13 de octubre de 2015
Carta Abierta de La Vía Campesina Al Presidente de Colombia, A los Gobiernos de la Unión Europea y los países europeos y Estados Unidos, A la Opinión Pública
Preocupaciones por amenazas y falta de garantías en Colombia
Recientemente el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC anunciaron haber llegado a un acuerdo en el tema de Justicia en el proceso de diálogo que desarrollan en La Habana. Es un paso importante que permite ver con optimismo la posibilidad de que se llegue a la firma de un acuerdo que permita el fin del conflicto armado entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC. Después de más de 60 años de guerra pensamos que esta es una posibilidad que no se debe dejar perder. Asimismo, esperamos que también se inicien próximamente conversaciones y se alcance un acuerdo con la guerrilla del ELN.
Al mismo tiempo, vemos con gran preocupación cómo mientras se habla de paz, no existen garantías para la actividad de organizaciones sociales que defienden sus derechos y se oponen a un modelo económico que profundiza las desigualdades y viola los derechos fundamentales. Constatamos como persisten las amenazas, los hostigamientos, los asesinatos y atentados en contra los defensores y defensoras de los derechos humanos, líderes de los movimientos sociales, de partidos de izquierda, personas que quieren recuperar sus tierras y periodistas independientes, por parte de grupos paramilitares como los Urabeños, los Rastrojos, Águilas Negras o Autodefensas Gaitanistas de Colombia, entre otros.
Como se constata en el último informe de Front Line Defenders, sobre afectaciones a defensoras y defensores de Derechos Humanos, Colombia fue el país donde más asesinatos contra éstos se presentaron en el 2014, con un total de 42 personas. El programa Somos Defensores alertó sobre el hecho de que solamente en el primer semestre de 2015 ocurrieron 399 agresiones en contra de defensores, defensoras y lideres sociales y 34 personas que defendían los derechos humanos han sido asesinadas.
Queremos en particular llamar la atención sobre hechos recientes:
El 6 de octubre, una amenaza firmada por el grupo paramilitar Águilas Negras llegó a 8 personas y 3 organizaciones dentro de las cuales quisieramos subrayar la presencia de Eberto Díaz miembro de Fensuagro y dirigente de La Vía Campesina Internacional y a diferentes líderes y voceros de la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular, así como representantes del movimiento sindical y organizaciones sociales y de periodismo independiente, entre quienes se encuentran Javier Betancourt, Andrés Gil, Carlos Ancízar Rico, Guevara Robert Daza, Jaime Cortez Suarez, la Guardia indígena, Prensa Rural, Julio Roberto Gómez, Jesús Elkin Rodríguez Moya y la CGT.
No se trata de un hecho aislado, a finales de septiembre circuló un panfleto firmado por el «bloque capital de las águilas negras», se mencionan y amenazan a reconocidos medios de comunicación, pero principalmente se declaran como objetivos militares a más de 100 integrantes de organizaciones sociales y de derechos, miembros de la alcaldía de Bogotá y otras personas que tienen relación con las mesas locales de paz.
En estos panfletos las ‘Aguilas Negras’ declaran a las personas objetivos militar y les amenazan de muerte.
A ello se suman asesinatos, desapariciones y amenazas a líderes y liderezas sociales en diferentes regiones del país. Estos hechos ponen en entredicho que las limitadas medidas de seguridad que ofrece el gobierno frente a estas amenazas sean suficientes o adecuadas. En cambio, evidencian que no existen garantías para la necesaria labor de exigencia de los derechos humanos.
Estas situaciones confirman la existencia de importantes fuerzas en contra de la paz que quieren mantener una situación de conflicto permanente para beneficiar sus intereses. Si estos grupos criminales, ya sean llamados paramilitares o «bacrim», no son desmantelados y llevados ante la justicia, así como los miembros de la fuerza pública que mantienen nexos con estos grupos, tenemos la seguridad de que serán la semilla que volverá a alimentar el conflicto.
Solo una Paz con garantías de respeto a los Derechos Humanos y garantías reales a la actividad de organizaciones sociales en defensa de los mismos, es una Paz con posibilidades de continuidad. Es imprescindible que el Estado colombiano intervenga de manera decidida y desmantele a los grupos paramilitares.
Asimismo, la comunidad internacional amiga de Colombia y de su proceso de paz, ya sean Gobiernos, representantes de la sociedad civil, iglesias u organizaciones internacionales, deben pronunciarse de forma clara y contundente contra las acciones de esos grupos y en respaldo de la actividad legítima y democrática de las diferentes fuerzas políticas y movimientos sociales. En coherencia con su compromiso en defensa de los derechos humanos, invitamos a la UE y a observar y acompañar la acción de las y los defensores de derechos humanos en Colombia.
Organizaciones firmantes:
Alianza por la Justicia Global
All Nepal Peasants’ Federation
Alliance Against Hunger and Malnutrition
Asociacion Sindical de Trabajadores Bananeros Agricolas y Campesinos
Attac
Canadian Community Economic Development Network
Centro de Documentación en Derechos Humanos «Segundo Montes Mozo S.J.»
Centro Internazionale Crocevia
Confederación Sindical de Trabajadores/as de las Americas
Confédération Paysanne
Consejo Latinoamericano de Iglesias
Convergence globale des luttes de la Terre et Eau Ouest Africaine
Convergence malienne contre les accaparements de terres
Ecologistas en Accion
Farmworker Association of Florida
FOS Andes
Fundacion Mundubat
Global Forest Coalition
GRAIN
Grupo Sur
Institute for Agriculture and Trade Policy
La Vía Campesina
México vía Berlin
Mouvement contre le Racisme et pour l’Amitié entre les peuples
Plataforma Interamericana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo
Réseau Maghrébin d’Associations de Développement Local en milieu Rural
Sindicato Galego Labrego
SOA Watch Austin
SOLdePaz-Pachakuti
Solidaridad Suecia – América Latina
Transnational Institute
Union Paysanne
Uniterre
World Forum of Fisher Peoples