Durante la III Asamblea Continental de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, CLOC-Vía Campesina realizada en el Centro Integral de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños – ANAP, la Revista ANAP conversó con el compañero Franklin Almendares, Coordinador General de la Central Nacional de Trabajadores del Campo – CNTC de Honduras.
Compartimos un extracto de la entrevista que pone en contexto la CLOC-Vía Campesina en sus 30 años y los desafíos actuales para el movimiento.
Nos comparte el compañero Franklin:
La CLOC nace en un contexto difícil en Latinoamérica donde realmente hay temas complicados y sensibles de tratar y de tocar. Los compañeros y compañeras que iniciaban tenían esa visión de romper paradigmas, de crear mejores condiciones para la familia campesina, indígena para todos estos sectores que luchan para tener mejores condiciones de vida.
La CLOC de ahora es una CLOC donde a través de los procesos de formación ha ido empoderando sus sectores y sus gremios, dónde ha ido creando espacios de participación. Las discusiones y los acuerdos son a través de la construcción colectiva. Se han creado mayores espacios de participación para las mujeres y para los jóvenes con enfoque del respeto a la vida, con un enfoque transversal de derechos humanos. Cada uno de nosotros y nosotras entendemos la importancia para empezar de una organización representativa y que vele por nuestros derechos y que reclamen nuestros derechos. Pero más que eso, que capacite, forme y qué cree condiciones adecuadas para continuar en el proceso.
En las nuevas coyunturas, creo que la CLOC tiene un gran desafío: la formación más integral, más fuerte, más ideológica, más política en cada uno de estos países. ¿Por qué razón? Hay un crecimiento y una barrera fuerte o una intención del imperio y de las grandes oligarquías de no permitir que se levanten movimientos, de no permitir que la gente adquiera conocimientos en base a la defensa de su soberanía, en base a sus derechos.
Entonces un desafío fuerte de la CLOC en países incluso como Honduras, hablar de procesos de formación, hablar de socialismo es como un pecado. Gracias a esta nueva coyuntura hay más apertura, pero creo que una de las cosas es cómo armamos, cómo fortalecemos los colectivos en cada país y que hagamos una formación continua sistematizada a nivel de Centroamérica. Debería ser fuerte. Honduras, Guatemala y El Salvador mismo, hay que fortalecer, hay que hacer alianzas estratégicas, hay que hacer análisis estratégico para la puesta, para una verdadera lucha desde el punto de la formación, desde el punto de vista de ir rompiendo esa barrera y que podamos prepararnos ante posibles desafíos que puede ser en contra de nuestro movimiento.
Creo que nos estamos fortaleciendo. Estamos creciendo más. No es necesariamente crecer en membresía, sino crecer en conocimiento y crecer en planteamientos positivos para seguir siendo el referente de la lucha social y popular en Latinoamérica.