Quito, 3 de Diciembre de 2012
Históricamente en nuestro país, los movimientos sociales han sido convertidos en correas de transmisión de los dirigentes políticos, hipotecando su autonomía y promoviendo su subordinación al Estado, lo cual desencadenó en una crisis ideológica y fragilidad organizativa, que ha sido aprovechada por sectores oportunistas que buscan intereses individuales y sectoriales contrarios a una verdadera transformación del Ecuador.
La FENOCIN, que por 44 años ha venido luchando por la tierra, el agua, la soberanía alimentaria y los derechos de las campesinas, campesinos, indígenas y afrodescendientes, ha sido sujeto el último año de una campaña sistemática de desarticulación e intentos de división , cada vez que se ha propuesto radicalizar y profundizar las luchas por las reivindicaciones históricas del movimiento indígena y campesino.
En éste marco, Rafael Quintero, en la dirección del PS-FA, ha sido el máximo responsable de una acción sistemática para provocar la división de la FENOCIN, en busca de tomar control político de la misma, lo cual fue colocado como requisito para negociar sus candidaturas en la lista de Alianza País de cara a las próximas elecciones.
Leandro Aules, Luis Simbaña y Eduardo Criollo quienes son los principales operadores de estos hechos divisionistas movilizados por intereses individulaes y electorales, no representan a nuestra gente, sino que promovidos y apoyados por ciertos funcionarios públicos han entrado arbitrariamente a nuestras bases, llamando a la descomposición organizativa y a desconocer los procesos orgánicos y los estatutos de nuestra organización.
En esto se ha evidenciado la responsabilidad del director del MIES de Pichincha, Ricardo Carrillo, en la desestabilización de la organización al firmar la legalización de la supuesta directiva encabezada por Leandro Aules, violando todas las normas juridicas y los procedimientos establecidos en el estatuto de FENOCIN en contradicción al permanente al discurso de seguridad juridica que ha manifestado el Presidente de la República, razón suficiente para que el MIES deje sin efecto dicho acto administrativo, considerando además el sinnúmero de argumentos legales, estatutarios, éticos y políticos que hemos puesto en conocimiento de las autoridades competentes.
El conflicto provocado por estas acciones ha generado una crisis organizativa que, ahora ya fortalecidos, nos exige reflexionar y posicionarnos contundentemente:
Frente a lo acontecido nosotros y nosotras, miembros de la FENOCIN, reivindicamos el principio de independencia política de la organización, es decir, nuestro derecho inalienable a la autonomía. No permitiremos que ningún interés electoral se interponga con el proceso caminado por 44 años de lucha organizativa.
Somos conscientes que nuestra fuerza como FENOCIN debe residir en la claridad de nuestros objetivos tanto inmediatos como estratégicos, pues en función de ellos que se construye la estructura orgánica y se definen las tácticas y estrategias de lucha. La fuerza de cualquier organización está en la construcción colectiva, en la claridad ideológica y en la plena participación de la militancia.
El clima electoral se ha convertido en una estrategia para desmovilizar y cooptar cuadros. Nuestro reto en esta coyuntura compleja, es trabajar en la formación de conciencia, de la organicidad de nuestros miembros y nuestra capacidad de movilización y lucha, ellas son las verdaderas parteras de las transformaciones.
Lo que tenemos por delante son desafíos enormes a los cuales ya nos hemos comprometido como organización: la lucha por una reforma agraria integral, por acabar con la concentración del agua y la tierra, por transformar la matriz productiva y por una vida digna para los campesinos y campesinas que alimentamos al pueblo ecuatoriano y garantizamos la soberanía alimentaria.
Estas son las discusiones que deben orientar la construcción de nuestro próximo XI CONGRESO NACIONAL. Un debate programático e ideológico que nos permita poner en el centro nuestras demandas históricas y los caminos para alcanzarlas, lo cual nos fortalece como organización, y al conjunto del movimiento indígena y campesino ecuatoriano.
Con ello, nos auto convocamos con todas las organizaciones miembro y dirigentes Nacionales de la FENOCIN a Asamblea ordinaria el día viernes 7 de diciembre.
Que en el futuro nuestros descendientes se enorgullezcan de nosotros por haber edificado correctamente el pedazo de historia que nos cabe en esta corta existencia