Argentina: Por una tierra sin condenados

MOCASE

Jueves 24 de Noviembre de 2011

El nuevo documento del espacio de intelectuales y artistas Carta Abierta se pronuncia ante el crimen de Cristian Ferreyra y lo inscribe entre los “hechos que oscurecen un presente promisorio”, sucesos que “corresponden a una epistemología completa de negocios que mantiene cerrado el acceso democrático y posible a la tierra tanto rural como urbana”. También toma posición frente a la situación de Aerolíneas Argentinas.

En medio de las grandes esperanzas, sucede nuevamente el penoso acontecer de la sangre derramada. El asesinato de Cristian Ferreyra es un hecho de inconmensurable gravedad. Afecta nuestras vidas no sólo porque nuestras vidas son de por sí afectadas por una memoria bien conocida, sino porque en cada una de estas muertes inocentes surge a bocanadas el signo de una historia irresuelta e injusta.

Son muertes inocentes no porque en estos luchadores no haya alguna vez un hierro candente en la mano o un puño que se cierre sobre una piedra. Son inocentes porque son muertes que nos siguen diciendo que una porción enorme de la historia argentina ni siquiera en esta época propicia consigue tener un balance templado y equitativo. Esta época no ha sido esquiva en generar justas reparaciones. Por el contrario, sus políticas tienen el signo de una cabal apuesta por la ampliación de la igualdad. Por ello mismo, debe ser propicia para mencionar estos hechos que le son extraños o anómalos.

Ferreyra es un nombre que surge de un anonimato tranquilizador, pero es el nombre de las cosas referidas al hierro, que de repente nos recuerda que somos mortales, seres precarios, que sólo tenemos nuestra muerte para representar toda una época entera con un fogonazo inesperado. Vivimos, en ese sentido, todavía, en una época de hierro o con disyuntivas de hierro. Ferreyra, que era un militante de un movimiento social de autodefensa campesina, representa una larga historia.

Es una historia que se remonta por lo menos al siglo XVII, donde las comunidades indígenas cuyos nombres nos son vagamente familiares o desconocidos –cacanes, calchaquíes, ologastas, lules, vilelas, capayanes, famaifiles, fiambalás, colozacanes, andalgalás, quilmes, pacciocas–, podían entrar en guerra entre sí, aliarse de diversas maneras a los españoles o protagonizar sangrientos levantamientos que el ejército de los colonos españoles reprimía con saña, pero no sin esfuerzo. Es así que en 1632, el cacique Chemilyin pone sitio a ciudades importantes de La Rioja desviando el curso vital de los ríos, y pone cerco a la ciudad de Londres, llamada así en homenaje a la esposa de Felipe II, que era inglesa. Son historias lejanas, que se hablan con nombres extraños y pronunciados en otros idiomas.

Pero el secreto de la historia es que siempre es lejana hasta que un hecho de sangre acerca todo un material que parecía perdido para alimentar una acostumbrada brutalidad, que es milenaria y es también de nuestros días. Cristian Ferreyra habla de las modernas luchas por la tierra y habla también de luchas muy antiguas. No es necesario que imaginemos un pasado pulcro e incontaminado. La guerra y la violencia imperaban entre etnias cercanas, que podían unirse con el español o aliarse contra él. Por eso, sin una noción de lejanía indiscernible y heterogeneidad sorprendente no nos podremos hacer cargo de esa historia. Y debemos hacernos cargo hoy en un sentido reivindicativo respecto de la justa tenencia de las tierras campesinas, el respeto de los bosques y la crítica a una expansión agraria a fuego y escopeta.

Sabemos que esa historia llega hasta nosotros, pero no llega de cualquier manera, sino a través de muchos cortes, disoluciones y desvíos. Llega a través de un hilo frágil e impuro, porque no es una historia de purezas ni de identidades contundentes. Pero llega de una forma dramática cuando ocurre un asesinato, y vuelven nombres que los siglos parecían haber acallado. Son campesinos que tienen su tierra amenazada. Son los campesinos en los que resta aún un filamento étnico muy antiguo. Surge el nombre de la etnia lule, vinculada ahora con el moderno problema de las tierras. Son nombres que reaparecen cuando actúan el capanga, la policía rural dominada por las peores lógicas de los empresarios, pequeños o grandes de la tierra, vinculados con una irresponsable clase política; son nombres de pueblos y de lenguas muchas veces extinguidas, o con pobres vestigios que llegaron hasta nosotros, como los sanavirones, los tonicotes, los diaguitas, que en muchos casos conocían rudimentos de metalurgia, como parte de la gran civilización del maíz y del zapallo, del algarrobo y del chañar.

Algunas de ellas son palabras legadas por estas culturas, otras provienen del nombre que le sobrepuso el idioma que hablamos a otros idiomas que se han perdido, pero vuelven a tocar nuestras puertas con un mensaje inequívoco, donde pueblos antiguos que se llamaban de modos que hoy ya no son audibles, vuelven por lo suyo bajo una denominación genérica que estamos en condiciones de comprender muy bien. Porque es el pueblo argentino, hecho de la fusión de miles de otros pueblos, y que se elige ahora con ese nombre también para señalar que la expresión pueblo argentino, entre tantas otras significaciones, es un resumen de tareas pendientes, reformas sociales profundas, esperanzas en una nueva sociedad.

Tiene que ser en esta época y no en una próxima estación nebulosa e indeterminada, que se solucione el problema de tierras en la Argentina y que se consideren los planes agroalimentarios no como sinónimo de desbaratamiento de los montes sino de soberanía alimentaria. Es un problema multisecular, que queda en penumbras hasta que un asesinato lo ilumina. Del mismo modo, el asesinato de Mariano Ferreyra iluminó como una chispa al costado de las vías, la realidad oscura de la tercerización. La superposición de nombres es casual, la acumulación histórica de los problemas no lo es.

En ciertos aspectos, muchas comunidades campesinas del país son ahora contemporáneas de los encomenderos, de la mita y del yanaconazgo. Pero también son contemporáneas de las grandes utopías arcaicas, como el regreso al ayllu, a la Nación Calchaquí o el Reino de los Quilmes, que forman parte de un lenguaje posible pero quizás reacio a ver las grandes herencias de injusticia reparadas a la luz de lo que les debe ahora la nación moderna. No obstante, hay que decir que la expansión de la frontera sojera no es sólo una forma de la economía, sino también puede ser en estos casos la expansión de la propiedad por la sangre.

La avidez de un capitalismo depredador, la irresponsabilidad de inescrupulosos empresarios que siquiera son grandes propietarios, vive su Medioevo de conquista con esbirros que eligen el camino del victimario porque saben que ellos son también víctimas potenciales. El gran capitalismo agropecuario tiene su mirada en la Bolsa de Chicago, en las operaciones políticas de gran escala, en los secretos de los gabinetes químicos que perfeccionan la semilla transgénica, nuevo padrenuestro de una teología que sin tener santidad tiene a Monsanto, mientras empresarios voraces, pioneros cautivos de un clima de mercantilización de todas las relaciones humanas, se comportan como forajidos de frontera, escapados de otra época, pero tiñendo de una agria tintura este momento histórico que aunque les es heterogéneo, caen en la incongruencia de querer apropiarlo.

Cada vez que recibimos noticias infaustas, como la muerte de un miembro de la etnia Qom, de las muertes del Parque Indoamericano o las que corresponden al Ingenio Ledesma, parecen hojas lejanas de periódicos escritos por un alucinado que equivocó la periodicidad histórica. Pero no, son hechos que oscurecen nuestro presente, este mismo presente promisorio, con una lógica única e implacable: son una estructura de procedimientos insociales. Corresponden a una epistemología completa de negocios que mantiene cerrado el acceso democrático y posible a la tierra tanto rural como urbana, que comienza con genéricos intereses que podrán hablar de “sociedad del conocimiento” o “biocombustibles”, mientras una disputa por 17 hectáreas de una empresa que posee 160 mil causa tres muertes. Recordemos aquella ocasión: murieron dos ocupantes de tierras, uno de ellos apellidado Farfán y un policía, también Farfán, sin parentesco con el anterior. Hay una doble certeza aquí. Primero, la insensibilidad de los nuevos y grandes negocios que han tomado a la vieja industria de la caña de azúcar, que es un caso que tiene diferencias con la soja, pero muchas semejanzas, generando un capitalismo que fabrica combustibles con lo que anteriormente se producían materias primas alimenticias, que en el aspecto de las relaciones laborales reitera muchas conductas de la época de Patrón Costas. Y segundo, que las luchas por la tierra, tan viejas como la historia de la humanidad, enfrentan a pobladores con policías patronales, en escaramuzas lamentablemente muy frecuentes, donde mueren los hijos de la tierra, extrañados de ella ya sea porque son expulsados por los sicarios de la nueva renta agraria en complicidad con jueces o mandos policiales y políticos, o porque deben vestir el uniforme de los que son enviados a la primera fila de la represión. De allí que los más viejos apellidos de la historia de estas tierras puedan llegar a matarse entre sí, como parte de una oscura astucia de la razón capitalista.

Debe darse fin a esta situación con una nueva ley de tierras ecuánime y democrática, que las mida con los teodolitos de la justicia social, esos mismos teodolitos que empleó el ingeniero Raúl Scalabrini Ortiz y más atrás en el tiempo, el ingeniero Germán Ave Lallemant, ingenieros sociales y medidores de tierras al servicio de los pueblos. Una ley que frene la especulación, reconozca los derechos de los antiguos pobladores y cree una nueva conciencia colectiva respecto de una productividad que se equilibre con la naturaleza y no que la deprede sistemáticamente. No es aceptable que crímenes que ya asumen un carácter serial no tengan adecuado tratamiento por el hecho de que, en su ramificación ostensible, afecten a miembros de las clases políticas que mientras juegan con ademanes clientelistas, con una prestidigitación complementaria, protegen los grandes o medianos negocios con las brigadas policiales que deberían cuidar el usufructo equitativo de la tierra.

Ya muchas organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos, como el CELS, el Movimiento Evita y La Cámpora, se han pronunciado. Las muertes que puntúan este período político, más dolorosas porque son en éste y no en otro, son alusiones de sangre a problemas irresueltos de la misma estructura histórica de este pedazo universal de tierra que llamamos Argentina. Algunos son problemas recientes, como los que provinieron del desguace ferroviario y la conversión en vidas precarias de miles de trabajadores que comenzaron a llamarse precarizados. La Argentina no puede ser un país que fabrique vidas precarias mientras habla de nuevas posibilidades tecnológicas.

Otros problemas tienen una complejidad propia de la escena que sabemos interpretar y festejar como propia de un horizonte nuevo. Los dilemas entre la gestión de Aerolíneas, que apoyamos, y la acción de estamentos laborales cristalizados es un tipo de conflicto nuevo que debe contar también con nuevas definiciones. El ámbito que afirma y acoge hoy a millones de esperanzas en el cambio debe llevar a una sociedad más justa y despojada de sus viejas ataduras de coerción, que también tiene su correlato en toda clase de trabazones mentales.

No es fácil darle nombre al tipo de sociedad que queremos, y ciertamente, ese nombre nuevo aparecerá cuando se pronuncie colectivamente, en el interior de la conciencia de miles y miles de personas, y en el interior de un gran autodescubrimiento colectivo. Por el momento, tenemos que pensar que cada uno de estos conflictos dirige nuestra atención a cuestiones urgentes: a darles facultad soberana territorial a los movimientos sociales que expresan viejas reivindicaciones campesinas, alargando la mirada sobre los problemas de subsistencia de poblaciones enteras cuando la lógica del agronegocio no tiene contenciones; y por otro lado, a crear un horizonte político que con más sabiduría pueda intervenir en conflictos como el de Aerolíneas, donde viejas fuerzas reaccionarias siguen al acecho, esperando demostrar que una generación nueva no es apta para gestionar en altos niveles de responsabilidad política y tecnológica. Pero esa capacidad ya ha sido demostrada, ahora hay que demostrar entre todos que cuando decimos que hay cosas que faltan, no sólo se trata de problemas conocidos o deducibles de lo que quedó pendiente de un trayecto anterior. Lo que falta no es un problema de restas y sumas, sino de imaginación política. Son problemas que muchas veces no tienen definición adecuada en nuestro lenguaje y que no se descubren tan magnánimamente ante nuestra supuesta destreza política. Son problemas que aparecen muchas veces, desdichadamente, bajo el rostro del asesinato social, comprimidos en los pliegues históricos mal ensamblados del país, como placas tectónicas que se desacomodan y que apenas nos dejan ver un hecho de sangre, que significa mucho más que la crónica policial con la que muchos intentan encubrirlo.

Al principio de la esperanza no lo asegura ninguna ley ni está escrito con marcas de hierro por la historia. Vive apenas en la imaginación colectiva y es frágil, aunque cuando se reconoce en millones tiene la fuerza de un llamado. A partir de allí comienza la política, dándoles a la gestión y a las tecnologías las virtudes de un frente social novedoso que las recubra con los contenidos de eticidad de las democracias avanzadas, y si estas definiciones sirven, será para poder pensar e inscribir en nuestra esperanza de cambio tanto a la defensa de la empresa pública de aeronavegación como a los condenados de la tierra.

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Narco soja: campesino del MOCASE asesinado por parapoliciales

Miércoles 23 de Noviembre de 2011

La adicción económica y política al modelo sojero es el trasfondo de estos crímenes que violan leyes, constituciones, tratados internacionales y, sobre todo, vidas.»

Cristian Ferreyra, 22 años, murió desangrado tras recibir un escopetazo en la pierna disparado por Javier Juárez, uno de los matones a sueldo de los sojeros de Santiago del Estero. Cristian estaba en su casa del paraje San Antonio con dos de sus compañeros del MOCASE-Vía Campesina, esperando hacer una asamblea allí mismo en la que la comunidad debía debatir cómo defenderse del avance de topadoras, sojeros, políticos y parapoliciales, que tienen prácticamente sitiada a la comunidad de 25 familias que viven en 2.000 hectáreas e integran el Movimiento Campesino de Santiago del Estero.

Allí llegaron Javier y Arturo Juárez, definidos por el MOCASE como “mercenarios contratados por el terrateniente José Ciccioli”. Resultó herido Darío Godoy, también integrante del MOCASE, y un tercer campesino fue gravemente golpeado. El MOCASE convocó hoy a las 9 de la mañana a una marcha en el centro de Santiago, y a las 11 de la mañana una en el Obelisco de Buenos Aires.

Terratenientes + gobierno

En diálogo con lavaca desde Santiago del Estero, Carlos Orellana, vecino de Cristian e integrante del MOCASE explicó: “Estamos defendiendo el lugar donde vivimos. Viene gente de los empresarios, matones, y ahora están contratando también a campesinos que se prestan para que haya estas cosas que ocurren: muertes, violaciones. Nos tenemos que organizar para que haya justicia. Es nuestra tierra ancestral. El gobierno está con este capitalismo, con los terratenientes”. Orellana se refiere al gobierno provincial del radical kirchnerista Gerardo Zamora, y al nacional. “No nos respetan, por eso nos hacen la guerra, para quedarse con la tierra y destruirla”.

La comunidad San Antonio está a 60 kilómetros de Monte Quemado, y forma parte de la Central Campesina Copo Alberdi (CCCOPAL) donde está también el pueblo indígena Lule Vilela. Son 816 familias que se autoabastecen y crían ganado en un territorio de 75.000 hectáreas pretendido por gobierno y terratenientes para ampliar el desierto sojero.

Guerra declarada, 1 año después

En agosto José Cuellar –cuñado de Cristian- había sido detenido sin causa por la policía de Monte Quemado, el municipio más cercano (a 60 kilómetros). En septiembre, la radio Pajsachama (del MOCASE) había sido atacada y destruida con bombas molotov. La quema de ranchos y pertenencias, denunciada por el MOCASE, se venía convirtiendo en costumbre cotidiana.

El problema no es estrictamente santiagueño, a poco que se recuerde que se está por cumplir un año, el 23 de noviembre, de la represión y quema de 16 ranchos de los qom en Formosa, episodio en el que la policía mató al qom Roberto López. La semana pasada los indígenas de la comunidad La Primavera volvieron a ser agredidos: un hijo y un nieto de Félix Díaz fueron baleados, con menos puntería.

Tampoco se trata de una casualidad, sino de algo sistemático. El MOCASE viene plantándose hace 21 años como organización campesina, sufriendo toda clase de represiones en toda clase de gobiernos. (Ver nota relacionada: La peste soja. Viaje al corazón del MOCASE)

Adicción

La adicción económica y política al modelo sojero es el trasfondo de estos crímenes que violan leyes, constituciones, tratados internacionales y, sobre todo, vidas. Una curiosidad: el desmonte en los parajes santiagueños–según denunció el MOCASE- fue autorizado por la Dirección de Bosques y Fauna provincial. La asamblea de San Antonio iba a denunciar a esa Dirección.

Esta “normalidad” provincial provocó que el MOCASE (que ha tenido acuerdos con ciertas políticas del oficialismo nacional) saliera a cortar rutas como la 34, el año pasado, en demanda de que se le reconozcan la tierra que ocupan, de justicia, y de fin de los atropellos todos temas ignorados por la autodenominada prensa nacional. Aquella vez el corte duró más de un mes.

Cristian será enterrado este 18 de noviembre. Tenía un hijito de 2 años. Era de los que había decidido quedarse en su tierra. Su asesino aún no había sido apresado. Orellana dice: “Tenemos que organizarnos para que no nos sigan matando, y la tierra sea nuestra”.

Fuente: La Vaca

 

 

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Argentina: ¿Quién mató a Cristian Ferreyra?

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Miércoles 23 de Noviembre de 2011

El asesinato del militante del movimiento campesino incita a interrogarse por sus responsables, mucho más allá de los sicarios enviados a materializar el hecho. Instituciones políticas y poderes fácticos se encuentran sospechados. ¿Qué pasa en los medios cuando los hechos desmienten las líneas editoriales?

El miércoles 16 de noviembre, al mediodía, nació en una clínica porteña Amparo, hija del gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, y de su esposa la Dra. Claudia Ledesma Abdala. Amparito vino al mundo a través de un parto natural, con un peso de 2,8 kilos, está sana y rumbo a cumplir su primera semana de vida.

Mientras Amparo gritaba al tragar oxígeno ambiente por primera vez en esa sala llena de gente desconocida, a unos 1150 kilómetros de la clínica, otro grito se oía como un rugido que cruzaba el monte santiagueño. Era la voz de Cristian Ferreyra, de 25 años, que se apagaba de repente y abandonaba el mundo dejando ese silencio insoportablemente ruidoso que trae una muerte injusta. Era asesinado a manos de dos matones enviados por el terrateniente José Ciccioli, empresario ligado a los agronegocios de la provincia norteña.

Los sicarios enviados por Ciccioli conocían a Cristian, entre ellos estaba el autor material del asesinato, Javier Juárez. “¿Quién te crees que sos?”, lo increparon. Cristian no dudó, como no lo había hecho durante los años de militancia en el Movimiento Campesino de Santiago del Estero – Vía Campesina (MOCASE-VC) y contestó con una frase que no dejaba lugar a dudas: “Somos los dueños de esta tierra, aquí vivimos, ustedes quiénes se creen”.

Los ojos desorientados de Juárez se encontraron con los ojos serenos de Cristian y fue tanto el miedo que sintió el primero, que echó mano a su arma y le disparó a sangre fría, frente a su mujer, frente a su tío y frente a su hijo. La sangre de otro luchador de las causas justas se perdía por las grietas del piso seco y duro de Santiago.

Cristian Ferreyra era un militante que sobresalía dentro del MOCASE-VC, la organización que desde hace dos décadas denuncia las amenazas, agresiones y asesinatos que genera el avance del monocultivo sojero, el desmonte irresponsable de los bosques nativos y el destierro de miles de familias a las que el apetito voraz de los agronegocios somete hace ya varios años.

El tratamiento de los medios de comunicación

Si hay algo que puede contrarrestar la invisibilidad que tienen estos hechos violentos en las provincias afectadas por las prácticas de estas “guardias blancas”, son los medios de comunicación. La respuesta de los medios de organizaciones sociales y movimientos populares que proliferan en la red no tardó nada en hacerse eco del crimen cometido.

Sin embargo, como cada vez más frecuentemente suele pasar, algunos medios no tuvieron los mismos reflejos. Tal es el caso de la agencia Télam y el diario Página/12 que tuvieron distintas maneras de abordar la noticia, pero compartieron un patrón especifico: no nombraban autoridades gubernamentales en sus textos. En el caso de la agencia nacional de noticias, se sabe, a través de sus propios trabajadores, que la censura es cada vez más asfixiante. Esta optó por enviar un cable en que la voz policial era la única fuente citada, por supuesto, muy lejos de la realidad que horas después ya nadie podría negar.

El camino que siguió la cobertura del asesinato en el diario Página/12, tuvo otras aristas igual de vergonzosas. El relato se puede leer en la nota que Marcha publica al respecto.

Los otros medios nacionales estaban muy preocupados en cultivar el morbo que provocó la aparición sin vida del cuerpo de Tomas, un niño de 9 años que ilustró con su cara la portada de todos los matutinos y sitios web.

El rol de las instituciones y los anillos de responsabilidades

En la provincia de Santiago, el Gobernador Zamora ganó las elecciones con un 82% de los votos, y declaró a ese estado “Capital del kirchnerismo” demostrando así, más allá de su identificación radical, un clarísimo apoyo a la gestión y el proyecto de la Presidenta Cristina Fernández.

Esta sintonía e identificación política entre el Ejecutivo provincial y el nacional es un espejo de la afinidad que tienen en cuanto al modelo agrícola que profesan. La soja les deja grandes ganancias económicas a ambos gobiernos, y para que eso suceda y el suelo se venda, se siembre y se coseche, hay que destruir un obstáculo que lleva ahí centenares de años: los campesinos indígenas. Para “eliminarlos” han tenido que elaborar una red de complicidades y corrupción que ya no es noticia para nadie. El poder judicial, el gobierno provincial y el poder ejecutivo nacional no pueden desconocer la situación en la que se encuentran las familias que allí viven, y de la cuales varias, seguramente, votaron y engordaron el 54% que llevó a la reelección a la Presidenta.

El gobierno nacional se propone aumentar a 160 millones de toneladas la cosecha de granos para el año 2020, y eso, claro está, sólo es posible con más terreno en donde sembrar soja, la niña bonita de los commodities y uno de los grandes negocios de la exportación argentina. La pregunta es ¿a cambio de qué? O mejor dicho ¿a cambio de quiénes? Porque mientras la frontera sojera avanza, cientos de comunidades retroceden y miles de familias que habitan esos terrenos -muchos de estos son grandes bosques nativos que no tienen recuperación alguna- son expulsadas.

El destierro de estas comunidades sólo es posible con la complicidad de la autoridades municipales, la ceguera de la justicia provincial, la corrupción del gobierno provincial (que debería bregar por los derechos de estos pobladores) y el silencio del gobierno nacional, no solamente con respecto a esta ultima muerte, sino en torno a una situación que se viene repitiendo desde hace años.

Fuente: Marcha

 

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Argentina: Rueda de Prensa caso Frerreyra

Miércoles 22 de noviembre de 2011

9.30hs, Teatro La Máscara, Piedras 736 C.A.B.A

semillaLos convocamos a la conferencia de prensa, que realizaremos en el teatro La Máscara a las 9:30 horas del miércoles para expresar nuestra voz sobre los sucesos en relación con el asesinato del compañero Cristian Ferreyra y las próximas acciones del M.N.C.I.

A una semana del asesinato se ha detenido a los autores materiales del hecho y el empresario Ciccioli está detenido en los Juzgados de Santiago del Estero. Además, el poder ejecutivo provincial ha decretado el cese de los desmontes por 6 meses. Pero nuestra lucha no concluye. Nuestros planteos como M.N.C.I. son:

Por Justicia y Castigo a los responsables materiales e intelectuales del asesinato de Cristian

Por la investigación a la policia de Monte Quemado y juicio político al juez Fringes Sarria de Monte Quemado, quien desde hace meses recibió nuestras denuncias sobre bandas armadas y nunca actuó al respecto.

Para que asuma las responsabilidades políticas el gobierno de Zamora, principalmente el Ministro de la Producción, Luis Parano Gelid, cuyo ministerio aprueba planes de desmonte de este tipo y promueve la instalación de empresarios en territorios campesinos e indígenas, el Ministro de Justicia Ricardo Daives y el Ministro de Gobernación Emilio E. Neder, por la complicidad demostrada por el poder judicial y la policia con empresarios y asesinos.

Por el cumplimiento efectivo de los siete compromisos del gobernador con las organizaciones campesinas y los pueblos originarios, firmados hace más de un año y sin ninguna operativización hasta el momento

Para que una Comisión Nacional de Verificación, formada por diputados de todos los sectores políticos, verifique la presencia de bandas armadas al servicio de los empresarios y la gravedad de los conflictos de tierra con una escalada de violencia en la provincia e intime al gobierno a actuar de inmediato.

Para que se de tratamiento parlamentario a la nueva ley contra los desalojos y por la función social de la tierra que se ha construido desde las organizaciones campesinas indígenas del país.

¡NOS SEGUIMOS ENCONTRANDO EN LA LUCHA, CRISTIAN FERREYRA PRESENTE!

NI UN METRO MÁS, LA TIERRA ES NUESTRA

SOMOS TIERRA PARA ALIMENTAR A LOS PUEBLOS

Contactos:

Santiago 011 15 66465136

Catalina 011 15 66465696

COMUNICACIÓN, ADHESIONES Y CONTACTO

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Ecuador: «Tierra Urgente» nuevo libro del SIPAE sobre la temática de concentración y demanda de Políticas Públicas para la redistribución de Tierras en el País

Miércoles 23 de Noviembre de 2011

portada_libro_tierraEl Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria del Ecuador – SIPAE, acaba de publicar el libro: “TIERRA URGENTE” en un trabajo editorial coordinado por Francisco Hidalgo y Michel Laforge, en un esfuerzo conjunto de SIPAE y Ediciones La Tierra, bajo auspicio de Oxfam.

Los contenidos del libro están separados en tres secciones: la primera “Perspectivas”, que incorpora artículos sobre trayectoria histórica y situación presente, nacional y mundial, y cuenta con artículos de Jorge Nuñez, Frank Brassel y Pablo Ospina; la segunda sección es “Alternativas a la inequidad”, que incorpora artículos que fundamentan la condición de inequidad en la estructura de tenencia de la tierra en el Ecuador actual y a la par presenta propuestas alternativas en el debate sobre límites a la tenencia, cumplimiento de función social y ambiental, aquí están artículos de Marcela Alvarado, Anais Vandecandelaere, Michel Laforge, Judith Flores y Laureano del Castillo; una tercera sección aborda el “Debate político y jurídico”, donde se discute respecto de políticas públicas de redistribución de tierras, nueva ley de tierras, en el marco de los preceptos de la nueva constitución de Ecuador, escriben Francisco Hidalgo, Fernando Buendia, Carlos Pastor y Adrian Cornejo.

El evento de presentación pública de “Tierra Urgente” se realizará el próximo 30 de noviembre, a las 18h30, en el marco de la realización de la Feria del Libro de la Ciudad, en el Centro de Exposiciones Quito.

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Paraguay: Sobre Situación de Presupuesto Social

Martes 22 de Noviembre de 2011

Hoy 22 de noviembre, las integrantes de la Conducción Política de la Coordinadora de Mujeres de la CLOC/Vía Campesina Paraguay, expresan su disconformidad y repudian la actitud parlamentaria en relación al recorte del Presupuesto Social para el año 2012, y consideramos:

Que la falta de presupuesto social es una de las principales trabas para avanzar en el acceso a los derechos humanos de la mayoría de la población paraguaya que se encuentra en situación de pobreza media y extrema pobreza, sobre todo para las personas que viven en el campo, las cuales cada día se encuentran más aisladas y obligadas a migrar.

Es una falta a sus funciones parlamentarias el dejar fuera del presupuesto componentes tan importantes del gasto social, al tiempo que priorizan sus aumentos de rubros como los viáticos y combustibles de manera a seguir en la opulencia a costa del sufrimiento del pueblo. Esto demuestra que para estos parlamentarios el Estado sigue constituyendo una herramienta del prebendarismo que privilegia a una minoría.

Ante este escenario, exigimos a la Congreso Nacional un apropiado estudio y tratamiento al Presupuesto Social; que actúen con conciencia, sensibilidad social y espíritu patriótico, ya que en ellos está la oportunidad histórica de demostrar su preocupación por el pueblo y de velar por sus intereses.

Especialmente, nos aflige que el gasto social sufra estas mutilaciones porque afectan a la mayoría de la población pobre; en particular las mujeres, pues se avizoran más prácticas de exclusión: ellas cargan con todo el peso del cuidado de familiares enfermos, de niños, y de personas dependientes. Por lo tanto, consideremos fundamental que el presupuesto para la Atención Primaria a la Salud (APS), sea respetado a plenitud, ya que beneficia de manera sustancial a la prevención y atención de la salud de forma integral. Queremos recordarles que las unidades de APS están instaladas en diversos lugares donde antes el Estado y su política de salud estaban ausentes.

También consideramos que es fundamental realizar un estudio a profundidad de los recursos de Itaipú y Yasyretã, para que sean destinados a los gastos sociales y no para seguir financiando privilegios particulares de los corruptos de siempre y los de nueva camada.

Por último, instamos a la ciudadanía a estar vigilantes del resultado de los estudios en el Parlamento, de forma a seguir defendiendo nuestros derechos conquistados, y que de no ser así, salgamos a las calles en protesta contra la cúpula oligárquica que se apropia de lo que debe ser bien común de todos y todas.

¡Globalicemos la lucha! ¡Globalicemos la esperanza!

 

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Paraguay: Harán acciones contra la violencia hacia las mujeres

Martes 22 de Noviembre de 2011

Referentes de la CLOC y La Vía Campesina Paraguay tienen previsto organizar una jornada de incidencia ciudadana el viernes 25 de noviembre, en que se evoca el 30° aniversario de la declaración del día mundial contra la violencia hacia las mujeres.

Los objetivos de la movilización apuntan a concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de una vida sin violencia para las mujeres, incidir en el aumento de políticas públicas de prevención y atención a la violencia de género en las zonas rurales y que la ciudadanía asuma el papel de vigilancia ante las instancias públicas responsables de garantizar respuestas adecuadas a las mujeres que sufren de esta clase de situaciones, las que pueden, incluso, llegar a ser extremas.

Se prevé que el itinerario empiece en la plaza Italia, con una marcha de donde se partirá a las 8 de la mañana; la primera parada será frente a la Fiscalía General de la República y se llegará hasta el Palacio de Justicia, donde se tendrá como acto central el 2° Foro Abierto contra la injustica e impunidad en que se encuentran los procesos de denuncias por maltrato y violencia de todo tipo, elevadas por muchas mujeres en nuestro país.

Cabe destacar que el jueves 24 de noviembre los integrantes de la CLOC/Vía Campesina Paraguay estarán impulsando espacios de formación tales como cursos, talleres y seminarios, al interior de sus organizaciones para debatir sobre este flagelo y proponer líneas de acción.

Para la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) y La Vía Campesina Paraguay –cuyos miembros son la Coordinadora Nacional de Organizaciones de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas (Conamuri), el Movimiento Agrario y Popular (MAP), la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (MCNOC), el Movimiento Campesino Paraguayo (MCP), la Organización de Lucha por la Tierra (OLT) y la Organización Nacional de Aborígenes Independientes (ONAI)– es fundamental visibilizar y cuestionar la violencia de género que está vigente en nuestra sociedad, como una condición imprescindible para avanzar hacia la transformación social.


 

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Venezuela: Asesinan a un integrante de la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora

Martes 22 de Noviembre de 2011
En el estado Barinas fue asesinado la noche de este viernes nuestro compañero de militancia Rolando Brizuela, uno de los líderes del asentamiento “La Arenosa” en la ciudad de Barinas.Rolando fue uno de los máximos dirigentes de este asentamiento urbano, el cual desde sus orígenes enfrentó las amenazas del Sindicato de la Construcción de Barinas, quienes mediante presiones de diverso tipo ha amenazado a los dirigentes y pobladores del asentamiento con el fin de controlar el negocio de las construcción de las viviendas definitivas de estas familias.

Hace unos pocos meses Rolando fue detenidos por la policía DESUR del estado Barinas sin provocación alguna y le fue ”sembrada droga” con el fin de encarcelarlo y deslegitimarlo como dirigente social.

La Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora hizo la denuncia cuando estos hechos y denunció la campaña de hostigamiento tanto del Sindicato de la Construcción como de sectores de la Policía de Barinas que en conjunto han amedrentado a los dirigentes y pobladores del asentamiento urbano “La Arenosa”.

Hace dos años fue asesinado otro dirigente de “La Arenosa”, Ángel Barrios, quien también sufrió las amenazas del Sindicato de la Construcción de Barinas, su muerte sigue en la impunidad.

Rolando fue asesinado este viernes 17 de noviembre, su padre reconocido líder popular en el estado Barinas, su hermana delegada del PSUV de Barinas, su madre activa dirigente social del sector Independencia y sus hermanos comprometidos deportistas, más todos quienes integramos la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora no descansaremos hasta lograr justicia y seguiremos construyendo Revolución en el asentamiento “La Arenosa”.

La lucha de Rolando no será vencida por quienes bajo vestimentas rojas hacen la Contrarrevolución. El pueblo los conoce por sus actos. Nosotros seguiremos rodilla en tierra haciendo Revolución cueste lo que cueste. ¡Rolando Brizuela seguirás presente en nuestras luchas… Venceremos!

Prensa CRBZ

 

 

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Vía Campesina en la COP17, en Durban: la Agricultura Industrial calienta el planeta. Los campesinos lo enfrían

(Maputo, 18 de Noviembre, 2011) – El Movimiento Internacional campesino La Vía Campesina estará en la 17ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se celebrará en Durban, Sudáfrica del 28 de noviembre al 9 de diciembre 2011. Más de 200 campesinos, mujeres y hombres de África, Europa, Latinoamérica y Caribe representarán a millones de pequeños productores de todo el mundo que practican la agroecología para detener el calentamiento de la Tierra.

En Durban, los miembros de La Via Campesina denunciaremos el modelo de agricultura industrial como una de las principales causas del cambio climático. Además expondremos las agresivas tácticas mundiales del agronegocio de la apropiación de la tierra que provoca el desplazamiento en masa de pueblos para la producción en monocultivo.

En general, los campesinos combaten las falsas alternativas al cambio climático, como las plantaciones de monocultivo, los mecanismos REDD, los mercados de carbono del suelo y los también llamados “Agricultura climáticamente inteligente”, que en lugar de solucionar la crisis climática contribuyen al calentamiento del planeta.

En Durban, LVC participará en el Día de la Acción Global el 3 de diciembre, para pedir justicia social y climática. El 5 de diciembre, todos los movimientos campesinos africanos celebrarán el Día de la Agroecología y la Soberanía Alimentaria para el enfriamiento de la Tierra, un acto simbólico para exigir el respeto por la causa campesina en el mundo.

Encuentro con la prensa

3 de diciembre

Día Mundial de la Acción, durante las manifestaciones, en el punto de salida de la marcha

5 de diciembre, 09h30

Rueda de prensa – en el ICC (Centro de Convenciones Internacionales) en Durban, sala de prensa

6 de diciembre, 15h

Rueda de prensa abierta con los Aliados Vía Campesina (Lugar por confirmar)

Contactos para la prensa

Boaventura Monjane, boa.monjane@viacampesina.org

Teléfono local: 0027 – (0)736509229 (a partir del 28 de noviembre)

Cassia Bechara cassia@mst.org.br

 

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Los campesinos y campesinas se movilizan para encontrar soluciones frente al acaparamiento de tierras

Sélingué, Mali, 17 de noviembre de 2011 – Más de 250 persona, principalmente representantes de organizaciones de campesinos de treinta países distintos, se han reunido hoy en Nyéléni, un centro de formación en agroecología construido en una zona rural cerca de Sélingué, en Mali, para participar en la primera Conferencia internacional de campesinos y campesinas para detener el acaparamiento de tierras. Nyéléni es un lugar simbólico, porque la primera conferencia internacional sobre soberanía alimentaria se celebró allí en 2007. Durante tres días, del 17 al 20 de noviembre, los participantes en la conferencia están intercambiando sus experiencias y creando alianzas para detener el acaparamiento global de tierras

El acaparamiento de tierras está teniendo lugar en todas partes, haciendo que la lucha diaria por la supervivencia de comunidades rurales se vuelva cada día más difícil. Los derechos los campesinos y campesinas, así como de pastores trashumantes, pescadores artesanales y comunidades indígenas, están siendo violados constantemente y sus territorios están cada vez más militarizados. La producción de alimentos a pequeña escala está siendo sustituida por grandes plantaciones de monocultivo para la exportación y los productores locales se quedan sin tierra, sin trabajo y sin comida. Por eso las organizaciones de campesinos decidieron movilizarse en conjunto contra este problema y crear un espacio para intercambiar experiencias y encontrar soluciones comunes.

En la ceremonia de apertura, Ibrahima Coulibaly, presidente de la CNOP (Confederación Nacional de Organizaciones de Campesinos) de Mali, ha declarado: “La tierra pertenece a las comunidades locales y así ha sido durante generaciones. Ahora, los gobiernos están echando a los campesinos y campesinas de sus tierras. Es inaceptable. Es una denegación de derechos históricos, derechos que existen desde hace cientos de años, mientras que muchos estados solo existen desde la década de los sesenta. Esto demuestra hasta qué punto están los políticos alejados de la gente. La situación es muy grave, por eso estamos aquí. Tenemos la posibilidad, en estos tres días, de sentarnos juntos, llegar a un punto de entendimiento común y encontrar soluciones.”

Desde que la crisis financiera y alimentaria global estalló en 2008, gobiernos y empresas privadas han adquirido cada vez más zonas de tierra fértil en países extranjeros por todo el mundo. Más de sesenta países se han convertido en el objetivo de cientos de empresas privadas y docenas de gobiernos. Esta “fiebre de la tierra” internacional afecta al menos a treinta millones de hectáreas solamente en África.

Durante los debates iniciales, los participantes han compartido sus experiencias y han presentado una imagen poliédrica del acaparamiento de tierras. Por una parte, han coincidido en que el acaparamiento de tierras no es un fenómeno completamente nuevo, ya que muchos países la sufrieron durante el colonialismo y en algunos sitios todavía persisten sistemas legales de la época de las colonias. Por otra parte, han apuntado que el acaparamiento puede adoptar distintas formas. A veces la llevan a cabo estados y otras veces empresas transnacionales. Se hacen acaparamiento de tierra para producir alimentos para su exportación, para producir agrocombustibles, acaparamientos de tierra para minería u otros grandes proyectos de infraestructura, acaparamiento de tierras periurbanas, etc. Incluso a nivel local, los dirigentes y jefes de comunidad se apropian de tierras. También hay mecanismos dentro de las familias y comunidades que resultan en acaparamiento de tierras, como por ejemplo el hecho de que los hombres nieguen a las mujeres el acceso a la tierra, la extendida discriminación contra jóvenes campesinos y mujeres campesinas y las apropiaciones de tierras practicadas por élites locales.

En África, el 80% de la población lo conforman familias de agricultores a pequeña escala y aunque puede que sus medios de producción sean rudimentarios, ya que muchos de ellos ni siquiera son dueños de un arado, son capaces de alimentar a la mayoría de la gente. Como los acaparamientos de tierras expulsan a los pequeños agricultores y a los pastores trashumantes de sus tierras, socavan de manera directa la soberanía alimentaria.

“Cuando perdemos la tierra perdemos nuestra cultura, nuestras comunidades y nuestro conocimiento. La tierra lo es todo para nosotros,” ha declarado un campesino de Senegal. Otros campesinos y campesinas intercambiaron testimonios sobre luchas locales y expropiación de comunidades por África y por todo el mundo. “Se está criminalizando a los campesinos. A muchos de nosotros nos meten en la cárcel solo porque estamos intentando salvar nuestra tierra y nuestra forma de vida”, ha añadido un campesino de Indonesia. “Más de cincuenta compañeros y compañeras murieron el año pasado defendiendo sus tierras. A día de hoy, nuestros territorios están completamente militarizados”, ha dicho un campesino de Honduras refiriéndose a la lucha de las comunidades locales en Bajo Aguán.

Aquí en Mali, unas 800 000 hectáreas de tierra han sido arrendadas o estan en proceso de negociación para serlo. Un campesino de Kolongo, en la región de Ségou, donde dos inversores han acaparado la tierra de las gentes, ha explicado su experiencia: “Hemos vivido en nuestros pueblos durante cientos de años, pero nadie vino a informarnos sobre estos proyectos. Entonces un día apareció una máquina y empezó a excavar. Nos dieron un papel que no pudimos leer. Así que tuvimos que enseñárselo a alguien que pudiera decirnos lo que ponía. El papel decía que debíamos abandonar nuestra tierra y nuestras granjas. Entonces empezaron a construir un canal. Desenterraron un cementerio, nos robaron nuestra cosecha y arruinaron nuestra tierra. Organizamos un foro en Kolongo hace un año y todavía seguimos luchando por nuestros derechos, pero estamos sufriendo mucho.”

Una campesina de Níger, donde diferentes inversores extranjeros han estado acaparando tierras, se ha levantado y ha declarado: “Estamos encantados de estar aquí hoy. En nuestros pueblos tenemos problemas muy serios. Los proyectos se llevaron nuestras tierras, así que ya no podemos producir alimentos. Debido a la lucha, algunos de los nuestros están en la cárcel y yo misma he sufrido un aborto después de que me golpeasen. Hemos tenido incluso que mandar a nuestros hijos y hijas a otros sitios, porque no hay comida. Ahora no tenemos felicidad, pero estamos luchando por nuestro futuro y por las generaciones venideras. Hemos venido a esta conferencia porque esperamos luchar juntos.”

Comunidades de campesinos y campesinas y pastores trashumantes son expulsadas de sus tierras a diario. Al mismo tiempo, se desarrollan en todas partes nuevas soluciones y formas de resistencia para detener este acaparamiento masivo de tierras. En Senegal, organizaciones de campesinos, movimientos sociales, ONG y grupos pro-derechos humanos han organizado un comité de vigilancia y alerta para avisar a todos los agentes de la sociedad civil, a periodistas y a las personas encargadas de la toma de decisiones cada vez que un nuevo caso de acaparamiento de tierras amenaza con producirse.

Los participantes han coincidido en que esta lucha para detener el acaparamiento de tierras es también una lucha para detener la mercantilización de semillas, agua y conocimiento que se produce hoy en día y para apoyar a las familias de agricultores a pequeña escala. Paul Nicholson, uno de los dirigentes de La Via Campesina, ha declarado: “Algunos dicen que el acaparamiento de tierras está modernizando la agricultura y que es la única solución para reducir el hambre. Eso no es cierto, lo que necesitamos es soberanía alimentaria. Tenemos que luchar por nuestro modelo agroecológico y necesitamos políticas que apoyen a las familias de campesinos y campesinas en todas partes. Es urgente llevar a cabo una reforma agraria en todo el mundo.”

Noticias de Via Campesina

Contacto para la prensa: +223 60351445

 

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