7 de junio de 2016
Nosotros, Movimientos Populares y Pastorales Sociales reunidas en Mariana, Minas Gerais, en respuesta al llamado del Papa Francisco para el diálogo con los que luchan por «tierra, techo y trabajo», venimos a solidarizarnos con las familias afectadas por el mayor crimen socio-ambiental provocado en 2015 por la minería en Brasil, y alimental nuestra esperanza de construir otro mundo posible.
Pueblos indígenas, quilombolas, pescadores, comunidades tradicionales, trabajadores del campo y la ciudad, agentes de as pastorales sociales compartimos nuestras experiencias de luchas, dificultades en una sociedad tan desigual. Debatimos la opresión de las fuerzas del capital, la fragmentación y criminalización de los movimientos sociales y las violencias contra los pobres, negros, mujeres, jóvenes y LGBTs. Profundizamos nuestra reflexión y formas de resistencia y lucha, para enfrentar esos desafíos.
Clamamos junto con la Madre Tierra, que el uso intensivo de agrotóxicos provoca la muerte de nuestros pueblos y ríos. Denunciamos que la concentración de la propiedad y el estímulo al agronegocio generan conflictos y violencias en el campo y la ciudad, por eso se tornan urgentes y necesarias la Reforma Urbana y la Reforma Agraria.
Queremos el fin de la especulación inmobiliaria. A pasar de los avances en las políticas de vivienda popular, la carencia de viviendas crece a cada año. El avance del capital en los territorios, con estímulo al extractivismo mineral, deja un rastro de destrucción ambiental, del cual el crimen de la Cuenca del Rio Doce, provocado por la Vale y BHP Billiton, por medio de Samarco, con la connivencia del Estado, es uno de los ejemplos más terribles.
En estos momentos turbulentos en el país, el encuentro brasileño surge como una luz. En los últimos años, el modelo de desarrollo adoptado fue favorecido por el contexto internacional, posibilitó avances y garantías de derechos sociales, pero también generó un gran lucro para el capital. Con l crisis del capitalismo mundial iniciada en 2008, este modelo se agotó. Las fuerzas del capital quieren garantizar sus intereses pero nuestro pueblo viene resistiendo. Tomaron el gobierno federal pode medio de un golpe, con apoyo del Congreso Nacional y del Poder Judicial brasileño, imponiendo el modelo neoliberal derrotado en cuatro oportunidades en las urnas.
Decimos no a las privatizaciones propuestas por el gobierno interino y golpista, no al desempleo y a la tercerización que amenazan los derechos de los trabajadores y trabajadoras. En Brasil, la democracia siempre fue el resultado de la organización y de la lucha del pueblo. Una vez más es preciso fortalecer la alianza de las clases populares. Más aún, estamos desafiando a construir un nuevo proyecto para el país. Proyecto que además de garantizar tierra, techo y trabajo para todos y todas, con justicia social, esté en sintonía con la Madre Tierra.
Nosotros en diálogo con el Para Francisco, reafirmamos lo que está en la Encíclica Laudato Si: «No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social; más bien hay una única y compleja crisis socio-ambienta. La solución requiere un abordaje integral para combatir la pobreza, devolver la dignidad a los excluidos y, simultáneamente, cuida la naturaleza».
Quien no lucha, está muerto! Quien lucha, educa.
Con nuestra fe revolucionaria, fortalecemos nuestra esperanza en la caminata y la certeza en la llegada. Es preciso luchar para derrotar el golpe en Brasil, por eso nos comprometemos a ampliar la movilización, fortaleciendo y diversificando los trabajos de base, el diálogo entre los movimientos y ocupando las calles. La lucha inmediata debe ser fermento en el proceso de construccion de un proyecto popular de país.
Cerramos el encuentro en el sub-distrito de Paracatu de Baixo, con nuestros pies en la tierra devastada por la ganancia del capital, y en diálogo con los afectados reforzamos nuestra solidaridad y compromiso con la lucha por la justicia, reparación y empoderamientos de pueblo de la Cuenca del Rio Doce.
Después de habernos reunidos en Roma (2014), en Bolivia (en 2015), queremos convidarlo a promover en tierras brasileñas el 3° Encuentro Mundial de los Movimientos Populares en Diálogo con el Papa Francisco, en octubre de 2017, en Minas Gerais. La invitación es para mantener viva la memoria y nuestro compromiso de «cuidar bien de nuestra Madre Tierra, como Casa Común de todos».
Al ritmo de las campanas de Mariana, haciendo eco del dolor de los afectados y afectadas, clamamos por Justicia!