15 de octubre de 2015
La presidenta Dilma Rousseff participó del I Congreso Nacional del Movimiento de los Pequeños Agricultores (MPA), este miércoles 14. A los campesinos y campesinas, ella les afirmó que el Brasil «en los últimos 13 años, dio prioridad a los hombres y a las mujeres que hacen brotar de la tierra, con su sudor, los alimentos que garantizan nuestra seguridad y nuestra soberanía alimentaria.
«Esa prioridad explica la razón de que esté aqui hoy con ustedes» dijo. Ella también se comprometió a analizar y discutir las propuestas encaminadas por el MPA al gobierno federal.
Para Anderson Amaro, de la coordinación nacional del MPA, la presencia de la presidenta servirá para sellar el compromiso con los campesinos y las campesinas, que son una parte de la población responsable de su reelección. «En este sentido, la participación de ella sirve para repactar y recomponer el puente que la eligió. Esperamos que ella pueda retomar la agenda de la campaña, su programa de gobierno, por el cual ella fue electa, y no lo que ella está queriendo implementar», defendió.
Entre los planteos que el movimento eleva a la presidenta, Amaro destaca aquellos relacionados a las políticas públicas que dialogan con las poblaciones pobres del campo. El primeiro, dice el, es sobre el Programa de Adquisición de Alimentos (PAA), que está perdiendo fuerza en los últimos tiempos. «Eso a cuenta de los ajustes fiscales», explica.
«También está la cuestión de las escuelas del campo que se están cerrando. Todo eso tiene que ser repuesto para dar más dignidad al campesino. Por otro lado, tenemos que innovar y crear una política pública de masas que consiga dialogar con la población más empobrecida. Algunas políticas públicas muy importantes que fueron creadas, por ejemplo, el Pronaf [Programa Nacional de Fortalecimiento de la Agricultura Familiar], llegaron a un techo. Estamos proponiendo una nueva plataforma de política pública, para quién no sabe, hemos avanzado en ese sentido, con el Plan Campesino», afirmó Anderson.
Acusación
En su discurso, Dilma criticó las articulaciones en torno a su acusación: «Ese golpe no es contra mi, es contra el proyecto que represento. Proyecto que hizo a Brasil salir del mapa del hambre y acabar con la pobreza. Es un discurso golpista contra las luchas históricas de los trabajadores de nuestro país».
En este sentido, la mandatária también afirmó que las unidades de la oposición estarían apuntando a cuestiones fundamentales del desarrollo brasilero. «Es una tentativa de golpe contra algo fundamental: contra la soberanía nacional, contra el modelo de compartir del pré-sal, contra la economía nacional», destacó.
Sobre algunos de los motivos destacados de su acusación, Dilma apuntó que «las cuestiones de las llamadas «pedaladas» nada más son que críticas a las formas por las cuales nosotros pagamos tanto Mi Casa, Mi Vida como la Bolsa Família».
Aún sobre este tema, ella destacó «Yo me defiendo con mucha serenidad, porque no cometí ningún desvío de conducta. Jamás utilizé en mi provecho la actividad que ejercí dignamente como presidente de la República. Tengo certeza que ellos lo intentarán, pero no lo van a encontrar, porque jamás cometí un acto malo en mi vida política y personal.»
Lula
El martes 13, el ex-presidente Lula participó de la plenaria de apertura del Congreso Nacional del MPA. La importancia de garantizar alimento saludable para la mesa de los brasileros fue uno de los puntos resaltados por él.
«Cuando uno ve los números y percibe que el 70% de lo que va para la mesa del brasilero es producido por la agricultura familiar, uno tiene noción de la importancia de la agricultura familiar. […] O sea, nosotros necesitamos hacer que nuestros pequeños agricultores produzcan más. Cuanto más ellos produzcan, más van a estar garantizando la seguridad alimentaria para el país», dijo en rueda de prensa a periodistas.
Para Lula, juntar tantas personas para pensar y luchar por la soberanía alimentaria es extremamente positivo para el actual momento de la conyuntura del país.
«Cuando uno ve compañeros saliendo de varios lugares de Brasil, disponiéndose a venir a São Bernardo do Campo, durmiendo en una tienda en el cemento, yo sólo puedo creer que las cosas van a mejorar y que este país tiene un camino. Dilma tiene que mirarlos y decir gracias a Dios que existen. Por el hecho de saber que ustedes existen es que ella tiene que tener fuerza para enfrentar los desafios que está enfrentando. Nosotros, juntos con ella, saldremos vencedores de esto», dijo.
El ajuste fiscal del gobierno y la demora en asentar familias han sido las principales críticas de los movimientos populares a la presidenta. Lula defendió que los movimientos deben cobrar sus demandas al gobierno 24 horas por día. «Dilma y yo dijimos varias veces en el comienzo: la democracia no es silencio. La democracia es un pueblo en movimento. No paren de reivindicar», dijo.
Congreso
Con el lema «Plan Campesino, Alianza Campesina y Obrera por la Soberanía Alimentaria», el congreso reúne cerca de 4 mil campesinas y campesinos de varios estados brasileros y países del mundo, principalmente de América Latina y África.
Este miércoles 14, los participantes se reunieron para dos debates en la mañana. Con mitad del público formado por mujeres, la primer mesa fue dedicada a la temática femenina: «Mujeres, Lucha y Poder Popular». La segunda, «Juventud Campesina: Desafíos y Perspectivas», fue destinada a las cuestiones de los jóvenes, que componen cerca del 60% del público presente el el encuentro.