Domingo 21 de Octubre de 2012
Rosa Guillén (Marcha Mundial de Mujeres) en I Asamblea Continental de la CLOC-VC.
En el panel con representantes de organizaciones aliadas de la CLOC-VC realizado el viernes 19 en el Palacio de la Cultura de la capital nicaragüense, en el marco de la I Asamblea Continental de esa coordinadora, se expusieron las lecturas de coyuntura y de largo plazo por parte de la Marcha Mundial de las Mujeres, Amigos de la Tierra Internacional, SAL, Veterinarios Sin Fronteras y la Red de Biodiversidad, entre otros.
Fue el turno de la integrante de la Marcha Mundial de las Mujeres (MMM), la guatemalteca Rosa Guillén, quien recordó el largo camino conjunto de esa articulación feminista junto a La Vía Campesina y otras múltiples redes en la lucha contra la conformación del Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) a comienzos de este siglo.
“Derrotamos al ALCA pero no hemos podido derrotar aún a los tratados de libre comercio”, indicó la activista feminista haciendo referencia a los Acuerdos de Asociación que plantea la Unión Europea a diversos bloques de países en el continente.
Rosa Guillén señaló la importancia que adquiere el reconocimiento del derecho de las mujeres en la agenda de lucha de las organizaciones del campo, medio en el cual ellas han sido históricamente postergadas y explotadas tanto en las labores agrícolas como en su propio medio familiar en sus roles de producción y reproducción de la familia.
“La pequeña agricultura familiar es el espacio en que las mujeres están más presentes, de ahí la importancia de esa alianza con las organizaciones del campo que aunque parezca natural, ha sido una construcción de hombres y mujeres del campo y de la ciudad”, dijo la integrante de la Marcha.
La I Asamblea resolvió ratificar y reimpulsar la campaña contra la violencia de las mujeres en el campo que desde hace varios años se viene desarrollando. Dentro de ese concepto, Rosa Guillén resaltó la violencia institucional, así como la criminalización de la protesta social.
Según Guillén, esa violencia se basa en prejuicio hacia las mujeres a las que se identifica con un objeto de negociación e incluso en las regiones en conflicto con un “botín de guerra”.