(Documento leído por nuestra vocería presente en la VII Conferencia mundial de la Via Campesina, en desarrollo en el País Vasco)
A medida que pasan los días, la situación de conflicto en Venezuela se agudiza. Su dinámica y propensiones perecieran apuntar a una situación de crisis prolongada cuyo desenlace es muy difícil de anticipar pese a la matriz que se ha establecido desde la industria mediática que muestra hacia afuera una apremiante caída del gobierno chavista. Cuestión que no es para nada cierta; aunque sin duda alguna está en marcha un plan para derrocar la revolución, que cada día se torna mucho más violento, no dejan de ser focos pequeños pero llenos de odio y fascismo, y luego de dos meses de intentos sin los resultados esperados la derecha aún no cuenta con la fuerza material suficiente para en el campo físico poder derrotar al gobierno y al pueblo bolivariano.
Hasta la fecha hemos visto el despliegue de las diferentes armas golpistas: comunicacional, psicológica, internacional, económica, institucional, y violenta. Han ensayado y avanzado en cada una de esas, como parte de la guerra de cuarta generación, que es la combinación de todas las formas de guerra. Su mayor avance ha residido en la dimensión simbólica, el ámbito de los sentidos. Su debilidad central sigue siendo la misma que al inicio: la falta de apoyo popular en las calles, la fuerza en el terreno.
Es precisamente este elemento el que nos lleva a determinar que esto pudiera significar una escalda de la agresión externa en la medida que las fuerzas reaccionarias internas no puedan cumplir este objetivo.
Ante este escenario que pretende derrumbar y arrancar de raíz la gran oleada de procesos emancipatorios de América Latina que abrieron las puertas del siglo XXI, los movimientos populares de base comprometidos con la defensa de la revolución Bolivariana y Chavista, denunciamos ante el mundo:
Que este no es un conflicto que se genera desde la derecha venezolana ¿Quiénes dirigen el plan? El Departamento de Estado norteamericano, el Comando Sur, la derecha económica y política venezolana. En ese orden. Las disposiciones y la estrategia vienen dadas desde fuera.
Trabajan sobre cada uno de los frentes. Donde hoy más intentan golpear es sobre el institucional, apostando a que sucedan quiebres en ese ámbito para debilitar al bloque chavista y avanzar en su línea de constitución de nuevas instituciones para agudizar la crisis.
Que criminalmente someten a nuestro pueblo para desestabilizarlo, utilizando y combinando varias formas de presión; una de ellas es influir sobre la economía para alzar los precios, desabastecer, y atacar puntos de abastecimiento y transporte de alimentos, para de esta manera profundizar el escenario de dificultad económica de la gente humilde para empujarla a saquear. Otra ha sido la de desplegar en la calle sus grupos de choque para de esta manera poder asediar ciudades enteras durante varios días, dejando tras de su paso muertes, destrozos, saqueos, incendios, terror, imágenes que golpean muy fuertemente en la sicología social.
Vienen manipulando e inoculando odio desmedido en su vanguardia siendo principalmente las y los jóvenes, la clase media profesional y clase media alta, si bien su capacidad de movilización no es masiva han logrado una base social de vanguardia que se moviliza y que aporta las imágenes que requieren para legitimar sus planes, su supuesta “lucha pacífica, democrática y constitucional”.
Si bien es cierto que la dirección del movimiento opositor en este momento está en manos de los sectores más fascista del mismo organizados en los partidos Voluntad Popular y Primero Justicia, estos mantienen una relación tensa de disputa y alianza, pero no existen dos oposiciones una extremista y una moderada como quieren hacer creer, es una misma línea que opera para un mismo fin, eliminar cualquier vestigio de chavismo en Venezuela.
El gran objetivo de la fase actual de las acciones de la derecha no es detener la constituyente, este argumento es más bien un ingrediente precursor para las acciones sediciosas para lograr la agudización del malestar y odio que la propaganda enemiga logró en sus bases sociales bajo el argumento de que la Constituyente es para consolidar un mal ejemplo: el estado comunista.
La radicalidad de la guerra planteada por la derecha se explica por la decisión norteamericana, y el carácter de clase del conflicto. Buscan recuperar el control político, y matar un proyecto histórico que es la revolución bolivariana, que nosotras/nosotros, del Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora (FNCEZ) y nuestra Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora (CRBZ), junto a muchos otros hemos decidido construir y defender.
Este es el escenario que se nos impone, ante las difíciles condiciones se hace imprescindibles varias cosas. Una de ellas es mantener la unidad del chavismo. Otra es la de defender la revolución no solamente desde el Estado, sino también desde el protagonismo popular, con la gente involucrada en la protección organizada de las instituciones, los territorios, los hospitales, centros de alimentos. Que los movimientos sociales y populares del mundo manifiesten su solidaridad con la defensa de nuestra revolución denunciando lo que ocurre en Venezuela.
El momento nos exige defender con audacia las conquistas que tanto ha costado al pueblo venezolano; como organización popular de base desde la CRBZ – FNCEZ estamos conformado las Brigadas de Defensa Popular Hugo Chávez (BDPHCh) en su mayoría integradas por campesinos y campesinas no como una fuerza de choque, sino como un pueblo organizado en la legítima defensa de su territorio, de sus comunas y de todo lo que como pueblo organizado hemos construido en años y años de lucha.
Igualmente queremos señalar que en los últimos meses la lucha campesina por el rescate de las tierras ociosas y pertenecientes a fascistas que financian la violencia, están siendo recuperadas por la lucha campesina organizada desde el FNCEZ.
Cierto estamos que esta guerra no da tregua, el enemigo imperial arremete, Argentina y Brasil liberan intensas luchas contra el neoliberalismo; nos solidarizamos con nuestros pueblos hermanos, a ustedes compañeros hermanos y hermanas de lucha les decimos Fuerza, no desmayemos América Latina ha despertado y en unidad jamás nos doblegaran, hemos perdido batallas, pero la victoria estratégica la tenemos.
Estamos en tiempos decisivos. La derecha, por órdenes del estamento norteamericano, hará todo lo posible para intentar su “asalto final”. La revolución tiene fuerzas para resistir y seguir avanzando. Es necesario utilizar todas esas fuerzas, y en particular la del protagonismo de la gente de Venezuela, Latinoamérica y el mundo.
Corriente Revolucionaria Bolivar y Zamora – Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora
Venezuela, Julio de 2017