POR PRIMERA VEZ DERECHOS HUMANOS CAMPESINOS ANTE LA OEA

Frente a la continua afectación de derechos humanos en los sectores rurales del continente, la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, CLOC-Vía Campesina, presentará en audiencia con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), un informe sobre la situación de los derechos económicos, sociales y culturales de las comunidades campesinas de América Latina y el Caribe.

Con este informe se busca vincular los procesos de investigación y acompañamiento a nivel continental y denunciar las problemáticas que se dan en el contexto del campesinado, para abarcar el proceso de la consolidación o vulnerabilidad de los derechos campesinos ante esta instancia de la Organización de Estados Americanos (OEA).

La audiencia se da en el marco del 149° periodo ordinario de sesiones de la CIDH, con sede en la ciudad de Washington, el cual se llevará a cabo el 29 de octubre de 2013. Los ejes principales del informe son: campesinado como sujeto de los derechos económicos, sociales y culturales; los obstáculos para el goce efectivo de los derechos a la alimentación y el territorio y cómo éstos impactan sobre las poblaciones rurales, en especial sobre las mujeres y los defensores y defensoras de los derechos humanos, en relación a la criminalización de la lucha social.

Para la elaboración de este documento, la CLOC-VC contó con el apoyo del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), importante institución argentina en materia de defensa de los derechos humanos. Cabe recalcar que la CLOC-VC es una instancia de articulación continental con 20 años de compromiso constante con la lucha campesina y representa a trabajadores y trabajadoras, indígenas y afrodescendientes de toda América Latina y el Caribe.

El informe contiene datos estadísticos que revelan las consecuencias de las políticas neoliberales y el modelo de producción agrícola industrial, y cómo inciden estos en los derechos humanos campesinos. Entre otros, se destacan:

  • Actualmente, 595 millones de personas habitan en América Latina, de las cuales el 20,5% vive en zonas rurales.

  • Según el Fondo Internacional para el Desarrollo de la Agricultura, la pobreza en zonas rurales de América Latina y el Caribe es el doble de la que se presenta en los centros urbanos, además, es la región mundial con más desigualdad de ingresos.

  • El 80% de quienes sufren hambre y el 75% de quienes se encuentran en extrema pobreza son habitantes rurales; esto se presenta con mayor intensidad en América Latina.

  • En el caso de Brasil se planea destinar 70 millones de hectáreas de la Amazonía para agrocombustibles.

  • En Guatemala, entre 1990 y 2004, la producción de maíz nativo se redujo en un 15,7%.

La sustentación estará a cargo de representantes de la CLOC-VC y del CELS. Esta audiencia será transmitida en vivo por el canal web de la ONU: http://webtv.un.org/

Comunicación CLOC-Vía Campesina

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Paraguay: Declaración de Yvapuruu- Leyes de semillas: resistiendo al despojo

24 de octubre de 2013

Las semillas son obra y parte de la historia de los pueblos. Ellas fueron criadas mediante el trabajo, la creatividad, la experimentación y el cuidado colectivo. A su vez, ellas fueron criando a los pueblos, permitiendo sus formas específicas de alimentación, de cultivar, de compartir y de desarrollar sus visiones de mundo. Están, por lo tanto, íntimamente ligadas a normas comunitarias, responsabilidades, obligaciones y derechos.

Las semillas nos imponen responsabilidades que son incluso anteriores a nuestro derecho a utilizarlas.

Las semillas son la base fundamental del sustento. Si hoy podemos nutrirnos de la agricultura en el mundo entero, gozar de los sabores y formas de alimentación, sustentarnos y sustentar a la humanidad, es porque los pueblos las han cuidado, llevado consigo y permitido su circulación. Esa base del sustento y de la existencia está hoy bajo ataque. El objetivo de este ataque es acabar con la agricultura campesina e indígena y especialmente con la producción independiente de alimentos, intentando cerrarle el futuro a la soberanía alimentaria, para convertirnos en una población sin territorio, que sólo puede ser mano de obra barata y dependiente. Es un ataque que se despliega de diversas formas y mediante mecanismos múltiples. Necesitamos enfrentar la agresión de manera integral.

Al centro más visible del ataque a las semillas y todo lo que ellas significan está la propiedad intelectual, cuya forma más común son hoy las llamadas leyes de derechos de obtentor o leyes UPOV, pero que también incluye las leyes de certificación, los registros de variedades y las leyes de comercialización. Son leyes y reglamentos que legalizan el abuso y el despojo.

Específicamente:

1. Permiten que las empresas se apropien de las semillas campesinas.

2. Prohíben y convierten en delito el uso, la conservación, el manejo, el intercambio y la reproducción de semillas campesinas.

3. Permiten la confiscación y la destrucción de nuestras semillas, cultivos y cosechas.

4. Nos obligan a aceptar el allanamiento de nuestras tierras, bodegas y casas, incluso con intervención militar.

5. Nos imponen multas y penas de cárcel mediante procedimientos que ni siquiera nos permiten una defensa adecuada, ya que parten del supuesto de que somos culpables.

Son leyes que impiden que las semillas caminen con la gente, congelan su transformación y adaptación a los diversos territorios y las condenan a morir.

La privatización y el despojo se apoyan también en otras normas que hoy nos imponen. Por ejemplo, las normas de inocuidad alimentaria, las normas de certificación de productores y de ecosistemas, las mal llamadas buenas prácticas agrícolas, las nuevas oleadas de la revolución verde, los paquetes de agroquímicos, las normas fitosanitarias, los programas de servicios ambientales, los programas de desarrollo y financiamiento agrícola, la introducción de nuevas tecnologías y especialmente de los transgénicos y la amenaza de la introducción de cultivos Terminator, los encadenamientos productivos, la agricultura bajo contrato, los planes de ordenamiento territorial, la asociatividad con grandes empresarios, etc.

Hay un conjunto de mitos y mentiras que han utilizado las empresas, los gobiernos y organismos internacionales para justificar estas leyes. La primera y más vergonzosa es que con estas leyes tendremos acceso a semillas industriales de mejor calidad. Con ello desconocen las amplias evidencias de que las semillas campesinas son las mejor adaptadas a las condiciones reales de cultivo y garantizan una producción estable, diversa y adecuada. También desconocen que las leyes de privatización, lejos de garantizar calidad, dan poderes a las empresas para que nos aten a semillas tóxicas, no confiables.

En realidad, es una guerra contra el sustento de los pueblos. Quieren que nuestras posibilidades de resistir se debiliten, que abandonemos nuestros oficios, nuestras tierras y nuestros territorios, para dejar el campo libre y apropiarse de los ecosistemas, instalar sumideros de desechos urbanos y tóxicos, apropiarse de todas las fuentes de agua y del sistema agroalimentario además de expandir el extractivismo del agronegocio, los agrocombustibles, la minería, la explotación de los bosques, los monocultivos de árboles, de las represas, del turismo, del campo como refugio exclusivo de las clases poderosas.

Frente a ello, los pueblos del campo tenemos el deber y el derecho colectivo e histórico de recuperar, fortalecer y mantener el cuidado y la protección de las semillas y de nuestras formas de vida y producción. Es una responsabilidad que hemos asumido sin dudar: en todo el continente se multiplican las luchas sociales, y la defensa de las semillas en manos de los pueblos ha estado en el centro de muchas de ellas. Nuestras organizaciones y nuestras semillas están hoy en resistencia contra el despojo que viene de toda forma de propiedad intelectual o cualquier otra forma de privatización. Seguiremos cuidando las semillas, seguiremos intercambiando semillas y saberes, seguiremos sembrando nuestras semillas y enseñando a nuevas generaciones cómo cultivarlas y mantenerlas. Seguiremos construyendo soberanía alimentaria, resistiremos al agronegocio, a la cultura de homogenización, privatización y muerte que busca imponerse. Lucharemos hasta que las leyes de privatización de semillas, en cualquiera de sus formas, desaparezcan y sean sólo un mal recuerdo. Necesitamos que esa resistencia se amplifique y multiplique; trabajaremos distintas formas de concientización y articulación a fin de que se unan a nuestra lucha los más amplios sectores, porque la defensa de las semillas, y de la agricultura campesina e indígena es la defensa de la alimentación y del futuro de la humanidad.

Junto con reafirmar nuestros compromisos, saludamos con alegría y orgullo las diferentes luchas que se despliegan en nuestra región, desde la amplia movilización en defensa del maíz en México contra la invasión de los transgénicos y la criminalización de las semillas, las luchas de Honduras por recuperar la tierra, las luchas en Costa Rica que han logrado que el 77 por ciento de municipios se hayan declarado libres de transgénicos; el Paro Agrario, la derogatoria de UPOV 91 por parte de la Corte Constitucional y la resistencia a los decomisos de semillas en Colombia; la movilización amplia contra las leyes UPOV en Chile y Argentina, y las movilizaciones contra el agronegocio y la soja en Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina incluyendo el bloqueo a la planta de Monsanto en el Barrio Malvinas Argentinas de la ciudad de Córdoba por parte de los vecinos y las Madres de Ituzaingó; la demanda en Uruguay para que las autoridades competentes tomen las medidas necesarias para evitar que el maíz criollo siga siendo contaminado con maíz transgénico. Al mismo tiempo reconocemos los años de campaña y lucha contra UPOV en Costa Rica desde 1999, especialmente durante los años de resistencia contra el TLC con Estados Unidos (2004-2008).

Repudiamos las tentativas del congreso brasileño de autorizar el empleo de las tecnologías genéticas de restricción de uso (GURTs), conocidas como tecnologías Terminator, por presentar riesgos para la biodiversidad y la soberanía alimentaria y por la violación que implica a los derechos de los pueblos indígenas y campesinos. De hacerlo, Brasil estaría violando unilateralmente un acuerdo internacional de Naciones Unidas y abriendo así las puertas para que otros países sean también presionados para liberar esta tecnología.

Impactados y conmovidos por la realidad de Paraguay, donde el agronegocio ha demostrado su capacidad de destrucción y dominación, nos solidarizamos con la lucha y la resistencia del pueblo paraguayo y nos comprometemos a seguir acompañando su camino y a llevar sus voces y su ejemplo a cada rincón de nuestros territorios.

Hoy damos nuestra lucha en un entorno que ha sido despolitizado desde los ámbitos del poder, que ha impuesto el desprecio por lo rural, campesino o indígena, que ha ignorado los saberes y aportes de los pueblos y comunidades rurales, mientras nos presenta el gran capital, la globalización y al agronegocio como únicas alternativas. Por lo mismo, incluso muchas de las soluciones que se proponen nos invisibilizan y destruyen o ignoran el vínculo indisoluble e irreemplazable entre pueblos, comunidades y semillas: la única base real de toda posibilidad efectiva de protegerlas y garantizar su futuro. No podemos permitir que se olvide que el cuidado de las semillas es una de las estrategias más antiguas de la humanidad, sin la cual el futuro queda en entredicho. Las semillas son patrimonio de los pueblos; nos hemos criado mutuamente y no son entes que flotan en el vacío social. Las semillas no son cosas, ni mercancías, ni programas de computación. No pueden circular sin el cuidado y resguardo de pueblos y comunidades, no son un recurso abierto al primero que acceda a ellas. En otras palabras, las semillas no pueden ser libres en abstracto. Su libertad sólo es posible gracias a los pueblos y comunidades que las defienden y mantienen para cuidarlas y gozar de los bienes que nos brindan.

Paraguay, 17 y 18 de octubre de 2013

Granja Educativa Yvapuruvu, Altos, Paraguay

Alianza Biodiversidad, Red por una América Latina Libre de Transgénicos y Campaña Mundial de la Semilla Vía Campesina

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Mariela siempre en el corazón y en la lucha

21 de octubre de 2013

mari2.jpgCon mucho dolor y tristeza comunicamos que ha fallecido la Compañera Mariela Liddle, luego de una valiente lucha contra el cáncer.

Mariela, Argentina y Latinoamericana, militante de la Patria Grande , viajó y vivió en Cuba desde donde apoyó a la ANAP y a la CLOC VC, para luego radicarse en Dominicana desde donde militó con un fuerte compromiso para fortalecer y acompañar la Región Caribe de la CLOC Vía Campesina.

Incluso afrontando difíciles situaciones económicas no aflojó en sus tareas e incluso fue mas allá de las mismas.

La vamos a extrañar mucho, pero continuaremos en la senda de la lucha, tal como ella hizo hasta los últimos momentos de su vida

Solidaridad con sus familiares y amigos , así como con las compañeras y compañeros del Caribe.

Hasta la Victoria Siempre Compañera!

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Guatemala:Video Violación de los DDHH por megaproyectos

20 de octubre  de 2013

Trabajo realizado por la convergencia de medios presentes en el V Encuentro de la Red Latinoamericana de Afectados por Represas en Guatemala sobre violación de DDHH por empresas constructoras y estado guatemalteco en torno a presas.

Fuente: Radio Mundo Real

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Capitalismo y Política Alimentaria. Una política Alimentaria para la otra Economía

17 de octubre de 2013

Por João Pedro Stédile
Brasileño, miembro de Vía Campesina y del MST, São Paulo, SP, Brasil

images.jpegLlegamos a siete mil millones de seres humanos habitando el planeta. Más de la mitad, amontonados en grandes ciudades. Distantes de sus lugares de origen. Y por primera vez en la historia, hemos alcanzado el triste récord de mil millones de personas pasando hambre, todos los días. O sea, el 14% de todos los humanos no tienen derecho a sobrevivir… Entre ellos, ¡millares de niños y sus madres mueren todos los días!

Entre la población que consigue alimentarse, nos ha sido impuesta una estandarización de los alimentos. Hace 400 años, antes de la llegada del capitalismo, los humanos se alimentaban con más de 500 especies diferentes de vegetales. Hace 100 años, con la hegemonía de la revolución industrial, se redujeron a sólo 100, que después eran sometidos a procesos industriales. Y hace 30 años, después de la hegemonía del capitalismo financiero en todo el planeta, hoy, la base de toda alimentación de la humanidad está representada en 80% en la soja, maíz, arroz, frijol, cebada y yuca. El mundo se ha vuelto un gran supermercado, único. Las personas, en cualquier lugar del mundo, se alimentan con la misma dieta básica, servida por las mismas empresas, como si fuésemos una gran pocilga, esperando, pasivos y dominados, la distribución de la misma ración diaria. Una verdadera tragedia, escondida todos los días por los medios al servicio de la clase dominante, que se harta con el banquete de intereses, lucros, cuentas bancarias, champán, langosta. ¡Cada vez más obesos y deshumanizados! Saturados de injusticias e iniquidades.

Por qué hemos llegado a esta situación

Porque el capitalismo, como modo de organizar la producción, la distribución de los bienes y la vida de las personas basada en el lucro y en la explotación, se ha apoderado de todo el planeta. Y los alimentos han sido reducidos a la condición de mera mercancía. Quien tiene dinero puede comprar la energía para seguir viviendo… Quien no lo tiene, no puede continuar sobreviviendo. Y para tener dinero es preciso vender su fuerza de trabajo, ¡si hay quien la compre!

Porque alrededor de 100 empresas agro-alimentarias transnacionales (como Cargill, Monsanto, Dreyfuss, ADM, Syngenta, Bungue, etc.) controlan la mayor parte de la producción mundial de fertilizantes, agroquímicos, agrotóxicos, las agroindustrias y el mercado de venta de esos alimentos.

Porque ahora, los alimentos son vendidos y se especula con ellos en bolsas de valores internacionales, como si fuesen una materia prima cualquiera, como el mineral de hierro, petróleo, etc., y grandes inversores financieros se transforman en propietarios de millones de toneladas de alimentos con los que especulan y aumentan los precios, a propósito, para aumentar sus lucros. Millones de toneladas de soja, maíz, trigo, arroz, incluso de las cosechas futuras, que todavía no han sido siquiera plantadas, la de 2018, o sea cinco años adelante, ya han sido vendidas. Esos millones de toneladas de granos, que no existen, ¡ya tienen dueño!

El establecimiento de los precios de los alimentos ya no sigue las reglas de costo de producción, más los medios de producción y la fuerza de trabajo. Ahora son determinados por el control oligopólico que las empresas hacen del mercado, e imponen un mismo precio para el producto, en todo el mundo, y en dólares. Y quien tenga un costo superior a eso, se va a la quiebra, pues no consigue reponer sus gastos.

Porque, en esta fase de control del capital financiero (ficticio) sobre los bienes, que circula en el mundo en proporción 5 veces mayor que su equivalente en producción (255 billones de dólares en moneda, para apenas 55 billones de dólares en bienes anuales) ha transformado también los bienes de la naturaleza, como la tierra, agua, energía, minerales, en meras mercancías bajo su control. Ha producido una enorme concentración de la propiedad de la tierra, de los bienes de la naturaleza y de los alimentos.

Y ¿cuál es la solución?

En primer lugar necesitamos restablecer en todo el planeta el principio de que el alimento no puede ser mercancía. El alimento es la energía de la naturaleza (sol más tierra, más agua, más viento) que mueve a los seres humanos, producidos en armonía y colaboración con los otros seres vivos que forman la inmensa biodiversidad del planeta. Todos dependemos de todos, en esa sinergia colectiva de sobrevivencia y reproducción. El alimento es un derecho de sobrevivencia. Y por tanto, todo ser humano debe tener acceso a esa energía para reproducirse en cuanto ser humano, de manera igualitaria y sin ningún condicionante.

Los gobiernos han adoptado el concepto de seguridad alimentaria, para explicar ese derecho y así, decir que los gobiernos deben surtir de comida a sus ciudadanos. Es un pequeño avance en relación a la subordinación total al mercado. Pero nosotros, miembros de los movimientos sociales, decimos que el concepto es insuficiente, porque no resuelve el problema ni de la producción de los alimentos, ni de la distribución y mucho menos del derecho. Porque no basta que los gobiernos compren comida, o distribuyan dinero en las «bolsas-familia». Los alimentos continúan siendo tratados como mercancías y dando mucho lucro a las empresas que venden a los gobiernos. Y las personas siguen siendo dependientes: antes, del mercado, ahora de los gobiernos.

Defendemos el concepto de SOBERANÍA ALIMENTARIA, que es la necesidad y el derecho de que, en cada territorio, sea una ciudad, un poblado, una tribu, un asentamiento, un municipio, un Estado o incluso un país, cada pueblo tiene el derecho y el deber de producir sus propios alimentos. Ha sido esa práctica la que ha garantizado la sobrevivencia de la humanidad, aun en condiciones bien difíciles. Y está probado biológicamente que en todo el planeta es posible producir la energía –los alimentos– para reproducción humana, a partir de las condiciones locales.

La cuestión fundamental es cómo garantizar la soberanía alimentaria de los pueblos. Y para eso debemos defender la necesidad de que, en primer lugar, todos los que cultivan la tierra y producen los alimentos, los agricultores, campesinos, tengan el derecho a la tierra y el agua. Como un derecho de seres humanos. De ahí la necesidad de la política de redistribución de los bienes de la naturaleza (tierra, agua, energía…) entre todos, en lo que llamamos reforma agraria.

• Necesitamos garantizar que haya soberanía nacional y popular sobre los principales bienes de la naturaleza. No podemos someterlos a las reglas de la propiedad privada y del lucro. ¡Los bienes de la naturaleza no son frutos del trabajo humano! Por eso, el Estado, en nombre de la sociedad, debe someterlos a la función social, colectiva, bajo control de la sociedad.

• Necesitamos políticas públicas gubernamentales, que estimulen la práctica de técnicas agrícolas e producción de alimentos, que no sean depredadoras de la naturaleza, que no usen venenos ni produzcan desequilibrio con la naturaleza y la biodiversidad, y en abundancia para todos. A esas prácticas adecuadas es a lo que llamamos agroecología.

• Necesitamos garantizar el derecho de que las simientes, las diferentes razas de animales y las mejoras genéticas que van siendo conseguidas por la humanidad a lo largo de la historia sean accesibles a todos los agricultores. No puede haber propiedad privada sobre simientes y seres vivos, como la actual fase del capitalismo nos impone, como las leyes de patentes, transgénicos y mutaciones genéticas. ¡Las simientes son un patrimonio de la humanidad!

• Necesitamos garantizar que en cada lugar, región, se produzcan los alimentos necesarios que la biodiversidad local proporciona y que así mantengamos los hábitos alimentarios y la cultura local, como una cuestión inclusive de salud pública. Pues los médicos y biólogos nos enseñan que la alimentación de todos los seres vivos, para su reproducción saludable, debe estar en convivencia con el hábitat y la energía del lugar.

• Necesitamos que los gobiernos garanticen la compra de todos los alimentos excedentes producidos por los campesinos y usen el poder del Estado, para garantizarles una renta adecuada y al mismo tiempo la distribución de los alimentos de forma adecuada a todos los ciudadanos.

• Necesitamos impedir que las empresas transnacionales continúen controlando cualquier parte del proceso de producción de los insumos agrícolas, de la producción y distribución de los alimentos.

• Necesitamos desarrollar el beneficio de los alimentos (lo que se llama agroindustria) en forma cooperativa bajo control de los campesinos y trabajadores.

• Necesitamos adoptar prácticas de comercio internacional de alimentos entre los pueblos basadas en la solidaridad, en la complementariedad y en el intercambio. Y ya no en el oligopolio de las empresas, y dominados por el dólar estadounidense.

El Estado necesita desarrollar políticas públicas que garanticen el principio de que el alimento no es una mercancía, es un derecho de todos los ciudadanos. Y las personas sólo vivirán en sociedades democráticas, con sus derechos mínimos asegurados, si tuvieren acceso al alimento-energía necesarios.

¡El alimento no es mercancía, es un derecho!

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La Vía Campesina celebra el Día Mundial de la Soberanía Alimentaria y exige soluciones reales para acabar con el hambre

16 de octubre de 2013

logovc.jpgHoy, día 16 de octubre de 2013, La Vía Campesina celebra el Día Mundial de la Soberanía Alimentaria. En varios lugares repartidos por todo el mundo, se llevarán a cabo acciones para reclamar un sistema alimentario dedicado a los pueblos. El movimiento global campesino elevará su voz para decir alto y claro que la solución real al problema del hambre es una agroecología dirigida desde el mundo campesino. Las campesinas y los campesinos no solo alimentan a las comunidades humanas sino que también ayudan a frenar el calentamiento global y protegen a la Madre Naturaleza.

A diferencia del agronegocio, las campesinas y los campesinos no conciben la comida como una mercancía con la que especular y sacar provecho del hambre. No patentan la naturaleza con ánimo de su propio lucro privando así a la población de su sustento. En cambio, sí comparten su conocimiento sobre semillas para que todo el mundo tenga suficiente para comer. En el día de hoy, La Vía Campesina quiere apelar a la sociedad y a los gobiernos para que acepte el papel fundamental de las campesinas y los campesinos para la erradicación el hambre y para que les brinden el apoyo necesario para dar de comer al mundo.

El día 16 de octubre fue declarado el Día Mundial de la Alimentación en conmemoración de la fundación de la FAO, la organización de las Naciones Unidas cuyo mandato es terminar con el hambre y la malnutrición en el mundo. La causa destacada de este año es «Sistemas alimentarios sostenibles para la seguridad alimentaria y la nutrición». Con ello, se reconoce que con sistemas alimentarios insostenibles no nos acercaremos a un futuro sin hambre. Sin embargo, los gobiernos, bajo la presión del negocio agroalimentario, siguen promocionando una agricultura basada en la insostenibilidad y en soluciones equivocadas que no llevarán a erradicar el hambre. Desde La Vía Campesina existe la convicción de que los OGM, los agrocarburantes y el acaparamiento de tierras por parte de las corporaciones privadas con el apoyo de gobiernos de todo el mundo hacen aumentar el hambre.

El Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA), organismo principal de las Naciones Unidas en cuanto a la coordinación de políticas para la erradicación del hambre, pasó de la insignificancia a ocupar un papel importante después de los estragos que causó la crisis del 2008 en los precios globales de los alimentos. El objetivo es que estos no se repitan. El día 11 de octubre, finalizó la 40a sesión del CSA en Roma. En sus decisiones, los gobiernos reconocen el papel fundamental de las campesinas y los campesinos para solucionar el problema del hambre. Andrea Ferrante, miembro de La Vía Campesina dijo en Roma que «los gobiernos del CSA han reconocido la diversidad y la complejidad de la producción a pequeña escala, su necesidad de acceder al mercado así como a intercambios no monetarios. Hemos dejado claro que las y los pequeños agricultores no deben tener que adaptarse al mercado sino que son las normas y las políticas las que se deben adaptar a ellos.»

Los agrocarburantes fueron una cuestión abordada con controversia. Las organizaciones civiles apelaron al CSA para que no permitiera ser manipulado por grupos de interés de los agrocarburantes. Mientas la mayoría de gobiernos coinciden en que dichos carburantes incrementan la inseguridad alimentaria, no tuvieron el valor de pasar a la acción por culpa de los intereses económicos que están en juego. Sigue habiendo un amplio margen de maniobra para usurpadores de tierras interesados en continuar con sus iniciativas de carácter destructivo. La Vía Campesina y sus aliados siguen luchando sobre el terreno contra el acaparamiento de tierras e instan a los gobiernos a retomar el tema a nivel global para frenar la expansión de los agrocarburantes.

Hoy, 16 de octubre, muchos grupos de personas se han manifestado por todo el mundo. Ayer también se realizaron protestas en ocasión del Día Global de Acción contra Monsanto. Estas acciones mantienen viva la esperanza de un futuro libre de hambre. Hay personas alzándose en todo el mundo para denunciar las soluciones falsas del agronegocio y construir alternativas de soberanía alimentaria.

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Paraguay: la MCNOC denuncia desalojo violento y detención de 7 mujeres

16 de octubre de 2013

images.jpgLa Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas- MCNOC- se dirige a la opinión pública nacional e internacional para manifestar cuanto sigue:

Denunciamos el desalojo violento con destrucción de viviendas , árboles frutales con topadoras y la detención de siete mujeres de los cuales tres menores, el hecho ocurrió el dia de hoy, 10 de octubre del cte. en la comunidad de Laterza Cue, Distrito de Mcal. López, Dpto. de Caaguazú, el operativo esta encabezado por el fiscal Troadio Galeano, acompañado de aproximadamente 300 hombres de la policía nacional y entre ellos antimotines.

Exigimos el cese de desalojo, como asi también la libertad de las compañeras detenidas durante el operativo; Celina Ramos Núñez, Lidia Núñez, Estelvina Giménez, Nilza Fabiana Núñez (menor), Elida Carvallo (menor), Dominga Carvallo ( menor) y Norma Núñez (madre de familia con hijos menores).

Responsabilizamos al fiscal Troadio Galeano de los atropellos a la comunidad campesina con mas de cuarenta años de asentados, al mismo tiempo solicitamos a las autoridades responsables la reposición a los compañeros/as, de sus viviendas con sus respectivas pertenencias.

Otra vez mas desde el gobierno se responde con los aparatos represivos para destruir los autoconstuidos por las familias campesinas, en total contramano a la construcción de la Reforma Agraria y su política de combate a la pobreza, que se ha convertido en guerra a los pobres, en donde no se ha respetado su derecho de estabilidad con más de cuarenta años de sacrificio.

«Reforma Agraria como solución a los problemas sociales del país»

«Unidos venceremos»

Asunción, 10 de octubre de 2013

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Ecuador: CLOC apoya a la Asamblea Nacional por la Declaración del 16 de Octubre como el Día Nacional de la Soberanía Alimentaria

16 de octubre de 2013

FENACLE, FEI, CONFEUNASSC, FENOCIN, CNC-ELOY ALFARO, organizaciones del campo Ecuatoriano, articuladas en un proceso unitario que permite la construcción conjunta de posicionamientos y propuestas que para alcanzar el Buen Vivir en el campo y la ciudad, trabajamos conjuntamente en la generación de propuestas de leyes, políticas públicas, programas y proyectos, que permitan que los pequeños productores del campo y los pescadores artesanales puedan mejorar sus condiciones y calidad de vida, así como contar con mejores condiciones para la producción de alimentos que garanticen la soberanía alimentaria en el país.

Nuestro apoyo a las y los Asambleístas que el día de ayer declararon el 16 de octubre como el «Día Nacional De La Soberanía Alimentaria».

Reconocimiento que hoy por hoy está revestido de suprema importancia; y que nos permite recordar a la asamblea nacional, las leyes de tierras, aguas, semillas, agrobiodiversidad, comunas que siguen pendientes; recordarle al ejecutivo la creación de un ministerio de soberanía alimentaria, la redistribución de tierras, la creación de un fondo de tierras, la construcción de una matriz productiva con campesinos.

Nos permite poner en la mesa de discusión la urgencia y la importancia estratégica de alcanzar la soberanía alimentaria, para el desarrollo del país:

Recordemos la urgencia e importancia de fortalecer la producción, transformación agroalimentaria y pesquera de las pequeñas y medianas unidades de producción, comunitarias y de la economía social y solidaria.

Recordemos la urgencia e importancia que se adopten políticas fiscales, tributarias y arancelarias que protejan al sector agroalimentario y pesquero nacional, para evitar la dependencia de importaciones de alimentos.

Recordemos la urgencia e importancia de fortalecer la diversificación y la introducción de tecnologías ecológicas y orgánicas en la producción agropecuaria valorizando nuestros saberes ancestrales.

Recordemos la urgencia e importancia de promover políticas redistributivas que permitan el acceso del campesinado a la tierra, al agua y otros recursos productivos aún pendientes.

Recordemos la urgencia e importancia de establecer mecanismos preferenciales de financiamiento para los pequeños y medianos productores y productoras, facilitándoles la adquisición de medios de producción, como una nueva arquitectura financiera.

Recordemos la urgencia e importancia de promover la preservación y recuperación de la agrobiodiversidad y de los saberes ancestrales vinculados a ella; así como el uso, la conservación e intercambio libre de semillas.

Recordemos la urgencia e importancia de precautelar que los animales destinados a la alimentación humana estén sanos y sean criados en un entorno saludable.

Recordemos la urgencia e importancia de asegurar el desarrollo de la investigación científica y de la innovación tecnológica apropiadas para garantizar la soberanía alimentaria.

Recordemos la urgencia e importancia de regular bajo normas de bioseguridad el uso y desarrollo de biotecnología, así como su experimentación, uso y comercialización.

Recordemos la urgencia e importancia de fortalecer el desarrollo de organizaciones y redes de productores y de consumidores, así como las de comercialización y distribución de alimentos que promueva la equidad entre espacios rurales y urbanos.

Recordemos la urgencia e importancia de generar sistemas justos y solidarios de distribución y comercialización de alimentos. Impedir prácticas monopólicas y cualquier tipo de especulación con productos alimenticios.

Recordemos la urgencia e importancia que los alimentos importados no afecten la salud ni el futuro de la producción de alimentos producidos localmente.

Recordemos la urgencia e importancia de prevenir y proteger a la población del consumo de alimentos contaminados o que pongan en riesgo su salud o que la ciencia tenga incertidumbre sobre sus efectos.

Recordemos la urgencia e importancia de adquirir alimentos y materias primas para programas sociales y alimenticios, prioritariamente a redes asociativas de pequeños productores y productoras.

Recordemos que todos estos planteamientos están plasmados en la constitución y aún siguen pendientes

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Ecuador: La Coordinadora Nacional Eloy Alfaro conmemora el Día de la Alimentación y la Soberanía

15 de octubre de 2013

IMG00159.jpgLa Coordinadora Nacional Campesina Eloy Alfaro, participa en el evento organizado por el Frente Parlamentario Ecuador Sin Hambre de la Asamblea Nacional en el marco conmemorativo del Día Mundial de la Alimentación.

Durante el desarrollo del evento se han presentado las ponencias de asambleístas como Rosana Alvarado, Primera Vice-presidenta de la Asamblea Nacional; María Augusta Calle, Coordinadora Nacional del Frente Parlamentario Ecuador Sin Hambre; autoridades nacionales Silvana Vallejo, Viceministra de Desarrollo Rural; Andrés Aráuz Subsecretario General de Planificación y Buen Vivir; y de dirigentes campesinos como Romelio Gualán, Presidente de la Coordinadora Nacional Campesina Eloy Alfaro entre otros.

Rosana Alvarado, indicó que para alcanzar la igualdad debemos pasar por el cumplimiento de los objetivos de la soberanía alimentaria, que tienen que ser profundizados si queremos una patria revolucionaria, al igual que pagar la deuda a los/las campesinos quienes por años han subvencionado la alimentación del pueblo.

María Augusta hagamos un pacto entre la ciudadanía, Asamblea Nacional, Ministerios, la cooperación para luchar por esta necesidad urgente que es la revolución agraria, el 70% de los alimentos que consumimos los ecuatorianos vienen de manos de los/las campesinos, es fundamental integrar a los pequeños y medianos productores como actores estratégicos en la construcción del cambio de matriz productiva.

Hugo Dután En la actualidad somos 7000 millones de personas a nivel mundial, si la población se incrementa hasta el año 2050 seremos 9000 millones de personas lo que implica una producción al año de 1000 millones de toneladas de cereales. La agricultura que promueve el capital financiero hoy se vuelve un apetecido campo de inversión. Enfrentamos dos opciones quienes compran agresivamente la tierra por la disputa y quienes defendemos la Soberanía Alimentaria.

Romelio Gualan, presidente de la Coordinadora Nacional Campesina Eloy Alfaro, brinda un saludo a las luchas permanentes y el aporte histórico que han brindado las Mujeres Campesinas en la construcción de la Soberanía Alimentaria, este saludo en la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres Campesina Indígena, Afro ecuatoriana, Montubia quienes han sido las pioneras en la agricultura.

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