Ecuador: 20 de Marzo Día Histórico de la Resistencia Indígena, Campesina, Montubia, Negra y Popular

Miércoles 14 de Marzo de 2012

La Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras FENOCIN, la Coordinadora Nacional Campesina Eloy AlfarofenocinCNC-EA, el Consejo de Pueblos y Organizaciones Indígenas Evangélicas del Ecuador FEINE, Corporación de Montubios del Litoral CORMOLIT, FEI la Conferencia Plurinacional e Intercultural por la Soberanía Alimentaria COPISA, , convocan a la marcha en la Ruta por la Tierra y la Soberanía Alimentaria por un Ecuador sin Hambre , a desarrollarse el día miércoles 20 Marzo del 2012 partir de la 8h00 am, en la plaza de MAGAP, ubicada en las calles Amazona y Eloy Alfaro frente a gasolinera de Petro Ecuador.

 

8:30 Se iniciara con un ritual que está a cargo de los Taytas y Mamas

9:30 Marcha desde MAGAP hasta el consejo Nacional electoral

11:00 entrega de las 50000 firmas al presidente del CNE

11:30 Rueda de prensa

12: Marcha hacia la Asamblea Nacional

1.00 entrega de la ley de Tierra y territorio por la comisión del Frente parlamentario Ecuador sin Hambre a la Asamblea Nacional

2: 00 Almuerzo

 

Luis Alberto Andrango – FENOCIN

Romelio Gualán- CNC Eloy Alfaro

Cecilia Castro- CORMOLIT

Wilma Suárez – Presidenta COPISA



 

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Brasil: Afectados/as por represas ocupan sede de la Chesf en Recife

Martes 13 de Marzo de 2012

 MabCerca de 1.500 integrantes el Movimiento de Afectados/as por Represas (MAB) de toda la región Nordeste ocupan y montan un campamento en la mañana de este martes (13/03), en la sede de la Compañía Hidroeléctrica del San Francisco (CHESF), en la ciudad de Recife. Los manifestantes protestan contra el actual modelo energético brasileño, las tentativas de privatización del agua y de la energía en curso en el país, además de reivindicar la garantía de derechos para las familias afectadas por represas.

 La movilización forma parte de la jornada nacional de luchas del MAB que tiene lugar la semana del Día Internacional de Lucha contra las Represas, por los Ríos, por el Agua y por la Vida, celebrado el 14 de marzo. En Brasil, más del 90% del total de la electricidad generada viene de las hidroeléctricas, De acuerdo con José Josivaldo, dirigente nacional del MAB, “este modelo energético brasileño transforma agua y energía en mercancías, privilegiando a las grandes corporaciones y empresas electrointensivas (que consumen mucha energía) y no fortalece nuestra soberanía nacional”.

En este escenario, las construcciones de represas en Brasil vienen dejando un rastro de violencia y crímenes cometidos contra las familias en el campo y en la ciudad y contra el medio ambiente. Sólo enn la región de la Cuenca del San Francisco, se estima que más de 200.000 familias han sido afectadas y expulsadas de sus tierras para la construcción de represas. El Estado Brasileño tiene la función de planear y coordinar toda la política energética y financia hasta el 80% de las obras con dinero público del BNDES. Por otro lado, “no hay política de Estado para los/as afectados/as por las represas. Es el nivel de organización social local que garantiza la consecución de los derechos de las familias”, destaca Josivaldo. Para el MAB, las movilizaciones están siendo realizadas en empresas estatales del sector eléctrico por entender que la creación de una política de reparación de los/as afectados/as por represas, es responsabilidad del Estado Brasileño, ya que es también el Estado quien planifica, licencia y financia las represas en Brasil. Por eso, una de las principales reivindicaciones del Movimiento es que el Gobierno Federal cree una política adecuada de reparación de las pérdidas y perjuicios de la población afectada, definiendo reglas y criterios en el tratamiento social de las represas.

Durante la Jornada, el MAB reivindica también que el gobierno se posicione a favor de las renovaciones de las concesiones del sector eléctrico, que vencen a partir de 2015. De acuerdo con el Movimiento, la renovación de las concesiones es un camino que evitará una privatización todavía mayor de las centrales, líneas de transmisión y distribuidoras de energía eléctrica. En caso el Gobierno no opte por renovar las concesiones, el proceso se dará a partir de la apertura de nuevas licitaciones, lo que representa una mayor privatización del sector. Para el MAB esta es una lucha conjunta, que incluye organizaciones del campo y también de la ciudad. De acuerdo con datos oficiales, Brasil posee la quinta mayor tarifa de energía del mundo. “Es la clase trabajadora quien permanece perjudicada”, destaca el dirigente del MAB. Además de eso, el Movimiento presta solidaridad a los trabajadores del sector eléctrico, que están perdiendo cada vez más derechos y ven como sus salarios disminuyen en virtud de la tercerización. Además de organizaciones de la Vía Campesina, como el CPT y el MST, otros sectores urbanos están involucrados y apoyando la movilización, como es el ejemplo del Sindicato de los Urbanitarios de Pernambuco y la Asamblea Popular. Otras movilizaciones de la Jornada Nacional de Luchas del MAB están siendo realizadas en varias ciudades del país, entre ellas, Altamira, Rio de Janeiro, Brasilia, Porto Velho, Belém y Florianópolis.

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Ecuador: Rueda de Prensa de la Red Agraria «Ruta por la tierra, Soberanía Alimentaria por un País Sin Hambre

Lunes 12 de Marzo de 2012

AFICHE_REDCon el grito Ni oposición, Ni sumisión, las organizaciones que conforman la RED AGRAGRIA; FENOCIN, CNC- Eloy Alfaro y la CORMONLIT,  cumpliendo con el mandato de sus organizaciones de base y su compromiso con el proceso histórico de profundizar la revolución agraria, invita a la rueda de prensa para el anuncio oficial de la movilización de la Ruta por la Tierra la Soberania Alimentaria por un Ecuador sin Hambre con el propósito de entregar de las firmas de respaldo de la Ley de Tierras y Territorios nacida del seno de las organizaciones campesinas para todo el país  y tramitada por la Conferencia Plurinacional e Intercultural de Soberania Alimentaria y exigir una politica agraria urgente a favor de los pequeños y medianos agricultores que alimentan al pueblo Ecuatoriano .

El evento se realizará en la Sala de Prensa de la Asamblea Nacional este martes 13 marzo a las 10:00, el mismo que contará con la presencia de Luis Andrango Presidente de FENOCIN, Romelio Gualán, presidente de la CNC- Eloy Alfaro, Asambleístas, entre otras autoridades

Mayor información

Equipo de comunicación de la Red Agraria

Martha Sigüe: 084418893/091051214

Luis Manosalvas: 082644664

Tatiana Cevallos: 084765571

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Servicios ambientales y su propuesta de mercantilización y financierización de la naturaleza: Bosques, monocultivos de árboles y la ‘economía verde’

Lunes 12 de Marzo de 2012

Por Movimiento Mundial por los Bosques (WRM)

econo_verEn el año en el que tendrá lugar la conferencia Rio+20 sobre medio ambiente, el WRM quiere brindar información sobre los temas que prometen ocupar un lugar privilegiado en la agenda, Entre ellos están los servicios ambientales y los fenómenos relacionados, como el pago en servicios ambientales y su comercio. Muchas personas consideran complejo este tema, tal como ocurre con temáticas semejantes, como REDD, REDD+ y el ‘mercado de carbono’. Pero, ¿se trata de temáticas realmente tan complejas? O ¿son intencionalmente presentadas de una forma ‘compleja’ para que la mayor parte de la población no las discuta, y el debate quede en manos de los llamados ‘especialistas’?

 

 

Introducción

En el año en el que tendrá lugar la conferencia Rio+20 sobre medio ambiente (1), el WRM quiere brindar información sobre los temas que prometen ocupar un lugar privilegiado en la agenda de dicho evento mundial. Entre ellos están los servicios ambientales y los fenómenos relacionados, como el pago en servicios ambientales y su comercio.

La razón para abordar este tipo de tema reside en el hecho de que muchas personas lo consideran complejo, tal como ocurre con temáticas semejantes, como REDD, REDD+ y el ‘mercado de carbono’. Pero, ¿se trata de temáticas realmente tan complejas? O ¿son intencionalmente presentadas de una forma ‘compleja’ para que la mayor parte de la población no las discuta, y el debate quede en manos de los llamados ‘especialistas’?

Defendemos que los servicios ambientales y los fenómenos relacionados sean discutidos por todos/as, principalmente porque las instancias oficiales que preparan la conferencia de Rio +20 -en especial la Organización de las Naciones Unidas (ONU)- los colocan en un lugar central. Esos organismos afirman que la continuidad de la prestación de servicios ambientales, garantizados en gran medida por los bosques tropicales, y en el futuro el ‘comercio de servicios ambientales’ son fundamentales para la humanidad, y que la única forma de proteger a dichos servicios ambientales sería ponerles un precio. Pero, ¿qué hay detrás de esa perspectiva y cuáles son sus consecuencias, en relación sobre todo a las comunidades que viven en los bosques y dependen de ellos?

Este artículo busca tratar estas cuestiones, porque el comercio en servicios ambientales tiene grandes consecuencias, ya que implica una profundización del proceso de mercantilización (2) y financierización (3) de la naturaleza. Significa un avance, nunca antes visto, del neoliberalismo sobre el ‘capital natural’, con la privatización de la naturaleza y la aplicación del principio del derecho de propiedad a algo que se llama servicios ambientales en los bosques tropicales, así como en otros ecosistemas.

Los defensores de la idea de los servicios ambientales afirman además que las plantaciones de árboles -que sus promotores llaman ‘bosques plantados’- son proveedoras estratégicas de servicios ambientales, como carbono, energía, mejora del ciclo hidrológico y de la biodiversidad.

1.¿Qué son los servicios ambientales, el pago por servicios ambientales y el comercio de servicios ambientales?

El ‘servicio ambiental’, también conocido como ‘servicio ecosistémico’, incluye en su nombre el sustantivo ‘servicio’, un término bastante utilizado en la economía capitalista de mercado, en la que actúan empresas y profesionales que prestan los más variados servicios y cobran por ellos. Por lo tanto, el ‘servicio ambiental’ sugiere que tiene, por un lado, algo o alguien que lo presta o lo brinda y, por el otro, alguien que lo recibe y lo utiliza. Esta lógica parece aplicarse también al caso del ‘servicio ambiental’ y a su ‘comercio’.

Sin embargo, hay algo peculiar cuando se habla del ‘servicio ambiental’: no lo ‘da’ una persona o una empresa, es simplemente ‘ofertado’ por la naturaleza que lo brinda de forma gratuita. Los defensores de los servicios ambientales ponen como ejemplo a áreas de bosque que, debido a su vegetación densa, logran ‘almacenar’ y ‘producir’ el ‘servicio ambiental’ agua que, a su vez, garantiza el abastecimiento de una aldea indígena que vive en ese bosque y de una pequeña localidad en sus proximidades. Parece que la ‘naturaleza’ está, en este caso, siendo transformada en una especie de ¡‘fábrica de agua’! Como veremos más adelante, hay muchos intereses corporativos vinculados a ese proceso.

La bióloga estadounidense Gretchen Daily, una defensora de la idea de los servicios ambientales, formuló su concepción sobre el tema de la siguiente manera: “las condiciones y los procesos a través de los cuales los ecosistemas naturales y las especies que los forman sustentan y realizan la vida humana”. Ella argumenta que los servicios ambientales aseguran la biodiversidad de los ecosistemas y terminan siendo ‘bienes’ como madera, alimentos, plantas medicinales que, a su vez, son transformados en productos importantes para la vida humana (4).

Otros autores (5), de Europa y de EEUU, hablan de ‘funciones ambientales’, no sólo pensando en los ‘servicios prestados’ al ser humano, sino de ‘funciones’ esenciales para mantener la vida en el planeta, tales como:

– funciones de regulación: se trata de funciones que regulan los procesos ecológicos y los sistemas que dan soporte a la vida en el planeta. Son estas funciones las que brindan al ser humano directa o indirectamente muchos servicios benéficos, como agua y aire limpios, suelo fértil y control biológico de plagas;

– funciones llamadas de ‘hábitat’: se relacionan con la función de los ecosistemas naturales de asegurar un refugio y las condiciones para la reproducción de plantas y animales silvestres, lo que contribuye a la conservación de la diversidad biológica y genética;

– funciones productivas: incluyen el proceso de crecimiento, incluso la absorción de carbono (CO2) y de nutrientes del suelo y la producción de biomasa. Esto implica muchos alimentos, materias primas para todo tipo de uso y fuentes de energía para las comunidades;

– funciones de información y otras que implican oportunidades de reflexión, enriquecimiento espiritual y ocio.

Se habla de pago por servicios ambientales cuando alguien paga una determinada suma de dinero, un precio por un determinado ‘servicio ambiental’ prestado. Obviamente, la naturaleza, en el ejemplo del bosque que ‘almacena’ y ‘produce’ agua, no tiene una cuenta bancaria para recibir el dinero por haber ‘prestado’ ese ‘servicio’. Es por ello que los defensores de la idea afirman que es necesario que haya alguien o alguna institución que reciba el pago, pero siempre con la condición de ser el ‘dueño’ de dicho bosque, y también alguien dispuesto a comprar el servicio, iniciándose así el comercio de servicios ambientales.

Pese a existir muchos otros ecosistemas además de los bosques, como el cerrado, las pasturas naturales y los mares, los bosques son, sin dudas, el ecosistema principal cuando se trata de proyectos de pago y comercio de servicios ambientales, según afirman los defensores de la idea. Esto se debe al hecho de su enorme riqueza en términos de biodiversidad y, por lo tanto, de su gran cantidad de ‘servicios prestados’, como la conservación del agua y la absorción y el almacenamiento de carbono, entre otros aspectos.

Dentro de los bosques hay cientos de millones de personas, los pueblos del bosque, que dependen totalmente de ellos para su supervivencia física y cultural. Una habitante de la comunidad de Katobo, que vive en el bosque localizado al este de la República Democrática del Congo, territorio de Walikali, relata cuál es el significado del bosque para ella:

“Somos felices con nuestro bosque. En el bosque recogemos leña, cultivamos alimentos y comemos. El bosque nos da todo, legumbres, todo tipo de animales y eso nos permite vivir bien. Es por eso que somos muy felices con nuestro bosque, porque nos permite conseguir todo lo que necesitamos. Y nosotras, las mujeres, precisamos especialmente del bosque, porque es allí donde encontramos todo lo que es necesario para alimentar a nuestras familias. Cuando oímos que el bosque podría estar en peligro nos preocupamos, porque nunca podríamos vivir fuera del bosque. Y si alguien nos dijera que tenemos que abandonar el bosque sentiríamos mucha rabia, porque no nos podemos imaginar una vida que no sea dentro de un bosque o cercana a él. Cuando plantamos alimentos, tenemos comida, tenemos agricultura y también caza; las mujeres sacan cangrejos y peces de los ríos. Tenemos diversos tipos de legumbres, y también plantas comestibles del bosque, y frutas, todas las cosas que comemos, que nos dan fuerza y energía, proteínas y todo lo que precisamos.” (6)

Sin embargo, la idea de los servicios ambientales es muy diferente de la visión manifestada en esta declaración. El comercio de servicios ambientales, por ser un negocio entre un vendedor y un comprador, es un mecanismo de mercado en el que la naturaleza se transforma en ‘unidades cuantificadas, en bienes comerciables, también llamados ‘certificados’, ‘títulos’ o ‘activos’. Y aún más, presupone la idea de lucrar con ese comercio y de poder destruir los servicios ambientales en un lugar siempre que dicha destrucción se relacione con una ‘protección’, ‘recuperación’ o ‘mejora’ en otro lugar. Por lo tanto, el comercio de servicios ambientales es algo radicalmente diferente a la forma en la que los pueblos siempre valorizaron al bosque.

2. ¿Cómo surge la idea de los servicios ambientales?

Para comprender el surgimiento y la elaboración de la idea de los servicios ambientales es importante comentar, por lo menos, dos fuertes crisis de la década de 1970 que involucraron a los países industrializados del Norte, principalmente a EEUU y a Europa: una fue la crisis ambiental y la otra, una crisis en la economía capitalista.

En aquella década, los problemas ambientales con situaciones gravísimas de contaminación y degradación ambiental comenzaron a surgir con más fuerza en muchos países del hemisferio Norte, los más industrializados, pero también y con mucha fuerza en los países del hemisferio Sur. Científicos y ambientalistas comenzaron a alertar sobre la explotación y el uso, hasta entonces considerado ilimitado, de madera, minerales, petróleo, agua limpia, etc. y también acerca de la contaminación y degradación resultantes. O sea, estaban señalando los límites de la explotación predatoria da la naturaleza y de sus ‘riquezas’.

Esto estaba directamente vinculado a un nivel nunca antes visto en la humanidad de producción y consumo de productos industrializados, sobre todo en los países capitalistas del Norte, donde las economías, basadas en combustibles fósiles como petróleo, crecieron de forma espectacular en las décadas de 1950 y 1960, y aumentaron exponencialmente el consumo masivo en tales países. Cabe destacar que esta ha sido y continúa siendo la situación para una minoría de la humanidad, a expensas de la mayoría de la población que vive en el Sur. Si los países del Norte enfrentaron una crisis ambiental, esta ocurrió también o inclusive más en los países del Sur, donde se concentraba (y aún se concentra) la explotación y la extracción de recursos naturales. Las poblaciones que vivían en los alrededores de dichas áreas y eran dependientes de tales recursos para su supervivencia fueron los más afectados por la crisis ambiental.

Como respuesta a esa crisis, primero reaccionaron los biólogos del Norte que, preocupados en cómo preservar la naturaleza y revertir el proceso de degradación, comenzaron, dentro de la lógica vigente de la economía liberal, a atribuir a la naturaleza el papel de prestador de ‘servicios ecosistémicos’, con la idea de que sería necesario darle más valor a la naturaleza para salvarla. Posteriormente, a fines de la década de 1970, esa idea fue adoptada por un grupo de economistas capitalistas que introdujeron el concepto de ‘servicios ecosistémicos’ o servicios ambientales en la economía, y que estimaron para tales servicios un valor entre US$16 y 54 billones (7).

La idea de atribuir valor a la naturaleza dando un precio fue muy bien recibida por las organizaciones conservacionistas preocupadas en tener recursos para ampliar las áreas de preservación: “Es el momento de reconocer que la naturaleza es la mayor empresa mundial que trabaja para beneficiar al 100 por ciento de la humanidad- y que lo hace gratuitamente” (8), según afirmó Jean-Cristophe Vié, Director del Programa de Especies de la IUCN, la principal red global por la conservación de la naturaleza, formada por diversos actores, como gobiernos y ONGs, y financiado por gobiernos, agencias bi y multilaterales, organizaciones miembros y corporaciones (9).

La tragedia de los Comunes

La literatura sobre servicios ambientales hace muchas referencias a un artículo de Garret Hardin, llamado “La tragedia de los Comunes”, en inglés titulado “Tragedy of the Commons”, publicado en 1969, para justificar la necesidad de cercar a la naturaleza, de privatizarla como garantía de que no se acabará. En la visión de Hardin, el uso que las personas hacían de la naturaleza era un desastre porque, a pesar del beneficio individual de uso, acabaría con los ‘comunes’. Hardin afirmaba, por eso, que un mundo limitado sólo soportaría un número limitado de personas; de lo contrario, el mundo natural acabaría destruyéndose. Ha sido un pretexto fundamental para culpar a las comunidades tradicionales locales por la destrucción de los bosques y justificar su expulsión, al tiempo que las actividades realmente destructivas, en nombre del ‘progreso’ y el ‘desarrollo’ por parte de grandes empresas y propietarios, fueron admitidas y apoyadas.

Sin embargo, según Fairlie et al. señalan (10), Hardin se basaba en una determinada área de naturaleza, por ejemplo un bosque, de libre acceso para todos/as, sin reglas definidas entre las personas sobre su uso. Lo que pasa es que esto no es lo común en la mayor parte de los países del Sur e inclusive en algunos lugares del Norte. A lo largo de la historia y hasta nuestros días, en muchas áreas de bosques tropicales y otros ecosistemas, en todo el mundo, las comunidades que vivían y viven en esos lugares suelen tener libre acceso a los bosques y a los ríos, con toda su riqueza, y los usan para su supervivencia, pero según un entendimiento y reglas comunes, que pueden ser simples y hasta bastante complejos, involucrando muchos aspectos. En ese sentido, no podemos considerar esas áreas como privadas, ni como públicas.

Lo que vemos que está ocurriendo en el mundo es un proceso, iniciado mucho antes del artículo de Hardin, de cercenamiento creciente de esas comunidades, de los grupos de personas que, con libertad, solían usar los bosques, los ríos, los mares, para gradualmente ser incorporados al mercado, al sistema económico dominante que busca apropiarse de los ‘recursos naturales’: madera, minerales, petróleo, etc. en función del lucro y causando destrucción. La idea de los servicios ambientales surge como un paso más en tal proceso.

En la década de 1970, la profundización del proceso de privatización de la naturaleza fue considerada una excelente solución, tanto por las ONGs conservacionistas, preocupadas con la supervivencia de los bosques y otros ecosistemas y buscando recursos para ello, como también por los principales gobiernos capitalistas del Norte, liderados por Estados Unidos, que buscaban nuevas formas para lucrar en un momento de crisis económica. Buscaban salidas que pudieran sortear la crisis y beneficiar a sus grandes corporaciones. Fue a partir de ese momento que comenzó a crecer el capital especulativo, que ganó desde entonces cada vez más terreno en la economía globalizada.

El capital especulativo

En 1944, al final de la Segunda Guerra Mundial, un acuerdo monetario entre los principales países capitalistas del mundo, firmado en la ciudad estadounidense de Bretton Woods, estableció que, a partir de ese momento, el dólar de Estados Unidos sería la moneda internacional. Ello significaba que el dólar serviría como modelo monetario para todas las transacciones comerciales y financieras entre las naciones, pero, para eso, el Banco Central de Estados Unidos tendría que mantener un fondo de reserva en oro correspondiente al volumen de dólares emitidos. De esta forma, todas las monedas de los demás países pasaron a tener una paridad fija con el dólar, lo que mantendría una convertibilidad directa con una cantidad fija de oro, asegurando el depósito en oro para asegurar el valor del papel moneda para las transacciones internacionales de ahí en adelante.

Sin embargo, a comienzos de los años 1970, debido a la caída en las tasas de ganancia de las grandes empresas estadounidenses, el gobierno de Estados Unidos decidió no aceptar más esa convertibilidad entre el dólar y el oro. Significó el fin del sistema monetario internacional con base en el modelo oro. Hasta ese entonces, el dinero en circulación era, principalmente, capital productivo, o sea, capital que resultaba de actividades productivas concretas, por ejemplo, de la producción industrial y de la agricultura. Pero a partir de aquel momento, comenzó a circular cada vez más ‘dinero’ en la forma del llamado capital especulativo, el capital que está a la búsqueda de ganancias pero que no contribuye a la producción, por ejemplo, en las bolsas de valores, en los ‘títulos’ de la deuda externa y en los intereses sobre esos ‘títulos’, etc.

Curiosamente, aunque no involucre ninguna actividad productiva concreta, las ganancias obtenidas de esta manera son reales dentro del sistema financiero internacional y los grandes capitalistas, como bancos y corporaciones, consiguieron nuevamente aumentar sus tasas de ganancia, pero con actividades especulativas (11). Hoy en día, el valor del capital especulativo, representado en acciones en las bolsas y en otros tipos de certificados, activos o títulos comercializables, supera ampliamente el valor del capital productivo. Es la lógica de ganar dinero ‘sin hacer nada’.

El crecimiento del capital especulativo está estrechamente vinculado al surgimiento del neoliberalismo, con sus políticas de privatización y una economía de libre mercado, pero con un Estado muy actuante a favor de las grandes empresas. Las políticas de apoyo explícito a la iniciativa privada contribuyeron en mucho a hacer crecer las deudas financieras millonarias de los países del Sur, así como la explotación, extracción y privatización de los ‘recursos naturales’. Quien pagó caro por ello fue la población de esos países.

En los últimos años, la especulación financiera cada vez se apodera más de la economía, incluso a través de los servicios ambientales, buscando crear nuevas ‘commodities’ a partir de la naturaleza para ser ‘comercializadas’; lo que podemos denominar como un creciente proceso de ‘financierización’ de la naturaleza, que fue muy incentivado por la última crisis económico-financiera de 2007-2008. A partir de esta crisis, en vez de que los gobiernos por lo menos regularan los mercados financieros, estos mercados buscaron ‘diversificar’ sus ‘inversiones’, por ejemplo, con la inversión en servicios ambientales, pero también en otras áreas, como el mercado de tierras. Es por eso que los especialistas del mercado financiero están dedicando mucho más tiempo a buscar formas de incorporar a los servicios ambientales en los mercados financieros, a la búsqueda de nuevos lucros (12).

3. ¿Cómo asignar un precio a los servicios ambientales y a quién le interesa?

¿Cómo establecer el precio de los servicios ambientales? ¿Cómo definir, por ejemplo, cuánto vale el ‘almacenamiento’ y la ‘producción’ del agua o el ‘trabajo’ de polinización realizado por insectos? Este ha sido un gran obstáculo para quienes han buscado promover los servicios ambientales y su comercio.

Dos iniciativas fueron muy importantes para que los defensores de los servicios ambientales pudieran encontrar formas para asignarles un precio (13):

La “Evaluación Ecosistémica del Milenio” (Millenium Ecossystem Assessment), www.milleniumassessment.org, publicada en 2005, apoyada por la ONU, y para la que trabajaron 1300 investigadores. La publicación evaluó que la mitad de los ‘servicios ambientales’ del mundo está en proceso de degradación o siendo usada de forma insustentable. La investigación (14) resultó tener un aumento exponencial de los estudios sobre cómo asignar precio a los ‘servicios ambientales’ y puso esa cuestión en la agenda de la política de protección a la biodiversidad.

Otra iniciativa internacional crucial es “La Economía de los Ecosistemas y la Biodiversidad”, TEEB por su sigla en inglés, http://www.teebweb.org/) en el contexto de la iniciativa de la ‘economía verde’, del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), de 2008. Este estudio busca crear una forma, una metodología, para definir el valor económico de la biodiversidad. TEEB intenta ‘resolver’ lo que se dice que es sólo una ‘falla del mercado’, o sea, el tratamiento destructivo hasta entonces dado por el capitalismo de mercado a los ‘bienes comunes’ de la naturaleza en función del lucro. Esto, en términos económicos, se conoce como ‘externalizar’ los costos ambientales. La forma en que la naturaleza se trata en el sistema capitalista llevaria a su total destrucción, en la línea de Garret Hardin, según fue mencionado anteriormente. Sin embargo, la nueva propuesta, realizada dentro de la misma lógica de mercado, no es apenas la preservación de la naturaleza, sino hacer de ella un negocio y hasta una forma de justificar la destrucción en otro lugar. El TEEB y su lógica fueron bien recibidos en el Plan Estratégico de la Convención de la Diversidad Biológica (CBD) para 2020, que incluye metas de protección para los diferentes ecosistemas (15).

El estudio TEEB fue coordinado, no por un biólogo ni por un ecólogo sino por un banquero, Pavan Sukhdeve, ejecutivo del Deutsche Bank (Banco Alemán), que actuó en la cuestión de la valorización económica para el Foro Económico de Davos (16). Él se refiere a la biodiversidad como “un nuevo mercado millonario” (17).

La lógica principal en la monetización de los servicios ambientales es que esos pagos son capaces de compensar por el llamado ‘costo de oportunidad’. Este término clave de la economía se refiere al costo de algo en términos de una oportunidad renunciada (18). Por ejemplo, los defensores de los servicios ambientales ejemplifican que el costo de la preservación de un área de bosque como parque nacional sería establecido por el precio de la madera no vendida si la opción es la preservación. Se cuestiona que, en este caso, la ‘mejor oportunidad alternativa’ es una ‘alternativa’ totalmente parte del sistema de producción y consumo vigente y que, además, es una de las causas directas de la deforestación de los bosques tropicales.

Pero mientras el costo de la madera puede ser calculado con cierta facilidad, dentro de la lógica del mercado, es obvio que el costo de la ‘producción’ de agua por el bosque o, por ejemplo, el costo del ‘refugio’ ofrecido por el bosque a ciertas especies, la ‘formación’ de la belleza de un río o de un paisaje son mucho más difíciles o inclusive imposibles de ser calculados. Hasta los defensores de los servicios ambientales lo reconocen.

Hasta hoy, lo que más avanzó y es mejor conocido como ‘servicio ambiental’ es el ‘servicio’ del carbono, lo que ya llevó a la creación de su propio ‘mercado de carbono”.

La ‘comercialización’ del carbono

Desde el momento en que se firmó el Protocolo de Kyoto en 1997, fue oficializado el mercado del ‘servicio ambiental’ de carbono. El Protocolo creó para los países industrializados que deben cumplir con metas de reducción de emisiones la opción de seguir contaminando y ‘compensar’ sus emisiones de carbono a través del establecimiento de un proyecto de reducción de las mismas, llamado de Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) que debe llevarse a cabo en algún país del Sur, considerado ‘en desarrollo’. Basado en el Protocolo de Kyoto, la Unión Europea (UE), en 2005 estableció el Esquema de Comercio de Emisiones (EU ETS por sus siglas en inglés).

Uno de los principales problemas con este mecanismo supuestamente de ‘compensación’ es que el carbono emitido a partir de la quema de combustibles fósiles en las industrias del Norte puede ser quizás igual a la molécula de carbono almacenado, por ejemplo, en una plantación de árboles en África; pero son climatológicamente diferentes, pues el CO2 de la quema de combustibles en los países del Norte aumentará la cantidad total de carbono en circulación entre la atmosfera, la biósfera (árboles, plantas, suelos) y los océanos. El resultado final es más carbono y con ello un agravamiento de la crisis climática y ambiental. El mercado de carbono se transformó así en una enorme distracción del problema real y en una postergación de la solución central para el mismo: dejar el petróleo y otros combustibles fósiles en el subsuelo porque ese tipo de extracción y quema es, por lejos, la principal causa del problema (19). Además, por ejemplo, en la Unión Europea, a pesar de que el EU ETS haya tenido una meta de 1-2% de reducción de emisiones de contaminantes en el primer período (2005-2007), las emisiones en el sector industrial aumentaron en el mismo período un 1.9% (20).

Paralelamente a las iniciativas oficiales en el ámbito del Protocolo de Kyoto, se desarrolló también un mercado llamado ‘voluntario’, en el que hay iniciativas entre dos partes, por ejemplo, empresas que plantan árboles en el Sur y empresas en el Norte interesadas en comprar los créditos de carbono supuestamente almacenados en esos árboles.

Específicamente para bosques, en Bali, en 2007, fue lanzado oficialmente el mecanismo REDD, y posteriormente, el REDD+ y el REDD++. Se trata de otro servicio ambiental vinculado al carbono que almacenan los bosques, creado supuestamente como solución para la crisis climática actual. Sin embargo REDD, al igual que los MDL, son mecanismos de compensación con créditos de carbono que serán comercializados en el mercado, que no sirven como solución para la crisis climática y provocan graves impactos para los pueblos, como restricciones al uso del bosque y hasta la expulsión de comunidades (21).

 

Otro problema con proyectos REDD y MDL es que la ‘contabilidad’ y el monitoreo del ‘activo’ negociado -cantidad de carbono almacenado- tiende a exigir cada vez más dinero, beneficiando a unas pocas empresas de consultoría que hacen cálculos de algo imposible de ser calculado con precisión (22).

El ‘mercado en carbono’ se desarrolló más que los mercados en otros servicios ambientales debido a la relativa importancia de la crisis climática a nivel internacional, incluso con las numerosas conferencias específicas sobre el tema, llamadas COPs (Conferencias de las Partes), siendo la última la que tuvo lugar en Durban, Sudáfrica. Pero, como la experiencia muestra, el ‘mercado de carbono’ tiene muchos problemas y no contribuirá a la resolución de la crisis climática, sino todo lo contrario.

En la práctica, encontramos diferentes formas de esquemas de ‘pagos por servicios ambientales’. Supriya Singh presenta el caso de dos comunidades en India como un ejemplo de pago por servicios ambientales “de abajo hacia arriba”. En este caso, las comunidades de Kuhan y Ooch en el Himalaya indio hicieron un acuerdo sobre el ‘servicio ambiental’ agua. Para garantizar el recurso hídrico en sus actividades agrícolas, Kuhan había construido una pequeña represa, que se obstruyó debido a la acumulación de arena resultante de la erosión río arriba, causada por ganado de la comunidad de Ooch que estaba pastando intensivamente en las áreas próximas. Según el acuerdo, el ganado de la comunidad de Ooch dejó de pastar durante ocho años mientras la comunidad de Kuhan le pagaba a Ooch, incluso por el plantío de árboles para combatir la erosión. Las dos comunidades en su totalidad participaron del proceso y el acuerdo era discutido y conocido por todos/as (23). A diferencia de los estudios ya citados a la búsqueda de ‘cuantificación’ de los servicios ambientales, en ese caso no fue necesario establecer una cuantificación de las ‘unidades’ del ‘servicio’. Hubo un acuerdo para la recuperación del río a partir de un problema ambiental sentido por una de las dos comunidades. Se puede incluso imaginar que ese tipo de problema y acuerdo local no son nuevos en la historia de las comunidades humanas y su uso de la naturaleza.

Lo que parece ser una novedad son los proyectos con servicios ambientales que han surgido en los últimos años y que tienden a involucrar el comercio en servicios ambientales a una escala global. No involucra directamente a las comunidades locales, sino a actores como empresas, consultores, bancos privados, fondos de inversión, grandes ONGs conservacionistas e inclusive Estados. Consideran este ‘negocio’ como una nueva oportunidad para lucrar. En este caso, la garantía de la ‘prestación de servicios ambientales’ se terceriza a un banco, una ONG conservacionista o empresa privada, que preserva el área y, consecuentemente, preserva determinados servicios ambientales que pueden ser vendidos a otros inversionistas o empresas, o justifica la destrucción en otros lugares. En este caso, la lógica es que el dinero ayuda en la preservación del bosque, pero no deja de ser también una inversión. El acuerdo establece de qué forma el lucro será repartido (24).

Un ejemplo es Malua Wildlife Habitat Conservation Bank (MWHCB) en Malasia. Este banco estatal recibió del Estado una reserva forestal por un periodo de 50 años. El banco resolvió dividir el área en bloques de 100m2 y comenzó a vender títulos llamados “Certificados de Conservación de la Biodiversidad”. El ‘bien’ comerciable en los 100m2 se llama “restauración y protección forestal”. Según el banco, el objetivo es rehabilitar y conservar la reserva de forma “comercialmente competitiva”. La previsión es que los US$10 millones de inversión inicial para la rehabilitación de toda la reserva será superado en 6 años con la venta de certificados, y que también se cree un fondo (The Malua Trust) para financiar la conservación a largo plazo durante los otros 44 años del contrato. Los eventuales lucros de la venta de los certificados de biodiversidad se repartirán entre el Banco y el inversionista. En este caso, la preservación del área no representa una compensación contra la destrucción del bosque en otro lugar, como es el caso del ‘mercado de carbono’ (25).

Pago por Servicios Ambientales – ¿Compensación o no? ¿Especulación o no?

En un primer momento, el PSA puede parecer diferente a los mecanismos de comercio de carbono como el MDL o el REDD+, en el sentido de que no se trata necesariamente de ‘compensación’ por una degradación/contaminación ambiental en otro lugar. Quizás sea por eso que se oye hablar mucho del PSA como un término ‘simpático’, que ‘reconoce’ el ‘esfuerzo’ de la naturaleza y que no sugiere comercio, destrucción o contaminación en otro lugar.

Sin embargo, todo indica que la tendencia es decir sí al comercio y que los recursos necesarios para proyectos de PSA sean movilizados exactamente a partir de empresas (multinacionales) que practican actividades destructivas y buscan o son forzadas a hacer algún tipo de ‘compensación’ por ello. Si estas empresas adquirieran áreas en las que pretenden preservar la naturaleza y vender ‘servicios ambientales’ como la biodiversidad, podrían usar este servicio ‘comerciable’ para compensar las propias actividades destructivas, como la extracción de minerales, de petróleo, etc. y/o venderlos en la forma de ‘créditos’. El mismo plan TEEB, citado anteriormente, considera también una posibilidad, o en el lenguaje de los empresarios, ‘oportunidad’, de uso de servicios ambientales en la forma de mecanismo de ‘compensación’ por destrucción.

Para administrar ese ‘negocio’, se creó un nuevo tipo de profesión: ‘gerentes de títulos/certificados comerciales de preservación’ (26). Las bases legales para ese PSA como ‘compensación’ se están creando en varios países. Por ejemplo, en Brasil se busca aprobar la reforma del Código Forestal, la ley que rige el manejo de los bosques, y un planteamiento para amnistiar a quienes talaron ilegalmente en sus propiedades, con la propuesta de que compensen la destrucción por medio de la protección de áreas de bosques intactos. En ese sentido, se negociarán los primeros ‘activos’ de la llamada Bolsa Verde en Río de Janeiro durante la conferencia Rio+20. El presidente de la iniciativa es Pedro Moura Costa, un consultor con muchos años en el rubro del comercio de carbono. Si bien el objetivo de esta nueva Bolsa de Valores inicialmente es el comercio de ‘créditos de carbono’, la idea es incluir también otros ‘activos’ como la “reposición forestal”. Moura cuestiona: “El Código Forestal está obligando a los propietarios a que se adecúen a la reserva legal. ¿Será más barato que cree la reserva o que compre títulos en la bolsa?» (27)

La creciente lógica de destrucción y comercio que involucra a los servicios ambientales puede llevar fácilmente a esquemas perversos en los que prevalece siempre el lucro financiero. Por ejemplo, una empresa minera puede tener, por un lado, acciones de preservación de la naturaleza con proyectos de PSA, inclusive REDD+, que afectan a pueblos del bosque en el sentido de restringir su acceso a las áreas destinadas a ‘prestar servicios’ del tipo PSA/REDD+. Al mismo tiempo, la empresa puede mantener sus acciones destructivas de minería en la misma región de bosques, y afectar nuevamente a pueblos del bosque, pero haciendo propaganda de que está ‘compensando’ por sus impactos ambientales negativos. Finalmente, la empresa también puede vender algún ‘crédito de carbono’ o ‘servicio ambiental’ que ‘haya sobrado’ después de hacer ‘las cuentas’ entre la ‘preservación’ y la destrucción, y vender estos servicios en la forma de créditos o activos a otra empresa, por ejemplo en EEUU o en Europa, que, a su vez, quiere compensar un aumento en su actividad contaminadora, afectando también a comunidades próximas, que a menudo son las que viven en las condiciones más precarias, como los pueblos indígenas y las comunidades negras en EEUU y Canadá.

Con el objetivo de aprovechar la ola creciente del comercio en servicios ambientales, surgieron en los últimos años empresas especializadas en este rubro, con nombres como “Feria del Ecosistema” (‘Ecosystem Marketplace’), “’Bancando’ Especies” ( ‘Species Banking’) y “Capital de dosel” (‘Canopy Capital’). Esta última empresa, vinculada a una alianza que se llama Global Canopy Programme (GCP), firmó en 2008 un acuerdo con una organización guayanesa llamada Iwokrona International Centre for Rainforest Conservation and Development. Según el acuerdo, a lo largo de 5 años, Canopy Capital paga por proteger el bosque tropical a cambio de la ‘propiedad’ del ecosistema forestal y de una garantía de participación en cualquier lucro futuro. Los ‘bienes comerciables’ incluirían títulos o certificados de carbono, de potencial lluvia, de almacenamiento de agua, conservación del suelo, biodiversidad, regulación de clima y valores de la cuenca hidrográfica. Este proyecto serviría como modelo para Canopy Capital, incluso para la creación de un ‘mercado global de servicios ecosistémicos de los bosques’, destinado a obtener lucro. Lo que no quedó claro es cómo Canopy Captial, Iwokrana International Centre y las comunidades locales se repartirían los recursos, visto que el contrato era confidencial (28).

También intervienen las grandes ONGs conservacionistas como actores centrales en la promoción de este nuevo mercado de negocios como Conservación Internacional (CI), The Nature Conservancy (TNC) y el Fondo Mundial por la Naturaleza (WWF). Estas grandes ONGs internacionales defienden a los servicios ambientales como una forma necesaria de generar y distribuir la financiación para actividades de preservación. La CI, por ejemplo, ofrece una tecnología llamada “Inteligencia Artificial para Servicios Ecosistémicos” (ARIES por su sigla en inglés). Se trata de una tecnología en internet, ofrecida a usuarios de todo el mundo para que los asistan en evaluaciones rápidas de ‘servicios y valoración ambientales´ en escalas múltiples, desde un nivel regional hasta el nivel global (29).

Para que el comercio de servicios ambientales pueda funcionar bien, es necesario que haya una base legal para definir las reglas del juego. En EEUU y en Gran Bretaña ya existen reglamentaciones para ciertas áreas (30). En diferentes países del Sur, esas leyes y programas se están elaborando, frecuentemente con el asesoramiento de agencias y bancos de cooperación para el ‘desarrollo’ como USAID, KfW y GTZ en el caso de Ecuador (31), y de ONGs internacionales. En el estado de Acre, en Brasil, uno de los estados internacionalmente conocidos por estar más avanzado en relación a la introducción del comercio de servicios ambientales, la Asamblea Legislativa aprobó, sin ninguna participación popular, la Ley 2.308 de 22/10/2010, elaborada con la contribución de las ONGs norteamericanas Woods Hole Research Center y Forest Trends (32). La Ley crea el “Sistema Estatal de Incentivos a Servicios Ambientales (SISA)” y diversos programas de incentivos por ‘servicios ambientales’. Desde su primer artículo, afirma que buscan “fomentar el mantenimiento y la ampliación de la oferta” de ‘servicios ambientales’, como el carbono, la conservación de la belleza paisajística natural, la sociobiodiversidad, el agua, etc. El artículo 6, párrafo único, prevé instrumentos para “establecer un acuerdo institucional estable”, asegurando un “ambiente de confianza para (..) inversionistas”. En Brasil, también en ámbito nacional, se están analizando leyes que rigen los ‘servicios ambientales’.

4 – Plantaciones de monocultivos y el comercio por servicios ambientales

Las empresas que promocionan las plantaciones de monocultivos de árboles para celulosa, carbón, madera y otros fines han buscado mostrar, en la ola de crecimiento del PSA, que sus plantaciones también prestan servicios ambientales.

Quien ande por un monocultivo de eucalipto se preguntará ¿cuál sería ese ‘servicio’ en un área con un único tipo de plantación, sin otras plantas, sin animales, y que es blanco de un manejo agrícola convencional con aplicación de agrotóxicos y fertilizantes químicos?

No obstante, las empresas han logrado exitosamente vender la idea de que sus plantaciones absorben carbono. Un ejemplo es la empresa Plantar, de Minas Gerais, Brasil, que en 2010 consiguió que su proyecto de carbono, basado en plantaciones de monocultivos de eucalipto fuera reconocido oficialmente como proyecto MDL en el marco del Protocolo de Kyoto, a pesar de innumerables críticas (33). Otras empresas brasileñas de eucalipto han ‘comercializado carbono’ a través del mercado voluntario en la bolsa del clima de Chicago (CCX), la fundación holandesa FACE, ha plantado árboles en Ecuador para lograr ‘vender carbono’, causando problemas a las comunidades locales y al ambiente local (34). Hay empresas europeas que son activas también en África con la ‘venta de carbono’, como la noruega Green Resources, que promueve plantaciones de carbono, por ejemplo, en Tanzania, causando problemas sociales, ambientales y económicos (35).

Mientras tanto, las empresas y sus aliados buscan presentar evidencias de que las plantaciones ofrecen también otros servicios ambientales, contando con una gran ventaja: la FAO continúa usando una definición de bosque que considera a los monocultivos de árboles como ‘bosques’. Con esta ventaja, se han hecho estudios para mostrar que las plantaciones de monocultivos de árboles, si son ‘bien diseñados’, podrían además del carbono brindar otros servicios ambientales como agua limpia, un hábitat para animales y leña para generar energía. Se busca el desarrollo de mecanismos para también asignar un precio a esos ‘servicios’ de plantaciones (36).

5. El debate de los servicios ambientales y Rio+20

Más recientemente, oímos hablar mucho más de los servicios ambientales, sobre todo en relación a las charlas preparatorias de la ONU y los gobiernos para la Cumbre de Rio+20, prevista para junio de este año. Para entenderlo, tenemos que hablar sobre la idea central que será tratada en esta conferencia: la ‘economía verde’.

En las noticias sobre Rio+20, aparece con frecuencia la expresión ‘economía verde’. Suena bien, pero es importante entender que se trata de una propuesta que surge en el contexto de una economía profundamente capitalista. Como las principales economías capitalistas están enfrentando una crisis financiero-económica muy grande, sobre todo en los últimos años, buscan salir de la crisis y encontrar alternativas para que sus empresas puedan nuevamente acumular capital y obtener más ganancias a partir de actividades productivas y también especulativas, o sea, conseguir lucro ‘sin hacer nada’.

La ONU, a través del programa para el medio ambiente (PNUMA), está jugando un rol central con su iniciativa ´Economía Verde´, que incluye el estudio TEEB, citado anteriormente. El informe de la iniciativa fue publicado en 2011 con el título “Hacia una Economía Verde”. Fue a partir de esa iniciativa que surgió la idea de un ‘Nuevo Acuerdo Verde’, adoptado por EEUU y otros países. Promete un escenario de ‘ganar-ganar’, porque se enfrentaría la crisis financiera/económica y climática con el redireccionamiento de las inversiones para lo que podemos llamar ‘capital natural’, además de invertir en nuevas tecnologías supuestamente limpias como el uso de la biomasa, y el ‘mercado de carbono’.

En esa perspectiva, los servicios ambientales y su ‘comercialización’ se tornaron algo muy central, un verdadero pilar de la ‘economía verde’. El resultado será, según Silvia Ribeiro del grupo ETC que monitorea e investiga este proceso, una “mayor mercantilización y privatización de la naturaleza y de los ecosistemas, integrando sus funciones (definidas como ‘servicios’) a los mercados financieros” (37) .

6. Por que decir no al comercio de servicios ambientales?

Los defensores de la idea del comercio de servicios ambientales afirman que es una excelente alternativa para los pueblos del bosque porque lo dejaría ‘de pie’ y lo preservaría. Pero hay una serie de argumentos para decir no a los servicios ambientales y al comercio de servicios ambientales:

– El comercio de servicios ambientales no pretende modificar el modelo actual de producción y consumo, que está en la base de la crisis ambiental, incluso de la destrucción gradual de los bosques del mundo. Este modelo que beneficia a una minoría de la humanidad ocurre a expensas de innumerables injusticias sociales y ambientales. Para cambiar este modelo es urgente, iniciar la transición hacia otras formas de producción y consumo, con justicia social y ambiental. Es urgente, como la red Oilwatch (Observatorio del Petróleo) viene defendiendo mundialmente, dejar el petróleo y el gas en el subsuelo.

– La mercantilización y la financierización de la naturaleza a través del comercio de servicios ambientales exige un control del territorio, una privatización para que el ‘dueño’ e inclusive el comprador del ‘servicio’ pueda controlar lo que se está ‘comercializando’, con la garantía de que el ‘servicio ambiental’ sea entregado según estipula el contrato. En la práctica, esto va en contra de las luchas por el reconocimiento y garantía de los derechos territoriales de los pueblos del bosque y/o de otros ecosistemas. Porque un contrato de servicios ambientales estipula, en todos los casos, que haya un ‘dueño’ del área, o sea, muchas comunidades con derechos no regulados sobre su territorio sufrirán aún más presión p ara dejar sus tierras o serán expulsadas. Y aunque consiguieran quedarse y ser beneficiadas de alguna forma, el ‘comprador’ del servicio ambiental tendrá el derecho a acceder al área para las debidas inspecciones y monitoreos para verificar si el servicio en cuestión se está preservando y manteniendo debidamente, violando así el derecho de las comunidades sobre sus territorios e inclusive el derecho a mantener su modo de vida.

– A pesar de que el discurso de las ONGs conservacionistas de que los pueblos del bosque se beneficiarían del comercio de servicios ambientales, en la práctica poco se beneficiarán. Por el contrario, la tendencia es que haya empobrecimiento y expulsión de los pueblos de sus territorios. La experiencia de uno de los países internacionalmente conocido por su esquema de PSA, Costa Rica, muestra, según Amigos de la Tierra Costa Rica, que no se ha reducido la pobreza en las zonas rurales y que ha consumido el 25% del presupuesto del Ministerio del Medio Ambiente. Además, la reducción de la tala constatada en el país se debe mucho más a la reducción de la rentabilidad de la cría de ganado que al programa PSA (38).

– Los conocimientos tradicionales no pueden tratarse como servicios ambientales y ser comercializados. Ya existe una reglamentación propia a nivel internacional: el Protocolo de Nagoya de la Convención por la Diversidad Biológica (CDB) (39).

– El ‘servicio ambiental’ de bosques más ‘comercializado’ hasta el momento es el carbono. La experiencia con este servicio ambiental a través del ‘mercado de carbono’ muestra que se trata de una solución falsa a la crisis climática, y que, por si fuera poco, causa la violación de derechos de pueblos indígenas y no indígenas, tanto en el Sur como en el entorno de las empresas contaminadoras en el Norte (40).

– La expansión y la adopción global del pago por y comercio de servicios ambientales profundiza el proceso de mercantilización y financierización de la naturaleza.

– El PSA, con un discurso de preservación, tiende a profundizar la explotación de las riquezas naturales y la consecuente degradación ambiental, que sería ‘compensada’ con la generación de servicios ambientales comerciables en el área preservada. Y aunque parezca increíble, cuanto más escaso es el ‘servicio ambiental’, mayor tiende a ser el precio y el lucro.

– La financierización de la naturaleza que permite ‘vender’ y lucrar con ‘activos’ y ‘certificados’ de servicios ambientales es ilegal e inmoral porque se basa en la idea inventada de que la naturaleza estaría ‘prestando servicios ambientales’. Lo que no se inventa es la importancia del bosque para innumerables pueblos, por ejemplo, la diversidad de animales, de plantas, el agua, la regulación del clima, la fertilidad del suelo para plantar alimentos, etc. La importancia que esto tiene es imposible de ser asginada un precio.

– El hecho de medir, monitorear y asignar un precio a los servicios ambientales y hacer las transacciones comerciales resultantes involucra conocimiento específico y la tendencia es de que bancos, empresas y corporaciones privadas se apoderen y lucren con el comercio de servicios ambientales, sin que las comunidades tengan conocimiento de los contratos y de los negocios. Un gran incentivo para esos grupos es que, debido a la crisis económico-financiera, ya están buscando nuevas formas de obtener lucros, preferiblemente, ‘sin hacer nada’.

– La lógica y el funcionamiento de los servicios ambientales han sido pensados por científicos provenientes de la cultura occidental, que continúan fragmentando y separando al ser humano de la naturaleza, en relación a los beneficios de esos ‘servicios’ sobre todo para la vida humana. Sin embargo, los pueblos del bosque tienen visiones y experiencias de convivencia e integración con la naturaleza que garantizan el bien estar de ambos, muy diferentes; así surgen otras visiones sobre la naturaleza, como el ‘buen vivir’, los derechos de la Madre- Naturaleza y su no-mercantilización y no-financierización. Al ponerles un precio como forma de valorar los servicios ambientales, son descartadas otras formas, otros lenguajes, principalmente de los pueblos del bosque, de valorizar y conservar la naturaleza.

– El comercio de servicios ambientales tiende a ser un estímulo más para la expansión de las plantaciones de monocultivos de árboles, consideradas ‘bosques plantados’ por la FAO y otras instituciones internacionales y gobiernos nacionales.

7. ¿Caminos a seguir?

El capital especulativo y los actores interesados como bancos, consultores, grandes empresas, fondos de inversión, así como otros actores aliados como ONGs y, frecuentemente, nuestros propios gobiernos pretenden con el comercio de servicios ambientales apoderarse de los territorios de los pueblos para ‘vender’ y lucrar. Así, la lucha por los derechos de los pueblos de los bosques que dependen de ellos tiende a tornarse más compleja y difícil.

¿Cómo continuar esa lucha? A continuación, algunas posibles orientaciones:

– Muchas comunidades que viven en bosques, sean campesinas, tradicionales o indígenas, comparten la preocupación sobre cómo conservar esas áreas, principalmente cuando las mismas se tornan más escasas y la necesidad por tierras aumenta. Muchas veces, exigen, en una demanda justa, el apoyo del Estado para garantizar su conservación.

Las informaciones recogidas en este artículo alertan a que las comunidades, en vez de entrar en esquemas como el PSA y el comercio de servicios ambientales, reúnan todas las informaciones sobre qué es y qué representa la idea de servicios ambientales y su comercio, promoviendo debates con toda la comunidad. El presente texto tiene exactamente la finalidad de alimentar esos debates.

Y si los gobiernos gastan recursos públicos para ayudar a grandes empresas y bancos, el mismo dinero puede ser aplicado también en políticas públicas para ayudar a las comunidades que buscan conservar y recuperar sus áreas forestales, sin necesidad de transformar esas acciones en mecanismos perversos como el comercio de servicios ambientales, lo que profundiza el proceso de mercantilización y financierizacion de la naturaleza.

– Una característica común del comercio de servicios ambientales y del ‘mercado de carbono’ es la falta de transparencia sobre este tipo de mecanismo. Es de suma importancia exigir, en su país, informaciones a las autoridades, a los parlamentarios, sobre la reglamentación ya aprobada y la que está siendo discutida sobre este tipo de actividad. En países donde la legislación sobre el comercio de servicios ambientales está elaborándose rápidamente, como en Brasil, hay claras contradicciones con la constitución del país, por ejemplo, cuando los proyectos de ley proponen la privatización de algo fundamental y de libre acceso para toda la población. Por ejemplo, en el estado de Acre, entidades de la sociedad civil están pidiendo al Ministerio Público Federal que inicie una acción de inconstitucio nalidad contra la Ley Estadual 2.308/2010 que instituye el Sistema de Incentivos al Servicio Ambiental del estado.

– La agricultura campesina en casi todos los países del Sur sufre la falta de apoyo, de políticas públicas, para mantenerse y fortalecerse. Ese tipo de agricultura, practicada incluso en áreas de bosques sin que haya sido una amenaza a la continuidad del bosque ha posibilitado una convivencia y una interacción con el mismo. La idea del comercio de servicios ambientales descarta esa convivencia. Más apoyo en forma de políticas públicas para ese tipo de agricultura fortalecería la seguridad y la soberanía alimentaria de esas poblaciones y de las regiones en las que están viviendo. Además, la agricultura campesina ya contribuye, como la Vía Campesina ha divulgado, con el ‘enfriamiento’ del planeta. Los Estados, en vez de conceder apoyo a las comunidades campesinas, a menudo financian y facilitan la introducción del comerci o de servicios ambientales. Significa gastar dinero público y, a veces, asumir nuevas deudas financieras con instituciones internacionales como el Banco Mundial, cuando estas ofrecen ‘incentivos’ para ese nuevo tipo de ‘comercio’. La carga nuevamente es para el pueblo.

– La mercantilizacion y la financierizacion de la naturaleza señalan la importancia de construir alianzas más amplias entre quienes combaten el sistema financiero internacional, otras que luchan contra la privatización de la naturaleza, y aún otras que luchan diariamente por sus territorios y ecosistemas.

– Una alianza amplia y fuerte contraria a la ‘economía verde’ está siendo propuesta a través de la convocatoria camino a Rio+20 (41). Busca concretar una agenda en conjunto con organizaciones y redes no gubernamentales y movimientos sociales, incluyendo acciones de solidaridad a comunidades impactadas por empresas que se apoderan de sus territorios y los degradan, como es el caso de la CSA en Rio de Janeiro, de propiedad de las multinacionales Vale y Thyssenkrup, o contaminan el mar y afectan a pescadores como la petrolera Petrobras. La agenda conjunta prevé también la realización de la Asamblea de los Pueblos Afectados por proyectos privatizadores y degradantes en la víspera de Rio+20.

– Es necesario continuar con más fuerza la lucha para que las comunidades que conservan los bosques tropicales y dependen de ellos puedan tener el derecho y el control sobre esos espacios. Significa luchar por el reconocimiento de los derechos de esos pueblos sobre sus territorios- algo aún inexistente o insuficientemente garantizado en muchos países de Latinoamérica, África y Asia. En países donde ya hubo muchos avances como en Brasil, la tendencia es de retroceso en los derechos indígenas y en los derechos de otros pueblos tradicionales, mientras crecen sin cesar los esfuerzos para crear un ‘mercado global en servicios ambientales’.

– Precisamos continuar la resistencia y la denuncia del capital financiero y sus actividades especulativas. A pesar de la crisis que afecta principalmente a las mayores economías del mundo, casi todos los países y sobretodo sus gobiernos continúan defendiendo el sistema e involucrados en él. Sin embargo, aumentan, en todo el mundo, las críticas y las movilizaciones que claman por cambios profundos especialmente en relación a la financierizacion cada vez mayor de la economía, y también de la naturaleza, con una creciente ola de privatización de todo lo que aún es público. Por eso, es necesario continuar luchando contra la expansión de esa lógica del capital especulativo para que no se apodere de áreas fundamentales para el futuro de la humanidad, inclusive de los bosques tropicales.

Corresponde que todos denunciemos cada vez más las perversidades y contradicciones de esa lógica y sus impactos concretos en los territorios. Precisamos apoyar y fortalecer la resistencia de los pueblos para que, en primer lugar, les sea asegurado el derecho sobre sus territorios y para que se revierta el proceso de privatización de la naturaleza, también en el futuro, garantizando el libre acceso a las poblaciones que siempre la cuidaron e hicieron usufructo de ella.

Como dijo la habitante del Congo en este artículo: “…somos felices con nuestro bosque, porque nos permite conseguir todo lo que necesitamos”. Y eso no tiene precio. www.ecoportal.net

Boletín mensual del Movimiento Mundial por los Bosques (WRM)

Número 175 – Febrero 2012 – http://www.wrm.org.uy

Referencias:

1 – Se trata de una conferencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU) con participación de los países miembros y sus lideres y que tratará del desarrollo sostenible; tendrá lugar exactamente 20 años después de la conferencia sobre el mismo tema en Rio de Janeiro en 1992

2 – Por mercantilización de la naturaleza, entendemos el proceso de realizar transacciones comerciales y negocios con los ‘bienes’ de la naturaleza, sea por la extracción de elementos concretos, como la madera, o el embotellamiento de agua mineral; sea por la comercialización de componentes más abstractos de la naturaleza, como la biodiversidad, la fertilidad del suelo, el carbono, la belleza del paisaje, el refugio de un bosque para las especies, etc.

3 – Por financierización de la naturaleza, referimos al proceso por el cual el capital especulativo se apodera de ‘bienes’ y componentes de la naturaleza, comercializándolos a través de certificados, de títulos, de activos, etc., buscando, con la especulación financiera, la obtención del mayor lucro posible.

4 – Daily, G, 1997. Introduction: What Are Ecosystem Services? en Daily, G. (edt), Nature’s Services. Societal Dependence on Natural Ecosystems, Island Press, Washington DC. Informaciones del Glosario elaborado para el curso sobre Ecological Economics and Political Ecology del proyecto EJOLT, coordinado por la Universidad Autónoma de Barcelona

5 – de Groot, R., 1994. Environmental functions and the economic value of natural ecosystems. En: A.M. Jansson, (Editor), Investing in Natural Capital: The Ecological Economics Approach to Sustainability, Island Press, pp. 151–168.; de Groot, R., M. Wilson, R. Boumans, 2002. A typology for the classification, description and valuation of ecosystem functions, goods and services, Ecological Economics, 41, 393-408. Informaciones del Glosario elaborado para el curso sobre Ecological Economics and Political Ecology del proyecto EJOLT, coordinado por la Universidad Autónoma de Barcelona

6 – WRM, “Bosques. Mucho más que una gran cantidad de árboles”. Video, www.wrm.org.uy, 2011

7 – Sullivan, Sian, “Green Capitalism, and the Cultural Poverty of Constructing Nature as Service Provider”. En ‘Upsetting the Offset’, Böhm, Steffen and Siddhartha Dabhi (eds), London, MayFlyBooks, pp. 255-272

8 – Ibid.

9 – www.iucn.org/about/

10 – Fairlie, Simone et al, “Reclaiming the Commons”, The Cornherhouse, http://www.thecornerhouse.org.uk/resource/reclaiming-commons, 1995

11 – Carcanholo, Reinaldo A. e Paulo Nakatani, ‘Capitalismo Especulativo e Alternativas para América Latina’, http://www.rosa-blindada.info/b2-img/Klismoealternativas.pdf

12 – Tricarico, Antônio, “The ‘financial enclosure’ of the commons», http://www.un-ngls.org/gsp/docs/Financialisation_natural_resources_draft_2.pdf, 2011.

13 – Informaciones del Glosario elaborado para el curso sobre Ecological Economics and Political Ecology del proyecto EJOLT, coordinado por la Universidad Autónoma de Barcelona.

14 – El informe de este estudio trata la naturaleza en términos del lenguaje de los ‘servicios ambientales’, dividiéndolos en ‘proveedor de servicios’ (alimento, agua, madera, fibra, etc.), ‘regulador de servicios’ (inundaciones, secas, degradación de tierras y enfermedades), ‘apoyando servicios’ (como formación de suelos y mantener el ciclo de nutrientes) y ‘servicios no-materiales culturales’ (para recreación, espiritual, religioso, etc.). La propuesta es cuantificar financieramente los servicios cada vez más escasos, lo que ayudaría a mantenerlos. Al mismo tiempo, creando nuevos ‘bienes’ comerciables, el crecimiento económico estaría siendo incentivado.

15 – Terra de Direitos, Pagamento por “Serviços Ambientais” e Flexibilização do Código Florestal para um capitalismo “Verde”, www.terradedireitos.org.br, agosto de 2011

16 – Iniciativa fomentada por líderes mundiales y grandes empresas capitalistas que llevó, hace más de 10 años, a la organización del Foro Social Mundial, como contrapunto anti-capitalista.

17 – Riberio, Silvia, ‘As novas fronteiras da mercantilização da natureza’. En: Le Monde Diplomatique Brasil, Año 5, Nr. 53, Diciembre 2011

18 – http://es.wikipedia.org/wiki/Costo_de_oportunidad

19 – WRM, “From REDD to HEDD”, www.wrm.org.uy

20 – Kill, Jutta et al, “Carbon Trading: how it functions and why it is controversial”, FERN, http://www.fern.org/sites/fern.org/files/tradingcarbon_internet_FINAL.pdf, 2010

21 – www.wrm.org.uy. Ver sección sobre REDD

22 – http://noredd.makenoise.org/wp-content/uploads/2011/09/NOREDD-letter_21sept.pdf

23 – Singh, Supriah. Payments for Ecosystem Services (PES) in India from the bottom-up. Publicado en Down to Earth, CSEs fortnightly online magazine.

24 – Es importante recordar que las empresas que ofrecen servicios ambientales contabilizan también algo que los economistas llaman ‘costos de transacción’, que son los costos necesarios para ‘medir’ si los servicios que están siendo ‘comercializados’ de hecho están siendo preservados y por lo tanto si se pueden ‘entregar’. En el caso del servicio ambiental de carbono, se le da el nombre de Monitoreo, Verificación y Evaluación a esos costos y los mismos tienden a ser altos y a involucrar técnicos y tecnologías especializadas.

25 – Sullivan, Sian, “Green Capitalism, and the Cultural Poverty of Constructing Nature as Service Provider”. En ‘Upsetting the Offset’, Böhm, Steffen and Siddhartha Dabhi (eds), London, MayFlyBooks, pp. 255-272

26 – Ibid

27 – http://radarrio20.org.br/index.php?r=site/view&id=229995

28 – Griffiths, Tom. “Seeing ‘REDD’? : Forests, climate change mitigation and the rights of indigenous peoples and local communities”, version actualizada, mayo de 2009. Forest Peoples Programme

29 – Sullivan, Sian, “Green Capitalism, and the Cultural Poverty of Constructing Nature as Service Provider”. En ‘Upsetting the Offset’, Böhm, Steffen and Siddhartha Dabhi (eds), London, MayFlyBooks, pp. 255-272

30 – Tricarico, Antônio, “The ‘financial enclosure’ of the commons», http://www.un-ngls.org/gsp/docs/Financialisation_natural_resources_draft_2.pdf, 2011.

31 – http://www.accionecologica.org/servicios-ambientes/documentos….

32 – Governo de Acre, “Sistema de Incentivo a Serviços Ambientais”, http://www.ac.gov.br/wps/wcm/connect/fc02fb0047d01….

33 – http://www.wrm.org.uy/countries/Brazil/LetterPlantarCDM.pdf

34 – See publication “carbon sink plantations in the Ecuadorian Andes”, www.wrm.org.uy

35 – Karumbidza, Blessing and Wally Menne, “CDM carbon sink plantations in Africa: a case study in Tanzania”, Timberwatch, 2010

36 – Bauhus, Jürgen, et al. Ecosystem Goods and Services from Plantation Forests. CIFOR, 2010

37 – Ribeiro, Silva: ‘As novas fronteiras da mercantilização da natureza’, em Le Monde Diplomatique Brasil, Año 5, nr. 53, diciembre de 2011

38 – Amigos de la Tierra Internacional. REDD: la verdad en blanco y negro. 2010

39 – Terra de Direitos, Pagamento por “Serviços Ambientais” e Flexibilização do Código Florestal para um capitalismo “Verde”, www.terradedireitos.org.br, agosto de 2011

40 – Ver www.wrm.org.uy. Informaciones sobre los temas REDD, Carbon Trade and Carbon Plantations

41 – http://www.wrm.org.uy/RIO+20/Nos_movilizamos.html

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Agronegocios y biotecnología amenazan naturaleza y campesinado / I – En el siglo XIX primera ruptura notable del reciclaje agrícola de nutrientes

Lunes 12 de Marzo de 2012

Por Julio Boltvinik

En la serie de articulos “Agronegocios y biotecnología amenazan naturaleza y campesinado” busco tomar en cuenta los desarrollos científico-tecnológicos (como la biotecnología) y los cambios en las formas de organización/dominación (como la agricultura contractual). En particular, intentaré clarificar si podemos seguir hablando de pobreza y persistencia del campesinado y si las respuestas a las causas de ambos fenómenos siguen siendo válidas. También debo intentar responder si el capitalismo agrícola necesita (todavía) a los campesinos pobres. En esa contextualización desempeñará un lugar central el cambio climático y, de manera más general, el deterioro ambiental causado por el capitalismo y, en particular, el agotamiento de la fertilidad natural del suelo agrícola.

Como colofón del capítulo introductorio de un excelente libro colectivo, Magdoff, Foster y Buttel (1) citan el volumen III de El Capital en el cual Marx dice: “La moraleja de la historia es que el sistema capitalista se opone a [choca con] una agricultura racional, o que la agricultura racional es incompatible con el sistema capitalista (pese a que éste promueve su desarrollo técnico), y que necesita la mano de los pequeños campesinos [del pequeño agricultor] que trabajan personalmente [por su cuenta; para sí mismos] o bien el control de los productores asociados”. (2)

Antes, los autores señalan que, en las presentes circunstancias, cuestiones como la escala de las unidades agrícolas, la organización global o local de los sistemas alimentarios y la tecnología apropiada, aunque significativas “resultan secundarias ante la mercantilización de la agricultura y de hecho de la propia naturaleza con un único propósito en mente: la generación de ganancias”. Con ello interpretan la cita de Marx como si éste hubiese añadido a la frase en cursivas porque mercantiliza la naturaleza. Aunque la discusión de este tajante (y enigmático por su ubicación) texto, rebasa el marco de esta entrega, debo decir que si algo demuestran los excelentes e importantes trece capítulos (de diversos autores) incluidos en el libro citado es que, en el presente, tal añadido permite caracterizar la realidad agrícola actual, cuya mercantilización capitalista amenaza al ser humano y a la naturaleza.

En la serie que inicio con esta entrega me propongo revisar, entre otros, este libro con el propósito de buscar la puesta al día del tema abordado en las diez entregas de la Serie “Pobreza y persistencia del campesinado” (publicadas entre el 21 de mayo y el 27 de agosto del 2010 en este espacio) que se centraron en un debate cuyo núcleo tuvo lugar en los primeros decenios de la segunda posguerra. Busco tomar en cuenta los desarrollos científico-tecnológicos (como la biotecnología) y los cambios en las formas de organización/dominación (como la agricultura contractual). En particular, intentaré clarificar si podemos seguir hablando de pobreza y persistencia del campesinado y si las respuestas a las causas de ambos fenómenos siguen siendo válidas. También debo intentar responder si, como argumenté en la primera entrega de aquella serie, el capitalismo agrícola necesita (todavía) a los campesinos pobres. En esa contextualización desempeñará un lugar central el cambio climático y, de manera más general, el deterioro ambiental causado por el capitalismo y, en particular, el agotamiento de la fertilidad natural del suelo agrícola. Empiezo con este aspecto.

 

Foster y Magdoff (FyM) relatan que en el periodo 1830-1870 la principal preocupación ecológica en Europa y EU fue el agotamiento de la fertilidad natural del suelo (pérdida de nutrientes); añaden que éste fue el periodo del imperialismo del guano, del desarrollo de la moderna ciencia del suelo, de la introducción gradual de fertilizantes sintéticos y de la formación de propuestas radicales para el desarrollo de una agricultura sustentable. Hacia mediados del siglo XX el problema parecía resuelto debido a la aplicación masiva de fertilizantes sintéticos abastecidos por la industria del ramo. (3) (Véase gráfica con datos actuales de cuatro países). Hoy, en cambio, un “entendimiento creciente del daño ecológico infligido por la dependencia de insumos químicos sintéticos ha generado un nuevo interés en una agricultura sustentable en la cual el reciclaje de los nutrientes desempeña un papel central”. Liebig descubrió en 1840 el papel del nitrógeno, el fósforo y el potasio en la nutrición de las plantas. El economista estadounidense EU Henry Carey, Liebig y Marx analizaron las causales del agotamiento de la fertilidad del suelo. Liiebig argumentó, dicen Foster y Magdoff, que: “Los dos problemas de contaminación de las ciudades con excrementos humanos y animales y el agotamiento de la fertilidad natural del suelo estaban conectados, y que el reciclaje orgánico que devolviera los nutrientes al suelo era parte de un sistema urbano-agrícola racional”.

Los autores indican que la crítica de Marx a la agricultura capitalista se basó en Liebig y Carey pero, sobre todo, en James Anderson agrónomo y economista político escocés contemporáneo de Adam Smith, a quien se le puede atribuir la paternidad de la teoría de la renta de la tierra, pero además, a diferencia de David Ricardo que atribuía ésta a los poderes “originales e indestructibles del suelo”, percibió que el ser humano puede aumentar o disminuir estos poderes. Anderson sostuvo que cualquier persona que haya oído hablar de la agricultura, sabe que “Cuando se aplica al suelo estiércol animal, incrementa su fertilidad; y que cualquier circunstancia que tienda a privar al suelo del estiércol debe considerarse un desperdicio.

Es posible, afirmó, mediante la aplicación prudente de desperdicios humanos y animales sostener el suelo por siempre sin la adición de estiércoles externos. Sin embargo, Londres, con su desperdicio gigantesco de tales fuentes naturales de fertilidad, acarreada diariamente al Támesis, por cuyo paso somete a los habitantes a los más ofensivos tufos, indica qué tanto se ha alejado la sociedad de una economía agrícola sustentable”.

Con base en Anderson, dicen FyM, Marx sostuvo que la irracionalidad de la agricultura capitalista está ligada a la contradicción entre campo y ciudad de la que nació el capitalismo y hacia 1860 empezó a enfocar directamente al ciclo de nutrientes. Así, señaló en el volumen I de El Capital (según citan nuestros autores) (4) que la producción capitalista perturba la interacción metabólica entre el hombre y la tierra al evitar el retorno al suelo de sus elementos constitutivos consumidos por el hombre en forma de alimento y vestuario, interrumpiendo la condición natural eterna para la fertilidad del suelo. Y añadió que todo progreso en la agricultura capitalista es un progreso no sólo en despojar al trabajador sino también al suelo. La producción capitalista, por tanto, concluía Marx, desarrolla las técnicas de producción minando al mismo tiempo las fuentes originales de toda riqueza: el suelo y el trabajador. Y por ello Marx concluía que: Desde la atalaya de una formación socioeconómica superior la propiedad privada de individuos particulares de la tierra aparecerá tan absurda como la propiedad de un hombre sobre otro. Incluso una nación, o todas las naciones juntas, no son propietarias de al tierra, son simples poseedores, sus beneficiarios, y tienen que heredarla en una condición mejorada a las sucesivas generaciones, como boni patres familia. www.ecoportal.net

Julio Boltvinik – México – Economista de la UNAM, con maestrías en economía y desarrollo económico en El Colegio de México y en la Universidad de East Anglia (Gran Bretaña) y doctorado en ciencias sociales en el Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) de Occidente (Guadalajara). http://www.julioboltvinik.org/; – Este artículo, publicado el 27 de enero de 2012, es el primero de la serie «Agronegocios y biotecnología amenazan naturaleza y campesinado»

Referencias:

1. Fred Magdoff, John Bellamy Foster y Frederik H. Buttel (Eds.), Hungry for Profit. The Agribusiness Threat to Farmers, Food, and the Environment, Monthly Review Press, Nueva York, 2000. El capítulo introductorio denominado “Una vision global” está escrito por estos tres autores.

2. P.150 del vol. 6, Tomo III de Siglo XXI editores. Entre corchetes he incluido la redacción de la edición del Fondo de Cultura Económica (vol. III, p. 131). En el caso en el cual entre corchetes hay una segunda versión, después del punto y coma, es mi traducción de la versión en inglés de El capital citada por los autores.

3. John Bellamy Foster y Fred Magdoff, “Liebig, Marx, and the Depletion of Soil Fertility. Relevance for Today’s Agriculture”, Capítulo 2 en Magdoff, Foster y Buttel, op. cit.

4. Tanto en esta cita, como en la siguiente, FyM no proporcionan el capítulo y la sección de El Capital para ubicar los pasajes en las traducciones al español, y no he tenido acceso a la edición en inglés que citan.

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Agua para la Vida: El MAB de Brasil de cara a jornada mundial de lucha contra represas

Lunes 12 de Marzo de 2012

MabEl 14 de marzo se celebrará el Día Internacional de Lucha contra las Represas, por los ríos, el agua y la vida. Uno de los referentes en esta lucha, el brasileño Movimiento de Afectados por Represas (MAB, por su sigla en portugués), tiene planificadas acciones en varios Estados del país del 12 al 16 de marzo.

Su objetivo es decir NO a las represas por sus impactos ambientales, sociales y culturales, entre otros, rechazar la privatización del sector eléctrico y denunciar el alto precio cobrado al pueblo brasileño en la tarifa de energía.

Radio Mundo Real entrevistó al activista del MAB Ricardo Montagner, para hablar sobre las movilizaciones de los próximos días a nivel nacional y especialmente sobre la lucha contra las centrales de Garabí y Panambí en el Estado de Rio Grande do Sul.

“Según el informe de la Comisión Mundial de Represas (organismo ligado a Naciones Unidas), cerca de 80 millones de personas han sido desplazadas directa o indirectamente por la construcción de represas en el mundo”, expresa un comunicado de prensa del MAB circulado estos días.

Las manifestaciones de la semana que viene exigirán soluciones a “las enormes deudas sociales y ambientales ocasionadas por las represas ya construidas” y buscarán fortalecer la lucha por otro modelo energético. “Nuestra tarea es fortalecer las resistencias y construir un nuevo modelo energético y de sociedad”, agrega el texto.

El MAB alerta que “en los últimos años se observa el avance de las grandes empresas nacionales y transnacionales en el control de los recursos naturales, los minerales, el agua, las semillas, los alimentos, el petróleo y la energía eléctrica”. “Todos estos bienes naturales los han convertido en mercancías y son explotados por los sectores de la industria que necesitan altos consumos de energía”, explica.

Ante la actual crisis del capitalismo que “muestra la insustentabilidad del actual modelo de producción y consumo”, “el MAB considera impostergable la construcción de un nuevo paradigma de desarrollo, que se enfoque en la búsqueda de condiciones dignas de vida para la clase trabajadora, campesinos, pescadores, afrodescendientes e indígenas”.

En la entrevista con Radio Mundo Real, Montagner aseguró que los grandes proyectos hidroeléctricos no generan condiciones de desarrollo para las poblaciones locales, ni campesinas ni urbanas, contrarrestando el argumento usado siempre por los impulsores de esos emprendimientos. Lamentó las miles de familias que son desplazadas por las represas sin ser indemnizadas ni reasentadas. Directamente no se les reconocen sus derechos, fustigó, en beneficio de grandes empresas tanto brasileñas como transnacionales.

Uno de los puntos fundamentales del MAB a plantear este 14 de marzo es la reivindicación por un nuevo modelo energético para Brasil. “Defendemos que el control de la energía eléctrica debe estar en manos del Estado”, dijo Montagner, “para que el Estado no de concesiones a empresas privadas”. El otro eje central del MAB en esta fecha es la defensa de las luchas de las poblaciones afectadas por las represas, porque esas centrales no benefician a las comunidades locales.

El complejo hidroeléctrico Garabí-Panambí se pretende instalar en el río Uruguay, entre Brasil y Argentina. Serían dos represas binacionales. El MAB rechaza de plano el proyecto. De acuerdo a Montagner, hay una fuerte resistencia tanto en Argentina como en Brasil, aunque no se ha logrado coordinar una lucha conjunta de grupos de los dos países.

Según información aportada por el dirigente, 90 000 hectáreas de tierra podrían ser inundadas, en una zona de bosques y preservación ambiental, y más de 30 000 personas del campo y la ciudad se verían afectadas. Montagner, coordinador en Rio Grande do Sul de la lucha contra Garabí y Panambí, dijo que “no hay ningún espacio de diálogo con el gobierno brasileño ni con el argentino”. “La población queda fuera del proceso y es vista como un estorbo”, se lamentó.

Foto: http://visitemosmisiones.com

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http://www.radiomundoreal.fm/IMG/mp3/agua_para_la_vida.mp3Audio: MP3 – 8 MB

2012 Radio Mundo Real / Amigos de la Tierra

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Argentina: Vamos más allá… mejor entre todas y todos podemos cambiar

Viernes 9 de Marzo de 2012

mistica1Más de 200 mujeres de comunidades campesinas, indígenas y urbanas de distintos departamentos de Santiago del Estero y de Bs As, nos reunimos 7 y 8 de marzo en Quimilí, para fortalecer el intercambio de luchas, ideas y estrategias de resistencia ante la opresión del patriarcado.Como mujeres trabajadoras del campo y de la ciudad, cada día luchamos contra el modelo capitalista, que nos quiere impedir la producción de alimentos sanos y tener un trabajo digno en nuestros territorios.En el campo nosotras trabajamos la tierra, sembramos, hacemos artesanías, somos guardianas de las semillas, aplicamos y practicamos saberes, producimos alimentos sanos con nuestras manos, sabrosos y variados.

Mantenemos las costumbres y la manera de alimentarnos de varias generaciones.En la ciudad nosotras luchamos por el reconocimiento de nuestro trabajo de igual a igual. En los mercados locales, tenemos oferta de alimentos de pocos productores, poca variedad, menos calidad. Es el mercado capitalista, y no nuestras necesidades, quien impone lo que tenemos que comer. A través de la organización empezamos a valorar y reconocer nuestros derechos como mujeres y vemos importante la articulación e intercambio, para generar propuestas que nos permitan cambiar la situación de opresión.

 El modelo agroexportador, acumula las riquezas en manos de unos pocos. Esos pocos alambran, concentran las tierras, desmontan indiscriminadamente, fumigan con agrotóxicos de manera irracional, contaminando el agua, el aire y la tierra, desertificando y provocando la pérdida de la biodiversidad. El monocultivo aumenta las desigualdades sociales: los ricos tienen cada vez más y los pobres cada vez menos, expulsa a los campesinos y campesinas de sus territorios y alimenta la concentración en las grandes ciudades, donde solo unos pocos consiguen empleo.

Ante esta situación, nosotras organizadas reivindicamos la forma de producción campesina indígena, respetando los ciclos naturales, generando trabajo autónomo y digno, sin explotación. Fortaleciendo lazos con la ciudad, protagonizando modos de producción a favor de la vida y cuidando a la Pachamama.Por eso nosotras y nosotros, rechazamos este modelo de contaminación, saqueo, destrucción y muerte, que atenta contra la soberanía alimentaria de los pueblos. Por eso nosotras y nosotros, promovemos el intercambio de semillas naturales, abastecer el mercado local con productos sanos y diversos, organizarnos, concientizar respecto a las consecuencias del uso de agrotóxicos en nuestra salud y forma de alimentación.

¡ NO A LOS AGROTÓXICOS, SI A LA VIDA!¡MUJERES ORGANIZADAS PRODUCIENDO ALIMENTOS PARA LOS PUEBLOS!

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Paraguay: Mujeres campesinas e indígenas organizan foro para exigir sus derechos

Viernes 9 de Marzo de 2012

En la hoy enrejada plaza Uruguaya, integrantes de la Coordinadora Nacional de Organizaciones de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas (Conamuri), realizaron un foro abierto para conmemorar el día internacional de la mujer trabajadora, este jueves último, a partir de las 16:00 hs.La actividad tuvo por nombre “Kuña, yvy ha tekove” (“Mujer, tierra y vida”) y contó con la transmisión en directo de Radio Viva FM. De la misma participaron alrededor de cien personas, provenientes de diferentes organizaciones sociales, aparte de Conamuri, como OLT, MCNOC, MCP, la Asamblea Permanente de la Plaza Uruguaya, la Coordinadora Nacional por la Recuperación de las Tierras Malhabidas y el público general interesado.



El propósito del evento fue analizar la trayectoria de lucha de las organizaciones de mujeres indígenas y campesinas por el acceso a la tierra, la defensa del territorio, la soberanía y la vida. En ese sentido, el espacio permitió un extenso debate en torno a la coyuntura nacional, intercalando un diálogo participativo en donde los temas en su mayoría consideraban las reivindicaciones de los derechos campesinos e indígenas, y en particular, los derechos de las mujeres del campo.

La concurrencia coincidió en reconocer la importancia de la trayectoria de lucha y de trabajo de las mujeres rurales más empobrecidas por este modelo de sociedad capitalista, racista y patriarcal. Así también se planteó que los tres poderes del Estado deberían trabajar de forma coordinada para una mayor cobertura de derechos que beneficie a este amplio sector de nuestro país. Se criticó, a su vez, el modelo agroexportador y dependiente que se tiene en el campo, el cual se constituye en la mayor razón por la que la agricultura campesina e indígena de pequeña escala y la soberanía alimentaria se ven amenazadas, trayendo como consecuencia la migración forzosa de las poblaciones, la expulsión de territorios indígenas por el cultivo de soja o la extensión de ganado, la destrucción de la biodiversidad, la reducción del hábitat y la acentuación de la violencia estructural en su faceta más sombría.Coincidieron, además, en la urgencia por concretar una reforma agraria integral en el contexto de lucha que moviliza, sobre todo, a las organizaciones campesinas e indígenas, pues, en palabras de una habitante de Alto Paraná: “la falta de tierra trae consigo la falta de alimentos”.

Cifras que desnudan la desigualdad y la violencia de géneroSegún investigaciones difundidas en varios sitios web, un informe de la FAO ratifica que el 54% de las trabajadoras agrícolas está por debajo de la línea de pobreza; esto es sumamente paradójico, teniendo en consideración que las mujeres producen el 80% de los alimentos en el mundo, y sin embargo son propietarias de tan solo el 2% de las tierras. así también, aunque ellas representan el 20% de la fuerza laboral en América Latina y el Caribe, viven en peores condiciones que los hombres.La OIT, por su parte, observa que la mayoría de las mujeres rurales percibe 25% menos que los hombres en concepto de remuneración, aunque trabajen más horas que ellos, inclusive.A nivel de violencia, la Secretaría de la Mujer en nuestro país reportó que 7 mujeres por día, durante el año 2011, radicaron denuncia por algún hecho de violencia que se cometiera en contra de ellas.

Recordando a un maestro que se fueNo se olvidaron los y las presentes de rendir un homenaje al destacado sociólogo paraguayo Tomás Palau, quien falleciera el día 7 del corriente como consecuencia del cáncer de médula, en la ciudad de Buenos Aires. “Nuestro compañero Tomás no se merece un minuto de silencio, sino un grito de orden bien fuerte para demostrarle la gratitud que tenemos hacia su persona, un hombre noble como él no habrá otro en mucho tiempo”, dijo en su oportunidad Magui Balbuena, dirigente de Conamuri. A su nombre la plenaria exclamó la consigna: “¡Tomás Palau presente, en la lucha permanente!” 

Críticas a las rejas de la plaza Uruguaya duramente cuestionadas fueron las autoridades del municipio asunceno por la resolución de instalar rejas a una plaza que fuera testigo de cientos de luchas sociales históricas desde el siglo pasado.Sobre todo, destacaron las voces de los pueblos originarios, tanto de la Región Oriental como del Chaco y de los asentamientos urbanos. Frases lapidarias como: “Vinimos desde muy lejos para comprobar que era verdad que en Asunción son muy celosos de la limpieza urbana y que por eso enrejaron la plaza, pero vemos ahora que está peor, más sucia que nunca”; “las rejas son un retroceso, nos llevan a la época oscurantista de la represión contra la expresión popular”; “ahora nos tratan como verdaderos animales, porque nos encierran en una jaula”; “solo nos quedan dos caminos: echar las rejas o tomar el poder”.También las mujeres indígenas, muy indignadas, manifestaron sentirse cansadas de que los candidatos a cargos electorales estuvieran, desde ya, merodeando en sus comunidades y aldeas: “ahora vuelve la época en que nosotros los indígenas somos lindos y aseados porque están en campaña política; pero ya estamos conscientes de que ellos no representan a las clases populares, sino que solo nos están usando para asegurar sus votos”, se escuchó entre la multitud.

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A la mujer áfrica y afrodescendientes: Imperceptibles pero demasiado sensibles

Jesús Chucho García

ALAI AMLATINA, 09/03/2012.- Ellas, las africanas y sus descendientes, debido al enfoque machista de la historia, muchas fueron condenadas al olvido, olvido que por supuesto no se logró y al paso del tiempo ellas vuelven a la memoria, no como hechos o actos del pasado sino como símbolos, mitos y complejo éticos contemporáneos. Se trata de la mujer africana y afrodescendientes con sus historias anónimas llenas de una riqueza simbólica, mitológica que va desde el nacimiento del mundo hasta la construcción de las espiritualidades imperceptibles al ojo de los seres deshumanizados por la complejidad social que NO está dejando espacios para la contemplación, el cantar de los pájaros, los olores, la belleza y la reflexión profunda.

 

Decir mujer africana y afrodescendientes es decir sociedad, ausencia paterna, confrontación cotidiana para la sobrevivencia, pero es también decir hilo conductor para la transformación social por un planeta equilibrado para todos, sin miedo, con coraje contra la adversidad como lo expresara la fallecida africana keniana, Wangari Maathai premio nobel de la paz en el año 2004 “La gente me pregunta con frecuencia porque no tenía miedo. La mejor manera que tengo para explicarlo es decir que yo no proyecto el miedo. Si tú te mantienes concentrada en lo que quieres obtener, entonces, en efecto, irás exactamente al lugar donde mucha gente no se atrevería a ir.”

“No es que sea valiente o que no vea las consecuencias, sino que al no proyectarlo, yo no adopto el miedo que con tanta frecuencia nos frena al perseguir nuestras metas.” Con su firme soberanía intelectual tuvo una visión multidimensional de la vida para enfrentar incluso una demanda de divorcio que le hizo su marido con quien se había casado caso en los años setenta, del siglo pasado. Esa demanda, imagínese usted fue por “ser demasiado educada, tener demasiado carácter, ser demasiado exitosa y demasiado obstinada para ser controlada”. El juez coincidió plenamente con el marido. Por lo tanto, ella pasó a ser la única responsable de la educación de sus tres hijos.

Esta mujer de Kenia, quien lamentablemente murió el 25 de septiembre del año 2011, entendió que con miedo no lograría sembrar, desde 1977 hasta cerca del año de su muerte, 30 millones de árboles con el apoyo de millones de mujeres en su país contra la deforestación que estaba acabando con los bosques, los ríos la vida…o lo que hemos llamado la aniquilación acelerada del planeta donde ya sabemos que los días lo tenemos contado ante la inminente amenaza del cambio climático y la expiración del protocolo de Kioto.

De la literatura a la ternura… una bendición

Los códigos ancestrales de las africanas, conservados por millones de mujeres como Wangari, al grito de Harambee (todas somos una) a travesaron el atlántico y fueron llenando de haces luminoso el cielo sombrío y oscuro de que cubría la esclavitud, el racismo y sus secuelas. Hoy la mujer afrodescendientes en las Américas al igual que en tiempo coloniales prosiguió ese hilo conductor en unos de los campos pocos explorados como es el de la literatura. Dejemos que la afroestadoundiense Toni Morrison, premio nobel (1993) de literatura quien en sus diferentes novelas sobre la esclavitud y el racismo quiso darle voz a quienes no la tenían en esa sociedad opresora “La primera generación de un pueblo oprimido es siempre gente silenciosa, desarrollan en su interior una conciencia de la opresión pero no hablan sobre ello. La siguiente generación ya lo hace un poco, empieza a exteriorizar su queja.

El silencio es roto, por ejemplo, en las canciones. En el caso de los americanos africanos, bastante gente escribió libros acerca de su historia, pero esa realidad no estaba presente en las novelas. Y ese reto me fascinó, el sentimiento de ser capaz de hacerlo”. Morrison en su novela del año 2009 titulado UNA BENDICIÓN donde deja entrever que “ el racismo todavía sigue operando hoy, mostrando su eficacia como instrumento para perpetuar las divisiones en contra de lo que debería ser una verdadera democracia».

Estas dos mujeres, una africana y otra afrodescendiente, ambas Premio Nobel, lograron elevar con dignidad la voz no solo de la mujer, sino de los hombres oprimidos y castigados por los abusos del poder, el racismo y la discriminación.

Felicidades a todas las mujeres del mundo por su tenacidad para rehumanizar el planeta.

http://alainet.org/active/53248

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Mujeres Campesinas indígenas y afrodescendientes lanzan campaña por el acceso a la tierra

Viernes 9 de Marzo de 2012

H_3Mujeres Campesinas indígenas y afrodescendientes lanzan campaña por el acceso a la tierraEn el marco del día internacional de la mujer que se celebra el 8 de marzo, las mujeres organizadas en  La Vía campesina  Honduras, lanzaron su campaña “por la dignidad de las mujeres , exigimos nuestro derecho a la tierra”.Esta campaña fue lanzada en toda la región  como parte de los acuerdos tomados por la comisión de mujeres de la Via campesina Centroamérica.Cientos de mujeres campesinas indígenas y afrodescientes provenientes de diferentes departamentos del país, se movilizaron este 8 de marzo en Tegucigalpa Honduras  demandando al gobierno y demás autoridades el  acceso y tenencia de la tierra para las mujeres del campo.

 

La movilización inició alrededor de las 10:00 de la mañana en la plaza COLPROSUMAH, luego en una nutrida movilización las mujeres se dirigieron hacia los bajos del Congreso Nacional , pero antes pasaron por el Instituto Nacional Agrario (INA) , exigiéndole al ministro de esa entidad una pronta y efectiva repuesta a las demandas de tierra planteadas por las mujeres , por unos minutos  permanecieron en las afueras del INA gritando consignas y exigiendo al  ministro que saliera a escuchar sus demandas , sin embargo el portón fue cerrado y no pudieron ingresar .

H_2Minutos después continuaron su recorrido hasta llegar al Congreso Nacional , donde se había previsto que ingresara una comisión de mujeres a dialogar con los diputados para exponerles sus demandas, pero no fue posible ya que los mal llamados padres de la patria no se encontraban en el palacio legislativo , que estaba siendo muy resguardado por un buen número de policías.Las mujeres realizaron un acto especial y además dieron lectura la pronunciamiento que habían preparado para este día conteniendo sus demandas tales como: la aprobación inmediata de la nueva ley de transformación agraria integral, la asignación de un 15 % del presupuesto general en carácter de fideicomiso, la urgente formulación de un marco jurídico con perspectivas de género, el cese de la violencia hacia las mujeres y castigo para los asesinos de las mismas. 

María del Carmen Oliva del movimiento de lis lis departamento  del Atlántida al norte de Honduras expresa” pedimos tierra para trabajar y poder mantener y educar a nuestros hijos e hijas en mi movimiento somos 8 empresas y actualmente estamos desalojadas nos han dejado en la calle a la interperie con nuestra familias porque en este país la tierra es para los ricos , pero nosotras decimos que la tierra es nuestra de los pobres , somos del campo no podemos venirnos a la cuidad de que vamos a vivir aquí , necesitamos tierra para trabajar, le pedimos al Congreso Nacional que legisle para el pueblo y no para los poderosos las grandes trasnacionales , somos hondureñas y hondureños y la tierra debe ser para nosotros y no para los extranjeros apuntó”. Por la dignidad de las mujeres del  campo, exigimos nuestro derecho a la tierra

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