El último día del VII Congreso Continental de la CLOC contó con reflexiones y propuestas sobre la Declaración de los Derechos Campesinos, aprobada en la Organización de Naciones Unidas (ONU) en diciembre de 2018.
Diego Montón, integrante del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) de Argentina, recordó el 30 de junio en Expocuba que fueron más de 17 años de lucha para lograr esta Declaración que será el principal instrumento para que los movimientos campesinos del mundo defiendan sus derechos.
El documento reconoce el rol que tienen campesinas y campesinos en la producción de alimentos saludables como promotoras/es de un desarrollo sostenible y la importancia de la agroecología para hacer frente a la crisis alimentaria.
Además se incorporan derechos colectivos, como el derecho a la semilla, a la tierra y al uso comunitario de la tierra, a la gestión de bienes comunes. El texto también exhorta a garantizar una vida digna para el campesinado, a través de ingresos y comercio justos.
Tanto Montón, que forma parte de la Comisión Política de la CLOC, como Ramona Duminicioiu, campesina rumana representante de La Vía Campesina Europa, propusieron que la Declaración sea una herramienta para trabajar con cada organización, con sectores jurídicos (como los abogados populares) y con partidos políticos y gobiernos, para pensar la adaptación y aplicación en cada país.
Duminicioiu dijo que entre los desafíos que plantea la implementación de la Declaración de los Derechos Campesinos en Europa están: empoderar al campesinado europeo, especialmente el de Europa del Este, donde el impacto de políticas agrícolas es enorme; utilizar la Declaración para promover la agroecología y promover la unidad con otras regiones de LVC.
Alianzas
La Declaración es el resultado de la política de construcción de alianzas de La Vía Campesina (LVC) incorporando asociaciones de pescadores artesanales, pueblos pastores, pueblos indígenas, entre otros colectivos y organizaciones, en pos de lograr una herramienta para defender los derechos campesinos ante el avance de los Tratados de Libre Comercio y otros avasallamientos del capital financiero internacional.
“Cada uno de los artículos que están plasmados en la Declaración surgen de nuestras luchas concretas y debe volver a nosotrxs para fertilizar nuestros procesos y profundizar la movilización”, dijo Montón.
De esta manera, la Declaración pone fin al intento de imponer la teoría del “fin del campesinado” (que se dio a comienzos de los años 90, de la mano del “fin de la Historia”).
A nivel de LVC Internacional se va a indagar cómo darle seguimiento a la implementación, de qué manera promover políticas públicas para el campesinado y cómo controlar a los Estados que violan los derechos campesinos.