Deben reconocerse los derechos de los pueblos indígenas
(Ciudad de México, 2 de diciembre de 2010) «Los campesinos y las campesinas estamos enfriando el planeta y debemos enfriar también los ánimos privatizadores de gobiernos entreguistas y empresas depredadoras que han puesto en grave peligro el futuro de la humanidad», dijo Olegario Carrillo a nombre de La Vía Campesina.
Al finalizar la Marcha por la Vida y la Justicia Ambiental y Social, en su intervención en el mitin de las caravanas hacia Cancún, el dirigente nacional de la organisación campesina mexicana UNORCA denunció que en la COP16 se pretende legitimar el mercado de carbono y el programa REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación).
“Esos programas son mecanismo con los cuales las multinacionales pretenden avanzar en la privatización mundial de bosques, selvas y territorios y no representan otra cosa que patentes de corso para que los países ricos y las trasnacionales sigan devastando el planeta”, señaló.
Por eso demandamos —precisó—que la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas debe ser plenamente reconocida, instrumentada e integrada en las negociaciones de cambio climático.
“La mejor estrategia y acción para evitar la deforestación y degradación y proteger los bosques y la selva no es la dichosa REDD ++, sino reconocer y garantizar los derechos colectivos de las tierras y territorios”, añadió.
“No debemos olvidar que la mayoría de los bosques y selvas están en los territorios de pueblos y naciones indígenas, comunidades campesinas y tradicionales”.
“Y esos pueblos y naciones indígenas son los más indicados para velar por su preservación y uso sostenible, porque ya lo han hecho así durante siglos”.
Cambiar el modelo
Por otra parte, Carrillo afirmó que los países ricos y los sectores opulentos de cada nación “tienen que bajarle al consumo”, tienen que reducir al derroche y terminar la depredación.
“Por eso buscamos y demandamos justicia ambiental, por eso decimos que no hay que cambiar el clima sino el modelo de desarrollo, este modelo capitalista explotador que consume nuestros recursos naturales y margina a grandes grupos humanos”.
“En Cochabamba se dijo con toda claridad: el problema de fondo lo constituyen el capitalismo y la sociedad de consumo que se apoderan de los bienes naturales de pueblos y naciones, y los transforman en mercancía en beneficio de una minoría de privilegiados”.
“Así que el gravísimo problema de la crisis climática no se va a resolver sólo sustituyendo focos incandescentes con lámparas de neón”.
En conclusión: “Lo que tenemos que cambiar es el sistema”.
La propuesta
“Queremos enfatizar nuestra propuesta: la soberanía alimentaria es la alternativa de La Vía Campesina ante al capitalismo expoliador y privatizador”, prosiguió.
“La producción campesina y orgánica de autoconsumo y para el mercado local ha alimentado al mundo por milenos y debe seguir haciéndolo, basada en la generación intensiva de empleos, en la producción de fertilizantes orgánicos y composta, en el control biológico de plagas y en el vínculo estrecho productor consumidor.
Expresó que el derecho a la alimentación para todas las personas debe estar en las constituciones de los países y ser una realidad cotidiana para las familias.
Carrillo demandó a los poderes legislativos de México y el mundo la creación de leyes para frenar el calentamiento global, con mecanismos de fomento a las tecnologías de generación de energía limpia a partir del viento, el sol y el agua.
Y rechazó tajantemente la producción de agrocombustibles y el cultivo de transgénicos.