23 de junio de 2016
Hoy Día del Campesino, en días festivos donde nuestro mundo indígena celebra el Año Nuevo Andino, se cumplen 47 años de la Reforma Agraria sucedida en nuestro país. Con la Ley N° 17716, el Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas, liderado por el Gral. Juan Velasco Alvarado, devolvió 11 millones de hectáreas a las manos campesinas que venían siendo siervas de grandes latifundios.
Este es un hecho histórico que no sólo reinvidicó la posesión de los territorios ancestrales, también dignificó el rol económico, social y cultural de las familias campesinas como descendientes y herederos de aquellos pueblos indígenas y originarios asentados desde antes de la llegada de la corona española. A partir de ese momento los campesinos y campesinas fueron ciudadanos y sujetos con derechos.
En ese contexto, nace la Confederación Nacional Agraria – CNA para defender los intereses de estos pueblos y organizarlos para su intervención en la vida política del país. Sin embargo, años después, y a pesar de los intentos por desbaratar los avances de la Reforma Agraria, los beneficiarios aún están en proceso de resistencia y defensa de sus derechos. Es en este escenario en que nuestra organización expresa lo siguiente:
– No se nos deja decidir sobre el tipo de desarrollo que queremos para nuestros pueblos. El modelo económico extractivista, que sustenta el crecimiento del país, nos está despojando de nuestras tierras y acaparando los recursos naturales. Las recientes disposiciones legales del gobierno, conocidas como «paquetazos», para el incremento de las grandes inversiones, están vulnerando nuestros derechos colectivos como el de la Consulta Previa y la Autodeterminación. Demandamos la anulación inmediata de la Ley 30230, Ley 20327, DS 001 – 2015 EM, DL 1210 y DL 1192.
– La vida dentro del territorio de las comunidades campesinas está en constante inseguridad, dado que aún hay procesos de titulación inconclusos, no ha habido un adecuado saneamiento físico y legal y existen conflictos por superposición de derechos, colindancia y desmembramiento. Urge atender la seguridad jurídica territorial y contribuir con adecuados y participativos procesos legales y administrativos, además de brindar información pública sobre estas problemáticas.
– La constante presión por explotación de los recursos que hay sobre nuestros territorios ha hecho que se lleven a cabo conflictos y protestas sociales donde quién más ha salido perdiendo es el pueblo campesino. Levantar la voz ha significado muertos, heridos y procesos judiciales injustos. La política que el Estado viene aplicando para este tipo de conflictos es de criminalizar, perseguir y judicializar a todo aquel que decide protestar. Rechazamos este accionar y exigimos la derogación de la Ley 30151, ley que permite el uso de armas a las fuerzas del orden durante manifestaciones sociales.
– Demandamos la implementación de las políticas agrarias que recientemente se vienen aprobando, estás representan un avance en el reconocimiento del gran aporte que hace la pequeña agricultura familiar en la alimentación de la población peruana (se abastece a 7 de cada 10 hogares). Es menester más políticas regionales y locales que busquen desarrollar los sectores rurales y potencializar las economías locales, principales espacios donde se lleva la producción campesina.
– Nuestro país está próximo a firmar el acuerdo comercial TPP, que arriesga la soberanía nacional, pone en bandeja de grandes grupos de poder la explotación de nuestros territorios y vulnera una vez más la producción agrícola nacional. Exigimos que el TPP no sea ratificado por el Congreso de la República.
– Las políticas públicas sobre reivindicaciones culturales y sociales de nuestros pueblos, deben continuar atendiendo nuestro modo de ver la vida a través de un diálogo intercultural. Somos un país que aún tiene muchas brechas por superar, sobretodo en los sectores rurales por ser los más vulnerables.
Las organizaciones campesinas e indígenas del país estamos construyendo procesos que garanticen nuestra soberanía alimentaria y el ejercicio pleno de nuestros derechos como pueblos originarios e indígenas, agricultores y productores de la pequeña agricultura. No solo producimos los alimentos, somos pueblos con derechos individuales y colectivos y estamos construyendo nuestro propio desarrollo.
¡Viva la Reforma Agraria y las políticas que reivindican nuestros derechos!
¡Viva el gobierno revolucionario de Juan Velasco Alvarado!
¡Vivan los pueblos originarios e indígenas del Perú!