Míercoles 25 de Julio de 2012
El “golpe de Estado express” que dejó fuera de la presidencia paraguaya a Fernando Lugo el pasado 22 de junio beneficia a los terratenientes y a las multinacionales que operan en el país y “de hecho no fue un golpe sólo contra el pueblo de Paraguay sino que fue un golpe contra todo el proceso de cambios progresistas que están en curso en Latinoamérica y contra el proceso de re-colonización de Estados Unidos”.
Así lo reflexionó el integrante de la Coordinación Nacional del Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra (MST), João Pedro Stédile en video entrevista realizada por el equipo de comunicación de La Vía Campesina Brasil.
“Durante estos últimos años la política de Estados Unidos ha sido intentar cercar a los gobiernos que están intentando hacer una política independiente, como el Mercosur o Venezuela”, indica Stédile. A su juicio, los motivos alegados contra Lugo en el marco del juicio político parlamentario “nadie los cree” y ello “demuestra que “las élites y las oligarquías locales no tienen vergüenza en aliarse para emplear los métodos del pasado”.
Para el economista y referente campesino, las contradicciones puestas de manifiesto por el golpe en Paraguay redundarán en un fortalecimiento de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) para defender las conquistas políticas y sociales por encima de la hegemonía de Washington.
En ese sentido, Paraguay fue suspendido de su membresía en el MERCOSUR y asimismo el aislamiento del régimen paraguayo se mantiene en forma indefinida, tras la primera reunión del Grupo de Alto Nivel de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) de seguimiento a la situación de ese país.
El grupo no tendrá ningún contacto con el gobierno de Federico Franco, producto de un juicio parlamentario que destituyó al presidente Fernando Lugo en forma sumaria, sin respetar el derecho a la defensa, según declaró el presidente del equipo de seguimiento, Salomón Lerner, citado por la agencia Prensa Latina.
En paralelo, este martes se conoció un informe estatal que revela casos emblemáticos de operaciones irregulares para acaparamiento de tierras por políticos y latifundistas, mientras se agrava la crisis de miles de familias campesinas paraguayas que reclaman parcelas para trabajar y vivir.
A lo largo de gobiernos anteriores, y especialmente durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), dirigentes políticos del Partido Colorado, que respaldó a ese régimen, y funcionarios allegados a las estructuras de poder, fueron beneficiados de esa forma.
Las denuncias de la intervención del Instituto de Desarrollo Rural y de la Tierra vuelven a salir a la luz por un proyecto presentado por Federico Franco, quien ocupa la presidencia de la República tras la destitución de Lugo y busca vender esos terrenos a sus actuales ocupantes.
El plan fue rechazado por las organizaciones campesinas, las cuales plantean la recuperación por el Estado de las tierras y su distribución entre las necesitadas familias de «carperos».