Azul Cordo
Rádio Mundo Real
En la última edición del programa radial Voz Campesina, producido entre la CLOC y Radio Mundo Real, entrevistamos a referentes jóvenes de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo de Sudamérica, Centroamérica y Caribe que nos transmitieron sus experiencias personales sobre el vínculo que tienen con la producción agroecológica, cómo comenzaron a participar en la CLOC y qué luchas dan por la soberanía alimentaria en sus territorios.
Analizamos por qué la agricultura campesina y familiar es una opción económica viable para las y los jóvenes, pero también los desafíos que implica para las nuevas generaciones volver al campo.
“Volver al campo es una tarea urgente frente a la escasez de alimentos sanos y esto solo es posible con la promoción de la agricultura familiar campesina e indígena”, afirman en la Secretaría Operativa de la CLOC. Desde Paraguay, en representación de la región Sudamérica, Augusto Isaac Acuña, integrante de la Secretaría de Formación y Educación de la Organización de Lucha por la Tierra (OLT), dijo en Voz Campesina que volver al campo “no es solo hablar de la zona rural; la relación campo-ciudad necesita debatirse más para que haya una estrategia conjunta en este volver al campo de la juventud”.
Entre los desafíos, Acuña señaló que se debe pensar:
“a) cómo actualizar la agricultura campesina teniendo en cuenta los saberes ancestrales y el respeto al medioambiente para la producción de alimentos;
b) la problemática de la migración del campo a la ciudad;
c) difundir los aspectos ecológicos de la agricultura campesina e indígena, que le ha dado interés a los jóvenes para volver y quedarse en el campo; así como mantener la esencia de esta agricultura, sumando nuevas tecnologías y el procesamiento de productos. Es decir, no solo producir la materia prima, sino conservar los alimentos en pequeñas fábricas, que es también una opción de empleo con enfoque agroecológico”.
El coordinador de la CLOC-Vía Campesina Paraguay, destacó los aprendizajes tomados del modelo cubano, como las minifábricas, que potencian la producción de materia prima, la conservación para el consumo a lo largo del año, y la comercialización de los productos agroecológicos en mercados locales.
Acuña destacó la formación en agroecología que brindan los Institutos Agroecológicos Latinoamericanos (IALAs), siendo él un técnico agroecológico formado por el IALA Guaraní de Paraguay y en la Escuela Florestan Fernandes del MST-Brasil. Esas experiencias fortalecieron y profundizaron los aprendizajes que tuvo en su familia que ha luchado por la tierra desde 1995 y que, mediante la organización, logró obtener tierras para producir y desarrollar proyectos como la producción de yerba mate agroecológica de OLT y CONAMURI, a pesar de que los cultivos de soja transgénica de las grandes corporaciones han destruido yerbales comunitarios. Al norte de Paraguay, otros productores han desarrollado producción y procesamiento de mandioca, sésamo, chía para aceites naturales, leche y producción familiar de conservas, postres, dulces.
En el caso de Centroamérica, Enma Elizabeth Catu Raxjal, maya kaqchikel integrante de la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala (CONAVIGUA), el Movimiento de Jóvenes Mayas (MOJOMAYAS), y subcoordinadora de la región Centroamérica de la Juventud de CLOC-Vía Campesina, contó que su acercamiento con la agroecología fue a través de los saberes que especialmente le transmitieron las mujeres en la familia (como su abuela y su madre) y cómo su conexión con el campo y la Madre Tierra comenzó desde algunas labores en las que participaba junto a sus abuelos y, estando en la CLOC, fue viendo “que el uso de los químicos no eran necesarios para producir alimentos”.
Catu Raxjal consideró que “recuperar la tierra” es uno de los principales desafíos en una región donde “no existen políticas que favorezcan los derechos de toda la juventud”, lo que se suma a “la falta de garantías para defender derechos campesinos e indígenas” y el cierre de fronteras que limita la seguridad alimentaria.
“El extractivismo de cementeras, mineras, hidroeléctricas nos ha dejado en esta crisis que nos impide el acceso a nuestras tierras, con proyectos que producen deslaves y derrumbes, y dejan a las tierras en tan malas condiciones que hay que recuperarlas en todo sentido. Los jóvenes no somos vulnerables, nos han vulnerado porque nos han aislado de las mejores condiciones para vivir. La juventud no es una población que tenga todavía la atención de los gobiernos y regresar al campo es un gran desafío para la juventud porque muchas veces nuestras familias no tienen tierra. Debemos recuperar las tierras desde la organización, fomentar cooperativas comunitarias, recuperar saberes ancestrales y buenas prácticas como el intercambio de semillas, dejar de aliarnos a grandes corporaciones que nos hacen producir con químicos, exigir políticas públicas como seguros -por si perdemos la producción por las fuertes tormentas, por ejemplo- o tener garantías para volver a cosechar”, dijo la referente guatemalteca.
A esto se suma la lucha contra las prácticas patriarcales y machistas que subsisten en la asignación y recuperación de tierras para las mujeres, así como la búsqueda por verdad y justicia que llevan desde CONAVIGUA por todas las víctimas del conflicto armado interno.
Lieser Inabel Ramírez, de República Dominicana, integrante de la Federación de Caficultores de la región sur (FEDECARES), de la Asociación de Jóvenes Emprendedores «Sembrando para el futuro» (ASOJESF) y responsable de la articulación de jóvenes de la CLOC-Vía Campesina Región Caribe, consideró que en este contexto de crisis “muchas empresas cerrarán sus puertas y los jóvenes volverán al campo” por lo que las articulaciones deben fortalecerse para “garantizar la alianza campo-ciudad, siendo más eficientes en nuestra producción y garantizando la distribución y comercialización”.
“Alimentamos nuestros pueblos y construimos movimiento para cambiar el mundo. Y en estos tiempos de pandemia, la juventud puede asumir un lugar super importante”, agregó el miembro de la Comisión Política CLOC-Via Campesina Caribe.