El pueblo venezolano demostró una vez más su conciencia patriótica, y su lealtad con el proceso revolucionario y el legado del comandante Chávez. En medio de enormes dificultades económicas y sociales, el pueblo puso por delante los intereses superiores de la patria y fue capaz de movilizarse y trabajar arduamente para lograr una contundente victoria electoral, en un momento en que la preservación del poder político es fundamental para garantizar la paz del país y la continuidad de la revolución.
Algo debe quedar claro: la gente no solo votó por un conjunto de candidatos y candidatas, sino que votó porque está consciente de que las posibilidades de construir su proyecto histórico de liberación, encarnado por la democracia revolucionaria, participativa y protagónica impulsada por el comandante Chávez, que solo es posible con la permanencia del gobierno bolivariano en el poder.
Después de tan contundente demostración de disciplina, compromiso y lealtad, es impostergable la hora de la lealtad incondicional hacia ese pueblo. Es hora de emprender con total contundencia las rectificaciones que requiere la economía del país, de cara a confrontar la burguesía y democratizar la estructura económica de la nación.
Es hora de abrir cauce real y profundo a la participación y protagonismo de la gente, para materializar el poder popular como alma y fundamento de la estructura del Estado y de su accionar. Para retomar esa profundización democrática es necesario que los gobernadores electos se comprometan ante el pueblo y la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) en impulsar el poder popular como línea transversal de su gestión, apostar a fortalecer los espacios de articulación con comunas y consejos comunales. Es también necesario que la propia ANC formule una nueva ley constituyente del poder público municipal, que defina el nuevo modelo de gestión basado en el cogobierno pueblo organizado-alcaldías. Y, finalmente, que se fortalezca y reimpulse el Parlamento Nacional Comunal y el Consejo Presidencial de Gobierno Popular de Comunas.
Es hora, finalmente, de la profundización de la lucha contra la corrupción, hasta romper los mecanismos que la hacen posible, determinando responsabilidades y castigos en todos los niveles de la administración pública, incluyendo los más altos cargos. La corrupción debe ser un delito de lesa, y que quienes incurren en ella paguen los costos penales e históricos correspondientes.
Sabemos que luego de esta victoria se agudizará la agresión imperialista y que la derecha local cumplirá su papel en los planes que el pentágono y el capital internacional le asignan en contra de Venezuela. Por ello, hoy más que nunca es necesaria la unidad popular, la unidad de los y las patriotas. Y sabemos que la mejor garantía de esa necesaria unidad es la satisfacción de las aspiraciones de la gente.
El pueblo está claro y lo demostró una vez más. Es la hora, entonces, de la claridad y compromiso radicales de la dirigencia y las estructuras burocráticas con esas aspiraciones profundas que movilizan a nuestro pueblo.
Vaya nuestro saludo de respeto y admiración al pueblo del que somos hijos e hijas. Una vez más hemos demostrado que somos descendientes de libertadores y libertadoras. Esta victoria no es definitiva, pero es trascendente. La lucha sigue. Venceremos.
¡Unidad popular patriótica por la soberanía y la independencia!
¡Rectificación y profundización democrática de la revolución!
Coordinación Nacional de la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora