RESOLUCION SOBRE COMUNICACION, INFORMACION Y CAPACITACION
EL DESAFIO DE LA COMUNICACION
Una de las características del mundo contemporáneo es la fuerza con la que la comunicación -en un sentido amplio- se ha insertado en las diversas esferas de la sociedad, afectando las relaciones sociales existentes. La vida familiar, el uso del tiempo libre, la organización empresarial, la educación, la estructura política y cultural, los procesos productivos, en fin, registran evidentes cambios provocados por este impacto de la comunicación; impacto que ha llevado a que se diga que nuestra Era es la «Era de la comunicación».
A la base de este proceso se encuentra el vertiginoso desarrollo de las nuevas tecnologías de información y comunicación registrado en los últimos años, que ha dado como resultado el que los sistemas de comunicación hayan logrado romper las distancias y anular la velocidad del tiempo, para establecer el criterio de simultaneidad, en donde se conjugan a la par lo local y lo global. Esto significa que las posibilidades de información se han multiplicado al infinito y a una velocidad desmedida, que cada vez más anulan la facultad de ponderar los acontecimientos. Para dar cuenta del impacto de esta realidad se habla de la «sociedad espectáculo», en donde los ciudadanos se reducen a ser meros espectadores, abdicando su derecho a participar
Esta nueva realidad, a su vez, ha repercutido considerablemente en el escenario de las luchas políticas y sociales, sobre todo desde que dicho escenario está marcado por el juego liberal democrático. En la medida que para las nuevas estrategias de dominación la cuestión ideológica han pasado a constituirse en un espacio clave de disputa, la importancia estratégica de la comunicación se ha incrementado considerablemente.
Una expresión de ello, por ejemplo, es la preponderancia que cada vez más adquiere la comunicación en el juego político, sobre todo con la incorporación del «marketing político». Al punto que ya no es de sorprenderse que los «movimientos de opinión» desplacen a los «movimientos políticos» en la elección de dignatarios públicos.
Es más, a medida que se estrecha el margen de maniobra de los gobiernos en el manejo de la crisis, el recurso al mundo de lo simbólico parecería ser uno de los factores que aseguran un cierto margen de maniobra (léase manipulación).
Una estructura antidemocrática
Como es abrumadora la ventaja que las clases dominantes tienen en los medios de comunicación, tanto por el monopolio que ejercen como por la capacidad de utilizarlos, éstos se han convertido en el terreno de su predilección. Y ello indudablemente ha modificado los términos de las disputas sociales. Es así, por ejemplo, que el hecho que ahora una organización tenga de su lado todos los factores que antes se requerían para inclinar a su favor un conflicto (una organización sólida, una causa justa, una correlación de fuerzas favorables, alianzas firmes, etc.), bien puede ser insuficiente si descuida el trabajo de la «opinión pública».
El poder que han alcanzado en este nuevo contexto los medios de comunicación es inédito. Son ellos los que deciden lo que es socialmente pertinente o no, y por lo general nunca lo es lo que puede afectar sus intereses. Así, la exclusión social que impone el neoliberalismo no solo se da en términos materiales, sino también en el mundo simbólico.
En los tiempos que corren, la libertad de información se ha convertido en un privilegio de unos pocos, quienes incluso pueden decidir sobre la suerte de un proceso electoral, sin que los electores tengan capacidad alguna para incidir sobre ellos. Precisamente por ello, se ha reforzado la concentración y control de los sistemas de comunicación y la consiguiente marginalización de los excluidos de siempre.
Nada sorprendente entonces que, hoy por hoy, uno de los derechos más sistemáticamente violentados en América Latina sea el derecho a la información y la comunicación.
No obstante ésta indiscutible importancia de la comunicación, en nuestras organizaciones aún persiste una actitud de indiferencia e incomprensión sobre el tema, o en el mejor de los casos prevalece un enfoque instrumentalista de ella. De hecho, se trata de un problema que afecta al conjunto de las organizaciones populares. Es así, por ejemplo, que en las plataformas por una redistribución de bienes más justa y equitativa, no se incluye a la información y comunicación. Diríase que es un derecho que no se lo asume plenamente y por tanto no se lo reivindica.
De mantenerse esta situación, no cabe duda que las propias perspectivas de cambio social se verán seriamente afectadas. Por lo mismo, es hora de sumar nuestros esfuerzos a la lucha por la democratización de la comunicación, y a la vez rescatar la dimensión estratégica de la comunicación popular, en cuyo marco se han desarrollado importantes experiencias que de una u otra manera han puesto sobre el tapete la dimensión participativa, democrática, descentralizada, horizontal e interactiva de la comunicación.
Experiencias
En la comisión participaron delegados de Brasil, Cuba, Ecuador, Chile, Haití y Perú, quienes expusieron sus respectivas experiencias, en las cuales se constataron las siguientes formas comunicacionales.
– Periódicos de alcance nacional, regional o local.
– Periódicos murales y hojas de divulgación.
– Revistas.
– Boletines con temas específicos.
– Cartillas.
– Programas radiales que se difunden tanto en las radios alternativas como en las comerciales.
Se destacó la situación de Cuba, en donde las organizaciones campesinas cuentan con 52 programas de radio y programas de TV.
La CUT de Brasil difunde un programa televisivo de una hora, una vez a la semana, y 300 programas de radio. En Haití, los campesinos han logrado desarrollar sus propios medios de expresión mediante consignas, sonidos del tambor, proverbios, chistes, música, dibujos, etc., tomando en cuenta que alrededor del 80% de la población es analfabeta.
Los problemas
– Los altos índices de analfabetismo limitan la posibilidad de utilizar la comunicación escrita.
– La falta de energía eléctrica en las zonas rurales, las distancias y las alturas impiden el acceso a las frecuencias radiales.
– La no utilización de un lenguaje adecuado y de acuerdo a la realidad del campesinado provoca entre nosotros situaciones de incomunicación.
– No sabemos ocupar el espacio de la prensa burguesa.
– No priorizamos la formación de comunicación de masas.
– Existen deficiencias en la utilización de la música de lucha y otras formas culturales alternativas.
– Las mujeres no se sienten representadas en el lenguaje machista.
– Los dirigentes tienen dificultades para socializar la información con las bases.
– Las organizaciones no asumen la bandera de lucha por la democratización de la comunicación.
– No se racionalizan los recursos en las actividades de comunicación, situación que se ve agravada por la dispersión que existe entre nuestros medios de comunicación.
– La posibilidad de acceder a los medios masivos privados es muy limitada, sin embargo mantenemos una posición defensiva, sin pasar a la ofensiva.
Propuestas
1. Analizar y comprender la importancia estratégica que tiene la comunicación en el mundo contemporáneo para propiciar la elaboración de políticas de comunicación (en un sentido global) en nuestras organizaciones.
2. Buscar la forma (convenios, presiones y movilizaciones, etc.) para que los medios de comunicación masiva difundan nuestros mensajes.
3. Propiciar la articulación y coordinación de nuestros medios de comunicación y, en general, con los medios de comunicación popular y alternativa.
4. Establecer acuerdos de intercambio tanto de nuestras publicaciones, programas radiales, videos, etc, como de nuestras actividad de comunicación.
5. Ratificar que el «Boletín Campesino Indígena de Intercambio Informativo» sea la publicación de las organizaciones campesinas de América Latina, debiendo éstas responsabilizarse del envío de información y de la distribución.
6. Establecer formas de contribución en las comunicaciones por parte de Cuba.
7. Utilizar un lenguaje comprensible y adecuado en la transmisión de nuestros mensajes e informaciones.
8. Realizar un encuentro de los comunicaciones de nuestras organizaciones.
9. Difundir por todos los medios posibles las resoluciones del Congreso.
La capacitación
Como en el caso de la comunicación e información, el principal problema de la capacitación es el analfabetismo. Además, los campesinos no estamos habituados a la lectura.
Metodológicamente, el recurso a teorías sin práctica y sin vinculación con la realidad, también es un problema.
Asimismo, incide en las actividades de capacitación el factor de los recursos económicos.
Buscamos el apoyo de las ONGs como asesores y no preparamos a nuestros propios dirigentes para que asuman las tareas de capacitación. Es más, las ONGs no respetan las líneas políticas de las organizaciones.
A menudo no consideramos que la capacitación es parte de la vida diaria y que se debe aprender permanentemente de nuestras propias experiencias para superarnos.
Toda sistematización de temas específicos debe ser formación teórica y práctica.
La capacitación y formación sindical deben respetar la autonomía sindical.
La capacitación debe ser igualitaria para hombres y mujeres.
Debe fomentarse la capacitación de cuadros campesinos, a fin de que los dirigentes nacionales y regionales puedan avanzar en las propuestas, con conocimiento acabado sobre el tema. Además es capital formar a los formadores.
El tema de la reforma agraria debe constar en los programas de capacitación y debemos luchar para que este tema sea incorporado en los programas de estudio de los colegios a fin de que todos los habitantes conozcan esta realidad
Propuestas
1. La organización debe permanentemente orientar a los campesinos a identificar sus problemas.
2. Corresponde a la organización entregar la formación que les permita distinguir a sus amigos de sus enemigos.
3. La capacitación debe ser entregada en los diferentes niveles: básica, media y superior.
4. Los dirigentes deben capacitarse permanentemente, para mantenerse vigentes y actualizados.
5. Se debe recurrir a todos los recursos que contribuyan a la capacitación: música, prensa, cartillas, hojas de divulgación, radio, TV, y de acuerdo a la realidad concreta de las bases.
6. Preparar a los campesinos para que sean dirigentes formadores.
7. Hacer cursos conjuntos con otros sectores (obreros, pobladores, etc.). Asimismo, invitar a los estudiantes de ciencias agrarias, como de ingeniería agronómica, para establecer discusiones entre ambas partes sobre los problemas del campo.
8. Realizar a nivel continental cursos de formación para formadores.
9. Propiciar el intercambio de experiencias y militantes entre países, en cursos de formación.
10. Conformar una comisión del CLOC que se encargue de la capacitación.
11. Crear escuelas de capacitación campesina a nivel regional, como paso previo a la formación de una escuela continental.
12. Asegurar que la capacitación se realice en la lengua materna de los campesinos, con programas de educación intercultural bilingüe