19 de abril de 2015
El 19 de abril de 1940 en Patzcuaro, México, se acordó celebrar esta fecha como Día del Indio Americano, en conmemoración del Primer Congreso Indigenista Interamericano. El objetivo del mismo fue salvaguardar y perpetuar las culturas indígenas de todo el continente, en el cual participaron representantes de poblaciones autóctonas de diversas regiones de América.
Hoy, nuestras organizaciones en toda América, así como en Paraguay también, aprovechamos la fecha para reflexionar sobre nuestra realidad, establecer planes de lucha por nuestros derechos y para buscar estrategias que nos permitan fortalecernos en cuanto organizaciones, en cuanto pueblos, en cuanto culturas.
Hoy es un día para recordar al gobierno nacional la realidad en que vivimos. Esta realidad que ni en su campaña electoral, ni después de su asunción como jefe del Ejecutivo, el presidente Horacio Cartes ha mencionado jamás, como si no existiéramos.
Vivimos amenazados en nuestros territorios, hombres y mujeres, aldeas, comunidades, pueblos, por las empresas agroganaderas, por las empresas extractoras de minerales, por las empresas exploradoras, por empresas sojeras, por empresas madereras, por autoridades cómplices, por mafias, por narcotráfico y por otros tráficos que comercian con mujeres, órganos, jóvenes de nuestros pueblos.
De ser dueños y dueñas de estos territorios, hoy muchos de nuestros pueblos están sin tierras, como el pueblo Manjúi; muchos están confinados en su propio territorio, como el pueblo Paî Tavyterâ; muchos pueblos nos vemos en claro proceso de aculturación, desculturación y de sometimiento, sin educación, sin salud y sin desarrollo que parta desde nuestra cosmovisión, desde nuestro entender sobre el bienestar y la felicidad.
Poderes muy fuertes junto con las autoridades cooptan a nuestros líderes, y no nos reconocen a las lideresas; controlan nuestros recursos, nos someten a procesos de corrupción, venden o alquilan nuestras tierras, base material para el desarrollo de nuestro teko.
Así, comunidades como las de Sawoyamaxa, Vy’apavê, Cuyabia, Yake Axa, Y’apo, son muestras de esto que demandamos. Cerro León es un ejemplo de la falta de escrúpulos de las autoridades para despojarnos de nuestros medios de vida, de nuestras fuentes de salud y las de todo el país, y la región.
Las mujeres de CONAMURI alzamos nuestras voces de reclamo en esta fecha, nos dirigimos a las autoridades para que cumplan con los mandatos de los convenios, de los tratados, de las leyes y de cuantas declaraciones nos amparan. Es su obligación.
También llamamos a la ciudadanía toda, para que juntos y juntas luchemos porque se cumplan las leyes que garantizan nuestros derechos, en especial de las mujeres y niñas, niños, quienes sobrellevamos la peor parte de los efectos de los mezquinos intereses del capital en nuestros territorios. Por eso mismo, nos solidarizamos con la Sra. Abogada Julia Cabello, luchadora a favor de los derechos de los pueblos indígenas.
También hacemos un llamado a luchar por la derogación de las leyes que abren caminos a más violencia contra nuestros pueblos, como la ley de la Alianza Público Privada, APP, o la ley de militarización, y para ello nos unimos al Congreso Democrático del Pueblo.
Nos sumamos a la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, CLOC-Vía Campesina para enfrentar estas amenazas, asumir los desafíos y construir nuevas relaciones sociales con el resto de la sociedad.
Las mujeres somos conscientes de que solas no podremos resistir y menos proyectarnos, pero también sabemos que necesitamos nuestro espacio para crecer, para liberarnos y liberar a nuestros pueblos del sometimiento al que nos mantienen el sistema capitalista y el patriarcado en un país que en vez de avanzar, cada vez retrocede más en democracia.
Animamos a todas las mujeres indígenas a que nos unamos y luchemos por el buen vivir de nuestros pueblos y el de toda la humanidad, como nos enseñaron nuestras abuelas.
¡No más atropellos ni violencia!
¡Salud a los pueblos indígenas de América!
¡Salud a los pueblos indígenas de Paraguay!