9 de abril de 2015
Autor: clocvc
Argentina: Entrevista a Raúl Amorin-MST – IV Asamblea de Jóvenes
9 de abril de 2015
Quedan pocas horas para que inicie la IV Asamblea de Jóvenes de la Coordinadora Latinoamericana del Campo (CLOC-Via Campesina) que se realizará en Buenos Aires, Argentina entre los días 10 y 11 de abril. Para comprender lo que sucederá es estas jornadas hablamos con RaúlAmorin integrante del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil.
Le consultamos sobre los desafíos que se propone esta IV Asamblea de jóvenes y al respecto nos decía: “nos hemos trazado tres desafíos fundamentales” y pasaba a describirlos: “el primero es identificar como el capital está actuando en al campo y como esto está impactando en la juventud”.
A partir de esto, se espera que en esta Asambleala juventud de la CLOC- Vía Campesina avance en profundizar la propuesta que se viene construyendo para enfrentar al capital en el campo. Nos decía Raúl Amorin “lapropuesta desde la CLOC Vía Campesina es la agroecología. La agroecología envuelve una reforma agraria popular y la construcción de un proyecto energético popular”.
El referente del MST Brasil también destacó que se espera que desde esta Asamblea surja una campaña internacional para los jóvenes, desde la cual se puedan incluir no solo a la juventud del campo sino también a la juventud de las ciudades, “es necesario pensar en una articulación amplia para lograr grandes cambios. Una articulación de toda la sociedad y de toda la clase trabajadora” afirma Amorin. Finalmente y como último desafío propuesto para la IV Asamblea de la juventud nos marcaba Raúl Amorin la necesidad de que se profundice la participación de los jóvenes de la CLOC – Vía Campesina para avanzar a que sean estos los protagonistas en las luchas que nos quedan por dar.
Argentina: Campesinado, una batalla cultural, política y económica – Nota en semanario Miradas al Sur
9 de abril de 2015
Que más de mil delegadas/os de toda América latina y el Caribe, con representantes de África, Asia y Europa del Comité de Coordinación Internacional de la Vía Campesina (CCI) se reúnan a discutir sobre el destino de los campesinos, es un hecho político indiscutible en sí mismo. Más aún que el encuentro sea en el marco del «VI Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo-Vía Campesina (CLOC-VC), bajo el lema: «Contra el Capitalismo, por la soberanía de nuestros pueblos. ¡América Unida Sigue en Lucha!». Y si a todo ello se le agrega que el encuentro se realiza en Buenos Aires, ya es inédito.
«El Congreso lo convocamos cada cuatro años para acrecentar, renovar y acumular en función del Sujeto Popular de una economía que llamamos Popular y Solidaria, como ruptura de los parámetros mercantilistas con sus ganancias injustas», según describe Ángel Strapazzón, referente de los Movimientos Campesinos de Santiago de Estero (Mocase) y del Nacional Campesino Indígena (MNCI). «Un Congreso que es memoria y desafío, ya que la CLOC-VC ha ofrecido cuadros y militantes a los procesos de cambios, tanto en los Estados como en muchos de los Gobiernos de América Latina».
Esta Coordinadora Latinoamericana nació luchando al enfrentar una concepción cultural que era hegemónica y reivindicaba la conquista de América. Continuó durante los años ’90 con la resistencia al neoliberalismo. «En la actualidad –cuenta Diego Montón, integrante mendocino del MNCI y de la Secretaría de la CLOC–, las/os campesinas/os estamos expuestos a violaciones sistémicas de nuestros derechos. El capital financiero, de la mano de empresas transnacionales, desató una gran ofensiva para subordinar los bienes naturales, la tierra y la agricultura, a los intereses de la banca internacional, destruyendo mercados locales, desalojando campesinos, desmontando millones de hectáreas de bosques, provocando desplazados y desatando la mayor crisis alimentaria de la historia de la humanidad.
La mercantilización de los alimentos y la concentración del sector agroalimentario permiten a los grupos corporativos manipular los precios y regular el abastecimiento de alimentos en los mercados, ocasionando, en muchos casos, que esos intereses condicionen y presionen a los gobiernos y lesionen las democracias».
Frente a esta situación, la organización política avanza dando una batalla cultural y política. Para Deolinda Carrizo, también integrante del Mocase y de la Secretaría de la CLOC, «es en esta última década que se va despertando la conciencia y la lucha en las poblaciones urbanas, por la tierra, el agua y el ambiente. Durante décadas habíamos luchado casi en soledad por los alimentos y la naturaleza. Hoy, varios de nuestros movimientos están integrados por organizaciones y movimientos urbanos, y desde las urbes se toma la Soberanía Alimentaria como paradigma de vida. Estamos integrando sindicatos heterogéneos de la economía social y solidaria».
Las organizaciones campesinas resistieron la globalización neoliberal con acciones de masas, pacíficas pero contundentes, frenando desalojos y realizando ocupaciones de tierras improductivas. «Siempre abiertos al diálogo para la construcción de alternativas, pero con la claridad de que la tierra no se negocia». Se opusieron a quienes pretendieron responsabilizar del hambre al «atraso tecnológico y la escala de producción de los campesinos, y anunciaron «el fin del campesinado» como complemento del «fin de la historia». La propuesta del capital para la agricultura fue la revolución verde en su versión transgénica». Diego Montón explica cómo van a encarar la discusión que se viene: «El derecho a la tierra, por ejemplo, puede ser un aspecto determinante para el desarrollo de la vida y de muchos otros derechos. Así, una campesina, quien se siente parte/hija de la tierra y la naturaleza, al ser despojada de la misma pierde parte de su ser, además de su lugar de estar, queda con su identidad herida.
Tanto las observaciones generales de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC), como las recientes Directrices Voluntarias de la Tierra que aprobó la FAO, van en ese sentido. Sin embargo, al ser sólo orientaciones, los Estados no están obligados a cumplirlas. El Poder Judicial, generalmente relacionado con el poder económico, desconoce todos esos instrumentos».
Hoy, con más de tres años de discusión en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, en la CLOC «militan una Declaración de los Derechos de los Campesinos y otras personas que trabajan en el medio rural, una Convención Internacional de los Derechos Campesinos para jerarquizar los derechos existentes y consolidar los nuevos. El derecho a la tierra, la función social de la tierra y la necesidad de reformas agrarias como obligaciones de los Estados, así como la definición del sujeto de la declaración y la necesidad de garantizar la vida digna en el campo, en servicios, salud, educación. Esta Declaración será un momento histórico de América latina.»
Y todo ello en el VI Congreso de la CLOC-VC en Buenos Aires, como un reconocimiento al MNCI por haber logrado romper con el mito de que Argentina era una excepción en América latina, porque supuestamente no existen campesinos. Es así que Strapazzón destaca que esta designación «honra al MNCI. Imaginen los grandes movimientos Latinoamericanos de Centroamérica y El Caribe dándonos este mandato».
Programa de actividades
VI Congreso Continental CLOC-VC, del 10 al 17 de abril en CeReNa, Ezeiza, Buenos Aires. «Contra el Capitalismo. Por la Soberanía de Nuestros Pueblos. América Unida sigue en lucha.»
10 de abril. IV Asamblea de la Juventud Rural. Apertura y bienvenida.
Panel: Luchas, resistencias y propuestas de la juventud rural en América latina.
Presentación de la realidad por regiones del continente. Mesas de exposición sobre ejes transversales.
11 de abril. Plenario devolución de ejes transversales de la juventud rural y de la ciudad. Lectura de la declaración final.
12 de abril. V Asamblea de las Mujeres del Campo. Acto de inauguración.
Panel: Análisis de coyuntura – Contexto político general. Presentación Subregiones.
Panel: Capitalismo patriarcal y la opresión de las mujeres.
Mística Campaña de Violencia Hacia las Mujeres. Campaña «Basta de Violencia hacia las Mujeres en el Campo».
13 de abril. Panel: Feminismo campesino y popular. Declaración final de la Asamblea de Mujeres.
14 de abril. VI Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC)-Vía Campesina. Acto de apertura.
Panel: CLOC 20 años. Debate de la situación de la CLOC-VC. Coyuntura política y agraria: Ofensiva del Imperio en América latina.
15 de abril. Panel: Agricultura campesina e indígena. Intervención del I Congresito. Trabajos en comisiones temáticas: Minería, asalariados, migrantes, soberanía alimentaria.
16 de abril. Panel: Socialismo y feminismo comunitario. Desafíos y lineamientos del movimiento continental.
17 de abril. Día internacional de la lucha campesina. Movilización callejera.
Es necesaria acreditación previa en mnci.vc.prensa@gmail.com o clocomunicación@gmail.com
Hernán Viudes. Miradas al Sur
Argentina: VI Congreso continental – Notas periodismo popular
9 de abril de 2015
La Coordinadora Latinoamérica de Organizaciones del Campo – Vía Campesina (CLOC- VC) celebrará su VI Congreso Continental entre el 10 y el 17 de abril, en la localidad de Ezeiza, Provincia de Buenos Aires. Contará con la presencia de más de mil dirigentes campesinos de toda la región, así como de África, Asia y Europa que integran el Comité de Coordinación Internacional de la Vía Campesina (CCI).
Este jueves, a las 11 horas en la Sala Siete del tercer piso de la Cámara de Diputados de la Nación, se llevará a cabo una conferencia de prensa para brindar detalles del encuentro.
Como parte de la jornada, previo al inicio del Congreso, se desarrollará la Cuarta Asamblea de Jóvenes Campesinos que tendrá lugar entre el 10 y el 11 de abril. En tanto, los días posteriores, del 12 al 13, se producirá la Quinta Asamblea Continental de Mujeres.
Lo que se propone el Congreso Continental de la CLOC – VC, es «avanzar en la elaboración política de su plataforma y la generación de propuestas enfocadas en políticas públicas basadas en la Soberanía Alimentaria, en los derechos de las personas que viven en el campo y en diversas prácticas, como la agroecología».
Entre las organizaciones presentes estará la Unión de Trabajadores sin Tierra de la provincia Mendoza. Damián Segura, uno de sus referentes, dialogó con Radio Sur sobre la cuestión de la soberanía alimentaria, allí manifestó: «Estamos convencidos de que se puede hacer, lo vemos en el día a día en nuestras organizaciones de base. Nosotros practicamos la soberanía alimentaria, el no uso de agroquímicos, la producción sostenible, comunitaria y orgánica. Es una cuestión política y de decisión no hacerlo».
Además, se refirió a los temas que abordarán a nivel continental, entre ellos se encuentra, «la lucha por la reforma agraria»; la cuestión de los «desalojos» y «la soberanía alimentaria» a nivel más general. En relación a este último, destacó la importancia de «garantizar que cada campesino pueda decidir, qué producir y cómo producirlo, basado en la organización». Otro de los puntos a tratar será, «la solidaridad con las personas que son perseguidas y criminalizadas. Los presos políticos que hay tanto en Paraguay, Honduras y Guatemala», expresó el integrante de la Unión de Trabajadores sin Tierra de Mendoza.
Segura enfatizó la importancia que reviste el uso de agrotóxicos para la salud. En este sentido indicó que «la lucha es hacer que los organismos de la salud y el Estado reconozcan la urgencia y la problemática de la situación», denunciada por el campesinado en general. Además contó que en Bolivia hubo avances en relación a este aspecto.
Contexto y origen de la CLOC-VC
La CLOC- VC se conformó en el marco de la histórica campaña continental «500 años de Resistencia Indígena, Negra y Popular» que se desarrolló entre el período de 1989 a 1992. Sin embargo, se constituyó formalmente en febrero de 1994 en el Primer Congreso realizado en Lima, Perú.
El año 1994 fue emblemático para los movimientos populares de la región, por los signos de reactivación de las luchas sociales, particularmente en el campo contra las políticas neoliberales. Entre los acontecimientos que le dieron origen se encuentra el levantamiento zapatista en Chipas, México; el segundo levantamiento indígena en Ecuador; las marchas de los cocaleros en Bolivia; las movilizaciones por la Reforma Agraria en Paraguay, Guatemala y Brasil, entre otras, que visibilizaron «la reivindicación de los pueblos indígenas».
Actualmente, la CLOC-VC esta integrada por 84 organizaciones en 18 países de América Latina y el Caribe que es definida por sus miembros como «una fuerza social movilizadora presente donde hayan propuestas alternativas a través del trabajo en conjunto y la movilización». Cuyo reclamo apunta «al rechazo del sistema patriarcal y capitalista que destruye la vida de los campesinos y campesinas».
Campesinado y proyectos para la agricultura – Nota Revista ALAI Especial Congreso CLOC VC
8 de abril de 2015
Hay tres teorías sobre el campesinado, que guían las formas de ver el campo y, por lo tanto, de pensar y gestionar las políticas públicas sean de apoyo, sean de bloqueo a ciertas formas de hacer agricultura.
En breves palabras estas tesis pueden ser descritas de la siguiente manera:
El fin del campesinado:
En esta tesis se predice el fin del campesinado en dos categorías. Una que pierde los medios de producción y se proletariza, es decir, pasa a vender su fuerza de trabajo, sea en el campo o saliendo a las ciudades. Y otra, que amplía su acumulación en los medios de producción y pasa a proletarizar parte de las familias que han perdido sus medios de producción. La mayor parte de esta última categoría quedaría dependiente de las prestaciones sociales y las políticas públicas.
La metamorfosis campesina (la agricultura familiar):
Esta tesis se presenta como una especie de tercera vía y dice que la mano de obra familiar no va a desaparecer, pero sí la forma campesina. De este modo, el campesino tendrá que someterse a una metamorfosis y transformarse en un agricultor familiar, asumir la tecnología, especializarse en alguna rama de la producción, integrarse a la industria, etc. Y esto es abordado como una dicotomía en la que el campesino es atrasado y el agricultor familiar moderno.
El fin del fin del campesinado:
Esta tesis, en resumen, dice que el campesinado siempre existió y siempre va a existir. Para Gusman y Molina, el campesinado encuentra formas de cooperación y crea su espacio propio dentro del capitalismo y por eso resiste. Carvalho nos hace comprender que el mantenimiento del campesinado interesa inclusive al capital, como una forma de apropiación de la renta de la tierra.
Las tres tesis descritas conllevan a tres modelos productivos o a tres proyectos para el desarrollo del campo, a los cuales llamamos: Agronegocio, agricultura familiar y agricultura campesina.
Agronegocio:
El agronegocio, entendido aquí como un pacto de poder entre los terratenientes, el capital financiero y las multinacionales, que recibe fuertes incentivos de los gobiernos y de los grandes medios de comunicación, se caracteriza por: latifundio, monocultivos, maquinaria pesada, insumos químicos, venenos, semillas genéticamente modificadas… Y trae como consecuencia: desequilibrio ambiental, superplagas, dependencia de crédito e insumos, contaminación por venenos, concentración de renta y riqueza, exclusión social, uso desordenado de recursos naturales como la tierra y el agua, y el monocultivo, que provocan una pérdida seria de la biodiversidad.
Agricultura familiar:
La agricultura familiar es el proyecto pensado desde el capital para la pequeña propiedad. La lógica de la gestión es la misma de una empresa rural capitalista, es el agronegocio en escala reducida. De esta forma, tenemos una mezcla de proyectos, donde se confunden trabajo familiar con contratación de mano de obra, monocultivos con diversificación, commodities con producción de alimentos, y sobre todo una confusión entre la lógica económica campesina (que se basa en la relación trabajo-consumo) y lógica capitalista (centrada en el lucro).
Este proyecto retira las cuestiones culturales de la vida campesina (su manera de ser y de vivir), y transforma la agricultura en una profesión.
Esta confusión ideológica conduce a muchas familias campesinas a especializarse en una rama de la producción, la intensificación de la producción, en busca de una economía de escala (incluso en pequeñas propiedades), por lo tanto, la búsqueda de crédito, nuevas inversiones en el desarrollo de las fuerzas productivas, entrando en un ciclo sin fin de aumento de la productividad para cubrir los costos de producción y un aumento en los costos de producción para aumentar la productividad. Este ciclo llega a un límite de endeudamiento y de capacidad de expansión productiva por el límite en el tamaño de la propiedad, lo cual muchas veces lleva a la familia a dejar la agricultura y con frecuencia perder la propiedad.
Agricultura campesina:
La agricultura campesina no es una profesión, es una forma de ser, de vivir y de producir. Se basa en las familias y las comunidades campesinas. Sus principales características son: pequeña propiedad, trabajo familiar, control del proceso de producción, diversidad productiva, semillas nativas, base agroecológica, técnicas apropiadas al sistema campesino de producción. Éste es una combinación entre producción agrícola (anual y perenne) con la producción animal y el uso de subproductos de una producción a otra.
La agricultura campesina apunta a la mejoría de la calidad de vida de las familias y a la reducción de las penurias del trabajo.
La agricultura campesina busca reducir la dependencia de insumos. Cuanto mayor sea la diversidad productiva, mayor será la posibilidad de que los subproductos de una rama de la producción sirvan como insumos para otra rama de la producción, por tanto mayor la autonomía productiva, o más bien, una menor dependencia.
Según estudios de GRAIN, 92,3% de unidades agrícolas en el mundo son campesinas o indígenas, y tan solo abarca el 24,7% de la tierra (probablemente el 90% de las familias campesinas e indígenas sobrevive con menos de 2 Has y al menos la mitad de ellas, con menos de 1 Ha por familia), pero aun así, aportan el 70% de la producción de alimentos, son más productivas que las grandes explotaciones y generan más puestos de trabajo.
La manipulación de la información:
Lo que pasa es que los principales medios de comunicación manipulan la información para preservar los intereses de los grandes productores. De esta manera, ocultan los problemas que causan esa lógica productiva y «venden» una idea de miseria y baja productividad campesina y una amplia producción de alimentos por parte del agronegocio. Por lo tanto, sobre todo la sociedad urbana vive alienada de los procesos productivos, del origen y de la calidad de los alimentos que consume y de las consecuencias de los modelos de producción.
Estrategias publicitarias
Estrategias de comunicación del agronegocio:
A pesar de todas las consecuencias descritas, el agronegocio opera en el Congreso Nacional y con un fuerte esquema de publicidad para permanecer hegemónico en la sociedad. Para ello utiliza las estrategias de publicidad basadas en el estudio de Kleybson Ferreira de Andrade, entre las cuales están las siguientes:
Todo es «agro»: … la imagen creada por el agronegocio es que en el país solo hay una agricultura, tecnificada, moderna, productiva y sostenible. El agronegocio sería, por tanto, la única manera de producir en el campo. Los productores que no han llegado a este nivel deberían ser asesorados para lograrlo.
Funcionar como una orquesta: La primera condición para una buena publicidad es la repetición incansable de los temas principales. Sin embargo, la simple repetición de los temas de forma mecánica será responsable de llevar rápidamente al aburrimiento. Por lo tanto, la repetición debe darse a través de una gran diversidad de herramientas.
El principio de valoración de uno mismo y descalificación del otro: La construcción de una imagen positiva del agronegocio implica, necesariamente, la negación de los campesinos, ambientalistas y de otros grupos como una alternativa para el campo. Una de las tareas más importantes es el esfuerzo para desmoralizarlos, presentándolos como ligados al atraso, a lo improductivo e incluso a la destrucción del medio ambiente.
Toda la imagen positiva ligada a la modernidad, la producción, conservación, etc. se le otorga al agronegocio, mientras que todas las características negativas presentes en el campo, como la pobreza, la baja productividad, etc. se vierten sobre los «invasores», radicales izquierda, defensores de las «ideologías» atrasadas.
La supuesta «amenaza» permanente al agronegocio: Periódicamente en los artículos y declaraciones del sector patronal aparece una hipotética situación de inestabilidad e inseguridad, en la que estos sectores estarían siendo constantemente amenazados por los grupos indígenas, los sin tierra, los «invasores». Esto sirve como pretexto para reclamar al Estado una acción más contundente en defensa del agronegocio, que sería la actividad más importante practicada en el campo, y por eso sería imperioso recibir mayor «protección» contra tales grupos.
La inversión de prioridades – o «pauta de la inversión»: La idea de que el medio de comunicación pudiera elegir qué información se presenta como la más relevante en ciertos casos, invirtiendo las prioridades para justificar ciertas situaciones y actitudes.
Silenciar cuando conviene – o «pauta del ocultamiento»… no es la falta de conocimiento sobre ciertos temas, sino más bien «un deliberado silencio militante acerca de ciertos hechos de la realidad».
Evitar problemas: Es absolutamente comprensible que un grupo que busca legitimarse ante toda la sociedad nunca va a pronunciarse a favor de ciertos temas. Cuestiones negativas como el trabajo esclavo, la degradación ambiental, la corrupción, etc. nunca serán defendidas por aquellos que buscan apoyo social.
La mejor defensa es el ataque: Cuando eres atacado por el adversario, la mejor salida es asumir el contra ataque.
Táctica de emulación: El concepto de emulación, según el propio diccionario, tiene el significado de un sentimiento que nos «lleva a igualar a alguien» o, podemos decir, busca estimular para que se quiera igualar a alguien. Este razonamiento explica el gran esfuerzo de publicitar las experiencias productivas exitosas del sector, que pueden ser ejemplos, que, por un lado, son utilizados para estimular para que todo el sector se esfuerce para igualarse a tales experiencias, y, por otro, para presentarse ante la sociedad como una referencia indiscutible.
El mito del liderazgo ejemplar: La formación de la legitimidad de una determinada organización y de su proyecto en la sociedad, en muchos casos, pasa por construir sobre la imagen de una persona, las cualidades que expresarían todos los anhelos de los grupos sociales que tal organización pretende representar. La construcción del liderazgo en torno a la senadora Katia Abreu, presidenta de la Confederación de la Agricultura y Ganadería de Brasil (CNA), sería un tema clave de la propaganda política de la entidad, inclusive vinculando su imagen a la de la presidenta Dilma. (Traducción ALAI).
Bibliografía
ANDRADE, Kleybson Ferreira de, A voz do AGRO, o discurso da CNA e a representação do rural do Brasil, 2013, disponible en http://www.mpabrasil.org.br/biblioteca/trabalhos-academicos/voz-do-agro-o-discurso-da-cna-e-representacao-dos-interesses-do -consultado el 03/10/2013.
CARVALHO, Horácio Martins de. O Campesinato no Século XXI: Possibilidades e Condicionantes para o seu desenvolvimento no Brasil. Editora Vozes, 2005.
GRAIN. http://www.grain.org/es/article/entries/4956-hambrientos-de-tierra-los-pueblos-indigenas-y-campesinos-alimentan-al-mundo-con-menos-de-un-cuarto-de-la-tierra-agricola-mundial – 10 junio 2014.
GUZMÁN, Eduardo, S.; MOLINA, Manuel, G. Sobre a evolução do conceito de campesinato. 3ª ed. São Paulo. Expressão Popular, 2005.
SILVA, V.I., Classe Camponesa Modo de ser, de viver e de produzir, ICPJ, 2014.
Valter Israel da Silva es campesino, militante del Movimientos de los Pequeños Agricultores (MPA) del Brasil.
La agroecología: puntal de la soberanía alimentaria-Nota Revista ALAI Especial Congreso CLOC VC
8 de abril de 2015
La humanidad hoy está amenazada, sometida amúltiples crisis de carácter estructural: política, energética, económica, ambiental y alimentaria.
Desde el año 1992 en la Cumbre de Río, Fidel Castro alertó: «Una importante especie biológica está a punto de desaparecer por la rápida y progresiva eliminación de sus condiciones naturales de vida: el hombre».
Como se definió en el Primer Encuentro de Agroecología y Semillas Campesinas, efectuado en Tailandia, en el mundo de hoy en día, nuestro sistema alimentario y las formas de vida rural están bajo el ataque del capital financiero internacional y las corporaciones transnacionales, que cuentan con el apoyo de gobiernos, acuerdos de libre comercio e instituciones financieras internacionales como la Organización Mundial de Comercio (OMC), Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
La reestructuración neoliberal, liberalización, privatización y desregulación han creado el escenario para una ola, dirigida por las crisis recurrentes del sistema capitalista, de nueva inversión y capitalización del agronegocio y otras empresas que explotan los recursos rurales para agroexportaciones, agrocombustibles, plantaciones industriales («desiertos verdes») minería, represas y otras grandes infraestructuras, turismo, venta de agrotóxicos y transgénicos.
El capital ha «redescubierto» áreas rurales en una escala no vista desde la era de la conquista colonial, esto ha llevado al acaparamiento de tierra a escala masiva, llevando a los pueblos campesinos e indígenas, y a otros pueblos rurales, a una guerra verdadera por la tierra y el territorio con las transnacionales, el capital y los gobiernos, cuyas fuerzas represivas están desalojando y desplazando las poblaciones rurales y criminalizando sus movimientos, mientras que los medios de comunicación dominantes, pertenecientes al capital, estigmatizan la protesta social.
Cuando los pueblos rurales pierden sus tierras y territorios, éstos caen en las manos del agronegocio y otros acaparadores de tierra. El agronegocio promueve el monocultivo industrial que produce comida cara y no saludable, que hace que las personas se enfermen, que destruye la vida social de las comunidades rurales, llevando a la migración masiva, que envenena la tierra con agrotóxicos y transgénicos, y que es parte de un sistema alimentario global corporativo que es una de las principales fuentes de emisiones de gases con efecto invernadero, que están causando el calentamiento global.
El cambio climático, hoy, es una realidad: se elevan las temperaturas y el nivel del mar, existen grandes contaminaciones de la tierra y las aguas, baja fertilidad de los suelos, poca disponibilidad de agua, disminución de la biodiversidad, se incrementan los eventos climáticos extremos que ocasionan severos daños a las comunidades y los ecosistemas, incrementando la vulnerabilidad de las poblaciones más empobrecidas, en particular de las mujeres indígenas y rurales.
Soberanía alimentaria
La Vía Campesina promueve, desde 1996, la propuesta de Soberanía Alimentaria como un objetivo estratégico y como respuesta al concepto de Seguridad Alimentaria que ha ocasionado más hambre y pobreza a las familias campesinas.
La Soberanía Alimentaria es un concepto alternativo en el que se apoyan los pueblos en su lucha contra las políticas neoliberales, como aquellas impuestas por las instituciones financieras internacionales, la OMC y las corporaciones transnacionales del agronegocio, a través del libre comercio.
La Soberanía Alimentaria es el derecho de los pueblos a definir sus políticas agrícolas y de alimentos, a proteger y regular su producción nacional agrícola y ganadera, a proteger sus mercados domésticos del dumping de los excedentes agrícolas y de las importaciones a bajos precios de otros países.
La Soberanía Alimentaria consiste en organizar la producción y el consumo de alimentos de acuerdo con las necesidades de las comunidades locales, otorgando prioridad a la producción y el consumo domésticos y locales. En consecuencia, los trabajadores sin tierra, el campesinado y la pequeña agricultura deben tener acceso a la tierra, el agua, las semillas y los recursos productivos así como a un adecuado suministro de servicios públicos.
La agroecología
Desde la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) y la Vía Campesina Internacional (VC) promovemos la agroecología como el único camino, pertinente, viable y éticamente admisible para lograr la soberanía alimentaria, con la unión de las fuerzas, voluntades y capacidades de todos nuestros pueblos.
Identificamos la agroecología como patrimonio de los pueblos rurales y ancestrales, puesta al servicio de la humanidad, es un modo de ser, de vivir y de producir, tiene bases biológicas y sociales, con una fuerte relación con la naturaleza, con enfoque de género, con elevada diversificación, reciclaje de productos e insumos, gran autonomía a partir del autoabastecimiento y el abastecimiento local y regional de alimentos saludables.
De forma colectiva y en numerosos encuentros de intercambios nacionales e internacionales, hemos sistematizado las experiencias prácticas de la aplicación de la Metodología Campesino a Campesino o sencillamente la utilización de prácticas agroecológicas en los países que integran la CLOC y Vía Campesina, y hemos llegado, luego de varios años de trabajo, a los siguientes resultados:
– La agroecología se integra con la humanidad, en armonía y en equilibrio con la naturaleza, no la vemos aislada, está muy vinculada por las luchas por la tierra, el territorio, el acceso al agua, los mercados nacionales y locales, lo que propicia autonomía. Se inicia con los campesinos y campesinas, los pueblos originarios y las semillas indígenas. Constituye un proceso social, cultural y político y es una herramienta para la transformación colectiva de la realidad, se basa en el intercambio, la cooperación y la acción colectiva entre los pueblos, en el diálogo horizontal entre los conocimientos campesinos e indígenas y los conocimientos científicos, es integral, política y respeta la Madre Tierra. Las mujeres representan un papel fundamental ayudando a construir nuevas relaciones dentro de la familia contra el patriarcado, ofrece atención y nuevas oportunidades a los jóvenes, es liberadora y fortalece nuestra identidad colectiva como campesinos, pueblos indígenas y otras poblaciones rurales, sociales y culturales, produce alimentos sanos, es comunitaria y con valores anticapitalistas.
– Estamos en contra y enfrentamos los agrotóxicos, los transgénicos, el monocultivo, los agronegocios, la sustitución de insumos y la agricultura orgánica neoliberal que mantiene el monocultivo, las leyes y tratados de semillas y su mercantilización, el verticalismo y la privatización de los conocimientos, la propiedad intelectual sobre la vida, el acaparamiento de tierras y los grandes latifundios privados, el patriarcado y otras formas de explotación, el ataque a la naturaleza, la mal llamada agricultura inteligente, en resumen, estamos contra el capital y el neoliberalismo que provocan hambre, desnutrición y crisis en el mundo.
– Nuestra propuesta es continuar promoviendo la agroecología entre todas las organizaciones de la CLOC y Vía Campesina a través de programas de formación, visitas de intercambios, producción y distribución de materiales educativos y la identificación y documentación de casos exitosos ; promovemos la creación de programas, escuelas e institutos de formación agroecológicos (IALAs) y programas de Campesino a Campesino; la defensa y el fortalecimiento de los sistemas de semillas campesinas locales, la lucha por la tierra y el agua; exigimos a los gobiernos a todos los niveles la adopción de políticas públicas que favorezcan la agroecología y la soberanía alimentaria.
– Los retos y los desafíos son muchos en nuestro largo camino hasta alcanzar la soberanía alimentaria de nuestros pueblos, por lo que le concedemos mucha importancia a la formación de las nuevas generaciones con la creación y puesta en marcha de los IALAs que forman a militantes y/o miembros, quienes son postulados por los movimientos campesinos, indígenas y afrodescendientes organizados en el continente como profesionales integrales altamente capacitados para la transformación social, capaces de contribuir significativamente con una agricultura autónoma, para la soberanía alimentaria, con la consolidación de los movimientos sociales campesinos, para la profundización de una cultura de convivencia democrática, participativa y protagónica de las comunidades, siempre en el marco de una interacción constructiva, ideológica y creadora.
– Estos institutos se visualizan a mediano plazo como centros de educación superior que formarán estudiantes latinoamericanos y caribeños provenientes de la base de los movimientos campesinos, quienes, al regreso a sus regiones de origen, contribuirán con el desarrollo endógeno, integral y agroecológico de su región y a fortalecer las luchas contra el neoliberalismo, los agronegocios capitalistas, la dependencia en todas sus formas y la depredación ambiental. Su trabajo estará directamente orientado hacia el logro de la soberanía alimentaria y la integración solidaria de los pueblos de América Latina, el Caribe y el mundo.
La CLOC/VC, en un contexto de tremendos embates del capital, se propone grandes desafíos que buscan pasar de una lucha movilizadora a una estrategia de formación constante y permanente en los campos políticos, ideológicos y técnicos de los y las militantes que asumirán objetivos claros para la continuidad de la lucha del movimiento campesino. La educación en los IALAs promueve la formación de estudiantes campesinos como profesionales integrales, con una nueva ética que contribuya con la organización de los trabajadores rurales, indígenas, pescadores y campesinos en la construcción y fortalecimiento de un nuevo modo de producción orientado hacia el socialismo, apoyado en la agroecología.
Rilma Román Nogueira es ingeniera agrónoma, miembro de la ANAP-Cuba. Coordina el colectivo de Semilla, Agroecología y Biodiversidad de la CLOC y la Vía Campesina Internacional.
Marlen Sánchez, de la ATC de Nicaragua, es graduada del IALA de Venezuela.
Los desafíos de la reforma agraria integral y popular – Nota Revista ALAI Especial Congreso CLOC VC
8 de abril de 2015
En las últimas décadas, en toda Latinoamérica, los/as campesinos/as, indígenas y afrodescendientes viven un proceso permanente de disputa entre dos proyectos de agricultura: uno representado por el capital y otro por los trabajadores.
Por un lado, en defensa del proyecto del capital, están los latifundistas, las empresas capitalistas nacionales y las multinacionales, los bancos, los grandes medios de comunicación y los gobiernos conservadores. Estossectoresa toda costa tratande concentrar la tierra, el agua, los minerales y los productos, producen en áreas de monocultivos principalmente para la exportación, utilizancada vez menos mano de obra y cada vez más agrotóxicos, se apropian de las semillas y las conviertenen patentes privadas, usan la transgenia, se apropiany disputan cada vez más los territorios de las poblaciones tradicionales, poniendo en peligro todos los bienes de la naturaleza. Se trata de los llamados agrohidronegocios y el mineralnegocio, con los cuales el capital pretende obtener la máxima ganancia.
Por otro lado, están los campesinos/as, las comunidades indígenas, los trabajadores agrícolas, los afrodescendientes, los pescadores y las mujeres que tratan de resistir y construir un modelo de producción basado en el trabajo, en la viabilidad de sus vidas en el campo, en la producción de alimentos saludables para sí mismos y para los trabajadores urbanos, en la preservación y recuperación del medio ambiente.
Estos dos proyectos nos hacen ver que lo que está en disputa en la agricultura es la lucha de clases entre el capital y los trabajadores. El agrohidronegocio ymineralnegocio, con el apoyo de los gobiernos, cuyas políticas públicas destinan grandes volúmenes de recursos al capital, se convirtieron en hegemónicos en la sociedad, y pasaron a dar prioridad a las inversiones en la producción de soja (transformándose en los mayores productores y exportadores del mundo ), maíz, caña de azúcar (con sus plantas de azúcar y etanol), el cultivo extensivo de madera de eucalipto para la producción de carbón vegetal (para las fábricassiderúrgicas que exportan mineral de hierro) y la ganadería extensiva.
Unas pocas empresas agroindustriales de capitales nacionales y extranjeros pasaron a dominar prácticamente todo el comercio de commoditiesy concomitantemente seregistró una creciente centralización del capital dedicado a la agricultura,estableciendo el control de las semillas, fertilizantes, agroquímicos, el comercio, la industrialización de los productos agrícolas y el comercio de maquinaria agrícola. Todo esto, ha provocado serios cambios y consecuencias estructurales en la propiedad de la tierra, la producción, el empleo y los ingresos de los trabajadores del campo y de la ciudad pues en esta correlación de fuerzas, el agronegocio continúa su ofensiva en la concentración de los bienes de la naturaleza y en la disputa territorial, utilizando los medios de comunicación burgueses para publicitar sus logros y en contra de los trabajadores.
Para los movimientos campesinos, indígenas, afrodescendientes y pescadores organizados en América Latina y para la CoordinadoraLatinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC), está claro que para enfrentar este modelo, hoy la lucha pasa por enfrentar el debate sobre la Reforma Agraria Integral y Popular. ¿Por qué? Porque a partir de la realidad agraria actual, dominada por el proyecto del capital, la reforma agraria clásica, bajo la hegemonía de la burguesía, que solo pretendía dividir la tierra para desarrollar las fuerzas productivas del campo y el mercado y servir para el desarrollo del capitalismo, es inviable, ya no es necesaria, a pesar de haber sido muy importante para la humanidad, especialmente en los países donde se ejecutó. Hoy en día, con el sistema financiero en vigencia, la burguesía no quiere hacerla, la abandona, en otras palabras, ya no necesita más de ella.Sin embargo, los gobiernos no han logrado resolver los conflictos sociales y naturales de la sociedad capitalista: de los sin tierra, de las comunidades indígenas, de los cimarrones, de los afectados por la minería y las represas, de la deforestación, de la contaminación del agua y de las fuentes, de la contaminación de los alimentos por los agrotóxicos, de la destrucción del medio ambiente, de la falta de perspectiva de la juventud del campo, de la explotación y violencia contra las mujeres, de la eliminación de la biodiversidad, de la concentración de la tierra y de todos los bienes de la naturaleza, entre otros.
La Reforma Agraria Integral y Popular es una concepción de Reforma Agraria que interesa no sólo a los campesinos sino al conjunto de la clase trabajadora, especialmente a los trabajadores y trabajadoras que viven en los grandes centros urbanos.Es una señal para todas las bases de los movimientos y todos los aliados de la sociedad, de que esa Reforma Agraria que defienden es ¡sobre todo popular!
Esta propuesta de Reforma Agraria y Popular requiere amplias medidas, que van más allá de la distribución de la tierra y sintetizan el modelo de agricultura defendido por los movimientos. Es una forma de resistencia al modelo de agricultura capitalista del agrohidronegócio y del mineralnegocio y propone un proceso de acumulación de fuerzas, teniendo como objetivo la construcción de un nuevo modelo de agricultura, centrado en las necesidades de los pueblos. También sirve para orientar a los movimientos en las luchas, en las agendas reivindicativas y en las acciones prácticas por mucho tiempo.
Los pilares de la Reforma Agraria Integral y popularson:
1. Democratización de la tierra: garantías de que la reforma agraria no sea sólo distribución de la tierra sino acceso a todos los bienes de la naturaleza y de la producción en la agricultura. Esto comprende todo lo que está en ese territorio, como las plantas, bosques, aguas, minerales, semillas y toda la biodiversidad, prohibiendo el desarrollo de proyectos de extracción minera por parte de las empresas en los territorios distribuidos, porque los minerales deben utilizarse de forma sustentable para el beneficio de la comunidad y de todo el pueblo. Del mismo modo, exigir que la posesión y el uso del agua se subordinen a los intereses y necesidades de toda la población, ya que el agua es un bien de la naturaleza y se debe utilizar para el beneficio de toda la humanidad, por eso el agua no es mercancía y no puede ser propiedad privada. Asimismo, la garantía a todos los trabajadores y trabajadoras del derecho para acceder a la tierra para vivir y trabajar.
2. Organización de la producción agrícola:priorizar la producción de alimentos saludables para toda la población, garantizando el principio de la soberanía alimentaria, libres de agrotóxicos y de semillas transgénicas. Garantizar programas de soberanía energética en todos los territorios sobre la base de fuentes de energía renovables alternativas, como vegetales no comestibles, energía solar, hidráulica y eólica. Organizar la producción y comercialización sobre la base de todas las formas de cooperación agrícola.
3. Desarrollar una nueva matriz tecnológica de producción y distribución de la riqueza en la agricultura:exigir de los Estados políticas crediticias, investigación y financiamientos específicos para una producción agrícola basada en la agroecología y el aumento de la productividad del trabajo y las áreas en equilibrio con la naturaleza.Garantizar programas de reproducción, almacenamiento y distribución de las semillas nativas y agroecológicas de producción de los campesinos, insertos en el programa de soberanía alimentaria del país. Combatir la propiedad privada intelectual de las semillas, los animales, los recursos naturales, la biodiversidad y los sistemas de producción, como también combatir la producción y comercialización de semillas transgénicas y agrotóxicos en todos los países.
4. La industrialización y la política agrícola: desarrollar pequeñas agroindustrias dentro del país, asegurando agregar valor a la producción y generar más renta para la población campesina y promover un desarrollo equilibrado entre las regiones, así comodesarrollar centros de investigación, cualificación técnica e intercambio de conocimientos, centrados en las actividades de la agroindustria y la preservación ambiental.Exigir del Estado políticas públicas que garanticen los instrumentos de la política agrícola para todos los/as campesinos/as: garantía de precios rentables, crédito rural adecuado, seguro agrícola, asistencia técnica y tecnológica, almacenamiento, maquinaria, equipos y suministros necesarios para la agricultura. Exigir que los/as campesinos/as tengan participación efectiva en la formulación de todas las políticas públicas para la agricultura.
5. Educación: el acceso a la educación es una de las condiciones básicas de la construcción del proyecto de Reforma Agraria Integral y Popular, porque la educación es un derecho fundamental de todas las personas y debe ser atendido en el propio lugar donde viven,respetando el conjunto de sus necesidades humanas y sociales. Para ello, exigir al Estado e implementar programas masivos de alfabetización para jóvenes y adultos del campo, universalizar el acceso a la educación básica y ampliar el acceso de jóvenes y adultos a la educación profesional de nivel medio y superior, dando prioridad a las demandas y el desarrollo del conjunto de comunidades campesinas.
6. Luchas: sin un profundo proceso de lucha, organización y presión del conjunto de la sociedad, no será posible conquistar este proyecto de Reforma Agraria Integral y Popular. Esto sólo será posible si los campesinos enfrentan este modelo, a través de luchas, ocupación de tierras, resistencia y supervivencia. La realización de este proyecto de transición de los bienes de la naturaleza y la agricultura latinoamericana sólo se superará cuando sea, de hecho, una bandera defendida por el conjunto de la sociedad, en un contexto histórico de existencia y alianza entre gobiernos populares, que coloque al Estado al servicio de las mayorías, con un movimiento de masas, en el que los trabajadores sean los sujetos políticos permanentes para los cambios.
Ante esta situación, varios retos se presentan en este momento histórico, que son sentidos especialmente en este período de preparación y realización del VI Congreso de la CLOC, que se llevará a cabo del 10 al 17 abril en Buenos Aires, Argentina.
Actuar principalmente en las contradicciones del capital y del agrohidronegocio y mineralnegocio.Es necesario identificar en cada país los principales enemigos de los/as campesinos/as y emprender acciones de denuncia sobre estas contradicciones para toda la sociedad.Y en esta línea realizar ocupaciones de los grandes latifundios, enfrentando el debate de la función social de la tierra.
Actualizar el estudio y discusión de experiencias y procesos de lasreformas agrarias existentes y profundizar en el concepto de la Reforma Agraria Popular.
Durante el VI Congreso, debatir temas importantes, que dialogan directamente con las comunidades afectadas, como los pueblos indígenas, los asalariados y los afectados por las represas e intercambiar experiencias en los temasde la soberanía alimentaria, agroecología, feminismo popular y socialismo, y cómo llevar a cabo luchas concretas en defensa de la tierra, el agua y la Reforma Agraria.
Mantener la realización de misiones de solidaridad con los países con más conflictos de tierras, como Guatemala, Honduras, Panamá, Colombia, Paraguay y especialmente con Brasil en 2016, cuando se cumplan 20 años de la masacre de Eldorado dos Carajás, teniendo en cuenta que la impunidad perdura.
Continuar exigiendo que los gobiernos cumplan con las resoluciones de la Conferencia Internacional sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural (CIRADR) en cada país ya nivel internacional, evento que se celebró en Porto Alegre, Brasil, en marzo de 2006.
Masificar el proceso de formación de la juventud del campo y coordinar con la juventud urbana, buscando fortalecer los lazos de organización y acciones conjuntas.
Seguir trabajando y acompañando el tema de los Derechos Campesinos para garantizar que en el año 2016, sean aprobados por la ONU.
Por último, las raíces de la Reforma Agraria Integral y Popular no están solamente en el agotamiento objetivo de la reforma agraria clásica. Ellas brotan y crecen en el enfrentamiento de los sujetos trabajadores contra las fuerzas del capital, que se apropian cada vez más de todos los bienes de la naturaleza, la salud y la cultura popular para convertir todo en lucro. Por lo tanto, esta propuesta no está destinada sólo a los trabajadores del campo, sino que abarca a todas las fuerzas y sectores que creen en los cambios de la sociedad. Por eso creemos que es fundamental articular alianzas con los trabajadores en las ciudades, como forma de encarar la correlación de fuerzas en la lucha de clases y tratar de tener conquistas concretas para el avance cada vez mayor, en las bases, en los movimientos y en la sociedad en general, de la Reforma Agraria Integral y Popular.(Traducción ALAI).
– Marina dos Santos forma parte de la Dirección Nacional del MST / Brasil y es integrante de la Comisión Política de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC), porAmérica del Sur.
Bibliografia consultada:
– Programa Agrário do MST; Secretaria Nacional do MST, 2013, São Paulo.
– Documentos de Trabajo Rumbo al VI Congreso Continental de la Coordinadora Latino americana de Organizaciones del Campo; Secretaria Operativa, 2014, Argentina.
– Relatório da Reunião do Coletivo Terra, Água e Território da Via Campesina Internacional; Roma, Janeiro/fevereiro 2015, Itália.
La criminalización de las semillas campesinas: resistencias y luchas – publicación Vía Campesina y GRAIN
8 de abril de 2015
Las semillas campesinas – uno de los pilares de la producción de alimentos – están sometidas a un ataque por todas partes. La presión de las corporaciones está impulsando, en muchos países, leyes que limitan crecientemente el rango de lo que los agricultores pueden hacer con sus propias semillas. Guardar semillas, algo que ha sido la base de la agricultura por miles de años, es una actividad que comienza a ser criminalizada rápidamente.
¿Qué podemos hacer? Una nueva publicación y un cartel de La Vía Campesina y GRAIN documentan qué movimientos hacen los grandes negocios y los gobiernos para impedirle a los campesinos que guarden e intercambien sus semillas, y muestran las respuestas de lucha del campesinado.
«El control de las semillas debe permanecer en manos campesinas. Éste es el principio, basado en el proceso de producción, que garantiza la soberanía alimentaria de las comunidades rurales y las poblaciones urbanas contra las multinacionales y sus enormes ganancias. Por siglos, los campesinos crearon miles de variedades que son la base del acervo alimentario y la diversificación de la dieta,» dice Guy Kastler, de Vía Campesina.
Pero para las corporaciones que quieren imponer leyes que les den pleno control de la tierra, del proceso agrícola, de los alimentos y las ganancias provenientes de este sector, estas prácticas milenarias en torno a las semillas son un obstáculo. Por el contrario, para La Vía Campesina, la ley debería garantizar los derechos del campesinado de conservar, utilizar, intercambiar o vender sus semillas, protegiéndolas de la biopiratería.
«Con el apoyo de los gobiernos, los grandes negocios emprenden una ofensiva legal global para obtener pleno control sobre las semillas. Esto incluye no sólo privatizar las semillas mediante nuevas leyes, sino otorgarles nuevos derechos para catear los hogares campesinos y destruir sus semillas,» dice Camila Montecinos, de GRAIN.
Las leyes de semillas adquieren mayor agresividad respondiendo a las exigencias de la industria semillera y biotecnológica. Los llamados tratados de libre comercio, los acuerdos bilaterales de inversión y las iniciativas de integración regional están endureciendo las formas «suaves» de los derechos de propiedad sobre las semillas. Y las leyes que fortalecen los derechos de propiedad intelectual sobre semillas son reforzadas por otras regulaciones que supuestamente garantizan calidad, transparencia mercantil, prevención de falsificaciones, etcétera.
Está en juego el fundamento primordial de la existencia campesina. Los movimientos sociales a nivel mundial, especialmente las organizaciones campesinas, están resistiendo y se movilizan para evitar la aprobación de dichas leyes.
Las corporaciones y los gobiernos confían en la falta de transparencia y la secrecía porque saben que una ciudadanía informada rechazaría la privatización de las semillas.
Este folleto fortalecerá la resistencia buscando que la más gente posible entienda – sobre todo en las comunidades rurales más afectadas – el impacto y significado de estas leyes promovidas por la industria, y la capacidad de los movimientos sociales para reemplazarlas con leyes que protejan los derechos campesinos.
Contenidos
1. Las leyes sobre semillas ilegalizan las semillas de las campesinas y los campesinos
2. Semillas africanas: un tesoro amenazado
3. América: Resistencia masiva contra las «leyes Monsanto»
4. Asia: La lucha contra una nueva ola de semillas industriales
5. Europa: El campesinado lucha por rescatar la diversidad agrícola
DESCARGUEN LA NUEVA PUBLICACIÓN AQUI.
Contactos
La Via Campesina
Guy Kastler (francés) +33 46 891 2895
Andrea Ferante (inglés, español) +39 348 018 9221
GRAIN
Renée Vellvé (inglés, francés) +33 67 507 3468
Camila Montecinos (español) +56 22 222 4437
Nota a los editores
Esta publicación viene acompañado de:
una infografía que explica las acciones que campesinas, campesinos y otras personas pueden emprender para defender sus semillas
una tabla que rastrea cambios en las leyes de semilla por todo el mundo – publicada por GRAIN
Argentina: Nota en semanario Miradas al Sur- Una Vía Campesina hacia el Buen Vivir
4 de abril de 2015
Del 10 al 17 de abril, Buenos Aires volverá a respirar aires de debate, propuestas y planes de acción. Tendrá lugar en la ciudad el VI Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC)-Vía Campesina, con la participación de más de 800 delegados, representando a un centenar de organizaciones de 18 países de América Latina y el Caribe junto a la V Asamblea Continental de Mujeres y la IV Asamblea de la Juventud del sector.
El debate, esta vez, no se moverá alrededor de ideas como las de emancipación o igualdad sino que hincará sus dientes en la disputa con los agronegocios y buscará la construcción de una hoja de ruta que permita alcanzar «la Soberanía Alimentaria sustentada en la concreción de Reformas Agrarias Integrales y Populares, para producir los alimentos que nuestros pueblos requieren y que la humanidad necesita para garantizar su desarrollo por las tierras, los territorios y las semillas campesinas e indígenas, generadas en una relación de amor con la naturaleza, con la Madre Tierra, que nos indica los caminos para el Buen Vivir», según expresa la convocatoria.
A los bifes. Los miembros de la Coordinadora Latinoamericana no andan por las ramas. Han desarrollado el repertorio de políticas públicas que consideran imprescindibles para fortalecer la agricultura campesina e indígena y lograr la soberanía alimentaria. Al tope de las mismas, instalan una Reforma Agraria «popular e integral», con distribución de tierras y fortalecimiento del sector productivo; límites al tamaño de la propiedad; prohibición de la venta de tierras para extranjeros y expropiación de explotaciones con trabajo esclavo.
Reclaman además una política de acopios que permitan la regulación, a través de compras estatales de la producción en período de zafra-cosecha, depósito y posterior colocación en el mercado en el período entre cosechas; precios mínimos, que garanticen la cobertura de los costos de producción y un margen de renta para las familias campesinas y limite los precios pagados por los trabajadores urbanos y créditos subsidiados para la producción de alimentos, que permita a las familias campesinas la producción de alimentos con obtención de renta y colocación en el mercado a precios accesibles para los trabajadores urbanos, además de compras estatales de esos productos, con destino a los programas de alimentación escolar, hospitales, asilos y al sistema previsional.
La lista de medidas, legislaciones, estímulos, recomendaciones y exigencias es tan larga como un verdadero plan de gobierno para el sector, destinado a hacerlo sustentable y a contribuir al desarrollo de la soberanía alimentaria, contrario al modelo de los agronegocios, considerado socialmente injusto, económicamente inviable, no sustentable para el medio ambiente y su biodiversidad y con una producción mercantil de alimentos con graves consecuencias para la salud de la población. El concepto de Soberanía Alimentaria, desarrollado por la CLOC-Vía Campesina parte del principio de que los alimentos «no pueden ser una mercancía», ya que la alimentación es un derecho de supervivencia de la humanidad y, por lo tanto, en todos los lugares del mundo cada pueblo «tiene el derecho y el deber de producir sus propios alimentos». Agricultura Familiar. El 2014 fue declarado Año Internacional de la Agricultura Familiar (AIAF) por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con la intención de visibilizar la agricultura familiar de los pequeños productores, «enfocado en la importancia de los mismos para la erradicación del hambre y la pobreza, destacando su capacidad de proveer alimentos, gestionar los recursos naturales y proteger el ambiente para el desarrollo sustentable puntualmente en las zonas rurales».
Esa intención dio marco a avances que se dieron en algunos países de la región en relación a la creación de espacios institucionales o al desarrollo de legislaciones, como las producidas en la Argentina con la sanción de la Ley de la Agricultura Familiar a fines de 2014 o la creación de la Secretaría respectiva, en el seno del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, acciones que constituyen para los referentes agrarios «un avance institucional» y la posibilidad de que «el agricultor pueda sentarse, debatir y consensuar» políticas, con «la intervención del Estado en beneficio de los pequeños productores y los consumidores». Evo Morales, presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, es uno de los líderes mundiales que articulan los conceptos de «vivir bien», soberanía alimentaria y cambio climático y expresa la necesidad de promover transformaciones profundas.
Llevó sus propuestas y mostró las acciones desarrolladas en su país ante la Conferencia Climática de Copenhague de diciembre de 2009, desde donde reclamó ese «vivir bien», con solidaridad, complementariedad y reciprocidad, como antítesis del «vivir mejor» capitalista que, a su juicio, lleva implícito el «explotar seres humanos», «agotar recursos naturales», «siempre a costa de otro» y «de la destrucción del ambiente», con «egoísmo e individualismo», El presidente de Bolivia pidió que «no cambiemos el clima, ¡cambiemos el sistema!» apuntó al corazón del problema y, en simultáneo, abrió espacio para una agenda compleja y abarcativa, con muchos actores opuestos a su desarrollo. Esa visión, además de desnudar la responsabilidad negativa del cambio climático sobre la vida en la Tierra, avanza hacia el origen del mismo, concluyendo que es el propio modelo de desarrollo el que impulsa los eventos que generan los desastres socionaturales que sufren a diario los pueblos de la región, con inundaciones, sequías, incendios forestales que jamás son «naturales».
Los organizadores de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, que se reunirá desde el próximo 10 en Buenos Aires, consideran que la CLOC expresa el ideario y las luchas organizadas de millones de campesinos y campesinas de América latina y el Caribe, muchas de ellas impregnadas de los legados de los pueblos originarios, de los trabajadores de la ciudad, de los pescadores, las batallas juveniles y las luchas estudiantiles y de las resistencias de los pueblos indo-afro-americanos, que rechazan los «sistemas productivos de monocultivos, el uso intensivo de tecnología y de agrotóxicos, que destruyen nuestra biodiversidad y acaban con la vida y la salud del pueblo». Buenos Aires, entonces, será escenario del diseño de esa Vía Campesina.
Carlos A. Villalba. Miradas al Sur