Pocos países de Centroamérica han logrado una verdadera Reforma Agraria

Informe elaborado por el Colectivo Tierra Agua y Territorio-TAC Región Centroamérica

Centroamérica es una región con una población diversa con identidad de pueblos originarios, de campesinos y campesinas, afrodescendientes, pescadores/as artesanales que tienen en común la agricultura familiar campesina e indígena como la principal proveedora de los alimentos básicos, por tanto la cuestión agraria nos convoca a seguir organizados y pensar colectivamente estrategias para la construcción de nuestra soberanía y seguridad alimentaria.

Centroamérica al igual que el resto de las américas ha sufrido una continua violencia y despojo de tierra y territorios luego de la invasión española e inglesa; sin embargo, hemos resistido todo ese tiempo defendiendo y luchando contra toda la violencia estructural que por cientos de años ha generado ese hecho histórico.

Las organizaciones campesinas hemos sido clave para luchar contra esta violencia y desde nuestro accionar hemos logrado defender y posicionar nuestros intereses como clase campesina y de pueblos originarios, así como rescatar nuestros bienes comunes. Como organizaciones de la región, enfatizamos en este accionar colectivo y resaltamos la importancia de continuar fortaleciendo nuestra capacidad organizativa, de movilización y de incidencia para lograr los cambios estructurales que necesitamos para nuestros pueblos.

En el histórico de la lucha por la tierra en Centroamérica, pocos de nuestros países han logrado una verdadera Reforma Agraria, recordamos la experiencia de hace 70 años en Guatemala, cuando en 1952 el entonces presidente Jacobo Arbenz promulgó la Ley de Reforma Agraria como un instrumento para beneficiar a los campesinos, generar prosperidad, justicia social y fortalecer la democracia en el país. Sin embargo, la reacción de las elites guatemaltecas, los militares, la multinacional bananera United Fruit Co., con apoyo del gobierno estadounidense demostraron una resistencia violenta y generaron un conflicto que resultó en un golpe de estado al presidente Árbenz. La tomada del gobierno por las fuerzas opositoras derogaría esta Ley de Reforma Agraria dos años más tarde.  Sin embargo, en este país las organizaciones indígenas y campesinas han jugado un rol importante en la conquista de este bien tan disputado, el CUC es una organización que a lo largo de décadas ha estado inmersa en la lucha por la tierra y desde la movilización y la fuerte presencia de sus bases organizadas han realizado importantes tomas de tierra baldías y fincas.  Recientemente se hizo un estudio que contiene esta memoria histórica de lucha por la tierra y las que han adquirido para beneficiar a sus miembros.

En El Salvador, el 6 de marzo de 1980 se dictó una Reforma Agraria como una estrategia/excusa para ocupar militarmente todo el país y controlar más de cerca a la población campesina y desmovilizar sus luchas. Para lograr esto, hubo presión del Gobierno de Estados Unidos hacia el Gobierno de extrema derecha y las Fuerzas Armadas. Los funcionarios de las instituciones encargadas de llevar tal acción admitían que la reforma agraria estaba siendo utilizada para ocupar el país y controlar zonas a las que el Ejército apenas tenía acceso.

En Nicaragua, en 1981 el Gobierno Sandinista, promulgó la Ley de Reforma Agraria como uno de los cambios estructurales que buscaban para beneficiar al campesinado y por los cuales luchaba contra la Dictadura Somocista. Hoy en día más del 50 % de la tierra nicaraguense está en manos de familias rurales y pequeños productores; mientras que el 47% del territorio nacional que comprende la región Caribe del País pertenece a los pueblos indígenas mediante una ley de autonomía. Este hecho histórico de la Reforma Agraria, ha permitido que Nicaragua hoy en día haya alcanzado más del 80% de su soberanía alimentaria y sus bases estén sentadas en una fuerte economía agropecuaria que proviene principalmente del campesinado. Todavía hay desafíos, pero se implementan acciones concretas como la promoción del cooperativismo y la titularidad de propiedades como una forma de superar problemas no resueltos durante los años 80.

En Honduras la lucha por la tierra y una reforma agraria ha sido principalmente una demanda de las organizaciones campesinas. En medio del acoso gubernamental y las empresas corporativas, mínimamente han alcanzado una distribución de la tierra a las bases organizadas. La Central Nacional de Trabajadores de Campo-CNTC que tiene 400 bases campesinas organizadas, durante décadas se ha alcanzado apenas el 20% de entrega de tierra.

Panamá y Costa Rica no ha habido experiencias concretas de Reforma Agraria; sin embargo, es importante estar atentos a los nuevos conceptos que vienen fomentando los organismos internacionales como el Banco Mundial, por ejemplo Reforma Agraria Asistida por el Mercado que en el caso de Panamá hay un gran avance con la titulación de propiedades a organizaciones comunitarias que históricamente han luchado por la tierra; y a las poblaciones indígenas que se caracterizan por tener propiedades colectivas. Hay toda una maquinaria institucional impulsando este concepto de desarrollo territorial, realizando estudios y elaborando mapeos, pero al final las analizamos como estrategias claves del modelo neoliberal para la lograr el despojo de las tierras y los territorios.

Desde la región Centroamérica informamos sobre esta realidad de:

  • Políticas publicas escazas, nulas en casi todos los países para garantizar una reforma agraria popular e integral como la demandamos desde la CLOC/La Vía Campesina.
  • Estructuras estatales desmanteladas, sin recursos económicos, corruptas, sin interés de atender las demandas de la población del campo.
  • Concesiones de tierras y territorios a empresas mineras que impiden la penetración de las poblaciones originarias y provocan la marginación y el desplazamiento forzoso, considerando aquí los frecuentes desalojos.
  • Contratos de los gobiernos con empresas mineras para la explotación de cobre, como sucede en Panamá.
  • El acaparamiento de tierras para el crecimiento de monocultivos como la palma aceitera, caña de azúcar y para el desarrollo de megaproyectos como el de las empresas hidroeléctricas, construcción de aeropuertos y hasta de cárceles como en el caso de El Salvador.
  • La tierra sigue estando en las manos de pocos, de terratenientes, narcos y en algunos casos de fuerzas militares que contribuyen a la militarización de los territorios, el desalojo y la criminalización a líderes y lideresas sociales, con la persecución, judialización y encarcelamiento a mujeres como en el caso de Guatemala.
  • Gobiernos títeres que responden a los intereses de las empresas transnacionales implementando políticas, leyes, programas en favor de este sector y desprotegiendo a las familias campesinas e indígenas.
  • Gobiernos promotores de estrategias para la migración, el desalojo, el individualismo, la descooperativización.
  • Los gobiernos de la región en su mayoría no tienen una agenda que incluya en sus temas de prioridad a los y las campesinas y al contrario hay una negatividad a la organización de empresas.

Ante ello, nuestra región propone:

  1. Seguir fortaleciendo nuestras organizaciones campesinas como instrumentos/herramientas de respaldo para defender los derechos del campesinado promoviendo leyes, demandando decretos para que priorice las necesidades de la producción de alimentos.
  2. Fortalecer el Colectivo de Tierra Agua y Territorio con los temas vinculantes.
  3. Construir una estrategia colectiva de Reforma Agraria y Popular.
  4. Fortalecer las capacidades políticas y técnicas de los lideres, lideresas y la juventud consolidando los procesos formativos en cada país y las escuelas de formación en nuestra región.
  5. Estar vigilantes, atentos, a las nuevas formas y conceptos de despojo de la tierra y los territorios que nos presentan los organismos internacionales y generan una desintegración de nuestras organizaciones y desvirtúan nuestras banderas de lucha.
  6. Apropiarnos de la Declaración de los Derechos Campesinos como instrumento para exigir la Reforma Agraria Integral y Popular ante los estados y los gobiernos de turno.
  7. Incorporar las políticas públicas en el acceso a la tierra
  8. Seguir trabajando el estudio de la Reforma Agraria en las regiones.
  9. Refundar las Directrices Voluntarias de la Tierra vinculada a la Declaración de los Derechos Campesinos, el Decenio de la Agricultura Familiar y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. en el marco de la agenda 2030 para la producción de la tierra y luchar contra el hambre y la pobreza.

Llamado a la solidaridad internacional con Haití

El pueblo haitiano está viviendo bajo una situación catastrófica creada por la oligarquía, el régimen criminal del partido político de Martelly PHTK y la comunidad internacional bajo el liderazgo del imperialismo de Estados Unidos. Se está desarrollando un plan macabro diseñado para empeorar el caos ya existente como pretexto de una intervención militar bajo el lema de una asistencia humanitaria urgente. Se trata de una estrategia para perpetuar la dominación imperialista con la complicidad de una burguesía anti nacional y un régimen político al servicio de las multinacionales que quieren acapararse de los recursos naturales del país. Como saben eso tiene que ver con el proyecto de economía verde adoptado a Rio + 20 para intentar de salir el capitalismo de sus crisis.

Las organizaciones campesinas y todas las organizaciones populares de Haití, juntamos nuestras voces para decir no a una nueva ocupación militar o cualquier tipo de ocupación. Ya hemos conocido demasiado que no sirven para nada y que nos dejan consecuencias enormes y horribles.

Queremos y luchamos para la auto determinación de todos los pueblos del planeta. Estamos luchando para recuperar nuestra soberanía, nuestro orgullo que los padres de la patria han conseguido por su sangre y nos legaron.

Lo que Haití necesita hoy es la solidaridad, la solidaridad verdadera. No a la hipocresía de los falsos amigos de Haití.

Nuestra llamada hoy a todas las organizaciones de nuestra América y del mundo de sumar sus voces a la nuestra para decir: NO A LA OCUPACION MILITAR Y DE NINGUNA OTRA FORMA DE OCUPACION
EN HAITI. Favor de decirlo a sus pueblos, sus gobiernos, sus parlamentos, a la OEA y las Naciones Unidas.


¡Globalicemos la lucha, globalicemos la ESPERANZA!
Para un planeta sin explotación, sin dominación. ¡Venceremos!

Por la CLOC-VIA CAMPESINA de Haití:
Doudou Pierre Festile
Mouvement Paysan National Kongrè Papaye (MPNKP) / Membre de la CCI
Micherline Islanda Aduel
Tèt Kole Ti Peyizan Ayisyen (TK) / Representante de Jovenes, Continente América, La Vía Camepsina
Juslène Tyresias: Mouvement Paysan de Papaye (MPP) / Articulación de Mujeres CLOC-LVC Caribe

Una agenda de 20 puntos hacia un futuro digital justo y soberano

Ante el contexto de una digitalización acelerada que revoluciona el funcionamiento de nuestras sociedades y donde prima un modelo que responde principalmente a intereses corporativos, proponemos los siguientes puntos como principios para una arquitectura digital orientada al bien común. Se trata de garantizar derechos individuales y colectivos, promover estructuras democráticas, abiertas y desconcentradas de las tecnologías digitales, impedir toda forma de vigilancia y control social y fomentar la distribución equitativa de sus beneficios, la no discriminación, la descolonización y la soberanía.

Internet: un bien universal común inajenable

1. Promover el desarrollo de un sistema digital descentralizado, de poder distribuido y que transparente sus acciones, para que los usuarios puedan decidir de manera informada, voluntaria y autónoma sobre su desarrollo y usos.

El acceso a internet: un derecho humano y un servicio público esencial

2. Garantizar el acceso a la conectividad de calidad y asequible como un derecho humano, así como el derecho a permanecer no conectado, sin que esto sea motivo de discriminación.

3. Regular la infraestructura que garantiza la conectividad universal como un servicio público esencial, y fomentar las condiciones de conectividad a través de iniciativas públicas, comunitarias o de cogestión pública-comunitaria, incluyendo alternativas colectivas de acceso.

4. Asegurar, en casos de la instalación de infraestructura de conectividad, especialmente a gran escala, en las comunidades indígenas y/o rurales, que se respete su derecho al consentimiento libre, previo e informado, así como su derecho a negarse a tales instalaciones.

5. Garantizar un mínimo de conectividad 4G en todas las zonas, sin descuidar la realización de estudios de salud y medio ambiente independientes sobre posibles afectaciones de las redes 5G y otras fuentes de radiaciones. Asimismo apoyar el desarrollo de infraestructuras autónomas, fomentando tecnologías que no requieren de un servidor central y permitiendo su interconexión abierta con redes centralizadas.

Nuestros datos son nuestros

6. Establecer estrictas regulaciones y políticas públicas a nivel nacional, regional e internacional para proteger de manera efectiva la privacidad. Fomentar el uso de la criptografía y la inhibición de técnicas de rastreo en los entornos digitales.

7.  Instaurar marcos legales que reconozcan que los datos de carácter íntimo y personalizado son inviolables, que los datos anonimizados son considerados bienes comunes y que los derechos patrimoniales y económicos sobre los datos pertenecen por defecto a la comunidad de la que provienen.

8. Crear centros de datos a través del sector público, universidades públicas y/o entidades ciudadanas, que permitan mantener los datos en el territorio nacional y aplicar soluciones de inteligencia artificial (IA) que estimulen y beneficien la inteligencia colectiva local y regional.

9. Restringir legalmente el uso del reconocimiento facial y la biometría. Tanto las entidades públicas como privadas deben adoptar protocolos de seguridad en las comunicaciones, los objetos “inteligentes” e implementar dispositivos de seguridad avanzados en los servicios de almacenamiento en la nube.

Para más democracia, limitar el poder empresarial

10. Impulsar estrictas medidas regulatorias, aplicables mediante entes públicos autónomos, que impidan la concentración monopólica de poder en manos de las corporaciones digitales, en reemplazo de la engañosa e inocua autoregulación por parte de las mismas.

11. Defender y respetar la neutralidad de la red, garantizando que los contenidos sean tratados de la misma forma, sin discriminación explícita o encubierta en su circulación.

12. Obligar a las grandes empresas extranjeras a establecer presencia legal en el país donde brindan servicios digitales, así como conservar soberanía respecto al cobro de impuestos a estos servicios y soberanía regulatoria en materia de algoritmos, tratamiento de datos y seguridad informática.

13. Impedir la cooptación de los espacios multilaterales y de gobernanza de Internet por parte de las corporaciones tecnológicas multinacionales, a través del sistema vigente de “múltiples partes interesadas”.

Tecnologías libres para sociedades libres

14. Priorizar en la administración pública la utilización de herramientas digitales libres e interoperables. Impulsar el desarrollo de cooperativas y pequeñas y medianas empresas de producción y servicios tecnológicos, aportando así a la generación de trabajo de calidad y a la disminución de la dependencia tecnológica.

15. Frente al abuso de las mal llamadas “redes sociales” corporativas, democratizar la comunicación a través de plataformas digitales descentralizadas, respetuosas con los usuarios y su privacidad e interoperables, cuyo fin sea promover un efectivo contacto entre las personas y las culturas.

16. Regular las nuevas relaciones laborales, en especial el teletrabajo y el trabajo en plataformas digitales, para salvaguardar los derechos de las y los trabajadores.

17. Insertar en los programas educativos la alfabetización digital crítica, educando para la soberanía y la autonomía y no para el consumo mercantil, lo que supone procesos de formación crítica de docentes. Asimismo, inhibir la penetración de plataformas corporativas en el ámbito educacional, garantizando el respeto por la privacidad y la no mercantilización de los datos de la comunidad educativa.

18. Asegurar que la tecnología llegue al campo según un modelo de gestión pública o comunitaria y construir capacidad de evaluación participativa de las tecnologías por parte de las comunidades rurales y/o campesinas, en defensa de la soberanía alimentaria, la justicia social y el cuidado agroecológico y medioambiental.

Hacia la soberanía digital de la región

19. Avanzar en la cooperación y la asociatividad de las naciones de América Latina y el Caribe en materia digital, para ir reemplazando la matriz económica de exportación primaria depredadora por modelos colaborativos con alto valor agregado y cuidado medioambiental.v

20. Incorporar la soberanía digital en la agenda de la integración regional, avanzando hacia la descolonización y la desconcentración e incidiendo de manera concertada como región en el ámbito de la gobernanza global de internet.

Este documento fue elaborado, luego de varios años de investigación, consultas y debates, por el espacio latinoamericano-caribeño Internet Ciudadana, una iniciativa en la que confluyen numerosas articulaciones y colectivos sociales, así como comunicadores, activistas digitales, académicos, campesinos, educadores para construir agendas comunes hacia una Internet de los pueblos al servicio del bien común.

Buenos Aires, Argentina, 14/10/2022

La CLOC-Vía Campesina Caribe llama a la ¡Soberanía Alimentaria y Solidaridad YA!

Desde los países de Cuba, Haití, Puerto Rico y República Dominicana, representando la región Caribe de la CLOC-Vía Campesina, definimos la Soberanía Alimentaria como un principio y nos unimos al concepto del campesinado mundial que asumimos la Soberanía Alimentaria “como el derecho de los pueblos a alimentos saludables y culturalmente apropiados producidos mediante métodos ecológicamente racionales y sostenibles, y su derecho a definir sus propios sistemas alimentarios y agrícolas. Coloca las aspiraciones y necesidades de quienes producen, distribuyen y consumen alimentos en el centro de los sistemas y políticas alimentarias en lugar de las demandas de los mercados y las corporaciones”.

La región recibe este 16 de octubre con un contexto desfavorable, ya que la realidad de nuestros países es que están dentro de las rutas de los huracanes. En medio de esta temporada ciclónica, hemos sido afectados por las tormentas Fiona e Ian. Fruto de la vulnerabilidad y la ubicación geográfica que en cada temporada ciclónica estamos como se dice “en el ojo del huracán”, y esta vez hemos sido afectados fuertemente.

En este momento, Puerto Rico, Cuba, y Republica Dominicana estamos en recuperación por los efectos dejados de los huracanes Fiona e Ian, los cuales han dejado pérdidas en la producción agrícola, infraestructura (suelo, caminos vecinales, sistemas eléctricos, viviendas, servicios, otros) de más del 75% en zonas específicas y en algunos países pérdidas humanas. Este triste panorama también se une al hermano país haitiano, el cual está en este momento con un tema de intervención extranjera violándole todos sus derechos, civiles, institucionales y su democracia, generando inseguridad y persecución de sus dirigencias y una falta de servicios, combustible, y alimentos. Tienen un mes de estar en las calles exigiendo soberanía, democracia e independencia.

Cuba continua en resistencia y revolución en medio del bloqueo criminal. 

A pesar de este panorama seguimos articulados, asumiendo que las realidades del contexto actual deben ser retos y desafíos a continuar uniendo nuestras agendas con visión de cambio, por lo que planteamos:

  1. Continuar organizando sistemas alimentarios acorde a las realidades de los territorios y la incidencia del campesinado.
  2. Seguir incidiendo en la producción de alimentos poniendo en práctica la sabiduría acumulada por generaciones, la autonomía y diversidad de las comunidades rurales y urbanas y la solidaridad entre los pueblos como componentes esenciales para la elaboración de políticas en torno a la alimentación y la agricultura familiar y sostenible.
  3. Apostamos a fortalecer una Seguridad Alimentaria basada en la Soberanía Alimentaria, donde el campesinado tenga su reconocimiento desde una   alimentación que continúe siendo construida sobre el sudor y el trabajo de la humanidad.
  4. Seguimos planteado el reconocimiento a la gente y las comunidades locales como agentes centrales en la lucha contra la pobreza y el hambre.
  5. Demandamos autonomía y condiciones objetiva en esos países bloqueados e intervenidos para el uso de los recursos locales.
  6. Exigimos reforma agraria integral de los territorios. Continuamos la defensa de los derechos de las comunidades campesinas a usar, guardar e intercambiar y defender sus semillas según la propuesta cubana.
  7. La creación de sistemas alimentarios con igualdad de género haciendo un ejercicio de combinación de conocimientos y experiencia campesina.
  8. El fomento de los mercados locales, incentivando la disminución de los intermediarios en la comercialización, logrando así las regulaciones e inversiones en el proceso de producción y consumo.
  9. Apostamos a la Agroecología Campesina, fundamental para asegurar la Soberanía Alimentaria en nuestros territorios, ahora es reconocida por los organismos internacionales y cada día mas puesta en práctica por el campesinado.
  10. Hacer incidencia con nuestra campaña “Sembrando Semillas de libertad cosechando derechos” como una herramienta de visibilizacion de las acciones del movimiento desde lo local, regional y global.
  11. Planteamos un plan de reconstrucción regional vinculada a las organizaciones de base a rais de los daños de las tormentas Fiona e Ian con miras a que las propuestas de Soberanía y Seguridad Alimentaria sea la garantía de recuperación de las familias, territorios y recursos en los países.
  12. La unificación de las agendas en los países para avanzar con el reconocimiento y puesta en practica de los derechos campesinos, las leyes que garantizan este tema (Reforma Agraria Cuba, Soberanía Seguridad Alimentaria y Nutricional en Republica Dominicana) y las escuelas de formación en los países desde la base de la propuesta agroecológica.
  13. Exigir a los gobiernos políticas publicas que en materia de alimentación y agricultura estén basadas en los principios de Soberanía Alimentaria defendida por el campesinado y aliados.
  14. La Soberanía Alimentaria ofrece un manifiesto para el futuro, una visión feminista que abraza la diversidad. Es una idea que une a la humanidad y nos pone al servicio de la Madre Tierra que nos alimenta y nutre.
  15. Impulsamos seguir sembrando las semillas de la solidaridad en nuestras comunidades y abordar todas las formas de discriminación que mantienen divididas a las sociedades rurales y campesinas.

¡SOBERANIA ALIMENTARIA YA!

¡SOBERANIA ALIMENTARIA, QUEREMOS REFORMA AGRARIA!

16 octubre 2022

La Soberanía Alimentaria es la única solución y camino a seguir – Declaración en el #16Oct22


Declaración Política en el Día Internacional de Acción por la Soberanía Alimentaria de los Pueblos contra las transnacionales


Nuestro frágil mundo enfrenta una inminente crisis alimentaria global. El impacto del COVID-19 empujó a más personas a la pobreza. Las medidas de confinamiento devastaron los medios de subsistencia de las familias y la economía, e interrumpieron las cadenas de suministro. A nivel global, según el Informe Mundial de Crisis Alimentarias 2022 (GRFC en inglés), los niveles de hambre siguen siendo tan alarmantemente altos como en 2021, alrededor de 193 millones de personas en 53 países padecen inseguridad alimentaria aguda y necesitan asistencia urgente. Esta hambruna severa está potenciada por los conflictos, las condiciones climáticas extremas, los dramáticos efectos económicos y sociales de la pandemia y, más recientemente, por la guerra en Ucrania. Los precios de las materias primas alimentarias a principios de 2022 estaban en su punto más alto en 10 años y los precios de los combustibles en su punto más alto en 7 años. La crisis alimentaria actual tiene que ver con la asequibilidad; incluso en lugares donde hay disponibilidad de alimentos, su costo está fuera del alcance de millones de personas, mientras que el aumento de los precios profundiza los desafíos para quienes apenas pueden pagar los alimentos en tiempos normales.

La crisis alimentaria en este momento es inédita, porque se desarrolla en medio de un contexto global más difícil que el de las crisis alimentaria y de combustibles de 2008. La intensidad y frecuencia de los choques climáticos se han más que duplicado en comparación con la primera década de este siglo. En los últimos 10 años, alrededor de 1.700 millones de personas se vieron afectadas por desastres relacionados con el clima, de las cuales casi el 90% se convirtió en refugiados climáticos. El hambre, la desnutrición y la pobreza son más difíciles de superar debido a las guerras, los conflictos y los desastres naturales en curso. Esto obstaculiza todos los aspectos de un sistema alimentario, desde la recolección, procesamiento y transporte de alimentos hasta su venta, disponibilidad y consumo.

Pero acabar con el hambre no tiene que ver sólo con el abastecimiento. Hoy en día se produce suficiente comida para alimentar a todos en el planeta. El problema es el acceso y la disponibilidad de alimentos nutritivos, que se ve cada vez más obstaculizado por múltiples desafíos, como la pandemia de COVID-19, los conflictos, el cambio climático, la desigualdad, el aumento de los precios y las tensiones internacionales.

A medida que prolifera el cambio del multilateralismo al modelo de múltiples partes interesadas en las plataformas de la ONU, las corporaciones han seguido controlando las narrativas para el cambio. El poder corporativo en los sistemas alimentarios y agrícolas también ha seguido creciendo, y la financiarización está convirtiendo los alimentos y la tierra en objetos de especulación. El reciente proceso UNFSS (Foro de las Naciones Unidas sobre Normas de Sostenibilidad) es un claro ejemplo de esta tendencia. El fracaso de las políticas neoliberales y la agricultura industrial (incluidos los transgénicos) en el aumento de rendimientos y ganancias, condujo a la concentración del poder corporativo en unas pocas empresas transnacionales (ETN) que controlan Macrodatos, tierras agrícolas, recursos oceánicos, semillas y agroquímicos, apuntan a dominar cada vez más nuestros sistemas alimentarios y se apropian del 80% de los alimentos producidos por los agricultores familiares. La financiarización condujo a una concentración de mercado sin precedentes para potenciar nuevas inversiones en Investigación y Desarrollo (I+D) y (bio) tecnologías, apuntando a ampliar las fronteras del capitalismo para capturar toda la biodiversidad mundial.

En todo el mundo, existe una tendencia hacia la reducción del espacio cívico y la reducción de la ambición por defender los derechos humanos. Los activistas a nivel local son cada vez más vulnerables a violaciones de los derechos humanos, opresión y criminalización. La violencia de la represión Estatal, que utiliza las fuerzas militares y de seguridad, apuntando a personas y asediando a masas de manifestantes pacíficos en todo el mundo. Por otro lado, la primacía y la legitimidad del sector público se ven cada vez más amenazadas por la apropiación corporativa de los procesos políticos y una narrativa del desarrollo que asigna un papel de liderazgo a la inversión del sector privado, mientras el multilateralismo es atacado por un nacionalismo virulentamente populista y un modelo multipartito promovido por las corporaciones.

En las últimas tres décadas ha habido un crecimiento de una red cada vez más robusta, diversificada y articulada de pequeños productores de alimentos, trabajadores y otros actores sociales perjudicados por el sistema alimentario globalizado liderado por corporaciones, que abogan por una transformación radical de los sistemas alimentarios y agrícolas basados en la Soberanía Alimentaria. Estos movimientos se han comprometido decididamente en la defensa y construcción de dispositivos de abastecimiento de alimentos ecológica y socialmente sostenibles y arraigados territorialmente, que tienden a denominarse “alternativos”, aunque son responsables de hasta el 70% de los alimentos que se consumen en el mundo. Repensar las políticas agrícolas como una cuestión de seguridad económica y nacional debe ser una prioridad.

El movimiento por la Soberanía Alimentaria ha sido una parte dinámica de la articulación de transformación y soluciones desde la década de 1990, y a través del histórico Foro de Soberanía Alimentaria de Nyéléni en 2007 y el Foro de Agroecología en 2015. 25 años después de la creación del concepto de Soberanía Alimentaria, nuestros movimientos unen sus voces que piden un cambio sistémico para abrir el camino a un futuro de esperanza.

Exigimos acción inmediata para:

• El cese de la especulación alimentaria y la suspensión de la comercialización de productos alimentarios en las bolsas de valores. El precio de los alimentos comercializados internacionalmente debe estar vinculado a los costos de producción y seguir los principios del comercio justo, tanto para lxs productorxs como para lxs consumidorxs;

• El cese del control de la OMC sobre el comercio de alimentos y la exclusión de la producción de alimentos de los acuerdos de libre comercio. Los países deben tener reservas públicas de alimentos y regular el mercado y los precios, para poder apoyar a lxs productorxs de alimentos a pequeña escala en este contexto desafiante;

• La creación de un nuevo organismo internacional para llevar a cabo negociaciones transparentes en acuerdos mercantiles entre países exportadores e importadores, para que los países que dependen de las importaciones de alimentos puedan tener acceso a los mismos a un precio accesible;

• Prohibir el uso de productos agrícolas para producir agrocombustibles o energía. La comida debe ser una prioridad absoluta sobre el combustible.

• Una moratoria global sobre el pago de la deuda pública por parte de los países más vulnerables. Presionar a esos países para que paguen la deuda es una gran irresponsabilidad y conduce a crisis socioeconómicas y alimentarias.

Exigimos cambios radicales en las políticas internacionales, regionales y nacionales para reconstruir la Soberanía Alimentaria a través de:

• Un cambio radical en el orden internacional de comercio. La OMC debe ser desmantelada. Un nuevo marco global para el comercio y la agricultura, basado en la Soberanía Alimentaria, debería abrir el camino para fortalecer la agricultura campesina local y nacional, para garantizar una base estable para una producción de alimentos relocalizada, el apoyo a los mercados liderados por campesinxs locales y nacionales, y proporcionar un sistema de comercio internacional justo basado en la cooperación y la solidaridad;

• La implementación de la Reforma Agraria popular e integral, para frenar el acaparamiento de agua, semillas y tierras por parte de las corporaciones transnacionales, y garantizar a lxs pequeñxs productorxs derechos justos sobre los recursos productivos; protestamos contra la privatización y el acaparamiento de territorios y patrimonio por intereses corporativos con el pretexto de la protección de la naturaleza, a través de mercados de carbono u otros programas de compensación de la biodiversidad, sin tener en cuenta a las personas que viven en estos territorios y que han estado cuidando ese patrimonio por generaciones;

• Un cambio radical hacia la agroecología para producir alimentos saludables para el mundo. Debemos enfrentar el desafío de producir suficientes alimentos de calidad al tiempo que reactivamos la biodiversidad y reducimos drásticamente las emisiones de GEI;

• Regulación efectiva del mercado de insumos (como créditos, fertilizantes, pesticidas, semillas, combustible) para respaldar la capacidad de producción de alimentos de lxs campesinxs, pero también para garantizar una transición justa y bien planificada hacia prácticas agrícolas más agroecológicas;

• Una gobernanza alimentaria basada en las personas, no en corporaciones transnacionales. Debe detenerse la captura de la gobernanza alimentaria por parte de las transnacionales, y se debe poner el interés de la gente en el centro. Se les debe otorgar a lxs pequeñxs productorxs un papel clave en todos los organismos de la gobernanza alimentaria;

• La transformación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de lxs Campesinxs en un instrumento jurídicamente vinculante para la defensa de los pueblos rurales.

• El desarrollo en cada país de las capacidades públicas de almacenamiento. La estrategia de acumulación de alimentos debe llevarse a cabo tanto a nivel nacional, como a través de la creación y el apoyo público a reservas de alimentos a nivel comunitario con alimentos producidos localmente provenientes de prácticas agrícolas agroecológicas;

• Una moratoria global sobre tecnologías peligrosas que amenazan a la humanidad, como la geoingeniería, los transgénicos o la carne celular. La promoción de técnicas de bajo costo que incrementen la autonomía campesina y de las semillas campesinas.

• El desarrollo de políticas públicas para asegurar nuevas relaciones entre quienes producen alimentos y quienes los consumen, quienes viven en las áreas rurales y quienes viven en las áreas urbanas, garantizando precios justos definidos en base al costo de producción, que permitan ingresos dignos para todos los que producen en el campo y un acceso justo a alimentos saludables para lxs consumidorxs;

• La promoción de nuevas relaciones de género basadas en la igualdad y el respeto, tanto para las personas que viven en el campo como entre la clase trabajadora urbana. La violencia contra las mujeres debe cesar ya.

Declaración Política de La Vía Campesina y del Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria (CIP)

Resultados de congreso de FENSUAGRO en Colombia

Informe radial recupera algunas voces surgidas rumbo y luego de la cita campesina


“Será un Congreso de cara al nuevo gobierno, un Congreso para seguir construyendo país, seguir construyendo territorio, seguir construyendo paz, y también seguir fortaleciendo los derechos del campesinado”, dijo el dirigente Eberto Díaz, del Comité Ejecutivo de la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria de Colombia (FENSUAGRO), rumbo al décimo segundo Congreso de la organización.

¿Pero qué pasó finalmente en el Congreso ? Radio Mundo Real presenta este informe que busca repasar algunas repercusiones y resultados de la actividad celebrada del 25 al 29 de agosto en Bogotá, la capital colombiana.

El trabajo radial repasa reflexiones en el camino al Congreso de FENSUAGRO, organización parte de La Vía Campesina, e incluye una entrevista posterior a uno de los dirigentes extranjeros invitados, Diego Montón, del Movimiento Nacional Campesino Indígena Somos Tierra – Argentina, y la Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra. Te invitamos a escuchar el informe.

(CC) 2022 Radio Mundo Real

La necesidad de un movimiento como La Vía Campesina está clara

En Managua, Nicaragua, la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) y La Vía Campesina celebraron durante las fechas 22-28 de abril de 2022, una serie de reuniones y actividades en marco de los 30 años desde el nacimiento de La Vía Campesina.

Durante este encuentro, nos sentamos con el compañero Federico Pacheco del Sindicato de Obreros del Campo de Andalucía, miembro del Comité Coordinador Internacional – CCI para la región Europa.

La victoria de llegar a los 30 años de La Vía Campesina

Llegamos en este año a celebrar los 30 años de La Vía Campesina y yo creo que eso ya en sí mismo es una gran victoria. En aquella época que nos propusimos, fue un momento de ataque frontal contra la agricultura dado que ya la Revolución Verde había decretado que el campesinado y la agricultura campesina no era eficaz y tenía que dejar de existir; luego la Organización Mundial del Comercio incluye la alimentación entre sus elementos, reduciendo el alimento a una mercancía. 

En ese momento tan duro para la agricultura y el campesinado, surge La Vía Campesina, defendiendo los otros valores y logrando poner sobre la mesa otra realidad, nuestras luchas, pero también otros conceptos que civilizan la existencia del campesinado y la necesidad del campesinado. Comenzamos a hablar de Soberanía Alimentaria y Agroecología Campesina, de Reforma Agraria Integral y de Feminismo Campesino Popular, logrando llegar a este mojón tan importante que fue nuestra Declaración de Derechos Campesinos en dónde condensamos el reconocimiento de nuestra entidad como campesino, como trabajador rural, pescador, pueblo aborigen y nuestros derechos y reivindicaciones para poder realmente alimentar al mundo, contribuir al enfriamiento del planeta, a la paz y a la justicia social.

Entonces en ese sentido las perspectivas son enormes y yo creo que la necesidad de un movimiento como La Vía Campesina está clara, una organización que desde la diversidad más absoluta de nivel de político, religioso, ideológico, estratégico ha sabido tejer esta red cómo horizontal de movimientos campesinos de todo el planeta con esta fuerza, con esta unidad en los principios, en los objetivos es realmente admirable, es una gran victoria no solo del campesinado sino de los movimientos populares. Nuestro desafío es seguir contribuyendo en estos momentos a la paz, a la alimentación frente al hambre y a la crisis alimentaria y al establecimiento de otro modelo social político agrario en que realmente se pueda alimentar a la población, se pueda cuidar al planeta nuestra madre tierra y lograr la paz entre los pueblos. 

Los efectos de la pandemia

La pandemia actual como otro fenómeno nos pone delante la globalización en nuestro planeta a todo nivel. Se impulsa la globalización capitalista, a la globalización imperialista con un nuevo sistema de bloques. La Vía Campesina propone siempre la globalización de la de la lucha, de la esperanza, de la construcción desde abajo de la globalización de los pueblos es decir que un sistema en donde podamos defender nuestra soberanía, nuestros derechos, nuestra alimentación, en nuestra cultura y a la vez poder compartirla y en solidaridad poder colaborar unos pueblos con otros. 

En este sentido la pandemia ha puesto en evidencia la fragilidad del sistema capitalista, desarrollista, tecnológico que existe, y la importancia y la fortaleza de la producción campesina local, de los sistemas económicos locales y territoriales y debería servir para que eso se visibilice y para que eso se destaque, se valoricen pero sabemos claramente que estamos en una confrontación permanente no es posible la cohabitación de nuestro modelo territorial, agroecológico, local, campesino con la agroindustria y cuál es la respuesta del capitalismo de la agroindustria que siempre se reinventa y aprovecha esta oportunidad es plantearnos querer convencernos de que podemos llegar a nuestra alternativas por medios de mercantilización y del capitalismo de toda la vida entonces nos plantea ese lavado de imagen verde con lo cual da para cuidar la naturaleza.

Las tecnologías que pueden anular al campesinado 

Hay que usar este sistema de cuotas de carbono, de mercantilizar, de financiar los recursos naturales con lo cual creemos que es una trampa terrible. El uso de las tecnologías, cuando nosotros estamos pensando en el uso de la tecnología para la actividad campesina, una tecnología que pueda ser manejada y pueda ser controlada por el campesino por los pueblos, por las comunidades. Ellos nos plantean una utilización de la tecnología en qué va a terminar anulando el campesino, reemplazando haciendo la producción cada vez más agroindustrial, erosión en la tierra, que sirven los recursos, que explota a los trabajadores y que haga que los agricultores campesinos pierdan totalmente el control. Todo este tema de la agricultura digital de los drones, de la de la satelización, de las medidas agrícolas y todo esto y conduce hacia eso.

Tenemos que estar muy atentos porque tenemos que reinventarnos permanentemente. Aceptar que en el mundo ya que hay nuevas situaciones y al para la cual tenemos que dar nuevas respuestas. En ese sentido es mantener la mente muy abierta poder experimentar siempre y sobre todo escuchar a nuestra propia juventud que a veces nos trae nuevas ideas, iniciativas, y propuestas que nos van a servir para continuar nuestra lucha y la conquista de nuestros objetivos siempre.

16Oct22 | Construir nuevas y más fuertes alianzas para fortalecer el movimiento por la Soberanía Alimentaria – Llamado a la Acción Global

Llamado a la acción: Movilización del Día Internacional de Acción por la Soberanía Alimentaria de los Pueblos contra las transnacionales

¡Es tiempo de transformar!


(Bagnolet, 07 de octubre de 2022) El 16 de octubre, Día Internacional de Acción por la Soberanía Alimentaria de los Pueblos contra las transnacionales, es un día para amplificar la demanda de Soberanía Alimentaria y denunciar la expansión destructiva y la violación de los derechos humanos de las empresas transnacionales del agronegocio. En este día, mientras los promotores del agronegocio responsables del sistema alimentario fallido y otros actores de la gobernanza global se centran en la “seguridad alimentaria”, La Vía Campesina, junto con el movimiento más amplio de la Soberanía Alimentaria, propone un camino alternativo para abordar las crisis apremiantes del calentamiento global, el hambre, la malnutrición y la pobreza extrema. Este camino por la esperanza tiene un nombre: ¡Soberanía Alimentaria!

Es inaceptable que en el siglo XXI, 2.300 millones de personas (el 30% de la población mundial) pasen hambre cuando hay alimentos suficientes para todos, y las desigualdades y las violaciones de los derechos humanos se agravan. La mayor parte de los alimentos producidos, en lugar de alimentar a las personas, se utiliza como agrocombustible y alimento para el ganado. Rechazamos este modelo neoliberal que va en contra de nuestra visión colectiva de solidaridad, armonía con la naturaleza, justicia, unidad y paz.

Los efectos del sistema capitalista sobre el medio ambiente y el clima están provocando graves daños en nuestro planeta, lo que supone una amenaza existencial cada vez mayor para la humanidad. Por ejemplo, la crisis climática, debida a las elevadísimas emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del sistema capitalista, sigue empeorando cada año, provocando tormentas violentas más frecuentes, ciclones, sequías, olas de calor extremas, incendios forestales, inundaciones, pérdida récord de glaciares, etc. El aumento de la incertidumbre y la vulnerabilidad que acompaña al cambio climático, hace que esta crisis requiera una atención urgente. La agroecología campesina basada en la Soberanía Alimentaria, los derechos campesinos y de otras personas que trabajan en las áreas rurales y los sistemas alimentarios localizados son la solución para enfriar la tierra, y se adapta mejor al desafiante contexto de la crisis climática.

Hacemos un llamamiento a todxs lxs defensorxs -miembros, aliadxs, nuevas organizaciones, académicxs, artistas, activistas medioambientales y jóvenes, movimientos sociales rurales y urbanos, sindicatos y actores de la sociedad civil, gobiernos progresistas, académicos para que se reúnan para impulsar una vez más los debates y las reflexiones sobre cómo fortalecer el movimiento de la Soberanía Alimentaria en el actual contexto mundial en el que el hambre, las desigualdades y los desequilibrios de poder siguen empujando a muchos países al colapso. Debemos recordar que la única manera de hacer oír nuestras voces es uniéndonos y construyendo nuevas alianzas dentro y fuera de cada frontera para fortalecer nuestra visión colectiva hacia el cambio sistémico.

¡ÚNETE A NOSOTRXS PARA HACERLO POSIBLE!

Podemos garantizar un mundo seguro y mejor, no sólo para hoy, sino también para las generaciones futuras. Únete a nosotrxs y forma parte de las acciones durante el mes de octubre:

– Adopta una(s) semilla(s) campesinas y comienza a cultivar tus alimentos para fortalecer la producción local. Experimenta el placer de comer alimentos cultivados en casa.

– Exige a tus autoridades locales que apoyen la producción local de alimentos y compra en los mercados locales de alimentos. Fortalezcamos nuestros sistemas alimentarios campesinos e indígenas.

– Demanda a tu gobierno para que de prioridad a la Soberanía Alimentaria en las políticas públicas y aplique la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de lxs Campesinxs y otras Personas que Trabajan en Zonas Rurales (UNDROP).

– Haz visible la movilización colectiva por una sociedad mejor basada en la Soberanía Alimentaria. Comparte tus acciones con los siguientes hashtags #SoberaníaAlimentariaYA #LVC30Años #16Oct22 (completa con tu propio mensaje) un video o foto(s) tuya o de tu comunidad mostrando este acto de resistencia.

– El viernes 20 de octubre, participa con tu organización local y región en nuestro Foro Virtual “Construyendo un movimiento por la Soberanía Alimentaria más fuerte”, a las 14 hrs CEST/CAT, que organiza el movimiento global por la Soberanía Alimentaria.  El enlace del evento será compartido pronto.   

– Descarga nuestro Kit de Comunicación y sigue nuestras Orientaciones Comunicativas, haz tuyo estos materiales de comunicación y úsalos para hacer sentir una voz colectiva durante este mes de acción.

¡Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza!

¡La Soberanía Alimentaria alimenta los pueblos, el agronegocio es hambre!

Elecciones en Brasil: La importancia de Lula para mejorar la vida de los pueblos de los campos, aguas y bosques y salvar el planeta.

Estamos juntos, juntos y junto con Luís Inácio Lula da Silva (PT), para construir un Brasil con una vida digna para nuestro pueblo. La vida digna para nosotros es: comida, agua, techo y trabajo para todos y ese es el combo de la victoria!

Por: Michela Calaça – Movimiento de Mujeres Campesinas (MMC)

Brasil atraviesa un momento histórico en la vida del pueblo brasileño. El 2 de octubre vamos a las urnas, después de años luchando contra el golpe, contra un gobierno irresponsable que ataca a las personas y a la naturaleza. Será el momento de elegir quién nos representará en los parlamentos federales y estatales, así como en los gobiernos estatales y federales, durante los próximos 4 años, pero lo que está en juego mucho más de 4 años, porque en los últimos 4 años hemos visto que nuestros retrocesos han sido equivalentes a décadas de luchas y avances. En este momento, es necesario recordar que es en la política que define los rumbos y nosotros del campo, las aguas y los bosques que defendemos un proyecto de vida que necesitamos para posicionarnos y buscar la victoria de Lula en la primera vuelta.

Quiénes somos: Somos la agricultura familiar campesina que no es solo una identidad de quienes tienen un lugar o un campo, es un conjunto de varias formas de vida que en el gobierno de Lula, en 2006, se le dio este nombre. Estamos compuestos por quilombolas, reformados y asentados agrariamente, sin tierra, pescadores y pescadores, indígenas, extractivistas y otros pueblos y comunidades tradicionales. Pensar que la diversidad es importante para hablar también de las formas de construir la soberanía alimentaria de un pueblo.

Como cooperativas y asociaciones son extremadamente importantes y una forma efectiva de ganar escala y organizar el trabajo de manera más colectiva. Sin embargo, es necesario pensar en políticas públicas que también pongan en el presupuesto y el acceso a las políticas de producción, almacenamiento y distribución, esas y las que producen en grupos formales, en unidades familiares como sitiadores, porque esta realidad es la mayoría de las mujeres y los jóvenes, y no es porque no esté en cooperativas y asociaciones, ¡lo son!  o con poca potencia.

Para ejemplificar lo que estamos debatiendo, recordamos el surgimiento de nuestro glorioso Programa de Adquisición de Alimentos (PAA). El PAA para nosotros los campesinos es una excelente política y enfrenta una historia de agricultura familiar campesina que es comercializadora. Cuando comenzamos a ejecutar el programa, la Empresa Nacional de Abastecimiento (CONAB) sistematizó los datos y ya era posible ver la disparidad. Los productos que más se compraron fueron producidos por mujeres, pero los datos del Registro Nacional de la Persona Jurídica de las asociaciones de cooperativas fueron los más grandes de los hombres.

La CONAB encargó una investigación, y como las profesoras Emma Siliprandi y Bibi Cintrão encontraron que el movimiento feminista señalaba, las mujeres producían esos productos, que eran vendidos por los hombres, y a menudo ellas y sus familias no veían el color del dinero. Luchamos, creamos cuotas, hacemos políticas de capacitación y otras para ampliar el acceso de las mujeres legalmente a la PAA, y en la misma lógica al Programa Nacional de Alimentación Escolar (PNAE). Esto solo fue posible en un gobierno comprometido con el diálogo y la mejora de la vida, fue que se instaló en el país. 

El ejemplo dado tiene dos significados aquí, el primero es señalar la necesidad de que hay numerosas formas de fomentar la  producción de alimentos, que la comercialización también puede llegar a los campesinos y campesinos que producen sus alimentos para venderlos en ferias libres y que pueden tener otras formas también de producir y comercializar. Que la producción quilombola e indígena sea absorbida de su propia cultura y que el Estado no sirva para adaptar a todos en un mismo modelo, más bien para potenciar la diversidad de formas de comer y vivir en este país.

 El segundo significado es sobre el papel de la producción de la agricultura familiar campesina, en esta diversidad de la que estamos hablando, en el enfrentamiento al hambre:

a) La producción de los principales alimentos que componen la canasta básica, como el arroz y el frijol, se encuentra estancada desde hace 20 años, con tendencia a reducir la superficie de cultivo de estos productos en los próximos periodos proyectados por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento, la pandemia agravó esta situación.

b) Existían en 2017, según datos del Censo Agropecuario (IBGE), un poco más de 5 millones de establecimientos rurales, el 80% de los cuales están vinculados a la agricultura familiar, que concentran solo el 20% de la superficie total.

c) Muchos no comen y quien viene, viene mal. Los ultra procesados eran la salida más barata para no morir de hambre, pero tiene efectos nocivos para la salud, ya comprobados por la ciencia y por esta misma razón su consumo es aconsejado por la Guía de Alimentos para la población brasileña, elaborada por el Ministerio de Salud, a pesar de los ataques del Gobierno de Bolsonaro y sectores de la industria alimentaria preocupados más por el beneficio que por cumplir su misión de alimentarse como personas.

Para nosotros es fundamental decir que la soberanía alimentaria no se construye con las leyes del mercado, con la expansión real de los ingresos que un próximo gobierno de Lula permitirá, si no hacer una política de producción, suministro y distribución de alimentos. La mera búsqueda de ganancias, por encima de la preocupación por la vida de las personas como lo hace el agronegocio,   la agroindustria, provocará una hiperinflación de alimentos y agravará la crisis de desnutrición, incluso entre quienes logren realizar las tres comidas diarias. Un país soberano y serio, no puede dejar comida en la mesa de su gente dependiendo de quien hace de los alimentos solo una forma de ganancia, como ocurre con la agroindustria, que de hecho prefiere producir bienes y commodities para el país.

La construcción de la soberanía alimentaria -que es comida real, alimento sano en el plato del pueblo-, pasa por el camino de fortalecer la producción diversificada en los municipios pequeños y medianos, favoreciendo los ciclos cortos de comercialización.

Es por eso que necesita una política popular de suministro que reduzca la brecha entre el campo y aquellos que necesitaban los alimentos que producíamos. Favoreciendo, por ejemplo, a quienes producen alrededor de los centros urbanos puede poner alimentos en la mesa de las comunidades, los barrios marginales o los que más lo necesitan en las ciudades, y no solo en los sectores medios y más acomodados.

Se necesita un Programa Nacional de Abastecimiento, destinado a construir Soberanía, Seguridad Alimentaria y Nutricional. Para ello, los elementos presentados en la plataforma del campo, bosque y aguas son una base sólida y fruto de las experiencias de los gobiernos federales del Partido de los Trabajadores (PT) y de las luchas de cada uno de nuestros movimientos aislados y en general lo ha hecho históricamente. Estamos juntos, juntos y junto con Luís Inácio Lula da Silva (PT), para construir un Brasil con vida.

Solo Lula puede derrotar a Bolsonaro, abrir un nuevo ciclo de reconstrucción de políticas públicas, enfrentar al bolsonarismo y contribuir a que la gente participe más en la política y el Estado pueda mejorar nuestras vidas.


Acto de Grito dos excluídos en Belém do Pará.

CRÉDITOS 🎥: MAB


Comunicado: Denunciamos amenazas a líderes políticos y sociales en Colombia

Comunicado de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo – CLOC LA VÍA CAMPESINA


Denunciamos públicamente la amenaza de muerte a Robert Daza, congresista, líder campesino y dirigente del Coordinador Nacional Agrario – CNA, organización miembro de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo – CLOC/La Vía Campesina.

Los días 20 y 21 de septiembre el compañero Daza recibió en su celular personal una amenaza de muerte firmada por el grupo paramilitar “Águilas Negras”. En el mismo mensaje se amenaza también a los congresistas del Pacto Histórico Alexander López y Alejandro Ocampo; al coordinador del Pacto Histórico de Bugalagrande Julio López y al presidente del Sindicato Nacional de trabajadores del sistema Agroalimentario – SINALTRAINAL, Mario Valencia. Estos hostigamientos se producen días después de que el compañero Daza desarrollara una agenda de trabajo centrada en las demandas de los movimientos sociales y las iniciativas de construcción de paz en el municipio de Bugalagrande.

Desde CLOC/La Vía Campesina expresamos nuestra preocupación y exigimos a la Fiscalía, Defensoría del Pueblo y Ministerio del Interior la efectiva investigación de los hechos, la provisión de garantías de seguridad para el ejercicio de la política y de medidas de protección a la vida e integridad de nuestros compañeros.

Expresamos nuestra solidaridad con los compañeros y con el CNA, organización que ha sido objeto de agresiones con ocasión de su labor de defensa de la vida, la tierra y el territorio.

Frente a la avanzada de la violencia, unidad y solidaridad entre los pueblos, ¡Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza!