A medida que el Fiscal General, Tareck William Saab, anuncia los avances en la lucha contra la corrupción, se torna más evidente la dimensión que esta ha tomado en nuestra economía. Los últimos números brindados de manera oficial afirman que se le ha hecho un daño patrimonial a la nación por 1.156.900 mil dólares por barriles de crudo no producidos. El caso fue hallado en la dirección ejecutiva de exploración y producción oriente de Pdvsa.
Con estos nuevos números, sumados a los que ha venido dando en las últimas semanas, se ve cómo mafias se han instalado tanto en la industria petrolera como en las importaciones con Cadivi/Cencoex, afectando de manera severas las principales arterias económicas de nuestro país en un momento donde enfrentamos una guerra declarada desde los Estados Unidos y sus aliados.
Combatir ese flagelo era una urgencia, profundizar ese combate una necesidad: esa batalla no puede ser un asunto de voluntad únicamente del Fiscal General, debe ser una política de Estado. De no ser así podemos correr el riesgo de que la cruzada pueda perder impulso, y el estado de cosas vuelva a estar como antes, un antes que ha generado un desfalco a la nación, un déficit fiscal, una extensión de los males que trae la corrupción, tanto económicos como políticos, morales, subjetivos.
Por eso vemos importante construir mecanismos e instrumentos para que eso no suceda, y la resolución del problema sea obra de un involucramiento de todos los sectores, de la gente. Creemos que algunas medidas en esa dirección son: la creación de inspectores populares anticorrupción; el fortalecimiento de la figura de la contraloría social; la conformación de una policía anticorrupción con estructura propia, para lo cual es necesario crear una ley, que se reforme el marco legal anticorrupción, se profundicen las penas contra la corrupción, y se establezca el delito contra la cosa pública como delito de lesa patria.
Esto no puede ser únicamente un asunto de anuncios públicos. Los mismos son necesarios, pero sabemos que la política chavista nos ha enseñado que se debe involucrar a la gente en el debate y la resolución del problema. Y ese espacio central de debate está hoy en la Asamblea Nacional Constituyente, y desde ahí podría abrirse ese asunto que involucra al país, a la estabilidad, a la posibilidad de ganar esta guerra. Porque cuanto más se avance en los golpes a las mafias, su encarcelamiento, más posibilidades tenemos de salir victoriosos de esta situación en la que estamos inmersos.
Sabemos que no existe una solución definitiva a un problema definitivo, pero también sabemos que estamos en tiempo de debate de los pilares de la patria que queremos construir. En ella debe quedar por escrito que no existe espacio para los corruptos, para quienes usan el bien común para su enriquecimiento personal.
Coordinación Nacional de la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora