Los transgénicos: manipulación genética ¿y cultural?

«Los transgénicos son parte fundamental de esta nueva etapa de dominación en el devenir histórico en la que la producción y distribución de la alimentación son ejes para dominar la identidad, a partir de la desbiologización de la tierra, de los alimentos y por consecuencia del ser humano.»

Son muchas ya las posturas técnicas que muestran los aspectos negativos de los transgénicos, aunque el círculo empresarial/científico que ostenta el poder a nivel mundial niegue todavía aceptar (o publicar) sobre las contraindicaciones de su consumo, sin contar las referidas a su producción. “No se ha comprobadosa que son perjudiciales”, se dice, pues no se puede decir que son beneficiosos. Esto nos recuerda cómo la revolución verde fue promoc ionada como la solución del hambre mundial durante la década de los 60, cuando en realidad fue la introducción y desenvolvimiento de una cadena de técnicas que podían ser comercialmente explotadas. Todos los elementos importantes de conocimiento local productivo-tecnológico fueron desvirtuados e inferiorizados, lo que significa una pérdida de incalculable valor para la humanidad. A pesar de estas y otras tendencias del desarrollo en general y la revolución verde en particular, y sus componentes tecnológicos (e ideológicos obviamente), se les sigue impulsando en nuevas facetas que ahora, al igual que en ese entonces, son aplaudidas como soluciones al hambre y la pobreza.

Y ha sido tan constante y sostenido el devenir de estas propensiones del desarrollo que ahora ya no nos impresiona saber que cuando a una niña o niño de las tantas ciudades alrededor del orbe se le pregunta ¿de dónde vienen los alimentos?, éste o ésta responde: “de la nevera” o “del supermercado”. Lo primordial del dilema de los transgénicos gira precisamente en torno al desconocimiento-olvido de la respuesta a esta pregunta y se circunscribe a la profundización de ese estado de adormilamiento que oculta en nuestro ser la vivencia de una filosofía y paradigma que pertenecía (y aún pertenece) a un estilo de vida distinto al propuesto por la agroindustria-biotecnología.

En este contexto, los transgénicos son la extensión de la filosofía del modelo de producción agroindustrial que concentra toda la cadena de producción en pocas manos permitiendo el manejo total de la oferta de alimentos a la población, erosionando su propia capacidad de producir. Este hecho inicia a partir del cambio de variedades de semillas locales por las de las semillas de la revolución verde, hecho que ha herido de muerte al sistema tradicional de interdependencia solidaria entre distintos productores, basado en el intercambio de conocimiento y de insumos, así como en la ayuda comunitaria en las labores agrícolas, y lo ha reemplazado por una alternativa individualista que no permite los intercambios de semillas y otros insumos ya que éstos tienen patentes que convierten a las empresas transnacionales en únicas dueñas y señoras, hecho que les da, solamente a ellas, la potestad de decidir a quién vender las semillas; y en caso que un pequeño productor opte por repartirlas entre sus vecinos, se atiene a las multas y sanciones legales establecidos por ley. De este modo, las grandes transnacionales monopolizan el conocimiento de producción alimentaria en oligopolios cada vez más concentrados, dejando sin oportunidades económicas a los pequeños productores y a los consumidores, ya que los alimentos son cada vez más caros, pues los precios los imponen los pocos dueños de las semillas que alimentan al mundo.

Así, se da el cambio de sistemas controlados por los campesinos, a sistemas controlados por las corporaciones de agroquímicos y semillas y, por ende, por los institutos internacionales de investigación[1]. «Las semillas, de haber sido un recurso libre que se reproducía en la propia chacra se transformaron en un insumo caro que debía ser comprado. Los países pobres y los campesinos tuvieron que endeudarse para utilizar las nuevas semillas y los campesinos terminaron en las manos de los bancos y los proveedores de agroquímicos, que una vez establecido su monopolio hicieron subir los precios; por ejemplo, entre fines de los 60 y principios de los 80, el precio de los fertilizantes se incrementó en 600%»[2].

Bajo este paraguas, los transgénicos son una medida que implica la inserción progresiva, sostenida y segura de nuevas formas de destrucción de filosofías y culturas de la producción de semillas y alimentos, de aniquilación de diversidades de semillas y de involución del ser humano que cada vez tiene menos opciones alimentarias debido a la uniformización de las mismas. De ese modo, se establecen mecanismos de re-colonización inherentes al modelo de desarrollo.

Quien pretende anular la emergencia creciente de movimientos y sentimientos anti-sistémicos, debe controlar la alimentación de la humanidad a nivel de todo el globo terrestre. Como un excelente ejemplo de este mecanismo tenemos a la población norteamericana que sufre en gran parte de una aguda deficiencia alimenticia reflejada especialmente en la obesidad. Una persona con problemas de obesidad, sometida a una involución biológica y genética progresiva a través de su dieta alimenticia, se convierte en un ser con discapacidad para oponerse al sistema de vida que le enferma. No es casual que una sociedad como la americana se vea en la constante necesidad de robar cerebros del tercer mundo, cuya población aun conserva cierta salud biológica y mental proveniente de sus posibilidades de alimentación.

Tenemos entonces que los transgénicos aceleran el proceso de descampesinización del mundo ligado a la destrucción de los vestigios de esa nueva-vieja filosofía de unidad del ser con la realidad que se presenta como una alternativa al modelo de no unidad propuesto por el modelo de la agroindustria.

A este respecto debemos decir que es indispensable detenernos un momento en el escenario de la manipulación genética para producción de alimentos y hacer una breve comparación con la «manipulación» cultural e ideológica. Ambas son estrategias de colonización del ser humano y de los seres de la naturaleza en tanto las dos responden a la lógica de la homogeneización de la identidad. En tanto la homogeneización cultural responde a la imposición de la cultura occidental para romper con la diversidad de culturas y lograr una monocultura globalizada que permita una más fácil dominación cultural, la homogeneización de los alimentos (y de la biodiversidad) responde a la lógica del monocultivo que hace que un tipo o un número reducido de semillas implique la desaparición de la virtuosa variedad de semillas pre-existentes. Por ejemplo, tenemos que la diversidad agrícola genética de tipos de maíz, de papa y de otros vegetales está desapareciendo. Si bien antes cada población tenía una cultura específica y ciertas variedades de alimentos, las cuales eran intercambiadas con otras culturas que ofrecían otras diversidades y variedades de alimentos, ahora tanto la cultura como los alimentos son prácticamente homogéneos en el mundo entero. Así como la biodiversidad desaparece gracias a la incorporación de nuevas tecnologías abocadas a proveer a las elites sociales nuevos modelos de opresión y lucro, la especie humana pierde su diversidad de identidades. Y considerando que «uno es lo que come» la biotecnología utilizada para abrir mercado no es más que un mecanismo que da mayor viabilidad al proyecto colonizador de mono-cultura y mono-identidad.

Los transgénicos son parte fundamental de esta nueva etapa de dominación en el devenir histórico en la que la producción y distribución de la alimentación son ejes para dominar la identidad, a partir de la desbiologización de la tierra, de los alimentos y por consecuencia del ser humano. La depravación de los avances tecnológicos vertidos del marco recolonial del Neo-neoliberalismo expresado mañosamente en la industria biotecnológica sólo ha dado continuidad al intento inicial del capitalismo, a partir de la revolución verde, de erradicar la agricultura campesina basada en la autoproducción y en la diversidad de formas de producción, para implantarla por una sola lógica de producción basada en la concentración de los medios de producción (tierra, territorio, agua, maquinaria, insumos agrícolas, etc.) y distribución de alimentos. Actualmente y bajo esta lógica los proveedores de insumos agrícolas (plaguicidas fertilizantes y demás) están en contubernio con los creadores y distribuidores de semillas genéticamente modificadas que sirven, además, para alimentar a los animales de crianza, los que, vale la pena recalcar, ahora se crían en cubículos toda su vida, sin ningún tipo de cariño ni respeto a su identidad; ya ni siquiera se requiere ejercer la actividad del pastoreo, con lo que se completa la cadena de destrucción de la identidad del campesino.

De este modo y a paso seguro, se concentra en pocas manos el dominio de la totalidad de la cadena de producción alimentaria para decidir, en un futuro cercano, quién come y quién no. Incluye esta concentración a los mecanismos de investigación que se realizan muchas veces en las mismas empresas productoras o por instituciones contratadas por éstas. Cabe resaltar que en estos casos generalmente las investigaciones muestran inocuidad de los alimentos transgénicos y que algunos grupos independientes de investigadores, contradictoriamente, encuentran otra información asociada a efectos negativos en la salud[3].

Como resultado de este modelo colonizador de la biología, la mente y el sentimiento de todos los seres de la realidad, la crisis alimentaria que se está viviendo a nivel mundial ha adquirido una mesura nunca antes vista en la historia –nótese que el paradigma del desarrollo, a pesar de su promesa de brindar grandes beneficios a todo el mundo, ha ocasionado una crisis inconcebible–. Como lo dijo muy sabiamente el jefe Seattle, de la tribu Suwamish, al Presidente de EEUU, Franklin Pierce en 1854[4], la vorágine del ser humano occidental depara un futuro que contiene un destino infernal; » la vida ha terminado, ahora empieza la supervivencia» [5], dijo el jefe Seatlle hace tanto tiempo.

En el lapso de unas cuantas generaciones se está gestionando la total dependencia alimentaria de la población, en su totalidad, a pocas empresas que aglutinan casi toda la cadena alimentaria, desde la producción hasta la ingestión de alimentos, rompiendo con todo el conocimiento de autoproducción, adaptación y sabiduría que la humanidad ha generado en miles de generaciones. Sin considerar la amalgama de consecuencias a la salud humana pública por la uniformización de los alimentos.

Finalmente, debemos decir que gran parte de los alimentos en nuestro país contienen aditivos de toda índole y son parte diaria de la dieta. La población ha aceptado (de alguna manera) este hecho y los transgénicos son un elemento más. Si bien existen movimientos de resistencia e individualidades que buscan alimentos lo más puros y sanos posibles, la mayor parte de la oferta está dada por la agroindustria y su filosofía extractiva basada en la búsqueda de la mayor producción posible para generar la mayor ganancia posible, a pesar de la erosión de la tierra, la deforestación y la contaminación.

Los transgénicos son una cara más de la filosofía de no unidad del ser humano con la naturaleza y la realidad que continúa expandiéndose a cada rincón del globo terrestre y que busca erradicar en su totalidad aquella otra filosofía de unidad que asume que el alimento es un ser vivo con el que el ser humano se relaciona en complementación y, al cual no se puede manipular inescrupulosamente, pues la unidad inquebrantable de ambos genera nada más que la automanipulación del ser humano mismo. La filosofía inherente a los transgénicos concibe a la naturaleza como un bien manipulable para satisfacer las necesidades de la acumulación de capital y, por ende, también concibe así al propio ser humano. La solución al hambre en el mundo pasa, precisamente, por un cambio rotundo de esta filosofía y paradigma tanto a nivel individual como colectivo.

Y volviendo a la pregunta con la que iniciamos el ensayo referida a la procedencia de los alimentos y al desconocimiento de las niñas y niños en la actualidad de la respuesta a la misma pues asumen que provienen de un supermercado o el refrigerador, debemos decir que es un ejemplo que expresa claramente el componente filosófico del que hemos venido hablando. Estos niños son hijos de la realidad, que vivimos cada vez con mayor intensidad, basada en la destrucción definitiva de la relación íntima y unificada del ser humano con el alimento a la hora de producirlo y consumirlo, y viven en un mundo en el que el ser humano y los alimentos se convierten cada vez más en extraños y ajenos mutuos. Ya no sabemos cómo se producen nuestros alimentos, ni quiénes lo hacen, ni con qué lo hacen. Es decir, no sabemos qué comemos y, en tanto uno es lo que come, entonces no sabemos qué somos. De este modo, rompemos en nuestro interior la posibilidad de autoreproducirnos como seres a través de nuestra alimentación y dejamos, totalmente, en manos de otros esta tarea. Lastimosamente estos otros no se mueven precisamente por una filosofía de unidad y complementación del ser humano con la alimentación, sino, más bien, por una filosofía de rompimiento de esta unidad para lucrar de ella.

No queda más que expresar lo sentido y actuar para frenar la introducción de otros productos transgénicos en el país, en tanto la soya transgénica es ya una realidad.


Notas

[1] Engdahl, F. W. (2007, December 4). «Doomsday Seed Vault» in the Arctic. Bill Gates, Rockefeller and the GMO giants know something we don’t. Global Research, ver aquí.

[2] Lappé, F. M., & Collins, J. (1986, 1991). Tolv Myter om Världenssvälten. Stockholm: Verbum Förlag AB.

[3] Carvajal, Roger. “Alimentos transgénicos otra vez en la mesa de discusión”. Bolpress. 15/06/2011. Ver aquí

[4] Jefe Seattle, de la tribu Suwamish, al Presidente de EEUU, Franklin Pierce en 1854.

Un extracto » Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestras costumbres. Para él una porción de tierra tiene el mismo significado que cualquier otra, pues es un forastero que llega en la noche y extrae de la tierra aquello que necesita. La tierra no es su hermana sino su enemiga, y cuando ya la conquistó, prosigue su camino. Deja atrás las tumbas de sus antepasados y no se preocupa. Roba de la tierra aquello que sería de sus hijos y no le importa.

La sepultura de su padre y los derechos de sus hijos son olvidados. Trata a su madre, a la tierra, a su hermano y al cielo como cosas que puedan ser compradas, saqueadas, vendidas como carneros o adornos coloridos. Su apetito devorará la tierra, dejando atrás solamente un desierto.»

[5] Otro extracto de la carta del Jefe Seattle.

 

 

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Terminator ataca de nuevo: semillas suicidas

monsantoEn 1998, el grupo ETC (entonces llamado RAFI) denunció la existencia de patentes sobre una tecnología que llamó Terminator. Se trata de una tecnología transgénica para hacer semillas suicidas: se plantan, dan fruto, pero la segunda generación se vuelve estéril, para obligar a los agricultores a volver a comprar semilla en cada estación.

Fue desarrollada por la empresa Delta & Pine (ahora propiedad de Monsanto) con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Monsanto no es la única: cinco de las seis trasnacionales que controlan las semillas transgénicas plantadas a nivel mundial tienen patentes tipo Terminator. Syngenta es la que tiene mayor número de ellas.

Las empresas que desarrollaron esta aberrante tecnología la llamaron Sistema de Protección de la Tecnología, porque es para promover dependencia e impedir que se usen semillas sin pagarles regalías por patentes. En sus primeros folletos de propaganda, aseguraban también que es para que los agricultores del tercer mundo dejen de usar sus semillas obsoletas. En ese momento, mostraban claramente sus intenciones: terminar con las semillas campesinas y el irritante hecho de que la mayoría de los agricultores del mundo (campesinos, indígenas, agricultores familiares) usan sus propias semillas en lugar de comprárselas a ellas.

La tecnología suscitó un rechazo enorme e inmediato por parte de los movimientos campesinos y organizaciones sociales, y declaraciones de oposición de instituciones públicas de investigación y del entonces director de la FAO, el senegalés Jacques Diouf, que afirmaron que es una tecnología indeseable. En el 2000, el Convenio de Diversidad Biológica de Naciones Unidas (CDB), adoptó una moratoria global contra la experimentación y uso de la tecnología Terminator, que sigue vigente. Posteriormente, varios países comenzaron a discutir legislaciones nacionales para asegurar el cumplimiento de la moratoria. Brasil e India, prohibieron en sus leyes nacionales el uso de la tecnología Terminator.

Pero Terminator es uno de los sueños más preciados de las trasnacionales semilleras y no han renunciado a él. Les daría una gran ventaja para aumentar sus monopolios y la dependencia de los agricultores. Poco después de la prohibición en Brasil, los grandes latifundistas de ese país, clientes y compadres de Monsanto, Syngenta y demás trasnacionales de transgénicos, presentaron una propuesta legislativa para eliminar la prohibición, rechazada en varias comisiones, pero aún en trámite.

Además, las trasnacionales de transgénicos se movieron agresivamente para terminar la moratoria de Naciones Unidas contra Terminator, proponiendo a través de gobiernos amigos como Canadá, un párrafo para evaluar la tecnologíaTerminator caso por caso, que daría fin a la moratoria en la octava Conferencia del CBD en Curitiba, Brasil, en 2006.

En la sesión de CDB en 2006, México apoyó terminar la moratoria, irónicamente a través de un representante de la Comisión Nacional de Biodiversidad. Casualmente, es la misma persona que ahora desde la Comisión Nacional Forestal promueve proyectos REDD, también con un efecto devastador para las comunidades. Fue aislado por el resto de países de todo el Sur global.

Silvia Ribeiro, Investigadora del grupo ETC

 

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Colombia: Encuentro Internacional Juvenil CONCLAEA – CLOC VIA CAMPESINA

5 de Julio de 2011

f4RESISTENCIA JUVENIL – “La América Latina que soñamos y queremos, debe ser construida a través de la transformación social, la rebeldía, la dignidad y la revolución”, subraya la vocera de la Minga Juvenil durante la apertura del primer Encuentro Internacional Juvenil. Este se realiza entre el 2 -7 de julio en la María Piendamo, territorio indígena en el departamento del Cauca. Invitando a la juventud a comprometerse con la construcción de una nueva sociedad, la apertura comenzó a las 2 de la tarde, con la particpación de más de 250 jóvenes de Colombia, Alemania, Argentina, Brasil, Cuba, Canadá, Colombia, Ecuador y Suecia.

El primer Encuentro Internacional Juvenil CONCLAEA – CLOC VÍA CAMPESINA es un proceso de encuentro, integración, formación y articulación de la juventud organizada del continente, comprometida con los movimientos sociales de Colombia y América. Busca generar un intercambio de experiencias, saberes, propuestas e ideas sobre temas trascendentes para la juventud, los pueblos, los sectores y organizaciones sociales.

El pasado 2 de julio, las organizaciones anfitrionas, como las federaciones de estudiantes de agronomía de Argentina, Brasil y Colombia, la CONCLAEA [1], la CLOC – VÍA CAMPESINA y la Minga Juvenil dieron la bienvenida a los participantes nacionales e internacionales.

f2Hasta el 7 de julio la agenda ofrecerá integración y formación, con presentaciones, talleres y mesas de discusión alrededor de un análisis del contexto mundial, el contexto latinomaricano y la crisis financiera, militar y social, las políticas de explotación de la madre tierra ademásn de las estrategias de dominación y experiencias de resistencia en América Latina y las propuestas juveniles como agentes en la transformación sociopolítica en América Latina.

Participarán expositores nacionales e internacionales, como Marcel Lueiro, del Centro Memorial Martin Luther King, de Cuba y Magda Lanuza, de Iniciativas contra el Agronegocio, de Nicaragua; entre otros.

f3El domingo,  el eje temático fue  el contexto mundial latinoamericano y colombiano con el ponente Nei Orsekovski, de la Escuela Nacional Florestan Fernandes, del Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra (MST), de Brasil; y Aurelio Suarez Montoya, economista y profesor universitario.

¡La Juventud de América lucha en un solo grito de rebeldía!

Notas

[1] Confederación Caribeña y Latinoamericana de Entidades Estudiantiles de Agroeconomía

 

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Argentina: Denuncian aumento de los desalojos de campesinos e indígenas

5 de Julio de 2011

Por Dario Aranda

La pelea por los territorios

Organizaciones e investigadores sociales advierten sobre el aumento de la violencia en el campo argentino. Sólo en dos provincias, Santiago del Estero y Neuquén, 750 referentes están procesados por defender el terruño.

Santiago del Estero, Chaco, Mendoza, Tucumán, Río Negro, Misiones y Neuquén fueron escenario en las últimas semanas de intentos de desalojos, criminalización y represión de familias campesinas y pueblos originarios. Sólo en dos provincias, Santiago del Estero y Neuquén, 750 referentes campesinos e indígenas están procesados por defender el territorio. Investigadores del Instituto Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires (UBA) advierten que la violencia rural está en aumento. Diego Montón, del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI), apuntó al origen del mal: “Argentina está entrampada en una lógica de desarrollo que se basa en la agricultura industrial, y de esa manera tiene una gran contradicción interna que deberá y deberemos resolver: derechos humanos o agricultura industrial transnacional”.

Alcides Santillán y Rafael Martín Galván, ambos campesinos santiagueños, fueron detenidos el lunes 6 de junio. El mismo día, el juez Ramón Tarchini Saavedra, del Tribunal Criminal Cuarto, ordenó la captura de otros doce integrantes del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase-Vía Campesina). “Se ha de-satado un raid judicial y policial, una nueva persecución política de miembros de nuestro movimiento, con procedimientos fuera de la ley”, denunció el MNCI, donde el Mocase-Vía Campesina es uno de sus miembros, y explicaron que el “crimen” fue defender la tierra donde siempre vivieron.

Una semana antes, en la chaqueña Colonia El Guanaco, el Juzgado de Sáenz Peña ordenó el desalojo de la familia conformada por Elsa Avalos y Carlos Peralta, que desde hace setenta años habitan y trabajan 250 hectáreas. “Mi madre tiene 69 años. Nació, trabajó y acá nacimos sus nueve hijos. Siempre cuidamos y trabajamos la tierra, acá nacieron sus nietos, nuestros hijos. ¿Y ahora nos quieren echar?”, denunció José Peralta y advirtió que defenderán la tierra.

La Unión de Pequeños Productores Chaqueños (Unpeproch), donde participa la familia, se movilizó para evitar el desalojo y apuntó a la contradicción política: “Mientras a nivel nacional y provincial se pregona que no habrá más desalojos, el sistema judicial hace otra cosa”.

Situaciones muy similares se repiten en Jocolí (Mendoza), Villa la Angostura (Neuquén), Colalao del Valle (Tucumán), Ñorquinco y paraje El Foyel (Río Negro), Cachi (Salta) y Puerto Piray (Misiones), sólo algunos de una larga lista.

Además de desalojos, se acentúa la criminalización. El Observatorio de Derechos Humanos de Pueblos Indígenas (Odhpi) reveló que en Neuquén hay al menos 250 mapuches procesados por defender el territorio ancestral.

En Santiago, “al menos 500 compañeros y compañeras están procesados”, alertó Deolinda Carrizo, del Mocase-Vía Campesina. La organización exigió el fin de la judicialización y criminalización de la protesta social. Y recibió la solidaridad y el llamado de alerta de la fuerte Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (Cloc).

Diego Montón integra la Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra (UST) de Mendoza, y también es referente del MNCI. Destaca que históricamente la idea de progreso de las clases dominantes estuvo asociada a la destrucción y sometimiento de los campesinos e indígenas. “Actualmente con la ofensiva del capital financiero sobre los bienes naturales se ha intensificado el nivel de disputa por la tierra, el agua y los bienes naturales”, explica Montón y asegura que la conflictividad se va a profundizar. “La disputa es por las hectáreas que aún están en manos campesinas indígenas. El agronegocio, el capital y las transnacionales quieren toda la tierra a su servicio. Todos los territorios que se resisten a la lógica del agronegocio serán escenarios de conflictos.”

El dirigente del MNCI apuntó a los gobiernos provinciales “en su mayoría con intereses ligados al modelo agrominero exportador”, pero principalmente a la “alianza Poder Judicial y poder económico” como principales responsables de la criminalización y represión.

El Grupo de Estudios sobre Ecología Política (Gepcyd) del Instituto Gino Germani (UBA) publicó a fines de 2010 “La violencia rural en la Argentina de los agronegocios”, donde confirmó el aumento de la violencia contra campesinos e indígenas, y abordó la criminalización, militarización y la coacción física. “Entendemos que la violencia rural creciente en Argentina debe interpretarse en condiciones de la implementación de un diseño global de agroestrategias y políticas de Estado que concretizan en el territorio el redoble en la extracción y consumo de riquezas naturales”, explica la decena de científicos sociales que integra el Gepcyd.

Y apuntan al rol del Estado y del sector privado. “La violencia rural –señalan– más que evidenciar una ausencia de institucionalidad en materia de tierras y derechos de los pueblos originarios y comunidades campesinas, pareciera vincularse como la respuesta estatal.” “Lo que probablemente esté expresando la violencia rural, además de la existencia de débiles dispositivos democráticos, es sobre todo la intensidad con la cual el capital puja por el aprovechamiento de áreas que aún guardan una dotación importante de recursos naturales”, agregan.

 

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Argentina: “Hay más violencia”

5 de Julio de 2011

Por Dario Aranda

El relevamiento “Conflictos sobre tenencia de tierra y ambientales en la región del Chaco Argentino”, realizado por la Red Agroforestal Chaco Argentina (Redaf), presentado en octubre último, contabilizó 164 conflictos de tierras y ambientales, casi ocho millones de hectáreas y 950 mil personas afectadas, principalmente indígenas y campesinos, de seis provincias del norte argentino. El 89 por ciento de los conflictos comenzó en paralelo con la instalación del actual modelo agropecuario. “En estos meses hemos relevado más conflictos que ya están en proceso de análisis y seguramente aumentarán las hectáreas en disputa”, adelantó Roberto Larrea, presidente de la Redaf, y remarcó que, aunque el informe sólo aborda la realidad del Chaco argentino, “es un proceso que se da en todo el país”. Afirmó que la cifra aumentará geométricamente si se suman los conflictos con las mineras, las petroleras y los del pueblo mapuche en la Patagonia.

Larrea afirma que la conflictividad rural aumentó, pero también resalta que en la actualidad los conflictos son más visibles que antaño por la existencia de organizaciones de base “que resisten y defienden del territorio”. “Aumentó el nivel de violencia hacia campesinos e indígenas, y también aumentó el nivel de impunidad de quienes provocan esos hechos de violencia”, afirmó Larrea.

La Redaf no es optimista. “Hoy todos los candidatos hablan de ‘la Argentina potencia agroexportadora’, ‘que hay que alimentar al mundo’ con el modelo tecnológico actual. Y si traducimos eso, implica el corrimiento de la frontera agropecuaria, con más desmontes y más de este modelo que está generando conflictos y muerte.”

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Argentina: Nuestro Repudio a los acuerdos y declaraciones sobre la crisis alimentaria del G20

monsanto
5 de Julio de 2011
Los medios de comunicación argentinos difunden la noticia de que los acuerdos del G20 en el tema agricultura son un éxito para Argentina y el mundo. Y se destaca en esto la posición Argentina en cuanto a la crisis alimentaria.

Desde el Movimiento Nacional Campesino Indígena repudiamos los acuerdos y las falsas soluciones basadas en las presiones y lobbies de las transnacionales. Basados en certezas científicas sesgadas y corrompidas como un cáncer en gran parte de la producción pseudo-científica de las Universidades durante el auge del neoliberalismo.

En primer lugar el G20 no es un espacio democrático ni legitimo para debatir políticas agrarias globales, están allí ausentes casi todos los países y principalmente aquellos que han sufrido la perdida de soberanía alimentaria debido a la revolución verde y la invasión de las transnacionales, muchas veces precedidas por tropas militares de la OTAN.

Los Gobiernos de Argentina y Brasil impulsaron que el Consejo de Seguridad Alimentaria en la FAO, sea el espacio de gobernanza mundial agrícola.

Y ahora, por lo que se leen en los medios de comunicación, ¿Claudicaron en sus convicciones? ¿Mintieron a la sociedad civil y a 193 gobiernos que aprobaron la reforma del CFS/FAO?

La FAO tiene muchísima información para demostrar que el problema del hambre no es un problema de productividad de alimentos si no de como se produce, quienes producen y como se distribuyen los mismos, un reciente documento de FAO describe que en la cadena agroindustrial global se pierde el 40% de los alimentos producidos por descomposición y desechos.

El informe IAASTAD del cual FAO es parte, demuestra que a medida que se desarrolla la agricultura industrial y se fortalece el poder de las transnacionales el hambre crece en el mundo. El mismo informe recomienda retomar la vía de la producción campesina familiar y agroecológica como forma de luchar contra el hambre.

¿Es por estas contundentes pruebas que la discusión de la política agraria global se sale de la ONU y de FAO y se lleva a la OMC y a al G20 donde los países poderosos y las transnacionales tienen mucho más poder?

Pero ¿y la posición argentina?

La posición que llevó el gobierno argentino a la reunión del G20 es producto de la presión y el lobby de la mesa de enlace y las corporaciones transnacionales. El actual modelo agropecuario no es sustentable, el mercado interno esta apenas sostenido por enormes masas de subsidios que el estado nacional debe aportar a los sectores concentrados del las carnes, lácteos y granos para que los precios mínimos de los alimentos básicos no se disparen. La cadena agroalimentaria esta cada vez mas monopolizada, producto del acaparamiento de tierras y de la concentración industrial, así como de la burbuja financiera que rodea al mercado global de los alimentos.

Las cosechas record de millones de toneladas de granos son incapaces de saciar el hambre a los argentinos y que en pleno 2011 todavía tengamos que soportar índices que dan cuenta de esta realidad, y aunque el hambre se publica en menos de 5 %, la pobreza sigue en dos dígitos 13,9 %

Los agro combustibles (mal llamados biocombustibles) generan también enormes presiones para que los alimentos aumenten

Plantear que debemos redoblar las exportaciones de alimentos en el marco del modelo actual genera claras contradicciones con las aspiraciones de un desarrollo industrial armónico con justicia social y con las políticas de derechos humanos .Además esto va en dirección a consolidarnos como productores de materias primas en el marco de un saqueo transnacional que nada tiene que envidiarle a antiguos esquemas coloniales. Aumentar a 160 millones de toneladas de granos (forrajeros y no alimentarios) la producción anual (tal como anunció el ministro) es sumar otras 10 millones de hectáreas a las 20 millones que se cultivan de soja transgénica, además de los otros cultivos. Y no tiene otra forma de hacerse que a partir de los desalojos de las familias campesinas que producen de manera sustentable en el bosque, a partir de eliminar la biodiversidad de ecosistemas frágiles y en franco deterioro como el Parque Chaqueño. Presionando al exodo rural que continuara sobredimencionando las ciudades.

La agricultura argentina (exceptuando la campesina, indígena y familiar) no es nacional, ni responde a intereses nacionales, y por tanto no podemos engañarnos, un modelo basado en retenciones a las exportaciones agrícolas no conduce a ningún desarrollo, mucho menos al buen vivir, o calidad de vida. Las retenciones son una buena medida coyuntural, pero para nada una solucion estructural.

Por eso la Argentina debe rectificar su posición, en primer lugar el debate debe darse en el ámbito de la ONU y del CSA en FAO, y en segundo lugar se hace necesario plantear herramientas globales para frenar la escalada de precios de los alimentos así como detener al capital financiero. Sobran ejemplos para ver que todo lo que toca este tipo de inversiones luego cae catastróficamente.

Frente al problema del hambre es urgente generar mecanismos de control sobre las transnacionales y poner firmes límites a los acaparamientos de las cadenas agroalimentarias por parte de las mismas.

Además la única salida a la crisis alimentaria y a la crisis climática es fortaleciendo la agricultura campesina y familiar, única garantía de producción de alimentos sanos y suficientes en el marco de sistemas de mercados locales dinámicos y justos, claro eso se logra con intervención estatal. El Brasil ha sido un claro ejemplo con su programa Hambre Cero, realizado entre gobierno, movimientos de agricultores familiares campesinos y consumidores urbanos como sujetos activos.

Además las exportaciones de alimentos deben estar centralizadas y fiscalizadas por el estados, los ingresos económicos ser insumos para políticas públicas y el desarrollo.

El rol de las organizaciones campesinas indígenas y de la agricultura familiar es de carácter estratégico, la mayoría de las estructuras del estado fueron configuradas al servicio del agronegocio, por lo tanto para desarrollar políticas públicas transparentes y democratizadora, las mismas deben contar con la activa participación de las organizaciones.

La cuestión de la tecnología y la ciencia esta hoy al servicio del capital y de las corporaciones, es necesario socializar y generar conocimiento científico capaz de articular con el conocimiento ancestral acumulado en las comunidades campesinas y desarrollar nuevos modelos de producción agroecológica.

No nos engañemos mas, que la idea de maximizar a toda costa la exportación de comodities históricamente benefició y fortaleció a la oligarquía rural y sus aliados las transnacionales. No hay posibilidad de construir en modelo sustentable y justo en ese esquema, porque el poder de la producción de alimentos no es algo a subestimar.

Finalmente, plantear que el planeta tierra y todas sus fuentes naturales y energéticas son fuente ilimitada de energía y mercancías es algo irracional y para nada científico. Y este modelo de producción y consumo industrial intenta obviar esa evidencia. Eso puede llevarnos a toda la humanidad a un final catastrófico. El cambio climático y el hambre. La Revolución Verde no solucionó el hambre sino que la acrecentò; la revolución transgénica ha provocado violencia contra los productores genuinos de alimentos y más hambrientos. No son los científicos los quegarantizarán los alimentos, sino los agricultores campesinos, pescadores artesanales, pastores y pueblos indígenas.

Sin explayarnos lo suficiente diremos además que este modelo nos expone directamente a millones de litros de agro tóxicos que son esparcidos sobre nuestro territorio y que esta presente en la mayoría de los alimentos que ofrece la gran industria, sumándole los componentes transgénicos, de los cuales todos los consumidores somos ratas de laboratorio para conocer que efectos provocaran en la humanidad y en el planeta.

No habrá manera de establecer la justicia social sin soberanía alimentaria, y no es posible la soberanía alimentaria en el marco de una agricultura industrial controlada por una las corporaciones transnacionales y la mesa de enlace.

Este es un debate urgente y todos aquellos sectores que nos consideramos como progresistas, de izquierda o nacional y popular estamos obligados a darlo profundamente sin especulaciones políticas ni electorales. No escamoteemos la realidad con el credo del progreso moderno, que tantas consecuencias nefastas esta trayendo a la humanidad y a la vida en la madre tierra.

¡Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza!

¡Somos Tierra para alimentar a los Pueblos!

MOVIMIENTO NACIONAL CAMPESINO INDIGENA

CLOC – VIA CAMPESINA

secretaria.mnci@gmail.com

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DIEGO MONTÓN 0261 155615062

ÁNGEL STRAPAZZÓN 0384 415515850

JUAN HERRERO 0351 156853946

 

 

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Guatemala: Mujeres presentes por la Defensa de los Derechos Individuales y Colectivos

GUATEMujeres de cuatro regiones lingüísticas del país, participaron del Encuentro Nacional realizado por la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala -CONAVIGUA- integrante de la CLOC Vía Campesina, donde analizaron la situación que viven miles de mujeres a nivel nacional.

Amenazas persecuciones e intimidaciones a mujeres de diferentes regiones del país viven cientos de lideresas por la defensa de la madre tierra y territorio, señalaron las participantes, asimismo se debatió sobre el proceso electoral donde agregaron que no existe ninguna alternativa real para los pueblos por ello se instó a las participantes a continuar con la lucha y resistencia desde sus comunidades.

Magdalena Sarat coordinadora general de CONAVIGUA, dijo que en la actualidad las mujeres están amenazadas por todos los partidos políticos que con sus acciones muestran su respaldo a los intereses de las grandes transnacionales, militares y terratenientes y mencionó el posicionamiento claro del actual gobierno al permitir que las empresas mineras saqueen los territorios de los pueblos.

Agregó que ante la inexistencia de un ente que responda y defienda los intereses de la mayoría de la población, los mismos pueblos deben organizarse y resistir ante las amenazas intimidaciones y persecuciones que viven de forma constante. Asimismo resaltó que la participación de la mujer en todos los procesos de defensa ha sido visible, mencionó las consultas comunitarias, movilizaciones y participación activa en procesos de desarrollo desde las comunidades, mencionó el caso de San Miguel Ixtahuacan San Marcos, que en la actualidad existen lideresas perseguidas por defender su territorio

Ante la falta de una alternativa en el actual proceso electoral Sarat mencionó que hay varias mujeres participando para ocupar cargos públicos como concejales, diputadas, entre otros, dijo que el reto es seguir en resistencia por la defensa de los derechos individuales y colectivos, seguir organizándose kasyna y formándose para no dejarse engañar por los ofrecimientos de los diferentes partidos políticos.

Asimismo indicó que CONAVIGUA ha aportado en el proceso de formación, capacitación, negociación e incidencia y en el proceso de preparación para que las mujeres asuman el reto de participar y desde los espacios que ocupen deben responder a las demandas de las comunidades, asimismo indicó que trabajan con agendas municipales donde se plantea las demandas desde las propias mujeres.

“Se espera que las acciones a nivel local, municipal y nacional sean un compromiso por la defensa de la vida”, concluyó Sarat.

 

 

 

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Colombia: Un encuentro histórico para la juventud organizada latinoamericana y caribeña

gato_1El 2 de julio en el resguardo indígena de La María Piendamó, territorio ubicado en el departamento del Cauca (Colombia), tuvo lugar la inauguración del Primer Encuentro Internacional Juvenil organizado por la Confederación Caribeña y Latinoamericana de Estudiantes de Agronomía (CONCLAEA), la Coordinación Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) y Vía Campesina que se desarrollará hasta el día 7 de julio de 2011.

Al ritmo de la música indígena y campesina latinoamericana, del folclor del Pacífico colombiano y de algo de hip-hop bogotano empezó este acontecimiento que conglomeró a más de 400 personas integrantes de 56 organizaciones sociales de 11 países de América Latina y el Caribe.

Importancia política

Según sus comunicados oficiales, este suceso es un proceso inicial y un momento político importante que se abre con el fin de conocer las organizaciones —juveniles, estudiantiles, campesinas, indígenas, negras, ambientalistas o de medios alternativos— que se vienen pensando los cambios sociales, políticos y económicos del continente desde una perspectiva juvenil y revolucionaria. La invitación está abierta a todas las organizaciones que hacen parte de la CONCLAEA, la CLOC, Vía Campesina y la colombiana Minga de Resistencia Social y Comunitaria que quieran participar de este espacio de articulación e integración del movimiento social latinoamericano.

Los objetivos del Encuentro radican en la posibilidad de reconocer unas problemáticas comunes entre las regiones partícipes, ocasionar un intercambio cultural y de saberes y promover y fortalecer la movilización social de la juventud colombiana y latinoamericana. En ese sentido, las temáticas a trabajar durante los días de reunión serán: contexto mundial, latinoamericano y colombiano; políticas de explotación de la madre tierra; estrategias de dominación y experiencias de resistencia en América Latina; y, por último, el papel de la juventud en los procesos de cambio en América Latina.

Primer día del Encuentro

En las horas de la mañana se dieron indicaciones específicas para hacer del lugar de trabajo un espacio ameno para el desarrollo de todas las actividades programadas. Diversos grupos adecuaron lugares previamente ajustados para el asentamiento de las carpas, otros consiguieron leña para la alimentación de las personas participantes, otros se dedicaron a habilitar los baños y, finalmente, jóvenes de ambos sexos se unieron a la Guardia Indígena para asumir las responsabilidades de seguridad. Llegada la lluviosa tarde —ya con el lugar debidamente ambientado con banderas e insignias de las organizaciones y sus luchas— las distintas organizaciones nacionales e internacionales que trabajan en procesos juveniles se presentaron. Tras las exposiciones se constituyeron 12 colectivos de trabajo y cada uno de ellos debió crear un nombre y un “grito de orden”, es decir, una característica que diera identidad al grupo. La mayoría de estos conjuntos utilizaron términos ancestrales o canciones conocidas con modificaciones en las letras y acudieron a las representaciones artísticas para desplegarlas.

Luego de la comida y para terminar la jornada del primer día se pudo observar un ejercicio bastante estremecedor que funcionó como una actividad de mística e integración para las organizaciones y personas presentes. Con las luces apagadas y los ojos vendados, todas las personas formaron un círculo inmenso mientras alguien exponía las reflexiones profundas sobre las injusticias del mundo de un modo subjetivo y poético. Intermitentemente iban sonando explosiones, gritos y sonidos de disparos de ametralladoras y luego una relajante música indígena. Sólo se escuchaba el sonido de los grillos y apenas se veían las luces de las luciérnagas; cuando las personas destaparon sus ojos encontraron varios puntos del escenario prendidos con fuego y algunos individuos bailando al compás de las canciones indígenas. La actividad culminó con la consigna colectiva «Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza».

Organizaciones presentadas

Las organizaciones sociales colombianas que se presentaron son las que han estado más atentas al desenvolvimiento de este proceso y tuvieron un criterio político común en sus pronunciamientos: la construcción de poder popular como alternativa a las políticas excluyentes del Estado y como avance hacia la soberanía y la unidad de los pueblos. Representantes del Comité Organizador del evento y de la Federación de Estudiantes de Agronomía de Colombia (FEAC), el Coordinador Nacional Agrario (CNA), la Minga de Resistencia Social y Comunitaria, la Minga Juvenil, el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) y la Asociación Nacional Usuarios Campesinos-Unidad y Reconstrucción (ANUC-UR) dieron apertura al proceso con su presentación.

Delegaciones internacionales

Durante esta primera presentación las organizaciones internacionales manifestaron su interés en el Encuentro reafirmando su solidaridad con los pueblos saqueados por empresas transnacionales. Asimismo, evidenciaron sus posturas antiimperialistas y proclamaron discursos invitando a la construcción de una América socialista. Entre las organizaciones internacionales que asistieron estuvieron: Movimiento Sin Tierra (MST, Brasil), Frente Popular Darío Santillán (Argentina), Federación de Estudiantes de Agronomía de Brasil, Centro Memorial Martin Luther King (Cuba), Federación Argentina de Estudiantes de Agronomía, Movimiento Nacional Campesino Indígena de Argentina (MNCI) y Civis (Suecia).

Otros momentos del Encuentro

El Encuentro cuenta con otros dos momentos fundamentales que se abordarán entre el 2 de julio y el 18 de julio. El XX Congreso Caribeño y Latinoamericano de Estudiantes de Agronomía (CLACEEA) organizado por CONCLAEA que además celebra sus 20 años de existencia. Igualmente, está la VII Jornada Nacional de Vivencias Campesinas e Indígenas que busca que quienes participen se encuentren con realidades similares a las suyas pero viviendo en contextos alejados a su cotidianidad.

 

 

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Colombia: Solo faltan 4 días para el I Encuentro Internacional Juvenil CONCLAEA- CLOC-VIA CAMPESINA

Resguardo la María, Municipio de Piendamó, Cauca, Colombia 29 de Junio 2011

gato_1A cuatro días de iniciar el Encuentro Internacional Juvenil organizado por la CONCLAEA y la CLOC-VÍA CAMPESINA; nos llena de alegría y esperanza comunicar que el proceso de convocatoria y preinscripciones ha superando las expectativas en cuanto al número de países, organizaciones y personas que asistirán a este importante escenario para los movimientos sociales de América Latina y el Caribe. Hasta hoy tenemos confirmada la participación de 11 países y 59 organizaciones sociales del continente; 180 personas del centro del país y 120 personas del resto del país, más 50 internacionales de procesos juveniles, estudiantiles, campesinos, indígenas, negros, ambientalistas y de medios alternativos, entre otros.

El encuentro contará con la participación de reconocidos ponentes nacionales e internacionales, como: Nei Orsekovski de La Escuela Nacional Florestan Fernandes MST Brasil; Marcel Lueiro del Centro Memorial Martin Luther King Cuba; Magda Lanuza de Iniciativas Contra El Agronegocio Nicaragua; Aurelio Suarez del movimiento nacional por la salvación agropecuaria de Colombia; entre otros ponentes de las organizaciones convocantes y participantes.

El Encuentro Internacional Juvenil, iniciará el próximo 2 de Julio en el departamento del Cauca; Resguardo de La María Piendamó. Proporcionamos a ustedes las siguientes indicaciones para facilitar la llegada al lugar del encuentro; sobre la vía panamericana, vía Cali Popayán, en el kilometro 50 subiendo por la carretera destapada, hasta el silo del resguardo.

“La Juventud de América lucha en un solo grito de rebeldía”

COMITÉ DE COMUNICACIONES

coordinaciongeneralconclaea@gmail.com

Ver videos:

http://www.youtube.com/watch?v=N0tR4XCmPbM

http://www.youtube.com/watch?v=mUVVoyXRiEI

 

 

 

 

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Paraguay: Comunicado CLOC/Vía Campesina Paraguay sobre el IALA Guaraní

La Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) y La Vía Campesina, de Paraguay, integrada por: la Coordinadora Nacional de Organizaciones de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas (Conamuri); el Movimiento Agrario Popular (MAP); la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (MCNOC), el Movimiento Campesino Paraguayo (MCP), la Organización de Lucha por la Tierra (OLT) y la Organización Nacional de Aborígenes Independientes (ONAI); se dirige a la opinión pública, nacional e internacional, en referencia a las últimas publicaciones en la prensa local acerca del Instituto Agroecológico Latinoamericano (IALA) Guaraní, para expresar cuanto abajo sigue:

Nos indigna el silogismo grosero que se maneja para deducir, con elementos poco menos que inteligentes, la inexistente relación entre el IALA Guaraní con un supuesto grupo armado, producto del sensacionalismo y el don cada vez mayor, de algunos medios, para provocar miedo y desconfianza hacia los movimientos sociales. Hace días que vienen insistiendo en el hecho de que en el distrito de Curuguaty, departamento de Canindeyú, se está forjando “adiestramiento de guerrilla”, con el respaldo económico del presidente venezolano Hugo Chávez, en las instalaciones de nuestro IALA Guaraní.

Negamos rotundamente, desde luego, las afirmaciones arbitrarias que se han difundido a propósito del tema: el IALA Guaraní es un proyecto pedagógico que se hermana con otros similares llevados adelante, con mucho esfuerzo, por la CLOC/Vía Campesina, en Sudamérica, y nada tiene que ocultar acerca de sus objetivos y su trayecto andado; es un emprendimiento que lleva tres años de arduo proceso en Paraguay, con el único propósito de instalar la carrera de Ingeniería en Agroecología para los hijos y las hijas de familias campesinas e indígenas.

Denunciamos, a su vez, la persecución contra el IALA Guaraní en la medida en que pretenden fomentar una imagen negativa del instituto, por el simple hecho de capacitar a la juventud rural desde una perspectiva política diferente. Siempre que la clase trabajadora busca el conocimiento y la formación surgen los embates enemigos, pues mejor mantener en retraso al pueblo; ciegos y alienados la gran mayoría, posibilita que el sistema tome el rumbo que le conviene a unos cuantos.

Mientras esto ocurre, seguimos enfrentando en el mundo los cambios climáticos con soluciones desacertadas, pues al carecer de profesionales que se identifiquen con el territorio afectado por estos fenómenos, poco o nada se podrá avanzar en la necesidad de enfriar el planeta. Mientras esto ocurre, nuestro país y la región en que estamos, siguen siendo denominados por las empresas del agronegocio como las “Repúblicas Unidas de la Soja”, produciendo beneficios que no alcanzan a las poblaciones con los derechos cada vez más vulnerados; antes bien, para ellas solo se traducen en expulsión de sus tierras, empobrecimiento, enfermedades y muerte.

Consideramos que el planteamiento que la agroecología encierra es la alternativa más válida para enfrentar este contexto mundial de catástrofes en ciernes, por lo que el IALA Guaraní se torna una herramienta de formación para los y las jóvenes, en el marco del desarrollo de la producción sana y sustentable, con rostro humano y en correspondencia con el medioambiente, a través del rescate de los saberes de nuestros pueblos, los cuales han permitido, hasta el día de hoy, la sobrevivencia en la Tierra.

Por otra parte, entendemos que la criminalización de la lucha social se refleja en los infundios de una prensa al servicio de la burguesía local, ya que no tenemos vínculo alguno con el gobierno de Hugo Chávez y no procuramos relaciones con ningún grupo armado. Las organizaciones campesinas e indígenas tenemos pleno derecho de crear nuestros propios espacios de formación sin que esto signifique, necesariamente, “adiestramiento de guerrilla”. Estamos en una sociedad cuya Constitución Nacional adopta la pluralidad de ideas y estipula que nadie puede ser molestado por su ideología.

Exhortamos a las y los estudiantes del IALA Guaraní y a la Coordinación del mismo a seguir poniendo el máximo empeño por hacer realidad la hermosa responsabilidad que asumieron y no cejar jamás ante los escollos que surgen en el camino que, orgullosamente, decidieron andar.

¡Por la tierra y la soberanía de nuestros pueblos! ¡América lucha!

¡Globalicemos la lucha! ¡Globalicemos la esperanza!

 

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