“Estamos en un nido de fraternidades, tejiendo afectos, intercambiando saberes y construyendo patria.”
Estrella Guerrero
Las mujeres campesinas, las mujeres trabajadoras de la agroindustria, integrantes de las
organizaciones filiales de Fensuagro, responsables de los comités y o secretaria de mujer en
nuestras organizaciones, venidas desde los departamentos de Putumayo – Meta – Nariño –
Cauca – Valle del Cauca – Huila – Risaralda – Caldas – Tolima – Cundinamarca – Boyacá –
Sucre – Cesar – Bolívar – Antioquia; reunidas durante los días 02 al 06 de mayo del
presente año, en el marco de la II ESCUELA NACIONAL DE FORMACIÓN DE
MUJERES FENSUAGRISTAS, realizada en las instalaciones del Centro Nacional de
producción y formación Campesina Raúl Valbuena de Fensuagro, en el municipio de Viota
Cundinamarca.
En un ejercicio de paneles y exposiciones sobre temas de actualidad, juntamos nuestras
experiencias y preocupaciones frente al desarrollo de la política agraria en el país, sus
impactos en nuestros territorios, donde las realidades de inseguridad – pobreza – e
incertidumbre por el sistemático incumplimiento del Gobierno Nacional a la implementación
de los acuerdos de paz, en términos de garantías para la participación política, el desarrollo
de una legislación que va en contravía del impulso de la Reforma Rural Integral requerida
en los territorios para cerrar las brechas que originaron los conflictos históricos, las
modificaciones hechas por el gobierno a la implementación del punto 4 Sustitución de
cultivos de coca – amapola y marihuana que dejan sin garantías jurídicas y económicas a los
pequeños productores y productoras que se acogieron al acuerdo, las demoras en la
implementación y funcionamiento de las JEP; aunado a esto el incumplimiento al punto de
reincorporación que genera gran incertidumbre para el futuro de la comunidad fariana,
sumamos a esta realidad las preocupaciones por la situación de inseguridad en el territorio
por la presencia de grupos armados – delincuencia común – grupos paramilitares que se
disputan por el control de las economías, los asesinatos de los lideres y las lideresas que
generan un estado de inestabilidad y zozobra permanente, a pesar de la militarización de los
territorios, y los puestos de policía se ha profundizado el conflicto social que históricamente
hemos enfrentado.
Las mujeres campesinas y trabajadoras presentes manifestamos nuestras disposición a
continuar aportando en la construcción de la paz con justicia social, a partir de la
cualificación, el crecimiento organizativo y la necesaria articulación para la unidad y la
lucha, porque estamos convencidas que la crisis social y humanitaria producto de la
sistematicidad de la guerra impuesta por el intereses del capital, que hoy ven en el desarme
de las insurgencias la oportunidad para la consolidación del proyecto de saqueo y desarraigo
en nuestros territorios donde hemos vivido históricamente, solo podrá ser resuelto
afianzando nuestra participación, lucha constante y resistencia por permanecer y defender el
territorio y la cultura.
DECLARAMOS.
Continuar y fortalecer nuestra lucha decidida como mujeres campesinas, trabajadoras y
populares a seguir aportando en la implementación de los acuerdos de paz como ruta para
superar la desigualdad social y la necesaria transformación de esta sociedad en una más justa
y equitativa.
Fortalecer nuestros procesos organizativos, con la participación de las mujeres, vinculando a
las comunidades en la construcción de las propuestas que den solución de manera colectiva a
las problemáticas que afrontamos continuamente, caminando hacia la construcción del poder
popular.
Nuestras apuestas como mujeres del campo, que buscamos caminar de la mano con nuestros
compañeros de lucha, con quienes hemos construido la soberanía alimentaria, firme
expresión de la resistencia y defensa del territorio frente al modelo económico globalizado e
intervencionista, ejercer el derecho a la alimentación, desde el cultivo de nuestras semillas,
haciendo prácticos nuestros saber ancestrales – seguras de que la madre naturaleza nos
provee los elementos necesarios para garantizar la salud, la vida y el bienestar, siempre y
cuando garanticemos la armonía de los ecosistemas.
Empoderarnos de la lucha por la tierra hasta lograr que los gobiernos cumplan la
constitución Política Nacional y la legislación que favorezca a las mujeres en materia de
derechos económicos y sociales y exigir el cumplimiento del enfoque de género de los
acuerdos de paz; continuar con la construcción de zonas de reserva campesina como una
figura real de protección del territorio y la vida dentro de ellos.
Mantener y fortalecer la lucha en contra de la violencia hacia las mujeres, desarrollando
campañas, denuncias, estrechando los lasos de solidaridad y rechazo hacia todas las formas
de violencia que afecte la vida de las mujeres y sus entornos familiares y comunitarios.
Aportar en la construcción de las guardias campesinas como mecanismo propios de defensa
que garantizan la seguridad de la vida en las comunidades.
Nos proponemos continuar las huellas en el largo camino que han trazado las mujeres, por
romper las cadenas de opresión impuestas por la cultura machista, patriarcal del sistema
capitalista, liberar nuestra voz, liberar nuestros saberes, nuestras prácticas históricas para el
cuidado, para hacer posible una nueva sociedad, una nueva Colombia en paz con justicia
social.