Pocos países de Centroamérica han logrado una verdadera Reforma Agraria

Informe elaborado por el Colectivo Tierra Agua y Territorio-TAC Región Centroamérica

Centroamérica es una región con una población diversa con identidad de pueblos originarios, de campesinos y campesinas, afrodescendientes, pescadores/as artesanales que tienen en común la agricultura familiar campesina e indígena como la principal proveedora de los alimentos básicos, por tanto la cuestión agraria nos convoca a seguir organizados y pensar colectivamente estrategias para la construcción de nuestra soberanía y seguridad alimentaria.

Centroamérica al igual que el resto de las américas ha sufrido una continua violencia y despojo de tierra y territorios luego de la invasión española e inglesa; sin embargo, hemos resistido todo ese tiempo defendiendo y luchando contra toda la violencia estructural que por cientos de años ha generado ese hecho histórico.

Las organizaciones campesinas hemos sido clave para luchar contra esta violencia y desde nuestro accionar hemos logrado defender y posicionar nuestros intereses como clase campesina y de pueblos originarios, así como rescatar nuestros bienes comunes. Como organizaciones de la región, enfatizamos en este accionar colectivo y resaltamos la importancia de continuar fortaleciendo nuestra capacidad organizativa, de movilización y de incidencia para lograr los cambios estructurales que necesitamos para nuestros pueblos.

En el histórico de la lucha por la tierra en Centroamérica, pocos de nuestros países han logrado una verdadera Reforma Agraria, recordamos la experiencia de hace 70 años en Guatemala, cuando en 1952 el entonces presidente Jacobo Arbenz promulgó la Ley de Reforma Agraria como un instrumento para beneficiar a los campesinos, generar prosperidad, justicia social y fortalecer la democracia en el país. Sin embargo, la reacción de las elites guatemaltecas, los militares, la multinacional bananera United Fruit Co., con apoyo del gobierno estadounidense demostraron una resistencia violenta y generaron un conflicto que resultó en un golpe de estado al presidente Árbenz. La tomada del gobierno por las fuerzas opositoras derogaría esta Ley de Reforma Agraria dos años más tarde.  Sin embargo, en este país las organizaciones indígenas y campesinas han jugado un rol importante en la conquista de este bien tan disputado, el CUC es una organización que a lo largo de décadas ha estado inmersa en la lucha por la tierra y desde la movilización y la fuerte presencia de sus bases organizadas han realizado importantes tomas de tierra baldías y fincas.  Recientemente se hizo un estudio que contiene esta memoria histórica de lucha por la tierra y las que han adquirido para beneficiar a sus miembros.

En El Salvador, el 6 de marzo de 1980 se dictó una Reforma Agraria como una estrategia/excusa para ocupar militarmente todo el país y controlar más de cerca a la población campesina y desmovilizar sus luchas. Para lograr esto, hubo presión del Gobierno de Estados Unidos hacia el Gobierno de extrema derecha y las Fuerzas Armadas. Los funcionarios de las instituciones encargadas de llevar tal acción admitían que la reforma agraria estaba siendo utilizada para ocupar el país y controlar zonas a las que el Ejército apenas tenía acceso.

En Nicaragua, en 1981 el Gobierno Sandinista, promulgó la Ley de Reforma Agraria como uno de los cambios estructurales que buscaban para beneficiar al campesinado y por los cuales luchaba contra la Dictadura Somocista. Hoy en día más del 50 % de la tierra nicaraguense está en manos de familias rurales y pequeños productores; mientras que el 47% del territorio nacional que comprende la región Caribe del País pertenece a los pueblos indígenas mediante una ley de autonomía. Este hecho histórico de la Reforma Agraria, ha permitido que Nicaragua hoy en día haya alcanzado más del 80% de su soberanía alimentaria y sus bases estén sentadas en una fuerte economía agropecuaria que proviene principalmente del campesinado. Todavía hay desafíos, pero se implementan acciones concretas como la promoción del cooperativismo y la titularidad de propiedades como una forma de superar problemas no resueltos durante los años 80.

En Honduras la lucha por la tierra y una reforma agraria ha sido principalmente una demanda de las organizaciones campesinas. En medio del acoso gubernamental y las empresas corporativas, mínimamente han alcanzado una distribución de la tierra a las bases organizadas. La Central Nacional de Trabajadores de Campo-CNTC que tiene 400 bases campesinas organizadas, durante décadas se ha alcanzado apenas el 20% de entrega de tierra.

Panamá y Costa Rica no ha habido experiencias concretas de Reforma Agraria; sin embargo, es importante estar atentos a los nuevos conceptos que vienen fomentando los organismos internacionales como el Banco Mundial, por ejemplo Reforma Agraria Asistida por el Mercado que en el caso de Panamá hay un gran avance con la titulación de propiedades a organizaciones comunitarias que históricamente han luchado por la tierra; y a las poblaciones indígenas que se caracterizan por tener propiedades colectivas. Hay toda una maquinaria institucional impulsando este concepto de desarrollo territorial, realizando estudios y elaborando mapeos, pero al final las analizamos como estrategias claves del modelo neoliberal para la lograr el despojo de las tierras y los territorios.

Desde la región Centroamérica informamos sobre esta realidad de:

  • Políticas publicas escazas, nulas en casi todos los países para garantizar una reforma agraria popular e integral como la demandamos desde la CLOC/La Vía Campesina.
  • Estructuras estatales desmanteladas, sin recursos económicos, corruptas, sin interés de atender las demandas de la población del campo.
  • Concesiones de tierras y territorios a empresas mineras que impiden la penetración de las poblaciones originarias y provocan la marginación y el desplazamiento forzoso, considerando aquí los frecuentes desalojos.
  • Contratos de los gobiernos con empresas mineras para la explotación de cobre, como sucede en Panamá.
  • El acaparamiento de tierras para el crecimiento de monocultivos como la palma aceitera, caña de azúcar y para el desarrollo de megaproyectos como el de las empresas hidroeléctricas, construcción de aeropuertos y hasta de cárceles como en el caso de El Salvador.
  • La tierra sigue estando en las manos de pocos, de terratenientes, narcos y en algunos casos de fuerzas militares que contribuyen a la militarización de los territorios, el desalojo y la criminalización a líderes y lideresas sociales, con la persecución, judialización y encarcelamiento a mujeres como en el caso de Guatemala.
  • Gobiernos títeres que responden a los intereses de las empresas transnacionales implementando políticas, leyes, programas en favor de este sector y desprotegiendo a las familias campesinas e indígenas.
  • Gobiernos promotores de estrategias para la migración, el desalojo, el individualismo, la descooperativización.
  • Los gobiernos de la región en su mayoría no tienen una agenda que incluya en sus temas de prioridad a los y las campesinas y al contrario hay una negatividad a la organización de empresas.

Ante ello, nuestra región propone:

  1. Seguir fortaleciendo nuestras organizaciones campesinas como instrumentos/herramientas de respaldo para defender los derechos del campesinado promoviendo leyes, demandando decretos para que priorice las necesidades de la producción de alimentos.
  2. Fortalecer el Colectivo de Tierra Agua y Territorio con los temas vinculantes.
  3. Construir una estrategia colectiva de Reforma Agraria y Popular.
  4. Fortalecer las capacidades políticas y técnicas de los lideres, lideresas y la juventud consolidando los procesos formativos en cada país y las escuelas de formación en nuestra región.
  5. Estar vigilantes, atentos, a las nuevas formas y conceptos de despojo de la tierra y los territorios que nos presentan los organismos internacionales y generan una desintegración de nuestras organizaciones y desvirtúan nuestras banderas de lucha.
  6. Apropiarnos de la Declaración de los Derechos Campesinos como instrumento para exigir la Reforma Agraria Integral y Popular ante los estados y los gobiernos de turno.
  7. Incorporar las políticas públicas en el acceso a la tierra
  8. Seguir trabajando el estudio de la Reforma Agraria en las regiones.
  9. Refundar las Directrices Voluntarias de la Tierra vinculada a la Declaración de los Derechos Campesinos, el Decenio de la Agricultura Familiar y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. en el marco de la agenda 2030 para la producción de la tierra y luchar contra el hambre y la pobreza.

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