Con los objetivos de evaluar los impactos económicos, culturales, de salud y ambientales de la biología sintética aplicada a la producción industrial de la stevia, especialmente sobre los pueblos indígenas y comunidades campesinas, se realizó en el barrio Sajonia el pasado 26 de septiembre el foro “Ka’a he’ê: patrimonio en peligro”, organizado por Conamuri y la Red Tecla, con el apoyo de Base IS, ETC Group, Redes-Amigos de la Tierra (Uruguay) y Ceidra.
Saberes y experiencias del pueblo Pãi Tavyterã
Los Pãi Tavytera del Pueblo Guaraní fueron los primeros en usar la stevia como edulcorante y como medicina para diversas afecciones. También se usaba por vía oral en infusiones para tratar la diabetes, dolores estomacales y como contraceptivo. Es considerada una planta sagrada y hasta hoy día se usa en rituales.
El líder de la Asociación Pãi Jopotyra, Luis Arce Valiente, quien vino desde Itaguazú (Amambay), explicó que para el Pueblo Pãi Tavyterã la planta es llamada ka’avo he’ê“porque ese es el nombre que le dio Dios”. Es una hierba que consideran sagrada y que crece en forma silvestre todavía en los bosques de Amambay al cuidado de los Pãi. “Es nuestra planta y la cuidamos con mucho cariño”, mencionó el anciano.
Por su parte, Silvino Mendoza, presidente de la Asociación Pãi Retã Joaju, oriundo de Bella Vista (Amambay), lamentó que personas de origen extranjero, sobre todo, japoneses, hayan entrado a su comunidad y se hayan apropiado del ka’avo he’ê “sin pedir permiso a sus dueños, que somos nosotros, los Pãi”. También se refirió que, si bien todavía hay lugares donde crece en abundancia, los propietarios de estancias ganaderas son los que entran a destruir el hábitat originario de la hierba y que eso puede significar una amenaza a su mantenimiento. Mendoza aclaró que todo el conocimiento sobre el tratamiento del vegetal es transmitido de generación en generación.
La producción en comunidades campesinas
Contrario a la cultura Pãi, que cuidan la planta de stevia nativa sin fines comerciales, en las comunidades campesinas se empieza a mirar esta hierba como rubro de venta desde hace unos años, atendiendo la importante demanda de consumo a nivel mundial.
Celia Motta, compañera de Conamuri, socializó la experiencia de cultivo de ka’a he’ê que realizan las integrantes del comité de mujeres Oñondive, ubicado en los límites entre Edelira e Itapúa Poty (Itapúa). “Empezamos a trabajar el ka’a he’ê hace seis meses. Para la mayoría de nosotras es un nuevo rubro, pero contamos con la experiencia de compañeras que nos ayudan”. Celia hizo referencia también al convenio que se firmó entre Conamuri y la empresa orgánica Granular para la reproducción de las mudas de stevia. “Aplicamos productos con enfoque orgánico a la producción para el tratamiento de las plantas y consideramos que lo ideal es que cada miembro del comité reproduzca en sus fincas para uso medicinal y para que no falte en sus casas”. Por su parte, la compañera Mabel Sánchez informó que en pocos días más procederán al primer corte
También compartieron su experiencia de trabajo con el ka’a he’ê compañeras y compañeros de la Organización Cultiva, de Paraguarí, y de la Organización Campesina Regional de Concepción.
Situación actual del ka’a he’ê
El Ing. Agr. Miguel Lovera, integrante del Centro de Estudios e Investigaciones de Derecho Rural y Reforma Agraria (Ceidra) explicó en el foro que la popularidad de esta planta empezó hace 20 años en el mundo, como una alternativa al azúcar, teniendo en cuenta todas las consecuencias adversas que ésta tiene para la salud humana. “Se crea un clima político, económico y social para que se ponga de moda la stevia porque es más dulce que el azúcar”, dijo.
Lovera explicó que mediante el uso de partes del genoma de la stevia y de organismos diferentes, por ejemplo, el maíz, el alga azul, etc., se sintetizan construcciones genéticas en laboratorio y se insertan en una célula de levadura para obtener así una célula genéticamente modificada. “Lo que la biología sintética hace es inventar una nueva levadura que no existía antes en la naturaleza. Aunque lo que nos ofrecen parezca inofensivo, se fabricó para que ellos puedan explotar un producto. Esta materia prima tiene que ser muy rica en energía; es azúcar más que nada, de que la sale más azúcar todavía”.
El exponente lamentó que el Estado paraguayo no invierta presupuesto en investigación ni en estrategias para que los pueblos puedan beneficiarse con el uso sustentable de la stevia.
Biotecnología sintética: impactos y peligros en la producción industrial de la stevia
La intervención de los expositores internacionales concluyó con el conocimiento de que los productos que venden las grandes corporaciones alimenticias es una “stevia sin stevia”, o sea, un edulcorante que se dice a base de esta planta pero que está elaborado artificialmente mediante la biología sintética, una forma de ingeniería genética que utiliza organismos que no se podrían producir de forma natural.
Pablo Galeano, de Redes-Amigos de la Tierra, habló sobre las nuevas biotecnologías en estudio y aplicación en la gran industria de los alimentos.
La biología sintética, al decir de Silvia Ribeiro, es “ingeniería genética, como si fueran transgénicos, pero no se toma de un organismo vivo a otro, sino que se hace una construcción en laboratorio y ahí se modifica en microbios, siendo ellos los que van a reproducir”.
Ribeiro, de la Red Tecla, explicó que cuando se empezó a vender la stevia en todo el mundo también empezó la producción a gran escala. El atractivo para las empresas consiste en el efecto edulcorante de la planta. “Monsanto, Cargill, Nestlé, etc., provocaron una crisis de obesidad y diabetes a nivel mundial con su comida basura, y hoy esas mismas empresas quieren hacer un endulzante industrial para que la gente no coma tanta azúcar”, cuestionó.
Las corporaciones que aplican la biología sintética buscan “imitar” el efecto edulcorante de la stevia eliminando toda la enorme cantidad de propiedades naturales que tiene la hierba y potenciando únicamente esa parte del dulzor.
Verónica Villa, también miembro de la Red Tecla, expuso, a su vez, sobre los impactos de la biología sintética en los sustentos y la vida de los pueblos campesinos. “La biología sintética busca inventar sustitutos que vienen de las plantas, los cultivos, porque dicen que se van a producir de forma limpia y sin necesidad de los campesinos. Así los créditos y la falta de información se van a terminar si se hacen puras cosas químicas en los laboratorios. Ya no habría necesidad de apoyar a los campesinos”, reflexionó. También hizo una comparación de lo que ocurre con la vainilla y el azafrán como materias primas producidas por los pueblos campesinos y que la gran industria alimentaria les arrebató para convertirlos en lucro.
Tras escuchar todo esto, los representantes del pueblo Pãi Tavytera, dueños naturales del ka’a he’ê, dijeron llevar muchas preocupaciones que compartir con los suyos para buscar formas y alternativas de cómo proteger la planta nativa para su preservación, pidiendo el respaldo de las organizaciones presentes.