La CLOC/La Vía Campesina Centroamérica se solidariza con el Comité de Unidad Campesina CUC en Guatemala tras la permanente violencia estructural que viven las comunidades campesinas e indígenas y la persecución, criminalización y asesinato de defensores de los Derechos Campesinos.
Lamentamos que una vez más, las organizaciones del campo en este país se encuentren enlutadas debido a las viles agresiones y muerte a sus militantes; acciones que buscan el amedrentamiento y la zozobra de las familias organizadas.
Hacemos eco a nuestra organización hermana CUC, de exigir a las instituciones correspondientes del Estado de Guatemala, realizar las investigaciones pertinentes y la condena que corresponda a los culpables de la muerte de José Alberto Domingo, y la arremetida contra la vida de los compañeros Marcelo y Gustavo Yaxón el pasado 5 de junio.
Nos convocamos a organizar la Misión Internacional de Solidaridad CLOC/LVC con Guatemala a fin de dar seguimiento y acompañamiento in situ a las denuncias del Comité de Unidad Campesina-CUC a raíz de los recientes acontecimientos.
Declaración Política y de solidaridad en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente
(Bagnolet, Junio 5 de 2024) Ante una crisis climática y ambiental sin precedentes que afecta a países como Brasil, Ecuador, Uruguay, Argentina, Kenia, Tanzania, Afganistán, Francia, Tailandia e Indonesia, entre otros, con olas de calor, lluvias intensas e inundaciones, La Vía Campesina advierte sobre los responsables y hace un llamado a la solidaridad internacional urgente y a una respuesta concertada basada en soluciones lideradas por los pueblos.
LA TRAGEDIA ANUNCIADA
Estudios científicos recientes han revelado que el calor abrasador que azotó Asia y el Medio Oriente a finales de abril, similar a las intensas olas de calor del año pasado, fue 45 veces más probable en ciertas áreas del continente debido al cambio climático inducido por la actividad humana. Durante este periodo, se sintieron temperaturas elevadas en amplias regiones de Asia, desde Gaza en el oeste —donde más de 2 millones de personas enfrentan escasez de agua potable, atención médica insuficiente y otras necesidades esenciales en medio de los continuos ataques aéreos israelíes— hasta Filipinas en el sureste. También en Tailandia, las olas de calor están destruyendo cultivos y tierras campesinas. Los recursos hídricos se están agotando y los días extremadamente calurosos hacen peligroso para los campesinos trabajar en el campo debido al riesgo de insolación. Consecuentemente, tormentas y enormes inundaciones alcanzaron la provincia de Narathiwat en la región del sur profundo de Tailandia en diciembre de 2023, causando la tormenta más fuerte de los últimos 50 años. Muchas partes del continente experimentaron días consecutivos con temperaturas que superaron los 40 grados Celsius.
La Organización Meteorológica Mundial de la ONU y la agencia climática de la Unión Europea, Copernicus, informaron que Europa se está calentando al doble de la velocidad de otros continentes, con un aumento del 30% en las muertes relacionadas con el calor en los últimos 20 años. Este rápido calentamiento afecta más a lxs campesinxs, que luchan contra las sequías, inundaciones y pérdidas de cultivos. Las temperaturas oceánicas más altas de lo normal están causando un aumento en la evaporación, resultando en más lluvias e inundaciones devastadoras en todo el continente. Esto es evidente en Alemania, el norte de Italia, el centro de Inglaterra y Eslovenia, donde las lluvias intensas han provocado inundaciones significativas. En Francia, el contraste es marcado: el sureste sufre de una sequía severa, mientras que el norte enfrenta inundaciones devastadoras. Las falsas soluciones del agronegocio, como los proyectos de mega-balsas, empeoran estas condiciones al monopolizar tierras y recursos hídricos.
Las fuertes lluvias que han inundado Afganistán, Brasil, Burundi, Kenia, Tailandia, Indonesia, algunas partes de Tanzania y muchos países de Europa también son de naturaleza sin precedentes. Mientras que algunos informes atribuyen esto a la Oscilación del Sur del fenómeno de El Niño (ENSO) y lo consideran un acontecimiento natural que ha ocurrido durante siglos, los informes científicos han revelado que un clima más cálido puede contribuir a un aumento en la frecuencia e intensidad del fenómeno de El Niño. Los impactos pueden ser significativos a niveles regionales. En América Central, El Niño provoca lluvias excesivas a lo largo de las costas del Caribe, mientras que las costas del Pacífico permanecen secas. Las lluvias aumentan en las costas de Ecuador, la parte norte de Perú y las zonas del sur de Chile. Los países de África Oriental también experimentan lluvias excesivas con una intensidad aumentada debido al empeoramiento del cambio climático.
Los países del Sur Global, que ya están lidiando con una deuda severa, no tienen los recursos necesarios para responder y adaptarse adecuadamente a estas crisis que afectan principalmente a la clase trabajadora y al campesinado, quienes también sufren de malas condiciones laborales, viviendas inadecuadas y acceso limitado a la salud. Estas catástrofes también representan un gran riesgo para la soberanía alimentaria de los territorios, empujando a más personas a la pobreza extrema y el hambre. Las economías industrializadas y ricas que crearon estas crisis siguen sin querer reconocer su responsabilidad y proporcionar los recursos y capacidades necesarios a los países del Sur.
¡EL AGRONEGOCIO, EL EXTRACTIVISMO Y LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES, JUNTO CON SUS BANCOS, SON LOS PRINCIPALES CULPABLES!
El agronegocio y el extractivismo mineral son los principales culpables de la crisis, ya que las altas tasas de deforestación, el acaparamiento de tierras, la pérdida de biodiversidad y la menor capacidad de absorción de los suelos exacerban la crisis ambiental y climática. Asi como la utilizacion de agrotoxicos que matam toda biodiversidad y contribuyen para el desquilibrio de las lluvias.
El capitalismo financiero que con sus bancos dominan el mundo y el sistema alimentario industrial dominado por las grandes empresas transnacionales del norte global,son los principales impulsores del cambio climático, con el agronegocio ahora representando más de un tercio de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
La industria belica del norte global promueve conflitos armados, para poder vender armas, y sustener sus tasas de ganancia, mientras las guerras afectan directamente nuestros ecosistemas y ambiente, ademas de matar a millares de ser humanos. Acabemos con todas las bases militares extranjeras, agresiones y guerras !!
La crisis ambiental que enfrenta el mundo va más allá de la crisis climática y se origina en la forma en que el sistema capitalista organiza la relación entre los humanos y la naturaleza. La producción orientada al lucro explota tanto a las personas como a la naturaleza, agota los comunes y pone en peligro la supervivencia de la humanidad y la vida en el planeta.
Los capitalistas, junto con algunos gobiernos, intentan aumentar sus ganancias mediante la creación del sistema de créditos de carbono, que no cambia en absoluto la realidad ni en términos de biodiversidad ni de emisiones de gases, pero genera ilusiones al vender el oxígeno de los bosques. Una vergüenza.
¡ALERTA DE LA VIA CAMPESINA !
Frente a esta grave crisis, La Vía Campesina ha estado llamando a los estados y gobiernos, a adoptar alternativas concretas y resilientes para las poblaciones afectadas. Insiste en que la lucha contra la crisis climática debe tener voluntad política pero también asegurar que las comunidades tengan control sobre sus territorios, no las corporaciones transnacionales. Es urgente cambiar el sistema y transformar los sistemas alimentarios, identificando a los responsables y sus responsabilidades, e implementando soluciones claras como la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Campesinos (UNDROP), la Agroecología Campesina y la Soberanía Alimentaria, que crean condiciones dignas, nutrición saludable y regeneran la vida y la naturaleza.
La influencia corporativa sobre los estados, gobiernos e instituciones multilaterales que conduce a la inacción climática y el negacionismo absurdo es inaceptable a pesar de las pruebas científicas comprobadas. No podemos continuar con políticas públicas locales y globales ineficientes, implementando leyes, tratados, regulaciones y subsidios que consolidan y fortalecen el capitalismo, el sistema alimentario industrial y sus intereses corporativos.
¡SOLUCIONES REALES, NO FALSAS SOLUCIONES!
El discurso del capitalismo verde y del agronegocio sobre una agricultura inteligente frente al cambio climático, presentada como regenerativa, junto con otros mecanismos como los mercados de carbono y las soluciones basadas en la naturaleza, forma parte de una estrategia de lavado verde. Estas soluciones falsas, históricamente denunciadas por La Vía Campesina en las cumbres de la COP, han resultado en fracasos en los procesos relacionados con las COP climáticas y de biodiversidad en los últimos años y décadas, bajo la influencia del mercado y las empresas multinacionales.
La COP30 sobre el Clima en Brasil en 2025 y la CBD de septiembre de 2024 en Colombia deben marcar un cambio radical. Sin esto, estos procesos corren el riesgo de perder toda credibilidad y legitimidad. En particular, la CBD y la COP30 deben poner en el centro de su agenda la reforma agraria y el uso de la tierra, el agua y los territorios en manos de las poblaciones, al servicio de la producción de alimentos y otros bienes esenciales para la dignidad humana, y no en manos de empresas multinacionales que responden a los caprichos de los más ricos.
Las COP deben servir para encontrar soluciones claras, elaborar propuestas y alternativas al cambio climático en colaboración con los países y la comunidad científica. Estos espacios, ahora dominados por el cabildeo para la expansión de las multinacionales y la acumulación de riqueza en medio de la crisis climática, deben deshacerse de estos actores nocivos y asumir su responsabilidad histórica frente a los pueblos del mundo.
La Vía Campesina ha abogado durante mucho tiempo por soluciones reales que incluyan a lxs campesinxs, pueblos indígenas y pescadorxs, quienes son los guardianes de tierras, bosques, zonas costeras y océanos. Hemos exigido durante mucho tiempo una reforma agraria integral y políticas de uso de la tierra en los países, así como la restauración de la salud del suelo a través de prácticas agroecológicas campesinas y leyes nacionales alineadas con la UNDROP. Más que nunca, necesitamos adaptar ciudades y áreas rurales para enfrentar la crisis climática.
Es imperativo establecer programas de producción agroecológica que aseguren un aumento en la producción de alimentos saludables y en armonía con la naturaleza.
Es esencial promover medidas tributarias que impongan un mínimo del 2% a las fortunas de los multimillonarios (que representan sólo 3.000 familias) e instituir un impuesto universal sobre las ganancias de las corporaciones transnacionales. Esto permitirá la creación de un fondo global para combatir la pobreza, la desigualdad social y el cambio climático.
Estos promueven una transición justa para los campesinos y abogan por reubicaciones en la producción y el consumo de alimentos, garantizando la soberanía alimentaria y fortaleciendo las economías rurales. Arraigados en los principios de justicia climática global, continuamos luchando por reparaciones por la deuda y la injusticia históricas. Todo el financiamiento climático debe estar en manos de las comunidades (¡no de los bancos!), debe venir en forma de donaciones (¡no préstamos!) y debe priorizar tanto la adaptación como la mitigación.
Estas herramientas promueven una transición justa para lxs campesinxs y abogan por relocalizaciones en la producción y consumo de alimentos, garantizando la soberanía alimentaria y fortaleciendo las economías rurales. Basados en los principios de justicia climática global, continuamos luchando por reparaciones por la deuda histórica y la injusticia. Todo el financiamiento climático debe estar en manos de las comunidades (¡no de los bancos!), debe ser en forma de subvenciones (¡no préstamos!), y debe priorizar tanto la adaptación como la mitigación.
Vemos cómo en este sistema capitalista, las consecuencias del cambio climático prevalecen en la mayoría de los países del Sur Global, impactando principalmente a aquellxs que producen todo y poseen poco: trabajadores que viven en lugares socialmente vulnerables dentro de las ciudades, expulsados por la especulación inmobiliaria y las acciones de los estados legitimando el establecimiento de empresas y comunidades cerradas en las ubicaciones más privilegiadas. Por lo que además de problemas sociales como el hambre, la pobreza, la falta de saneamiento, la violencia armada, deben soportar también los problemas ambientales que otros generaron.
La lucha por la justicia ambiental y climática, tanto a nivel local como global, es urgente y debe convertirse en un campo de batalla para que podamos avanzar en la construcción de soluciones reales y verdaderamente efectivas que aborden los problemas ambientales y sociales traídos por el capitalismo.
Por tanto, hacemos un llamado a toda nuestra base social: campesinxs de todo el mundo, trabajadorxs urbanxs, migrantes, jóvenes, mujeres y diversidades, a organizarse y emprender luchas masivas para detener esta locura capitalista que nos conduce a la extinción. Ya estamos pagando un precio demasiado alto con la pérdida de innumerables vidas cada día.
¡La Soberanía Alimentaria enfría el planeta! ¡Derechos campesinos y agroecología campesina para una transición climática justa, YA!
[1] Declaración de las Naciones Unidas sobre Derechos Campesinos y otras personas que trabajan en zonas rurales, UNDROP.
Foto de portada: Socorro en la localidad de Pelotas, afectada por inundaciones en Rio Grande do Sul.
Comunicado Político de la Articulacion Continental de Mujeres CLOC La Via Campesina.
Nosotras, participantes de la VI Escuela de la Articulación de Mujeres de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) – La Vía Campesina, con una participación de más de 108 delegadas en representación de 18 países del continente latinoamericano, así como delegadas invitadas de organizaciones de La Vía Campesina de Canadá y Estados Unidos, queremos manifestar nuestra profunda preocupación y rechazo ante la situación actual del gobierno de Haití y la reciente decisión del gobierno de República Dominicana de limitar, sin justificación alguna, la participación de nuestras compañeras haitianas.
La VI Escuela de la Articulación de Mujeres de la CLOC – La Vía Campesina es un espacio crucial para la formación y el fortalecimiento de las mujeres campesinas en nuestra lucha por la justicia social y los derechos humanos. Este evento busca promover el intercambio de experiencias, la construcción de alianzas y el desarrollo de estrategias colectivas para enfrentar los desafíos que enfrentan nuestras comunidades. La negativa del gobierno dominicano a otorgar visas a nuestras compañeras haitianas, quienes deseaban participar activamente en esta escuela, representa un acto de exclusión y discriminación que rechazamos enérgicamente.
La crisis en Haití es alarmante. Las intervenciones extranjeras y la injerencia internacional han exacerbado la violencia, la inseguridad y la precariedad en el país, afectando gravemente a las comunidades campesinas y, de manera particular, a las mujeres. Estas crisis no son naturales ni inevitables; son el resultado de políticas neoliberales y de una lógica imperialista que busca explotar y controlar al pueblo haitiano. Las compañeras haitianas que fueron impedidas de participar en esta escuela son testigos y víctimas directas de estas dinámicas opresivas.
Una de nuestras compañeras haitianas expresó con tristeza: «Estoy muy triste porque, como haitianas, queremos vivir y participar en la escuela de mujeres de la CLOC. Sin embargo, cada vez que se realizan actividades en República Dominicana, es muy difícil para nosotras asistir debido a la política de extrema derecha que existe allí.»
Condenamos la decisión del gobierno dominicano de denegar las visas a nuestras compañeras haitianas y exigimos una explicación pública y transparente sobre esta medida injustificada. Esta acción no solo viola los derechos de participación y movilidad de nuestras compañeras, sino que también refleja una política de exclusión que busca silenciar las voces de quienes luchan por la justicia social.
Reafirmamos nuestra solidaridad con el pueblo haitiano y su lucha por la soberanía, la justicia y los derechos humanos. Es vital que la solución a los problemas en Haití sea liderada por el propio pueblo haitiano y sus movimientos sociales, sin interferencias externas que solo perpetúan la dependencia y el conflicto.
En la VI Escuela de la Articulación de Mujeres de la CLOC – La Vía Campesina, reafirmamos nuestro compromiso de seguir luchando por la justicia, la equidad y los derechos de todos los pueblos campesinos de América Latina y el Caribe.
Hacemos un llamado a todos los gobiernos de la región para que respeten los derechos de las organizaciones campesinas y faciliten su participación en espacios de diálogo y toma de decisiones. La exclusión y la discriminación no tienen cabida en nuestras luchas por un mundo más justo y equitativo.
¡Viva el pueblo haitiano y sus organizaciones campesinas!
Nosotrxs, las organizaciones y coaliciones de la sociedad civil abajo firmantes, teniendo en cuenta el genocidio que se está produciendo en Gaza desde hace más de siete meses, la población de Gaza está sufriendo una grave escasez de alimentos, un continuo descenso de los niveles de nutrición, desnutrición generalizada entre lxs niñxs y un aumento de las tasas de mortalidad debido a enfermedades causadas por el hambre y la desnutrición, junto con la dificultad de acceder a servicios médicos y sanitarios. A esto hay que añadir la contaminación ambiental derivada de la destrucción de los sistemas de alcantarillado, la incapacidad de los municipios para retirar los residuos, la presencia de miles de cadáveres bajo los escombros y la escasa respuesta humanitaria y suministro de la ayuda necesaria a lxs necesitadxs. La destrucción de la infraestructura y la escasez de combustible han provocado una interrupción significativa de los servicios de saneamiento y eliminación de desechos, lo que ha dado lugar a la propagación de desechos y aguas residuales sin métodos adecuados de eliminación. Con el aumento de las temperaturas, la propagación de enfermedades y epidemias se ha convertido en una realidad entre los palestinos del sector. Además, la Defensa Civil de Gaza sufre una grave falta de recursos, equipos y personal, lo que les impide retirar los escombros y recuperar los cuerpos.
De acuerdo con el derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos, está prohibido causar hambruna como táctica militar contra civiles. El artículo 54 del Primer Protocolo Adicional al Cuarto Convenio de Ginebra de 1977 afirma la protección de los bienes indispensables para la supervivencia de la población civil, prohibiendo el ataque, la destrucción, la sustracción o la inutilización de dichos bienes, incluidos los productos alimenticios, las zonas agrícolas, los cultivos, el ganado, las instalaciones de agua potable y las obras de riego, si el propósito es matar de hambre a la población civil u obligarla a desplazarse o por cualquier otro motivo.
Del mismo modo, el artículo 14 del Segundo Protocolo Adicional al Cuarto Convenio de Ginebra de 1977 prohíbe la inanición de civiles como método de guerra y prohíbe los ataques, la destrucción, la sustracción o la inutilización de bienes indispensables para la supervivencia de la población civil.
El artículo 6 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional establece que todo acto cometido con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal, constituye genocidio. Además, el artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales establece que toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado, incluso a una alimentación adecuada, y obliga a los Estados a adoptar las medidas apropiadas para garantizar la realización de este derecho.
El hecho de causar hambruna y destruir los recursos vitales en Gaza también viola las medidas provisionales ordenadas por la Corte Internacional de Justicia, lo que abre la posibilidad de enjuiciar a los responsables o retrasar la entrega de ayuda ante la Corte Penal Internacional. Las acciones y políticas impuestas por la ocupación israelí al pueblo de Gaza lo colocan en una posición de responsabilidad penal debido a sus acciones, que han creado condiciones como los ataques directos a instalaciones vitales o la imposición de un bloqueo para impedir que la ayuda humanitaria llegue a la población.
El Comité de Revisión de la Hambruna, en su informe de marzo de 2024, concluyó que la hambruna es probable a menos que haya un cese inmediato de las hostilidades, acceso irrestricto a alimentos, agua y medicamentos, protección de civiles y restauración de los servicios de salud, agua potable, saneamiento, energía y electricidad para la población. Desde marzo, las hostilidades contra la población civil han continuado y, a pesar de la llegada de cierta ayuda de socorro a las provincias septentrionales, sigue siendo insuficiente para hacer frente al hambre que sigue padeciendo.
Nosotrxs, lxs abajo firmantes, hacemos un llamado a las Naciones Unidas y a la Autoridad Palestina para que declaren inmediatamente a Gaza una zona afectada por la hambruna, debido a la hambruna, la contaminación ambiental y la propagación de enfermedades. Las Naciones Unidas y la Autoridad Palestina deben adoptar esta declaración y coordinar los esfuerzos globales y locales en asociación con la sociedad civil palestina para desarrollar un plan inmediato para abordar estos impactos, elevar los niveles de ayuda de emergencia para los ciudadanos del sector e impulsar la rendición de cuentas y el enjuiciamiento de la ocupación por cometer crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.
Hacemos un llamado a todas las organizaciones, movimientos, defensores de los derechos humanos y simpatizantes para que firmen esta petición para instar a las Naciones Unidas y a la Autoridad Palestina a declarar a Gaza una zona afectada por la hambruna y a tomar las medidas necesarias para proteger a sus habitantes.
¡Vivan las luchas del pueblo palestino! ¡Viva una Gaza libre y orgullosa!
Ramala, 23 de mayo de 2024
Organizaciones y movimientos firmantes:
Red de Organizaciones No Gubernamentales Palestinas (PNGO) Centro Bisan de Investigación y Desarrollo Unión de Comités de Trabajo Agrícola (UAWC) Sociedad Palestina de Socorro Médico (PMRS) Centro para la Defensa de las Libertades y los Derechos Civiles (Hurryyat) Asociación del Centro de Creatividad de Maestros Comités de Trabajo de Salud (HWC) AFKAR para el Desarrollo Educativo y Cultural Addameer apoya a los presos y asociación de derechos humanos Centro de Investigación de Tierras (LRC) La Iniciativa Palestina para la Promoción del Diálogo Global y la Democracia – MIFTAH Resistencia popular Sociedad de Mujeres Trabajadoras Palestinas para el Desarrollo (PWWSD) Coalición de Sheffield contra el apartheid israelí Campaña de Solidaridad con Palestina en Sheffield
Este libro es el resultado del sueño y del esfuerzo por sistematizar más de tres décadas de organización, lucha y acumulación del pensamiento político de las mujeres campesinas, negras, indígenas y pescadoras de América Latina y el Caribe. Es una propuesta que nace de la Articulación Continental de Mujeres de la CLOC/LVC. Allí se encuentran mujeres de organizaciones autónomas de mujeres y otras de organizaciones mixtas, y entre ellas elaboran la estrategia de acción de las luchas campesinas, indígenas y negras del continente. En este libro reivindicamos la Campaña de los 500 años de resistencia indígena, negra y popular como un momento clave en la construcción de la CLOC/Vía Campesina y de nuestro Feminismo Campesino Popular.
Fueron necesarios muchos años, diversas manos de mujeres, innumerables reuniones y encuentros, mucho estudio y debate colectivo. Las primeras ideas surgieron y se pusieron en debate en la Articulación de Mujeres de la CLOC/LVC en el año 2007, y desde entonces, fueron compilados textos de estudio interno y declaraciones de las asambleas de mujeres continentales. En el año 2015 se retoma esta idea y la necesidad de que las mujeres campesinas, negras e indígenas escribiéramos nuestra historia y nuestra síntesis política: el Feminismo Campesino Popular.
En una reunión de la Articulación Continental de Mujeres, en las tierras fértiles y revolucionarias de La Habana, Cuba, empezamos a plantear los temas a abordar y desarrollar en el libro, y nos dividimos para la escritura de las ideas, experiencias y temas para componer el libro. Fueron muchas lecturas y revisiones colectivas hasta llegar a la versión actual. Sin embargo, eso no significa que nuevos elementos y lecturas no puedan ser incluidas en la construcción del Feminismo Campesino Popular. Por el contrario, nuevas demandas sociales de las mujeres van diseñando y dando forma a este concepto en permanente construcción en los rincones de este continente de resistencias y luchas de las mujeres.
El libro fue elaborado por mujeres campesinas, indígenas, pescadoras y negras de las diferentes organizaciones que conforman la Articulación Continental de Mujeres de la CLOC/LVC, en la cual hay movimientos autoorganizados de mujeres negras, indígenas y campesinas y organizaciones mixtas. Además, fueron invitadas compañeras de otras organizaciones para escribir textos sobre temas de lucha de las mujeres de la CLOC/LVC a partir de sus vivencias en sus territorios y organizaciones. Todas estas mujeres, poseen un amplio recorrido en el trabajo organizativo de base y hoy ocupan cargos como dirigentes nacionales, regionales e internacionales en la CLOC/LVC.
La Articulación de Mujeres de la CLOC/LVC impulsó esta tarea y la construyó con gran responsabilidad política y debate colectivo. Llevó mucho tiempo, pero creemos que el resultado dará un paso importante en la sistematización de este proceso. Es un libro de nosotras para nosotras y para todos los miembros de las organizaciones de base de la CLOC/LVC, y ha sido soñado, discutido y escrito por nosotras. Pero también es un documento abierto a toda la sociedad, para conocimiento y comprensión de la construcción de un pensamiento político y de lucha de las mujeres del campo, como las demás organizaciones populares, sindicales, estudiantiles, partidos políticos y organizaciones feministas. No contamos toda la historia de las luchas de resistencia de las mujeres del campo, daría para innumerables libros, pero traemos una parte de esta construcción de más de 30 años que hacen las campesinas, indígenas, pescadoras, negras en una perspectiva revolucionaria, feminista, antiracista, antiimperialista y socialista.
Son objetivos de la Articulación de mujeres al elaborar este libro:
Poder rescatar y sistematizar la historia de lucha, resistencia y organización de las mujeres y de la constitución de la articulación continental; dar visibilidad y reconocimiento del aporte de las mujeres a las luchas indígenas, campesinas y negras del continente; viabilizar los avances del trabajo organizativo de las mujeres de la CLOC/LVC; y, por fin, sistematizar el pensamiento y el entendimiento de las propias mujeres de la CLOC/LVC sobre el Feminismo Campesino Popular.
Libro Escrito y Editado por la Articulación de mujeres dela CLOC/LVC
Este sábado 25 de mayo 2024 en el Centro de Formación Mamá Tingó CEFCAMATI, Republica Dominicana, con una simbólica mística se apertura la VI Escuela Continental de Mujeres de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo CLOC-Vía Campesina.
La Escuela es un espacio de encuentro, reflexión y acción donde las mujeres campesinas y rurales puedan compartir experiencias, adquirir conocimientos y fortalecer sus capacidades para enfrentar los desafíos que enfrentan en sus contextos locales. Se espera que este proceso formativo contribuya significativamente al fortalecimiento del movimiento de mujeres en América Latina y el Caribe, así como a la consecución de los ideales de justicia, equidad y dignidad que nos animan como organización.
La Escuela plantea los siguientes objetivos:
Fortalecer el proceso político-organizativo de la articulación de Mujeres de la CLOC-Vía Campesina
Adquirir herramientas teóricas para potenciar la organización y la formación de base de las mujeres.
Apropiar a nuestras compañeras del debate y construcción del feminismo campesino y popular en nuestras organizaciones y territorios.
Los temas que se abordarán en la Escuela están basados en el trabajo y las luchas de la CLOC-Vía Campesina:
La Vía Campesina como movimiento internacional
La Vía Campesina es un movimiento internacional de campesinos y campesinas que ha surgido como una voz vital en la lucha por la soberanía alimentaria, la justicia social y la defensa de los derechos campesinos en todo el mundo. En este tema, se explorará el recorrido histórico de la Vía Campesina, destacando sus luchas y reivindicaciones en la defensa de los derechos de las comunidades rurales.
Capitalismo, patriarcado, racismo y fascismo: violencia contra la mujer
Este tema aborda las intersecciones entre el capitalismo, el patriarcado, el racismo y el fascismo, y su impacto en la vida de las mujeres en el campo y la ciudad. Se examinarán las formas de organización y dominación que subyacen a estas estructuras, así como las diferentes manifestaciones de violencia contra las mujeres en distintos contextos sociales y culturales.
Feminismo campesino y popular
En este tema se llevará a cabo un estudio exhaustivo de las distintas corrientes del feminismo, con un enfoque especial en el feminismo campesino y popular. Se analizará el origen del feminismo como movimiento político y se explorarán las diferentes corrientes y perspectivas que han surgido a lo largo de la historia.
Pueden seguir el desarrollo de la VI Escuela Continental de Mujeres de la CLOC-Vía Campesina a través de la pagina web de la CLOC y sus redes sociales:
En esta edición de la revista digital Boletin Tierra te mostramos como el movimiento campeisno se moviliza en solidaridad con los pueblos, se articula por la Soberanía Alimentaria, prepara el camino hacia Nyéléni fortaleciendo las organizaciones através de la formación.
El 17 de abril de cada año La Vía Campesina conmemora el Día Internacional de las Luchas Campesinas para recordar la masacre de Eldorado do Carajas de 1996 y movilizarse en apoyo a las luchas de campesinos/as, comunidades rurales, comunidades indígenas y trabajadores/as rurales en todo el mundo.
En este marco, para la edición 90 del Voz Campesina contamos con la participación de Anderson Amaro, del Movimiento de Pequeños Agricultores de Brasil, el MPA, que nos recuerda la historia de la masacre a manos de la Policía Militar del estado de Pará, cuando fueron asesinados 19 campesinos y campesinas del Movimiento Sin Tierra (MST) que se movilizaban para reivindicar la reforma agraria y exigir la expropiación de tierras para la producción campesina.
También nos acompaña Leonor Honda, del Coordinador Nacional Agrario (CNA), para contarnos sobre la campaña de solidaridad que organiza el movimiento campesino junto a otros sectores populares para reclamar el fin del genocidio en Gaza.
Además escuchamos a Chavannes Baptiste de La Vía Campesina Haití sobre el contexto de ese país y la posición de las organizaciones campesinas que buscan una Solución Haitiana a la crisis.
Y por último, Adilen Roque Jaime, de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños de Cuba, nos cuenta sobre las actividades organizadas en Cuba en el marco del 65 aniversario de la Reforma Agraria.
“Con convicción, abrimos camino al Feminismo Campesino y Popular, construimos Soberanía Alimentaria y luchamos contra las crisis y la violencia«
(Republica Dominicana, 14 de mayo de 2024) Del 24 al 31 de mayo de 2024, se realizará la VI Escuela Continental de Mujeres de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, CLOC-Vía Campesina, en el Centro De Formación y Capacitación Mama Tingo (Cefcamati), en la República Dominicana.
La CLOC-Vía Campesina es una articulación de 84 organizaciones campesinas, indígenas y afrodesciendientes en 18 países de América Latina y el Caribe, ha sido una voz vital en la defensa de los derechos campesinos y la construcción de la soberanía alimentaria en el continente. En esta escuela, participarán 90 mujeres delegadas de estas organizaciones, además de delegadas invitadas de organizaciones de La Vía Campesina de Canadá y Estados Unidos.
En el contexto político actual de América Latina, nos encontramos en un momento crucial donde los movimientos sociales, en particular el movimiento campesino, juegan un papel fundamental en la lucha por la justicia social, la equidad y la defensa de los derechos de las comunidades del campo, así como en la lucha por la paz y la democracia en la región. Sin embargo, reconocemos que aún queda mucho por hacer para garantizar la plena participación y representación de las mujeres campesinas en este movimiento.
Esta VI Escuela Continental busca fortalecer el proceso organizativo de la Articulación de Mujeres de la CLOC-Vía Campesina, el debate sobre la construcción del feminismo campesino y popular, y la lucha contra todas las formas de violencia y opresión.
Contactos para la prensa: Vanessa Rodríguez +1 809 426 9601
El 12 de marzo, el primer ministro de Haití, Ariel Henry, presentó su renuncia en medio de la creciente violencia en el país. Antes de su anuncio, la Comunidad y Mercado Común del Caribe (CARICOM) se reunió a puerta cerrada para elaborar un plan de transición, que incluye la creación de un consejo presidencial y el nombramiento de un primer ministro interino. En paralelo, Estados Unidos respaldó otra intervención extranjera, prometiendo $100 millones para el despliegue de una fuerza multinacional de las Naciones Unidas en Haití.
A medida que avanza la formación del consejo presidencial, surgen preocupaciones sobre la credibilidad de sus miembros y sus lealtades políticas, especialmente al Partido Tèt Kale de Haití (PHTK), que está involucrado en la crisis actual.
El pueblo haitiano se cuestiona cómo se puede confiar en aquellos implicados en el caos para resolverlo y cómo otra intervención extranjera que socava la soberanía haitiana no fracasaría miserablemente como las intervenciones anteriores.
La crisis actual es producto de la intervención extranjera y solo puede resolverse si cesa la ingerencia extranjera y se permite a lxs haitianxs recuperar el control de su país.
Soluciones fallidas
A lo largo de su historia, Haití ha soportado una serie de intervenciones extranjeras que han erosionado su soberanía y han llevado directamente a la crisis actual. Después de la revolución haitiana de 1791, que trajo la liberación del dominio francés, Francia logró obligar a las autoridades haitianas a pagar indemnizaciones a cambio de reconocer la independencia de Haití en 1825. Esta enorme deuda, junto con sus intereses, debía pagarse durante 120 años y socavó el desarrollo económico del país durante dos siglos.
En 1915, Estados Unidos invadió y ocupó el país hasta 1934, sentando las bases de una política estadounidense sostenida para interferir violentamente en los asuntos internos de Haití y socavar la democratización. En la década de 1990, 2000 y 2010, las intervenciones de las llamadas “misiones de paz” de la ONU, así como la implementación de políticas de ajuste estructural por parte de instituciones como el Banco Mundial y el FMI, erosionaron aún más la soberanía de Haití y profundizaron su crisis.
El golpe más reciente, apoyado por potencias occidentales, vio la destitución del presidente democráticamente electo Jean-Bertrand Aristide en 2004. Después de su derrocamiento, una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU creó el Core Group, compuesto por representantes de Brasil, Canadá, la Unión Europea, Francia, Alemania, España, Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos.
Durante las últimas dos décadas, este grupo ha ejercido una fuerte influencia en los asuntos políticos y económicos de Haití. No solo ha dictado quién debería gobernar el país, sino que también ha facilitado la incursión de fuerzas militares extranjeras en Haití y ha socavado el restablecimiento de una fuerza armada nacional después de que el ejército fuera disuelto en 1995.
Al tomar estas acciones, el Core Group ha provocado una profunda crisis política, social y económica en Haití, que ha desembocado en la desmantelación del poder estatal y en el control ejercido por diversas pandillas criminales.
Estados Unidos, en particular, tiene una responsabilidad directa en la proliferación y el fortalecimiento de las pandillas, al hacer poco para abordar el tráfico de armas estadounidenses hacia el país.
Como resultado, hoy, lxs haitianxs luchan no solo contra la pobreza y el hambre, sino también contra lo que se asemeja a un “genocidio lento”.
Las pandillas criminales controlan la capital, Puerto Príncipe, y los municipios circundantes, donde dominan más del 90 por ciento del territorio. Operan con total impunidad, aterrorizando a la población a través de secuestros, violaciones, asesinatos y saqueos.
Antes del reciente aumento de la violencia, un informe de 2023 de la organización haitiana Fondasyon Je Klere (FJKL) indicó que bajo el gobierno de Henry, de julio de 2021 a abril de 2023, fueron asesinadas 2,845 personas, incluidos 84 policías. Muchos más han sido asesinados en el último año. Alrededor de 360,000 personas han sido desplazadas, incluidas más de 50,000 que han huido de la capital en los últimos meses.
La violencia ha llevado al cierre de empresas, la pérdida de empleos y el colapso económico. Incluso antes de la escalada actual de la violencia, alrededor del 58 por ciento de la población ya vivía por debajo del umbral de la pobreza, sufriendo una inflación de hasta el 50 por ciento. Las escuelas han cerrado, privando a lxs jóvenes de su derecho a la educación; los centros de salud también han tenido que cerrar sus puertas, privando a muchos de acceso a la atención médica.
Haití está lidiando también con una crisis alimentaria. Según el Programa Mundial de Alimentos, 1.4 millones de haitianxs están al borde de la hambruna. La violencia en curso ha interrumpido gravemente los canales de distribución de alimentos. Además, la escasez de combustible, los gastos crecientes y los gravámenes exorbitantes impuestos por las pandillas están aumentando los precios en el mercado.
Un factor importante en la escasez de alimentos es también la devastación de las comunidades rurales, que han sido la columna vertebral de la economía agraria de Haití. Durante mucho tiempo han enfrentado la negligencia de quienes tienen el poder, recibiendo poco apoyo para sus actividades agrícolas y servicios básicos limitados para garantizar un nivel de vida normal, ya sea agua y electricidad o salud y educación.
La práctica de asignar tierras para zonas industriales gratuitas y el cultivo de productos comerciales para la exportación ha exacerbado aún más la escasez de alimentos en Haití. Esto beneficia a corporaciones extranjeras y a las élites políticas corruptas respaldadas por Occidente.
Los despojos de tierras han empeorado en los últimos meses, ya que las pandillas han comenzado a tomar por la fuerza tierras campesinas y venderlas ilegalmente a partes interesadas. Esto ha exacerbado la situación de las comunidades rurales.
Lxs haitianxs están sumidxs en la desesperación, con sus comunidades destrozadas y sus esperanzas quebradas frente a la violencia implacable.
El camino a seguir
En este contexto, parece poco probable que el nuevo plan de transición propuesto por la CARICOM, respaldado firmemente por el Core Group y en el que participan actores relacionados con el PHTK, pueda resolver la crisis.
Intervenciones similares en el pasado han introducido liderazgos y políticas supuestamente destinadas a aliviar la crisis en Haití, solo para empeorarla. Exfuncionarios haitianos como Gérard Latortue, Michel Martelly y Ariel Henry, respaldados por las mismas entidades que ahora abogan por una nueva intervención, han permitido que la violencia de pandillas florezca; algunos incluso han establecido estrechos vínculos con estos grupos.
El pueblo haitiano recuerda los fracasos pasados y no confía en las intervenciones dirigidas por la ONU y respaldadas por Occidente, la más reciente de las cuales trajo un brote de cólera que cobró la vida de unas 10,000 personas. En consecuencia, es comprensible que la población haitiana rechace una nueva intervención extranjera y el plan de transición asociado.
Las comunidades sociales, políticas y rurales pueden desarrollar soluciones sostenibles y lideradas por haitianxs. En la transición en curso, liderada por el colegio presidencial, estos sectores importantes se encuentran marginados, con solo un asiento entre los nueve asignados para instaurar el gobierno de transición. Esta representación desequilibrada plantea una seria amenaza para la credibilidad de la administración interina.
Por lo tanto, el Frente Patriótico Popula, confluencia de diversos movimientos sociales haitianos, incluidas nuestras organizaciones campesinas y partidos políticos que abogan por un cambio genuino y la soberanía nacional, enfatiza la necesidad de que estos sectores marginados ejerzan el control sobre el Poder Ejecutivo a través de un Comité de Monitoreo Nacional durante la transición. Esto garantiza una acción efectiva sobre problemas urgentes como la inseguridad y la revitalización económica, al tiempo que sienta las bases para elecciones justas dentro del plazo estipulado de dos años.
Para abordar la violencia de manera efectiva, las fuerzas del orden deben recibir una capacitación reforzada, recibir recursos suficientes y rendir cuentas, todo ello a petición del gobierno de transición y con la atenta supervisión del propuesto Comité de Monitoreo Nacional. Es crucial mantener las instituciones delineadas en la Constitución de 1987, junto con iniciativas para fortalecer la seguridad fronteriza destinadas a combatir el tráfico ilícito de armas.
Si bien las fuerzas armadas nacionales pueden desempeñar un papel crucial en el restablecimiento de la seguridad nacional, las medidas extremas pueden empeorar el caos. Por lo tanto, es esencial un Plan Nacional de Seguridad ideado por expertxs haitianxs e implementado por el gobierno de transición, que ofrezca diversas estrategias para combatir el crimen organizado y que sea fundamental para garantizar una solución definitiva a los desafíos de seguridad de Haití.
Paralelamente, la transición debería centrarse en restablecer las instituciones de administración pública y judicial, que son vitales para lograr la paz social. Los movimientos sociales, como los que participan en el Frente Patriótico Popular y grupos similares, deberían desempeñar un papel clave en este esfuerzo para garantizar que se respeten los estándares de transparencia y gobernanza democrática. Esta transición debería allanar el camino para el establecimiento de un nuevo contrato social y un estado redefinido comprometido a servir al interés nacional.
La crisis de escasez de alimentos puede abordarse internamente apoyando a lxs agricultorxs haitianxs e invirtiendo en la agricultura haitiana. El país tiene la tierra y los recursos para alimentarse a sí mismo. En lugar de hacer que los pobres dependan de la ayuda, los recursos financieros deben destinarse a revitalizar y proteger la agricultura campesina rural y fomentar una variedad de actividades productivas, incluida la agricultura, la agrosilvicultura, la ganadería, la pesca y la artesanía.
Además, la distribución de alimentos puede garantizarse apoyando a lxs vendedorxs minoristas a pequeña escala, algunas conocidas como Madan Sara, que desempeñan un papel vital en la entrega de alimentos a los centros urbanos. Incluso en estos tiempos peligrosos, continúan desafiando rutas inseguras para proporcionar a los mercados locales bienes esenciales.
Si la comunidad internacional quiere ver resuelta la crisis haitiana, puede apoyar estos esfuerzos locales. Puede proporcionar asistencia en un asunto determinado por los propios haitianos, ya sea a través de apoyo técnico para abordar la inseguridad rampante o ayuda humanitaria para combatir el hambre a corto plazo. Lxs haitianoxs también necesitarán solidaridad y apoyo internacional para buscar reparaciones financieras por indemnizaciones injustamente impuestas en el pasado y para repeler otros intentos de violar su soberanía.
La situación del pueblo haitiano no puede ser ignorada ni trivializada; exige acción inmediata y concertada, pero la respuesta no es otra intervención extranjera. Las potencias occidentales deben honrar la soberanía haitiana y respaldar soluciones locales en lugar de imponer sus propias preferencias. La voluntad del pueblo, que soporta el peso de esta catástrofe, debe ser defendida.
Este artículo fue escrito por Doudou Pierre Festile y Micherline Islanda Aduel de La Via Campesina Haití para Al Jazeera.