CNA: La Guardia Campesina es nuestro aporte para prevenir el COVID-19

Como Coordinador Nacional Agrario -CNA- y ante la imposición de un Estado que no garantiza las condiciones dignas para vivir de las comunidades, no cuida los bienes comunes del territorio y, por el contrario, impulsa políticas violentas e injustas que priorizan la represión militar-judicial y la acumulación del sector privado por medio del robo y persecución al movimiento campesino y popular. Hemos construido propuestas, alimentado nuestras luchas y puesto en práctica nuestros mandatos.

Nuestras apuestas estratégicas de la Reforma Agraria Integral, el reconocimiento del campesinado como sujeto político de derechos, la soberanía alimentaria apuntando a la consolidación del Poder popular y la vida digna, se anteponen frente a ese Estado desde la movilización y la organización campesina. 

La Guardia Campesina es otra contribución en esa vía, implementando el cuidado y la autoprotección de la vida y el territorio como mandato que desarrollamos en los territorios donde hacemos presencia. 

A través de la Guardia Campesina (GC), como instrumento y forma de nuestras expresiones organizativas y dispersa en las veredas y Territorios Campesinos Agroalimentarios (TECA), se está realizando la politización, organización y concientización para proteger el territorio y fortalecer la producción agroalimentaria.

La Guardia realiza diversas tareas tales como control social, previniendo el ingreso de personas foráneas con intenciones de alterar la tranquilidad y sana convivencia de las comunidades; restricción a la entrada a los territorios de extranjeros o personas de las ciudades como medida de contención de entrada del Coronavirus; estar prestos y prestas a las actividades de emergencia y en especial de complicaciones de salud, aplicando los conocimientos en primeros auxilios. Además, se ha sumado a estas actividades jornadas pedagógicas sobre el actuar de la GC, medidas preventivas que se deben hacer en casa y limpieza de las personas que pasan por los sitios de control de la GC. 

Así es como en territorios del Cauca, en la vereda Antomoreno del municipio de Sotará, en el suroccidente colombiano; en el municipio de El Bagre, en las veredas Panamá, Caño Claro, La Bonga, Puerto López, y Remedios del departamento de Antioquia, la GC junto al pueblo indígena suman esfuerzos para seguir mejorando la convivencia; ahora en el oriente, precisamente en el departamento de Arauca, en el TECA Vida y Soberanía Popular del municipio de Saravena, al igual que en los TECA de los municipios de Fortul y Tame incluyendo sus zonas urbanas, más el municipio de Cubará, en el departamento de Boyacá, la GC también ejerce el control social como parte de la comunidad. 

Al ser parte de la comunidad campesina y de sus organizaciones sociales, la GC evidencia una vez más el protagonismo de la gente, de manera autónoma y soberana, en su movilización para buscar las condiciones materiales y sociales de Vida Digna. Se resalta que gracias a esta iniciativa se ha presionado a la institucionalidad local para entablar diálogo con las comunidades que permitan fortalecer las medidas preventivas en el marco de la pandemia, cosa que no sucede en la dinámica “normal” del modelo económico imperante. Esto es la traducción concreta de la exigibilidad permanente al Estado para arrancarle logros concretos que nos acerquen a nuestro proyecto de nación. 

En el mismo sentido, la Guardia Campesina se contrapone a las prácticas individualistas y egoístas de las medidas gubernamentales de prevención del COVID-19, impulsando la solidaridad y trabajo colectivo entre las personas de las veredas y TECA. Lo que contribuye a afianzar más las relaciones de unión, organización y movilización que como movimiento campesino sembramos profundamente en la gente.

Se está trabajando con más esfuerzos en esta crisis de salud mundial, generada por el mismo sistema capitalista. La GC lleva a cabo una triple tarea de autoprotección y denuncia. La primera se ha explicado arriba gracias al trabajo de los procesos agrarios que conforman nuestra asociación nacional y de las cuales nacen y se sostienen las GC; la segunda se cumple implícitamente porque se revela que tanto el modelo económico capitalista y el gobierno nacional que lo defiende no están en función de la Vida Digna de las comunidades, sino de la clase oligarca-terrateniente cuyos beneficios públicos y encubiertos atizan la indignación de los pueblos; y la tercera, prepara a los guardias y las comunidades para las jornadas de lucha popular y exigencia de derechos donde otras expresiones de la guardia protagonizan.

Mientras los bancos reciben ayudas con la plata pública, los terratenientes siguen con la política de tierra arrasada, la GC y, en general, el movimiento campesino estamos demostrando la legitimidad y validez del proyecto de nación para la Vida Digna por medio de nuestro actuar diario de cuidado, autoprotección, movilización y lucha popular. 

Coordinador Nacional Agrario de Colombia