La expulsión de campesinos, afrodescendientes e indígenas de Mesoamérica en busca del sueño americano ha sido una constante debido a la inseguridad ciudadana, falta de acceso a la tierra y la extrema pobreza.
La diáspora centroamericana en masa deja a miles de familias en México y llegan a los Estados Unidos, algunos indocumentados. A la pobreza se suma la extrema vulnerabilidad — en especial en las zonas rurales — y muchos fenómenos climáticos, la inseguridad ciudadana y la ausencia de oportunidades. Vivimos en medio de un Corredor Seco en estado de calamidad y que demanda asistencia humanitaria.
La migración y la pandemia
El mundo está de rodillas y demanda respuestas urgentes y necesarias, esta crisis antes de ser sanitaria evidencia el fracaso de sus políticas de reducción del Estado, de las privatizaciones, precarización del trabajo y de los derechos sociales. Se abre ahora una disputa mundial del modelo económico, social y político. Hay que abandonar el paradigma neoliberal. Las medidas del combate al virus no pueden ser autoritarias y politizadas, y alejar las amenazas de agresión militar por las grandes potencias.
Tareas a desarrollar en medio de esta crisis
Reestructuración recursos para la producción de alimentos, la organización y producción campesina, con acceso a mercados, áreas de acopio y semillas nativas, lograr mucha tierra para la producción de alimentos, además solicitar apoyo a las agencias de cooperación.
Trabajar los sistemas de producción animal, huevos y lácteos con énfasis en la producción ancestral y agroecológica, ampliando las áreas de siembra tubérculos, raíces y arboles forestales, frutales y cítricos.
Garantizar la estabilidad de empleo y de salario para trabajadores/as, a través de políticas, públicas que garanticen el empleo y la renta de trabajadoras/es, ya sea en condiciones de formalidad o de informalidad.
Es necesario la seguridad social y protección, teniendo en cuenta las legislaciones nacionales y acuerdos internacionales, a fin de garantizar el derecho a todas/os las/os trabajadoras/es independientemente de sus condiciones de formalidad o informalidad laboral, el teletrabajo sin precarización, garantías a los inmigrantes, asegurar la alimentación, salud comunitaria y publica, evitando además la violencia intrafamiliar, especialmente la violencia de género que se ven incrementados en situaciones de autoaislamiento y cuarentena.
Con mucha solidaridad, paciencia y disciplina saldremos adelante en esta crisis mundial.
Demandamos Plan de Emergencia Agropecuaria a Productores/as al Campesinado Sin Tierra
La Articulación Nacional Campesina –ANC- la CLOC-Coordinadora Latinoamericana de organizaciones Campesinas y la Vía Campesina Internacional, este 17 de abril –Día mundial de Las Luchas Campesinas, demandamos del gobierno dominicano asumir un plan de emergencia agropecuaria para dar apoyo específico a pequeños, medianos productores/as y campesinado sin tierra, afectados por las graves inundaciones y sequía de años recientes y empeorados tras la crisis provocada por la pandemia de Coronavirus.
En los dos últimos años las fuertes inundaciones y la prolongada sequía que afectaron varias regiones del país, diezmaron grandes plantaciones de banano, vegetales, hortalizas, arroz y otros cultivos, mientras miles de pequeños y medianos productores pecuarios vieron morir sus crianzas bovinas, porcinas, avícolas , caprinas entre otras, que por escasez de agua y alimentos, ascendiendo a más de 5 mil millones de pesos las pérdidas que sufrieron, siendo arrematados ahora por la reducción a su mínima expresión de la actividad comercial y productiva en el territorio nacional.
De igual manera, la FAO y el gobierno dominicano han reconocido y establecido la importancia ecológica, social, cultural y económica de la agricultura familiar campesina y la agroecología como fuente de producción de los alimentos que consume la mayoría de nuestra población rural y urbana, estimando que “representan alrededor del 80% de las unidades agropecuarias en la República Dominicana”. Así mismo se ha establecido su importante contribución al manejo sostenible de los recursos naturales, a la soberanía alimentaria y nutricional de la nación, como a la generación de empleos para mitigar la pobreza rural y conservación de tradiciones culturales en materia agropecuaria.
En tal sentido, el pre-censo agropecuario realizado en el 2015 por la ONE, Ministerio de Agricultura y apoyado por la FAO y Unión Europea estableció que 279 mil productores tienen parcelas con extensión entre 1 y 70 tareas, representando el 71% del total de productores agropecuarios del país, estimado en 260 mil en ese momento, lo que demuestra el peso social que tiene este sector.
La misma investigación arrojó, que para ese año 2015, el 12.3% (550 mil personas), del total de la Población Económicamente Activa de RD (5 millones 100 mil personas), trabajaba en la actividad agropecuaria, lo que destaca su contribución significativa a la generación de empleos.
Pese a los aportes de los pequeños y medianos productores agropecuarios a la economía nacional, la zona rural sigue siendo la que padece mayor nivel de exclusión social y económica, manteniendo las desventajas en el acceso a infraestructura y servicios públicos básicos como salud, agua potable, educación, comunicación terrestre y tecnología, por lo que siguen siendo altas las tasas de pobreza y miseria, bajos los índices de desarrollo humano debido a la baja inversión de capital y social del gobierno.
Frente a esta realidad de crisis y desamparo en que estamos los pequeños, medianos productores/as y campesinado sin tierra, la Articulación Nacional Campesina -ANC- proponemos al gobierno en esta coyuntura especial, la inmediata aprobación de un plan de emergencia para recuperar y relanzar nuestro aparato productivo nacional agropecuario, para lo cual proponemos las siguientes medidas:
1-Aprobar y ejecutar de inmediato un Programa Nacional de Apoyo masivo a la agricultura familiar para la producción de alimentos de ciclo corto de cara a garantizar la soberanía alimentaria y nutricional, suspendiendo la importación de productos que pudiésemos producir en el país.
Este Programa Nacional de Apoyo Agropecuario, implica entre otras acciones:
1.1-Desarrollar una campaña de preparación de tierras, suministro de semillas y material de siembra en coordinación con los grupos focales de las regionales agropecuarias integrados por las organizaciones campesinas, vinculadas al sector y las instituciones públicas del agro.
1.2-Iniciar un plan de reparación y construcción de caminos vecinales; infraestructuras de riego, incluyendo perforación de pozos, instalación y reparación de electrobombas; construir reservorios, canales de riego, orientado a mejorar la producción, elevar la productividad y eficientizar el recurso agua.
1.3-Capitalizar el Banco Agrícola y con fondos de esa institución, de la Banca Solidaria y Fundación Reservas, implementar programa de apoyo y facilidades crediticias a la producción, microempresas en las zonas agropecuarias y/o comunidades rurales; a tasas de interés blando, abandonando los trámites burocráticos y con plazo mínimo de tres años.
1.3.1-Condonación de deudas que se compruebe que hayan sido provocadas por pérdida de la producción debido a factores involuntarios como sequía, inundaciones, presencia de plagas, enfermedades y otros fenómenos naturales, así como compensación de pérdidas por falta de mercado interno y de exportación generada por la actual crisis mundial (bananos, hortalizas, entre otras).
1.4-Recuperar el programa de extensión agropecuaria para que personal técnico pueda dar asistencia, monitorio y supervisión de la producción en coordinación con las organizaciones campesinas.
1.5- Apoyo especial con fondos del Banco Agrícola, de la Banca Solidaria y Fundación Reservas para los pequeños y medianos proyectos agropecuarios de la mujer rural y jóvenes, especialmente a las asociadas en cooperativas y asociaciones de producción, asegurando la debida asesoría técnica para garantizar la sostenibilidad de las iniciativas productivas.
1.5.1-Incorporar a las familias campesinas como beneficiarias del programa FASE, en base a un levantamiento rápido con las organizaciones campesinas.
1.5.2-Como parte del comité de emergencia para combatir el CORONAVIRUS, constituir espacios o comités de prevención y apoyo a nivel provincial y comunitario, incorporando a las organizaciones campesinas y otras de la sociedad civil.
1.5.2-asumir e implementar programas de diálogos y acciones que garanticen el conocimiento y aplicación de la declaración de los derechos campesinos.
1.6-Establecer un programa de compra de producción agropecuaria a pequeños y medianos productores/as para garantizar abastecer los mercados y vender a precios justos; suplir las compras públicas que demanden las instituciones y disminuir la especulación de intermediarios. Entre otras posibles opciones que el gobierno podría poner en marcha para comercializar efectivamente la producción de rubros agropecuarios.
La creación de mercados populares en puntos específicos de las diferentes regiones con el apoyo de INESPRE institución intermediaria en el tema de comercialización.
Planteamos la incorporación de nuestros técnicos agroecológicos dentro de la aplicación de este plan ya que están preparados/as para trabajar estas temáticas preventivas y de emergencias.
Firmado:
CONAMUCA. Confederación Nacional de Mujeres del Campo.
FEDECARES (Federación de Caficultores de la Región Sur)
Federación de Campesinos Independientes Mama Tingó. FECAINMAT. Azua
Movimiento de Campesinos Trabajadores “Las Comunidades Unidas” MCCU
Asociación Central de Agricultores Luz y Esperanza de Nagua. ACALEN.
Confederación Campesina y Barrial. Retoño. 829-7631580
Por Iridiani Seibert Articulación Continental de Mujeres de la CLOC-Vía Campesina
La organización de las mujeres del campo en la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC-Vía Campesina) se fundamenta en la lucha por derechos, igualdad de participación política y reconocimiento de su rol en la producción de alimentos en la agricultura y en la reproducción y producción del modo de vida de los pueblos indígenas, afrodescendientes y campesinos en el campo en América Latina y el Caribe. Eso lo podemos ver en el rescate de la memoria de la reunión de mujeres desde el marco de la Campaña de 500 Años de Resistencia Indígena, Negra y Popular donde ellas constituyeran una comisión continental de mujeres para garantizar su participación y, sobretodo, garantizar que en la campaña quedaran plasmadas sus demandas políticas, así en el II Encuentro de la Campaña en Quetzaltenango (Guatemala) en el año de 1991 la comisión de mujeres planteó sus principales preocupaciones, que entre ellas destacase:
Reivindicaciones concretas a los gobernantes para alcanzar el real reconocimiento de la mujer y el respeto a sus derechos.
Trabajar por la plena participación social, política, económica y cultural de las mujeres en cada país, sobre la base de la igualdad y del reconocimiento de sus valores y experiencias (CLOC, 1997, s/p).
Un elemento clave en la lucha por reconocimiento de las mujeres del campo se dio en el seno de sus roles productivos, particularmente, en la valorización de su trabajo, ya que ellas son consideradas como meras “ayudantes” en el trabajo de producción, y a la vez, en el trabajo doméstico sus labores no son reconocidos como trabajo, sino como una ‘obligación” de naturaleza de su género femenino, esto es resultado de la división sexual del trabajo en el campo, producto del sistema capitalista y patriarcal. Así, es que desde la lucha por derechos que las mujeres identifican otras situaciones de opresión, discriminación y explotación a que están sometidas por el simple hecho de ser mujeres y que esta realidad no es circunstancial sino estructural de una sociedad construida sobre las bases del modelo capitalista, racista y patriarcal, por esta razón ellas defienden como carácter orientador de su organización y lucha la unidad entre “la perspectiva de género, clase y etnia, alineada a una mística latinoamericana que respete el pluralismo cultural como riqueza de nuestro pueblos.” (CLOC, 1997, s/p).
Para las mujeres del campo queda evidente que su lucha por el derecho a la tierra, a los territorios, al agua, a las semillas nativas y a todos los bienes de la naturaleza y por una agricultura campesina que va en contraposición al modelo depredador, explotador, deshumano del capitalismo en el campo, un modelo productivo destinado solamente a generar acúmulos económicos a las grandes empresas trasnacionales de la agro exportación va de la mano de la discriminación, exclusión y violencia racial y de género, y esa comprensión de la estructura de un sistema social a la cual están inmersas es eje central de la organización y lucha feminista de las mujeres de la CLOC. En base a esta definición política y acción de lucha permanente, las mujeres del campo son sujetas centrales en la defensa de una agricultura campesina basada en la agroecología y hacia la Soberanía Alimentaria que para la CLOC segundo Irene León es:
El conjunto de derechos de los pueblos a definir sus propias políticas de agricultura y alimentación, lo que contempla proteger y regular la producción agropecuaria y el comercio agrícola interior para el desarrollo sostenible, proteger el comercio doméstico en contra de las importaciones y limitar el dumping social y económico d productos en los mercados. Se materializa en el derecho a decidir cómo organizar la producción, que y como plantar, y como organizar la distribución y consumo de alimentos, priorizando productos locales y variedades criollas (2010, pp. 23-25).
A partir de esta concepción política y sobretodo de un principio y ética de vida y forma de ver el mundo que las mujeres de la CLOC siendo sujetas claves en la construcción de esta propuesta política de la Soberanía Alimentaria identifican la necesidad de dejar plasmado que:
La Soberanía Alimentaria está alineada con la justicia de género. Incorpora una agenda de reivindicación de la valoración de la función social histórica de las mujeres campesinas entorno al proceso creativo de la producción alimentaria pues se asume que el contribuirá al reconocimiento de su calidad de sujetas y ciudadanas, y una agenda de reparación en el ámbito de las relaciones sociales de genero dada la anulación del valor de la participación femenina desde la división patriarcal del trabajo (LEON, 2010, pp. 30-31).
Las mujeres de la CLOC desde una perspectiva feminista critica delimitan la importancia del reconocimiento del papel de las mujeres realizado cotidianamente en la resistencia al modelo depredador del capitalismo agrario, cuando ellas preservan y multiplican las semillas nativas, producen alimentos sanos, diversificados y sin agro tóxicos, realizan la crianza de los animales de razas locales, promoviendo la preservación de la biodiversidad local, la preservación y difusión de los conocimientos y saberes populares sobre las siembras, las culturas y la historia de los pueblos, cuando son las primeras en identificar la importancia de la agroecología como posibilidad real para el fortalecimiento del modo de vida campesino, indígena y de las comunidades negras. Para ellas:
La agroecología no es algo nuevo, las y los campesinos del mundo hemos hecho agroecología desde los inicios de la agricultura. La agroecología es el nombre moderno que hoy se le da a nuestra forma de hacer agricultura, de criar animales, de cazar, pescar, recolectar y convivir con los ecosistemas para garantizar nuestro bienestar y simultáneamente cuidar la madre tierra para todas las generaciones futuras. Es fruto de la sabiduría de los pueblos originarios que se fortalece hoy con el rescate de prácticas e innovaciones campesinas para asegurar la producción de abundantes alimentos saludables para nuestros pueblos. Este tipo de agricultura es el legado que nos han dejado los ancestros, la agroecología campesina y popular abreva y genera saberes locales, promueve identidad campesina e indígena y fortalece la economía local campesina promoviendo la justicia social. Es una propuesta política de los pueblos del campo ante el modelo alimentario industrial que ha generado una crisis económica, política, social y ambiental. No es únicamente una forma de producir ni un conjunto de técnicas, es un modo de vivir que se adapta a cada lugar, a cada territorio y a sus características sociales y ambientales únicas. Por lo mismo, debemos luchar por contrarrestar las tendencias corporativas mundiales y de mercantilización de la agroecología, que en aras de mantener el control de la agricultura y la alimentación sin dejar espacio a la agricultura campesina asumen un discurso agroecológico por capturar la narrativa de la sustentabilidad. (MONTECINOS, 2018, s/p).
A partir de esta comprensión podemos afirmar que la agroecología brinda una serie de posibilidades que aportan al proceso de construcción de la autonomía e emancipación de la mujer del campo, claro que eso solo tiene efecto concreto en la vida de las mujeres cuando aunado a la organización política y social de estas mujeres para igualmente brindarles autonomía política sin la cual el proceso de emancipación de la mujer no es completo y efectivo. Veamos algunas oportunidades que la agroecología ofrece al proceso de liberación de las mujeres del campo.
La Agroecología nos permite superar muchas de las dicotomías que hoy fortalecen la división sexual del trabajo en el campo y que inviabilizan el trabajo de las mujeres. En primer lugar, demuestra que no hay oposición entre cuidar la naturaleza, las semillas o las yerbas medicinales con el objetivo de producir; por el contrario, son cuidados que nos permiten reforzar, recuperar, mejorar y finalmente garantizar procesos productivos vigorosos y sustentables. La experiencia incluso muestra que podemos mejorar nuestras producciones al mismo tiempo que disminuimos el trabajo necesario.
También nos ayuda a superar la dicotomía entre distintos espacios productivos, porque todos los espacios y sus interacciones son los que hacen a una finca o un territorio más o menos productivo, resiliente y estable. Huerta, huerto, chacra, potrero, jardín, plantación, pradera, corral, bosque se interrelacionan, retroalimentan, vinculan a través del flujo de trabajo, nutrientes, energía, desechos, desbaratando la supuesta jerarquía entre ellos.
La agroecología no sólo necesita nuestros conocimientos, sino que nos permite fortalecerlos y proyectarlos hacia el conjunto de la sociedad, y deja sin sustento las pretensiones que nuestros saberes son inferiores o limitados. La agroecología permite corroborar el gran valor de la observación y el cuidado prolongados, cuidadosos de las mujeres. La agroecología es también el reconocimiento de las practicas que ellas y sus antepasadas, construyen histórica y socialmente, es el reconocimiento y valoración de sus conocimientos, de su vida y de sus comunidades y ellas entienden la agroecología como parte del proyecto de agricultura campesina que defienden y construyen en el cotidiano de sus vidas, de sus comunidades.
La agroecología como nosotras la definimos desconcentra y desenajena los mercados, acortando los circuitos comerciales y poniendo al centro la producción de alimentos, lo que hace posible nuestra participación en condiciones de igualdad y cooperación. Los circuitos cortos también nos liberan de la explotación de los intermediarios, permitiéndonos seguir nuestros propios tiempos y compensando nuestro trabajo de mejor manera.
Por medio de la agroecología las mujeres del campo resignifican su cotidiano a partir del momento en que pasan a ser referencias en la construcción de este paradigma agroalimentario, por ejemplo, al salir de la casa para hablar del trabajo que realizan, al recibir visitantes en su casa para enseñarles sus conocimiento, el trabajo realizado por ellas, al volverse responsables de la gestión de los recursos financieros generados a partir de su trabajo de producción, lo que les genera autonomía económica y eso genera también cambio en las relaciones sociales dentro de la familia campesina, donde el trabajo de la mujer pasa a ser valorado y su participación en las decisiones sobre la unidad productiva pasan a estar en pie de igualdad con los demás miembros de la familia.
Es en la lucha por igualdad de derechos, por su emancipación, por el fin de la violencia practicada hacia las mujeres y contra el agro negocio y en la construcción de la Agroecología y de la Soberanía Alimentaria que las mujeres del campo organizadas, se descubren feministas. Y es a partir de esta experiencia práctica de la necesidad de lucha de las mujeres del campo, que nace el Feminismo Campesino y Popular, que nada más es que:
Una estrategia política para la emancipación y liberación de las mujeres frente a las desigualdades sociales, económicas y policías que el capitalismo, el patriarcado y el racismo las somete histórica y socialmente. Es una formulación política e histórica de las mujeres del campo a partir de los procesos políticos organizativos, de formación política y de luchas concretas que cambian la vida social, económica y política de la clase trabajadora y en particular de las mujeres, elementos que determinan la praxis, práctica cotidiana, de la vida de las mujeres del campo. Praxis que buscamos nombrar con el Feminismo Campesino Popular. No inventamos algo nuevo, sino que reafirmamos nuestro caminar y nuestro accionar social e histórico desde nuestra realidad de vida y trabajo y la construcción de la nueva sociedad (CLOC, 2019, pp. 11-12).
A pesar de las múltiples contribuciones de la agroecología a la promoción de la autonomía de las mujeres, identifica-se la necesidad de una mayor aproximación de la agroecología al feminismo, pues comprendemos la Agroecología como movimiento y practica social, que nace de las luchas sociales de los campesinos, indígenas, comunidades negras organizados, que cuestiona las injusticias y desigualdades sociales, como el acaparamiento de la tierra, el saqueo de nuestros territorios, la privatización del agua y de la biodiversidad. De tal manera, que la agroecología no puede negarse a reconocer y discutir las desigualdades a las que están sometidas las mujeres del campo, teniendo en cuenta que estas son importantes sujetos de la lucha agroecológica en su construcción cotidiana, practica, política y teórica. No puede haber agroecología sin la participación protagónica de las mujeres, sin el reconocimiento de su valor y sin que esta tome como uno de sus principios el enfrentamiento a las desigualdades y opresiones que afectan a la vida de las mujeres. No puede haber Agroecología si en el mismo espacio conviven relaciones desiguales de poder, relaciones de violencia y de discriminación hacia la mujer o a cualquier otro ser humano o de la naturaleza
Entendemos que la relación entre agroecología y el feminismo campesino y popular es una construcción dialéctica que se retroalimenta en la práctica cotidiana, y que necesita ser fortalecida y profundizada de igual manera, y esa es tarea de todas y todos en nuestras organizaciones populares del campo de América Latina.
08 de marzo del 2020: Las mujeres de la CLOC/LVC seguimos en pie de lucha por una Agroecología con enfoque feminista en el continente
Estas son las razones por las que cada 08 de marzo las mujeres del campo nos movilizamos en cada uno de nuestros países por el día internacional de las mujeres con la vocación y el sentido de seguir resistiendo y luchando por la vida, desde la producción campesina garantizando la soberanía alimentaria. En este 2020 desde la Articulación de Mujeres de la CLOC-LVC nos sumamos al llamado realizado del 25 al 30 de noviembre de 2019 por la Vía Campesina internacional de Lucha por la Eliminación de la violencia contra las Mujeres y por sociedades conscientes y libres, sin exploración de los seres humanos y de la naturaleza. A la vez que denunciamos al sistema capitalista, patriarcal, racista y colonizador, que explota, oprime y atenta en contra de la vida de las mujeres y de la humanidad.
Las marchas, foros, conferencias de prensa, ferias, acciones de denuncia y plantones marcaron la pauta este año en diferentes países donde las mujeres del campo nos pronunciamos contra todas las formas de opresión y discriminación que se viven a diario por las mujeres a nivel general y en particular por las mujeres que habitan el medio rural, a la vez que estas acciones permitieron visibilizar nuestras luchas por el derecho a la tierra, el territorio, el agua, las semillas y por una verdadera soberania alimentaria, afianzando así el feminismo campesino y popular y nuestra apuesta por transformar las desigualdades sociales en el campo.
Marcaron nuestras acciones la denuncia en contra del modelo depredador del capitalismo en el campo y para todos los trabajadores/as, las políticas ultra neoliberales de los gobiernos de extrema derecha que se han instalado en muchos países del continente como la acción de las mujeres Sin Tierra en Brasil en la ocupación del Ministerio de Agricultura, sumándonos a la histórica movilización de millones de mujeres en las calles de Chile por el fin de la violencia patriarcal respaldada por los Estado, a las inúmeras movilizaciones por los derechos sociales, políticos, sexuales y reproductivos de las mujeres en Argentina, Ecuador, El Salvador, Perú, Paraguay y República Dominicana.
La denuncia de la persecución y asesinato a las lideresas sociales que lucha por sus territoritos y por los derechos de sus pueblos, como el caso de los 04 años del asesinato de la lideresa campesina Berta Cáceres en Honduras y el segundo año del asesinato de la concejala Marielle Franco de Brasil, hasta hoy sin respuestas y puniciones a los culpables y mandatarios de este crimen. Exigimos justicia por ellas y tantas otras mujeres luchadoras. No más criminalización. Si al derecho de luchar.
Muchas fueron las actividades realizadas por las mujeres en el continente en el sentido de fortalecer y diseminar la comprensión de la propuesta de un Feminismo Campesino y Popular como una estrategia que parpase todas las demás propuestas políticas del movimiento del campo de América Latina y el Caribe desde un enfoque feminista trasversal y profundo, como lo son la Agroecología, la Soberanía Alimentaria, la Reforma Agraria Popular e Integral, la Carta de los Derechos de los/as Campesinos/as y demás luchas en el campo. Para eso se realizó en Honduras el Encuentro Centroamericano de Feminismo Campesino y Popular y otros foros, seminarios, talleres, encuentros y escuelas que trataron este tema em Argentina, Brasil, Cuba y otros países. Y en este sentido la formación política para mujeres también estuvo presente en este 08 de marzo con la Escuela Margarita Murillo en Honduras y la Escuela Semillas de Esperanza en Brasil.
Muchas mujeres salieron a celebrar sus logros y a defender sus procesos de cambio social y revolucionarios como las mujeres cubanas, las mujeres venezolanas y nicaragüenses frente a los ataques y bloqueos incesantes del imperio estadunidense estas mujeres junto a sus pueblos siguen resistiendo y enseñándonos con sus acciones de solidaridad y humanismo.
Hubieron también acciones que permiten sembrar esperanzas de que un mundo nuevo puede construirse para mujeres y hombres, con la defensa de La Madre Tierra, de las Semillas, de la producción de alimentos sanos que generan salud y vida para la naturaleza y para las personas para enfrentar tiempos complejos de Pandemia mundial que nos avasallan vidas humanas diariamente en todo el mundo y que llega a nuestro continente. Tiempos que nos asustan, pero a la vez dejan más una vez clara la falencia y el fracaso del sistema capitalista y sus formas de producción globalizada, de un sistema agroalimentario globalizado y depredador, que lleva la marca de la destrucción ecológica y social de los campos. Así que queda más evidente que nuestra propuesta de una agroecología campesina, de producción y distribución de circuitos cortos se hacen fundamentales para enfrentar las diversas crisis que el sistema capitalista ha creado y seguirá creando si no lo frenamos lo más pronto posible. Un cambio profundo de paradigma productivo, social y humano se hace mas necesario que nunca.
Ni la tierra ni las mujeres somos territorio de conquista!!!
Sin feminismo
No hay Agroecología!!!
Con feminismo
Construimos Socialismo!!!
Referencias bibliográficas:
CLOC, Nosotras mujeres construyendo caminos de esperanza avanzamos en el campo de América Latina y el Caribe, [Memoria de la I Asamblea de Mujeres de la CLOC realizado por Gilma Benitez], 1997.
CLOC, VII Congreso Continental CLOC-LVC, [cuaderno de documentos preparatorios al VII Congreso], La Habana, Cuba, 2019.
LEON, Irene, Soberanía Alimentaria: aproximaciones a un debate sobre alternativas de desarrollo y derechos de las mujeres, [Documento elaborado para el Cuaderno de debates de la Escuela de Mujeres del Cono Sur], 2010.
MONTECINOS, Camila, Feminismo y agroecología, [Documento elaborado para el I Encuentro Global de las Escuelas de formación en Agroecología], La Habana, Cuba, 2018.
¿Podemos hablar en estos tiempos de pandemia sobre la experiencia del proceso político de construcción de una concepción feminista, campesina y popular que las mujeres del campo de la CLOC-VC hemos venidos elaborando y que se ha ido haciendo teoría y práctica en nuestra accionar? Por cierto que si, y es además indispensable.
La actual situación que vivimos y estamos sufriendo los pueblos y en particular las mujeres ante esta pandemia que azota al mundo, no es producto de la casualidad ni es un fenómeno de la naturaleza, como tampoco acontece en un momento cualquiera. La situación de fragilidad, abandono e incertidumbre que estamos sufriendo la inmensa mayoría es, sin duda, producto de las inequidades, abusos y codicia de una minoría, y contra las cuales irrumpían en el mundo luchas y rebeliones por doquier. Hoy debemos asumir el encierro o evitar las grandes multitudes para proteger a los más débiles, pero está claro que nada nos detendrá, este es un escollo mas en el camino que enfrentaremos con mucha convicción las y los luchadores.
Vamos por el camino correcto, son tiempos de reflexiones profundas y de desplegar nuestra capacidad e iniciativas y reinventarnos ante cada situación, y no permitir que el encierro y el que hacer que implica la prevención nos desanime. La lucha continúa, el enemigo anda suelto e incesante en su acción depredadora, que acaba con más vidas que las que puede cobrar este virus.
Durante esta década las mujeres organizadas en la CLOC-VC fuimos capaces de romper mitos y concepciones machistas y culturales muy arraigadas, especialmente en nuestro campo y desde nuestras convicciones, identidades y principios, vamos elaborando una propuesta política sustentada en las luchas y principios históricos del feminismo por la igualdad y los derechos las mujeres. Luchamos porque se haga justicia a la marginación, discriminación y racismo que ha golpeado más fuertemente a las campesinas, las indígenas y a las negras, entendiendo que esta es tal vez la propuesta más osada de las mujeres del campo y que el mayor desafío recae en nosotras.
Con mucha convicción y mucha fuerza hemos hecho visible nuestro histórico papel en la producción de alimentos y en el cuidado de la biodiversidad, pero también nuestra aguerrida intervención en las grandes luchas y batallas que se han dado por la liberación de nuestros pueblos, en la defensa de los territorios, en la construcción de los movimientos sociales y por nuestros derechos. En el trascurso de esta década hemos avanzado enormemente en que nuestras compañeras y compañeros vayan, asimilen, y valoren nuestras propuestas y definiciones, que no se apartan de la lucha global de los pueblos del campo.
También hemos logrado que se reconozca el papel fundamental que hemos jugado en consolidar un movimiento campesino a nivel internacional como La Vía Campesina y en nuestro continente la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo CLOC, y que además somos garantes de los sistemas y culturas alimentarias en nuestro país, base primordial de la Soberanía Alimentaria. En general, hemos logrado se vaya reconociendo el valor que esto implica para la sobrevivencia de la humanidad, tal como lo sustenta la Declaración Universal de los Derechos de las y los Campesinos de las Naciones Unidas y las bases del Decenio para la Agricultura Familiar Campesina e Indígena.
Hemos recorrido una década en que las mujeres del campo, las dirigentas y lideresas hemos ido desarrollando una serie de debates, estudios e investigaciones que le dan sustento a nuestra construcción feminista, política y teórica, inserta en una práctica de lucha de clase y revolucionaria, que le da sentido a nuestra forma de ser, pensar y al actuar. Luchamos en todos los planos, desde las acciones cotidianas y el que hacer organizacional, hasta la lucha nacional y continental contra el capitalismo, el racismo, el colonialismo y el patriarcado, por nuestros derechos, por la tierra, por la soberanía alimentaria.
Por erradicar toda forma de violencia y en especial la violencia hacia las mujeres, por un reconocimiento y valorización de nuestra participación activa y esencial en el desarrollo de las agriculturas en el mundo, así como por reformas agrarias integrales populares e igualitarias con derechos plenos de las mujeres a la tierra. Igualmente luchamos por lograr avanzar hacia una sociedad socialista donde la opresión, la violencia y la discriminación no existan, donde la injusticia de clase y género sean cosas del pasado. La sociedad socialista que anhelamos construir esta basada en los valores y principios que desde el Feminismo Campesino y Popular hemos venido afirmado.
Esta no es una batalla ganada, no es un proceso acabado. Desde nuestra identidad territorial de pueblos diversos y comunidades donde la cultura emerge de nuestra relación con la tierra y la naturaleza y de lo que ella nos otorga, se ha ido a través de la historia moldeando una forma de vivir y de trabajar la tierra, de producir y elaborar los alimentos.
En ello, nuestro papel, que ha sido protagónico, por siglos fue invisibilizado, no es casual que actualmente desde los diversos gobiernos e instituciones públicas y privadas estén promoviendo programas y otorgando, insuficientes, recursos para acortar la brecha de desigualdad entre las políticas y programa para nuestros pares campesinos, programas que poco contribuyen al desarrollo y fortalecimiento de nuestra condición de mujeres campesina y para fortalecer nuestra agricultura y los sistemas alimentarios y nos van poniendo títulos rimbombantes (microempresaria, emprendedora, competitiva, etc.) que de una u otra forma pretenden frenar nuestro avance político despojarnos de nuestra identidad de mujeres campesinas ligadas al trabajo de la tierra.
Nos estimula el avance de las luchas feministas en el mundo nos enorgullece de la audacia de las mujeres jóvenes, pero también es importante no perdernos del camino que tantas valiosas e importante mujeres fueron haciendo. Nuestros estudios por rescatar las experiencias y el pensamiento de las mujeres Marxistas de ayer, capaces de instalar el 8 de marzo como el día internacional de la mujer y que lo hemos convertido en un día de resistencia al patriarcado y a los gobiernos títeres del sistema capitalista, de lucha por nuestros derechos y los derechos de la madre tierra.
El Feminismo Campesino y Popular, su base teórica, emana desde las conciencias florecientes de las mujeres del campo, no sin diferencias. Recoger y trata de interpretar toda la diversidad que habita en los territorios, este es uno de nuestros grandes desafíos. Seguimos avanzando desde las experiencias de confrontación y lucha de tantos años en América Latina y el Caribe contra el Capitalismo colonialista, que ha saqueado nuestras tierras, territorios y riquezas naturales, que diezmó a los pueblos indígenas y esclavizó a los pueblos negros.
En esta resistencia las mujeres siempre estuvieron, sus ejemplos e ideas y elaboración teórica, han sido fundamentales para avanzar y no perdernos. Por eso, en este proceso y elaboración de la propuesta feminista de las mujeres del campo, sus legados experiencias y sabiduría son nuestra fuente de inspiración y ellas estarán siempre presente, son parte de nuestras místicas, “las luchadoras de ayer” están en nuestra construcción del Feminismo Campesino y Popular.
Como Coordinador Nacional Agrario -CNA- y ante la imposición de un Estado que no garantiza las condiciones dignas para vivir de las comunidades, no cuida los bienes comunes del territorio y, por el contrario, impulsa políticas violentas e injustas que priorizan la represión militar-judicial y la acumulación del sector privado por medio del robo y persecución al movimiento campesino y popular. Hemos construido propuestas, alimentado nuestras luchas y puesto en práctica nuestros mandatos.
Nuestras apuestas estratégicas de la Reforma Agraria Integral, el reconocimiento del campesinado como sujeto político de derechos, la soberanía alimentaria apuntando a la consolidación del Poder popular y la vida digna, se anteponen frente a ese Estado desde la movilización y la organización campesina.
La Guardia Campesina es otra contribución en esa vía, implementando el cuidado y la autoprotección de la vida y el territorio como mandato que desarrollamos en los territorios donde hacemos presencia.
A través de la Guardia Campesina (GC), como instrumento y forma de nuestras expresiones organizativas y dispersa en las veredas y Territorios Campesinos Agroalimentarios (TECA), se está realizando la politización, organización y concientización para proteger el territorio y fortalecer la producción agroalimentaria.
La Guardia realiza diversas tareas tales como control social, previniendo el ingreso de personas foráneas con intenciones de alterar la tranquilidad y sana convivencia de las comunidades; restricción a la entrada a los territorios de extranjeros o personas de las ciudades como medida de contención de entrada del Coronavirus; estar prestos y prestas a las actividades de emergencia y en especial de complicaciones de salud, aplicando los conocimientos en primeros auxilios. Además, se ha sumado a estas actividades jornadas pedagógicas sobre el actuar de la GC, medidas preventivas que se deben hacer en casa y limpieza de las personas que pasan por los sitios de control de la GC.
Así es como en territorios del Cauca, en la vereda Antomoreno del municipio de Sotará, en el suroccidente colombiano; en el municipio de El Bagre, en las veredas Panamá, Caño Claro, La Bonga, Puerto López, y Remedios del departamento de Antioquia, la GC junto al pueblo indígena suman esfuerzos para seguir mejorando la convivencia; ahora en el oriente, precisamente en el departamento de Arauca, en el TECA Vida y Soberanía Popular del municipio de Saravena, al igual que en los TECA de los municipios de Fortul y Tame incluyendo sus zonas urbanas, más el municipio de Cubará, en el departamento de Boyacá, la GC también ejerce el control social como parte de la comunidad.
Al ser parte de la comunidad campesina y de sus organizaciones sociales, la GC evidencia una vez más el protagonismo de la gente, de manera autónoma y soberana, en su movilización para buscar las condiciones materiales y sociales de Vida Digna. Se resalta que gracias a esta iniciativa se ha presionado a la institucionalidad local para entablar diálogo con las comunidades que permitan fortalecer las medidas preventivas en el marco de la pandemia, cosa que no sucede en la dinámica “normal” del modelo económico imperante. Esto es la traducción concreta de la exigibilidad permanente al Estado para arrancarle logros concretos que nos acerquen a nuestro proyecto de nación.
En el mismo sentido, la Guardia Campesina se contrapone a las prácticas individualistas y egoístas de las medidas gubernamentales de prevención del COVID-19, impulsando la solidaridad y trabajo colectivo entre las personas de las veredas y TECA. Lo que contribuye a afianzar más las relaciones de unión, organización y movilización que como movimiento campesino sembramos profundamente en la gente.
Se está trabajando con más esfuerzos en esta crisis de salud mundial, generada por el mismo sistema capitalista. La GC lleva a cabo una triple tarea de autoprotección y denuncia. La primera se ha explicado arriba gracias al trabajo de los procesos agrarios que conforman nuestra asociación nacional y de las cuales nacen y se sostienen las GC; la segunda se cumple implícitamente porque se revela que tanto el modelo económico capitalista y el gobierno nacional que lo defiende no están en función de la Vida Digna de las comunidades, sino de la clase oligarca-terrateniente cuyos beneficios públicos y encubiertos atizan la indignación de los pueblos; y la tercera, prepara a los guardias y las comunidades para las jornadas de lucha popular y exigencia de derechos donde otras expresiones de la guardia protagonizan.
Mientras los bancos reciben ayudas con la plata pública, los terratenientes siguen con la política de tierra arrasada, la GC y, en general, el movimiento campesino estamos demostrando la legitimidad y validez del proyecto de nación para la Vida Digna por medio de nuestro actuar diario de cuidado, autoprotección, movilización y lucha popular.
LA COORDINADORA LATINOAMERICANA DE ORGANIZACIONES DEL CAMPO Y LA VÍA CAMPESINA
Expresa su respaldo a la FEDERACION NACIONAL SINDICAL UNITARIA AGROPECUARIA – FENSUAGRO, miembro de la CLOC Colombia, en su DENUNCIA PÚBLICA por la MASACRE PERPETRADA EN CONTRA DE LA FAMILIA CAMPESINA GASCA ARROYO la noche del día 3 y la madrugada del día 4 de abril de este año, en la Vereda La Consolata del Corregimiento de Piamonte-Cauca. En el funesto ataque, fue asesinado Hamilton Gasca Ortega y sus dos hijos menores; María Josefa Arroyo y su hijo menor sobrevivieron. Padre y Madre están afiliados a la Asociación Sindical de Trabajadores Campesinos y Campesinas de Piamonte-ASINTRACAMPIC, filial deFENSUAGRO.
La CLOC/LVC se solidariza con FENSUAGRO ante los ataques sistemáticos: criminalización, persecución, homicidios, constantes amenazas y el desplazamiento forzoso a los que son obligados directivos y miembros en todo el territorio nacional de Colombia. Con 7 líderes asesinados en lo que va del año 2020, se constata una vez la masacre selectiva que busca quebrantar la defensa de los territorios.
Como Movimiento Social, nos unimos al llamado de FENSUAGRO, en exigir al Estado y Gobierno Colombiano dirigido por Iván Duque a dar cumplimiento a los Acuerdos Para la Construcción de una Paz Estable y Duradera y por la defensa de los Derechos Humanos; y a reconocer al campesinado como sujeto de derecho en el marco de la Declaración de los Derechos Campesinos y de Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales aprobada oficialmente por la Organización de las Naciones Unidas-ONU, el pasado año 2018.
LAFEDERACIONNACIONALSINDICALUNITARIAAGROPECUARIA -FENSUAGRO- DENUNCIAMOS ANTE LA COMUNIDAD NACIONAL E INTERNACIONAL LA MASACRE PERPETRADA EN CONTRA DEL COMPAÑERO HAMILTON GASCA ORTEGA INCLUIDO SUS DOS HIJOS MENORES DE EDAD; Y EL ATENTADO CONTRA LA COMPAÑERA MARIA JOSEFA ARROYO.
La Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria FENSUAGRO- denuncia la masacre perpetrada el día de hoy – 03 de abril del año 2020- ocurrida en La vereda La Consolata del corregimiento de Piamonte Cauca.
1. La masacre perpetrada la noche del día 3 y la madrugada del día 4 de abril del año en curso, por hombres fuertemente armados que llegaron hasta la vivienda del campesino, ubicada a la orilla del rio Caquetá, donde fue asesinado el compañero HAMILTON GASCA ORTEGA, quien era afiliado a la Asociación Sindical de Trabajadores Campesinos y Campesinas de Piamonte (Asintracampic-Fensuagro). De igual manera y en los mismos hechos, asesinaron a sus 2 hijos menores de edad.
2. MARÍA JOSEFA ARROYO y su hijo menor, esposa e hijo de HAMILTON sobrevivieron al funesto ataque. Es de anotar, que la compañera María Josefa Arroyo también es miembro de la organización campesina ASINTRACAMPIC, filial de FENSUAGRO.
3. Estos hechos se suman a los ataques sistemáticos que han sufrido los miembros de FENSUAGRO en todo el territorio nacional.
ANTECEDENTES
1. A estos hechos se suman los ataques sistemáticos que han sufrido los miembros de ASINTRACAMPIC, filial de Fensuagro; lamentablemente en la actualidad son siete miembros de la asociación asesinados y varios son víctimas de ataques y amenazas.
2. El pasado 5 de marzo del año en curso, en una amenaza dirigida a la asociación campesina ASINTRACAMPIC, los directivos fueron declarados objetivo militar, dándoles como plazo máximo para abandonar el territorio el mes de mayo del año en curso.
3. Así mismo, varios directivos y miembros de la ASINTRACAMPIC han sido desplazados de manera forzada.
4. Es necesario resaltar que varios grupos y cárteles de droga que actúan en el territorio disidencias de farc, frente 1, han cometido varios homicidios y amenazas en contra de los líderes y lideresas de la región.
5. Estos hechos se han colocado en conocimiento de las autoridades, pero actualmente se encuentran en total impunidad. Siendo sorprendente que en una región tan militarizada se presenten esta clase de hechos sin que se capture a los responsables o se avance de manera significativa en las respectivas investigaciones.
RESPONSABILIZAMOS
Al Estado Colombiano en cabeza del señor IVAN DUQUE MARQUEZ, así como a las autoridades departamentales y municipales, por no brindar las garantías necesarias para proteger efectivamente la vida e integridad física de los líderes sociales y sindicales en Colombia.
EXIGIMOS
Que se adelantes las medidas necesarias y conducentes para el esclarecimiento de la verdad frente a la masacre perpetrada en contra del compañero HAMILTON GASCA
ORTEGA y sus tres hijos menores de edad.
De igual manera hacemos un fuerte llamado y reiteramos la exigencia al estado colombiano, en cabeza del gobierno nacional, a fin de que implemente y cumpla con las múltiples recomendaciones y pronunciamientos que ha realizado tanto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la oficina del Alto comisionado de naciones Unidas en Colombia y el Consejo de Derechos humanos de las naciones Unidas.
Exigimos de igual manera a la Fiscalía General de la Nación, investigar estos repudiables hechos, identificar, judicializar, juzgar y condenar ejemplarmente a los responsables de tan lamentables hechos, máximo que se trata de un reconocido líder social, siendo aún más reprochable estos hechos, porque los sicarios, también terminaron con la vida de tres inocentes niños.
LOS CRIMENES SISTEMATICOS COMETIDOS EN CONTRA DE LOS LÍDERES Y LIDERESAS DE
FENSUAGRO DEBEN FRENAR.
¡SE DEBE FRENAR EL GENOCIDIO, ESTIGMATIZACION Y PERSECUCIÓN YA!
IVAN DUQUE MARQUEZ: Presidente de la República MARTA LUCIA RAMIREZ: Vicepresidenta de la República CARLOS ALFONSO NEGRET: Defensor del Pueblo FERNANDO CARRILLO FLÓREZ: Procurador General de la Nación OFICINA EN COLOMBIA DEL ALTO COMISIONADO DE NACIONES UNIDAS PARA LOS
DERECHOS HUMANOS.
La Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC), miembros de La Vía Campesina, llamamos a la solidaridad internacional frente a la pandemia mundial que vivimos en este momento. Por el avance del COVID-19 (CORONA VIRUS), la crisis epidemiológica dejó al descubierto la ausencia de políticas públicas de salud. El capitalismo está de rodillas frente a la privatización de los servicios médicos y al uso desenfrenado de las redes sociales que brindan noticias falsas para sembrar el pánico.
El orden económico y social cambia, sin embargo el imperialismo norteamericano insiste una vez más en intentar someter y doblegar a Venezuela para instaurar un gobierno dócil a los intereses de Washington.
Mientras el gobierno de Estado Unidos mantiene un bloqueo absurdo contra Cuba, brigadas médicas de este heroico pueblo lleva ayuda humanitaria a 67 países, con respaldo científico, altruismo y solidaridad, así se anuncia a la brigada internacionalista Henry Reeve en la región de Lombardía, la más azotada por la epidemia en Italia.
Por lo tanto, exigimos:
1. A los gobiernos a no militarizar ni politizar la pandemia.
2. Frenar los ataques a las demandas del pueblo por la conquista de la tierra, la reforma agraria, la soberanía alimentaria y la producción agroecológica para los mercados locales.
3. Cumplir acuerdos de paz de los conflictos militares y no a la criminalización a las comunidades campesinas e indígenas.
4. Que las organizaciones campesinas unen fuerzas, y organicen las comunidades para hacer las indicaciones preventivas.
5. Hacer una agenda común para preservar la vida y enfrentar la catástrofe económica que esta pandemia ya inició en las economías capitalistas del planeta. Hacemos un llamado fuerte a la unidad.
6. Levantar la agricultura familiar campesina para promover a nivel mundial la producción de alimentos agroecológicos, para luchar.
7. Un cese del bloqueo del gobierno de los Estados Unidos contra el pueblo cubano.
Managua, Nicaragua a los treinta y un días de marzo de dos mil veinte.
¡Globalicemos la lucha, Globalicemos la esperanza!
COORDINADORA LATINOAMERICANA DE ORGANIZACIONES DEL CAMPO CLOC-LA VIA CAMPESINA
“La mejor manera de encontrarte a ti mismo, es perderte en el servicio a los demás” (Gandhi)
La Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo CLOC-LA VIA CAMPESINA hace llegar sus muestras de condolencias a la familia del compañero Jacinto Suárez Espinoza, al Frente Sandinista de Liberación Nacional y al pueblo de Nicaragua por la partida física de nuestro compañero y amigo, quien se integró desde su juventud a la lucha guerrillera para liberar a Nicaragua de las garras de la Dictadura Somocista.
Su legado estará presente en la familia sandinista, lo caracterizó la humildad, la fraternidad y sobre todo la solidaridad para con los más desposeídos. Desde la CLOC-LVC tuvimos el honor de compartir en varias oportunidades con el compañero Jacinto, escuchar sus reflexiones sobre el contexto político, social y económico de nuestro continente.
Contribuyó al fortalecimiento del trabajo político de las organizaciones campesinas de nuestra América.
Honor y Gloria al compa Jacinto. Globalicemos la lucha!!! Globalicemos la Esperanza!!!
DECLARACIÓN DE LA CLOC ANTE LA NUEVA ESCALADA AGRESIVA DEL GOBIERNO DE ESTADOS UNIDOS CONTRA LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.
3 de abril de 2020
En medio de una compleja crisis en el mundo por el azote de la pandemia del COVID-19, con un elevado número de personas contagiadas y fallecidas en casi todos los paises del planeta, sistemas de salud colapsados y falta de estrategia de muchos gobiernos para enfrentar esta terrible situación, el Gobierno de Estados Unidos continúa su agresión contra la República Bolivariana de Venezuela y su Presidente constitucional Nicolás Maduro Moros y otros funcionarios del Gobierno Bolivariano.
El gobierno de Donald Trump vuelve a arremeter contra el pueblo de Venezuela y sus instituciones democráticas, apoyados por los gobiernos de Brasil y Colombia, utilizando una nueva modalidad de golpe de estado sobre la base de acusaciones miserables, vulgares e infundadas, como expresó Jorge Arreaza canciller de Venezuela.
Denunciamos las acusaciones infundadas del Gobierno de Estados Unidos contra Nicolás Maduro Moros, Presidente Constitucional de la hermana República de Venezuela y otros dirigentes por supuestos vínculos con el narcotráfico.
La política de cambio de gobierno en Venezuela empleada por la derecha venezolana manipulada y financiada por el Gobierno de Estados Unidos ha fracasado, no han funcionado los intentos de golpes de estado y las acciones magnicidas y criminales contra los principales dirigentes, no ha funcionado la retención de fondos del pueblo venezolano en el exterior, ni el bloqueo para no permitir la entrada de alimentos y medicinas, provocan carencias y dificultades económicas en la población; al contrario, han logrado una mayor unidad en la defensa de la Revolución Bolivariana del pueblo con sus dirigentes.
Continúan las pretensiones injerencistas, colonizadoras y agresoras del Gobierno de Estados Unidos al hermano pueblo de Venezuela, tratan de condicionar la retirada del injusto bloqueo a la renuncia de Nicolás Maduro Moros como Presidente Constitucional y proponen crear un gobierno de transición y que se convoquen a nuevas elecciones, en las últimas horas con el absurdo pretexto de combatir el narcotráfico en la zona y proteger los intereses de Estados Unidos, han incrementado la presencia de buques y portaviones de la armada norteamericana cerca de las costas de Venezuela, en una flagrante provocación de guerra.
El Gobierno de Estados Unidos pretende con estas patrañas desviar la atención de la opinión pública mundial sobre la grave situación de salud que está padeciendo su pueblo ante la afectación de coronavirus y la ineficiencia de su sistema de salud y del capitalismo, Trump pretende ganar popularidad para alcanzar votos electorales.
Ratificamos la solidaridad con el Pueblo Venezolano, condenamos la escalada de agresiones contra la República Bolivariana de Venezuela y sus principales dirigentes, reclamamos el fin del Bloqueo impuesto por el gobierno de Estados Unidos y el fin de esta agresiva política.
“Desde los territorios, unidad, lucha y resistencia por el Socialismo y la Soberanía de los pueblos”