26 de mayo de 2014
Entre los días 30 de abril y 9 de mayo de 2014, todos los obispos de la iglesia católica brasileña se reunieron en su asamblea anual en la ciudad de Aparecida, Sao Paulo, donde analizaron y aprobaron un importante documento sobre la cuestión agraria brasileña.
El documento se estuvo elaborando durante los últimos cinco años, y hace un análisis de la realidad actual, reflexiona sobre los desafíos y propone alternativas a los problemas debatidos, a partir de la doctrina social de la iglesia. Dicho documento, aprobado por unanimidad, tiene 44 páginas y se pondrá en breve a disposición del público.
Destacamos aquí la contundente condena que hacen los obispos brasileños del uso de las semillas transgénicas, del control oligopólico que grandes grupos económicos están haciendo de los alimentos, transformandolos en mero objeto del máximo lucro. Es también una condena al gobierno, por no limitar la propiedad privada de las fuentes de agua del país. A contonuación extractos del documento que se refiere a dichos aspectos.
EXTRACTOS DEL DOCUMENTO DE LA IGLESIA SOBRE LA CUESTIÓN AGRARIA BRASILEÑA AL INICIO DEL SIGLO XXI.
Aprobado en asamblea general de los obispos de Brasil el día 9 de mayo de 2014 en Aparecida del Norte, Sao Paulo.
178. Que el poder público garantice incentivos económicos a quienes preservan la naturaleza, particularmente la selva amazónica y el Cerrado. La lucha de los agricultores pequeños por la conservación del medio ambiente debe reconocerse y recompensarse, por el servicio que hacen a favor de toda la humanidad.
179. A pesar de que se aprobó la ley de bioseguridad, de nuestra parte es un deber pastoral continuar manifestándonos contra la siembra y comercialización de semillas transgénicas. Los estudios concluyentes sobre los riesgos para la salud humana y los efectos colaterales sobre la biodiversidad de las especies que implican las semillas transgénicas son muy precarios.
182. Tememos a las grandes empresas controladoras de granos, cuyo objetivo principal es el lucro. Es una amenaza real a la soberanía y la seguridad alimentaria del pueblo, pues crea dependencia de los productores y paulatina exclusión de los más pobres.
183.Es inaceptable la actitud del gobierno brasileño que se rehúsa a admitir el derecho al agua como un derecho fundamental de la persona humana. Los derechos humanos no pueden estar sujetos a mandatos políticos o a las presiones de las empresas interesadas en transformar el agua en negocio.