos, una conferencia de organizaciones de la sociedad civil que se realiza en paralelo a la Conferencia Intergubernamental de la ONU.

– Río+20: las críticas. Hace veinte años, la ONU tuvo un rol importante al alertar sobre los peligros que corre la vida humana y no humana si el mito del crecimiento económico indefinido continúa dominando las políticas económicas y si el consumismo irresponsable no es controlado: el planeta es finito, los ciclos vitales de reposición de los recursos naturales están siendo destruidos y la naturaleza “se vengará” con cambios climáticos que pronto serán irreversibles y afectarán de modo especial a los más pobres, añadiendo nuevas dimensiones de injusticia social a las muchas que ya existen. Los Estados parecieron tomar nota de estas advertencias y se realizaron muchas promesas bajo la forma de convenios y protocolos. Las multinacionales, grandes agentes de la degradación ambiental, parecían haber quedado bajo vigilancia.

Lamentablemente, ese momento de reflexión y esperanza pronto se desvaneció. El resultado se refleja en los documentos preparados por la ONU para la Conferencia Río+20. Allí se recopila información importante sobre las innovaciones en cuidado ambiental, pero las propuestas que se formulan –resumidas en el concepto de “economía verde”— son escandalosamente ineficaces y hasta contraproducentes: convencer a los mercados (siempre libres, sin restricciones) sobre las oportunidades de lucro que ofrece invertir en el medio ambiente, calculando los costos ambientales (externalidades) y atribuyendo valor mercantil a la naturaleza. En el mundo de fantasía donde se mueven estos documentos, las “fallas del mercado” se deben sólo a la falta de información y, una vez que sea superada, no faltarán inversiones e innovaciones “verdes”. Es decir, no hay otra manera de relacionarnos entre los seres humanos y con la naturaleza que no sea a través del mercado y la búsqueda del lucro individual. Una orgía neoliberal que, partiendo del Norte, ahora parece propagarse a los países emergentes.

– Cumbre de los Pueblos: las propuestas. Paralelamente a la Conferencia de la ONU, la sociedad civil organiza en Río la Cumbre de los Pueblos y es ahí donde podemos depositar alguna esperanza. Los debates preparatorios en Porto Alegre permitieron vislumbrar las líneas fuertes de las alternativas que se presentarán y sobre las que habrá que presionar para que entren en las agendas políticas nacionales e internacionales.

Primero, la centralidad y la defensa de los bienes comunes de la humanidad como respuesta a la mercantilización, privatización y financierización de la vida, implícita en el concepto de “economía verde”. Los bienes comunes de la humanidad son bienes producidos por la naturaleza o por los grupos humanos, a nivel local, nacional o global, que deben ser de propiedad colectiva, a diferencia de lo privado y lo público (estatal), aunque le compete al Estado cooperar en la protección de los bienes comunes. La primera mujer en ganar el Premio Nobel de Economía, Elinor Ostrom, ha dedicado toda su obra al análisis de la diversidad de medios de gestión de los bienes comunes, siempre salvaguardando el principio de que el derecho a estos bienes es igual para todos. Los bienes comunes son el contrapunto del desarrollo capitalista y no sólo su anexo, como ocurre con el concepto de “sustentabilidad”. Y más allá del uso individual de los bienes comunes, teorizado por Ostrom, hay que tener en cuenta los usos colectivos de las comunidades indígenas y campesinas. Entre los bienes comunes están el aire y la atmósfera, el agua, los acuíferos, ríos, océanos, lagos, las tierras comunales o ancestrales, las semillas, la biodiversidad, los parques y las plazas, el lenguaje, el paisaje, la memoria, el conocimiento, el calendario, Internet, HTML, los productos distribuidos con licencia libre, Wikipedia, la información genética, las zonas digitales libres, etc. Los bienes comunes presuponen derechos comunes y derechos individuales de uso temporal. Algunos de estos bienes pueden exigir o tolerar algunas restricciones al uso común e igualitario, pero deben ser excepcionales y también temporales. El agua comienza a ser vista como el bien común por excelencia, y las luchas contra su privatización en varios países son las que han tenido más éxito, sobre todo cuando se combinan luchas campesinas con luchas urbanas.

Segundo, el pasaje gradual de una civilización antropocéntrica a una civilización biocéntrica, lo que implica reconocer los derechos de la naturaleza; redefinir el buen vivir y la prosperidad de modo que no dependan del crecimiento infinito; promover energías verdaderamente renovables (no incluyen a los agrocombustibles) que no impliquen el desalojo de campesinos e indígenas de sus territorios; diseñar políticas de transición para los países cuyos presupuestos dependen excesivamente de la extracción de materias primas, ya sean minerales, petróleo o productos agrícolas de monocultivo, con precios controlados por las grandes empresas monopólicas del Norte.

Tercero, defender la soberanía alimentaria, el principio de que, en la medida de lo posible, cada comunidad debe tener control sobre los bienes alimentarios que produce y consume, acercando a consumidores y productores, defendiendo la agricultura campesina, promoviendo la agricultura urbana, de tiempos libres, prohibiendo la especulación financiera con productos alimentarios. La soberanía alimentaria, junto con la idea de los bienes comunes, exige la prohibición de la compra masiva de tierras (sobre todo en Africa) por parte de países extranjeros (China, Japón, Arabia Saudita, Kuwait) o multinacionales (el proyecto de la surcoreana Daewoo de comprar 1,3 millón de hectáreas en Madagascar), en busca de reservas alimentarias.

Cuarto, un vasto programa de consumo responsable que incluya una nueva ética del cuidado y una nueva educación para el cuidado y el compartir: la responsabilidad ante los que no tienen acceso a un consumo mínimo para garantizar la supervivencia; la lucha contra la obsolescencia artificial de los productos; la preferencia por los productos producidos por las economías sociales y solidarias basadas en el trabajo y no en el capital, en el florecimiento personal y colectivo y no en la acumulación infinita; la preferencia por consumos colectivos y compartidos siempre que sea posible; mayor conocimiento sobre los procesos de producción de los productos de consumo, para que se pueda rechazar el consumo de productos realizados a costa del trabajo esclavo, la expulsión de campesinos e indígenas, la contaminación de aguas, la destrucción de sitios sagrados, la guerra civil, o la ocupación de tipo colonial.

Quinto, incluir en todas las luchas y en todas las propuestas de alternativas las exigencias transversales de profundización de la democracia y de lucha contra la discriminación sexual, racial, étnica, religiosa, y contra la guerra.

 

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Ecuador: Encuentro Regional por la Ley de Tierra

 16 de Febrero de 2012

rutaLas organizaciones que conforman la Red Agraria de Ecuador, entre ellas la Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras,  FENOCIN, La Cooporación Nacional Campesina-Eloy Alfaro, CORMONLIT y la  Federación Ecuatoriana de Indígenas, FEI,  convocan al Encuentro Regional de Campesinos, Montubios, Negros e Indígenas de la Región Sierra Norte.

El objetivo de este encuentro es dar a conocer la problemática de la tierra que afecta a todo el pueblo ecuatoriano pero especialmente a las y los  campesinos. La consigna central de este evento es  “Ley Agraria URGENTE Y NECESARIA”, mediante la cual  exigen  al Gobierno, que cambie la Ley vigente  y que garantice la Soberanía Alimentaria y el Buen Vivir de los pueblos.

A más de los  actos culturales, está programado la recolección de firmas en apoyo a la propuesta de Ley presentada por la Red, lo cual ha sido  construida por las diferentes organizaciones y sectores sociales garantizando una verdadera Revolución Agraria con hechos y no palabras.

Este encuentro se llevará  a cabo,  en el Parque Central de Cayambe, provincia de Pichincha,  el día viernes 17 de febrero del año en curso, el acto iniciará a partir de las 9:00 am, se contará con la presencia de autoridades locales y nacionales, sobretodo de cientos de campesinas y campesinos de las Organizaciones base como la UCICAQ, UNOCIA-E, UNOCC, FICAPI, CONORCUR, UNOCAC, UNORCAC, UNOCAME, UCCOPEM, entre otras.

Hacemos un llamado a la ciudadanía para que se den cita a este Encuentro para poder contar con sus firmas  y juntos formar parte de este proceso de lucha.

Mayor información equipo comunicación Red Agraria

Luis Manosalvas 08-26-44-66-4

Tatiana Cevallos  08-47-65-57-1

Martha Sigüe 091051214

 

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Guatemala: problematica agraria en norte de El Quiché

Jueves 16 de Febrero de 2012

Ante la información de que fuerzas especiales de la PNC y el ejército se dirigen a la comunidad de Tzansiwan, en Cunén, el Comité de Unidad Campesina – CUC – informa y denuncia:

1.     La Comunidad de El Regadío ha existido históricamente, desde al menos 200 años, en el lugar donde se encuentran en la actualidad. Generación tras generación han vivido y producido en ese  lugar. En los años ochenta la familia Brol, terratenientes de Cotzal, asesinos de campesinos y comprometidos con la represión en contra de la población ixil y quiché, se apropiaron de tierras de las comunidades, tal y como lo había hecho anteriormente con terrenos municipales para formar lo que actualmente es la Finca San Francisco, en Cotzal.

2.     En el año 2007, el gobierno dio a conocer que habían autorizado la construcción de la hidroeléctrica Palo Viejo, la cual utilizaría el cauce del Río Cotzal y sus tres afluentes: Chipal, El Regadío y el Arroyo Escondido. Los pobladores de El Regadío se oponen al robo del agua que les es vital para la producción de sus cultivos. La respuesta del terrateniente Pedro Brol ha sido ordenar a sus guardias de seguridad que durante la noche efectúen disparos en dirección a la comunidad.

3.     El 28 de noviembre del 2011, pobladores del Regadío  sufrieron un ataque por parte de la seguridad de Pedro Brol; los comunitarios se defendieron y desarmaron a los guardias privados. Posteriormente los miembros de la comunidad fueron a la oficina de la Procuraduría de los Derechos Humanos a entregar las armas y los miembros de esta oficina los acompañaron al Ministerio Público a poner la denuncia del ataque que habían sufrido por parte de la seguridad de la familia Brol.

4.     En respuesta, Pedro Brol, por medio de sus abogados y en complicidad con los fiscales del MP en el lugar, acusaron, a 9 compañeros de El Regadío, de robo agravado y homicidio en el grado de tentativa, sin tomar en cuenta que existe una mesa de negociación ante este conflicto. Curiosamente la policía actuó prestamente y el jueves recién pasado, capturó a Felipe Gutiérrez, líder comunitario de El Regadío y para este lunes 13 de febrero se programó la audiencia, pero sorpresivamente fue cancelada y trasladada de lugar; cuando los miembros de la comunidad El Regadío regresaban a sus hogares, después de la suspensión de la audiencia, se encontraron con la desagradable sorpresa de que la familia Brol había destruido más de 80 manzanas de milpa y frijol; en el camino  se toparon con una radio patrulla a la que acusan de complicidad con esa destrucción, razón por la cual y según el derecho maya, llevaron a los miembros de la patrulla para presentarlos ante las autoridades comunitarias de Tzansiwan, para esclarecer su participación en los hechos.

5.     Desde el día de ayer se han iniciado pláticas con diversas autoridades de la región para resolver la problemática antes informada y el día de hoy a las 10:15 am entregaron a los policías a la Procuraduría de los Derechos Humanos, razón por la cual no hay razones para el despliegue de 10 camiones del ejército y 40 auto patrullas  y 2 helicópteros que se encuentran entre Cunén y Uspantán.

6.     Con miembros de la PDH, PNC y el Juez del lugar, se llegó a los siguientes acuerdos con los communitarios:

i.                 Realizar, hoy a las 14:00 horas la audiencia que estaba programada para el día de ayer y que se libere al líder comunitario Felipe Gutiérrez.

ii.               La suspensión de las ordenes de captura de 25 campesinos de 6 comunidades de los municipios de Cunén, Uspantán e Ixcán que han sido acusados falsamente por terratenientes debido a que se oponen a ser despojados de las tierras de sus antepasados.

iii.             Que se forme una comisión para verificar los daños y perjuicios en contra de los habitantes de la Comunidad El Regadío y la restitución o resarcimiento de los bienes destruidos.

iv.             Conformación de una mesa de discusión de alto nivel con la participación de la Fiscal General del MP y la presidenta del la Corte Suprema de Justicia, para esclarecer los procedimientos que se utilizan en contra de la población campesina, sin seguir el debido proceso y que únicamente agudizan la conflictividad agraria.

v.               Que se desarme a los cuerpos paramilitares que se encuentran al servicio de finqueros de la región y que únicamente causan amenazas, intimidación y un clima de zozobra e impunidad en la región a favor de los terratenientes.

Ante los hechos mencionados, el Comité de Unidad Campesina exige y advierte:

a)     Responsabilizamos al gobierno de Pérez Molina de cualquier hecho que agrave la conflictividad agraria en la región y de los daños que pueda sufrir la población de El Regadillo o Tzansiwan

b)     Exigimos a la jefa de Ministerio Público la destitución del fiscal auxiliar del Ministerio Público Benjamín Cruz Velazco de Nebaj por parcialidad y contubernio con los terratenientes del lugar ya que con sus actuaciones únicamente agudizan la conflictividad agraria.

c)     Demandamos la liberación del compañero Felipe Gutiérrez, la suspensión de las órdenes de captura en contra de líderes comunitarios por defender sus tierras.

d)     Demandamos una investigación imparcial e histórica de la situación de la propiedad y tenencia de la tierra en los municipios ixiles y los municipios de Cunén, Uspantán y Chicamán, con miras a asegurar los derechos históricos de las comunidades que durante generaciones han vivido en esa región y que ahora ante la construcción de hidroeléctricas se van afectados y despojados de sus tierras ancestrales.

e)     A la opinión pública nacional e internacional a mantener la vigilancia sobre los hechos de la comunidad El Regadío y Tzansiwan.

 

Comité de Unidad Campesina

CUC

Cabeza Clara, Corazón Solidario y Puño Combativo

De las y los Trabajadores del Campo

 

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Monsanto condenada a indemnizar a un agricucltor por intoxicación con un herbicida

Jueves 14 de Febrero de 2012

Monsanto mantuvo en el mercado el herbicida Lazo, pese a ser conocida su peligrosidad, y no informó en la etiqueta de los riesgos

monsanto_2El Juzgado de Primera Instancia de Lyon considera «responsable» a la transnacional de la transgenia Monsanto de la intoxicación por herbicida en 2004 del agricultor francés Paul François,  y le condena  a indemnizar totalmente al perjudicado en una reciente sentencia. El 27 de abril de 2004, abriendo la cuba de un pulverizador, Paul François, un cerealista de Bernac (Charente), de 47 años en la actualidad, recibió en la cara los vapores de Lazo, un herbicida poderoso producido por Monsanto. Como consecuencia, sufrió mareos, desvanecimientos y multitud de anomalías (tartamudeo, vértigos, dolores de cabeza, dolores musculares), viéndose obligado a interrumpir su actividad durante cerca de un año.

 

Un año después (mayo de 2005),  los análisis detectaron en su organismo rastros de monochlorobenzène, un disolvente presente en Lazo,  junto a un principio activo, el anachlore. Tres años más tarde, Paul François, que se convirtió en portavoz de las víctimas de los plaguicidas,  consiguió que el mal que sufría por dicha causa fuera considerado enfermedad profesional por la Mutualidad social agrícola. Es entonces cuando inició un procedimiento por responsabilidad civil contra Monsanto.En la audiencia, celebrada el 12 de diciembre de 2011 en el juzgado de Lyon, el abogado del agricultor perjudicado reprochó a Monsanto por nantener el heribicida Lazo en el mercado, cuando era conocida su peligrosidad desde la década de los 80, lo cual motivó su prohibición en Canadá, Inglaterra y Bélgica. Sin embargo, no se retiró del mercado francés hasta 2007. Además, añadió que Monsanto no había detallado en la etiqueta la composición del producto, los riesgos por inhalación ni la obligación de llevar una máscara, incumpliendo su obligación de informar al respecto.

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Monsanto condenada a indemnizar a un agricucltor por intoxicación con un herbicida

Jueves 14 de Febrero de 2012

Monsanto mantuvo en el mercado el herbicida Lazo, pese a ser conocida su peligrosidad, y no informó en la etiqueta de los riesgos

monsanto_2El Juzgado de Primera Instancia de Lyon considera «responsable» a la transnacional de la transgenia Monsanto de la intoxicación por herbicida en 2004 del agricultor francés Paul François,  y le condena  a indemnizar totalmente al perjudicado en una reciente sentencia. El 27 de abril de 2004, abriendo la cuba de un pulverizador, Paul François, un cerealista de Bernac (Charente), de 47 años en la actualidad, recibió en la cara los vapores de Lazo, un herbicida poderoso producido por Monsanto. Como consecuencia, sufrió mareos, desvanecimientos y multitud de anomalías (tartamudeo, vértigos, dolores de cabeza, dolores musculares), viéndose obligado a interrumpir su actividad durante cerca de un año.

 

Un año después (mayo de 2005),  los análisis detectaron en su organismo rastros de monochlorobenzène, un disolvente presente en Lazo,  junto a un principio activo, el anachlore. Tres años más tarde, Paul François, que se convirtió en portavoz de las víctimas de los plaguicidas,  consiguió que el mal que sufría por dicha causa fuera considerado enfermedad profesional por la Mutualidad social agrícola. Es entonces cuando inició un procedimiento por responsabilidad civil contra Monsanto.En la audiencia, celebrada el 12 de diciembre de 2011 en el juzgado de Lyon, el abogado del agricultor perjudicado reprochó a Monsanto por nantener el heribicida Lazo en el mercado, cuando era conocida su peligrosidad desde la década de los 80, lo cual motivó su prohibición en Canadá, Inglaterra y Bélgica. Sin embargo, no se retiró del mercado francés hasta 2007. Además, añadió que Monsanto no había detallado en la etiqueta la composición del producto, los riesgos por inhalación ni la obligación de llevar una máscara, incumpliendo su obligación de informar al respecto.

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