Al pensar en las luchas, como base de la unidad entre las organizaciones, el seminario apunta como desafío el fortalecimiento de la solidaridad y la necesidad de la formación política.
Con la participación de 21 países y 100 militantes de movimientos y organizaciones populares que construyen La Vía Campesina en las américas, inició la mañana de este miércoles (27), en la Escuela Nacional Florestan Fernandes (ENFF), en Guararema (SP), el Seminario Continental de los Procesos de Formación en Agroecología.
Al pensar en las luchas, como base de la unidad entre las organizaciones, el seminario apunta como desafío el fortalecimiento de la solidaridad y la necesidad de la formación política ideológica, en cuanto, instrumentos indispensables para pensar los procesos organizativos frente al actual momento de crisis del capital internacional.
Los estudios y debates están previstos para realizarse hasta este sábado (30) y pretenden involucrar a las y los participantes en diversos espacios de discusión, con plenarias, rondas de conversas y talleres de trabajo, para a partir de esas reflexiones delinear las tareas que La Vía Campesina tiene en el proceso de articulación y de formación política en agroecología en el centro de las luchas de clases en el continente.
Para Marina dos Santos, del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), las actividades pretenden proyectar e inspirar a las trabajadoras y trabajadores a que sigan en la lucha, enfrentando y resistiendo la ofensiva del capital. “Queremos que este espacio inspire nuestras acciones para enfrentar a los enemigos y que podamos construir una sociedad justa e igualitaria para todas y todos en el mundo”.
En este marco, fue pensado que las actividades iniciaran con un análisis de coyuntura que debatió el avance del agronegocio y la forma globalizada del capital en el campo, con énfasis en el actual momento político y los desafíos para la formación.
Capitalismo y barbarie
Diego Montón, del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI), de Argentina, al participar en la mesa de apertura del Seminario, junto con Kelli Mafort, del MST, destacó los elementos estructurales del sistema capitalista, el avance de las fuerzas imperialistas en el mundo y las articulaciones realizadas en el continente para avanzar en el proceso de acumulación y súper explotación del trabajo.
“Necesitamos tener claro el proyecto que el capital extranjero tiene en nuestro continente, y uno de ellos es el proceso de mercantilización de la naturaleza, que pretende garantizar la hegemonía del mercado alimentario. Para ello está subordinando y dominando los territorios, con el foco en la monopolización del mercado de semillas transgénicas y de agrotóxicos. Ejemplo de eso, son las empresas Bayer y Monsanto, que internacionalmente han ampliado su mercado, amenazando así la soberanía de los pueblos”, comenta.
Montón mencionó también que la crisis financiera del 2008 se ha ampliado para otras diversas crisis, como la energética, climática, del sistema político y alimentario. En este último, señaló que 3 millones hoy sufren con problemas alimentarios de manera directa en el conteniente, con la desnutrición.
En ese sentido, afirma que las crisis son caminos de exclusión de las mayorías poblacionales. Además, se utiliza el “control de las emociones”, a partir de los medios de comunicación y redes sociales para imponer una hegemonía ideológica. “Nuestra batalla hoy necesita estar, principalmente, en el campo de las ideas para que lleguemos a los “corazones de las personas. Uno de nuestros desafíos, en este contexto, es el de fortalecer nuestros instrumentos de formación.”.
“Si por un lado el capitalismo fragmenta a la clase trabajadora, individualizándonos, precisamos fomentar la construcción de una identidad de clase que abarque a todos los trabajadores y trabajadoras del campo y la ciudad”, enfatiza Montón.
A partir de esto, Kelli Mafort analiza el proceso de construcción de la hegemonía imperialista y destaca que la crisis económica no afecta a penas a ese sector, sino a todos los ámbitos de las relaciones sociales.
“Esa barbarie en curso afecta a todas las dimensiones organizativas de la sociedad y en ese proceso de crisis estructural, entramos en una intensa precarización del trabajo, donde las mujeres, los LGBT, negros y negras, son afectados directamente”, explica. Es decir, los elementos utilizados por el capital para separar la clase necesitan componer las discusiones y el “proyecto” unitario debe presentarlo.
“Nuestros debates en cuanto a la proyección de una sociedad diferente son societarios y abarca también la producción de alimentos. Las organizaciones del campo apuntan a la agroecología en la perspectiva de las relaciones sociales, pues nosotros hacemos parte de la naturaleza, y ese trabajo agroecológico emancipa y construye nuevos valores”.
Desafíos
Tanto Kelli como Diego, en su lectura sobre el modelo de producción del capitalismo en el campo, señalaron diversos desafíos. Entre ellos, podemos destacar el fortalecimiento de las luchas feministas, el debate de la democratización de la comunicación, el enfrentamiento a las transnacionales y la unidad en el campo de la lucha. Además de eso, fue indicado la disputa electoral como un espacio importante de articulación y proyección de las pautas populares, así como, la profundización de los procesos de formación política y el trabajo realizado en las bases de las organizaciones.
“Hablamos mucho de formación, porque ella nos da la capacidad de involucrar más compañeros y compañeras en el proceso de diagnóstico de la realidad para visualizar caminos de transformación. De esta forma vamos a desarrollar nuevos procesos organizativos y colocar a las luchas al orden del día.”, concluyó Mafort.
Por Wesley Lima
Traducción: Viviana Rojas
De la Página del MST