Berta Cáceres no murió. La tierra abrazó sus huesos para multiplicarla y nutrir la lucha por los bienes comunes que emprenden nuestros pueblos.
Desde la CLOC-Vía Campesina Paraguay nos sumamos a la indignación contra las instituciones del Estado hondureño que por acción u omisión legitiman los crímenes de la clase dominante poniendo al servicio de una minoría la biodiversidad para proyectos de explotación y muerte, en una permanente y sistemática violación a los derechos humanos y ambientales.
No dejaremos transcurrir la historia sin hacer justicia a Berta Cáceres, protectora del Pueblo Lenca. Exigimos una investigación imparcial que lleve a la verdad y dé con los responsables morales y materiales de ese atentado. En los últimos años, solo desde el golpe de Estado de 2009, se han acumulado al menos 120 dirigentas y dirigentes asesinados en Honduras.
Expresamos nuestra solidaridad al COPINH (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas), coordinadora de la que fue su máxima representante esta luchadora incansable que supo interpretar los clamores del río en su afán por defenderlo de las voraces corporaciones. Hoy, pese al terrorismo de Estado latente en Honduras, pese a la incidencia nefasta de las transnacionales en todos nuestros países, su lucha nos une en mística, coraje y resistencia.
Exhortamos a la solidaridad internacionalista como una herramienta de los pueblos para denunciar la persecución contra sus líderes y lideresas.
A poco de recordarse el día internacional de las mujeres trabajadoras, celebramos el ejemplo de esta compañera que no flaqueó ante los enemigos de la Madre Tierra, esos que creyeron que a balazos podrían silenciar su lucha, pero se equivocaron. Porque Berta Cáceres no murió: ¡se multiplicó!
¡Justicia para los defensores y defensoras de la Tierra asesinados por el capitalismo!
¡Basta de feminicidios políticos!
¡Berta Vive! La lucha sigue!
Asunción, 2 de marzo de 2017