16 de octubre de 2015
“En aquel tiempo se producía de todo, hortalizas, frutos. No se usaba herbicidas. Una unión de gente de la vecindad para trabajar en común”. Con esta frase, el representante de la Dirección Nacional del Movimiento de los Pequeños Agricultores (MPA), Valter da Silva, inició la mesa de discusiones en la mañana del jueves, dia 15 de octubre, en São Bernardo do Campo, São Paulo.
Silva reflexionó sobre la importancia de mantener la identidad del campesinado aliándolo al Plan campesino, una política volcada a la soberanía alimentaria de los pueblos de todo el mundo y contra el modelo opresor del agronegocio.
Según Valter da Silva, el campesinado representa casi la mitad de la población mundial, en cambio, posee acceso a apenas 24% de las tierras produciendo al mismo tiempo, 70% de los alimentos, además de representar 40% del PIB agrícola. Silva destacó que 92.3% de las unidades agrícolas son campesinas e indígenas y apenas 8% es latifundio que caracteriza a una producción invisible para las estadísticas divulgadas. “Dicen que la agricultura campesina es ineficiente y niegan a la política. Muchas veces fue lanzado el ejército sobre los campesinos para impedir la evolución. Canudos es un ejemplo muy fuerte, donde fue movilizado el ejército para acabar con los pueblos. Otro ejemplo es el de Contestado. Historicamente no nos quieren reconocer porque la producción campesina es fundamental para el avance”.
Otro punto destacado por Silva es la diferenciación de la agricultura familiar y campoesina. “Existe una gran trampa sobre el concepto de agricultura familiar. Toda agricultura familiar es campesina pero no toda agricultura campesina es familiar. La agricultura familiar es dependiente de insumos, transgénicos, es monoproductora. La agricultura campesina es más que eso, parte de una base de recursos, como tierra, agua, semillas. Es en relación con la naturaleza que se hace la producción. Es una lucha por autonomia productiva, disminución de insumos, por esto necesita ser diversificada”, explica.
Con el foco en la producción basada en las necesidades de las famílias, la agricultura campesina apuntada por Silva sigue dos líneas políticas centrales, la de mejorar las condiciones de vida de las personas en el campo y también, las condiciones estructurales de trabajo de los campesinos y campesinas, al contrario de la agricultura familiar, que es según él, una simplificación del modelo del agronegocio, volviendo la agricultura nada más que una profesión. “La agricultura campesina es un modo de ser, vivir, producir, tener vida, mística, producción, cultura”.
De acuerdo con Silva, existen algunas teorías al respecto del campesinado y que apuntan hacia tres proyectos. La primera denominada “Fin del Campesinado”, la cual prevé según él, el campo como espacio de patrones y empleados, donde los que más se destaquen van a comprar más tierras y los otros van a perder sus territorios ocasionando el fin de la família campesina.
La segunda teoría según Silva, esta anclada en el ideal de “Metamorfosis campesina”. Silva citó el ejemplo de la transformación por la cual la oruga se convierte en mariposa. Así, el campesino en esta teoría, se transformaría en un agricultor familiar, especializándose en apenas un ‘ramo’, vinculado a la indústria. Por último, la tercer teoría citada por él, se refiere al “Fin del Fin del Campesinado”, en esta teoría los campesinos volverían a su origen de fortalecimiento de las masas campesinas en defensa de un proyecto de vida para la agricultura, con foco en la resistencia.
Con base en estas teorías, Silva resalta la necesidad de organización del campo para hacer resistencia al proyecto del agronegocio que se implantó en el país y en el mundo hoy. Según él, la agricultura campesina e indígena es la única capaz de dar una respuesta a la crisis ambiental, a la crisis de urbanización prevaleciente. “La lógica del capital está haciendo un campo sin gente. El pueblo se está ‘amontoando’ en la ciudad. Necesitamos de la Reforma Agrária para resolver no sólo el problema del campo sino el de la ciudad también”, defiende.
Silva cita aún el papel revolucionário del campesinado para la historia. “El campesinado estuvo presente en ocho revoluciones del siglo XX. Citó la revolução mexicana, Rusa, de Nicaragua, China, luchas anticoloniales, revolución Cubana y otras. En esos momentos hubo mucha presencia campesina que engrosó las filas de los ejércitos revolucionarios y la revolución brasilera no será sin el brazo fuerte del campesinado”.
“No es posible ser un movimiento nacional o internacional si no se vive la agroecologia”
Otras ponencias hechas durante la mesa de debates también provocaron el análisis de que solamente será posible construir un proyecto de vida diferente si los pueblos vivieran y asumieran el hecho de la lucha de clases, la necesidad de vivir y hablar sobre el campesinado, sobre la agroecologia. “No es posible ser un movimiento nacional o internacional si no se vive la agroecologia”, dice Yazmin Eulalia Jimenez, de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, (ANAP) de Cuba.
Reforzando este ideal, el representante de la Dirección Nacional del MPA, Raul Ristow Krauser, dice que la agroecología es una exigencia. “El pueblo brasilero no merece comer veneno, campesinos no merecen colocarse bombas de veneno en las espaldas para llevar la granja. La construcción de la alianza campesina y obreraa nos crea posibilidades de avanzar en la agroecologia. Cuba hace campesinado y revolución, nosotros necesitamos avanzar en ese proceso”.
Otra ponencia fue hecha por Frei Sérgio Górgem, de la Dirección Nacional del MPA. Según él, quién alimenta a la humanidad son los pueblos y fueron preparados por los pueblos, tribus, por los indígenas, campesinos de tres continentes. “Fueron los Africanos y Negros los que domesticaron a la gallina, y todos los animales galináceos, fueron ellos, los Africanos, campesinos, los que domesticaron la caña, el frijol”, complementó Górgem, señalando que no fueron científicos los que alimentaron al pueblo, pero fueron ellos los que se alimentaron de lo que fue producido por los campesinos para crear toda la tecnología que inclusive es negada al campo hoy. “Tener derecho a la tecnología no es limosna, es derecho”, enfatizó.
John Henry Gonzáles, de la Coordenación Nacional Agraria, de Colombia, compartió que la realidad vivenciada en su país es semejante a lo que en Brasil pasa hoy. “Nos sentimos muy identificados con toda reflexión acerca de la situación de los campesinos, pues es la misma situación de Colombia y de muchos países de América Latina. Enfrentamos el mismo problema de la tierra, del agronegocio, de la exploratación de los minerales, de la apropiación de las aguas por parte de las multinacionales. Esta paz dicha hoy, no es la paz que queremos para el campesinado. Colombia lucha por una paz y justicia social, lucha por la reforma agraria, por la soberanía alimentaria, por eso, seguimos implementando planes para la producción agroecológica. Seguimos trabajando en la unidad Latinoamericana”.
De Venezuela, Nerson Guerrero, que representa al Frente Nacional campesino Ezequiel Zamora, recordó a Hugo Chavez, llamándolo ‘comandante eterno’. “Después de la partida física del comandante eterno no cesan los ataques para derrumbar nuestra revolución bolivariana. Un ataque que se asemeja a lo que Brasil vive en el ataque a la presidente y nosotros colocamos aquí nuestra solidaridad. Sabemos que el interés del imperialismo no es solamente derrumbar a la revolución bolivariana sino el proyecto de América Latina que resurge después de 523 años que se cumplen de la masacre que tejieron los españoles cuando pisaron nuestro territorio. Chavez recordó lo que el pueblo hizo en el período de resistencia, no hubo descubrimiento. Por eso estamos aqui, para mostrar que seguimos resistiendo al modelo Capitalista”.
Aún siendo bombardeado con armas y con un ejército de fuerzas desiguales, Guerrero dijo que el pueblo irá utilizar las armas que posee para confrontar. “Tenemos la lealtad por la revolución. Fue la revolución la que nos possibilitó resurgir como movimiento campesino, porque estabamos siendo asesinados, muchos fueron desaparecidos, encarcelados. Chávez no dejó ese legado, siguiendo el ejemplo Cubano también, de combatir. Venezuela va a seguir asumiendo eso”, finalizó.