27 de febrero de 2014
Aumentos en las facturas de luz de la población brasilera pueden llegar hasta el 30% en el próximo año.
Los probables aumentos están siendo ocasionados por la especulación articulada por las empresas privadas y estatales gobernadas por el PSDB de MG, SP e PR. En cuanto a las usinas hidroeléctricas de la estatal federal Eletrobrás están vendiendo energía a R$ 32,89/1.000 kW, a las empresas privadas y las tucanas están vendiendo los mismos 1.000 kW por el absurdo de R$ 822,83. Una verdadero robo. El costo alto de la energía será transferido en forma de futuros aumentos en las facturas de luz de la población en los próximos reajustes tarifarios.
La decisión de las empresas privadas y de las estatales del PSDB (Cemig, Copel Cesp) de no renovar sus concesiones hizo que las empresas distribuidoras quedasen sin contratos de compra de energía a largo plazo en cerca de 7% de sus necesidades. Esto obliga a las distribuidoras a comprar esta electricidad en el llamado «mercado del corto plazo». Son cerca de 3.500 MW que son comprados por las distribuidoras al precio de R$ 822,83 por MW.
Este golpe sobre la población brasilera está costando cerca de R$ 70 millones por día. Si esta política de precios sigue todo el año, el costo al pueblo brasilero podrá llegar a R$ 25 mil millones. Hecho que puede llevar al aumento medio de 31% en la tarifa de electricidad para consumidores cautivos, donde están las residencias y la pequeña y media industria. En el caso de que la tarifa de esta taza de energía quede un poco abajo, en cerca de R$ 500,00/1.000 kWh, el aumento medio en las facturas seria de 18%. Por lo tanto, los futuros aumentos podría quedar entre el 18 e 31%.
Para garantizar la recepción de esa dinerada, las empresas reivindican nuevos aumentos al dinero del tesoro nacional para cubrir el déficit.
Para chantajear al gobierno federal, las empresas están creando un clima de caos en el sector que viene siendo propagado por los medios de comunicación y «especialistas» de opinión, diciendo que hay riesgo de racionamiento y, como 2014 es un año electoral, estas prácticas tienden a intensificarse.
No podemos olvidar que las altas tarifas, baja calidad del servicio y el escenario de nuevos aumentos es resultado de un modelo energético creado en los años 90 que se mantiene hasta hoy controlado por las empresas privadas. Estas empresas son las principales responsables de que ese modelo se sustente hasta los días actuales, ya que además de controlar a las usinas y a las distribuidoras de energía, controlan a las instituciones políticas de energía creadas en el ámbito del modelo privatista, como la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (ANEEL), la Cámara de Comercialización de Energía Eléctrica (CCEE) y el Operador Nacional del Sistema (ONS).
El MAB – Movimiento de los Afectados por Represas – denuncia a los gobernadores del PSDB e a las empresas privadas que están llevando en práctica una amplia articulación para evitar el control de los precios y mantener las tarifas brasileras en parámetros internacionales para garantizar tazas de lucros extraordinarias. El intento de aumentar las tarifas y crear un clima de escasez permanente en el sector eléctrico nacional es parte de una reacción iniciada a fines del 2012, cuando el gobierno federal inició un proceso de control de los precios y reducción de las tarifas.
Estas prácticas en el sector eléctrico nacional es una agresión al pueblo brasilero, que tendrá que cargar con nuevos aumentos y amenazas constantes de apagones para justificar la especulación.
Alertamos a la población y convocamos a involucrarse en las luchas para impedir los nuevos aumentos en las facturas de luz.
Agua y energía, con soberanía, distribución de la riqueza y control popular!