Retrato fotográfico de una comunidad campesina excelente productora de tocosh, que viene afrontando el cambio climático y la desnutrición crónica.
Desde las alturas de grandes cerros cubiertos de flores y hojas de papa, a tres horas de la cálida ciudad de Huánuco, emerge desde hace miles de años un pueblo originario protector del tocosh, medicina ancestral muy aclamada en estos días por curar la gastritis y las ulceras. Sin embargo, sus pobladores vienen sorteando los efectos del cambio climático y sus niños padeciendo de desnutrición crónica.
DEMANDA DE LA MEDICINA ANCESTRAL
Se trata de la comunidad campesina San Miguel de Llacsa, dedicada casi en su totalidad al cultivo de papa. El manejo de las diversas variedades de este milenario tubérculo, les ha permitido usarlo en casi toda su dieta alimenticia y hacer de él, por supuesto, una medicina natural.
El tocosh representa para esta comunidad la primordial fuente de ingreso económico. Casi todas las familias de la comunidad están avocadas a producirlo de la mejor manera, según como sus padres y abuelos les han enseñado. La destreza en cómo lo producen y el añoro de la población local y nacional por curarse con medicina ancestral, han convertido a este pueblo como principal abastecedor, adecuando todos sus sistemas de producción a este objetivo.
POBREZA SE AGUDIZA CON CAMBIO CLIMÁTICO
Pero la comunidad vive en exclusión y abandono. Entre sus fríos senderos, solo hay presencia del Estado a través del servicio de salud y educación. Según reportes del centro de salud local, 9 de cada 10 niños sufre de desnutrición. Y es que la producción de monocultivo de papa y la escasa producción de otros tubérculos parece no favorecer a una adecuada dieta alimenticia.
La situación se agudiza con los golpes que les viene dando el clima a raíz del calentamiento global. Las constantes heladas y granizadas están quemando las plantas de la papa, haciendo perder sus campañas agrícolas para la venta y consumo interno. Este año, un largo periodo de sequía también afectó su producción, desabasteciendo sus bofedales y manantiales. Así la alimentación, aunque solo de papa, se está peligrando.
APUESTA POR LA SOBERANÍA ALIMENTARIA
Para enfrentar estos problemas y poner la solución en manos de las mismas familias campesinas, la Confederación Nacional Agraria – CNA y la Asociación AYNI VIRU vienen acompañando un proceso de concientización y capacitación para que las familias enfrenten el cambio climático ejerciendo su Soberanía Alimentaria.
El trabajo inició en marzo del presente con la elaboración de un diagnóstico hecho desde la misma comunidad sobre los riesgos y fortalezas que presentan dentro de su territorio. Fue lamentable hallar que el volumen del agua está disminuyendo debido al clima y la calidad del suelo se está deteriorando a razón del sobrepastoreo.
Otro momento importante fue compartir, bajo la metodología De Campesino a Campesino, las prácticas de la Agricultura Sostenible para que las familias diversifiquen sus propios alimentos y que, en complemento de sus saberes ancestrales, se logre diversificar los cultivos, adaptando el clima, utilizando abonos orgánicos y usando racionalmente los recursos naturales.
Este trabajo ya tiene frutos. Gracias a la construcción de un invernado comunitario, ya están cosechando hortalizas, vegetales y plantas aromáticas; lo que va para el consumo directo de las familias campesinas y complementa la rica variedad de tubérculos que la comunidad posee. Así mismo, lo aprendido se está replicando y experimentando en las parcelas de cada familia.
El primer momento del proyecto ha culminado en diciembre, pero la CNA espera generar cambio y soporte para la nueva generación de campesinos y campesinas que, a pesar del abandono y los golpes del clima, sepan proteger sus saberes, cultivar su propia comida y defender sus derechos como pueblos originarios que son.
Ver fotoreportaje completo en
https://www.facebook.com/pg/cna.peru/photos/?tab=album&album_id=10154794364094265