Llamado a solidaridad con Cuba y la ANAP

NOTA INFORMATIVA dirigida a las organizaciones campesinas del mundo que mantienen relaciones de trabajo con nuestra Organización.

Estimados compañeros y compañeras:

Como ustedes conocen, nos encontramos a un año de los sucesos desestabilizadores y violentos del 11 de julio que se desarrollaron en nuestro país, manipulados, organizados y financiados por los grupúsculos de la mafia cubano-americana y del gobierno de los Estados Unidos.

En estos momentos se están gestando y convocando a repetir esas acciones, crear un clima de ingobernabilidad e inseguridad que propicie acciones de condena desde el exterior en contra de nuestro proceso revolucionario, como parte del contexto de guerra económica e mediática que estamos viviendo. Se trata de generar la imagen de un país socialmente inestable y en crisis política.

Se organizan y preparan acciones dentro del país y en varias ciudades del mundo de apoyo a la contrarrevolución, y de critica a las sanciones impuestas por los tribunales cubanos ante la violencia, indisciplina social, desorden y hechos vandálicos que ocurrieron en aquel momento.

Los campesinos cubanos ratifican su apoyo y compromiso con la Revolución cubana y reafirman la necesidad de la paz y tranquilidad ciudadana, para continuar con su aporte en la producción de alimentos y contribuir a minimizar el impacto de la situación que atraviesa el país, recrudecida por el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por el gobierno de los Estados Unidos por más de seis décadas.      

Por lo que, como siempre hemos contado con el apoyo y solidaridad de las organizaciones y pueblos amigos, abogamos, una vez más, para que se multipliquen las acciones de respaldo a la paz y tranquilidad de nuestra nación y a la Revolución Cubana, tanto en el espacio físico como digital. Qué se denuncien las campañas mediáticas y mercenarias de desestabilización y descrédito contra Cuba, impulsada por los Estados Unidos y que dejen al pueblo cubano construir su destino con una patria de todos y para el bien de todos.  

Necesitamos su apoyo incondicional como siempre lo hemos tenido.

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Líneas de mensajes para utilizar en las publicaciones de apoyo y solidaridad a la Revolución cubana ante las nuevas agresiones e intentos desestabilizadores.

  • Enérgica denuncia de las acciones apátridas y desestabilizadoras estimuladas y orquestadas desde el exterior con la complicidad de operadores políticos internos que aspiran a un cambio de régimen en Cuba. #CubaPorLaPaz; #Solidaridad; #CubaNoEstáSola
  • Denuncia al recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos a Cuba. #NoMásBloqueo; #EliminaElBloqueo
  • Apoyo y solidaridad con el campesinado y pueblo cubano en su reafirmación y compromiso en la continuidad y defensa de la Revolución.
  • Necesidad de la paz y tranquilidad ciudadana para poder continuar construyendo nuestro futuro

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Departamento de Relaciones Internacionales de la Dirección Nacional de la ANAP

Asociación Nacional de Agricultores Pequeños

Dirección Nacional

La Habana, 7 de julio de 2022                                

Año 64 de la Revolución

Boletín Tierra Junio 2022

Desde la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo – CLOC-Vía Campesina te compartimos la edición Junio 2022 de nuestra revista digital Boletín Tierra.

En esta edición compartimos un resumen de las acciones de la CLOC y La Vía Campesina en el marco de los 30 años de vida de La Vía Campesina, entrevistas realizadas a los dirigentes de las regiones y otros artículos de contexto actual.

Lee el Boletín Tierra Junio 2022 completo aquí

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Pronunciamiento Colectivo LGBTIQ de la CLOC Suramerica 🏳️‍🌈

📍Las, los y les campesinos de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo CLOC Suramérica, nos juntamos para conmemorar el 28 de junio día internacional del orgullo LGBTIQ+


📍El sector campesino es amplio y diverso, somos pueblos indígenas, afrodescendientes, pueblos de los bosques y los ríos, las personas agricultoras, pastoras, pescadoras, trabajadoras migrantes tenemos diversos modos de vida y de formas de vivir nuestra sexualidad. Nos sumamos a la defensa y promoción de la dignidad de todes desde la lucha campesina por la soberanía alimentaria y la vida digna del campesinado.


📍En muchas partes del mundo, la gente abandona los territorios rurales debido a la precariedad del trabajo agrícola asalariado, los conflictos con los destructivos megaproyectos que imponen las grandes empresas y la promesa de una “vida mejor” en la ciudad. Además, la tradición familiar y el moralismo que también están presentes en el campo son razones que llevan a las personas LGBTI campesinas al éxodo rural.


📍Las personas LGBTI luchamos para poder seguir viviendo en el campo, resistiendo al agronegocio, produciendo alimentos y relaciones sanas.. La lucha campesina, feminista, negra, indígena, migrante y LGBTI es una lucha integral por la liberación y autodeterminación de los territorios-cuerpo y los territorios-tierra.


📍Las luchas de las mujeres y de las personas LGBTI se encuentran en el cuestionamiento del control y la violencia del capitalismo racista y heteropatriarcal sobre los cuerpos y territorios. También se encuentran en el deseo de transformación hacia una sociedad de igualdad y libertad.


📍El siguiente paso es incorporar en los espacios de formación (escuelas de formación política e ideológica y escuelas de agroecología) los temas sobre diversidad sexual y de género para empezar a hablar sobre estas temáticas y reconocer que todes defendemos nuestras luchas colectivas.

¡Somos CLOC LGBTIQ, somos fuerza, somos resistencia! 🏳️‍🌈

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Los IALAs: Construyendo Soberanía Alimentaria

En la Universidad de la Tierra de la ciudad de Oaxaca, México, los días 22, 23 y 24 de junio del 2022 nos convocamos delegadxs de las Comisiones Políticas Pedagógicas (CPP) de los IALAs (Instituto Agroecológico Latinoamericano) de la CLOC-Vía Campesina  contando con la participación CEFIC, UNICAM SURI (Argentina), SEMBRADORAS DE ESPERANZA (Chile), AMAZONICO Y ELAA (Brasil), GUARANI (Paraguay), MARIA CANO (Colombia) y IXIM ULEW (Nicaragua).

En el encuentro “IALAs como Estrategía Para la Construcción de la Soberanía Alimentaria” se intercambiaron experiencias de lucha actuales de nuestros territorios, así como estrategias pedagógicas para masificar la agroecología.

Con la presencia de 30 compañerxs logramos compartir, conocer y debatir sobre las escuelas agroecológicas; contenidos temáticos; incidencia política y territorial; feminismo campesinx y popular; metodología campesinx a campesinx (CaC), diversidad sexual y de género; apuestas productivas; estrategias de autonomía económica; acreditación; dificultades; y resistencias.

En este intercambio reafirmamos que en los territorios de los IALAS se ha masificado la agroecología a través de metodologías como la alternancia y campesinx a campesinx, con sus diferentes variantes territoriales. Esto implica esfuerzos creativos que se nutren del contexto de cada lugar, resaltando la voz y el conocimiento tradicional y local, como la forma más amorosa y eficaz de transmisión de saberes del campo. Procesos de, por y para lxs sujetxs sociales fundamentales de cada experiencia.

La fuerza que reúnen lxs educandxs en los IALAs se transmite a los territorios alimentando una conciencia transformadora; procesos de defensa y resistencia; fortaleciendo su organicidad; ampliando la mirada y el vínculo con su entorno natural. El feminismo campesinx y popular han disputado espacios en la conciencia de educandxs, educadorxs y al interior de los IALAs, como una forma de leer, interpretar y transformar el mundo, posicionando una lectura desde la mirada de las mujeres del campo sobre las injusticias sociales, ambientales, económicas, políticas y culturales. Esto a su vez ha abierto el camino y labrado espacios de confianza para hablar de temas con los que tenemos una deuda histórica y política como lo es la diversidad sexual y de género.

Las alternativas económicas que han surgido en las escuelas fortalecen la conciencia en torno a autoconsumo y consumo local; producir e intercambiar de forma cercana; y fortalecer lazos de economía solidaria. La cosecha de estos alimentos a la vez es un aprendizaje de enseñar haciendo, produciendo e intercambiando en la escala de las relaciones territoriales. 

Ecuador: criminalización en las protestas y violación de derechos humanos

Comunicado de solidaridad de CLOC Vía Campesina

Desde la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo – CLOC, respaldamos la lucha de las organizaciones y movimientos sociales de Ecuador que se han estado movilizando y protestando en el marco de un Paro Nacional convocado el 13 de junio del presente año, contra las medidas neoliberales impuestas por el gobierno de Guillermo Lasso.

Las demandas que realizan son las siguientes:

  • Reducir los precios del combustible;
  • Establecer una moratoria de un año en el sistema financiero para que las familias paguen sus deudas; 
  • cancelación de la deuda de la banca pública hasta $10.000.
  • Garantizar el empleo y los derechos laborales;
  • Precios justos para los productos rurales;
  • No minería en territorios indígenas;
  • El respeto de los derechos colectivos;
  • No privatización de servicios estratégicos;
  • Desarrollo de políticas para controlar la especulación de precios;
  • Aumentar el presupuesto para salud y educación;
  • Tomar medidas para mejorar la seguridad.

Expresamos toda nuestra solidaridad con nuestros hermanos y hermanas de Ecuador y rechazamos la criminalización de las protestas y la violación de los derechos humanos por medio del uso injustificado de la fuerza que ha dejado 5 personas fallecidas y alrededor de 166 personas heridas, según datos de organizaciones de Derechos Humanos.

La Vía Campesina: ¡Alto a la crisis alimentaria! ¡Soberanía Alimentaria, ya!

(Bagnolet, 3 de Junio de 2022) “Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza”; esta consigna nos ha dado unidad en estos 30 años de historia de La Vía Campesina. Nos ha guiado en la lucha incesante contra la intervención de la Organización Mundial del Comercio (OMC), contra la comercialización de alimentos al servicio de las grandes corporaciones capitalistas, que han transformado los alimentos en mercancías, y en la lucha por la Soberanía Alimentaria. Pero hoy, se presentan nuevos desafíos. Las crisis de hambre están estallando en varios países del mundo. Frente a esto, La Vía Campesina comparte su análisis de la situación y sus demandas por un cambio urgente y radical en las políticas internacionales y nacionales.

Crisis simultánea…

Vivimos hoy, en todo el mundo, en medio de crisis simultáneas, graves, intensas y prolongadas, con cambios muy rápidos en la correlación de fuerzas y en la lucha política. Una crisis económica profunda y estructural que afecta a los principales países del centro capitalista y a los países pobres y en vías de desarrollo. Llamamos a esta crisis estructural porque es el resultado del modo de organización del sistema y no es posible superarla sin confrontar las bases del propio capitalismo. Esta crisis aparece y se profundiza en la economía, las desigualdades sociales, los límites de la democracia burguesa, la inoperancia del Estado, el peso insostenible de la deuda pública, el ataque a la soberanía de los pueblos y una verdadera crisis de valores civilizatorios. Donde en diversas regiones del planeta emerge la barbarie, en forma de odio, violencia, guerras y prédicas fascistas.

Crisis ambiental

Vivimos una crisis ambiental que es parte de esta crisis estructural. Se agrava porque es consecuencia de las agresiones cotidianas que los capitalistas realizan contra la naturaleza, que se intensifica con la crisis, tratando de privatizar los bienes comunes y, en especial, apropiándose de los minerales, el agua, los bosques, la biodiversidad para transformarlos en mercancías y obtener un beneficio extraordinario, ingresos que no tendrían en las fábricas, el comercio o incluso con la especulación financiera.

Por eso, la Conferencia COP26, convocada para discutir la crisis climática, fue un fracaso, porque los capitalistas no quieren renunciar a sus ganancias para salvar la naturaleza y el planeta. En cambio, lo único que pretenden es crear mecanismos de bonos de carbono para disputar las ganancias obtenidas en la naturaleza entre la propia burguesía. Y con esto, nuestro planeta ya está en estado de alerta, porque muchas especies ya están desapareciendo, y tras el aumento de las temperaturas y el dióxido de carbono en la atmósfera, el propio ser humano corre riesgo de sobrevivir.

Crisis sanitaria

Sumado a la crisis estructural del capitalismo que ya estaba instalada, la irrupción del Covid-19 generó una enorme desorganización y aumento de las desigualdades a nivel mundial.

Las personas de bajos ingresos han sido las más vulnerables al COVID-19, tanto porque la mayoría de los gobiernos no han proporcionado los medios suficientes para que la gente se quede en casa, por lo que la gente más pobre tuvo que seguir trabajando y se enfrentó al virus, pero también por las enormes desigualdades en el acceso a los servicios sanitarios, dispositivos de protección, como mascarillas o gel hidroalcohólico y vacunas. Esta desigualdad fue tanto al interior de los países como a nivel internacional, porque las grandes industrias médicas y farmacéuticas siguen la lógica de la mera ganancia y no de salvar vidas, y destinaban los medicamentos solo para los países ricos.

Y así, la crisis se ha profundizado en todas sus dimensiones económicas, sociales y ambientales. Por lo tanto, en lugar de enfrentar las verdaderas causas de la crisis, el propio sistema, lo que hacen los capitalistas es acelerar la destrucción de la naturaleza para producir más bienes y trasladar la factura de la crisis a lxs trabajadores y trabajadoras quitándoles derechos, aumentando la explotación y represión, reduciendo los salarios, etc.

Guerras y crisis geopolítica

Sumado a todo esto, estamos en medio de varias guerras, en Yemen, Palestina, Siria, Libia y, por último, en Ucrania. El estallido de la guerra en Ucrania crea importantes amenazas geopolíticas, tanto en Europa como en el mundo.

Lo más importante en tiempos de guerra para La Vía Campesina es defender los principios que políticamente nos han llevado hasta el día de hoy y que son determinantes y fundamentales para nuestra posición. Estos principios están incorporados en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de lxs campesinxs y otras personas que trabajan en las zonas rurales. El primero es la defensa intransigente de la vida y la paz. El segundo es la defensa de la soberanía de los pueblos, o naciones, contra las guerras y contra la destrucción de las estructuras sociales.

La principal consecuencia de estas guerras es la pérdida de muchas vidas humanas, tomadas por causas casi siempre ajenas a su vida cotidiana. Millones de personas son mutiladas por la guerra, tanto física como psicológicamente debido al trauma de la pérdida de familiares y amigxs, la destrucción de su espacio vital y el sentimiento de miedo y frustración por haber abandonado su tierra, sin nada, dejando atrás todo lo que habían construido para huir de la guerra y tratar de salvar sus vidas y las de sus familias.

El mundo sufrirá consecuencias en varios niveles, como un recrudecimiento de la crisis económica, que experimentamos desde 2008, pero que, con la guerra, tiende a aumentar en intensidad. Sin duda, esto tendrá consecuencias directas e indirectas en muchas áreas, pero especialmente en la producción de alimentos. Esto significa una crisis de abastecimiento, aumento de los precios de los alimentos, aumento de la inflación y una posible suba del valor del dólar. La tendencia es que la crisis económica se extienda a todos los países a medida que la guerra se vuelva más grave y se prolongue. A menudo se dice que “sabemos cuándo comienza una guerra, pero no podemos predecir cuándo, ni cómo terminará”.

… dirigiéndose a una posible crisis alimentaria mundial

Aún es demasiado pronto para predecir cuáles serán las consecuencias de la guerra o el desarrollo de la guerra, más allá de en Europa, en la política, en la economía, en las disputas geopolíticas y para la agricultura.

Sin embargo, estas diferentes crisis tienen graves consecuencias en los sistemas alimentarios de todo el mundo, principalmente porque los gobiernos, las transnacionales y las instituciones internacionales han dado prioridad al desarrollo de la importación y exportación de alimentos y productos agrícolas en lugar de apoyar sistemas alimentarios locales y nacionales estables destinados a producir alimentos saludables para la gente. Esto ha creado una dependencia con los mercados internacionales.

Todavía hoy, más del 85 % de la producción agrícola no se comercializa internacionalmente. Lo que experimentamos es una crisis del sistema alimentario capitalista globalizado e industrializado, mientras que los sistemas alimentarios campesinos locales están mostrando su resiliencia.

Actualmente, la crisis no está ligada a la escasez de alimentos a nivel mundial, sino a la especulación de los precios. Los países que se han transformado en países dependientes de la importación de alimentos ahora no pueden pagar los precios altísimos a los que actualmente se venden los cereales en los mercados internacionales. Podemos decir que lamentablemente la lujuria del capital nos puede llevar a una crisis en la distribución de alimentos en el mundo y ciertamente a un aumento del hambre, especialmente en países que ya están sufriendo de hambruna. La agricultura en el mundo produce lo suficiente para soportar un período más largo de crisis, el problema no es la falta de alimentos, sino el hecho de que las grandes empresas capitalistas que dominan el mercado financiero y de distribución mundial han transformado el comercio de alimentos y productos agrícolas en un mercado altamente especulativo. La mayoría de los “productos básicos” negociados internacionalmente ahora están sujetos a contratos a futuro que pueden intercambiarse en el mercado de valores varios cientos de veces al día. El precio al que finalmente se venden estos productos a los países que los necesitan para alimentar a su población no tiene relación con los verdaderos costos de producción, ni con la capacidad de compra de los países importadores.

Además, en un intento cínico de aprovechar la guerra en Ucrania, EE. UU., Canadá y la UE ahora piden un aumento sin precedentes en la producción de granos, no tanto para alimentar a las personas en los países importadores de alimentos, sino para captar nuevos mercados que solían ser abastecidos por Rusia o Ucrania.

La mayoría de las políticas que aseguraban una protección frente a crisis internacionales o nacionales (desastres naturales, pandemias, guerras o conflictos internacionales…) como el acopio y almacenamiento público estratégico, el control regulatorio de existencias, la regulación del mercado u otras políticas públicas necesarias han sido desmanteladas progresivamente durante la última década a través de la presión del FMI, el Banco Mundial, la OMC y los acuerdos bilaterales de libre comercio. Esta estrategia, parte constitutiva de los procedimientos estratégicos de defensa de la soberanía nacional, ha sido siempre tarea de los Estados. Sin embargo, el neoliberalismo, como modelo de desarrollo capitalista, implementado en la mayoría de las naciones en las décadas de 1980 y 1990, promovió, en nombre de la globalización económica: la apertura total de las fronteras para la libre circulación de mercancías controladas por las grandes corporaciones capitalistas y la privatización de las estructuras y logística de almacenaje y control de stock.

Como resultado de este proceso, la mayoría de las naciones se han convertido en rehenes del mercado y de los intereses de las grandes cooperativas transnacionales, que controlan la producción, el almacenamiento, la industrialización, el financiamiento y la distribución del mercado mundial de alimentos. La tarea de almacenamiento estratégico y control de stock de alimentos ahora pertenece al mercado, al servicio del capital, por lo que es nuestro desafío retomar en todos los países la construcción de stocks provenientes de la agricultura campesina, así como la comercialización de alimentos entre países, que debe realizarse con nuevos parámetros y normativas.

Mientras la agroindustria avanza hacia la digitalización de la agricultura con tecnología 4.0, nosotrxs hemos obtenido la aprobación en 2018 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de lxs Campesinxs y otras personas que trabajan en las zonas rurales. Este momento histórico, se presenta como una oportunidad para denunciar el agotamiento del modelo productivo basado en el paquete tecnológico, y presentar al campesinado como la alternativa de presente y futuro. Producir alimentos sanos, proteger la naturaleza y crear nuevas relaciones sociales en el campo, vida digna, soberanía alimentaria y soberanía de los pueblos. Debemos tener en cuenta que las nuevas tecnologías conducen al desempleo y al vaciamiento del campo de personas, de campesinxs, fomentando la migración forzada y la miseria.

Propuestas de La Vía Campesina para enfrentar la actual crisis alimentaria y avanzar hacia la Soberanía Alimentaria

Frente a este dramático contexto, La Vía Campesina expresa fuertes demandas y propuestas para enfrentar la crisis, tanto a corto como a largo plazo.

Demandamos acción inmediata por:

1-El fin de la especulación con los productos alimenticios y la suspensión de la cotización de los productos alimenticios en las bolsas de valores. Los contratos futuros sobre productos agrícolas deberían prohibirse inmediatamente. El precio de los alimentos comercializados internacionalmente debe estar vinculado a los costos de producción y seguir los principios del comercio justo, tanto para lxs productorxs como para lxs consumidorxs;

2-El fin de la Organización Mundial de Comercio en el control del comercio de alimentos, así como los tratados de libre comercio. En particular, las normas penales de la OMC que impiden a los países desarrollar reservas públicas de alimentos y la regulación de precios y mercados deben eliminarse de inmediato, para que los países puedan desarrollar las políticas públicas necesarias para apoyar a lxs productorxs de alimentos a pequeña escala en este difícil contexto;

3-Una reunión de emergencia del Comité de Seguridad Alimentaria y la creación de un nuevo organismo internacional para llevar a cabo negociaciones transparentes sobre acuerdos de productos básicos entre países exportadores e importadores, para que los países que se han vuelto dependientes de las importaciones de alimentos puedan tener acceso a alimentos a un precio accesible;

4-La prohibición del uso de productos agrícolas para producir agrocombustibles o energía. La comida debe ser una prioridad absoluta por sobre el combustible.

5-Una moratoria global en el pago de la deuda pública por parte de los países más vulnerables. En el contexto actual, presionar a algunos países muy vulnerables para que paguen la deuda es una gran irresponsabilidad y está desembocando en una crisis alimentaria. Hacemos un llamado al fin de las presiones del Fondo Monetario Internacional, FMI, para desmantelar las políticas públicas nacionales y los servicios públicos y a la cancelación de la deuda pública externa ilegítima en los países en desarrollo.

Exigimos cambios radicales en las políticas internacionales, regionales y nacionales para reconstruir la soberanía alimentaria a través de:

1-Un cambio radical en el orden comercial internacional. La OMC debe ser desmantelada. Un nuevo marco internacional para el comercio y la agricultura, basado en la soberanía alimentaria, debe abrir el camino para el fortalecimiento de la agricultura campesina local y nacional, para asegurar una base estable para una producción de alimentos relocalizada, el apoyo a los mercados liderados por campesinxs locales y nacionales, así como en cuanto a asegurar un sistema de comercio internacional justo basado en la cooperación y la solidaridad en lugar de la competencia y la especulación;

2-La implementación de la Reforma Agraria Popular e integral, para detener el acaparamiento de agua, semillas y tierras por parte de las transnacionales, y garantizar a lxs pequeñxs productorxs derechos justos sobre los recursos productivos. Protestamos contra la privatización y el acaparamiento de ecosistemas y recursos naturales por intereses corporativos bajo el pretexto de la protección de la naturaleza, a través de mercados de carbono u otros programas de compensación de biodiversidad, sin consideración a las personas que viven en los territorios y que han estado cuidando de los recursos por generaciones;

3-Un giro radical hacia la agroecología, con el fin de producir alimentos sanos en cantidad y calidad para toda la población. Debemos tener en cuenta que la crisis climática y medioambiental será nuestro gran reto en el contexto actual y debemos afrontar el desafío de producir suficientes alimentos de calidad mientras reanimamos la biodiversidad y reducimos drásticamente las emisiones de GEI.

4-Una regulación efectiva del mercado de insumos (créditos, fertilizantes, pesticidas, semillas, combustible…) para apoyar la capacidad de lxs campesinxs para producir alimentos, pero también para asegurar una transición justa y bien planificada hacia más prácticas de agricultura agroecológica;

5-Una gobernanza alimentaria basada en la gente, no en las transnacionales. A nivel mundial, regional, nacional y local, se debe detener la captura de la gobernanza alimentaria por parte de las transnacionales y se debe poner el interés de la gente en el centro. Se les debe reconocer a lxs pequeñxs productorxs un papel clave que ocupan en todos los organismos de la gobernanza alimentaria;

6-La transformación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de lxs Campesinxs en un instrumento jurídicamente vinculante para la defensa de los pueblos rurales.

7-El desarrollo en cada país de las capacidades públicas de almacenamiento. La estrategia de acumulación de alimentos debe llevarse a cabo tanto a nivel nacional, como a través de la creación y el apoyo público a reservas de alimentos a nivel comunitario con alimentos producidos localmente provenientes de prácticas agrícolas agroecológicas;

8-Una moratoria global sobre tecnologías peligrosas que amenazan a la humanidad, como la geoingeniería, los transgénicos o la carne celular. La promoción de técnicas de bajo costo que incrementen la autonomía campesina y de las semillas campesinas.

9-El desarrollo de políticas públicas para asegurar nuevas relaciones entre quienes producen alimentos y quienes los consumen, quienes viven en las áreas rurales y quienes viven en las áreas urbanas, garantizando precios justos definidos en base al costo de producción, que permitan ingresos dignos para todxs lxs que producen en el campo y un acceso justo a alimentos saludables para lxs consumidorxs;

10-La promoción de nuevas relaciones de género basadas en la igualdad y el respeto, tanto para las personas que viven en el campo como entre la clase trabajadora urbana. La violencia contra las mujeres y diversidades debe cesar ya.

Colombia: Elección histórica definirá el futuro del país

Por Jaime Amorín

Este fin de semana, el 29 de mayo, se celebrará la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia, que podría convertirse en un hito histórico para una población que ha sufrido agresiones y violencia. Elecciones con grande posibilidad de que la izquierda gane en la primera vuelta.

Estamos a menos de cinco días de las elecciones, pero Colombia vive días tensos con dos grandes objetivos por cumplir: el primero es elegir al ex alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, histórico militante de la izquierda colombiana, que actualmente lidera todas las encuestas con el 41% de los votos, seguido, pero con gran desventaja en la disputa electoral, por el ex alcalde de Medellín, el derechista Federico Gutiérrez, con el 27%. Resaltamos el papel de Francia Márquez, mujer Negra, feminista, defensora de los derechos humanos que va a estar con Petro en la vicepresidencia.

Este clima de tensión nos permite decir que, más allá del objetivo central de ganar las elecciones, es necesario asegurar que el candidato que representa a la gran mayoría de la población llegue vivo a las elecciones para asegurar que por primera vez el pueblo colombiano pueda soñar con la paz y la soberanía en este continente

Colombia, un importante país de Sudamérica con más de 50 millones de habitantes, limita con varios países como Brasil, Venezuela, Ecuador y Perú. Está centrada en un espacio geográficamente importante en las disputas por el poder político, económico y militar. Es un país históricamente gobernado por conservadores de extrema derecha, entreguistas y totalmente sumisos a los intereses del imperio norteamericano.

En las últimas décadas, el pueblo colombiano ha vivido un proceso de permanente agresión y violencia por parte de grupos conservadores vinculados al narcotráfico, milicias y grupos paramilitares. Para la población, uno de los principales objetivos en la vida es sobrevivir en medio del estado de violencia implantado en los territorios del país. Colombia es ahora el país de Sudamérica con más bases estadounidenses instaladas en sus territorios.

Estas bases, siempre justificadas con el argumento de la lucha contra las guerrillas y el narcotráfico, tienen el verdadero objetivo de controlar y enfrentarse de forma agresiva y ostensible a toda Sudamérica. El deseo norteamericano es conspirar y crear un conflicto permanente, principalmente con Venezuela, pero con un ojo puesto en los movimientos de toda la Amazonía, cuyo intento de control es responsabilidad de los países sudamericanos que la componen. Esta forma de control militar es una amenaza permanente contra los gobiernos sudamericanos y los pueblos de la región.

Hace más de 50 años, los izquierdistas colombianos comenzaron a organizar grupos de resistencia armada. Las organizaciones guerrilleras que resistieron durante tantos años, como las FARC -Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-, el ELN – Ejército de Liberación Nacional, entre otros, organizaron como base política a la comunidad de campesinos, que a su vez vivían y viven aún hoy bajo la violencia promovida directamente por grupos paramilitares al servicio de la extrema derecha colombiana y grupos de milicianos al servicio de las empresas que controlan la mafia de la cocaína que distribuye la droga al mundo al servicio de gobiernos que someten a la población a una violencia extrema combinada con terribles condiciones de vida.

En el país, desde noviembre de 2016 han sido asesinados más de 1300 dirigentes y solamente en 2022 se han perpetrado 43 masacres; se reclama un fin de las violencias y muertes. En este tema concreto, Petro ha enviado un mensaje directo a la burguesía y a los narcotraficantes, que “quieren que un país se incline ante los que compran carbón, petróleo y cocaína”. 

En estas elecciones está en juego la posibilidad de un gobierno de izquierdas, que rompa con la sumisión total al Estado norteamericano y sus oligarquías y construya con la sociedad un proceso basado en la democracia, la paz y la distribución de la renta.

En la región, Colombia podría asumir un papel importante en la articulación y las relaciones políticas regionales, potenciando la articulación entre los países sudamericanos. Por lo tanto, las elecciones colombianas podrían crear las condiciones para cambiar el escenario de la correlación de fuerzas políticas en América Latina.

Recordando, que el año pasado la izquierda ganó las elecciones en Perú; en Chile, donde está en proceso la construcción de una nueva constitución, con un congreso constituyente, elegido específicamente para esta función; las fuerzas progresistas ganaron las elecciones en Honduras; recuperaron el poder en Bolivia, después del golpe contra Evo Morales y Venezuela, Cuba y Nicaragua han resistido en los últimos años una agresiva embestida con boicots y conspiraciones, tratando de desgastar y derrotar a los gobiernos populares de estos países.

El posible triunfo en las elecciones colombianas y, en octubre, la victoria de Lula en Brasil, permiten ir reconstruyendo, paso a paso, una relación más soberana entre las distintas naciones latinas del continente. La región tendrá una nueva oportunidad de articularse y reconstruir instrumentos de articulación soberana y autónoma frente a los embates norteamericanos y de transformarse en una región con orgullo y soberanía en sus articulaciones y relaciones comerciales y políticas con otras naciones, incluso con los estadounidenses.

Si Petro gana las elecciones, el gobierno y el pueblo de Colombia tendrán por delante varios retos que serán decisivos para la reconstrucción de la nación: el primero es derrotar políticamente a la extrema derecha. No basta con derrotarlos en las urnas, habrá que derrotarlos ideológicamente, entre la población en las disputas de ideas. Esto ocurrirá en el día a día de la sociedad. Derrotarlos ideológicamente es necesario para evitar más violencia y para que la población pueda soñar con un país libre y soberano.

El segundo reto es desactivar los pilares de apoyo a la burguesía: los grupos paramilitares y milicianos, responsables de gran parte de la violencia que viene sufriendo la población. Tercero, construir con las organizaciones guerrilleras un proceso de paz consistente que incluya la integración política y económica de la población en las zonas liberadas, con una amplia reforma agraria, que garantice a las familias campesinas las condiciones para poder producir en la tierra y vivir con dignidad. Crear un proceso amplio con políticas públicas para garantizar la asistencia a las comunidades rurales, con alfabetización, salud, carreteras, transporte, electricidad e infraestructura para que la población pueda vivir con seguridad.

Finalmente, quizás uno de los mayores retos del nuevo gobierno colombiano es integrar a Colombia en los procesos de articulación política de la región que puedan garantizar la construcción de un proceso soberano y autónomo entre las naciones regionales. Es deconstruir el proceso histórico de sumisión a los intereses norteamericanos. Para nosotros, la tarea de esta semana estar vigilante al proceso, pero al mismo tiempo estar en sinergia para que las elecciones en Colombia se realicen de manera transparente y legítima y el pueblo pueda finalmente celebrar un gran logro histórico para luego reconstruir Colombia para el pueblo colombiano.

Foto: Colprensa

Alto al fuego n°6 : Seguimiento a Acuerdos de Paz en Colombia

VI Edición del Boletín “Alto al Fuego” – Luchamos por la Paz en Colombia y en el mundo

Bagnolet, 17 de mayo de 2022 – La Via Campesina comparte este boletín sobre Colombia, a fin de difundir información sobre la agudización de la crisis humanitaria en el país, la persecución del movimiento social, la criminalización de lxs hijxs del campo, de lxs pobres. Continúa el genocidio del movimiento social colombiano: dos históricos dirigentes, Teófilo Acuña y Jorge Tafur, miembros del Coordinador Nacional Agrario – CNA, fueron asesinados a finales de febrero, junto a ellos ya son 57 las y los líderes sociales asesinados en 2022.

Se destacan las diferentes iniciativas de los movimientos sociales para paliar la actual crisis de inseguridad en Colombia. Los movimientos siguen defendiendo la vida, la tierra y el territorio utilizando los acuerdos humanitarios como mecanismos para mitigar la violación de los derechos humanos y fomentar el diálogo pacífico entre los diferentes actores.

Lee AQUÍ el boletín completo.

CLOC-La Vía Campesina celebra los 30 años de luchas colectivas, esperanza y solidaridad

En Managua, Nicaragua, la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) y La Vía Campesina celebraron durante las fechas 22-28 de abril, 2022, una serie de reuniones y actividades en marco de los 30 años desde el nacimiento de La Vía Campesina.

Con el lema «30 años de luchas colectivas, esperanzas y solidaridad», participaron mas de 60 delegados y delegadas de 24 paises de manera presencial en la Escuela Obrera Campesina «Francisco Morazán», centro de formación de la Asociación de Trabajadores del Campo de Nicaragua.

En este espacio, se acordó los momentos importantes que contribuyeron a la fundación de La Vía Campesina. Hace tres décadas, el mundo cambió con la caída del Muro de Berlín y la derrota de la Unión Soviética, estableciendo un mundo unipolar y el auge del modelo neoliberal globalizado. Así mismo, en el continente de América (con participación también de organizaciones de Europa) se realizó la Campaña de los 500 años de Resistencia Indígena, Negra, y Popular con tres Encuentros en Quito, Guatemala, y Managua.

En este contexto de muchos desafíos, las y los campesinos del mundo, en lucha por la defensa de sus vidas y culturas, vieron que estaban enfrentando las mismas dificultades en América, Africa, Asia y Europa y decidieron unirse para trabajar agendas comunes.

Managua juega un papel importante en la historia de La Vía Campesina porque es allí en abril 1992 que se realizó el Congreso de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos, donde las organizaciones de América Latina y Caribe y Europa tomaron la decisión de formar La Vía Campesina. Luego, Centroamérica recibió la primera Secretaría Operativa Internacional bajo la coordinación general de Rafael Alegría de La Vïa Campesina Honduras.

El acto central de las celebraciones de los 30 años de La Vía Campesina se llevó a cabo el día 26 de abril con participación de todos los continentes a través de la participación presencial y virtual.

Además del acto central, se sostuvieron una serie de reuniones de La Vía Campesina y la CLOC, incluyendo del Comité Coordinador Internacional de La Vía Campesina, la Comisión Política Continental de la CLOC, la Articulación de Mujeres de la CLOC, entre otras varias actividades.

Estas actividades también se hicieron previo a la VIII Conferencia, el espacio de toma de decisiones mas alto de La Vía Campesina, que se realizará en Managua en noviembre 2023.

Desde la CLOC-Vía Campesina, estaremos publicando mas entrevistas realizadas durante este encuentro en las semanas que vienen, en marco de la celebración de todo el año de los 30 años de La Vía Campesina.

Chile: Organizaciones Campesinas logran la aprobación de artículos que consagran la Soberanía Alimentaria

COMUNICADO OFICIAL ANAMURI:

Queridas compañeras de ANAMURI,

Queremos hacerles llegar este saludo lleno de alegría, orgullo y reconocimiento por el aporte de todas ustedes a lo que es un triunfo histórico en nuestra lucha. Los días jueves 5 y sábado 7 de mayo, la Convención Constitucional aprobó un conjunto de artículos que consagran la soberanía alimentaria, reconocen la función social y ecológica de la tierra, fijan el deber del Estado de terminar con la violencia y discriminación contra las mujeres rurales,  y  por primera  vez reconocen la importancia y el deber de apoyar la agricultura campesina e indígena, la recolección y pesca artesanal, las ferias libres y los mercados locales.

Para ANAMURI, éste es la culminación de largos procesos de lucha. El Congreso Nacional de ANAMURI de 2007 ya concluyó que para avanzar hacia un país más justo y democrático necesitábamos una nueva Constitución, y en el Congreso de 2014 nos declaramos en un proceso permanente de Asamblea Constituyente.  Desde 2018 somos parte del G12,  una coordinación de 12 federaciones y confederaciones nacionales de organizaciones campesinas e indígenas que elaboramos una propuesta integral sobre los cambios constitucionales que nuestro país requiere. A fines del año pasado presentamos una iniciativa popular de norma sobre el derecho a la alimentación que obtuvo más de 17.000 firmas y que finalmente fundimos con una iniciativa  similar presentada por CODEMA. Y como parte de la CLOC presentamos una segunda iniciativa popular que abordaba elementos tan importantes como el reconocimiento de la ruralidad, la soberanía alimentaria y el derecho a las semillas.

Desde octubre del año pasado, hemos trabajado en forma permanente con un gran número de Convencionales y sus asesores, especialmente con nuestras dos compañeras Convencionales, en un proceso de construcción colectiva, con mucho de debate, movilización, cooperación y búsqueda de consensos. No siempre fue fácil, pero en el  pusimos nuestra mejor voluntad y  recibimos muchas expresiones de solidaridad y reconocimiento a las zonas rurales y a quienes vivimos, trabajamos y producimos en el campo.

¿Logramos incorporar a la Constitución todo aquello que consideramos necesario? Sin duda que no. Ha sido especialmente doloroso que no se reconociera nuestro derecho a las semillas, puesto que éste es un derecho milenario fundamental para nuestra permanencia en el campo y gracias al cual la agricultura se expandió y diversificó en el mundo entero. Sin embargo, celebramos con fuerza y alegría lo que hasta ahora se ha incorporado porque abre puertas para avanzar  hacia una ruralidad que permita vivir dignamente, asegurar alimentos para todas y todos y cuidar la naturaleza para las generaciones futuras. Sin ser perfectos, son avances históricos y trascendentales. Va nuestro profundo y sincero reconocimiento a todas y  todos los Convencionales y asesores con quienes unimos fuerzas e ideas y a todos quienes finalmente entregaron su voto de apoyo.

Una vez más,  llamamos a todas y todos los Convencionales a avanzar un paso más y aprobar el miércoles 11 de mayo el Derecho a la Alimentación, derecho que las Naciones Unidas ha definido como un derecho absoluto; es decir, como un derecho que todo Estado debe garantizar, independientemente de sus sistema político o su desarrollo económico. No consagrar el derecho a la alimentación sería una mancha para la futura Constitución.

Estamos convencidas que ANAMURI y las organizaciones campesinas, indígenas, de las ferias libres  y de la pesca artesanal que tomaron parte de este proceso trabajaremos con dedicación y fuerza para hacer realidad los sueños de un Chile más democrático, más justo, que sustente los sueños de dignidad, bienestar y paz para todas y todos. También continuaremos luchando  por lograr las garantías y derechos que  aún no han sido consagrados.

Un abrazo fraterno

DIRECTORIO NACIONAL ANAMURI