La Conferencia Internacional de La Vía Campesina estuvo precedida por la V Asamblea de Mujeres los días 17 y 18 de julio, en Derio, País Vasco.
En la Asamblea de mujeres hubo un espacio para mirar la historia. Francisca Rodríguez (Pancha), miembro de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (ANAMURI) de LVC Sudamérica, hizo un recorrido histórico de las mujeres en La Vía Campesina. Recordó que todo comenzó en 1992, cuando organizaciones agrícolas campesinas de Centroamérica, el Caribe, América del Norte y Europa se reunieron en Managua, Nicaragua, con la idea de construir ese gran movimiento. En este primer momento no hubo participación de las mujeres. Se trataba del comienzo de un proyecto político de las mujeres campesinas, que tardaría algunos años en consolidarse. Veamos cómo.
Fue en 1993 cuando se realizó la primera conferencia de La Vía Campesina en Mons, Bélgica, donde un grupo reducido de mujeres discutieron sobre el proceso de participación. Se pronunciaron para que la declaración final de la Conferencia fuera mucho más inclusiva. Se habló del derecho a la tierra tanto para hombres como para mujeres y sobre el reconocimiento de todos esos derechos. En esta misma conferencia se definieron 10 ejes de trabajo, entre ellos, la igualdad de género, cuyo principio fue que hombres y mujeres son todos iguales y que los valores sociales deben estar basados en la solidaridad y la igualdad. “Esta fue la primera discusión que tuvimos sobre el feminismo. Entonces éramos feministas”, afirmó Pancha, quien fue testigo y en parte artífice de esa construcción del feminismo en La Vía Campesina.
En la tercera Conferencia que se realizó en Bangalore, India, es donde se consagra la paridad de género, logrando finalmente que el número de participantes hombres y mujeres fuera el mismo. Esta cuestión ya había sido impulsada previamente por las mujeres de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC), quienes en aquellos años estaban a la vanguardia del discurso campesino feminista.
También se centraron en la carta por los derechos de las y los campesinos. “En cuanto a la carta, sentimos la necesidad de reescribirla, ya que no hablaba enérgicamente contra la violencia hacia las mujeres”, recordó Pancha.
En este mismo espacio se lanzó la campaña mundial de semillas consideradas como obra campesina e indígena, una creación colectiva que refleja la historia de los pueblos y especialmente de sus mujeres, quienes fueron sus creadoras iniciales y se han mantenido a través de la historia como sus principales guardianas.
La campaña mundial ”Basta de violencia contra las mujeres” tuvo lugar en la V conferencia que se realizó en Maputo-África en el 2008. “Aquí no solo se habló de una violencia doméstica u organizacional, también de la violencia sistémica que es muy dura para los hombres, pero dos veces más para las mujeres”, subrayó Pancha.
En la penúltima Conferencia, celebrada en Yakarta en el 2013, prepararon una hoja de ruta para el empoderamiento de las mujeres rurales y saludaron a las feministas latinoamericanas que a día de hoy siguen construyendo un mundo nuevo basado en la emancipación social.
En esta VII Conferencia de La Vía Campesina, el reto que proponen las mujeres es definir, de común acuerdo, lo que entendemos por “feminismo campesino y popular”.