7 de marzo de 2014
Este 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, la Vía Campesina reafirma su lucha anticapitalista y antipatriarcal, expresando nuestra firme decisión de luchar, tomar las calles y movilizarnos por una nueva visión del mundo, construida sobre los principios de respeto, igualdad, justicia, solidaridad, paz y de libertad, librando batallas por llevar adelante una lucha conjunta con las mujeres trabajadoras del campo y de la ciudad.
La primera convocatoria de celebración del Día Internacional de la Mujer trabajadora tuvo lugar el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines en los que se reivindicaba para las mujeres el derecho a voto, derecho a ocupar cargos públicos, derecho al trabajo y a la no discriminación laboral.
Apenas algunos días después, 25 de marzo, más de 140 trabajadoras, inmigrantes en su mayoría, murieron en el incendio de una fábrica textil en Nueva York. Este suceso repercutió enormemente en la legislación laboral de Estados Unidos, y también en las celebraciones posteriores por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, haciendo referencia a las condiciones laborales que condujeron al trágico suceso.
Desde entonces hasta ahora, las mujeres permanecemos en lucha por la reivindicación de nuestros derechos. La sociedad actual, capitalista y patriarcal, sustentada en la diferencia y la explotación, no sólo de los recursos naturales, de la tierra, sino también del propio género humano, fundamentando su riqueza y desarrollo en la desigualdad que se hace por tanto necesaria. En ese contexto, las mujeres del medio rural, jornaleras, campesinas, indígenas, nos encontramos, en un estamento aún inferior por el mero hecho de ser mujer. Doblemente explotadas, doblemente sometidas.
La violencia sobre las mujeres, política, económica, sexual, física o psicológica, está omnipresente en nuestras sociedades. Un estudio reciente en Europa demostró que un tercio de las mujeres europeas ha encontrado violencia de género. También los recortes en la seguridad social que afecten más a las mujeres y cambios de leyes reproductivos regresivos constituyen una expresión de violencia sobre las mujeres.
Nosotras, mujeres luchamos por cambiar nuestras sociedades y pedimos reparación y la abolición de todas las prácticas sexistas. Un ejemplo constituye la lucha en Asia por la reparación y el reconocimiento de los crímenes cometidos por el ejército japonés en la Segunda Guerra Mundial cuando las mujeres fueron forzadas de manera sistemática a trabajar como esclavas sexuales. Hoy en día, la violación organizada es una de las expresiones más horribles de la violencia sobre las mujeres. Como La Vía Campesina reforzaremos nuestra campaña de BASTA de Violencia contra las mujeres.
Nuestra lucha y acción por la Soberanía Alimentaria nos ha brindado a las mujeres del campo la oportunidad de hacer visible nuestra participación histórica en el desarrollo de los sistema alimentarios en el mundo y el papel que hemos jugado desde la invención de la agricultura, en la recolección y propagación de las semillas, en la protección y resguardo de la biodiversidad y de los recursos genéticos, situándonos a la vez como uno de los principales pilares afectivo, ético y social.
Las mujeres campesinas, jornaleras, indígenas, del campo, del medio rural seguiremos luchando por la defensa de la naturaleza, de la madre Tierra, de la alimentación, la soberanía alimentaria, contra la explotación y la violencia en todos los niveles y expresiones, las multinacionales, transnacionales, y en definitiva en contra de un sistema explotador y depredador de sí mismo.
Las mujeres y los hombres de la Vía Campesina reivindicamos la construcción de espacios para el debate, el intercambio, donde construir herramientas válidas por un mundo diverso y plural. Son herramientas para promover la toma de conciencia en las comunidades frente a las visiones políticas y culturales que impiden avanzar en la igualdad de género.
Las campesinas organizadas estamos convencidas que no hay posibilidad de retroceder en los avances y triunfos, menos en las conciencias de las mujeres. Continuamos la lucha por la «soberanía de la tierra, del territorio y del cuerpo», diciendo NO a cualquier expresión de violencia contra las mujeres.
Reivindicamos la igualdad en derechos, el respeto a la diversidad cultural, de género y étnica, la justicia social para los seres humanos, y el derecho inalienable a vivir en dignidad. Nos comprometemos a profundizar y expandir nuestro proceso de construcción colectiva de una propuesta política para construir las bases del «Feminismo Campesino y Popular».