La Juventud como Garantía de Soberanía Alimentaria

Lunes 19 de Noviembre de 2012

La elaboración de este número nos ha llevado más tiempo de lo previsto. En el momento del cierre nos preguntamos por qué y la respuesta, habiendo recorrido el camino de cada uno de los artículos, a su ritmo, es fácil: el tema que abordamos, juventud y medio rural, está en el corazón de todas las propuestas que los movimientos campesinos y organizaciones sociales podamos hacer, planificar o soñar a favor de la Soberanía Alimentaria.

Existe una tendencia clara en nuestra agricultura: mientras los hachazos mecánicos del sistema agroindustrial van desmantelando el campo de vida y actividad, como a través de pequeños torrentes o acequias una corriente de gente joven –desde pueblos y ciudades-, se moviliza, de manera discreta pero firme y bien conectada, para volver o permanecer en el medio rural alzando la bandera de la Soberanía Alimentaria. Tomando en consideración a todas las personas que han resistido en el campo pero también teniendo bien presentes los motivos por los que tantas otras se marcharon, quieren demostrar que producir alimentos en el medio rural, a pequeña escala, agroecológica y éticamente y priorizando la población local, puede y debe ser medio de vida.



Y no es algo anecdótico, ni por número ni por importancia. En términos de cantidad, lo relevante es que podemos afirmar que la gran mayoría de iniciativas de emprendimiento rural que se dan actualmente, lo hacen bajo este modelo transformador. La tendencia apunta entonces que en los próximos años observaremos un cambio sustantivo en nuestro sector primario, menos mercantilizado y más respetado y humanizado.

Por otro lado, el impacto o la profundidad no es menor. A nadie se le escapan los planteamientos ideológicos que mueven a estas personas. No es una simple ‘apuesta personal laboral’ o la búsqueda de una salida económica, es mucho más. Se trata de pequeñas acciones locales agrupadas en un pensamiento global de transformación social. Se saben, desde su huerta, granja o mercado, agentes políticos que, modificando la forma de producir alimentos tocan piezas esenciales de la actual agricultura capitalista para engendrar una nueva agricultura social, un nuevo tejido económico rural y, en definitiva, una pieza central del próximo puzle civilizatorio.

Son muchas, largas y reveladoras las respuestas que hemos encontrado, y todas han encajado y dado forma a la conclusión final, clara y elocuente, que compartimos con vosotras y vosotros. Las organizaciones sociales que defienden un mundo rural vivo, diversas en su origen, ámbito y forma de funcionar, ya hace años que pusieron nombre a su objetivo. Hoy, dando un paso más, estamos más cerca de conseguirlo, porque tenemos una estrategia consensuada: Alcanzar una verdadera AGRICULTURA CAMPESINA Y una BUENA ALIMENTACIÓN -hoy en plena crisis- DEPENDE DE LA PRESENCIA ACTIVA DE JÓVENES en el campo bajo el paradigma de la Soberanía Alimentaria.

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