Fallo histórico: En Francia condenan a Monsanto por intoxicación de agricultor

Jueves 16 de Febrero de 2012

monsantoPor vez primera la justicia de un país europeo condena a una multinacional del agronegocio a resarcir a un campesino afectado por el uso de agrotóxicos lo cual representa un “fallo histórico” que revela “el costo social y de salud” de los productos, afirmó Andrea Ferrante de La Vía Campesina Europa.

La noticia pasó casi desapercibida. Un tribunal judicial francés falló contra la trasnacional Monsanto obligándola a indemnizar a un agricultor que resultara intoxicado por la inhalación de vapores del herbicida “Lasso” comercializado por dicha empresa y que se encuentra prohibido en la Unión Europea desde hace un lustro.

La empresa estadounidense líder de los agrotóxicos de síntesis y semillas transgénicas a nivel global fue condenada este lunes 13 por el Tribunal de Gran Instancia de la ciudad de Lyon a indemnizar por daños y perjuicios a un agricultor francés de 47 años que en 2004 inhaló por accidente su herbicida “Lasso”, resultando con severas secuelas en su salud. El costo de la indemnización se evaluará por parte de un tribunal médico.

El agricultor es Paul François quien ha señalado que la sentencia es un triunfo y podría sentar jurisprudencia para que se produzcan otras similares. «Yo estoy vivo, pero parte de la población agrícola va a ser sacrificada y se va a morir a causa de esto», declaró Francois a la agencia Reuters después de conocer el dictamen al que, ya se anunció, Monsanto apelará.

Tras la inhalación, este productor de cereales en Charente, comenzó a padecer náuseas, tartamudeo, vértigo, dolores de cabeza y otros trastornos que lo obligaron a interrumpir su actividad durante un año. En mayo de 2005, los análisis médicos descubrieron en su organismo restos de monoclorobenceno, un potente disolvente que forma parte de la composición del Lasso junto con el producto activo, el anacloro.

Ferrante: multinacionales no pagan costo social

Tras conocer esta noticia, el integrante de la Coordinación de La Vía Campesina Europa, Andrea Ferrante la consideró “histórica” y una muestra de que bajo el modelo del agronegocio se ocultan costos sociales, sanitarios y ambientales.

Entrevistado por Radio Mundo Real este miércoles, el integrante de la Asociación Italiana de Agricultura Biológica (AIAB), dijo que “es la primera vez que se reconoce que los productos fitosanitarios golpean también a los campesinos, no solamente a los consumidores. En este fallo tenemos una herramienta para luchar por otro modelo agrícola sin presencia de las multinacionales”, manifestó Ferrante. “Las multinacionales del agronegocio no pagan el costo social que generan, es un costo escondido”, enfatizó.

Asimismo, Ferrante reflexionó sobre el retiro por parte de la multinacional BASF de su investigación en transgénicos de territorio europeo ante la opinión pública desfavorable hacia la manipulación genética y sus consecuencias.

“Es claro que el mercado de transgénicos en Europa no es interesante” para las empresas “porque acarrean muchos problemas y las inversiones se vuelven pérdidas. En Europa es casi imposible sembrar transgénicos hoy”, dijo el dirigente campesino.

Foto: noticias.lainformacion.com

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Llamado a la acción de La Vía Campesina: Recuperando nuestro futuro, Río +20 y más allá

CLOC-VC_PEQUEJueves 16 de Febrero de 2012

Entre los días 20 y 22 de junio de 2012, los gobiernos de todo el mundo se reunirán en Río de Janeiro, Brasil, para conmemorar los 20 años de la «Cumbre de laTierra», la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), que estableció por primera vez una agenda global para el «desarrollo sostenible». Durante la cumbre de 1992 se adoptaron la Convención sobre la Diversidad Biológica (CDB), la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y la Convención de Lucha contra la Desertificación. También se estableció La Comisión sobre el Desarrollo Sostenible (CDS) para garantizar el seguimiento efectivo de la «Cumbre de la Tierra”.

Veinte años después, los gobiernos hubieran tenido que  volver a reunirse para reseñar sus compromisos y sus avances, pero en realidad el tema a debate será el desarrollo basado en la «economía verde», propagando el mismo modelo capitalista que causó el caos climático y otras profundas crisis económicas, sociales y ambientales.

La Vía Campesina se movilizará para este acontecimiento histórico, representando la voz de las campesinas, campesinos y pueblos indígenas que defienden el bienestar de todos y todas a través de la implementación de la soberanía alimentaria y la protección de los recursos naturales.

20 años después: un planeta en crisis

20 años después de la Cumbre de la Tierra, la vida se ha vuelto más difícil para la mayoría de la humanidad. El número de personas  sufriendo de hambre ha aumentado a casi mil millones, lo que significa que uno de cada seis seres humanos está pasando hambre, siendo las mujeres y las campesinas y campesinos los más afectados. Mientras tanto, el medio ambiente se degrada rápidamente, la biodiversidad está siendo destruida, los recursos hídricos empiezan a escasear y se contaminan, sin hablar de los daños de la crisis climática. Esto pone en peligro nuestro futuro en la Tierra mientras que se incrementa la pobreza y la desigualdad.

La idea del «desarrollo sostenible» presentada en 1992, cual fusionó las preocupaciones del «desarrollo» y del «medio ambiente», no pudo resolver estos problemas porque no freno al sistema capitalista en su galopada por las ganancias a costa de los recursos humanos y naturales:

– El sistema alimentario está cada vez más controlado por las grandes empresas que buscan su propio beneficio, y no alimentar a los pueblos.

– La Convención sobre la Biodiversidad ha creado mecanismos de repartición de beneficios, que a fin de cuentas legitiman la capitalización de los recursos genéticos por el sector privado.

– La Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático inventó un nuevo producto muy rentable y especulativo con los mecanismos de comercio de carbono, permitiendo a quienes contaminan continuar haciéndolo obteniendo además un beneficio de ello, en lugar de forzar a los países y a las empresas a reducir la contaminación.

El marco del “desarrollo sustentable” sigue tratando a la agricultura campesina como atrasada y responsable del deterioro de los recursos naturales y el medioambiente. Se perpetua el mismo paradigma de crecimiento, cual es nada menos que el desarrollo capitalista bajo la “industrialización verde.”

La «Economía Verde», ¿El Cercamiento final?

Hoy en día, la «ecologización de la economía» impulsada en el período previo a Río +20 se basa en la misma lógica y mecanismos que están destruyendo el planeta y manteniendo a la gente en hambre. Por ejemplo, busca incorporar los aspectos de la fracasada «revolución verde» de una manera más amplia para garantizar las necesidades de los sectores industriales de producción, tales como la promoción de la uniformidad de las semillas, las semillas patentadas por empresas, las semillas genéticamente modificadas, etc.

La economía capitalista nunca será verde porque está requiere en la sobre explotación de los recursos naturales y del ser humano. Se basa en el crecimiento ilimitado en un planeta que ha llegado a sus límites y en la mercantilización de los bienes naturales que quedan y los recursos que han permanecido hasta ahora sin precio o bajo control del sector público.

En esta época de crisis financiera, el capitalismo mundial busca nuevas formas de acumulación. Y es en estas crisis que el capitalismo más acumula. AhoraHoy, son los territorios y los bienes comunes que son el blanco principal del capital. Así, la economía verde no es solamente una mascara verde del capitalismo. Es también una nueva ingeniería para apropiarse de nuestros bosques, ríos, suelos… de nuestros territorios!

Desde las reuniones preparatorias del año pasado hacia Río +20, la agricultura ha sido citada como una de las causas del cambio climático. Sin embargo, en las negociaciones oficiales no se ha hecho la distinción entre la agricultura industrial y la agricultura campesina. Tampoco se han explicitado las diferencias entre sus efectos sobre la pobreza, el clima y otros problemas sociales a los que nos enfrentamos.

La “economía verde” se está vendiendo como una forma de implementar el desarrollo sostenible en aquellos países que continúan experimentando altos y desproporcionados niveles de pobreza, hambre y miseria. En realidad, lo que se propone es una nueva fase de lo que identificamos como «programas verdes de ajuste estructural», que buscan alinear y ordenar los mercados y las regulaciones nacionales para someterlos a la rápida llegada del “capitalismo verde”.

En la lógica de la “economía verde”,  los recursos naturales del planeta son considerados como materias primas para la producción industrial, como sumideros de carbono o para la especulación. Esto queda demostrado por el aumento de los acaparamientos de tierras a nivel mundial para la producción de cultivos para la exportación y los agrocombustibles. Nuevas propuestas como la agricultura “climática inteligente”, que promueve la “intensificación sostenible” de la agricultura, encarnan también el objetivo de las corporaciones y los agronegocios de sobre explotar el planeta usando la etiqueta “verde”, y haciendo que las campesinas y campesinos dependan cada vez más de insumos y semillas de elevados costes. Se está emitiendo una nueva generación de permisos de contaminación para el sector industrial, especialmente en los países desarrollados, a través de los mecanismos de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal (REDD++) y otros programas de servicios ambientales.

El uso intensivo de varias formas de biotecnología, de las tecnologías de síntesis y de la geoingeniería son partes fundamentales de la agricultura industrial promovidos en el marco de la “economía verde.” Con esto, la economía verde busca asegurar que los sistemas ecológicos y biológicos del planeta se mantengan a la disposición del capital.

La promoción de la «economía verde» incluye llamadas a la plena aplicación de la Ronda de Doha de la OMC, la eliminación de todas las barreras comerciales a la entrada de «soluciones verdes», la financiación y el apoyo de las instituciones financieras como el Banco Mundial y de proyectos, como los programas de la USAID, y la legitimación continua de las instituciones internacionales que sirven para perpetuar y promover el capitalismo global.

¿Por qué nos movilizamos las campesinas y campesinos?

Nosotras y nosotros,  campesinas y campesinos, los agricultores familiares, los sin tierra, los pueblos indígenas, los emigrantes —hombres y mujeres— estamos decididos a movilizarnos para oponernos a cualquier mercantilización de la vida y para proponer otra manera de organizar nuestra relación con la naturaleza en la Tierra. Esta se basa en la  reforma agraria, la agroecología y la soberanía alimentaria.

Rechazamos la “Economía Verde” como se defiende ahora en el proceso de Río +20. Es una nueva máscara para ocultar la creciente codicia de las empresas y del imperialismo alimentario en el mundo.

·        Exponemos y rechazamos la captura del Proceso de Río +20  y de todos los procesos multilaterales de las Naciones Unidas por parte de las corporaciones;

·        Nos oponemos al comercio de carbono y a todas las soluciones de mercado a la crisis medioambiental, incluyendo la liberalización propuesta de servicios ambientales bajo la OMC.

·        Rechazamos el REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal), que permite que los países ricos eviten recortar sus emisiones de carbono mediante la financiación de proyectos, a menudo perjudiciales, en los países en desarrollo;

·        Nos oponemos al acaparamiento de tierras, del agua, de las semillas, de los bosques… ¡Al acaparamiento de todos los recursos!

·        Rechazamos las formas de apropriación de nuestros territorios, que sea con los créditos de carbono o con los pagos de servicios ambientales hechos por gran corporaciones;

·        Exigimos la prohibición total de los proyectos y experimentos de geoingeniería, con la apariencia de tecnología “verde” o “limpia” en beneficio de los agronegocios. Esto incluye nuevas tecnologías que se están proponiendo para la adaptación y la mitigación del cambio climático bajo el lema de «geoingeniería» y “agricultura inteligente climática”, incluyendo soluciones falsas como plantas transgénicas que supuestamente se adaptan al cambio climático y el «biocarbón”, que se supone devuelve al suelo el carbono;

·        Exigimos una reforma agraria auténtica que distribuya y redistribuya la tierra —el principal factor de producción— teniendo en cuenta a las mujeres y jóvenes. La tierra debe ser un medio de producción para garantizar la subsistencia de los pueblos y no debe ser una mercancía sometida a la especulación en los mercados internacionales. Rechazamos la «reforma agraria asistida por el mercado», que es solo una forma distinta de hablar de la privatización de la tierra

·        Luchamos por la producción sostenible de alimentos a pequeña escala para el consumo comunitario y local, en oposición a la agroindustria y a los monocultivos para la exportación;

·        Continuamos organizando y practicando una producción basada en la agroecología, garantizando la soberanía alimentaria para todos y seguimos poniendo en marcha una gestión colectiva de los recursos.

Llamado a la acción

Hacemos un llamado a una gran movilización mundial entre el 18 y el 26 de junio en Río de Janeiro, con un campamento permanente y a una Cumbre de los Pueblos en la que nos opondremos a la cumbre de los gobiernos y el capital.

Estaremos en Rio en el la Cumbre de los Ppueblos, donde se juntaran las luchas anti-capitalistas del mundo y donde propondremos verdaderas soluciones. La Asamblea Permanente de los Pueblos, entre los días 18 y 22 presentaran la lucha diaria contra los promotores del capitalismo y de los ataques a nuestros territorios. Rio de Janeiro es hoy una de las ciudades que más recibe aportes del capital mundial, y que recebara la copa del mundo y las olimpiadas. Es decir que juntaremos  muchas luchas simbólicas, desde los movimientos urbanos hasta los sin tierra y los pescadores.

Declaramos la semana del 5 de junio como la mayor semana en defensa del medio ambiente y contra las empresas transnacionales donde invitamos a todas y todos en el mundo a movilizarse:

·        Defiende la agricultura campesina.

·        Ocupa tierras para la producción de alimentos agroecológicos y no dominados por el mercado.

·        Reclama e intercambia semillas campesinas.

·        Protesta ante las oficinas de intercambio y comercio y pide que se ponga fin a los mercados que especulan con las materias primas y la tierra.

·        Organiza asambleas locales de personas afectadas por el capitalismo.

·        ¡Sueña con un mundo diferente y créalo!

¡El futuro que queremos se construye gracias a  la reforma agraria, la agricultura campesina y la soberanía alimentaria!

 

¡¡GLOBALICEMOS LA LUCHA!!

¡¡GLOBALICEMOS LA ESPERANZA!!

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El cuento de la economía verde

Jueves 16 de Febrero de 2012 capital_verde_1

¿Es una solución a la crisis actual la economía verde? O es, en cambio, el capitalismo verde la última estrategia del sistema imperante para sobrevivir la crisis sin cambios más profundos? Estos temas cobran importancia con el avance de propuestas de pago de servicios ambientales, programas REDD, etc. en la región y se vuelven centrales frente a la conferencia internacional de Rio +20, que tendrá lugar en Rio de Janeiro en junio 2012. Para contribuir al debate respectivo, la Fundación Rosa Luxemburgo y la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica – ALER han producido cuatro microprogramas radiales y ocho cuñas que discuten varios aspectos del capitalismo verde.

Microprogramas: Sobre Capitalismo verde

  • Programa: 1                                         Programa: 2                                 
  • Programa: 3                                         Programa: 4

Esta serie de programas y cuñas  pueden ser difundidos libremente por Radios Comunitarias y sitios web.

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Colombia: Convocatoria Constitución y

Martes 14 de Febrero de 2012

consejo_patrioticoLas organizaciones sociales, populares y políticas de campesinos, indígenas, estudiantes, trabajadores, barriales, culturales y en general, compuestas por miles de hombres y mujeres explotados  de este país, que desde el 20 de julio del 2010 nos articulamos y organizamos en la Marcha Patriótica y Cabildo Abierto  por la Independencia,

CONVOCAMOS:

Al conjunto del pueblo colombiano, a sus organizaciones, a todas aquellas personas que en nuestro país y en todas las latitudes del mundo  comparten con nosotros este anhelo de transformación, de verdadera democracia, de paz con justicia social, en síntesis, a todos y todas aquellas que comparten los sueños y propuestas  planteados en la proclama por la segunda y definitiva independencia, fruto de la voluntad popular y soberana de miles de mujeres y hombres de nuestro país, a la constitución y lanzamiento del Consejo Patriótico Nacional, una propuesta de organización eminentemente política,  social y democrática, profundamente comprometida en la defensa de la causa popular y de las reivindicaciones de los sectores menos favorecidos de la sociedad o afectados por las políticas neoliberales del Estado; un movimiento que dinamice la variedad de formas de organización y movilizaciones existentes en cualquier región de Colombia, que crezca y se fortalezca, hasta convertirse en una verdadera alternativa de cambio democrático para todo el pueblo colombiano, a realizarse los días 21, 22 y 23 de Abril de 2012 en la ciudad de Bogotá.

 

 

LA CRISIS Y LA MOVILIZACIÓN SOCIAL Y POPULAR          

La constitución y lanzamiento de nuestro Consejo Patriótico Nacional se da en medio de un importante y vigoroso aumento de la movilización social y popular no sólo en nuestro país sino también en diferentes latitudes del mundo, contra la crisis del capitalismo y por la generación de alternativas verdaderamente democráticas que posibiliten la existencia de sociedades justas y dignas.

Unas vez más el capitalismo ha entrado en crisis demostrando su incapacidad estructural de resolver los problemas materiales mínimos  de las mayorías, además de su ya probada esencia depredadora, que pone cada vez más en cuestión la existencia misma de nuestro planeta.

 En esta ocasión la crisis tiene su centro en la financiarización promovida por el modelo neoliberal, la cual pone como eje principal de la economía y por qué no decirlo, de nuestras sociedades, al sistema financiero, caracterizado por ser fundamentalmente especulador y parasitario, afectando la producción real de riqueza y generando acumulación para una ínfima minoría sobre la base de la negociación por parte de estos pocos, de los bienes y el bienestar del conjunto de nuestros pueblos.

Frente a esta crisis las clases poseedoras  en el gobierno de la mayoría de los países del mundo, han salido presurosos a salvar a los bancos y al conjunto del sistema financiero, mientras que le imponen a las grandes mayorías los costos de la crisis, a través de fuertes recortes a la inversión social por parte de los Estados, promoviendo nuevas olas de privatización de la salud, la educación, el ordenamiento territorial y de mayor precarización de los derechos de los trabajadores, todo esto por su puesto acompañado de fuertes dosis de represión y de cinismo contra los reales afectados por estas medidas.

Ante este panorama, la digna movilización no se ha hecho esperar en todas latitudes del mundo, en el Magreb, en la beligerante resistencia del pueblo griego, en el paro que muestra un resurgir de la histórica clase obrera inglesa, en el grito de “democracia real ya” de miles de Indignados en España, en los miles de estudiantes que contra el modelo neoliberal vuelven a colmar las grandes alamedas de Allende en Chile, demostrando en la práctica que “la historia es nuestra y la hacen los pueblos” y por supuesto, la lucha singular que muchos norteamericanos vienen dando en Wall Street.              

En Colombia valerosamente a pesar de tanta muerte y oprobio por parte del régimen, asistimos a una importante reactivación del movimiento social y popular contra las manifestaciones de la crisis en nuestro país, la profundización del modelo neoliberal con su necesario componente de guerra, adelantado por Juan Manuel Santos  y por la recuperación de los derechos más mínimos de nuestro pueblo.

Es así como en nuestro país la herencia de Ignacio Torres Giraldo, arquetipo de la clase obrera colombiana, está presente en las huelgas impulsadas recientemente por los trabajadores del petróleo especialmente en Campo Rubiales, en el Meta. Se siente también el clamor de más de 30 mil personas que en las calles de la histórica Barrancabermeja a mediados de dos mil once hicieron retumbar la consigna de la solución política, la paz y el derecho a la tierra; la lección unitaria del movimiento estudiantil colombiano que a través de la movilización, el debate y la organización -contando con el apoyo de grandes sectores de la población colombiana- ha ganado una importante batalla en contra del gobierno  nacional en su intención de privatizar la educación superior.   Presenciamos también la importante confluencia que significa el CONGRESO DE PUEBLOS y el esfuerzo unitario que representa la creación del COMOSOCOL.

Parte activa y muy importante de esta reactivación del movimiento social y popular, es nuestro proceso de Marcha Patriótica y Cabildo Abierto por la Independencia, heredero y continuador de la gesta independentista, democratizadora y soberana, emprendida por Bolívar, Nariño, José Antonio Galán, Benkos Biojó, Policarpa Salavarrieta, Manuela Beltrán y miles de hombres y mujeres que a lo largo de estos más de 200 años han ofrendado su vida en la consecución de tan altos propósitos. Nuestro proceso ha significado el encuentro y la articulación de campesinos, estudiantes, indígenas, trabajadores, organizaciones barriales, personalidades democráticas y expresiones de todos los sectores sociales, construyendo una propuesta alternativa de país, invocando la soberanía directa del pueblo a través de los cabildos abiertos, retomando la movilización y las calles como elemento indispensable para la transformación, con vocación unitaria y reafirmando día a día la importancia de la organización popular, todo esto con miras a conquistar para el pueblo su participación decisoria en el gobierno de la patria, elemento que hoy se constituye en el principal motivo de la conformación de nuestro Consejo Patriótico Nacional.

JUAN MANUEL SANTOS – NEOLIBERALISMO: PROFUNDIZACIÓN DEL DESPOJO Y LA CONTINUACIÓN DE LA GUERRA CONTRA EL PUEBLO COLOMBIANO

El gobierno de Juan Manuel Santos ha significado la apuesta de las clases dominantes por la recomposición del régimen político colombiano fundamental para la perpetuación de sus intereses, régimen ciertamente maltrecho en algunos elementos importantes después de los ocho años del gobierno anterior. Dicho fin se ha logrado con relativo éxito a través de la llamada Unidad Nacional, verdadero pacto de élites, que con el mayor descaro ha repartido los puestos y los recursos del Estado como verdadero botín pirata, con el fin de comprar cualquier tipo de oposición garantizando el unanimismo al interior del congreso y la mayoría de los partidos políticos, asegurando la implementación de la profundización del modelo neoliberal, principal objetivo de este gobierno.

Otro componente fundamental en esta intención de maquillar el régimen político colombiano ha sido una decidida estrategia de cooptación de sectores que antaño afirmaban defender los intereses populares, así como una muy hábil política de amoldamiento y promoción de una supuesta nueva izquierda, claramente dócil y funcional a los intereses de las clases dominantes y a la continuad de su proyecto neoliberal.

Dichas acciones han logrado efectivamente cooptar a algunas organizaciones sociales, invisibilizar, atacar y estigmatizar  sistemáticamente las posiciones de izquierda que hacen cuestionamientos sobre el modelo, promoviendo sobre estas, la etiqueta de  la ortodoxia y anquilosamiento. Especial atención merecen las consecuencias que ha tenido esta estrategia a nivel internacional, logrando la aprobación del Tratado de Libre Comercio  con los Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea y la confusión de muchos sectores progresistas internacionales que ven la realidad de nuestro país lastimosamente a través de la visión de los grandes monopolios de la desinformación.

Los elementos anteriormente mencionados le han facilitado al gobierno de Juan Manuel Santos adelantar una reingeniería institucional neoliberal,  a través de un agresivo paquete legislativo, el cual comienza con el Plan Nacional de Desarrollo y sus locomotoras del despojo, la reforma  que consagra como principio constitucional la sostenibilidad fiscal, la reforma al sistema nacional de regalías, la reforma al sistema de salud, la justicia y el derrotado proyecto de  reforma a la educación superior, solo por mencionar algunos de ellos, esto con miras a profundizar en nuestro país la privatización de todos los elementos necesarios de la vida huma y de la naturaleza, el despojo de nuestros elementos naturales más preciados, la precarización absoluta de las condiciones de los trabajadores colombianos  y el predomino absoluto del sector financiero que desangra las finanzas estatales y las riquezas de los colombianos, configurándose de esta manera en nuestro país la tercera sociedad más desigual del mundo.

Este modelo profundamente desigual, que se perpetúa fundamentalmente a través de la guerra, emprendida por el régimen contra el pueblo colombiano, ha hecho posible lograr los niveles absurdos de concentración de la tierra existentes de nuestro país a través del desplazamiento forzado de millones de campesinos y del ataque sistemático a sus formas organizativas. Las “ventajas competitivas” para la economía colombiana que significan salarios de hambre para nuestros trabajadores, se han conseguido gracias al asesinato selectivo de miles de sindicalistas, el saqueo descarado de nuestro oro, agua, petróleo y demás elementos naturales, y se erige sobre el exterminio consiente y deliberado de nuestras comunidades indígenas y afrocolombianas. La continuidad en el gobierno colombiano de estos mercaderes de la muerte se explica en gran medida debido al genocidio de cualquier forma real de oposición política.

Es en esta realidad que encuentra explicación la existencia de nuestro conflicto social, político y armado, así como la presencia histórica de las insurgencias de nuestro país; es por esto que se equivocan quienes afirman que el actual gobierno cuenta con una política de paz. La única política de este gobierno en este punto es la guerra total contra el pueblo colombiano, no se puede pensar que se avanza hacia la paz cuando las causas estructurales que han originado el conflicto no solo permanecen, sino que se agudizan, cuando se mata al contradictor político y se cierran cada vez más los espacios de la ya maltrecha democracia. Es por eso que desde la Marcha Patriótica y Cabildo Abierto por la Independencia creemos que la lucha por las reivindicaciones más sentidas de nuestro pueblo y la brega por la solución política son elementos que necesariamente tienen que desarrollarse de manera conjunta, hecho que es hoy tarea urgente e impostergable. 

 LA Marcha Patriótica Y SU Consejo Patriótico Nacional, HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA ALTERNATIVA POLÍTICA PARA LA SEGUNDA Y DEFINITIVA INDEPENDENCIA.

Es precisamente en este contexto que la Marcha Patriótica en perspectiva de convertirse en alternativa política para la segunda y definitiva independencia, convoca a la constitución y lanzamiento de su Consejo Patriótico Nacional, como espacio amplio, incluyente deliberativo y estratégico que deberá dotar a este nuevo instrumento político, de una plataforma que recoja las reivindicaciones centrales que requiere nuestro país, la perspectivas de acción para lograrlas, así como su necesaria estructura interna.

La configuración de la Marcha Patriótica como movimiento político, no significa la disolución de las organizaciones políticas, sociales y populares que la componen, ni mucho menos que estas se alejen de su acciones, reivindicaciones sectoriales; por el contrario, significa la constitución de un movimiento de movimientos, que potencie mucho más la actual reactivación de la movilización y articule las luchas de cada sector y las proyecte a la disputa estratégica por un modelo de país y de sociedad. Para dicha tarea resulta indispensable y determinante, disputar el poder político del gobierno y del Estado a las actuales clases dominantes, que han llevado al país a ocupar el vergonzoso segundo lugar entre los países más desiguales de América y el tercero en el mundo.

Nuestro movimiento político debe concitar la acción de todos los colombianos y colombianas que se encuentren inconformes, indignados y hastiados de este presente lleno de pobreza, ignominia y muerte y deseen construir una Colombia verdaderamente democrática, con un modelo económico y político donde los derechos a la salud, educación, cultura, vivienda,  recreación sean una realidad para el conjunto de la población; un país donde se impida el robo de nuestros montes, paramos y riquezas; una Colombia donde la diferencia política sea un elemento esencial para el debate democrático; una nación soberana, un país en paz, con justicia social, en síntesis, una Colombia que alcance la segunda y definitiva independencia.

Esto lo hacemos bajo la profunda convicción que la transformación de nuestro país necesita urgentemente un movimiento político compuesto en su carne, hueso y razón, por las luchas y organizaciones sociales, populares, intelectuales y sectores democráticos, que tenga como principios transversales, el trabajo de base, la movilización, la organización y la unidad del pueblo colombiano, y  el profundo compromiso de defender los intereses populares y de las mayorías nacionales, para que puede lograr la sinergia emancipadora entre las luchas sociales, las reivindicaciones y la disputa del poder político para ponerlo al servicio de  todos los colombianos y no de una élite oligárquica.

METODOLOGÍA Y AGENDA:

 

Sabado 21 de Abril de 2012

 Acto de Instalación

 *9 am – 10 am lectura de convocatoria, explicación de la metodología y lectura de saludos.

 *10 – 12 30 pm Panel inaugural “La construcción de alternativas políticas y la movilización social y popular contra la crisis”

 *12 30 PM  –  2 PM Almuerzo

 *2 PM – 6 PM (Trabajo en mesas)

 Caracterización del Régimen Político Colombiano. 

Caracterización interna de la Marcha patriótica y del Consejo patriótico Nacional.

Plataforma Política de la Marcha Patriótica

Plan de trabajo 2012 – 2014

Política Organizativa de la Marcha Patriótica

Política Internacional.

 

*6 PM Acto Cultural

 Domingo 22 de Abril

 *8 AM – 10 AM – Plenaria por comisiones

 *10 AM   12 30 PM Reunión por sectores sociales.

 Campesinos.

Estudiantes

Trabajadores

Indígenas

Afrocolombianos

Mujeres

Organizaciones Barriales.

Jóvenes

Artistas

Personalidades democráticas.

Derechos Humanos.

 

*12 30 PM – 2 PM Almuerzo.

 *2 PM – 6 PM  plenaria general y designaciones de personas para las diferentes instancias colegiadas.

 *6 PM Acto cultural.

 Lunes 23 de Abril

 Acto de lanzamiento del Consejo Patriótico Nacional

Este día las diferentes organizaciones y procesos de todos de los departamentos enviaran un buen número de delegaciones para participar en el acto de movilización cultural y político en el que se lanzara el consejo patriótico nacional y se darán a conocer públicamente sus principales definiciones y propuestas del cara al país.

 *8 am – 10 am Recepción de las delegaciones.

*10 – 1 pm Movilización por la segunda y definitiva independencia.

*2 pm – 7 pm Acto político cultural.

            

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Argentina: Minería o derechos

Martes 14 de Febrero de 2012

Por: Dario Aranda

Bajo la Alumbrera es el caso testigo de las promesas mineras incumplidas y, también, de la represión para imponer un modelo.

LUCHAOctubre de 1994. Cine de la capital catamarqueña. El presidente Carlos Menem, el gobernador Arnoldo Castillo y el secretario de Minería, Angel Maza protagonizaron el lanzamiento de las obras del yacimiento Mina Bajo la Alumbrera. “Esta es la Argentina que necesitamos, que se abre al mundo, que recibe inversiones, que promete un futuro”, afirmó Menem. Tres años después, el 31 de octubre de 1997, se iniciaba la etapa extractiva: una enorme olla de dos kilómetros de diámetro y seis cuadras de profundidad es el espacio donde explosivos, 36 enormes camiones mineros y monumentales palas mecánicas remueven 300.000 toneladas de roca por día. Alumbrera cuenta con un permiso de extracción de 1.100 litros por segundo.

Que es lo mismo a 66.000 litros por minuto: casi cuatro millones de litros por hora en una zona semidesértica.El yacimiento de oro y cobre están en manos de la suiza Xstrata y las canadienses Goldcorp y Yamana Gold. Bajo la Alumbrera se encuentra entre los diez grandes emprendimientos de cobre del mundo y entre los 15 de oro. Por cada tonelada de roca se obtienen seis gramos de oro y seis kilogramos de cobre.

 Los especialistas advierten que la remoción de las montañas acelera la producción de sulfuros, que con el aire y el agua producen drenajes y lluvias ácidas, con su contaminación a cuestas.La campaña publicitaria de la empresa y los políticos de turno prometía la construcción de un barrio para cinco mil personas, nuevas escuelas, un hospital de alta complejidad, rutas asfaltadas, 6000 puestos de empleo. Ninguna de esas obras se plasmó. La compañía asegura, aún hoy, que emplea a 1800 personas del lugar y, de forma indirecta, creó 8200 puestos laborales.

 Los vecinos lo desmienten: afirman que en la mina no trabajan más de 90 personas de Andalgalá.A quince años del comienzo de las obras existe una decena de acusaciones: las familias de Juana Flores y de Manuel Casas vivían a dos kilómetros del dique de colas, a la vera del río Vis Vis. Tuvieron que abandonar sus tierras por la contaminación del agua y están en juicio con Alumbrera. El Defensor del Pueblo de Santiago del Estero y la Justicia de Tucumán acusan a la empresa de contaminar con metales pesados el río Salí-Dulce (que comparten ambas provincias). La justicia de Rosario investiga el presunto tráfico documental y exportación ilegal de metales.

Pobladores de Villa Vil, en Catamarca, denunciaron a la empresa por derrames tóxicos del mineraloducuto. Sólo un puñado de las acusaciones que tiene en su contra Minera Alumbrera.El fiscal general de Cámara de Tucumán, Antonio Gómez, denunció una catarata de excesos por parte de la empresa: valores de arsénico hasta veinte mil veces por sobre los permitidos por la ley nacional, hasta cinco mil veces en cadmio, veinte veces en cobre, diez mil en mercurio, sesenta en plomo y mil en selenio.Hubo al menos cuatro derrames del mineraloducto: el 17 de septiembre de 2004. El 10 de junio de 2006 y, dos días después, el 12 de junio. Los tres en Villa Vil.

El cuarto y último: en diciembre de 2008 en el paraje de Ampujaco, límite entre Andalgalá y el departamento de Belén.Alumbrera cuenta con un permiso de extracción de 1.100 litros por segundo. Tiene permiso para extraer hasta 69 millones de litro por día. Un informe interno del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), sede Andalgalá, fechado el 6 de septiembre de 2006, resalta dos cuestiones: el agua y el papel de la minería. “Se debe solicitar una reunión urgente con el Gobernador a los fines de debatir la gravísima situación de los sistemas hídricos existentes, que pone en serios riesgos el desarrollo económico sustentable y demás actividades humanas locales”.

 Y remarca que “los ejes estratégicos de desarrollo del INTA, basados en sustentabilidad, competitividad y equidad social se contradicen con una actividad económica meramente extractiva y contaminante (la minería)”.—–Alumbrera es el caso testigo de que las promesas mineras no se cumplen. Con un agravante: en 2009 el gobierno provincial dio luz verde a Agua Rica, un proyecto minero publicitado como tres veces más grande que Alumbrera y a sólo 17 kilómetros del centro urbano de Andalgalá, donde nacen los ríos que alimentan a la región.El pueblo de Andalgalá, Santa María y Belén (entre otros) ya no creen en las promesas mineras.En diciembre de 2009 cortaron el camino de acceso a Agua Rica. El 15 de febrero de 2010 sufrieron una dura represión por parte de la policía provincial. Niños, adolescentes, mujeres y hombres recibieron balazos de goma, palos y prisión. El objetivo: que la maquinaria de Yamana Gold pudiera avanzar con Agua Rica. El Poder Judicial frenó el proyecto.

En enero de este año, en paralelo a la pueblada riojana contra la megaminería, las asambleas catamarqueñas cortaron los caminos hacia Alumbrera.El 26 de enero fueron detenidos cuatro asambleístas.Al día siguiente, 27 de enero, hubo 18 detenidos y represión.El 8 de febrero fue destruido el acampe de Belén y detenidas veinte personas (entre ellas un chico de 13 años).Los cortes de rutas y caminos se mantuvieron.——La Secretaría de Minería de Nación emitió el 13 de enero un comunicado: “Histórica inversión (minera)”. Aumentó la exploración un 664 por ciento en los últimos ocho años.

El comunicado remarcó que “el récord histórico ratifica a la Argentina como uno de los países con mayor dinámica en esta actividad” y explicó que ”el fuerte aumento de la actividad exploratoria generó la aparición de nuevos emprendimientos, el país ya cuenta con más de 600, en todo concepto”. Y detalló que las principales provincias con proyectos mineros son Santa Cruz, San Juan, Salta, Catamarca, Jujuy, Mendoza, Neuquén y La Rioja.Siempre según datos oficiales (del informe 2009 “La minería en números”), en 2003 había sólo 40 proyectos mineros. En 2009 ya eran 336 (840 por ciento) y en 2012 llegan a 600: un 1500 por ciento más que en 2003.Nunca antes la minería había crecido tanto.El jueves 9, en un discurso público, la Presidenta hizo una puesta en escena con un trabajador minero (que reivindicó la actividad y cuestionó a los ambientalistas) y reconoció la necesidad de “una discusión en serio” respecto a la minería.—–El viernes 10, a las 3.45, la policía de Tucumán desalojó el corte de Amaicha del Valle, donde también se frenaba el avance de camiones de Alumbrera.El mismo día, a las 9 de la mañana, un centenar de efectivos reprimió violentamente a hombres, mujeres y niños. Todo registrado por el canal TN y relatado por Radio El Algarrobo (comunitaria de Andalgalá).

Balazos de goma en rostros, patadas a mujeres, gases lacrimógenos para todos.La Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC, que reúne a asambleas de todo el país) declaró el estado de altera y movilización. “La respuesta de los gobiernos cómplices de las transnacionales ha sido la represión (…) Las amenazas y los maltratos hacia las resistencias populares a la brutal megaminería no finalizan (…) La brutalidad y las amenazas provenientes del Estado nacional y los estados provinciales, no cesa. Las empresas mineras pretenden avanzar sin más, imponiendo su política de ganancias y destrucción”.—–Megaminería y agronegocios (con la soja como estandarte) son parte de un modelo extractivo. La ingeniería legal data de los 90. El geométrico avance territorial: a la última década. Nunca antes la soja y la megaminería habían avanzando tanto. Y, cuando existen resistencias, imponen la represión (privada y/o estatal).Ningún funcionario de primera línea del gobierno nacional se refirió (al menos hoy) a la represión en Catamarca. Como tampoco sucedió cuando asesinaron al qom Roberto López en Formosa ni cuando asesinaron al campesino santiagueño Cristian Ferreyra. En Catamarca (por suerte) falló la puntería.Sostener el modelo extractivo tiene costos ambientales, sociales y, sobre todo, humanos. Formosa, Santiago y, ahora, Catamarca, son sólo una muestra de los “daños colaterales” que los gobiernos están dispuestos a pagar.

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México: químicamente tóxico

Martes 14 de Febrero de 2012

«México no necesita transgénicos en ninguna situación: el maíz transgénico produce igual o menos que los híbridos, usa más agroquímicos que cada vez son más tóxicos, conlleva nuevos problemas a la salud y al ambiente…»

A principios de este año, el gobierno aprobó la siembra piloto de 63 hectáreas de maíz transgénico en Sinaloa, a favor de la trasnacional Monsanto. El titular de Sagarpa, responsable por esta decisión que pone en riesgo el patrimonio genético alimentario más importante del país, declaró en una reunión con la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS) y organizaciones de productores, ambientalistas y sociales, que no conocía los detalles de los dictámenes técnicos, pero que se tomarían medidas de bioseguridad, como plantar maíz transgénico amarillo y no blanco que es el de mayor consumo humano –manifestando su sorprendente ignorancia de que el cruzamiento y contaminación entre estas variedades es totalmente viable y seguramente ocurrirá– y agregando que en materia de transgénicos no somos químicamente puros, tenemos intereses económicos y políticos (Greenpeace México, 19/1/2012).

En realidad, esto último es lo único que cuenta en materia de transgénicos: los intereses ecónomicos de cuatro multinacionales que controlan virtualmente ciento por ciento de los transgénicos en el mundo (Monsanto monopoliza más de 80 por ciento y todas son fabricantes de venenos) y los de los políticos con que éstas se relacionan, por decirlo de algún modo. Por supuesto no son químicamente puros, son puramente tóxicos.México no necesita transgénicos en ninguna situación: el maíz transgénico produce igual o menos que los híbridos, usa más agroquímicos que cada vez son más tóxicos, conlleva nuevos problemas a la salud y al ambiente, las semillas son más caras y están todas patentadas a favor de unas cuantas multinacionales. Es la única semilla que contamina a las demás. Aunque el maíz híbrido también emite polen y se cruza con las variedades nativas campesinas, se trata de cruzas entre maíces, que la sabiduría campesina puede incluso aprovechar, o si no le sirve, descartarla. En el caso de los transgénicos, la cruza no es solamente entre maíces, es con otras especies que han sido manipuladas, como bacterias, virus y genes de plantas y animales que nunca se cruzarían naturalmente con el maíz, por lo que implican impactos desconocidos y con riesgos devastadores para la biodiversidad natural y la del maíz. La contaminación es inevitable y como son genes patentados, se convierte en un delito para las víctimas, que deben pagar a las empresas por un absurdouso indebido de patentes. Los transgénicos también han puesto en crisis a miles de familias dedicadas a la apicultura, al contaminar la miel con transgénicos, impidiendo su exportación a Europa, el mayor comprador.Pese a estos datos contundentes, el gobierno ha autorizado más de un centenar de siembras experimentales y ahora comienza a escalar las de fase piloto. La diferencia entre ambas es que las siembras piloto son en mayor extensión, a campo abierto y lo cosechado se puede comercializar. No se trata realmente de experimentos, lo único que el gobierno observa son las supuestas características agronómicas de los cultivos según las empresas, no la contaminación genética ni los impactos sobre la biodiversidad, que es lo esencial y diferente en México, ya que es centro mundial de origen del maíz. La UCCS mostró además que la contaminación puede alcanzar enormes distancias: siembras piloto de algodón transgénico contaminaron algodón nativo silvestre a miles de kilómetros de las siembras originales. (ver aquí, comunicado 27/01/12).El 7 de febrero 2012, la Unión de Científicos Preocupados de Estados Unidos publicó un documento mostrando que al contrario de lo que dice Monsanto y sus organizaciones pantalla (como Agrobio México), la experiencia de 15 años demuestra que las semillas transgénicas han promovido la resistencia a agrotóxicos en malezas y plagas, han aumentado exponencialmente el volumen de agroquímicos y tóxicos, cada vez más fuertes y peligrosos, han contaminado genéticamente y dañado a los cultivos orgánicos, hacen muy difícil las alternativas y usaron decenas de millones de dólares en propaganda parapersuadir a los políticos que les permitan continuar pese a impactos y malos resultados. También desplazaron y abusaron de la investigación agrícola pública, y en lugar de alimentar al mundo como autoproclaman las empresas, impiden las verdaderas soluciones para ello.Casi al mismo tiempo, se aprobó en Estados Unidos el primer maíz transgénico con resistencia al agrotóxico 2, 4-D, uno de los componentes del agente naranja, arma química desarrollada por Monsanto y Dow y usada en la guerra de Vietnam, compuesto cancerígeno que después de tres generaciones, sigue teniendo secuelas en los descendientes de las víctimas y en la naturaleza.Este es el camino inevitable al que llevan los transgénicos: aumento a gran escala de químicos cada vez más tóxicos, de altísimo impacto en la salud y el ambiente, ya que las malezas e insectos se vuelven resistentes. Es una guerra sin fin y un gran negocio para los que fabrican venenos.Todo esto lo saben los que toman las decisiones, pero intencionalmente no atienden ninguno de los muchos argumentos científicos, sociales, culturales, legales, de los pueblos, contra los transgénicos. Por ello se abrió una audiencia sobre maíz y soberanía alimentaria en el Tribunal Permanente de los Pueblos, que tendrá un proceso de análisis, testimonios y denuncias en los próximos dos años, para juzgar ante el mundo esta historia de impunidad y violencia que pretende erradicar la autonomía de los pueblos campesinos e indígenas y toda forma de producción independiente de alimentos.Silvia Ribeiro, Investigadora del Grupo ETC

Fuente: La Jornada

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Nuevo set de datos sobre acaparamiento de tierras

Martes 14 de Febrero de 2012

Fuente: Grain

En los últimos meses hemos participado en reuniones y talleres en diferentes partes del mundo sobre acaparamiento de tierras. La mayoría fueron organizados por pequeñas organizaciones de agricultores y otros grupos de la sociedad civil. Nuestro papel con frecuencia ha sido proporcionar datos y análisis para alimentar los debates.

 Hemos elaborado una serie de aportes que ahora queremos compartir para el uso de todos. 

Uno de ellas es una versión actualizada de la presentación en powerpoint, que da una visión general de la tendencia al acaparamiento de tierras. Nos centramos aquí en el acaparamiento  de tierras para la producción de alimentos (no forestales, agrocombustibles o turismo) y los flujos relacionados con el capital internacional (no la apropiación de tierras nacionales). Nuestra presentación hace hincapié en el papel del sector financiero, ya que los fondos de inversión son considerados por muchos como los acaparadores de tierras claves hoy en día, junto con otras empresas del sector privado.



Otro conjunto de datos es una tabla que hemos compilado que muestra hasta qué punto este proceso de acaparamiento de tierras está penetrando en los distintos países. Lo que se calculó fue el porcentaje de la tierra que ha sido acaparada  —para la producción de cultivos y ganado— en términos de las tierras cultivables, tierras agrícolas y la superficie total por país. Nos encontramos con resultados muy ilustrativos pero también muy preocupantes.

Un tercer ejercicio fue actualizar la tabla publicada en junio de 2011 sobre los fondos de pensiones que participan en la apropiación mundial de tierras. Este cuadro es aún incompleto, pero la versión actual ofrece un panorama más amplio y puede ser útil para algunos grupos.

Faltan datos precisos sobre el acaparamiento de tierras, pero la información en que se basan estos archivos proviene de casos con los que estamos bastante familiarizados y de los que estamos seguros de su confiabilidad. Por tanto, queremos compartirlos con ustedes. Las preguntas, correcciones o comentarios o adiciones que ustedes puedan tener son muy bienvenidos. Por favor, comuníquense a través del campo “comentarios” en la parte inferior de esta página web o por escrito a grain@grain.org. Gracias de antemano.

http://www.grain.org/es/bulletin_board/entries/4434-nuevo-set-de-datos-sobre-acaparamiento-de-tierras

 

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La naturaleza en el horno

Martes 14 de Febrero de 2012

Fuente: Grain

Crisis climática y biomasa: una discusión urgente

Presentamos a modo de una incipiente discusión, la problemática del “cultivo de biomasa y su utilización”, como fallida o engañosa receta a la crisis climática que sigue rampante. Los documentos provienen del Movimiento Mundial de los Bosques Tropicales, Salva la Selva, el Grupo ETC y el Grupo Semillas. Entre todos los documentos asoma el perfil de los nuevos engaños, y de una resistencia a ellos que también crece.

Los seres humanos han utilizado la biomasa para producir energía desde tiempos inmemoriales de forma sostenible. Por otro lado, la industrialización está terminando con las reservas de combustibles fósiles y ésta es la causa de la búsqueda frenética de otras fuentes de energía. Las bioenergías se basan en la producción de energía a partir de materia viva, la biomasa.

 

La biomasa es materia viva como árboles, arbustos, hierbas, granos, algas, microbios y también residuos vegetales.

Los acuerdos del protocolo de Kyoto dieron lugar en Europa a políticas como la Directiva de Energías Renovables, aprobada en diciembre de 2008 por el Parlamento Europeo. Ésta tenía como objetivo diversificar las fuentes de energía, pero también abrir nuevos mercados globalizados para la agricultura industrializada europea. Se promovió un boom de bioenergía a escala industrial en muchos países del continente.

En la actualidad, dos tercios de la energía llamada renovable provienen de la biomasa, en la Unión Europea. Las otras energías renovables —solar, eólica, hídrica y otras— aportan sólo un tercio. La Comisión Europea pretende que antes de 2020, el 14% de toda la energía de la Unión Europea proceda de biomasa. La materia prima no será precisamente —como se dice a menudo— residuos, sino madera, y también aceites vegetales y biogás. El 75% de los subsidios para las energías renovables está destinado a la biomasa y los biocombustibles. Los demás se reparten entre la energía solar y eólica.

Esto sucede a espaldas de la opinión pública. Las informaciones son parcializadas al vender los beneficios de la economía verde, con la que se pretende continuar creciendo sin límite en lugar de concretar medidas sólidas de ahorro y eficiencia energética.

Renovable es lo que siempre vuelve a crecer, y sostenible es lo que manteniéndose diverso y productivo, no impacta negativamente sobre el medio. Pero al contrario de lo que se suele afirmar, ninguno de estos conceptos aplica a una economía globalizada y a un uso energético masivo y siempre creciente, ni a los impactos ambientales y sociales de este modelo económico.

Los supuestos beneficios de la generación de electricidad a partir de biomasa forestal son la disponibilidad ilimitada de la madera, el aprovechamiento de los residuos de la poda y el mantenimiento de los bosques, la forma limpia de producción o la neutralidad en términos del ciclo de carbono.

Pero no nos engañemos: no hay deshechos forestales capaces de abastecer la demanda energética que se requiere para producir energía para todas las centrales eléctricas de biomasa que se están instalando. La producción global de pastillas de madera [conocidas como pellets] era de unos 10 millones de toneladas en 2008 y se estima que se duplicará en los próximos 4-5 años. Se prevé un crecimiento anual global del 25 al 30% en los próximos 10 años, según la organización británica Biofuelwatch. Este gran crecimiento en la demanda de madera para la producción de electricidad impacta los bosques de Europa, Norteamérica y Rusia y obliga a muchos países a importar la materia prima de países productores del Sur global.

La demanda europea prevista de madera para la producción de energía eléctrica y calor es de 700 millones de metros cúbicos anuales de madera. Ya la industria maderera, del mueble, o la producción de pulpa de celulosa y papel, requieren anualmente de 500 millones de metros cúbicos de madera. La FAO afirma que, para 2020, Europa sufrirá una escasez dramática de unos 400 millones de metros cúbicos anuales de madera.

La demanda de madera importada significa una carrera por el uso de las tierras productivas, y el desplazamiento de pueblos indígenas y campesinos de los bosques en beneficio de las empresas productoras de la madera como materia prima industrial. La neutralidad en términos de carbono es igualmente cuestionable y no se sustenta sobre ninguna base científica sino en cálculos hechos a conveniencia.

Países como Suecia, Gran Bretaña o Alemania experimentan un desarrollo sin precedentes de la generación de biomasa a gran escala. Los planes de Gran Bretaña significan un consumo de 50 a 60 millones de toneladas de biomasa por año, repartidas entre varias centrales de biomasa planificadas, en construcción o ya instaladas. Pero Gran Bretaña produce tan sólo de 8 a 9 millones de toneladas de biomasa seca por año. Conclusión: tendrán que importar el resto.

Lo que se presenta a la opinión pública como un cambio benigno y benéfico, de la energía fósil a la renovable, es en los hechos un despojo global de los recursos naturales del Sur para el Norte que profundizará la injusticia y empeorará la pobreza y el hambre.

Guadalupe RodríguezSalva la Selva, guadalupe@regenwald.org

 

Plantaciones de árboles para carbono y biomasa. Un nuevo ciclo de expansión

En el contexto de los esfuerzos que realiza Brasil para convertirse en una potencia económica mundial, el Secretario de Asuntos Estratégicos del nuevo gobierno de la presidenta Dilma Roussef ha publicado un nuevo informe al cual tuvieron acceso los medios brasileños en marzo de este año. El informe anunciaba que la nueva política gubernamental consistía en duplicar el área destinada a plantaciones de árboles hasta llegar a 15 millones de hectáreas, haciendo pasar de 7 mil millones a 25 mil millones de dólares la participación del país en el mercado. Mientras el primer ciclo de expansión se refería especialmente a la producción de celulosa y papel, esta vez el gobierno apunta a expandir las plantaciones para otros fines. El problema más urgente es que para lograr ese objetivo se necesitan miles de millones en subsidios, más de lo que el gobierno está dispuesto a aportar.

En ese sentido, la atención internacional que concita la crisis climática permite al sector empresarial y al gobierno presentar bajo un ángulo diferente la necesidad de subsidios, especialmente para plantaciones “renovables” de carbono, que sin embargo aportan dudosos beneficios climáticos. Por ejemplo, en el estado de Minas Gerais la compañía Plantar fue una de las primeras en ofrecer créditos de carbono a través de un proyecto MDL (Mecanismo de Desarrollo Limpio) basado en plantaciones renovables de eucaliptos que, irónicamente, están destinados a ser quemados, con lo cual devolverán a la atmósfera todo el CO2 que habían almacenado. El carbón resultante es la fuente de energía de la fundición de hierro de Plantar.

Otro ejemplo son las empresas Fibria y Suzano Papel e Celulose, que piensan vender créditos de carbono gracias al carbono almacenado en sus plantaciones, por intermedio del Chicago Climate Exchange (CCX), un sistema bursátil para comercializar créditos de carbono, fundado en 2003. Una vez más, este mecanismo se refiere a los depósitos temporales de carbono, y no a los permanentes, que es lo que se necesita para combatir la crisis climática. El gobierno brasileño también ha intentado obtener subsidios por medio de un nuevo instrumento aprobado a nivel de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), llamado “bosques en extinción”. Este instrumento permitiría que las viejas plantaciones de árboles recibieran dinero del mercado de carbono para que pudiesen ser replantadas.

Una de las últimas novedades es el proyecto de Suzano Papel e Celulose de realizar grandes plantaciones de eucaliptos para producir biomasa de madera en el nordeste de Brasil. Suzano es una empresa privada que funciona desde hace 85 años. Es el segundo productor de pasta de madera del mundo, con cinco fábricas de celulosa en Brasil, ubicadas en los estados de San Pablo y Bahía, que produjeron en 2008 2 millones 700 mil toneladas de pasta y papel. Hoy en día controla 722 mil hectáreas de tierra donde hay 324 mil hectáreas de plantaciones de eucaliptos, en los estados de Bahía, San Pablo, Espíritu Santo, Minas Gerais, Tocantins y Maranhao. La empresa tiene el ambicioso plan de llevar a 7 millones 200 mil toneladas su producción de pasta para papel, por medio de tres nuevos complejos industriales: uno en cada uno de los estados de Maranhao y Piauí, y el tercero en un lugar aún no especificado.

Las plantaciones para biomasa de Suzano. Suzano tiene planes aún más ambiciosos: invertir en un nuevo tipo de plantaciones, las plantaciones para biomasa. Para lograrlo, el Grupo Suzano creó, a mediados de 2010, una nueva empresa llamada Suzano Energia Renovável (Suzano Energía Renovable). La inversión propuesta es de mil 300 millones de dólares e incluye cinco unidades de producción de pellets de madera, con una capacidad de producción total de 5 millones de toneladas de ese combustible de biomasa. La primera etapa consiste en adquirir tierras y construir tres unidades de producción de pastillas de madera (de un millón de toneladas cada unidad), las cuales empezarían a funcionar en 2013. Suzano espera lograr un ingreso líquido de 500 millones de dólares en 2014, y ya ha asegurado contratos de venta por 2 millones 700 mil toneladas. En agosto de 2010, Suzano y la empresa británica MGT Power Ltd firmaron una carta de intención en ese sentido.

No se ha publicado información alguna sobre la ubicación exacta que tendrán esas plantaciones para biomasa en el Nordeste de Brasil, ni sobre la cantidad de hectáreas que será necesaria; sin embargo, en 2009 se realizaron plantaciones de prueba de eucaliptos y acacias en Piauí y Maranhao. El director de la compañía, André Dorf, declaró en 2010: “ya hemos realizado la prospección de las tierras y el proceso de adquisición continuará este año”, y afirmó también que el Nordeste “[…] tiene nuestra preferencia debido a la proximidad de importantes puertos que facilitan el flujo de la producción, dado que nuestro objetivo es aprovisionar el continente europeo”.

Las plantaciones para biomasa son muy diferentes de las plantaciones para la producción de celulosa. El ciclo de rotación es de dos o tres años, en lugar de los siete años habituales, y la densidad de la plantación es mayor. Contrariamente a las plantaciones para la producción de pasta y papel, que requieren un máximo de celulosa y un mínimo de lignina (el “adhesivo” del árbol), las plantaciones para fines energéticos requieren un máximo de lignina. Según el director André Dorf, se necesitan unas 30 mil hectáreas para producir un millón de toneladas de pellets de madera. Considerando que Suzano pretende producir 5 millones de pastillas de madera por año, necesitará un total de 150 mil hectáreas de tierra.

La adquisición de tierras para la plantación de eucaliptos para celulosa ya está provocando problemas en el Nordeste de Brasil. En esa región, por ejemplo, las comunidades quilombolas siguen peleando para que sean reconocidos sus derechos sobre sus territorios tradicionales. Inaldo Serejo, coordinador de la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT) de Maranhao, afirma en una entrevista que “se está produciendo una expansión en Maranhao; por ejemplo, compañías como Suzano Papel e Celulose han estado comprando inmensas extensiones de tierras, hoy ocupadas por comunidades tradicionales, para plantar eucaliptos”. Por consiguiente, cabe suponer que los problemas aumentarán con la expansión de las nuevas plantaciones para biomasa.

La resistencia al monocultivo para biomasa en Brasil. El Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA), uno de los principales movimientos campesinos del Nordeste de Brasil, y los miembros de La Vía Campesina Brasil, luchan desde hace años contra la expansión de los monocultivos de árboles, realizando manifestaciones y otras acciones de protesta. Raul Krauser, de la coordinación nacional del MPA, explica las razones de esa resistencia: “La expansión de los monocultivos de eucaliptos ya ha acumulado una lista de impactos sobre las vidas de los campesinos: adquisición de grandes campos improductivos que deberían ser destinados a la reforma agraria; aumento del precio de la tierra en toda la región; las compañías están rodeando a las comunidades campesinas y las presionan para que vendan sus tierras; las familias tienen miedo de quedar aisladas en una zona de plantaciones y, debido a la persecución de las empresas y las élites locales, venden sus tierras; las economías locales empeoran, aumentan el hambre, la violencia y el deterioro social; las organizaciones que se oponen a esta expansión son criminalizadas por las empresas y por el ‘Estado brasileño’, que les da subsidios, incentivos fiscales, apoyo económico, militar, jurídico y hasta moral, con lo cual hace creer que quien está en contra de esos mega-proyectos también está en contra del desarrollo. Si se considera la fragilidad del bioma de la caatinga, las previsiones sobre el cambio climático para la región […] los impactos en el Nordeste van a ser mucho más fuertes que los que hemos visto en otras regiones del país. Se prevé que algunas comunidades campesinas quedarán destruidas, lo cual provocará de inmediato una disminución de la producción de alimentos que hará peligrar el abastecimiento local, de modo que la sociedad entera se verá afectada”.

Krauser también dice: “Estamos totalmente en contra de esta expansión; si bien la quema de madera se considera menos contaminante, la producción de esa madera es muy peligrosa y muy mala para la vida de los campesinos y demás comunidades, mala para el desarrollo del país. Tenemos casos suficientes para probar que, donde entra el monocultivo de árboles, aumentan el hambre, la miseria, las desigualdades sociales. El supuesto desarrollo sustentable no va con el monocultivo de árboles en los países tropicales. Lo que cuentan las compañías es pura ilusión”.

Según las últimas informaciones publicadas en el sitio web de Suzano, el informe sobre el primer trimestre de 2011 dice que “La empresa está evaluando alternativas para estructurar el capital de Suzano Energía Renovável”; esto es señal de que la empresa todavía no ha logrado financiación suficiente para ejecutar plenamente el proyecto.

Consideraciones finales. Como lo muestra la experiencia de Brasil en cuanto al monocultivo industrial de árboles, la expansión de dicho modelo tiene grandes posibilidades de provocar conflictos. En el caso del Nordeste, los principales problemas son la expulsión directa e indirecta de los campesinos locales que pueblan la extensión de 150 mil hectáreas destinada a las plantaciones, y la pérdida de recursos hídricos que provocarán dichas plantaciones de crecimiento rápido. Éstas serían probablemente las primeras plantaciones comerciales, de Brasil y del mundo, con un ciclo de rotación tan corto. Y todo eso en una región, el Nordeste brasileño, tradicionalmente afectada por largos periodos de sequía.

Este ejemplo muestra, una vez más, que la única forma de comenzar a resolver la crisis climática mundial es reducir drásticamente las emisiones de carbono del Norte. El establecimiento de grandes plantaciones industriales de árboles en base a un modelo agrícola tradicional, y el transporte de pastillas de madera a través del océano para hacer funcionar las centrales eléctricas del Reino Unido, no son más que otra falsa solución que crea simultáneamente nuevos problemas para las comunidades locales del Nordeste de Brasil.

Artículo adaptado por el WRM del original redactado por Winnie Overbeek, publicado en línea con el mismo título por Corporate Watch (www.corporatewatch.org).

 

La crisis climática y la devastación ambiental

Nuestro planeta enfrenta una crisis climática creciente, provocada por un modelo de desarrollo que destruye aguas, bosques, páramos, nevados y praderas; al tiempo que extrae descontroladamente el carbono fósil del subsuelo. Todos los países, a escala diferente, tanto los llamados industrializados como aquéllos con economías emergentes, son responsables de ello. Sin embargo, las consecuencias de este modelo desarrollista —y su impacto en el cambio climático y el equilibrio del planeta–— los viven de manera más fuerte los países más pobres y vulnerables del Sur global, en donde, sólo en 2010, unos 50 millones de personas se vieron desplazadas forzosamente de sus hogares por sequías, desertificación, erosión de los suelos, inundaciones, accidentes industriales y otras causas medioambientales.

Este documento busca ser un abrebocas para la próxima cumbre de la Tierra, Río+20, prevista para junio de 2012, la cual se espera sea una ocasión para plantear un modelo de desarrollo distinto, que garantice la equidad social y la reducción de los riesgos ambientales.

La última ola invernal dejó (a diciembre de 2011) más de 300 muertos y unos dos millones de damnificados en Colombia, país que ha sufrido en los últimos tres años catástrofes climáticas de gran impacto, que van desde las sequías prolongadas de 2009 y 2010, hasta las lluvias intensas que devastaron buena parte de la infraestructura del país e incrementaron la miseria de miles de familias en 2010 y 2011 —las cuales continuarán muy probablemente en 2012. El drama de las inundaciones y los aludes da cuenta de la rápida variabilidad climática, asociada en Colombia a un modelo de ocupación y manejo del territorio, a todas luces, inadecuado. De acuerdo con información del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia, Ideam, en las últimas décadas ha aumentado en dos grados centígrados la temperatura promedio, lo que se acompaña de un brutal proceso de deforestación de las zonas andinas y del deshielo de los glaciares, los cuales, se estima, desaparecerán totalmente en las próximas tres o cuatro décadas, al igual que los páramos, que se perderán en un 75% durante el presente siglo.

Para justificar nuestra catástrofe climática nacional, el gobierno traslada la culpa a una “maldita Niña”,  fenómeno que, sin duda, ha agudizado el problema, pero no puede ser de ninguna manera señalado como único responsable del drama que vive el país ahora, como consecuencia de la ola invernal. Sin embargo, el gobierno nacional no adopta medidas reales para enfrentar las causas estructurales de la crisis climática, generada por el presente modelo de desarrollo y de producción rural, ni tiene en cuenta el impacto generado por la destrucción y utilización insostenible de los recursos naturales.

Desde el siglo pasado, los modelos productivos se han basado en la falsa premisa de que nuestros recursos naturales son inagotables; la ocupación de la zona andina y sus valles interandinos estuvo acompañada de la deforestación y cambios en el uso y vocación forestal de la tierra, hacia modelos de agricultura de monocultivos y ganadería extensiva, fundamentalmente en zonas de ladera. El campesinado es paulatinamente arrinconado a las cordilleras altas, y buena parte de la población marginada y desplazada del país ha sido forzada a vivir en los taludes de las carreteras, laderas y orillas de los ríos, como consecuencia de la concentración de la tierra en pocas manos.  Colombia presenta en esta materia un coeficiente Gini de 0.87, lo que nos sitúa como uno de los países del mundo más inequitativos en la distribución de la tierra.

Lo curioso es que mientras Colombia —literalmente— se ahoga, para la mayor parte de la población del país pasó inadvertida la reciente Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en Durban, Sudáfrica, conocida como reunión de las partes (COP 17), que finalizó el 10 de diciembre de 2011.  Esta reunión se constituyó en la “crónica de una muerte anunciada” de un proceso que venía agonizando desde las reuniones de las partes en Copenhague (2009) y Cancún (2010). En esta ocasión, los países más contaminantes tampoco quisieron ceder y continuaron acrecentando un círculo vicioso suicida. No existió voluntad política para llegar a un acuerdo a la altura de las circunstancias.

 La reunión de Durban fue, en consecuencia, un completo fracaso. Estados Unidos (que no firmó Kioto) no se comprometió con nada. Rusia, Japón y Canadá no renovaron el tratado, puesto que no se logró que China, India y Estados Unidos asumieran compromisos reales, dado que estos países producen más de la mitad de las emisiones de Gases con Efecto de Invernadero (GEI). EUA no firmará un nuevo acuerdo global de reducción de emisiones de GEI sin una “paridad legal” con las potencias emergentes como China, India y Brasil. India obstaculizó un acuerdo legalmente vinculante en 2015, porque argumenta que sus emisiones por habitante son un tercio de las de la China. Canadá reafirmó que no asumiría un segundo periodo de Kioto, ni contribuirá al Fondo Verde, destinado a financiar esfuerzos contra el cambio climático en los países en desarrollo, “hasta que todos los principales emisores acepten objetivos de reducción vinculantes legalmente, así como una contabilidad transparente del inventario de Gases con Efecto de Invernadero”.

La Unión Europea logró que se aprobara el marco legal vinculante que sería adoptado en 2015 y entraría en vigor en 2020. En caso de que se avance en estos gaseosos compromisos y metas, ¿no será ya muy tarde para el planeta esperar ocho años? La prolongación del tratado no cuenta con el respaldo de Estados Unidos, de China ni India, los tres países que más CO2 emiten en la atmósfera. También se retiraron Japón, Canadá y Rusia, los cuales sí habían firmado el protocolo de Kioto. Esto significa un acuerdo débil, ya que sólo incluye a los países que emiten un 15% del CO2 mundial.  Amigos de la Tierra Internacional considera, con razón, que “posponer una acción real hasta 2020 es un crimen de proporciones globales”. Esta Cumbre ha amplificado el apartheid climático, en el que el 1% más rico decidió que es aceptable sacrificar al 99% restante.

El Fondo Verde quedó sin financiación, porque no hay voluntad política para fortalecerlo, y se teme que la crisis económica mundial actual limite los aportes de los países industrializados. Los planes para expandir los destructivos mercados de carbono siguen adelante. El Fondo fue “secuestrado” por los países ricos bajos sus términos, y se ha establecido para dar más ganancias al sector privado. Existe gran preocupación en el sentido de que el Fondo Verde se destine al financiamiento de proyectos que no respeten los derechos humanos, y que tengan un impacto negativo sobre las poblaciones rurales, financiando falsas soluciones al cambio climático como los cultivos de agrocombustibles o los programas de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD).

Colombia, a pesar de las advertencias hechas por el presidente Santos, en cuanto a que no “no aceptaría una declaración ‘babosa’ para que todo el mundo quede contento” en Durban, su alta consejera presidencial para la Gestión Ambiental y el Cambio Climático, Sandra Bessudo, aseguró que “con los acuerdos logrados, Colombia tendría apoyo financiero para tomar acciones de mitigación y adaptación al cambio climático, y recibiría compensaciones por conservar sus bosques, además de apoyo a programas como REDD+”, es decir, se continuaría en  la línea de las falsas soluciones.

Por todo ello resulta fundamental apoyar propuestas como las de la Vía campesina, en el sentido de propugnar por la agroecología como una solución real contra el cambio climático; por una auténtica reforma agraria a favor de la soberanía alimentaria; la reestructuración de todo el sistema alimentario; el fin del control de las multinacionales sobre nuestros recursos genéticos y la soberanía de las semillas, con las que se puede mitigar el calentamiento planetario.

Grupo Semillas

 

¿Quién controlará la economía verde?

En diciembre de 2011 el Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (Grupo ETC) presentó su más reciente investigación ¿Quién controlará la economía verde?, un vistazo a los 18 sectores industriales relevantes en “la gran transformación tecnológica verde”1: agua, energía, semillas, pesca y acuacultura, procesamiento y comercio de alimentos, químicos, fertilizantes, plaguicidas, minería, farmacéutica, biotecnología, comercio de granos, plantaciones forestales y más. El informe incluye a quienes encabezan los nuevos sectores industriales y las tecnologías de punta: la biología sintética, el manejo de datos, la producción derivada de algas y microalgas y la genética animal. Los “amos” de la economía verde —sugiere el documento— serán quienes controlen las nuevas tecnologías y las materias primas que posibiliten transformar un mismo cultivo en papillas para bebés, combustible para automóviles o forraje para vacas. Una transformación que lo único que tiene de verde es la explotación absoluta y detalladísima de la biomasa, radicalmente lo contrario de cuidado, conservación y mantenimiento de los ecosistemas y la biodiversidad.

La economía verde, según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, es “un sistema de actividades económicas que resulta en mejoras del bienestar humano en el largo plazo, sin exponer las generaciones futuras a riesgos ambientales […] Es caracterizada por un substancial aumento de las inversiones en sectores verdes, apoyadas por reformas políticas que sean instrumentales para esto. Estas inversiones, tanto públicas como privadas, ofrecen un mecanismo para la reingeniería de los negocios, de la infraestructura, de las instituciones y la adopción de procesos de producción y consumo sostenibles”.2

Esta definición (resumida aquí) no oculta el papel principal que las inversiones (léase los dineros de los poderosos) tendrán en la “reingeniería” del futuro de la humanidad. La economía verde es fantasma del ya de por sí deslavado desarrollo sostenible, y por lo tanto, un concepto más peligroso. Si los peores contaminadores tienen oportunidad de participar en los resbalosamente llamados “sectores verdes”, estarán a tono con la economía verde.

La investigación del Grupo ETC es una continuación de Los nuevos amos de la biomasa: biología sintética y el próximo asalto a la biodiversidad, publicado en español en mayo de 2011, pero detalla los objetos de la explotación y las relaciones entre las multinacionales que la llevan a cabo.

La red global de corporaciones. ¿Quién controlará la economía verde? describe cómo es que los jugadores corporativos más poderosos se alían para lograr posiciones de dominio en la economía verde. Consultando un estudio del Instituto de Tecnología de Suiza, nos enteramos de que únicamente 737 empresas concentran 80% del valor total del mercado mundial, según información de apenas 116 países. Esto evidencia que los actores corporativos, todos ubicados en los centros de poder económico, no realizan sus negocios aislados sino por el contrario, están vinculados en una red de control extraordinariamente estrecha. Este hallazgo permite esbozar por primera vez el entramado de la dominación económica planetaria, el contorno de una ‘súper entidad’ en la red global de corporaciones, que decide cómo y dónde proseguir con la explotación de los recursos naturales.

La explotación de la biomasa, reagrupa el poder. Es crucial desmantelar la falacia de la economía verde. Se promueve con imágenes icónicas de paneles solares, turbinas de viento o agricultura casera, pero las multinacionales no enfocan sus actividades allí. Las energías renovables no nucleares o derivadas de hidrocarburos representan sólo 1.8 % del consumo global, y casi toda esa energía proviene de la cosecha y quema de biomasa, ya sea para convertirla en compuestos químicos o directamente en combustibles. Según el Grupo ETC los reagrupamientos más significativos de empresas en la “economía verde” ocurren en torno a aprovechar la biomasa vegetal, en una supuesta “transición” a una economía post-petrolera, sin ajustar cuentas, realmente, con la civilización del petróleo, con los patrones de producción y consumo de los bienes (es decir, sin reducir emisiones).

A principios de la década de los noventa, la comercialización inicial de las tecnologías de ingeniería genética promovió una reorganización masiva de los sectores de semillas, agroquímicos y farmacéutica y la emergencia de gigantes en las “ciencias de la vida”, tales como Monsanto y Novartis. Hoy, tecnologías como la biología sintética están detonando otra ola de fusiones, adquisiciones y empresas de capital de riesgo compartido en torno a la economía de la biomasa. Hay nuevas alianzas entre jugadores tales como Dow, DuPont, BP, Shell, Exxon, Chevron y Total con los mega-gigantes de los granos, de las plantaciones forestales y de las semillas como Monsanto, Cargill, Bunge, Weyerhaeuser y ADM. Todas estas nuevas alianzas y nuevas empresas están asumiendo rápidamente roles estratégicos en la producción global de alimentos, energía, fármacos y nuevos materiales. La reunión de Río+20, para la cual se ha venido puliendo el concepto de economía verde, y La gran transformación tecnológica verde3, puede convertirse, “en el mayor asalto corporativo y tecnológico, en el mayor despojo, desde la Conquista de América”.

En la ideología de la economía verde, el acaparamiento de los recursos se argumenta a partir de querer alcanzar una “seguridad” en el abasto de materias primas, frente al caos climático y la pérdida de biodiversidad. La adquisición de recursos naturales estratégicos incluye la tierra cultivable, las materias primas a granel, los minerales metálicos y no metálicos y ahora, también, el material vegetal genérico en calidad de reserva de biomasa.

La economía azul, también bajo control. Los océanos y ecosistemas acuáticos representan 71% de la superficie del planeta. Corporaciones de energía y químicas como DuPont, Statoil, DSM, Exxon, Mitsubishi, Monsanto, Chevron y el gigante de los astilleros Stolt Nielsen se enfocan hacia lo que se encuentra en esa inmensa superficie, la biomasa marina y oceánica, para producir nuevos azúcares y combustibles que sirvan a la economía de base biológica. Para ello proponen la explotación en gran escala de las algas, microalgas, peces de los mares y toda la biodiversidad acuática que hay en los lagos, riberas y estuarios costeros.

Contra la moda de achacar al capital financiero todas las razones de las crisis, el informe del Grupo ETC sobre la economía verde coloca en el centro del problema de la devastación del planeta el capital industrial. En medio de la crisis económica, los diversos sectores industriales siguen logrando ganancias, incluso con cada vez menos dinero, inversiones, trabajadores. La economía verde no propone otra forma de vivir, sino explotación de los recursos hasta sus últimas consecuencias. ¿Quién controlará la economía verde?, deja bien claro que la explotación de la naturaleza (y de las personas) sigue siendo la única fuente de ganancias. Las grandilocuentes apuestas tecnológicas deslizan la idea de que se puede hacer con la biomasa cualquier cosa, pero que la humanidad sobrevivirá. Y que la única forma de sobrevivir es la privatización de todos los metabolismos y reservas naturales y estratégicas, es decir, entregar a la súper entidad tecnológica y corporativa la capacidad reproductiva del planeta.

La amenaza de muerte, de los ecosistemas y de las personas ante la convergencia de crisis, desata ambiciosas especulaciones científicas y tecnológicas, y se nos quiere chantajear ante el miedo, como si la economía verde fuera nuestra única salida al futuro. Ese chantaje se apuntala con el desmantelamiento de las instituciones nacionales e internacionales de vigilancia y prevención. Pero tecnología no es sinónimo de futuro: ni del futuro de la naturaleza, ni del futuro de la humanidad. ¿Quién controlará la economía verde? hace un esbozo de un monstruo tangible. l

 

Verónica Villa

El informe se encuentra en

http://www.etcgroup.org/es/node/5298

Notas:

1 La gran transformación tecnológica verde, en el Estudio económico social y mundial 2011, Organización de las Naciones Unidas, Nueva York, 2011.

2 PNUMA, Oficina Regional para América Latina y el Caribe, Elementos de carácter general que pueden ser utilizados por los Ministros y Jefes de Delegación para el Intercambio sobre Economía Verde, UNEP/LAC-IG.XVII/4, Martes 16 de marzo de 2010

3 Ibid.

 

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Soberanía alimentaria, una perspectiva feminista

Miércoles 8 de Febrero de 2012

Esther Vivas

foto_mujeres_1Los sistemas de producción y consumo de alimentos han estado siempre socialmente organizados, pero sus formas han variado históricamente. En las últimas décadas, bajo el impacto de las políticas neoliberales, la lógica capitalista se ha impuesto, cada vez más, en la forma en que se produce y se distribuyen los alimentos (Bello, 2009)/1.

Con el presente artículo queremos analizar el impacto de estas políticas agroindustriales en las mujeres y el papel clave que desempeñan las mujeres campesinas, tanto en los países del Norte como del Sur, en la producción y la distribución de los alimentos. Asimismo, analizaremos como una propuesta alternativa al modelo agrícola dominante necesariamente tiene que incorporar una perspectiva feminista y cómo los movimientos sociales que trabajan en esta dirección, a favor de la soberanía alimentaria, apuestan por incluirla.

 

Campesinas e invisiblesEn los países del Sur, las mujeres son las principales productoras de comida, las encargadas de trabajar la tierra, mantener las semillas, recolectar los frutos, conseguir agua, cuidar del ganado… Entre un 60 y un 80% de la  producción de alimentos en estos países recae en las mujeres, un 50% a nivel mundial (FAO, 1996). Éstas son las principales productoras de cultivos básicos como el arroz, el trigo y el maíz, que alimentan a las poblaciones más empobrecidas del Sur global. Pero a pesar de su papel clave en la agricultura y en la alimentación, ellas son, junto a los niños y niñas, las más afectadas por el hambre.

Las mujeres campesinas se han responsabilizado, durante siglos, de las tareas domésticas, del cuidado de las personas, de la alimentación de sus familias, del cultivo para el auto-consumo y de los intercambios y la comercialización de algunos excedentes de sus huertas, cargando con el trabajo reproductivo, productivo y comunitario, y ocupando una esfera privada e invisible. En cambio, las principales transacciones económicas agrícolas han estado, tradicionalmente, llevadas a cabo por los hombres, en las ferias, con la compra y venta de animales, la comercialización de grandes cantidades de cereales… ocupando la esfera pública campesina.

Esta división de roles, asigna a las mujeres el cuidado de la casa, de la salud, de la educación y de sus familias y otorga a los hombres el manejo de la tierra y de la maquinaria, en definitiva de la “técnica”, y mantiene intactos los papeles asignados como masculinos y femeninos, y que durante siglos, y aún hoy, perduran en nuestras sociedades (Oceransky Losana, 2006).

Si miramos las cifras, éstas hablan por si solas. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) (1996), en mucho países de África las mujeres representan el 70% de la mano de obra en el campo; se encargan, en un 90%, del suministro de agua en los hogares; son las responsables, entre un 60 y un 80%, de la producción de los alimentos para el consumo familiar y la venta; y realizan el 100% del procesamiento de los alimentos, el 80% de las actividades de almacenamiento y transporte de comida y el 90% de las labores de preparación de la tierra. Unas cifras ponen de relieve el papel crucial que las mujeres africanas tienen en la producción agrícola a pequeña escala y en el mantenimiento y la subsistencia familiar.

Sin embargo, en muchas regiones del Sur global, en América Latina, África subsahariana y sur de Asia, existe una notable “feminización” del trabajo agrícola asalariado, especialmente en los sectores orientados a la exportación no tradicional (Fraser, 2009). Entre 1994 y 2000, según White y Leavy (2003), las mujeres ocuparon un 83% de los nuevos empleos en el sector de la exportación agrícola no tradicional. De este modo, muchas mujeres accedieron por vez primera a un puesto de trabajo remunerado, con ingresos económicos que les permitieron un mayor poder en la toma de decisiones y la posibilidad de participar en organizaciones al margen del hogar familiar (Fraser, 2009). Pero esta dinámica va acompañada de una marcada división de género en los puestos de trabajo: en las plantaciones las mujeres realizan las tareas no cualificadas, como la recogida y el empaquetado, mientras que los hombres llevan a cabo la cosecha y la plantación.

Esta incorporación de la mujer al ámbito laboral remunerado implica una doble carga de trabajo para las mujeres, quienes siguen llevando a cabo el cuidado de sus familiares a la vez que trabajan para obtener ingresos, mayoritariamente, en empleos precarios. Éstas cuentan con unas condiciones laborales peores que las de sus compañeros recibiendo una remuneración económica inferior por las mismas tareas y teniendo que trabajar más tiempo para percibir los mismos ingresos. En la India, por ejemplo, el salario medio por el trabajo ocasional en la agricultura para las mujeres es un 30% inferior al de los hombres (Banco Mundial, 2007). En el Estado español, las mujeres cobran un 30% menos y esta diferencia puede llegar al 40% (Oceransky Losana, 2006).

Impacto de las políticas neoliberalesLa aplicación de los Programas de Ajuste Estructural (PAE), en los años 80 y 90, en los países del Sur por parte del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, para que éstos pudieran hacer frente al pago de la deuda externa, agravó aún más las ya de por si difíciles condiciones de vida de la mayor parte de la población en estos países y golpeó, de forma especialmente dura, a las mujeres.

Las medidas de choque impuestas por los PAE consistieron en forzar a los gobiernos del Sur a retirar las subvenciones a los productos de primera necesidad como el pan, el arroz, la leche, el azúcar…; se impuso una reducción drástica del gasto público en educación, sanidad, vivienda, infraestructuras…; se forzó la devaluación de la moneda nacional, con el objetivo de abaratar los productos destinados a la exportación pero disminuyendo la capacidad de compra de la población autóctona; aumentaron los tipos de interés con el objetivo de atraer capitales extranjeros con una alta remuneración, generando una espiral especulativa, etc. En definitiva, una serie de medidas que sumieron en la pobreza más extrema a las poblaciones de estos países (Vivas, 2008).

Las políticas de ajustes y las privatizaciones repercutieron de forma particular sobre las mujeres. Como señalaba Juana Ferrer, responsable de la Comisión Internacional de Género de La Vía Campesina: “En los procesos de privatización de los servicios públicos las más afectadas hemos sido las mujeres, sobre todo en campos como la salud y la educación, ya que las mujeres, históricamente, cargamos con las responsabilidades familiares más fuertes. En la medida en que no tenemos acceso a los recursos y a los servicios públicos, se torna más difícil tener una vida digna para las mujeres” (La Vía Campesina, 2006: 30).

El hundimiento del campo en los países del Sur y la intensificación de la migración hacia las ciudades ha provocado un proceso de “descampesinización” (Bello, 2009), que, en muchos países, no ha tomado la forma de un movimiento clásico campo-ciudad, donde los excampesinos van a las ciudades a trabajar en las fábricas en el marco de un proceso de industrialización, sino que se ha dado, lo que Davis (2006) llama, un proceso de “urbanización desconectada de la industrialización”, donde los excampesinos, empujados a las ciudades, pasan a engrosar la periferia de las grandes urbes (favelas, slumps…), viviendo muchos de la economía informal y configurando, lo que el autor llama, el “proletariado informal”.

Las mujeres son un componente esencial de los flujos migratorios, nacionales e internacionales, que provocan la desarticulación y el abandono de las familias, de la tierra y de los procesos de producción, a la vez que aumentan la carga familiar y comunitaria de las mujeres que se quedan. En Europa, Estados Unidos, Canadá… las mujeres migrantes acaban asumiendo trabajos que años atrás realizaban las mujeres autóctonas, reproduciendo una espiral de opresión, carga e invisibilización de los cuidados y externalizando sus costes sociales y económicos a las comunidades de origen de las mujeres migrantes.

La incapacidad para resolver la actual crisis de los cuidados en los países occidentales, fruto de la incorporación masiva de las mujeres al mercado laboral, el envejecimiento de la población y la no respuesta del Estado a estas necesidades, sirve como coartada para la importación de millones de “cuidadoras” de los países del Sur global. Como señala Ezquerra (2010: 39): “[Esta] diáspora cumple la función de invisibilizar la incompatibilidad existente entre el auge del sistema capitalista y el mantenimiento de la vida en el Centro, y agudiza de manera profunda la crisis de los cuidados, entre otras crisis, en los países del Sur (…) La ‘cadena internacional del cuidado’ se convierte en un dramático círculo vicioso que garantiza la pervivencia del sistema capitalista patriarcal”.

Acceso a la tierraEl acceso a la tierra no es un derecho garantizado para muchas mujeres: en varios países del Sur las leyes les prohíben este derecho y en aquellos donde legalmente tienen acceso las tradiciones y las prácticas les impiden disponer de ellas. Como explica Fraser (2009: 34): “En Camboya, por ejemplo, pese a que no es ilegal que las mujeres posean tierra, la norma cultural dicta que no la poseen, y a pesar de que ellas son responsables de la producción de las explotaciones agrícolas, no tienen ningún control sobre la venta de la tierra o la forma en la que ésta se transmite a los hijos”.

Una situación extrapolable a muchos otros países. En la India, como señala Chukki Nanjundaswamy de la organización campesina Karnataka State Farmers’ Association/2, la situación de las mujeres para acceder a la tierra y contar con asistencia sanitaria es muy difícil: “Socialmente las campesinas indias casi no tienen derechos y están consideradas como un añadido de los varones. Las campesinas son las más intocables dentro de los intocables, en el sistema social de castas” (La Vía Campesina, 2006: 16),

El acceso a la tierra de las mujeres en África es, en la actualidad, aún más dramático debido al aumento de muertes a causa del SIDA. Por un lado, las mujeres tienen más posibilidades de ser infectadas, pero cuando uno de sus familiares varones muere, y éste ostenta la titularidad de la tierra, las mujeres tienen muchas dificultades para acceder a su control. En varias comunidades, éstas no tienen derecho a heredar y, por tanto, pierden la propiedad de la tierra y otros bienes al quedarse viudas (Jayne et al, 2006).

La tierra es un activo muy importante: permite la producción de alimentos, sirve como inversión para el futuro y como aval, implica acceso al crédito, etc. Las dificultades de las mujeres para poseer tierras es una muestra más de cómo el sistema agrícola capitalista y patriarcal las golpea especialmente. Y cuando éstas ostentan la titularidad se trata, mayoritariamente, de tierras con menor valor o extensión.

Asimismo, las mujeres enfrentan más dificultades para conseguir créditos, servicios e insumos. A nivel mundial, se estima que las mujeres reciben sólo un 1% del total de préstamos agrícolas, y aunque las mujeres los reciban no queda claro si el control sobre los mismos es ejercido por sus compañeros o familiares (Fraser, 2009).

Pero estas prácticas no sólo se dan en los países del Sur global, en Europa, por ejemplo, muchas campesinas padecen una total inseguridad jurídica, ya que la mayoría de ellas trabajan en explotaciones familiares donde los derechos administrativos son propiedad exclusiva del titular de la explotación y las mujeres, a pesar de trabajar en ella, no tienen derecho a ayudas, a la plantación, a una cuota láctica, etc.

Como explica Isabel Vilalba Seivane, secretaria de mujeres del Sindicato Labrego Galego en Galicia, las problemáticas de las mujeres en el campo, tanto en los países del Sur como en el Norte, son comunes aunque con diferencias: “Las mujeres europeas estamos más centradas en la lucha por nuestros derechos administrativos en la explotación; mientras que en otros lugares reclaman cambios profundos que tienen que ver con la reforma agraria, o con el acceso a la tierra y a otros recursos básicos” (La Vía Campesina, 2006: 26). En Estados Unidos, Debra Eschmeyer de la National Family Farm Coalition explica como también existen prácticas que muestran esta desigualdad: “Por ejemplo, cuando una campesina va sola a pedir un crédito a un banco tiene más complicado obtenerlo que si fuera un hombre” (La Vía Campesina, 2006: 14).

Agroindustria versus soberanía alimentaria Hoy en día, el actual modelo agroindustrial se ha demostrado totalmente incapaz de satisfacer las necesidades alimentarias de las personas e incompatible con el respeto a la naturaleza. Nos encontramos ante un sistema agrícola y alimentario sometido a una alta concentración empresarial a lo largo de toda la cadena comercial, siendo monopolizado por un puñado de multinacionales de los agronegocios que cuentan con el respaldo de gobiernos e instituciones internacionales que se han convertido en cómplices, cuando no en cobeneficiarios, de un sistema alimentario productivista, insostenible y privatizado. Un modelo que es a su vez utilizado como instrumento imperialista de control político, económico y social por parte de las principales potencias económicas del Norte, como Estados Unidos y la Unión Europea (así como de sus multinacionales agroalimentarias), respecto a los países del Sur global (Toussaint, 2008; Vivas, 2009).

Como señala Desmarais (2007), el sistema alimentario puede entenderse como una extensa cadena horizontal que se ha ido alargando cada vez más, alejando producción y consumo, y favoreciendo la apropiación de las distintas etapas de la producción por las empresas agroindustriales y la pérdida de autonomía de los campesinos frente a éstas.

La situación de crisis alimentaria, que estalló a lo largo del año 2007 y 2008 con un fuerte aumento del precio de los alimentos básicos/3, puso de relieve la extrema vulnerabilidad del sistema agrícola y alimentario, y dejó tras sí la cifra de más de mil millones de personas en el mundo que pasan hambre, una de cada seis, según datos de la FAO (2009).

Pero el problema actual no es la falta de alimentos, sino la imposibilidad para acceder a ellos. De hecho, la producción de cereales a nivel mundial se ha triplicado desde los años 60, mientras que la población a escala global tan solo se ha duplicado (GRAIN, 2008). Con estas cifras, podemos afirmar que se produce suficiente comida para alimentar a toda la población, pero para los millones de personas en los países del Sur que destinan entre un 50 y un 60% de la renta a la compra de alimentos, cifra que puede llegar incluso hasta el 80% en los países más pobres, el aumento del precio de la comida hace imposible el acceso a la misma.

Hay razones de fondo que explican el porqué de la profunda crisis alimentaria. Las políticas neoliberales aplicadas indiscriminadamente en el transcurso de los últimos treinta años a escala planetaria (liberalización comercial a ultranza, el pago de la deuda externa por parte de los países del Sur, la privatización de los servicios y bienes públicos…) así como un modelo de agricultura y alimentación al servicio de una lógica capitalista son las principales responsables de esta situación que ha desmantelado un modelo de agricultura campesina garante de la seguridad alimentaria de los pueblos durante décadas (Holt-Giménez y Patel, 2010).

Frente a este modelo agrícola dominante que tiene un impacto muy negativo en las personas, especialmente en las mujeres, y en el medio ambiente, se plantea el paradigma de la soberanía alimentaria. Una alternativa política que consiste en “el derecho de cada pueblo a definir sus propias políticas agropecuarias y en materia de alimentación, a proteger y reglamentar la producción agropecuaria nacional y el mercado doméstico” (VVAA, 2003: 1). Se trata de recuperar nuestro derecho a decidir sobre qué, cómo y dónde se produce aquello que comemos; que la tierra, el agua, las semillas estén en manos de las y los campesinos; que seamos soberanos en lo que respecta a nuestra alimentación.

Pero, si las mujeres son la mitad de la mano de obra en el campo a escala mundial, una soberanía alimentaria que no incluya una perspectiva feminista estará condenada al fracaso. La soberanía alimentaria implica romper no sólo con un modelo agrícola capitalista sino también con un sistema patriarcal que oprime y supedita a las mujeres.

Se trata de incorporar la perspectiva feminista a la soberanía alimentaria. Como señala Yoon Geum Soon de la asociación de mujeres campesinas coreanas KWPA y representante de La Vía Campesina en Asia: “El feminismo es un proceso que permite conseguir un lugar digno para las mujeres dentro de la sociedad, para combatir la violencia contra las mujeres, y también para reivindicar y reclamar nuestras tierras y salvarlas de las manos de las transnacionales y de las grandes empresas. El feminismo es la vía para que las mujeres campesinas puedan tener un papel activo y digno en el seno de la sociedad” (La Vía Campesina, 2006:12).

La Vía CampesinaLa Vía Campesina es el principal movimiento internacional de pequeñas y pequeños agricultores y promotor del derecho de los pueblos a la soberanía alimentaria. La Vía se constituyó en 1993, en los albores del movimiento antiglobalización, y progresivamente se convertiría en una de las organizaciones de referencia en la crítica a la globalización neoliberal. Su ascenso es la expresión de la resistencia campesina al hundimiento del mundo rural, provocado por las políticas neoliberales y la intensificación de las mismas con la creación de la Organización Mundial del Comercio (Antentas y Vivas, 2009a).

Desde su creación, La Vía Campesina ha configurado una identidad “campesina” politizada, ligada a la tierra, a la producción de los alimentos y a la defensa de la soberanía alimentaria, construida en oposición al actual modelo del agronegocio (Desmarais, 2007). La Vía encarna un nuevo tipo de “internacionalismo campesino” (Bello, 2009), que podemos conceptualizar como el “componente campesino” del nuevo internacionalismo de las resistencias representado por el movimiento antiglobalización (Antentas y Vivas, 2009b).

En el año 1996, coincidiendo con la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de la FAO en Roma, La Vía planteó la propuesta de la soberanía alimentaria como una alternativa política a un sistema agrícola y alimentario profundamente injusto y depredador. Esta demanda no implica un retorno romántico al pasado, sino que se trata de recuperar el conocimiento y las prácticas tradicionales y combinarlas con las nuevas tecnologías y los nuevos saberes  (Desmarais, 2007). No debe consistir tampoco, como señala McMichael (2006), en un planteamiento localista ni en una “mistificación de lo pequeño” sino en repensar el sistema alimentario mundial para favorecer formas democráticas de producción y distribución de alimentos. 

Una perspectiva feministaCon el tiempo, La Vía ha ido incorporando una perspectiva feminista, trabajando para conseguir la igualdad de género en el seno de sus organizaciones así como estableciendo alianzas con grupos feministas como la red internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres, entre otros.

En el seno de La Vía Campesina, la lucha de las mujeres se sitúa en dos niveles. Por un lado, la defensa de sus derechos como mujeres dentro de las organizaciones y en la sociedad en general y, por otro lado, la lucha como campesinas, junto a sus compañeros, contra el modelo de agricultura neoliberal (EHNE y La Vía Campesina, 2009).

Desde su constitución, el trabajo feminista en La Vía ha dado importantes pasos adelante. En la 1ª Conferencia Internacional en Mons (Bélgica), en 1993, todos los coordinadores electos fueron hombres y la situación de la mujer campesina prácticamente no recibió ninguna mención en la declaración final, aunque se identificó la necesidad de integrar sus necesidades en el trabajo de La Vía. Pero esta conferencia falló en establecer mecanismos que asegurasen la participación de las mujeres en encuentros sucesivos. De este modo, en la 2ª Conferencia Internacional en Tlaxcala (México), en 1996, el porcentaje de mujeres asistentes fue igual que en la 1ª Conferencia Internacional, un 20% del total. Para solventar esta cuestión, se acordaron mecanismos que permitiesen una mejor representación y participación y se creó un comité especial de mujeres, que más adelante sería conocido como la Comisión de Mujeres de La Vía Campesina.

Esta orientación política facilitó la incorporación de aportaciones feministas a los análisis de La Vía. Por ejemplo, cuando se presentó públicamente el concepto de soberanía alimentaria, coincidiendo con la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de la FAO en Roma, en 1996, las mujeres aportaron demandas propias como la necesidad de producir los alimentos localmente, a las “prácticas agrícolas sostenibles” añadieron la dimensión de la “salud humana”, exigieron la reducción drástica los insumos químicos, perjudiciales para la salud, y defendieron la promoción activa de la agricultura orgánica. Asimismo, y debido al acceso desigual de las mujeres a los recursos productivos, insistieron en que la soberanía alimentaria no podía llevarse a cabo sin una mayor participación femenina en la definición de las políticas campesinas (Desmarais, 2007).

Para Francisca Rodríguez de la asociación campesina ANAMURI en Chile: “Asumir la realidad y demandas de las mujeres rurales ha sido un reto dentro de todos los movimientos de campesinos (…) La historia de este reconocimiento ha pasado por diversas etapas: de la lucha desde dentro por el reconocimiento, a la ruptura con las organizaciones machistas (…) A lo largo de estos últimos veinte años las organizaciones de mujeres campesinas han ganado identidad (…), nos hemos reconstruido como mujeres en un medio rural machacado” (Mugarik Gabe, 2006:254).

El trabajo de la Comisión de Mujeres permitió fortalecer el intercambio entre mujeres de diferentes países, organizando, por ejemplo, encuentros específicos de mujeres coincidiendo con cumbres y reuniones internacionales. Entre los años 1996 y 2000, el trabajo de la Comisión se centró, principalmente, en América Latina, donde a través de la formación, el intercambio, la discusión y el empoderamiento de las campesinas aumentó la participación de éstas en todos los niveles y actividades de La Vía.

Como señala Desmarais (2007: 265): “En la mayoría de los países, las organizaciones campesinas y agrícolas están dominadas por hombres. Las mujeres de La Vía Campesina se niegan a aceptar estas posiciones subordinadas. Aun reconociendo el largo y difícil  camino que queda por delante, ellas aceptan de forma entusiasta el desafío y juran llevar a cabo un papel destacado en moldear La Vía Campesina como un movimiento comprometido con la igualdad de género”.

En octubre del 2000, justo antes de la 3a Conferencia Internacional de La Vía en Bangalore (India), se organizó la 1a Asamblea Internacional de Mujeres Campesinas, que permitió una mayor participación de mujeres en la misma. La Asamblea aprobó tres grandes objetivos para llevar a cabo: a) Garantizar la participación del 50% de las mujeres en todos los niveles de decisiones y en las actividades de La Vía Campesina. b) Mantener y fortalecer la Comisión de Mujeres. c) Garantizar que los documentos, los eventos de formación y los discursos de La Vía superasen un contenido sexista y un lenguaje machista (Desmarais, 2007).

De este modo, en la 3ª Conferencia Internacional, se acordó un cambio de estructura que garantizara la equidad de género. Como señala Paul Nicholson de La Vía Campesina: “[En Bangalore] se decidió la equidad hombre y mujer en los espacios de representación y cargos de nuestra organización, y se inició todo un proceso interno de reflexión sobre el papel de las mujeres en la lucha campesina (…). La perspectiva de género se está abordando ahora de una manera seria, no sólo en el ámbito de la paridad en los cargos, sino también con un debate profundo sobre las raíces y tentáculos del patriarcado y sobre la violencia contra la mujer en el mundo rural” (Soberanía alimentaria, biodiversidad y culturas, 2010: 8).

Esta estrategia forzó a las organizaciones miembros de La Vía a nivel nacional y regional a replantearse su trabajo en una perspectiva de género e incorporar nuevas acciones encaminadas a fortalecer el papel de la mujer (Desmarais, 2007). Así lo ratifica Josie Riffaud del Confédération Paysanne en Francia al afirmar que “fue fundamental la decisión de la paridad en La Vía Campesina, pues posibilitó que en mi organización, la Confédération Paysanne, pudiéramos aplicar también esta medida” (La Vía Campesina, 2006: 15).

En el marco de la 4ª Conferencia Internacional en Sao Paulo, Brasil, en junio 2004, se celebró la 2ª Asamblea Internacional de Mujeres Campesinas que reunió a más de un centenar de mujeres de 47 países de todos los continentes. Las principales líneas de acción surgidas del encuentro iban orientadas a tomar medidas contra la violencia física y sexual contra las mujeres, tanto en el ámbito doméstico como en el geopolítico, exigir la igualdad de derechos e invertir en formación. Como señalaba su declaración final: “Exigimos nuestro derecho a una vida digna; el respeto a nuestros derechos sexuales y reproductivos; y la aplicación inmediata de medidas para erradicar toda forma de violencia física, sexual, verbal y psicológica (…). Exigimos a los Estados implementar medidas que garanticen nuestra autonomía económica, acceso a la tierra, a la salud, a la educación y a un estatus social igualitario” (2ª Asamblea Internacional de Mujeres Campesinas, 2004).

En octubre del 2006 se celebró el Congreso Mundial de las Mujeres de La Vía Campesina en Santiago de Compostela (Estado español) al que asistieron mujeres de organizaciones agrarias de Asia, Norte-América, Europa, África, y América Latina con el objetivo de analizar y debatir acerca de lo que significa la igualdad en el campo desde una perspectiva feminista y establecer un plan de acción para conseguirla. Como apuntaba Sergia Galván del Colectivo Mujer y Salud de República Dominicana, en una de las ponencias del Congreso, las mujeres de La Vía tenían tres desafíos por delante: a) Avanzar en la reflexión teórica para incorporar la perspectiva campesina a los análisis feministas. b) Continuar trabajando en la autonomía como referente vital para la consolidación del movimiento de mujeres campesinas. c) Superar el sentimiento de culpa en la lucha por conseguir mayores espacios de poder frente a los hombres (La Vía Campesina, 2006).

El Congreso Mundial de las Mujeres de La Vía puso de relieve la necesidad de fortalecer aún más la articulación de las mujeres de La Vía y aprobó la creación de mecanismos para un mayor intercambio de experiencias y planes de lucha específicos. Asimismo se observaron avances en la reducción de la discriminación de las mujeres, a pesar de lo mucho que quedaba por hacer. Entre las propuestas concretas que se aprobaron estaba articular una campaña mundial para luchar contra las violencias que se ejercen contra las mujeres; extender los debates a todas las organizaciones que forman parte de La Vía; y trabajar para que se reconozcan los derechos de las mujeres campesinas exigiendo igualdad real en el acceso a la tierra, a los créditos, a los mercados y en los derechos administrativos (La Vía Campesina, 2006).

Coincidiendo con la 5a Conferencia Internacional de La Vía Campesina en Maputo, Mozambique, octubre 2008, se celebró la 3ª Asamblea Internacional de Mujeres. En ésta se aprobó lanzar una campaña específica contra la violencia contra las mujeres, al constatar cómo todas las formas de violencia que enfrentan las mujeres en la sociedad (violencia física, económica, social, machista, de diferencias de poder, cultural) están también presentes en las comunidades rurales y en sus organizaciones.

Pero el trabajo enfocado a conseguir una mayor igualdad de género no es fácil. A pesar de la paridad formal, las mujeres tienen mayores dificultades para viajar o asistir a encuentros y reuniones. Como señala Desmarais (2007: 282): “Hay muchas razones por las que las mujeres no participan a este nivel. Quizá la más importante es la persistencia de ideologías y prácticas culturales que perpetúan relaciones de género desiguales e injustas. Por ejemplo, la división de las labores por género significa que las mujeres rurales tienen mucho menos acceso al recurso más preciado, el tiempo, para participar como líderes en las organizaciones agrícolas. Dado que las mujeres son las principales responsables del cuidado de los niños y los ancianos (…). La triple jornada de las mujeres –que implica trabajo reproductivo, productivo y comunitario- hace mucho menos probable que tengan tiempo para sesiones de formación y aprendizaje para su capacitación como líderes”.

Se trata de una lucha a contracorriente y, a pesar de algunas victorias concretas, nos encontramos frente a un combate de largo recorrido, tanto en las organizaciones como, más en general, en lo social.

Tejiendo alianzasEn lo que respecta a las alianzas, La Vía Campesina ha establecido colaboración con varias organizaciones y movimientos sociales a nivel internacional, regional y nacional. Una de las más significativas ha sido el trabajo conjunto, en cada uno de estos niveles, con la Marcha Mundial de las Mujeres, una de las principales redes globales feministas con quien se ha convocado acciones conjuntas, encuentros y se ha colaborado en actividades y conferencias internacionales, junto con otros movimientos sociales, como, por ejemplo, en el Foro Internacional por la Soberanía Alimentaria que tuvo lugar en Malí, en 2007, entre otros.

El encuentro entre ambas redes se dio, inicialmente, en el marco del movimiento antiglobalización, al coincidir en contra-cumbres internacionales así como en las actividades del Foro Social Mundial y ser ambas, junto con otras redes, promotoras de la Asamblea de Movimientos Sociales del Foro Social Mundial. Asimismo, la incorporación de una perspectiva feminista en el seno de La Vía y al trabajo campesino y a favor de la soberanía alimentaria generó mayores puentes de encuentro que se intensificaron con el paso del tiempo.

Así quedó patente en el Foro por la Soberanía Alimentaria celebrado a principios del 2007 en  Sélingué, una pequeña población rural del sudeste de Malí. Un encuentro convocado por los principales movimientos sociales a escala internacional como la Vía Campesina, la Marcha Mundial de las Mujeres, el Foro Mundial de los Pueblos Pescadores, entre otros, y que permitió avanzar en la definición de  estrategias conjuntas entre un amplio abanico de movimientos sociales (campesinos, pescadores, ganaderos, consumidores…) a favor de la soberanía alimentaria.

Las mujeres tuvieron un papel central en este encuentro como dinamizadoras, organizadoras y  participantes. Éstas reclamaron el mito de Nyéléni, una mujer campesina maliense que luchó por afirmarse como mujer en un entorno desfavorable. De hecho, el Foro por la Soberanía Alimentaria recibió el nombre de Nyéléni en homenaje a esta leyenda. Delegadas de países de África, América, Europa, Asia y Oceanía, integrantes de diferentes sectores y  movimientos sociales, asistieron al encuentro y señalaron al sistema capitalista y patriarcal como responsable de las violaciones de los derechos de las mujeres, a la vez que reafirmaron su compromiso para transformarlo.

La Marcha Mundial de las Mujeres, fruto de este trabajo y colaboración, ha asumido la demanda de la soberanía alimentaria, como un derecho inalienable de los pueblos y, en especial, de las mujeres. Miriam Nobre, coordinadora del secretariado internacional de la Marcha, participó en octubre del 2006 en el Congreso Mundial de las Mujeres de La Vía Campesina con una intervención sobre el movimiento feminista global. Y el 7º Encuentro Internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres en Vigo, en el Estado español, en octubre 2008, contó con la organización de un foro y una feria por la soberanía alimentaria, mostrando la capacidad de vincular la lucha feminista con la de las mujeres campesinas.

Esta colaboración se observa también a partir de la doble militancia de algunas mujeres que son miembros activas en la Marcha Mundial de las Mujeres, a la vez que forman parte de las organizaciones de La Vía Campesina. Estas experiencias permiten estrechar vínculos y colaboraciones entre ambas redes y fortalecen tanto la lucha feminista como campesina, ya que ambas se insertan en un combate más amplio contra el capitalismo y el patriarcado.

A modo de conclusiónA lo largo de las últimas décadas, el sistema agrícola y alimentario global ha puesto de relieve su total incapacidad para garantizar la seguridad alimentaria de las comunidades, actualmente más de mil millones de personas en el mundo pasan hambre, a la vez que ha demostrado su fuerte impacto medioambiental con un modelo agroindustrial kilométrico, intensivo, generador de cambio climático, que acaba con la agrodiversidad, etc. Éste sistema se ha revelado especialmente agresivo con las mujeres. A pesar de que éstas producen entre un 60 y un 80% de los alimentos en los países del Sur global, y un 50% en todo el mundo, son las que más padecen hambre.

Avanzar en la construcción de alternativas al actual modelo agrícola y alimentario implica incorporar una perspectiva de género. La alternativa de la soberanía alimentaria al modelo agroindustrial dominante tiene que tener un posicionamiento feminista de ruptura con la lógica patriarcal y capitalista.

La Vía Campesina, el principal  movimiento internacional a favor de la soberanía alimentaria, lo tiene claro. Se trata de avanzar en esta dirección y crear alianzas con otros movimientos sociales, en especial con organizaciones y redes feministas, como la Marcha Mundial de las Mujeres. Promover redes y solidaridades entre las mujeres del Norte y del Sur, urbanas y rurales, y de éstas con sus compañeros para, como dice La Vía: “Globalizar la lucha. Globalizar la esperanza”.

Bibliografía2a Asamblea Internacional de Mujeres Campesinas (2004) Declaración de la II Asamblea Internacional de Mujeres Campesinas en: http://movimientos.org/cloc/show_text.php3?key=2903 Antentas, JM. y Vivas, E. (2009a) “La Vía Campesina hacia la justicia global” en Ecología Política, nº38, pp. 97-99.Antentas, JM. y Vivas, E. (2009b) “Internacionalismo(s) ayer y hoy” en Viento Sur, nº100, pp. 33-40.Banco Mundial (2007) Informe sobre el desarrollo mundial 2008: agricultura para el desarrollo, Washington DC, Banco Mundial.Bello, W. (2009). The Food Wars. London. Verso.Davis, M. (2006) Planet of slums. Londres. Verso.Desmarais, AA. (2007) La Vía Campesina. La globalización y el poder del campesinado. Madrid. Editorial Popular.EHNE y La Vía Campesina (2009) La Vía Campesina. Las luchas del campesinado en e mundo: http://viacampesina.net/downloads/PDF/viacas.pdf Ezquerra, S. (2010) “La crisis de los cuidados: orígenes, falsas soluciones y posibles oportunidades” en Viento Sur, nº 108, pp. 37-43.FAO (1996) Towards sustainable food security.Women and sustainable food security en: http://www.fao.org/waicent/faoinfo/SUSTDEV/FSdirect/FBdirect/FSP001.htmFAO (2009) 1020 millones de personas pasan hambre en: http://www.fao.org/news/story/es/item/20568/icode Fraser, A. (2009) Agricultura para el Desarrollo. Londres. Oxfam Internacional.GRAIN (2008), El negocio de matar de hambre en: http://www.grain.org/articles/?id=40Holt-Giménez, E. y Patel, R. (2010) Rebeliones alimentarias. Barcelona. El Viejo Topo.Jayne et al. (2006) “HIV/AIDS and the agricultural sector in Eastern and Southern Africa: anticipating the consequences” en Gillespie, S. (ed.), AIDS, Poverty, and Hunger. IFPRI.La Vía Campesina (2006) Congreso Mundial de las Mujeres de La Vía Campesina en: http://epueblos.pangea.org/salimentaria/pairoses/documents/congreso_mundial_mulleres.pdf McMichael, P. (2000) “Global food politics” en Magdoff, F. et al. Hungry for profit. New York. Monthly Review Press, pp. 125-143.McMichael, P. (2006) “Feeding the world: agriculture, development and ecology” en Panitch, L. y Leys, C. Socialist Register 2007. London. Merlin Press, pp. 170-194.Mugarik Gabe (2006) “Estrategias de género para la soberanía alimentaria” en Fernández Such (coord.) Soberanía alimentaria. Barcelona. Icaria editorial, pp. 253-319.Oceransky Losana, S. (2006) “Las relaciones entre mujeres y hombres en el medio rural: su herencia en nuestros proyectos” en VVAA Los pies en la tierra, Barcelona, Virus editorial. Soberanía alimentaria, biodiversidad y culturas (2010) “Recorrido por las luchas campesinas” en Soberanía alimentaria, biodiversidad y culturas, nº1, pp. 3-10.Toussaint, É. (2008) Volvamos a hablar de las causas de la crisis alimentaria en: http://www.cadtm.org/Volvamos-a-hablar-de-las-causas-deVivas, E. (2008) En pie contra la deuda externa. Barcelona. El Viejo Topo.Vivas, E. (2009) “Los entresijos del sistema agroalimentario mundial” en Montagut, X. y Vivas, E. Del campo al plato. Barcelona. Icaria editorial, pp. 9-40.VVAA (2003) Nuestro mundo no está en venda. Primero está la soberanía alimentaria de los pueblos ¡Fuera la OMC de la agricultura y la alimentación! en: http://www.viacampesina.org/main_sp/index2.php?option=com_content&do_pdf=1&id=345 White H. y Leavy S. (2003) Labour markets in Africa: What do models need to explain? Brighton. Institute for Development Studies y University of Sussex.

 

Notas:1/Para un análisis más detallado de la evolución histórica del sistema alimentario mundial ver McMichael (2000).2/Todas las campesinas citadas en el presente artículo forman parte de organizaciones miembros de La Vía Campesina.3/Según el índice de precios de los alimentos de la FAO, estos registraron, entre el 2005 y el 2006, un aumento del 12%; al año siguiente, en 2007, un crecimiento del 24%; y entre enero y julio del 2008 una subida de cerca del 50%. Los cereales y otros alimentos básicos fueron los que sufrieron los aumentos más importantes (Vivas, 2009).

*Esther Vivas es miembro del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales en la Universidad Pompeu Fabra y es autora de En pie contra la deuda externa (El Viejo Topo, 2008), coautora, junto a JM Antentas, de Resistencias globales (Ed. Popular, 2009), entre otros libros.

**Artículo publicado en El Viejo Topo, n. 288.

+info: http://esthervivas.wordpress.com

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Día Internacional de lucha contra las represas por los ríos, por el agua y por la vida

Miércoles 8 de Febrero de 2012

MabMovimiento de Afectados por Represas de Brasil (MAB) convoca a todas las entidades, organizaciones, activistas y movimientos sociales a sumarse y apoyar las movilizaciones que se llevarán a cabo en el Día Internacional de Lucha contra las Represas, en la jornada del próximo 14 de marzo.

 En esta fecha, poblaciones  afectadas por represas en todo el mundo denuncian las graves consecuencias sociales, económicas, culturales y ambientales que ha causado históricamente el modelo energético. Según el informe de la Comisión Mundial de Represas (Organismo ligado a Naciones Unidas), cerca de 80 millones de personas han sido desplazadas directa o indirectamente por la construcción de represas en el mundo.



En los últimos años se observa el avance de las grandes empresas nacionales y trasnacionales en el control de los recursos naturales, los minerales, el agua, las semillas, los alimentos, el petróleo y la energía eléctrica. Todos estos bienes naturales los han convertido en mercancías y son explotados por los sectores de la industria que necesitan altos consumos de energía. La actual crisis del capitalismo muestra la insustentabilidad del actual modelo de producción y consumo, que se centrar en generar lucro para una minoría.

El MAB considera impostergable la construcción de un nuevo paradigma de desarrollo, que se enfoque en la búsqueda de condiciones dignas de vida para la clase trabajadora, campesinos, pescadores, afrodescendientes e indígenas.Movimientos de resistencia contra este modelos se fortalecer y ahora, más que nunca, se hace necesaria la realización de multitudinarias jornadas de luchas que deberán ir más allá del 14 de marzo, deben avanzar hacia Río + 20, que se llevará a cabo en Junio en Río de Janeiro, Brasil, y para enfrentar todas las estructuras injustas de la sociedad.Tratándose del modelo energético, la crisis en las actividades económicas abren la posibilidad de discutir una restructuración profunda, que parta de las necesidades reales de superación de las contradicciones del actual modelo y que contemple los principios de soberanía energética a partir de un proyecto energético popular.

Cada vez más nuestro compromiso es organizarnos y sumarnos en las luchas contra las trasnacionales, por los derechos de las comunidades más vulnerables, en la defensa de los ríos, de las aguas y de la vida. Las manifestaciones de la semana del 14 de marzo exigirán la solución por las enormes deudas sociales y ambientales ocasionadas por las represas ya construidas y para fortalecer la lucha por otro modelo energético.

Por esta razón, esta lucha no solo es de las poblaciones afectadas por los embalses, pues todo el pueblo es afectado por las altas tarifas de la energía, por la privatización de agua y de la energía, por el dinero público invertido en obras privadas. Nuestra tarea es fortalecer las resistencias y construir un nuevo modelo energético y de sociedad.Finalmente, convocamos a todas las organizaciones para construir de manera conjunta la cumbre de los pueblo en el Río + 20 que tendrá lugar en Brasil y juntos impedir los grandes acuerdos de las trasnacionales y gobiernos de hacer de nuestras aguas, energía y ambiente una mercancía.

¡Aguas para la vida, no para la muerte!¡Agua y energía, no son mercancías!Movimento dos Atingidos por Barragens – MAB

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