Desde la Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas Conamuri expresamos nuestra mayor solidaridad con el pueblo hermano de Venezuela, en su lucha por la soberanía nacional frente al imperialismo.
Repudiamos la intromisión del gobierno de Estados Unidos encabezado por Donald Trump en la política interna de Venezuela. Así también, manifestamos nuestro repudio a las acciones injerencistas de la OEA, la cual se ha pronunciado con vehemencia en el caso venezolano, pero deja atrás los verdaderos y graves atropellos contra la democracia y los derechos humanos que se perpetran a diario en nuestro continente.
Los procesos de crisis política que se vienen dando en la región en los últimos años obedecen a que nuestros pueblos desean vivir en autonomía, sin permitir ya que ningún poder extranjero siga pretendiendo trazar nuestros destinos imponiendo su voluntad.
Aquí en nuestro país, Paraguay, luchamos por la libertad de los presos políticos y por la construcción del Buen Vivir en un contexto de complejidades sociales en aumento. La desigualdad genera distancias desmedidas entre ricos y pobres y, como es bien sabido, una matanza de campesinos y policías –en la que terminaron pagando los agricultores sin tierra– acabó con un gobierno de alternancia elegido por la mayoría. Son varios los retrocesos que desde entonces sufre la clase trabajadora bajo un gobierno neoliberal y entreguista. Pero no nos detienen los desafíos, al contrario: nos alientan.
Al pueblo venezolano, que es nuestro ejemplo de valentía y madurez política, le deseamos toda la fuerza para seguir resistiendo por su soberanía y su dignidad, pues es justo y necesario que siga construyendo su propia historia, que es a la vez parte importante de la historia de América Latina y Caribe.
¡Venezuela se respeta!