El MST aprovecha el Día del Trabajador Rural (25 de julio) para recordar la cifra de más de 150.000 familias aún acampadas en espera de tierra.
El Día del Trabajador Rural existe desde 1964. Hoy se celebra el 25 de julio y también es un momento de luchas en defensa del trabajo y de los derechos de aquellos y aquellas que alimentan a la nación. Por eso, el MST está en una jornada de luchas, exigiendo tierras, políticas de Reforma Agraria y la libertad de Lula, como parte del necesario restablecimiento de la democracia.
La mañana de este miércoles (25), decenas de familias abrieron los peajes en las carreteras del estado de Espírito Santo, en el sudeste del país y aprovechan para dialogar sobre la situación de la Reforma Agraria con los conductores que pasan. En el estado de Pará, al norte del país, también esta mañana, cerca de 150 manifestantes bloquearon la carretera BR 010, en el municipio de Irituia, a 151km de la capital, Belém.
Desde el último fin de semana, se realizaron además ocupaciones de haciendas improductivas y marchas en diálogo con la población sobre los temas defendidos por las familias Sin Tierra. La hacienda Cruzeiro, que compone un complejo con más de 9 mil hectáreas de propiedad del senador golpista Agripino Maia (Partido Demócratas), fue ocupada por las familias Sin Tierra en el estado de Rio Grande do Norte el viernes (20).
La madrugada de este martes (24), 150 familias reocuparon las haciendas que pertenecen a la familia de los golpistas, senador Zé Maranhão (Partido del Movimiento Democrático Brasileño) y diputado federal Benjamin Maranhão (Partido Solidaridad). Las haciendas Volta y Carnaúba están localizadas en el municipio de Tacima, en el estado de Paraíba, al nordeste del país y no cumplen su función social. El MST reivindica las tres mil hectáreas de tierra improductiva.
Las dos haciendas ya habían sido ocupadas durante la Jornada de Luchas de Abril, sin embargo, sufrieron restitución de la tenencia y las familias que luchaban por un pedazo de suelo fueron desalojadas.
“Estamos en lucha en defensa de la adquisición de tierras para que se asienten las más de 150.000 familias hoy acampando bajo lonas negras”, declara Antonio Pereira, de la dirección nacional del MST.
“Además de la defensa de la Reforma Agraria, con políticas de desarrollo para las familias asentadas, entendemos que sólo con el retorno de la democracia nuestras demandas pueden ser conquistadas. Por eso decimos: no hay elecciones limpias sin Lula candidato. ¡Exigimos su libertad!”, dice Pereira.
Cerca de 200 familias ocuparon, el sábado (22) en Ribeirão Preto, estado de São Paulo, la hacienda Santa Lydia, al borde de la carretera Mario Donegá. Hace años la Sociedad Agrícola Santa Lydia tiene decenas de procesos por deudas que sobrepasan los US$ 27 millones (100 millones de reales) a la Hacienda Pública Federal y del Estado.
Las sedes del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA) también fueron ocupadas en las capitales Fortaleza (estado de Ceará) y João Pessoa (estado de Paraíba). En las dos oportunidades los trabajadores realizaron marchas masivas por las principales vías de las ciudades, “recibiendo la solidaridad y el interés de la sociedad todo el tiempo”, evalúa Eva Vilma, presente en la movilización en Paraíba.
“La marcha es una herramienta de visibilidad, nuestro pueblo desafía su propio cuerpo, caminan kilómetros en fila, mostrando nuestros símbolos, nuestras consignas, dando visibilidad a nuestro Movimiento y mostrando que estamos en lucha”, afirma la militante.
En Fortaleza la marcha también fue una herramienta de protesta emprendida por los trabajadores rurales organizados en el MST. Más de 1.000 familias recorrieron las calles de la ciudad el lunes último (23) y se concentraron frente al edificio de la Justicia Federal para denunciar el Estado de excepción inaugurado con el golpe de 2016 y sostenido por la justicia y los medios.
Participaron en la marcha en Fortaleza junto con el MST, el Frente Brasil Popular, Levante Popular de la Juventud, Consulta Popular, Central Única de los Trabajadores (CUT) y Movimiento de Afectados por Represas (MAB por sus siglas en portugués).