El ciclón tropical Eta, originado en la península de Yucatán en México, el pasado 28 de octubre y considerado el segundo huracán más fuerte registrado en el mes de noviembre, ha dejado hasta la fecha miles de afectados en Nicaragua, El Salvador, Costa Rica, Guatemala y Panamá.
El pasado 31 de octubre, en base a las informaciones y recomendaciones emitidas por el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales-INETER, el Gobierno de Nicaragua a través del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención a Desastres-SINAPRED, reafirmaba el estado de Alerta Verde en toda Nicaragua y Alerta Amarilla para la Región Autónoma del Caribe Norte-RACN y los departamentos del norte del país, ante lo que serían las posibles afectaciones de la Tormenta 29 Eta en estas zonas del país. Previendo así el progreso de este evento a categorías ciclónicas superiores (Tormenta Tropical y Huracán) que habría de manifestarse con fuertes vientos, marejadas ciclónicas, lluvias intensas con inundaciones en las zonas bajas costeras del litoral y las riveras de los ríos. En efecto, el día 02 de noviembre se declaraba Alerta Roja para la Región Autónoma del Caribe Norte y Triángulo Minero y Alerta Amarilla para los Departamentos de Jinotega, Nueva Segovia y Chinandega ante la formación del huracán ETA en el Caribe Central el cual se intensificaría gradualmente. El huracán Eta en categoría 4, toca tierra en la ciudad de Bilwi-Puerto Cabezas la madrugada del 03 noviembre con vientos sostenidos que alcanzarían hasta 230 kilómetros por hora.
Oficialmente, en horas de la tarde del miércoles 04, la tormenta tropical abandonaba Nicaragua, adentrándose al vecino país de honduras en calidad de depresión tropical.
Las afectaciones por el paso del huracán Eta en Nicaragua, al momento están en la pérdida de más de mil viviendas, y pérdidas de cultivos como el frijol por las inundaciones y otros cultivos afectados por los fuertes vientos y las persistentes lluvias.
Nicaragua, con su sistema nacional de prevención de desastres, se organizó para tomar medidas preventivas desde días antes de la llegada del Huracán Eta, incluyendo la evacuación de más de 20,000 personas en la región caribeña, el envío de 80 mil toneladas de alimentos y materiales para albergues, planes para estabilizar los sistemas y abastecimiento de energía y agua, y acompañamiento por parte del ejército y la coordinación con otras instituciones estatales.
En comparación con el Huracàn Mitch, hace 22 años los estragos fueron menores. El Gobierno Central está trabajando en reparaciones de las infraestructuras y abastecimiento de alimentos y enseres necesarios para la población afectada.
Las afectaciones generadas por Eta, son aún más lamentables para el resto de los países de Centroamérica principalmente Honduras, Guatemala, Costa Rica y Panamá; se reportan cientos de víctimas mortales, decenas de desaparecidos, miles de familias que abandonan sus comunidades para buscar refugio ya sea en albergues improvisados, centros de atención que en su mayoría no cumplen con lo mínimo, sin camas, sin comida y donde las medidas de bioseguridad por la pandemia del COVID-19 ni siquiera son consideradas. Cientos de familias han aguardado en los techos de las casas hasta 48 horas para ser auxiliados.
Las organizaciones de la CLOC-Vía Campesina en Honduras: la Central Nacional de Trabajadores del Campo – CNTC y el Consejo para el Desarrollo Integral de la Mujer Campesina – CODIMCA denuncian el abandono y la irresponsabilidad del Estado Hondureño ante esta emergencia climática; informan sobre comunidades completamente inundadas sin energía eléctrica y sin red telefónica lo que imposibilita la comunicación. Entre los Departamentos más afectados se encuentran San Pedro Sula, Yoro, Cortés, Atlántida, Colon, Gracias a Dios, Olancho e Islas de la Bahía.
En Guatemala, el Comitè de Unidad Campesina – CUC miembro de la CLOC-VC reporta decenas de comunidades inundadas y aisladas, casas e infraestructura dañada, cientos de hectáreas de cultivos campesinos perdidos totalmente por los ríos desbordados, ausencia de albergues y hacinamiento de familias. Este panorama principalmente en el Valle del Polochic y diversos municipios de las tierras bajas de Izabal, Alta Verapaz y El Quiché. En las tierras altas de Alta Verapaz, El Quiché y Huehuetenango, las lluvias torrenciales han provocado derrumbes que han causado pérdida de vidas humanas, destrucción de viviendas y cultivos, así como el corte de carreteras por los derrumbes. Como en otras tragedias, la respuesta gubernamental está ausente, es lenta o ineficiente.
«Calculamos que entre fallecidos y desaparecidos las cifras no oficiales nos arrojan más o menos 150 muertos,» llegó a decir este viernes 06 sobre la situación en su país el presidente Alejandro Giammattei.
La gran mayoría de estas víctimas, aún sin confirmar, se encuentran en la aldea Quejá del municipio norteño de San Cristóbal Verapaz, que quedó en buena parte sepultada por un alud.
Según el mandatario, un reporte preliminar de las brigadas de rescate indica que en esta aldea unas «150 viviendas quedaron soterradas y se calculan 100 personas fallecidas«, aunque los cuerpos no fueron aún localizados.
Las fuertes lluvias de Eta, también dejaron sus estragos en Panamá; 17 personas murieron y el Estado Panameño declaró estado de emergencia ambiental para las provincias de Bocas del Toro, Coclé, Chiriquí, Herrera, Panamá, Panamá Oeste, Veraguas y en la Comarca Ngäbe Buglé. Las autoridades panameñas detallaron que 68 personas están no localizadas en la zona occidental del país, área más afectada y detallaron que son 2,587 personas afectadas y se han rescatados 832 personas. Además, hay 68 personas incomunicadas, 25 sitios de deslizamientos y 29 puntos de albergues. En Costa Rica, se dio labor para la evacuación de familias afectadas; carreteras afectadas con deslizamientos, aumento del caudal de los ríos y reportes de inundaciones en distintas partes del país.
Con las organizaciones de la CLOC-Vía Campesina de la región, seguimos dando seguimiento a esta situación trágica que ha afectado a muchas comunidades campesina e indígenas de nuestra región.
Foto de portada: Rio Prinzapolka, Radio Primerisima